Archivo de abril, 2023

Mi trabajo ideal

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

 

Melancolía, de Elizabeth Duval

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Un referente generacional. Melancolía. Metamorfosis de una ilusión política, es un ensayo sobre cómo recuperar la esperanza en un futuro compartido.

En tiempos estancados, sin futuro, surge una apropiación reaccionaria de la nostalgia. No es ningún secreto: es lo que hemos vivido en los últimos años con el auge de la ultraderecha. Ante esta situación, la izquierda se encuentra en una encrucijada, atrapada entre el instinto de renegar de la nostalgia y la necesidad de soportarse en valores históricos. Quiere mirar hacia delante al mismo tiempo que se enfrenta a un presente marcado por la crisis ecológica y los deseos insatisfechos del liberalismo.

Motivada por el deseo de entender, pero también de actuar, la filósofa y analista política Elizabeth Duval indaga en las razones de dicho fenómeno y propone vías para desatascarlo. Frente a una política que se ha vuelto aséptica y a un pesimismo melancólico, Duval reivindica un posicionamiento feliz, centrado en los afectos, que nos permita reinterpretar nociones como patria o familia, combatir el aislamiento de los individuos y reforzar los lazos que nos unen.

Elizabeth Duval nació en Alcalá de Henares en el año 2000. Licenciada en Filosofía y Letras Modernas por la Sorbona de París, se dedica a la escritura y al análisis político. Ha publicado el poemario Excepción (2020), las novelas Reina (2020) y Madrid será la tumba (2021), y el ensayo​ Después de lo trans (2021). Es colaboradora habitual en medios de comunicación como Público, El País, CTXT, La Sexta y Playz de RTVE.

Técnicas de supervivencia

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

Anne Lister, el caballero Jack

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#Mujereslesbianas

 

Amo y solo amo al sexo más hermoso y , así, siendo amada por ellas, mi corazón se rebela contra cualquier otro amor que no sea el suyo

 

Anne Lister nació en 1791 en Halifax ( Reino Unido). Heredera de una gran fortuna, intrépida, viajera, aventurera, fue la primera persona en ascender al Vignemale, la gran montaña del pirineo francés en 1838.

Lister fue una mujer independiente que puso todo su empeño en reformar la finca familiar de Shibden Hall ( Hallifax) y revitalizar las minas de carbón propiedad de su familia.
Considerada la primera lesbiana de la historia moderna, Anne reconocía que tenía una rareza, pero como creía que esa singularidad había sido creada por Dios , no veía ningún conflicto entre su diferencia y sus convicciones cristianas.

Anne fue una adelantada a su tiempo: planteó una forma de matrimonio homosexual (se casó con la heredera Ann Walker, aunque sin reconocimiento legal), reflexionó sobre su propia identidad, vestía con ropas que, en su época, se consideraban solo para hombres y no tenía inconveniente en exhibir sus relaciones con mujeres de la alta sociedad, presumiendo de su poder de seducción (en Halifax la apodaron Caballero Jack).

A Lister no le gustaba que la tocasen cuando mantenía relaciones sexuales porque decía que eso la hacía demasiado mujer. Si hubiese vivido en 1950 habría sido una auténtica stone-butch.

Lister, plasmó sus vivencias personales en unos diarios que constituyen un testimonio en primera persona de la vida de una mujer lesbiana a principios del siglo XIX. Constituidos originalmente en 26 volúmenes y 4.000.000 millones de palabras, y escritos en 1/6 en un código propio elaborado por ella misma (con elementos del alfabeto griego antiguo y símbolos algebraicos, código descifrado a principios del siglo XX), los diarios de Anne Lister perduran hasta nuestros días. El motivo por el que Anne codificó sus diarios es que contenían descripciones de sus relaciones sexuales.

Cuando Anne Lister y después su pareja Ann Walker fallecieron, los diarios se quedaron en Shibden Hall y allí los descubrió John Lister, descendiente de la autora y estudioso de la historia y la cultura local.

