Estos son los dos obstáculos que apartan a las mujeres de la ciencia

Dicen que hoy es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Me parece que quien instituye estas cosas ha acertado en la diana al incluir la referencia a las niñas, como explicaré más abajo. No recuerdo ahora si anteriormente he contado aquí cuál es mi visión sobre el panorama de la cuestión de género en la ciencia. Así que, por si a alguien le interesa, ahí va mi opinión.

Creo sinceramente que hoy el mundo de la ciencia es, estructuralmente hablando, casi ejemplar en lo que se refiere a igualdad de género. Incluyo el «casi» porque bastan afirmaciones como esta para que surjan –por supuesto, siempre los hay– casos particulares contrarios que tratan de rebatir el argumento basándose en tomar la parte por el todo.

Sin embargo, siempre hay algún pero. En este caso hay dos. Uno de ellos tiene solución desde el sistema; el otro, no. Pero vayamos por partes.

Imagen de Wikipedia.

Imagen de Wikipedia.

En España y otros países, la gran mayoría de los investigadores dentro de lo que llamamos «ciencia» (la primera variable de la semiecuación I+D+i) trabajan en el sistema público o en entidades cuasipúblicas, como fundaciones. Y si, por desgracia, en muchos casos ese retrato de la Justicia con los ojos vendados es un chiste, en cambio el sistema de la carrera científica pública sí es plenamente ciego a condiciones discriminatorias ajenas a lo estrictamente profesional en todos los escalones del recorrido profesional, desde el becario predoctoral hasta el profesor de investigación (en el caso del CSIC); con sus perversiones, que siempre las hay, pero en general estas perversiones afectan a otros factores diferentes del género. En concreto, la perversión endémica del sistema es la endogamia, favorecer a los o las de dentro.

Pero ¿esta bonita teoría se aplica en la práctica? Si cuento mi experiencia personal, pretendo que sea algo más que un punto de vista particular. La demoscopia no se basa en preguntar a todas las personas una por una, sino en extraer generalizaciones a partir de una muestra de la población. Mi muestra es esta: he trabajado en una universidad pública (UAM), tres centros de investigación públicos (CBM, CIB, CNB) y un hospital (H. de la Princesa). Y si lo comparo con mi experiencia laboral en otras entidades y sectores (dos consultoras, una empresa de biotecnología, una empresa de ingeniería, dos editoras de revistas y dos periódicos), puedo decir que la ciencia gana por paliza en lo que se refiere a igualdad; tanto en el funcionamiento del sistema como incluso en el propio ambiente laboral.

Así que, bien, ¿no? Como decía arriba, hay dos peros. Sobre el primero, el sistema no puede hacer nada, pero sí cada uno y una a escala particular.

La carrera científica no conoce horarios, y son muy frecuentes las jornadas laborales interminables que se extienden a fines de semana, festivos y fechas vacacionales. En el sistema público los investigadores no cobran por horas, pero a veces la mecánica de los experimentos impone estos sacrificios. En otros casos, se trata simplemente de adicción al trabajo. La ciencia es una carrera vocacional y puede ser adictiva.

A menudo, las investigadoras jóvenes que eligen la maternidad tienen que ceder una cuota de ese horario al cuidado de sus hijos, y es en esta etapa cuando puede establecerse una discriminación a favor de los hombres y de las mujeres sin niños (también he conocido casos de dedicación casi monacal a la ciencia en investigadoras sin hijos). Y en muchas ocasiones son las propias madres quienes se resignan a aceptar que esa opción supondrá rebajar las expectativas de desarrollo de su carrera científica.

Pero como he dicho, el sistema no puede hacer nada al respecto. No pueden cerrarse los centros de investigación por las noches y en los festivos. No puede impedirse a nadie que trabaje 15 horas al día incluyendo sábados y domingos, si su elección personal es no tener otra vida fuera de la ciencia; y a más investigación, más resultados, más publicaciones y mejores oportunidades. La única solución a esta discriminación de las madres pasa por la organización particular de cada pareja: compartir el cuidado de los hijos.

