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Libros sobre comunicación no verbal recomendables para este verano

Para los apasionados del lenguaje corporal recomiendo algunos libros de lectura ligera para estas vacaciones, pero sin perder el rigor y la utilidad que esta ciencia nos puede ofrecer.

Fotografía Pixabay License

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  1. El cuerpo habla, de Joe Navarro, ex agente de FBI en el área de inteligencia. Se trata de un texto muy práctico que recorre de forma pormenorizada cada parte del cuerpo con sus posibles movimientos y significados. Realiza una categorización de los gestos muy interesantes y aplica la teoría del lenguaje corporal a múltiples ejemplos relacionados con su dilatada experiencia profesional policial.
  2. Cómo detectar mentiras, de Paul Ekman, uno de los referentes mundiales expertos en la materia. Este libro conforma un manual de indicadores que pueden determinar si una personas no está siendo del todo sincera. Analiza a través de las microexpresiones en el rostro, los tipos de sonrisa, las palabras, la voz y el cuerpo, detalla la conducta más prototípica de la mentira, así como errores, estrategias y consejos para detectar el engaño.
  3.  Tu habla que yo te leo, de José Luis Martín Ovejero, autor español que elabora una guía dinámica sobre comunicación no verbal dando respuesta a las preguntas más frecuentes que le han realizado a lo largo de los años en los que ha impartido formaciones en empresas de diversos sectores: consejos para negociar, convencer, causar buena impresión y, en definitiva, para facilitarnos las relaciones humanas y conectar mejor con los demás.

Si preferís una novela, no dudéis en acudir a la bilogía de Care Santos: ‘Todo el bien y todo el mal’ y ‘Seguiré tus pasos’, en la que aprenderéis también sobre comunicación no verbal con una maravillosa historia de por medio. Reina, la protagonista, es una excepcional experta en la evaluación del comportamiento y, como muchos ya sabéis, yo misma participé en la labor de documentación que hizo la autora para dar vida a semejante maravilla de mujer.

Por cierto, mañana mismo a las 19.00 horas, Care y yo haremos un directo en Instagram para charlar sobre el proceso de construcción del personaje de Reina, hablaremos de comunicación no verbal y muchas cosas más. No os lo perdáis! 🙂

El rostro de la sorpresa genuina por un regalo de Navidad inolvidable

Los empleados de una inmobiliaria en EEUU nunca olvidarán la cena de Navidad de este año. Lawrence Maykrantz, presidente de la agencia inmobiliaria St. John Properties, ubicada en Baltimore, quiso sorprender a sus cerca de 200 trabajadores con un regalo inimaginable… 10 millones de dólares a repartir entre todos y vaya si lo consiguió.

Esta misma semana, durante la cena navideña, Maykrantz agradeció a todos sus empelados su esfuerzo y les entregó un misterioso sobre rojo. Cuando el ejecutivo finalizó su discurso de agradecimiento, pidió a su equipo que abriera el sobre y la sorpresa fue tan grande que varios rompieron en llanto.

Los rostros que podemos observar son toda una clase magistral sobre la emoción básica real de sorpresa. El asombro tan intenso dibuja una configuración facial muy específica que podemos apreciar perfectamente en las imagenes.

Recoge y analiza el momento mi compañero Aurelio Cortés, experto en coaching y comunicación no verbal: «La sorpresa es la más breve de las emociones básicas, por ello algunos científicos la califican como proto-emoción, ya que una vez que comprendemos lo que está ocurriendo, la sorpresa desaparece dando paso otras emociones como el miedo, la alegría, el alivio, la ira, etc, o también puede ocurrir que si lo que nos sorprende no tiene consecuencias, no le siga emoción alguna.»

La Sorpresa se observa en tres acciones musculares:

1º La elevación de las cejas en toda su longitud.

2º La elevación de los parpados superiores, originando la apertura total de ojos, conocido con el término cotidiano de ‘ojos como platos’.

3º La caída (descuelgue relajado) de mandíbula.

En el vídeo podéis observar la Sorpresa en los rostros de sus empleados.

