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¿Cuál es el objeto que con más cariño asociáis a vuestra maternidad?

1No soy yo de encariñarme  con las cosas. Las cosas son cosas, puede que útiles, bonitas, pero inertes, incapaces de sentir . “No llores por eso cariño, es solo una cosa, no llores por algo que nunca lloraría por ti”, es algo que he dicho a veces a mi hija. Ni ella ni su hermano tienen un apego excesivo a los objetos, regalan y prestan con toda la facilidad del mundo y eso me complace. Pero es inevitable que algunos objetos sean especiales, en mi caso aquellos que quedan asociados a buenos recuerdos.

Ayer tocó zafarrancho en el cuarto de mi hija, estuve vaciando cajones y baldas, decidiendo que cosas regalar, que cosas colocar de otra manera (cuentos que antes le quedaban grandes ahora ocupan el lugar de otros que le han quedado pequeños) y que cosas directamente mandar al contenedor de reciclaje. Entre tanto trajín de cosas apareció, hecho un ovillo en una bolsa de plástico al fondo del armario, algo que creía perdido. Una de esas cosas que son especiales.

“Póntela, a ver si quepo”, me pidió Julia cuando vio desplegarse nuestra vieja mochila de porteo. “Imposible mi amor, tienes ya siete años, la última vez que estuviste dentro tenías dos y medio”.

Ella dice que se acuerda de ir sujeta a mi cuerpo, yo no tengo claro si de verdad conserva vagos recuerdos o si son solo reflejos de las fotos que ha visto. Yo sí que conservo la sensación de llevar su cuerpecito cálido contra mi pecho, de sentirla dormirse, de pasear con su hermano de la mano y la correa de mi perro en la otra… Usamos esa mochila mucho más que el carrito, con ella no había que plegar nada, teníamos las manos libres, cualquier terreno era apto y a ambas nos gustaba más. Ni carro, que casi todos los días parecía tener pinchos, ni bolsa de carro, que con lactancia materna y con la experiencia que da el segundo hijo descubres que tiende a llenarse de archiperres rara vez necesarios que arrastras como una tortuga desestructurada de un lado a otro.

Si hay un objeto que asocio a mi maternidad que aunase disfrute y utilidad, sin duda sería esa mochila, esa cosa que también ha pasado por otros tres bebés y a la que no voy a conservar, porque no hay mejor lugar para guardar las cosas que tu memoria y alguna que otra foto y dónde mejor estará es resultando útil a otros padres recientes.

¿Cuál es el vuestro?

Los regalos a padres recientes, que se puedan devolver

El otro día me pidieron consejo sobre qué regalar a unos padres recientes. Es el típico regalo en el que se junta mucha gente y al final hay bastante dinero para comprar. Mi respuesta inmediata fue «algo que venga con ticket regalo».

Me parece imprescindible que se puedan devolver con facilidad, en un lugar en el que reembolsen el dinero o al menos haya muchas bastantes posibilidades de compra. Y con el ticket regalo por delante, que no se vean en la tesitura de tener que pedirlo. Hay personas a las que les da apuro. Y luego hay gente que se molesta cuando le dices amablemente que no ha acertado y que quieres cambiarlo. No soy capaz de entenderlo. Siempre gusta acertar, pero si lo que quieres es entregar algo útil y agasajar al que regalas, no deberías torcer el morro.

En esa fase hay muchos regalos, muchas cosas que se heredan y tantos estilos diferentes (estéticos y de crianza), que es muy fácil no acertar.

Yo recuerdo aún una cesta llena de pololos, bodys con puntillas y trajecitos tipo tirolés que nunca vistieron mis niños. Tengo por casa dos pinzas para chupetes de plata a estrenar dado que mis hijos jamás usaron chupete. También una cajita de plata para guardar los dientes que se caen (ejem) y una especie de tubo muy decorado y aparatoso para guardar la partida de nacimiento.

Nada de eso lo pude devolver. También tuve gimnasios infantiles (¡cómo le gusta a la gente regalar eso!) que no necesitaba a menos que hubiera querido poner un parque de atracciones para mis gatos, alguna ropita y accesorio de puericultura que pude devolver sin problemas. Mucho mejor.