Los diarios de Anne Lister no solo se centran en su vida privada, también proporcionan una detallada información sobre los acontecimientos políticos, sociales y económicos de la época. Por este motivo, en 2011 fueron incluidos en el registro del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO. Hoy se encuentran digitalizados en el West Yorkshire Archive Service.

De sus diarios, Anne diría:
Le debo mucho a este diario. Aliviando mi mente en papel siento como si en cierto grado me deshiciera de ella; parece hecho para un amigo que lo escucha con paciencia, lo observa con lealtad, y al nunca olvidarse de nada, está preparado para comparar el pasado y el presente, y así animar y edificar el futuro.  

(c) Calderdale Metropolitan Borough Council; Supplied by The Public Catalogue Foundation

Los prodigiosos gatos monteses de Rodrigo García Marina

Redacción 1 de cada 10

 

El nuevo libro de Rodrigo García Marina, Los prodigiosos gatos monteses, editado por Letraversal, ya en librerías.

Del epílogo de Alberto Conejero:

¡Somos los gatos monteses y tras ocho siglos entre las
sombras hemos llegado ansiándolo todo! Nuestro deseo
es más amplio que la imaginación dormida.
Nada de lo que contempláis os pertenece.
Mientras encerrados en vuestras casas nos observáis desde vuestros
ridículos televisores —temerosos por la
plaga— nosotros nos paseamos por las avenidas
pulverizando el asfalto con meadas sulfúricas. Todo
huele a nuevo.
Hemos acabado con el artilugio del reloj. A partir de ahora estará
prohibido y quien lo porte será condenado a
muerte por envenenamiento. No existirán los horarios.
De todos los libros desaparecerán las alusiones a tiempos
medibles y tan solo expresaremos la línea de la vida diciendo: ahora,
antes, a la caída de la noche, nunca, siempre, nacimiento, sol
mordiente.
Surgen mininos en plaga y su contaminación será el
mundo nuevo. Todo humano tiene la obligación de
adorar las mierdas de gato y de aplaudir con cada edificio
que sobre sí no se sostenga. Todo humano tiene derecho
de volver a la cuadrupedia y suplicar el agua llorando, la
carne cruda.
Nada de lo que contempláis tiene un nombre.

[…]

Hay que rendirse ante la belleza de este poema apocalíptico de amor. De todas las cenizas de Troya, aún desprenden calor las de sus enamorados. Caretas fuera: “será el amor y no los Estados Unidos de América / ni la poesía / quien nos salve”. Consigue que “el Lemi” sean todos los amados del mundo, que los lectores seamos todos los amantes del mundo.

[…]

Nos encontramos también ante uno de los poemarios de amor más hermosos, estupefacientes, hondos y alegres —la alegría, esa trinchera— de la poesía reciente en castellano. Rodrigo García Marina nos ofrece un libro colmado de pliegues, de estratos, de posibilidades. No se avanza por sus imágenes sin un deslumbramiento, no se sale a vuelta de sus versos, no se termina sin una revelación.

 

 

E.l. Queer: vampiros fortuitos, espacios compartidos y muchas ganas

Juan Manuel Garcés Cabanillas

 

Del pasado jueves 14 al sábado 16 de abril, “E.l. Queer” sucedió en Madrid. El primer encuentro de literatura queer organizado por la librería Mary Read y el Museo Reina Sofía. Un programa lleno de pluralidad, con ponentes diversas dialogando sobre temas que han basado el transfeminismo que conocemos en la actualidad y sigue en constante transversalidad. No pude acudir a todas las sesiones, sólo a tres. Pero en esas tres ocurrieron varios hechos que me dispongo a narrar. Y para contextualizar esto un poco ya que el cuerpo desde el que se viven las cosas es importante, soy Juanmo, no-binarie, uso todos los pronombres y estoy haciendo mi primer año de tesis doctoral sobre vampiros queer. Dicho esto, comienzo.

Empecé con la sesión II “Identidades queer” compuesta por Ángelo Néstore, Fefa Vila Nuñez y Gad Yola, moderando Víctor Mora. Llegué bastante ajustado de tiempo, sentado casi en la última fila de esa sala tan curvilínea del Reina Sofía, sin cuaderno de notas, sintiendo esa sensación de ser ajeno, una especie de síndrome del impostor queer, que no me dejaba escuchar del todo bien. Entonces Gad Yola rompió mi burbuja de un taconazo al pronunciar estas palabras: “venimos de un linaje vampiresco, casi de otra raza”.