«Especial interés tiene la expresión de la empleada de la foto, vemos cómo después de desplegar en su rostro la sorpresa, realiza además un ‘gesto adaptador‘, mas habitual en mujeres, al llevar su mano al hueco supraesternal de su cuello, que pretende aliviar la angustia, inseguridad, temor… originados por lo imprevisto de la situación».

¿No os parece precioso? La magia de las emociones básicas universales… 🙂

¿Qué siente Pedro Sánchez ante la concentración de la plaza Colón?

Con el lema «Por una España unida, ¡elecciones ya!«, Madrid acogió este domingo una manifestación convocada por el PP y Ciudadanos (y con el apoyo de Vox) contra el Gobierno de Pedro Sánchez para rechazar la negociación con los partidos independentistas catalanes. Mientras tanto, Pedro Sánchez acudía a un acto de su partido en Santander.

En un momento de su intervención, hizo alusión a la concentración de Colón: «Como presidente del gobierno, faltaría más, respeto la concentración, pero también digo que están haciendo una concentración en contra de una persona, de mi persona». Obviando la egocéntrica afirmación, continúa lamentándose por la falta de consenso para aprobar los presupuestos de su Gobierno por parte de los independentistas y de «las derechas que se manifiestan hoy en la plaza de Colón«.

Justo en ese instante, captamos esta microexpresión mixta de asco y desprecio, contracción nasolabial y elevación unilateral de las comisuras de la boca. Es una expresión fugaz pero intensa, que indica indignación, falta de respeto, fuerte rechazo y aversión al objeto del mensaje verbal asociado. Es una emoción que implica, en mayor o menor medida, cierta superioridad moral o intelectual, se trata de un gesto de humillación a través del que una persona trata a otra con actitud de altivez y soberbia.

Pedro Sánchez. Microexpresión captada en el minuto 15.54 del vídeo adjunto.

Aquí la secuencia completa de su intervención:

Las hipótesis posibles sobre la actitud de Carmen Montón

A raíz de los análisis a personas del mundo de la política, sobre todo, en los casos de Cifuentes y Montón por el tema máster, muchos me preguntáis: «pero entonces, ¿dicen la verdad? ¿hicieron el máster? ¿no hubo irregularidades?» Os respondo particularmente a cada uno pero creo que es importante plantearlo aquí, para que todos sepamos entender los análisis de conducta y cómo funciona realmente el intrigante mundo de la credibilidad.

En primer lugar, y esto es sabido por todos, el territorio de la política requiere mención aparte, los políticos son entrenados y asesorados para manejar la comunicación y gestionar las emociones a conveniencia. Muchos lo consiguen y lo hacen muy bien, en general. Dicho esto, a veces nos podemos servir de la detección de ‘microexpresiones‘, breves fogonazos de expresión emocional que se escapan en nuestro rostro y que transmiten realmente lo que sentimos en ese momento. Cuando éstas son incongruentes con lo que decimos, es una alarma para la credibilidad y merecen de nuestra total confianza, ¿por qué? porque se tratan de emociones primarias que suelen producirse en momentos tensos de alto impacto emocional, son inconscientes, poco manipulables y genuinas según los músculos de la cara activados. Son indicadores bastante fiables, pero no siempre se producen.

Sí pudimos apreciarlos en el caso de Cristina Cifuentes, (puedes pinchar aquí para acceder al análisis), visos de culpabilidad, tensión, nerviosismo, desprecio… ¿hizo el máster? ¿cometió alguna irregularidad? no podemos saberlo, lo que sí que puedo decir es que sus patrones de conducta no son congruentes con los de una persona a la que se le acusa injustamente de algo, que está incómoda, tensa, que se siente culpable, pero hasta qué punto ha cometido una ilegalidad o no, no puedo asegurarlo, solo las pruebas tangibles hablarán de forma irrefutable.