En algunos comercios tienen incluso listas de nacimiento, al estilo de las listas de bodas, que hacen los padres para poder así obtener lo que necesitan. Lo que pasa es que te limita a una única tienda y mucha gente no le gusta financiar dos ruedas de un carrito y prefiere el detalle que se recuerde.

A mí me gusta regalar ciertas cosas concretas cuando hay confianza y conozco lo suficiente a los padres como para intuir que les puede gustar.

La mochila Ergo Baby.

La mochila Ergo Baby.

Están los libros de Carlos González, la rana croki (un juguete que fascinó a Jaime y que usaban en su centro de atención temprana), y la mochila ergobaby (similar a la manduca, nada que ver con la mayoría de mochilas que llevan a tanta gente a odiar el porteo). Disfruté mucho llevando a Julia en mochila desde que era recién nacida hasta que tuvo dos años. La usé más que que el carrito, ya ha pasado por más madres recientes y me trae muchos buenos recuerdos.

Pero por mucho que a mí me gustase, todo va siempre con ticket regalo. Tenedlo en cuenta que os lo agradecerán.

¿Qué os parecería que implantasen sillas regulables y taquillas en los colegios e institutos españoles?

Ni Julia ni Jaime tienen que llevar libros al colegio. Por suerte y solo de momento. En el colegio de Jaime, un colegio específico para niños con autismo, las enseñanzas no requieren llevar ni traer libros. Únicamente la mochila de la piscina con las chanclas, la toalla y el bañador el día que toca. Una mochila que no pesa. Julia va  a un colegio en el que no usan libros de texto; existe una cooperativa y los maestros tiran de ahí para elaborar ellos los materiales y fichas que utilizan. Aunque Julia acabará llevando y trayendo libros al hombro, tiempo al tiempo. Y yo también, claro.

No tener que andar carretando libros arriba y abajo tiene muchas ventajas. La primera y la más obvia es económica. Cuestan mucho dinero y los padres andan de cabeza en estas fechas tanto para pagarlos como para conseguirlos. Además, con frecuencia obligan a renovarlos sin necesidad. La segunda desventaja está relacionada con la salud de nuestros niños: en España, el 51% de los chicos y el 69% de las chicas ya han padecido dolores de espalda antes de los 15 años  según el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, que señala el peso de las mochilas como principal responsable.

Durante la presentación este martes de una nueva edición de la campaña de prevención de las dolencias de espalda en los escolares, la OMC y la Fundación Kovacs han recordado de nuevo la importancia de que las mochilas no superen el 10% del peso de los niños. Es decir, si pesa treinta kilos, pues no más de tres kilos al lomo. Por lo visto más de un tercio de los escolares supera ese límite.

También recuerdan que para prevenir esos dolores de espalda, que en algunos casos se pueden arrastrar toda la vida, ayuda mucho fomentar el ejercicio físico en los niños y el uso de mochilas con ruedas. Las mejores mochilas si toca llevar mucho peso: con tirantes anchos y un cinturón que las mantenga bien sujetas.

Pero esas son medidas que no afectan a los colegio, que debemos escuchar los padres, pero los centros pueden hacer mucho. Los médicos han propuesto a los colegios sillas con altura regulable y la instalación de taquillas. Y nos han pedido a los padres que lo reclamemos.

Han recordado que distintos estudios internacionales demuestran que el dolor de espalda es menos frecuente entre escolares que disponen de taquillas en sus colegios, al permitirles transportar menos peso dentro de los centros, en los que en numerosas ocasiones los alumnos deben subir y bajar varias plantas.

«Las sillas y pupitres deben ser de altura regulable que se ajusten a la talla de los escolares para que les permita cumplir las normas de higiene postural, como sentarse lo más atrás posible con la espalda recta y los codos apoyados», ha dicho el doctor Francisco M. Kovacs, presidente de la fundación Kovacs, especializada en dolencias del cuello y la espalda.

