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El señor azul, uno más en la cama

Durante el tercer trimestre del embarazo duermo bien pegadita a otro que no es mi marido: el señor azul.

Ya lo hice durante mi primer embarazo.

Me lo prestó y recomendó una amiga que ya había sido madre y que a veces comenta por aquí.

Tras usarlo yo, ha estado entre las piernas y bajo la barriga de otras dos madres recientes a las que yo se lo he prestado.

Hace no mucho volvió a mí. Cuando haya nacido Julia se lo devolveré a mi amiga, por si se anima a volver a usarlo.

Cuatro madres, seis embarazos en cuatro años. No está mal…

¿Y quién o qué es el señor azul?

Nada que ver con Reservoir Dogs como ya os imagináis: se trata de una almohada más larga de lo normal y circular que está rellena de pequeñas bolitas.

Se adapta perfectamente a tu cuerpo y ayuda a dormir mejor si te abrazas a ella de lado con manos y piernas y dejas que te sostenga la tripa.

Dicen que también vale luego como cojín de lactancia. Yo para eso la verdad es que no la usé. Es demasiado grande.

Pero precisamente por lo larga que es permite colocarla en forma de U con el recién nacido en el centro para que no ruede y se caiga.

La verdad es que, sin ser imprescindible (siempre puedes apañarte de otras maneras), el señor azul es uno de esos muchos chismes que nos colocan en el embarazo que sí que me ha resultado útil.

¿Conocéis este tipo de artilugios? ¿Los habéis usado?

A cada niño le da por un tipo de juguetes

Aunque no niego que hay niños «multijugadores», tengo comprobado que en la mayoría de los casos a cada niño desde muy bebé le da sobre todo por un tipo de juguetes.

Conozco niños que apenas juegan con otras cosa que no sean animales, otros que tienen pilas y pilas de coches y motos (los hay que incluso se especializan en coches de bomberos por ejemplo), otros que disfrutan con pelotas y balones de todo tipo o con cacharros que producen música. Incluso sé de uno al que le ha dado por los puzzles.

Al mío sólo le gustan los libros de cuentos: pasar las hojas una y otra vez y esparcerlos por toda la casa (al menos hacen menos daño que los cochecitos si los pisas) hasta que los pobres revientan. No hace ni caso al resto de juguetes.

Yo de pequeña me volvía loca con los animales. Una de las obsesiones más frecuentes por lo que veo.

Es posible que en algunos casos los padres influyan, pero mi impresión es que generalmente el niño sale así, con esos gustos, sin que sus padres sepan muy bien por qué.

Lo que sí hacemos es reforzarlo luego: en la familia se comienza a correr la voz de que al sobrino, al nieto o al primo le gustan los camiones y los padres acaban teniendo más stock en casa de esos vehículos que la Pegaso.

¿Por qué le ha dado a los vuestros?

Por cierto, dichosos nuestros niños que pueden elegir juguetes. Dichosos simplemente por tener juguetes.

¿Cuál es el mejor porta bebés?

Me consta que para muchos padres recientes el porta bebés es uno de los cacharros mas inútiles que han pasado por su casa. Acabó cuarto en la lista que me fabriqué hace tiempo, por detrás del guardachupetes, el humidificador y el moisés y justo por encima del esterilizador.

No fue así en nuestro caso.

Poder llevar a tu bebé colgado junto a tu cuerpo era una gozada. Una experiencia estupenda. Tanto a mí como a mi santo nos encantaba llevar al peque a cuestas. Y a él aún más que lo llevásemos así.

Ahora es bueno como el pan, apenas llora, pero durante sus primeros meses de vida sí que fue un niño bastante llorón que pedía brazos continuamente. En la mochila iba feliz y era frecuente que se durmiera.

Y además es un cacharro muy útil en determinadas circunstancias: si vives en un tercero sin ascensor como nosotros o si te vas de excursión a algún sitio en el que es complicado que ruede una sillita.

Aún así nosotros usamos ese sistema de transporte menos de lo que nos hubiera gustado.

Nos regalaron una de las mochilas que mejores referencias tenía: una versión de la baby bjorn con un cruzado a la espalda para sostener mejor el peso.

Por lo que pude ver en Internet tenía buenas críticas y unos cuantos premios. Pero tras haberla usado tengo mis peros.

Pese a que por peso casi podría llevar todavía a mi peque, con sus casi 27 meses, la verdad es que en cuanto el niño sumó más de 8 kilos, llevarle largos trayectos comenzó a ser cansado.

