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Un ejemplo de lo mal que se está apoyando a las deportistas de alto nivel cuando son madres

Ser madre es complicado en muchos sentidos. Uno de ellos es, sencillamente, en poder serlo cuando y como deseas y poder compatibilizarlo con el resto de aspectos de tu vida, con tus aficiones, tus amigos, tu concepcion de ti misma y, sobre todo, con tu profesión.

Os voy a contar algo que probablemente ya sabéis. Casi en la totalidad de los casos hay renuncias, parones, cambios de rumbo laboral, por mucho que planifiquemos y nos esforcemos cuando quedarnos embarazadas y de qué manera volver a un entorno laboral que aún no tiene unas medidas suficientemente igualitarias.

También hay hombres a los que les afecta, pero ni mucho menos en la misma medida. Y hasta cierto punto es lógico que así sea porque ellos, por implicados que estén y por mucho que crean y practiquen la corresponsabilidad, no tienen que embarazarse, parir, recuperarse del parto o la cesárea y lactar.

Algún día os hablaré de una amiga treintañera y recién casada a la que encontrar un trabajo se le resiste porque todos los que la entrevistan preguntan por sus circunstancias personales, asumen que será madre pronto y no la quieren en la empresa. A su marido, en las mismas circunstancias, eso no le pasa.

En el caso de las deportistas de alto nivel el hándicap de la maternidad tiene aún más implicaciones. Las implicaciones físicas son más que relevantes en una carrera profesional tan dependiente del físico.

Y a ellas tampoco se las está apoyando como debería.

Os invito a leer Isabel Macías, una mujer estupenda que es subcampeona europea, olímpica, presidenta de Mujer y Atletismo, madre, entrenadora y adoptante de una galga preciosa. A leer este hilo en el que algo se puede vislumbrar del reto extra que supone la maternidad para una deportista y las ayudas pírricas y mal pensadas de las que disponen.

Por cierto, también os animo a leer su blog Y seguirla en redes. Merece la pena.

(EFE)



La conciliación cuando tienes un hijo con discapacidad

Estoy harta de verlo, en la sala de espera de atención temprana, en distintos foros que reúnen a padres de niños con autismo, en las puertas de los colegios especiales y en las distintas terapias y actividades a las que llevamos a nuestros hijos con discapacidad. Llega un niño a la familia que resulta tener autismo u otro trastorno o enfermedad crónica que requiere una mayor atención que el niño estándar, y uno de los dos progenitores deja de trabajar. No queda más remedio, hay que atenderle, será así tal vez toda la vida de ese hijo, se echan cuentas y uno de los padres se centra en su cuidado. Normalmente la madre.

(GTRES)

Según el INE, el número de personas que han pasado a estar inactivas por cuidar a adultos enfermas y/o familiares con discapacidad se han incrementado un 44% en los últimos 5 años.

Rara vez es una elección libre, no es un camino que esa persona hubiera decidido transitar si no lo hubiera impulsado la necesidad. Y no sale gratis en muchos sentidos. Supone reducir los ingresos familiares con todo lo que ello implica, supone que esa persona deja de cotizar. Se traduce en tener menos capacidad para acceder a distintas terapias, que no son baratas precisamente, o a menos opciones de ocio y respiro familiar, que tampoco lo son. Un ejemplo, ayer mismo me llegaron de Plena Inclusión la ofertas de distintas asociaciones para que un niño con autismo fuera una semana en julio de colonias, con pernoctación, para que padres y hermanos puedan tener unos días de vacaciones en algún lugar en el que ese hijo no podría ir o no lo pasaría bien. Pues bien, cuestan cerca de unos 1.400 euros.

Y no solo tiene repercusiones económicas. Trabajar no es imprescindible, que uno de los padres decida no trabajar es totalmente respetable y puede ser enriquecedor para la persona que ha hecho esa libre elección a conciencia, pero dejar tu profesión para centrarte en el cuidado de tu hijo también puede suponer que tu mundo se haga más pequeño, que no puedas hablar con otros adultos de otros temas, que no consigas el descanso y estímulo mental que te da salir de casa a trabajar y a relacionarte con otros, que renuncies a tu independencia económica con la marejada de fondo que apareja.