Yo no conozco ningún centro en España que tenga taquillas. La imagen de meter la mochila en la taquilla es típica de películas y series de Estados Unidos. Pero la verdad es que me parece una muy buena idea. Por supuesto, tener sillas regulables obvio que ayudaría a que todas esas horas que pasan sentados estén más cómodos y en posturas más saludables.Tampoco conozco ningún centro que las tenga.

Es muy probable que tengan toda la razón y debiéramos comenzar a pedir esas soluciones en los centros. Al menos en los de nueva construcción. Aunque con las apreturas económicas que tenemos, parece poco viable que vayamos a verlas.

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¿Hasta qué edad/peso porteaste a tu hijo?

Julia cumplió hace poco dos años y un mes. Pesa diez kilos y medio (sí, peso pluma, desde los nueve meses lleva en percentil 10/15). Y hace ya un mes desde la última vez que la llevé en la mochila (una fantástica y muy recomendable ergo baby).

Cuando estuvimos en Eurodisney la primera semana de marzo pasó horas ahí. Se echó siestas, la llevé de acá para allá sin parar durante cinco días, y acabé con una rodilla un tanto dolorida.

Es la primera vez que mi cuerpo se quejó.

La he porteado mucho todo este tiempo y siempre ha sido una esperiencia satisfactoria para ambas.

Pero me da la impresión de que es una etapa que está acabando, si es que no ha acabado del todo ya.

Ni ella me pide la mochila ni yo se la ofrezco. Suele ir andando. Y si no queda más remedio en su carrito. Pero es buena andadora.

Aún la tengo guardada de todas formas. Todavía no se la he pasado a otra madre reciente.

Hace unos diez días pregunté en Facebook por la experiencia de otras mamás. ¿Hasta qué edad y peso portearon a sus hijos? ¿Cómo acabó la cosa?

Aquí está:

Lizmalie: Yo aun lo hago y tiene 2 años y 8 meses!! Y 26 libras (11,81kilos)!!

Carolina: el mio todavia es pequeñajo, pero ya he cambiado de mochila tres veces hasta encontrar la que yo quería y que me aguantara de peso…es de 18 kilos, sólo faltará ver hasta donde aguanta mi espalda (o la del papi, jejeje)

Cristina: Pues todavía lo llevo mucho y tiene 17 meses. Estos días que ha estado malito de la barriga iba ahí colgadigo que no decía ni mu y menuda tranquilidad que da…

Diego: Hasta el año y medio creo, pero no porque yo no quisiera, fue él el que quería caminar. De todas formas, ahora tiene 3 y lo sigo porteando en brazos cuando se cansa.

Teresa: No lo porteamos regularmente porque ahora le gusta mucho su sillita, pero si hace falta, lo seguimos haciendo. Tiene 19 meses y 12 kilitos.

Nekane: tiene 3 años y 11 kg y le sigo porteando casi a diario

Mónica: En mochila hasta mas o menos 6 meses, en sillita aun llevo a la peque, de 16 meses, pero ya cada dia prefiere mas su scooter (patineta) como sus hermanas de 4 y 2,5 anios, van como balas con sus patinetas, y cuando se cansan,, se cogen cada una a un lado de la silla y vamos genial. En un viaje en avion lleve a la mediana en mochila con 11 meses!!! y yo estaba embarazada de 5!!

Encontremos entre todos los mejores portabebés

Ya llevamos bastantes días saliendo a pasear con Julia. Unas veces en carrito y otras en mochila.

¿Qué le gusta más a ella? La mochila, puede estar horas ahí dentro sin quejarse y se echa unas siestas de campeonato.

¿Y qué me gusta más a mí? La mochila. Coincidimos. Sin duda. Me gusta sentirla cerca. Es más cómoda, menos engorrosa de usar con un ascensor pequeño como el nuestro y cuando tienes otro peue que todavía usa sillita.

Además estoy encantada con la que tenemos ahora.

Con ella estoy usando una Ergo Baby con adaptador para recién nacidos y es mucho mejor en muchos sentidos que la Baby Bjorn (una de las mejores mochilas que venden en las tiendas de puericultura) que tuvimos para Jaime por varios motivos.