Por un momento me quedé en completo silencio mental. Sí, había dicho linaje vampiresco, seguido de la importancia de dar créditos a su amigue Germain Machuca y yo no voy a ser menos. Ella contó su relato sobre la importancia de los ancestros, de su conexión con lo divino y lo andrógino perteneciente a un pasado anterior, lejos de la mirada queer desde lo colonial, creando con cada palabra y silencios entre estas una hoguera común en la que escuchar el cuento de la sacerdotisa. Una leyenda transmitida de boca a boca, leída desde su móvil mientras yo, desde el mío, escuchaba y escribía, a veces por separado y otras a la vez. Terminó con una sentencia disfrazada de profecía: “Vamos a seguir chupando sangre, sangre y sangre.”

A la siguiente sesión que acudí fue dos días después, la sexta: “Deseos e imaginarios bibolleros”. En ella estaban Carla Berrocal, Laura Casielles, Alana Portero y Gabriela Wiener, y moderaba Nerea Pérez de las Heras. Entre muchos otros temas interesantes y divertidos, porque la diversión tiene cabida en el activismo, Alana habló del creador gay, cis y blanco como un cishetero más, acogido por la blanquitud del sistema, creando referentes bastante ajenos a los deseos bibolleros como “la lesbiana femme fatale que vende secretos de estado”, hecha para satisfacer al público normativo y no a las heterodisidentes. Mi línea de pensamiento saltó directamente hacia Sheridan Le Fanu con su Carmilla y a Ryan Murphy con su American Horror Story: Hotel. Dos hombres separados por siglo y medio creando relatos bibolleros vampíricos. Siguieron hablando sobre la conquista de personajes como Xena la Princesa Guerrera, Silke o Lobezno incluso. Podría haber seguido horas en ese patio de butacas, en primera fila, escuchando atentamente todo como si fuera un cotilleo cruzado en una mesa de café, un espacio íntimo y espontáneo.

El coloquio terminó y esperé paciente a la última sesión. No conocía a nadie allí así que me empujé a hablar con los que me sonaban, gente de redes sociales, de algún encuentro en la Mary Read. Pero aun así mi burbuja de humo empezó a formarse y esta vez no iba a venir ninguna drag queen a explotarla. Entré con cierto temor a “Los montes son vuestros”, el final, una performance literaria de Alberto Cortés, Claudia Faci y Alejandro Simón Partal. El público se sentó en el suelo del escenario, sobre cojines y sacos de dormir. A dos almohadas de mí había un grupo de hombres que conocía de twitter, todos guapos de manera canónica, con cuerpos que pasan por el gimnasio a menudo y barbas cuidadas, conectados en la red queer madrileña. Aunque me considero una persona con un buen recorrido en la deconstrucción, tengo recaídas en el deseo de la normatividad siendo esta dentro del contexto LGTBI+. Y quiero ser ellos, quiero su mirada, quiero estar en sus espacios. En mitad de esa neblina cerebral, Alberto Cortés dijo frente a la audiencia “soy un vampiro” después de pedirle al Estado Español tiempo, auto-proclamándose ser inmortal ajeno al sistema. Y más tarde se dirigió a mí, me señaló y dijo “qué guapo”. No me percaté de cómo salí de mis pensamientos, disfruté, contemplé, participé y lloré pensando en maricas vibrando sobre las playas de Málaga.

Aun así, tiendo a ser muy terco y salí de la sala con la firme convicción de escribir sobre lo ajeno que me suelo sentir en entornos queer sin entender muy bien el porqué. Estaba tan absorto entretejiendo mentalmente ese escrito que no percibí a uno de los hombres que tan fuera de lugar me hacen sentir sujetándome la puerta. Antes de poder decirle gracias, dijo “¿nos seguimos en twitter, verdad?” y tuvimos una conversación muy agradable. Ese texto mental cambió al que ahora estoy redactando.