Por espacio se nos quedó pequeña muy pronto. El el hueco que tiene sólo cabe a gusto un bebé pequeño.

Además, tenía la gran pega de obligarte a estar de pie. Sentarte con la mochila y el bebé era entre incómodo e imposible, lo que nos limitó mucho su uso.

Por eso me estoy planteando buscar otro porta bebés menos «mochilero» y que no tenga esos inconvenientes.

Una amiga mía, también sufridora de un tercero sin ascensor, usó un sencillo foulard para transportar a su peque durante mucho más tiempo y de forma más satisfactoria que nosotros el caro baby bjorn.

Hay porta bebés un poco más elaborados pero herederos del sistema ancestral «átate al niño al cuerpo con un trapo», que emplean un sistema de anillas, como el de la imagen.

Me estoy planteando para la niña probar con otro adminículo que mucha gente parece poner muy bien: el ergo baby.

Es mucho más versátil, permite llevar al niño en distintas posiciones y vale desde recién nacidos hasta los cinco años.

¿Cuál es vuestra experiencia llevando al bebé a cuestas? ¿Qué sistema recomendáis?

El cinturón de seguridad y las embarazadas

Ando dando vueltas a la posibilidad de comprar uno de esos cinturones de seguridad para embarazadas, un chisme que se adosa al cinturón convencional para evitar presiones innecesarias pero que no impide que estés bien sujeta en caso de accidente.

En el anterior embarazo ni me lo planteé: estábamos en Callao e iba a trabajar en transporte público. Pero 20minutos.es cambió de sede hace justo un año, y ahora me toca un buen trecho de coche todos los días a la ida y a la vuelta.

Buscando en Internet no me queda claro si es efectivo o no. Encuentro opiniones para todos los gustos. ¿Vosotros qué pensáis?

Tengo que ver a la matrona el lunes de la semana que viene y le pediré su consejo, ya os contaré qué me dice.

La ginecóloga sí que me explicó en una de las primeras revisiones que al estar embarazada no estaba obligada a llevar el cinturón, pero que ella no lo aconsejaba.

«Poco vas a proteger al feto si sales despedida en un accidente, tú eres lo primero» me dijo.

De todas formas, desde hace un par de años sí que es obligatorio que las embarazadas lleven el cinturón (gracias a los que me habéis puesto sobre aviso.)

Y también me explicaron y leí cómo colocarse el cinturón convencional, con la franja inferior sobre la pelvis y nunca sobre el vientre. Mantener el cinturón ahí en caso de accidente es la principal función del adaptador que comentaba al principio.

Pulsando sobre las imágenes hay más información sobre cinturones de seguridad, adaptadores y embarazadas.

¿Qué es realmente imprescindible cuándo se tiene un bebé?

Los libros, la gente, los catálogos de las tiendas… todo lo que te rodea cuando estás embarazada acaba convenciéndote de que necesitas una cantidad enormes de trastos para atender adecuadamente y hacer feliz a tu hijo.

¿Qué acaba pasando? Pues que acumulas un montón de archiperres que a la hora de la verdad descubres que sirven para muy poco o directamente para nada.

A mi me pasó, a todos mis amigos con hijos les ha pasado. Deduzco que a todos los padres les pasa en mayor o menor medida.

Ya hablé de ello en el pasado. Y creé una lista que ha recibido 4.036 votos.

Según los lectores de 20minutos.es que han votado, los cacharros más inútiles son:

1. Guardachupetes

2. Humidificador

3. Moisés

4. Mochila portabebés

5. Esterilizador

6 Gimnasio infantil

Ahora me he animado a hacer una lista como esas de los libros y los catálogos prenatales, pero basada en mi experiencia.

De hecho, podéis entrar en la lista y votar a ver si entre todos conseguimos dar con los chismes realmente imprescindibles.

Mi lista de enseres imprescindibles:

– Bañerita de plástico que poner encima del lavabo. Cuando el enano era recién nacido, le estuve metiendo directamente en el lavabo. Pese a tener bañera descubrí que era lo mejor. Luego pasó a esa bañera que digo, que por cierto la compré en unos chinos. Al hacerse mayor y no caber, nos bañamos juntos con él en nuestra bañera. Un sistema placentero y divertido que te sirve tanto en casa como cuando estás de viaje.

– Barrera anti-caídas para la cama. Nuestro peque duerme con nosotros, así que con la barrera en nuestra cama es bastante.

– Carrito de paseo, por supuesto. Y cuando digo carrito, digo cuco, maxicosi y sillita de paseo. El chisme con ruedas que, según la edad será distinto, pero sirve para carretar al bebé.