Son dos conceptos completamente diferentes de porteo.

Lo primero es que es muchísimo más fácil de poner y quitar. Lo segundo es que un recién nacido va dentro perfectamente. Cuando lo intenté con Jaime desistí, no me parecía que fuera muy cómodo y no lo metí de nuevo en la mochila hasta casi los tres meses. En tercer lugar te puedes sentar. Con la Baby Bjorn era entre incomodísimo e imposible. En cuarto le puedes dar el pecho dentro de la mochila perfectamente. Lo he hecho sentada y andando. Y en quinto y último término viene muy bien preparada con una especie de capucha que quita el sol y el viento y con compartimentos para meter llaves, el móvil…

Creo que Julia va a ir en mochila mucho más que Jaime. Y ya veremos si la acaba usando más que el carrito.

Los que me leéis desde hace tiempo sabéis que no me gusta hablar de marcas y modelos y que nunca he recomendado un producto, pero por primera vez recomendaría la Ergo Baby.

¿Cómo es vuestra experiencia? ¿Qué modelos o sistema de porteo habéis probado? ¿Eran aptos para recién nacidos? ¿Eran fáciles de usar? ¿Permitían sentarse? ¿Y dar el pecho?

Encontremos entre todos los mejores portabebés. Muchos padres y madres recientes compartiendo experiencias desinteresadamente tiene que que dar mejor resultado por fuerza que cualquier comparativa de revista.

Cuándo dar el primer paseo y las diferencias generacionales entre madres

El pasado domingo, hace justo una semana, dimos nuestro primer paseo. La peque tenía seis días y hubo gente en mi entorno a la que le pareció prematuro.

Pero yo veía el sol entrar por la ventana, los puntos de la episiotomía molestaban menos y a fin de cuentas tres días antes ya habíamos paseado obligatoriamente al salir del hospital.

Ahora los médicos te dicen que si el tiempo acompaña y te sientes con fuerzas no hay razón alguna para retrasar los paseos.

A todos los recién nacidos les viene bien la luz natural (evitando el sol directo) y el aire fresco.

Pero hace unos años era frecuente que los profesionales recomendaran esperar. Primero un mes. Luego quince días.

Las instrucciones para cuidar a un bebé han cambiado demasiado en 30 años. Y no sólo en cuestión de bebés. Por eso tal vez se produzcan tantos desencuentros con las abuelas recientes.

A la mayoría les enseñaron a sentarse encima de flotadores si tenían puntos, a meter biberones a la primera de cambio «el niño no puede pasar hambre», a darles zumo de naranja a casi recién nacidos, a abrigar a los bebés como si fueran al polo norte, a darles chupete desde el primer día para calmares, a espaciar el tiempo entre tomas «para ensancharles el estómago», a poner a los niños a dormir boca abajo…

Todo ello desaconsejado hoy día.

Mi madre tiene dos manuales en casa que leyó durante su embarazo. Recuerdo perfectamente uno de ellos prohibiendo tomar alcohol pero asegurando que el tabaco no estaba demostrado que fuera dañino.

Es curioso. Me da la impresión que encontraríamos más puntos en común con la manera que tenían nuestras abuelas y bisabuelas de cuidar a sus hijos que con nuestras madres.

¡Qué pocas cosas le compramos al segundo hijo!

En agosto os contaba que estábamos buscando desesperadamente el carrito más pequeño del mercado.

Cuando nació mi peque, como carrito para los seis primeros meses usé un Jané Carrera que me prestó mi prima.

Realmente cualquier carro que me hubiera prestado me hubiera servido: vivía en un tercero sin ascensor pero con un gigantesco cuarto de contadores en el bajo en el que dejar el carro y subir al enano en brazos. Además, yo sabía que viniendo de ella, no sería malo.

Pero ahora es distinto, la pasada primavera nos mudamos a otro piso algo más grande y con ascensor. El problema es que el ascensor es francamente pequeño.