Si cuento todo esto es porque la necesidad de este tipo de encuentros es imperiosa. No para educar sino para no perder el punto de foco, disfrutar de nosotras desde la individualidad y también desde la pluralidad. Es importante generar arquitecturas para el colectivo, orientando su construcción a nuestras necesidades, anhelos y placeres como disidentes de la normatividad. En “E.l. Queer” encontré vampiras maricas y motivación para seguir hablando de ellas, cuidados propios tanto del cuerpo como de la mente desde el más trabajado cariño, trabajado porque no sale natural, se va aprendiendo. Topé de lleno con mis prejuicios, con ciertos aspectos en los que sigo construyéndome. Sentí esa sensación de casa, de libertad para escuchar y ser escuchado. Pero sobre todo experimenté ganas, muchísimas ganas. Ganas de hacer, escribir, ocupar. Ganas de seguir.

Antes de terminar lo que sea que sea esto, me gustaría dar las gracias a Ana y Óscar, por el esfuerzo de arriesgar, por dejarme ser y tirarme mucho rato hablando con ellas (hablo mucho y nunca me han cortado) en la librería Mary Read. Y recalco: estos espacios son necesarios para todas nosotras, para la disidencia, para aliadas, para mí misme hablando desde el egoísmo. Justo por eso he redactado esto desde mi faceta más protagonista, sin tener que exigir que me den el papel principal, porque me permito ser egoísta. Porque quiero y merezco sitios así como realidad que soy y somos frente al sistema, le pese a quien le pese.

 

 

Juan Manuel Garcés Cabanillas.

Doctorando en Bellas Artes por la UCLM.

Gad Yola, Ángelo Nestore, Fefa Vila y Víctor Mora en «E.L.Queer». Fotografía de Librería Mary Read.

Aimée y Jaguar

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Película alemana de 1999 dirigida por Max Färberböck y protagonizada por María Schrader y Juliana Khöler. Está basada en la novela de Erika Fisher que relata la verdadera historia de amor entre Lilly (Aimée) y Felice (Jaguar). Parece ser que Lilly Wust y Fisher no quedaron en buenos términos a raíz de la publicación del libro, Me presenta como una nazi histérica, llegó a decir Wust.

En el Berlín de la II Guerra Mundial, Lilly, esposa de un oficial nazi, ama de casa y madre de cuatro hijos, con una vida anodina conoce a Felice, una mujer judía que trabaja para un periódico nazi bajo un nombre falso y se dedica a suministrar información a la resistencia. Ambas mujeres comienzan una apasionada historia de amor. Se escriben a diario cartas y poemas con los nombres ficticios de Aimèe y Jaguar. Lilly rompe con su vida cuando se entera de que Felice es judía y le pide que traslade a su apartamento donde un fatídico día las SS las esperaban.

Lilly.-¿Cómo puedes quererme?

Felice.- He intentado no quererte.

La película refleja todos los obstáculos del amor entre mujeres que tantas historias han truncado. Una epopeya romántica lésbica durante al II Guerra Mundial.

Lilly.-Cuando me dijo que era judía, la abracé y la quise todavía más.

Las actrices dotan de profundidad a sus personajes y sus interpretaciones se hacer más ricas en matices a medida que se desarrolla la historia. Schrader aporta vulnerabilidad a Felice, y Kohler convierte a Lilly en una mujer fuerte y decidida. En sus encuentros las miradas que se intercambian son una mezcla de ternura y deseo. «Aimee & Jaguar» es una cinta exuberante de impecable factura que recrea la capital alemana bajo la amenaza de redadas nocturnas. y la Gestapo, donde se nos hace creer que floreció un círculo de mujeres lesbianas que desafiaron las persecuciones del nazismo hacia la disidencia sexual.

Recordemos que las personas LGTBI también fueron internadas en campos de concentración y señaladas con triángulos invertidos en su ropa; el rosa para los hombres gais y el negro para las mujeres lesbianas, que eran consideradas contrarias al orden social al igual que otras mujeres de desafiaban las normas impuestas por el régimen nazi.

