Federico García Lorca y los niños: ‘Romance de la luna, luna’

En el colegio al que acude Julia trabajan por proyectos y no tienen deberes, pero para este pasado fin de semana trajo una tarea: copiar una poesía que le gustase y decorar el papel con dibujos.

– ¿Qué tipo de poesía quieres?
– No sé..
– ¿Qué te parece La canción del pirata? Esa te gusta.
– Pero es muy larga.
– ¿Y la de la princesa que está triste que os recitaba a ti y a la prima cuando erais pequeñas?
– No, no quiero princesas.
– Hablando de la prima. A lo mejor puedes leer la que escribí a la prima Alba cuando nació.
– Mamá, tiene que ser de un escritor, no de una mamá.
– Vale, ¿quieres que leamos algunas de Gloria Fuertes? Es la autora del libro Coleta la poeta de cuando yo era pequeña.
(Leemos unos cuantos poemas de Gloria Fuertes sin que ninguno le haga tilín)
– Pues volvemos al principio. Dime de qué te gustaría que hablara la poesía y buscamos una por su tema.
– De la luna.

Y ahí fue cuando llegamos al Romance de la luna, luna, de Federico García Lorca, con su maravillosa música y su tono de cuento mágico.

EFE

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

– ¿Qué es un polisón de nardos?
– Como una falda muy larga. Los nardos son flores muy blancas y que huelen muy bien.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

– ¿Qué enseña?
– Sus pechos.
– Claro, como solo lleva una falda…

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

– No le dan miedo.
– No, no lo parece.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

– Y ahora el niño se ha dormido, con el tambor y todo.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

– ¿Qué son los ojos entornados?
– Imagínalos galopando por el llano, acercándose con las cabezas arriba y los ojos un poco cerrados, como para ver mejor.

¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

– ¿Y qué es la zumaya?
– Pues imagino que un pájaro nocturno. Vamos a buscar que aspecto tiene.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

– ¿La luna se ha llevado al niño?
– Puede ser, sí.
– A lo mejor se enamoró de él y se lo llevó para que no lo cogieran los malos.

No voy a contarle que el niño muere, que la luna simboliza la muerte para Lorca. Que sueñe lo que quiera, que la poesía es esto: sentir e interpretar. Y que disfrute con la música maravillosa de Lorca, que tiene muchas creaciones estupendas para compartir con nuestros niños como La tarara, El lagarto está llorando, Balada del caracol negro, Canción tonta

A veces buscamos cuentos y libros infantiles perfectos sin darnos cuenta de que contamos con muchos recursos estupendos sin coste ninguno.

2 comentarios

  1. Dice ser Carol_VF

    WOW!! Nunca se me habría ocurrido leer Lorca a mis hijas, mil gracias por la idea, me ha encantado el post!!!

    24 enero 2017 | 15:47

  2. Dice ser Mauricio

    Que hermosa la forma como toman cada parte de este gran poema y muestran claramente su significado. Sin embargo pienso que los niños si deberían saber que ocurrió al final del poema. A veces la realidad de las cosas perduran mas en el tiempo. En youtube se encuentran la declamación de este hermoso poema se las comparto: https://www.youtube.com/watch?v=uwenHTvc1SM

    19 enero 2018 | 16:53

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