Vamos ahora con el caso de Carmen Montón, (pincha aquí para acceder al análisis) donde nos encontramos todo lo contrario, aquí vemos a una persona directa, enfadada, convencida, contundente en su argumentación, sin microexpresiones de culpa, miedo… solo vemos ira, actitud congruente con alguien que dice la verdad y que se siente acusada injustamente de una acción no cometida… Hasta en su dimisión de anoche, donde todo eran sonrisas (fingidas) y actitud orgullosa, salió de la sala con la cabeza bien alta, ausencia de culpa, de miedo, de vergüenza, continuó exactamente con la misma actitud, entonces, ¿es sincera? ¿no cometió ninguna irregularidad? De igual forma, no podemos saberlo, pero por su comportamiento en este contexto podríamos plantear tres hipótesis:

  1. Ella realmente se cree inocente. La universidad le dio una pautas para cursar el máster (por ejemplo, pago de tasas, acudir al menos a dos clases presenciales y presentar un trabajo final) ella lo cumplió a rajatabla y aunque sea una situación injusta para el resto del alumnado e irregular por parte de la Universidad, ella no cree que haya cometido una ilegalidad porque hizo lo que le pidieron y quizás pensó que era habitual en la modalidad a distancia o siguió estas instrucciones a pesar de que supiera de su trato de favor. Un profesor de mi facultad lo llamaba ‘gente de ética y moral distraída‘, el umbral de la injusticia lo tienen poco delimitado y achacan estas faltas a la picaresca cotidiana, sin más.
  2. Cuenta ‘su’ verdad. Ha cometido una irregularidad consciente y voluntaria, sabe perfectamente que ha hecho mal pero hay mucho en juego, por tanto se autoconvence de lo contrario. La máxima para mentir bien, de hecho, diría que es la única forma de elaborar una mentira perfecta es creerse su propia mentira. De esta manera, si estamos totalmente convencidos y creemos en lo que decimos (no es difícil si la motivación es muy alta) nuestro cuerpo transmite efectivamente lo que pensamos y esto puede corresponderse o no con la realidad.
  3. Miente muy bien. Puede pasar, hay gente con un buen cocktail de rasgos y experiencias que le hacen tan buen mentiroso siempre que es muy difícil detectar la realidad detrás de sus palabras, exista alta motivación o no. Ya lo tratamos en este blog anteriormente en el post: ¿cómo es el mejor mentiroso?

Conclusión, no diré jamás en este blog esta persona miente o esta persona dice la verdad, me limito a analizar los patrones de conducta y detecto congruencias o incogruencias entre las emociones esperadas según el contexto y las emociones presentadas. Tras esto, solo podemos establecer hipótesis y plantear diferentes posibilidades. Os animo a que veáis ambos vídeos (caso Cifuentes y caso Montón) y sigáis las líneas de conducta para ver las diferencias y sacar vuestras propias conclusiones. Vuestras observaciones siempre son super interesantes y os agradezco que las comentéis 🙂

Los peligros de aprender a detectar microexpresiones faciales

Por definición, las microexpresiones faciales filtran las emociones que las personas no quieren que los demás sepan que están sintiendo. A veces, incluso la persona que muestra esta reacción no es consciente de la emoción que se está filtrando. Si nos entrenamos en esta práctica de captar micreoexpresiones nos permitirá ‘aprovechar’ esta información oculta de los demás (y, en cierto sentido, la estaremos robando).

¿Quién tiene el derecho a hacerlo, a arrancar la máscara y desvelar el rostro real? Paul Ekman advierte que «Ciertamente, los agentes de la autoridad. Aunque he sostenido, de forma reiterada, que los agentes entrenados para detectar micros deben ofrecer a aquellos con los que hablan la posibilidad de usar una máscara facial». Es decir, respetar que los seres humanos mintamos, socialmente, por un bien mayor, por no dañar, por autodefensa, por minimizar o exagerar hechos o por lo que sea…

La Constitución nos protege de la autoincriminación, pero las microexpresiones pueden proporcionar al agente de la autoridad la posibilidad de descubrir tales detalles incriminatorios, simplemente con lo que la persona muestre involuntariamente. ¿Sería ético en personas entrenadas en detectar microexpresiones no informar a los interrogados de esta invasión en su privacidad? ¿Los presuntos delincuentes no tienen derecho a usar una ‘máscara’ para preservar su protección?

Lo que es más, son muchos los profesionales (abogados, negociadores, políticos, banqueros, operadores comerciales, vendedores, etc) cuyos intereses no siempre son los ideales, y ahora pueden, sin previo aviso, invadir la privacidad de sus interlocutores.