– Silla para el coche. Imprescindible desde el primer día. Digo lo mismo que con el carrito. Aquí englobo todas las variedades según el peso del peque.

– Hamaca. Para tenerle en casa tumbado y contento. Viene bien para llevarte el bebé por toda la casa. Yo hasta lo metía en el baño mientras me duchaba y jugaba a esconderme y salir tras la mampara.

– Parque. Es el equivalente a la hamaca cuando son mayores. Ahí aguanta un rato con sus libros y juguetes mientras hago otras cosas. Yo como parque uso una cuna de viaje que me prestaron y sirve perfectamente.

– El cambiador es cómodo, pero tampoco imprescindible. Cualquier cama o cómoda vale, poniendo encima un cambiador de viaje.

– Mochila portabebés o canguro, es muy práctica durante unos meses si se sale de viaje y se va a ir a sitios en los que el carrito es un estorbo. También si, como en mi caso, se vive en un tercero sin ascensor.

Eso es lo que hace falta según mi experiencia. ¿Estás de acuerdo? ¿Crees que falta algo?

Entra y vota.






Los cacharros más inútiles cuando tienes un bebé

El domingo lo pasé paseando con una amiga que ya está embarazada de 30 semanas.

Está en esa etapa en la que quieres tenerlo todo listo, y me estaba contando las pocas cosas que le quedaban por comprar o por pedir que le compraran.

Cuando llegó al esterilizador tuve que interrumpir la conversación para exclamar «el cacharro más inútil de todos».

Y es la pura verdad.

Yo nunca lo he usado. Mis amigas tampoco.

Ya en el curso de preparación al parto nos dijeron que comprarlo era tirar el dinero. Tal cual.

El bebé se meterá en la boca sus puñitos sin esterilizar, mamará de una teta no esterilizada y babeará el hombro sin esterilizar de aquellos que le cojan en brazos.

Además, si tras esterilizar un biberón o un chupete lo dejas guardado en el cajón de los trastos del peque, toda la esterilización se ha ido al garete.

Afortunadamente, porque unos cuantos bichos vienen muy bien al sistema inmunológico.

La matrona en los cursos nos dijo que lo laváramos con agua y Fairy o Mistol y listo.

Y eso he hecho.

En el podio de cacharros inútiles también pondría el humidificador, aunque sé que mucha gente lo usa a destajo, y un gimnasio infantil inflable que me regalaron, pero que en una casa con dos gatos es todo un despropósito.

¿Cuáles han sido tus chismes más inútiles?

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He hecho una lista con diez cacharros en la que podéis votar aquellos que creáis más inútiles.

La he dejado abierta para que también podáis añadir nuevos elementos.

A ver qué nos sale….

¿Sacastéis partido al cuco? ¿Y al carrito 3 en 1?

Yo no. Menos de dos semanas aguantó mi peque en el cuco.

En el coche sólo lo tuvimos puesto el famoso cuco el día que regresamos del hospital.

Era agosto cuando nació, hacía calor, desde el primer día era un cotilla que quería ver el mundo, y ocupaba tanto que apenas cabía en un ascensor, así que a los pocos días le pasamos al maxi-cosi (nombre absurdo ¿de dónde saldría? para lo que nosotros siempre hemos llamado «el huevo»).

El cuco ha sido sin duda uno de los chismes que menos hemos amortizado. Menos mal que me lo prestó mi prima.

Y a los cinco meses y medio pasó a la sillita de paseo, y descubrimos que era mucho más práctico comprar una sillita de esas hiperplegables y ligerísimas que cuestan entre 90 y 150 euros.

Por lo que veo rodando en la calle, la mayoría de los niños también gastan ese tipo de sillas de paseo.

Así que descubrimos que el carrito tres en uno que ahora tanto se empleñan en colocarte y tan caro resulta, en mi caso no merecía la pena.

Por eso he aconsejado a unos amigos que esperan su primer hijo para julio que pasen del tres en uno y compren directamente una maxi-cosi, que las hay muy majas para bebés muy pequeños, y que luego se pasen directamente a la silla de paseo.

¿Vosotros sacastéis partido al tres en uno? ¿Y al cuco?

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Glosario para despistados:

– El cuco, apto para recién nacidos tanto para pasear como para viajar en coche, es ésto (el de la foto es el Prelude Casual):

– El maxi-cosi, que vale hasta los 5 o 6 meses y también se puede usar anclado al automóvil, es como ésta que véis de Quinny:

– Un tres en uno es una estructura a la que se puede acoplar un cuco, un maxi cosi y una funda que la convierte en una silla de paseo. Difícilmente la encontraréis por menos de 500 euros. El de de la imagen es de Loola.

