Pasen y vean la cascada de lava del Kilauea

Tuve la suerte de presenciar la erupción del Kilauea hace unos ocho años. No fue un caso de estar en el lugar justo en el momento preciso, ya que este volcán lleva chorreando lava desde 1983, y continúa hoy tan vigoroso como el primer día.

El Kilauea es uno de los cinco volcanes que forman la isla de Hawái, llamada también Isla Grande para evitar la confusión con el nombre del archipiélago. Situado en el Parque Nacional de los Volcanes, es el único hoy en erupción de los cinco (aunque no el único activo), y uno de los pocos lugares del mundo donde uno puede observar en directo la furia de la Tierra en acción.

La lava del Kilauea cayendo al océano. Imagen de USGS.

La lava del Kilauea cayendo al océano. Imagen de USGS.

Si tienen la ocasión, no se lo pierdan. Ya, ya, sé lo que estarán pensando. Pero Hawái es Estados Unidos, y si son ustedes viajeros sabrán que aquel es un país relativamente barato para viajar. Dedicando un poco de tiempo y esfuerzo a organizarlo, pueden encontrarse precios muy asequibles que ganan por paliza a otros destinos exóticos e incluso, descontando el billete de avión, a muchos países de Europa. Un ejemplo: en 2009 se podía volar de Honolulu (isla de Oahu) a Lihue (isla de Kauái), o de Kailua-Kona (Isla Grande) a Honolulu, por 40 dólares; unos 37 euros.

Si, como yo, son ustedes de los que prefieren gastarse los ahorros en un buen viaje que en un coche molón, una Fender Stratocaster o una pantalla de tamaño canapé de matrimonio, Hawái es mucho más que playas y surf: una cultura interesante –la polinésica, mezclada con un pequeño Japón trasplantado a mitad del Pacífico– y muchos atractivos para los aficionados a la naturaleza y la ciencia, como la futurista colección de observatorios astronómicos en la cumbre cuasimarciana del Mauna Kea.

Gracias al régimen de vientos, Hawái alberga una asombrosa variedad de paisajes y ecosistemas, desde el desierto hasta la jungla. Para que se hagan una idea, si vieron la serie Perdidos (Lost), sepan que se rodó casi íntegramente en el archipiélago, simulando localizaciones de (cito de la Wikipedia) California, Nueva York, Iowa, Miami, Corea del Sur, Irak, Nigeria, Reino Unido, París, Tailandia, Berlín, Maldivas y Australia. Y por supuesto, para los fans de la serie, también hay tours de los escenarios de la filmación.

Basta de panfleto turístico, aunque les aseguro que no tengo ninguna relación con la oficina de turismo de Hawái. Pero volviendo al Kilauea, del que ya he hablado aquí en alguna ocasión anterior, la principal singularidad del volcán en comparación con otras erupciones hoy activas en el planeta viene dada por el hecho de que una parte de su lava circula por un tubo subterráneo hasta caer en cascada directamente al mar, desatando un rugiente espectáculo de pirotecnia natural cuando la roca fundida explota al contacto con el agua.

Cuando estuve allí, algunas de las carreteras del Parque Nacional de los Volcanes estaban cortadas por el paso de la lava o por el riesgo de que quedaran engullidas. El olor a azufre era omnipresente incluso a kilómetros de distancia. La caída de la corriente al mar solo podía observarse desde una plataforma situada a una distancia (tal vez demasiado) prudente, a la que convenía llegar aún bajo la luz del sol para contemplar cómo aquella hemorragia del planeta se iba tiñendo de naranja y carmesí a medida que las sombras devoraban el paisaje. Algunos barcos pequeños se acercaban a una distancia mucho menor que la de nuestra atalaya, pero no me preocupé de averiguar a cuánto salía la excursión.

La novedad del Kilauea que hoy vengo a contarles es que recientemente se ha desplomado una sección de unos 30×5 metros de la cornisa que va formando un delta sobre el mar, y que había crecido hasta obstruir la cascada de lava. El colapso ha dejado al descubierto el tubo del que vuelve a fluir una limpia coleta de roca fundida de un par de metros de anchura. Los científicos del Servicio Geológico de EEUU (USGS) habían colocado allí una cámara para vigilar la grieta que se iba ensanchando, y que pudo capturar el momento justo:

Y aquí les dejo unos impresionantes vídeos de la cola de lava cayendo al mar. En el primero, no se pierdan los barcos casi al pie de la cascada y, sobre todo, los turistas que están directamente sobre el acantilado, en una zona donde está prohibido el paso. Y repito: si tienen la menor oportunidad de contemplarlo en vivo, no se lo pierdan. Según el USGS, no parece que el Kilauea tenga intenciones de remitir; pero en un paraje donde la Tierra está cambiando día a día, si la lava abre otra vía alternativa este espectáculo podría ser efímero.

2 comentarios

  1. Dice ser esto es tremor waiting?

    Otro magma de otro volcán andan voces comentando. Futuribles posibles, desesperanza, o tal vez no, pero parece avanza.
    http://enenews.com/expert-potential-global-catastrophe-from-fukushima-unit-2-highly-radioactive-fuel-reactor-could-be-destroyed-in-quake-making-the-tokyo-metropolitan-area-uninhabitable-this-is-most-dr

    13 febrero 2017 | 00:31

  2. Dice ser Maria Rosa Altieri

    Dentro de pocos días iré a Hawai y no me quiero perder de ver el volcán, el problema que sólo estaré un día. Habrá una excursión por ejemplo en barco para verla dentro de esa franja horaria. Porque por tierra no me da el tiempo. Sini tendrá que ser por helicoptero , no ?. Pero es muy caro. Que me aconsejas ?

    15 febrero 2017 | 14:33

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