La cinta destaca por su cuidada fotografía, una ambientación impecable y, sobre todo, por el magnífico trabajo de sus actrices protagonistas. Ambas, brillantes, obtuvieron, ex aequo, el Oso de Plata en el Festival de Berlín de1999. Además, la película fue nominada al Globo de Oro y al Óscar a la mejor película extranjera.

La verdadera Felice murió en una marcha de la muerte desde el campo de concentración de Gross-Rosen (Polonia) hasta el de Bergen-Belsen (Alemania) el 31 de diciembre de 1944, poco antes que la guerra acabara. Lilly, sola y con cuatro hijos a su cargo, comenzó a escribir un diario hablando a Felice (es el que ahora se encuentra en el Museo Judío de Berlín) y proporcionó refugio a cuatro mujeres judías en su casa durante los últimos días del nazismo. Terminada la guerra, se embarcó en un matrimonio desastroso con un tendero y trató de suicidarse dos veces; se divorció en 1953 y consiguió trabajo en una fábrica. En 1980, animada por sus hijos, decidió contar su historia. Falleció con 92 años y nunca olvidó a su amor:

Para mí Felice siempre está cerca. Tengo una foto de ella en mi casa a la que cada día enciendo una vela y le escribo.

Hoy recomendamos: Deseo de ser árbol, de Ángelo Nestore

Redacción 1 de cada 10

 

Deseo de ser árbol es un poemario valiente, honesto, que arroja la luz sobre los conflictos con la familia y el amor. Néstore nos acerca al deseo, su vivencia, su reivindicación.

Ángelo Néstore, fiel a su poética, nos ofrece un acercamiento al deseo y su potencialidad que se materializa en la infancia y el entorno familiar, escenarios en los que se forja ese impulso y se limita su poder. Desde ese lugar nos sitúa ante un conflicto que nos libera y nos plantea otras formas de imaginar, de disfrutar y de amar orientadas hacia lo colectivo, lo orgánico y lo animal con el fin de proponer comunidades de afecto en las que otras formas de goce y placer sean posibles.

Ángelo Néstore (Lecce, 1986 / Málaga), artista no binaria. Su obra gira en torno a lo poético, entendido como territorio queer en el cual la poesía se híbrida con disciplinas como la música, la performance o las artes escénicas. Poeta Cíborg Pecador es su primer experimento poético-musical, basado en sus poemas, seguido por Incognito. Ha publicado Hágase mi voluntad (XX Premio de Poesía Emilio Prados, Pre-Textos, 2020), Actos impuros (XXXII Premio de Poesía Hiperión, 2017), traducido al inglés con el título Impure Acts por Lawrence Schimel en la editorial neoyorquina Indolent Books y Adán o nada (Bandaàparte Editores, 2017).

En 2021 ha salido su primera colección de poesía en italiano, titulada I corpi a mezzanotte (Interlinea Poesía, 2021). Actualmente co-dirige el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables, es director editorial de la editorial de poesía Letraversal.

Primer encuentro de Literatura Queer

E. L. Queer. Primer Encuentro de Literatura Queer acoge un programa transversal que aborda cuestiones que atraviesan y sacuden los transfeminismos y las vidas queer, invitando a compartir un espacio y tiempo donde leernos, pensarnos y debatir en común.

Agenda! ELQueer jueves 13, viernes 14 y sábado 15 de abril, 2023

Las jornadas se articulan desde diferentes lugares como la narrativa, la investigación o el pensamiento crítico como coyuntura para que las palabras trasciendan los libros hasta llegar a los cuerpos alrededor de una comunidad de lectoras, activistas, escritoras y personas LGTBIAQ+ que, cada vez más, existen en las bibliografías y, sobre todo, resisten en las luchas.

Este encuentro se celebra en colaboración con Mary Read, librería y espacio cultural de pensamiento crítico especializada en feminismos y comunidades LGTBIAQ+.

En este enlace puedes consultar el programa completo y reservar entradas

Carla Berrocal, cartel del E. L. Queer. Primer encuentro de Literatura Queer, 2023