También conozco bastantes casos de madres que dejaron de trabajar cuando su hijo recibió el diagnóstico y luego procuraron reincorporarse de nuevo al mercado laboral ocho, doce años después… tanto por incrementar los ingresos familiares como por esa necesidad de no estar dedicadas por completo a los cuidados. Sobra decir que no es fácil.

GTRES

Pero para los que siguen trabajando tampoco es con frecuencia un camino de rosas. Empeñarse en mantener el empleo implica también distintos caminos que no son deseables: renunciar a la conciliación familiar por no apearse de la carrera laboral por un lado o decir que no a promociones, detener o ralentizar la progresión profesional, negociar horarios, tener reducciones de jornada con reducciones de sueldo…

Hace pocos días tuvimos más datos al respecto de todo lo que os cuento. La Fundación Adecco, con la colaboración de Previsora Bilbaína, publicó por sexto año su informe Discapacidad y Familia, un análisis realizado a partir de 600 familias con miembros con discapacidad que participan en su programa Plan Familia sazonado con entrevistas a 55 consultores especializados en familias con discapacidad.

Aquí lo que se ha ofrecido laboralmente para facilitar la conciliación a los trabajadores:

Os dejo algunos de sus datos y conclusiones:

  • En la actualidad se contabilizan 107.100 profesionales que dejan de trabajar para cuidar a sus familiares dependientes y/o con discapacidad frente a los 74.300 de 2012.
  • El perfil es el de una mujer (86,3%) mayor de 45 años (88%).
  • “En nuestra sociedad sigue muy arraigado el rol femenino como cuidadora de la familia y del hogar y, además, las mujeres mayores de 45 años son las que más dificultades encuentran en el mercado laboral y, por tanto, las primeras que deciden retirarse cuando la situación familiar lo requiere”.
  • No pueden costear los servicios adecuados para el cuidado de familiares enfermos o con discapacidad y esa es la razón por la que se retiraron de su puesto de trabajo o dejaron de buscar empleo.
  • Según la presente encuesta, un 55% de los trabajadores que tiene familiares con discapacidad ha tenido que rechazar empleos (35%) o promociones (20%) porque no eran compatibles con el cuidado de su familiar.
  • Un 80% de los que tienen empleo encontraría en el teletrabajo la solución para atender a sus familiares con discapacidad, pero sólo un 12% cuenta con la posibilidad de desempeñar sus funciones de forma telemática.
  • Un 74% de los encuestados, padres de hijos con discapacidad, cree que éstos no podrán trabajar nunca en la empresa ordinaria. Sin embargo, 7 de cada 10 ve en el teletrabajo la mejor fórmula para que esto sea posible.

Aquí se puede descargar el informe entero, en el que se pone mucho el foco en la necesidad de impulsar el teletrabajo como respuesta a estas familias. Que no seré yo la que diga que no vendría muy bien, pero echo en falta más posibles soluciones. El teletrabajo no es posible en muchas ocupaciones.

Previsora Bilbaína y Fundación Adecco apuestan por “un necesario cambio de mentalidad empresarial que posibilite mayores cotas de conciliación laboral en las familias que cuentan con personas con discapacidad”.

Cierto. Pero también es preciso una mejor estructura o soporte institucional que dé respuesta a estas situaciones.

Para terminar, nada mejor varios comentarios que me han llegado por redes sociales.

@avecesmeindigno. Cuando el diagnóstico llegó a casa, compaginar trabajo, terapias y citas médicas fue imposible. Soy afortunada y pude acogerme a medidas de conciliación y optar por una excedencia.

@desafiodepablo Esta es mi historia, nuestra historia. Yo dejé mi trabajo el día después del diagnóstico porque era imposible conciliar todo y vivir lejos de toda la familia y amigos no ayudó nada. Me encantaría volver pero la única opción que veo #emprender, pero es difícil y da miedo.

@lubouzastouri. Yo combino trabajar por unas horas en invierno y más en verano con apoyo de mis padres y mi suegro, un trabajo de 8 horas imposible.solo los meses de verano 5 y porque me ayudan.