Los formadores en la materia no nos paramos a pensar en estas cuestiones cuando entrenamos en esta potente herramienta de comunicación no verbal, permitimos la invasión en un terreno muy privado de la vida de las personas: los sentimientos que no quieren que todo el mundo (y, a veces, nadie) sepan que están experimentando .

Y, sin embargo, la invasión de este tipo de privacidad puede servir, y mucho, al bien público. Los seguidores de este blog lo sabrán bien, la colaboración tan enorme que la lectura gestual aporta a áreas como la comunicación, educación, medicina, criminología, etc. Ayuda a sintonizar y conectar con nuestro interlocutor y encontrarnos, por tanto, en mejores condiciones para ayudar.

Todo lo que podemos esperar es que todo este conocimiento vaya a ser utilizado en mayor medida por lo que consideramos bueno, para ayudar a la gente, más que para dañar, engañar o explotar a la gente. Y vosotros… ¿qué pensáis?

*Referencia: PaulEkmanGroup

Florentino Pérez nos cuenta lo que realmente piensa de Cristiano Ronaldo

Polémica en el Real MadridCristiano Ronaldo ha defraudado supuestamente a hacienda; a partir de esta acusación planea la sombra de la duda sobre la permanencia del jugador en el club blanco, además, parece ser que éste no se ha sentido muy apoyado por su presidente Florentino Pérez. Y Florentino ha hablado. Analizamos su declaración para el programa deportivo ‘El Transistor’.

Mi captador de microexpresiones favorito, J.L Martín Ovejero, ha detectado emociones muy interesantes que reflejan lo que realmente el presidente del Real Madrid estaba experimentando al tratar el tema. En primer lugar, mientras habla de Cristiano Ronaldo, hay impacto emocional, porque hay un cambio notable en su expresión, más tensión en el rostro, más movimiento, está concentrado, es un tema que le preocupa y sabe que es importante ‘medir’ cada una de las palabras que va a pronunciar.

¿IRA O TRISTEZA ANTE LA SITUACIÓN? En la imagen lo podemos apreciar sin género de duda. En palabras del experto: «Apreciamos claramente tristeza, nunca he constatado enfado en el rostro de Florentino Pérez; y sus gestos en los que se auto señala exteriorizan un compromiso sincero con sus palabras. Interesante no olvidar que, aunque le veamos, era una entrevista para la radio, por lo que no se le ve atento a cámaras.»

EL ASCO TAMBIÉN APARECE. «Una expresión facial de asco se hace visible cuando se compara el caso de Ronaldo al de Messi. Florentino Pérez se niega a entrar en esa comparación.»

DAME UN RESPIRO. «La idea de que Ronaldo no reconsidere su postura y definitivamente abandone el club blanco parece dejar sin aire a su Presidente Realmente se aprecia su agobio, incomodidad y desasosiego con tan solo imaginarse esa idea.

La entrevista fue bastante larga, 90 minutos, un tiempo más que suficiente para demostrar su profusa incomodidad con el tema, no dejó de realizar gestos manipuladores con objetos (micrófono, corbata, bolígrafo…), acciones que demuestran la tensión y el nerviosismo asociados al mensaje verbal. Esta agitación disminuía visiblemente cuando trataban otras cuestiones. Se aprecia una comunicación bastante coherente, emocional y comprometida con lo que dice.

Las insólitas emociones de Susana Díaz en su discurso tras la derrota

La candidata socialista, Susana Díaz, no convenció. En los debates Pedro Sánchez se crecía, y tras las tablas adquiridas en las elecciones generales, su comunicación no verbal fue mucho más natural, coherente, preparada sin artificio, conectando con el público a través de su mirada y expresiones faciales. Esto (supongo) no ha sido una variable determinante pero ya sabemos, todo cuenta.

Han sido muy elocuentes las reacciones de Susana Díaz durante la primera aparición pública tras conocerse los resultados de las Primarias del PSOE. En primer lugar, llama la atención que no nombre en ningún momento a Pedro Sánchez, evita referirse a él, eludiendo así, por tanto, cualquier vinculación o deferencia hacia su persona, se distancia totalmente del ganador, lo cuál sugiere un gran impacto emocional, para bien o para mal (por el resto de canales expresivos, debemos entender que para mal), pero desde luego no le resulta indiferente.