Pues ya lo hemos encontrado y está encargado. Imagino que en cualquier momento me llamarán para ir a recogerlo.

Al final la solución ha sido dejar de lado los carritos convencionales que suman cuco, maxi-coxi y silla de paseo y optar por un tipo de sillas de paseo a las que se les puede añadir una maxi-cosi.

Hay varias marcas que tienen este tipo de solución. Nosotros nos hemos decidido por la Cybex Onyx Os dejo un par de imágenes de la silla de paseo y la maxi-cosi.

Cuesta 360 euros, pesa 6,95 kilos y mide abierta 79 centímetros de largo y 50 de ancho.

¿La conocéis? ¿Qué tal os ha resultado si la tenéis?

Total, el cuco apenas lo usamos un par de semanas con el peque. Y es probable que lo que más usemos sea la mochila ergo baby que ya está preparada.

Y realmente es la única gran compra que vamos a hacer. (en realidad nos la va a regalar mi suegra) Más adelante habrá que comprar una segunda sillita de seguridad para el coche. Y ya está.

Con el segundo hijo, entre que puede aprovechar muchas de las cosas de su hermano mayor y que ya no eres una madre primeriza que cree que todo puede ser necesario, la fase compras del embarazo se queda casi en nada.

 

El segundo ya nace heredando. Y Julia va a poder estrenar ropa porque es niña y va a nacer con el frío en lugar de en pleno verano como su hermano. Que si no, ni eso…

¿Cuál es el mejor porta bebés?

Me consta que para muchos padres recientes el porta bebés es uno de los cacharros mas inútiles que han pasado por su casa. Acabó cuarto en la lista que me fabriqué hace tiempo, por detrás del guardachupetes, el humidificador y el moisés y justo por encima del esterilizador.

No fue así en nuestro caso.

Poder llevar a tu bebé colgado junto a tu cuerpo era una gozada. Una experiencia estupenda. Tanto a mí como a mi santo nos encantaba llevar al peque a cuestas. Y a él aún más que lo llevásemos así.

Ahora es bueno como el pan, apenas llora, pero durante sus primeros meses de vida sí que fue un niño bastante llorón que pedía brazos continuamente. En la mochila iba feliz y era frecuente que se durmiera.

Y además es un cacharro muy útil en determinadas circunstancias: si vives en un tercero sin ascensor como nosotros o si te vas de excursión a algún sitio en el que es complicado que ruede una sillita.

Aún así nosotros usamos ese sistema de transporte menos de lo que nos hubiera gustado.

Nos regalaron una de las mochilas que mejores referencias tenía: una versión de la baby bjorn con un cruzado a la espalda para sostener mejor el peso.

Por lo que pude ver en Internet tenía buenas críticas y unos cuantos premios. Pero tras haberla usado tengo mis peros.

Pese a que por peso casi podría llevar todavía a mi peque, con sus casi 27 meses, la verdad es que en cuanto el niño sumó más de 8 kilos, llevarle largos trayectos comenzó a ser cansado.

Por espacio se nos quedó pequeña muy pronto. El el hueco que tiene sólo cabe a gusto un bebé pequeño.

Además, tenía la gran pega de obligarte a estar de pie. Sentarte con la mochila y el bebé era entre incómodo e imposible, lo que nos limitó mucho su uso.

Por eso me estoy planteando buscar otro porta bebés menos «mochilero» y que no tenga esos inconvenientes.

Una amiga mía, también sufridora de un tercero sin ascensor, usó un sencillo foulard para transportar a su peque durante mucho más tiempo y de forma más satisfactoria que nosotros el caro baby bjorn.

Hay porta bebés un poco más elaborados pero herederos del sistema ancestral «átate al niño al cuerpo con un trapo», que emplean un sistema de anillas, como el de la imagen.

Me estoy planteando para la niña probar con otro adminículo que mucha gente parece poner muy bien: el ergo baby.

Es mucho más versátil, permite llevar al niño en distintas posiciones y vale desde recién nacidos hasta los cinco años.

¿Cuál es vuestra experiencia llevando al bebé a cuestas? ¿Qué sistema recomendáis?