El segundo pero sí está al alcance del sistema, pero no del científico, sino del educativo. Aunque quienes estudiamos biología lo hemos hecho en un ambiente mayoritariamente femenino, esto no se aplica del mismo modo a otras especialidades científicas o tecnológicas. Pero curiosamente, y aquí sí me dejo llevar por la intuición, cuando se piensa en un científico excepcionalmente inteligente el estereotipo suele llevar a imaginar a un matemático o un físico, y no un biólogo, un químico, un geólogo, un paleontólogo, un climatólogo…

Me ha venido este detalle a la cabeza a propósito de un estudio bastante preocupante publicado hace pocas semanas en Science. A través de una serie de juegos con un grupo de cientos de niños y niñas, tres investigadores de tres universidades de EEUU descubren que a partir de los seis años las niñas tienden a asociar la mayor inteligencia con el género masculino, algo que no sucede en niñas más pequeñas. Este es el resumen que Science hace del estudio:

La distribución de mujeres y hombres en las diferentes disciplinas académicas parece verse afectada por la percepción de la brillantez intelectual. Bian y colaboradores estudiaron a niños pequeños para determinar cuándo emergen esas percepciones distintas. A la edad de cinco años los niños y niñas no parecen diferenciar el género en las expectativas de quién puede ser «muy, muy listo» [en inglés no hay diferencia de género en este adjetivo], una versión infantil de la brillantez intelectual. Pero a la edad de seis, las niñas estaban preparadas para atribuir más a los niños la categoría de «muy, muy listo»  y para apartarse ellas mismas de los juegos destinados a los «muy, muy listos».

Es curioso y alarmante que esta diferencia en la percepción de las niñas se establezca justo con el comienzo de lo que generalmente se considera la edad escolar, el fin del juego educativo y el inicio de lo que realmente son los estudios, con sus asignaturas, deberes y exámenes.

Pero hay que hacer la salvedad de que el estudio se hizo con niños y niñas de una pequeña ciudad de lo que llamamos la América profunda, así que sus resultados no son necesariamente extrapolables a otras regiones más cosmopolitas y menos conservadoras de EEUU, ni mucho menos a otros países como el nuestro. Aun así, la conclusión debería ser un toque de atención para preguntarnos hasta qué punto la educación, en el colegio pero también en casa, puede condicionar a las niñas a apartarse ellas mismas de las opciones profesionales reservadas a los mejor dotados intelectualmente.

Imagen de Idaho National Laboratory / Flickr / CC.

Imagen de Idaho National Laboratory / Flickr / CC.

Pongo un ejemplo que no afecta al género, pero que me parece igualmente revelador sobre cómo las directrices educativas condicionan la percepción de los niños sobre las opciones que orientarán su futuro. En el colegio de mis hijos prohíben a los niños que lean en el recreo, aunque sea esta actividad la que ellos prefieren. ¿Acaso no transmite esto el mensaje de que el trabajo intelectual es una pesada obligación impuesta, mientras que el tiempo de diversión debe dedicarse a la actividad física (que, en el caso del recreo de los niños, suele dejar pocas opciones más allá del fútbol)?

Otro ejemplo, este sí de género: uno de mis hijos eligió una actividad extraescolar de robótica, mientras que otro se apuntó al grupo de teatro. En la primera hay mayoría de niños. En cambio, para la obra de Peter Pan que preparan los segundos han tenido que crear el grupo de «las niñas perdidas», no con ningún ánimo reivindicativo, sino sencillamente porque no hay suficientes niños para cubrir los papeles originalmente masculinos. ¿Qué es lo que se está haciendo mal para que los estereotipos sigan perpetuándose? Si los niños continúan eligiendo los robots y las niñas el teatro, es algo que todos deberíamos hacérnoslo mirar, padres y profesores.