Su gestualidad, intensidad en su discurso y movimientos descienden notablemente en referencia a su línea base de comportamiento. Está totalmente abatida, bloqueada, lo que infiere que realmente sí ha sido una sorpresa para ella, y no esperaba un resultado tan desfavorable para ella.

Mi colega de profesión y amigo, Francisco Campos Maya, ha captado dos microexpresiones genuinas de Susana Díaz en esta comparecencia. Esta primera de intensa y profunda TRISTEZA, ejecutada en el momento en el que agradece la participación de los afiliados en estas Primarias. Como bien apunta el experto, «Es interesante fijarse en la elevación de barbilla, acción que corresponde con el «puchero«, que podemos observar en las niñas y en los niños más pequeños cuando están tristes.»

Esta segunda imagen correspondería con una expresión mixta entre la emoción de ASCO e IRA, justo cuando habla de la enhorabuena que ha trasladado a su principal rival, Pedro Sánchez (aunque no le nombra).

¿Mentiras en una entrevista de trabajo?

Una empresa de consultoría, Grupo Gerson Lehrman, ha publicado recientemente un artículo sobre el engaño durante las entrevistas de trabajo. Según el artículo, los estudios han demostrado que alrededor del 49% de los solicitantes de empleo mienten en el proceso de la entrevista, y alrededor del 40% de los empleados robarán posteriormente a sus jefes.

Jim McGuffey, autor de esta publicación con casi 40 años de experiencia en este tipo de entrevistas, afirma que la verificación de antecedentes y pruebas de drogas, que se utilizan en multitud de países (también en algunas empresas españolas, aunque nos sorprenda), son las principales pruebas de fuego que los empleadores han estado utilizando para valorar a sus candidatos, y éstas no siempre son 100% exactas.

McGuffey admite que la observación del lenguaje corporal y expresiones faciales de un candidato durante la entrevista juega un papel importante en la determinación de su comportamiento futuro, y que la tendencia de los empleadores a confiar únicamente en la verificación de referencias (que normalmente suelen ser falsas) antecedentes y pruebas de drogas es una de las razones por las que el robo de los empleados, la violencia y el mal comportamiento son tan comunes.

Si bien, los autores reconocen que evaluar el comportamiento no verbal a tiempo real es difícil. Es indispensable establecer una línea base de comportamiento (tendencia natural de comportamiento en cualquier contexto), para después poder comparar esa línea base con las posibles contradicciones verbales y no verbales en situación de entrevista.

Por ello, para salvar esta necesidad, es obligado que durante, al menos, los 10 primeros minutos de entrevista no se hablen de cuestiones importantes para evaluar al candidato, sino mantener una conversación trivial para registrar cómo se expresa de forma natural, hay que dejar que se relaje, que hable de lo que quiera. Es el único modo de poder comparar este patrón con la actitud que adopte ante preguntas diana. Si no se puede establecer esta línea de base, no habrá nada que comparar entre comportamiento verbal y no verbal del candidato.

Por otra parte, hay que dejar claro que no hay ningún comportamiento en particular que sea absolutamente indicativo de engaño. Además, la mayoría de la gente tiene dificultades para leer el comportamiento no verbal; las Microexpresiones, por ejemplo, van y vienen tan rápidamente que la mayoría de las personas no son conscientes de éstas.

¿Creéis que la mayoría de los entrevistadores serían capaces de juzgar con precisión a un empleado potencial basándose en su comportamiento no verbal?

A pesar de los factores explicados, la observación de la conducta de un entrevistado sigue siendo importante. La mayor parte de las personas puede al menos decir que alguien le transmite «malas vibraciones», y esa impresión no debe ser ignorada, porque significará posiblemente que nuestro cerebro ha codificado alguna incoherencia casi de forma inconsciente, que hay algo que no cuadra en lo que vemos.

 

*Fuente: Humintell (página web del Dr. David Matsumoto)

 

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