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Los niños que pasan del fútbol

Los niños que pasan del fútbol tienen mucha paciencia. Es probable que casi cualquier desconocido que se encuentren les pregunte cuál es su equipo de fútbol o su jugador favorito y, si son sinceros y les contestan que no les gusta el fútbol reciban como premio caras raras, expresiones de incredulidad.

Los niños que pasan del fútbol a veces mienten. A veces responden cualquier equipo, cualquier jugador, para que les dejen en paz.

Los niños que pasan del fútbol en ocasiones intentan que el fútbol les guste. Hacen todo lo posible para enterarse de qué va eso, intentar disfrutar viendo césped en la pantalla durante hora y media y coleccionan los cromos la Liga. Algunos consiguen enterarse y disfrutarlo, no siempre toda la vida. Otros claudican pronto, pero lo intentan.

Los niños que pasan del fútbol reciben equipaciones de regalo, los llevan a ver partidos en directo, son socios infantiles del equipo del papá y el abuelo… por mucho que sigan pasando del fútbol, por mucho que intenten que les guste para contentar al papá y al abuelo.

Los niños que pasan del fútbol, tengan o no papás y abuelos que les dejan en paz, puede que se encuentren con que todos sus amigos del colegio adoran el fútbol, pasan el tiempo de patio pegando patadas a un balón y considerando un poco raro a ese amiguito que siempre quiere jugar a cualquier otra cosa y que pasa del fútbol.

Los niños que pasan del fútbol necesitan ser niños valientes, necesitan mucha autoestima, una personalidad razonablemente fuerte para no ceder a las presiones y aprender a pasar también de aquellos que los creen un poco raritos o que incluso se meten directamente con ellos.

Los niños que pasan del fútbol a veces envidian a las niñas. Ellas no reciben ese marcaje, ellas no son raritas si pasan del fútbol.

Los niños que pasan del fútbol no son raros, no son diferentes a los niños a los que el fútbol les apasiona, pero con demasiada frecuencia los hacemos sentirse así.

Los niños a los que no les gusta el fútbol necesitan que les vayamos dejando un poquito en paz.

Niños jugando al fútbol (GTRES).

Este texto lo ha inspirado el de la bloguera Trastadas de mamá, que os invito a leer y en el que habla de su hijo Eric, ajeno al fútbol (y de su princesita, a la que le encanta). También otros niños que he conocido teniendo que bregar con balón a su pesar.

Un concurso de poesía para niños de entre seis y doce años en honor a Gloria Fuertes

La poesía es música y emoción, la poesía evoca, inspira, educa, hace sentir. La poesía acompaña a nuestros niños desde multitud de cuentos y canciones infantiles. De hecho, para muchas personas, la infancia es el momento de la vida en el que más reina la poesía.

Y a veces nuestros niños también hacen poesía, queriendo y aún sin darse cuenta de ello.

Eso trajo Julia hace un mes del colegio, uno de los textos libres que escriben y que trataba de un pirata y un cordero. Píntalo de marea. De marea azul. Azul frondoso…

«Esto que has hecho es poesía mi amor», le dije tras paladear el texto que había creado. «¿Ah, sí?», me replicó sorprendida.

Recordaba este pequeño poema instintivo cuando recibí ayer una nota de prensa del Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid contando que han organizado un concurso de poesía para niños de entre seis y doce años, residan o no en la ciudad.

Se trata del primer Premio de Poesía Infantil Gloria Fuertes, que se enmarca dentro de los actos para conmemorar el centenario del nacimiento de la poeta y con el objetivo de «incentivar la creatividad y apoyar el fomento de la lectura entre los más pequeños».

Seguro que Gloria Fuertes, esa creadora tan injustamente ninguneada durante tanto tiempo que al fin comienza a ser reivindicada, vería con buenos ojos esta iniciativa.

Aquí se pueden consultar las bases completas, pero os dejo un resumen:

Podrán presentar un texto de carácter poético, en lengua castellana, de tema libre, original e inédito antes del próximo viernes 30 de junio de 2017.

Los autores deberán participar con un solo poema original, escrito a mano, en tamaño DIN A4 y con una extensión máxima de una cara. El texto no debe haber sido publicado ni premiado anteriormente.

Los autores que se presenten al Premio tendrán que aportar el papel original de su poema, indicando en la parte superior del folio nombre, apellidos y edad. Además, deberán también de hacer constar nombre, apellidos, dirección, edad, número de documento (DNI, NIF, NIE o pasaporte) y contacto (número de teléfono y correo electrónico) de su adulto responsable (familiar o tutor).

Las candidaturas serán remitidas por correo postal y en sobre cerrado a la siguiente dirección:

PREMIO DE POESÍA INFANTIL GLORIA FUERTES 2017
AYUNTAMIENTO DE MADRID
DIRECCIÓN GENERAL DE PROGRAMAS
Y ACTIVIDADES CULTURALES
C/ Montalbán, 1 – 4ª planta

Un jurado valorará las propuestas ponderando originalidad, sentido y profundidad de las obras presentadas.

De entre todos los participantes, el jurado escogerá a cinco ganadores. Cada uno de ellos recibirá un lote de libros y películas y cuatro entradas para el Bus Turístico de Madrid.

Esta tarde hablaré con Julia, que cumplió ocho años en marzo, a ver si quiere presentar su El pirata y el cordero.

Cualquier excusa es buena para volver a la poesía.

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Es más difícil limpiar a las niñas

Mucho más que a los niños cuando son bebés. Y me refiero, claro, a los cambios de pañal.

Era algo que ya intuía. Los varones están «cerrados herméticamente», mientras que a las niñas es fácil que algo de esas cacas tan líquidas propias de los bebés lactantes se le introduzca en la vulva generando irritaciones e incluso hongos o infecciones.

Lo que me ha llamado tanto la atención como para escribir un post son las diferentes instrucciones recibidas para hacerlo.

En la primera revisión la enfermera de pediatría separó delicadamente los labios de la peque y me dijo que yo también lo hiciera de vez en cuando y si veía restos de caca lo retirara con el dedo bien limpio y agua tibia.

En una revisión bastante posterior la pediatra me dijo que como mucho los irrigara con suero.

Y a otra madre reciente que va a un ambulatorio cercano su pediatra le dijo que ni se le ocurriera separar los labios bajo ningún concepto.

Ya véis, no hay consenso. Y en Internet tampoco.

En este tema soy primeriza. La experiencia con el peque no me sirve de nada.

Yo he optado por enredar ahí poco y, si es preciso, usar el suero.

¿Qué os aconsejaron a vosotros?