12 comentarios

  1. Dice ser Jéssic Fernández

    Totaente de acuerdo en la primera parte. Soy también licenciada en ámbito biosanitario y las exigencias para prosperar en la carrera sanitaria a nivel alto casan mal o no casan con vida familiar, al menos es lo que siempre hemos hablado entre muchas amigas, y cada cual elige a qué parte de su vida quiere renunciar, y no hay ley ni conciliación legal posible: la ciencia tiene una exigencia muy alta si quieres estar en el top, que sin renuncias no alcanzas, seas hombre o mujer, y generalmente la mujer suele estar menos dispuesta que el varón a prescindir de la familia, aunque también las hay.
    Pero en la segunda parte, y al hilo de esto, yo creo que los gustos entre hombres y mujeres son diferentes y siempre lo van a ser, independientemente de roles masculinos o no en la sociedad. A mí nunca me gustaron las muñecas, por ejemplo, pero a mi hermano tampoco, y a él le chiflaban las matemáticas y odiaba la química o la biología, y yo al revés. Las mujeres preferimos las áreas biosanitarias, que son ciencias al fin h al cabo, y nos gusta menos que la ingenierías pero yo creo que es cuestión de gustos y no de modelos o toles sociales. Hoy en día está casi tan mal visto que seas niña y no te gusten la matemáticas no quieras ser ingeniera, como que te gusten las princesas y quieras jugar con muñecas.
    Yo creo que debemos dar la oportunidad a cada cual, niño o niña, se ser lo que quiera y competir en igualdad (sin tasas por sexo) en el mundo real.

    11 febrero 2017 | 15:53

  2. Dice ser ¿a qué se teme para pensar distinto?

    ¿Por qué es tan torpe la especie humana? ¿Por qué sigue manteniendo cadenas de un pasado desastroso? ¿Por qué aceptar los «valores» de otras épocas que no existen sino desde el punto de vista deformado, hipócrita, desmemorizado y falso del presente interesado?

    11 febrero 2017 | 18:32

  3. Dice ser Rompecercas

    Todo sabemos que en los estamentos científicos se les dice a los novatos que lo importante es que traten de cuestionar los planteamientos de sus superiores, porque eso es el verdadero espíritu científico: la crítica sistemática…¿verdad que sí?
    Bueno pues no. Es todo lo contrario; lo que se valora es la sumisión a jerarquías férreas. El mal endémico de la ciencia es la endogamia, pero indirectamente, porque la razón última es la estructura jerárquica de las instituciones científicas. Y lo que ocurre además que las jerarquías férreas también tienen un componente masculino, patriarcal o como queramos llamarlo. Las jerarquías sociales férreas son un modelo patriarcal; la ciencia es jerárquica, patriarcal y no podrá ser igualitaria, ni feminista; solo a lo mejor le daremos un lavado superficial.

    11 febrero 2017 | 21:49

  4. Dice ser laverdad

    Los dos obstáculos que apartan a las mujeres de la ciencia:

    1: Matematicas y Fisica.
    2: Etapa «mira ese puto nerd que le va la tecnologia» quiero ser filologa y escritora actriz-cantante todo a la vez..

    No a todas, las hay muy buenas, pero la mayoria son asi.

    12 febrero 2017 | 01:19

  5. Dice ser de justa igualdad

    El mundo sería diferente si hubiese igualdad real de oportunidades, sin limitaciones de tontadas de sexos, credos o colores de piel. Un precioso mundo humano Tabooless.

    https://www.youtube.com/watch?v=pj5ue3M-v6o

    12 febrero 2017 | 12:27

  6. Dice ser huento

    No se a que tanta preocupación de los chupaculos del NWO por la mujer en la ciencia, las mujeres tienen más oportunidades y mejor trato que los hombres en todos los ámbitos, España pais del amiguismo nepotismo y enchufismo, del que se benefician muchas mujeres, tras ellos el resto de las mujeres y por último el hombre sin padrino, mucho tiene que valer para entrar en cualquier puesto.
    No se que gusto le encontrais a lamer culos.

    12 febrero 2017 | 12:49

  7. Dice ser cathy

    Jéssic Fernández. Estoy en completo desacuerdo contigo. El cerebro es flexible, los gustos muy pocas veces tienen que ver con el cerebro sino con el medio ambiente donde se han desarrollado las niñas, y tal como te explica el estudio, desde muy pequeñas se nos enseña que las cosas guays son siempre hombres, cine, television, siempre son solo hombres, y a la larga las niñas ni lo intentan.