– Una silla de paseo, apta a partir de los 5 o 6 meses de la criatura, que que habréis visto mucho por la calle es la McLaren:

«Lo más parecido posible a un calcetín»

Lo prometido es deuda.

Acabo de llegar del pediatra, de la revisión de los 18 meses de mi peque, y he ido con los dos zapatos en el bolso: el de Pablovsky y el extremadamente blandito que la zapatera, mi madre y mi suegra no veían con buenos ojos porque dicen que el zapato debe sujetar mejor el pie del niño.

Pues bien, el veredicto de la pediatra ha sido claro: el ganador es el blandito.

Los que lleva de Pablovsky son buenos. Me ha mostrado como el niño flexiona el zapato con el pie por el sitio correcto, la zona superior del empeine. Y que le sujeta bien el talón. Es un buen zapato.

Pero es mucho mejor el otro, que se parece más a lo que ella dice que debe ser un zapato para bebés: «lo más parecido posible a un calcetín, a andar descalzo».

De hecho, me ha dicho que en casa le ponga calcetines con suela de goma y que deje los zapatos únicamente para salir a la calle.

¿Cómo te fue con la mochila portabebés?

Acabamos de publicar la siguiente noticia: Prohíben tres mochilas portabebés de Jané, El Corte Inglés y Baby Nurse

El Instituto Nacional de Consumo (INC) ha prohibido comercializar por «riesgo de asfixia y lesiones diversas» tres modelos de mochila portabebés: la que responde a la referencia 60203 de la marca Jané, la de El Corte Inglés con referencia 918 y Baby Nurse, según informó la asociación de consumidores Facua en un comunicado.

Facua informó de que la Consumo ha descubierto que «en las tres mochilas las correas de sujeción del bebé son más estrechas de lo establecido», además de que «pueden desprenderse piezas pequeñas (un botón en la de El Corte Inglés y las etiquetas en las otras dos)», lo que supone «un riesgo de ingestión y asfixia para los pequeños».

Las mochilas presentan además otros riesgos, como «aberturas para las piernas inadecuadas» en la mochila de El Corte Inglés, así como que la mochila Baby Nurse «no lleva las indicaciones necesarias para un uso seguro».

Yo tengo una mochila portabebé. Una estupenda de Babybjorn con refuerzo en la espalda que costó una pasta.

Y tenía muchas ganas de usarla con mi peque. Creía que la iba a utilizar más que el carrito teniendo en cuenta que vivo en un tercero sin ascensor y lo mucho que me gusta la crianza natural.

Pero no lo fue tanto.

La primera experiencia no fue buena. Tal vez por que era agosto, hacía mucho calor, era demasiado pequeño… la verdad es que no me dio la impresión de que fuera demasiado cómodo, me empecé a agobiar y regresé a casa rápidamente.

A partir de sus dos meses de vida sí que la use mucho. Sobre todo por que a él le gustaba más.

En el carrito se cansaba enseguida y lloraba, pero en la mochila (que yo siempre he llamado canguro) iba feliz y contento y se dormía tan a gusto.

Pero a los cinco o seis meses la mochila se acabó.

Y eso que por el peso que aguanta aún podría llevarlo así a su año y medio. Pero una cosa es el peso que aguanta la mochila y otra es el peso que aguanto yo.

¿Cómo te fue a ti con la mochila?

Angel Sounds, lo que hay que oir

Hubo un día en concreto de mi embarazo que hubiera agradecido tener este chisme.

Fue un día en el tercer trimestre , cuando llevaba mucho tiempo ya acostumbrada a notar cada poco los movimientos de mi peque.

Ese sábado no noté nada. No dije nada a nadie, pero me fui algo preocupada a la cama pensando en ir el lunes a la matrona si seguían así las cosas para que buscara sus latidos con el doppler.

No hizo falta. El domingo se hizo notar a base de bien para compensar la tranquilidad del día anterior.

Pero si hubiera tenido este cacharro, otro gallo me hubiera cantado.

Lo he visto a la venta por 50 dólares en Amazon y es un doppler, como los que usan matronas y ginecólogos, pero casero con el que escuchar los latidos del bebé cuando apetezca.

Puede ser una gozada, una manera más de ser consciente y hacer conscientes a los que te rodean del bebé que está creciendo dentro de tí.

Pero también puede ser un agobio.

¿Qué opinas?