    Haces mal favor a las mujeres diciendo que «a las mujeres les gustan unas cosas y a los hombres otras» ¿de dónde lo sacas?¿de una sociedad sexista que desde pequeños nos impone los gustos? Por mi puedes trabajar en lo que quieras, pero defender los roles sexistas de genero con «gustos» es putear a las otras mujeres. Lo de que a las mujeres les gusta otra cosa ha sido siempre la excusa de los sexistas para justificar y esconder la verdad, que desde muy pequeños se nos educa de forma distinta a los niños y a las niñas. luego se dice, no… si es que a las mujeres no les gusta la ciencia, a ellas les gusta ser secretaria, a los hombres jefes, a ellas enfermeras, a los hombres médicos, a los blancos la ciencia, a los negros el deporte, a los hombres triunfar, a las mujeres encerrarse en casa cuidando a los parientes necesitados… Siempre lo mejor para los hombres y para las mujeres las labores «inferiores» poco valoradas socialmente o subordinadas.

    Yo he trabajado en varios países y veo más diferencias en la gente por la cultura de su país que por su sexo, y en cuanto a oficios…. en EEUU el glamour hace años era ser abogado, en España ingeniero, luego vino Star Trek y todo el mundo quería ser Scotty, muchos se metieron a ingeniería, luego dieron Juana y Sergio en España y todo el mundo quería hacer volleyball. Si no ves en eso un patrón…

    12 febrero 2017 | 13:14

  8. Dice ser cathy

    Dice ser laverdad

    Estudié informática, aprobé las de cálculo a la primera con notable, casi todo el mundo suspendió. Por cierto, tengo amigas que estudiaron la carrera de matemáticas. Seguro que tú eres más listo.

    También conozco chicas que hicieron telecos, una carrera conocida por tener unas mates terroríficas. Seguro que tú eres más listo.

    Tu comentario es el típico de cuñado ignorante que habla por hablar.

    12 febrero 2017 | 13:18

  9. Dice ser Educador de asnos

    Lo que aparta a las mujeres de la ciencia es su destruccion de neuronas provocada por: Salvame, El libro de Belen Esteban, Gran Hermano y las publicaciones de asociaciones feministas

    12 febrero 2017 | 15:32

  10. Dice ser eelvis

    Cada cual decide como vivir su vida, pero que aqui empiecen a hablar de pobrecitas las mujeres…, en ingenieria solo habia de mi clase 4 mujeres, yo tengo patentes, cuantas mujeres hay que patentan en este pais, que ahi no es lo que diga el hombre, pero no queda ahi la cosa si se deja la rama técnica dar preferencia a las mujeres, por el tema ese que esta de moda que si la igualdad por aqui igualdad por allá atendiendo al sexo y no a la valia, Dios nos llevarian a pique, cuando voy desde temas de informatica, electrónica… cuando las veo en estos sectores ya se que no me van a solucionar el problema y no siempre pero muchisimas veces acierto, una falta de profundidad técnica, ese nervio que tenemos los hombres de amar el producto hasta llegar a su esencia las mujeres son fuertes en otros asuntos que nosotros no lo seremos, pero ya estan aqui metiendo las narices que tienen que estar siempre por encima en todo, porqué no hablais lo buenas que sois haciendo zanjas.

    12 febrero 2017 | 16:10

  11. Dice ser eelvis

    Respondiendo a cathy. ser más listo no lo confundas con ser más estudioso, pero ya viendo tu razonamiento ya me demuestras que muy lista no eres, hoy en dia hasta los tontos sacan carreras, todo es cuestión de tiempo libre, los hombres tenemos menos carreras porque tenemos más ofertas laborales que vosotras y hay cada subnormal con carrera terminada incluida informática y teléco y te lo digo por experiencia que vaya trabajos hacen cuando se les requiere un diseño. estoy seguro que esta cathy o como se llame es de las que van diciendo que es teniente coronel capitana de todos los ejercitos por tener esa carrera pero cuando la mandan a hacer un trabajo hace una chapuza porque no tiene ni idea, ni profundiad técnica que tendria un hombre, salvo excepciones, ese es el problema de este pais que todos se piensan que por terminar esas carreras… seguir engañando a vuestras madres y a vosotras. Yo no quiero una mujer tocandome una patente una placa SMD o un programa, pero lo que ella expresa suena muy romantico.

    12 febrero 2017 | 16:30

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