@spiramos. Yo soy padre y me ha tocado reducir jornada…no sé que me deparará el futuro en este mundo laboral que no ve con buenos ojos algo así y menos si eres hombre….pero no me arrepiento por nada del mundo.

Cristina. Rocamora Yo sigo trabajando, como tú has dicho las terapias no son baratas y además hay que seguir pagandolo todo. Me he reducido las horas y aún así siento que debería dejar de trabajar y dedicarme a el 100%, pero no se puede. Por suerte la familia está muy implicada y así saldremos bien adelante. Que vida esta… gracias por el artículo

@joseleferre. Me parece hasta poco ese porcentaje, supongo que variará en función de la patología y del grado de disfuncionalidad.

Ana Belén. Hay una prestación que se llama por Enfermedad grave en hijo menor o con cancer. Hay un listado que la seguridad social tiene y donde vienen el listado de enfermedades graves que hay. Si está dentro puedes solicitar la prestación con una reducción de jornada hasta el 99% y te pagan también.

@IreneLupion. A mí me despidieron cuando nació mi dragón, cuando llegó el diagnóstico deje de buscar y me dedico a él, nuestra economía no es la mejor, pero sobrevivimos y el enano es feliz.

María. En mi caso tengo 2 hijos con discapacidad y conciliar trabajo y atención es difícil,menos mal que los abuelos nos ayudan. Las terapias son caras y por encima solo saben pedir papeles para poder solicitar las ayudas, además de esperar 1 año entre que te reconocen la minusvalía y las ayudas otro año.
Nadie te informa en mi caso yo hecho en falta la falta de información

@andersmum. Nosotros por el contrario hemos tenido que hacer horas extras(en horarios impensables)para poder pagar todas las terapias!yo trabajo de madrugada y mañana y mi marido de tarde y noche!sin vernos entre semana y casi sin dormir…y aquí seguiremos, hasta que el cuerpo aguante 😔

Noemi. A mi me pasó eso… Estuve una temporada fuera del mercado laboral para atender a mi niño. Ahora trabajamos los dos, mi marido de mañanas y yo de tardes. Sigue siendo muy difícil conciliar y con un niño con discapacidad, que requiere más atención, sino fuera por la ayuda de familiares, sería un sin vivir. Gracias por darle visibilidad

@pavefra Yo no solo me quedé sin trabajo si no que por cada parto de los 3 me mandaron al paro hasta que una becaria q hacía el doble de horas por menos sueldo ocupó mi puesto, no encuentro un trabajo que se adapte, tampoco me quieren con mi perfil, trabajar por mi cuenta no pierdo la fe

Bea. Deje de trabajar al poco de recibir el diagnóstico de mi hijo cuando tenía 2 años. Llevaba 11 en la misma empresa y un trabajo estable.
Estuve 4 años y medio dedicada a sus cuidados (lo que duro la prestación por desempleo, la ayuda familiar y el prepara), luego tuve que reincorporarme al mercado laboral (y tuve suerte que encontré trabajo) porque sin ese extra que cobraba no salían las cuentas. Ahora tengo que pagar a alguien para que se haga cargo del peque hasta que yo salgo del trabajo, y se me va más de medio sueldo en ello, pero estoy cotizando, y además trabajar me viene bien a nivel de salud mental (puedes dejar de ser «la mama de…» por unas horas). Tengo suerte porque trabajo de auxiliar de transporte escolar y tengo las mismas vacaciones y puentes que ellos, porque si tuviera que pagar entonces porque me los cuidarán en esos periodos, sería imposible.

@emraboso Yo me quedé sin trabajo en el 2011 y no pude buscar para atender las necesidades de nuestro hijo.

Lorena. ¡Cuanta razón! Yo trabajo normalmente d lunes a viernes por las mañanas pero las tardes son un no parar, lunes a dos sitios, martes a uno … es agotador pero todo sea por el bien d mi hijo. Si dejase d trabajar, ¿cómo pago sus terapias?

¿Qué prometía el PP sobre conciliación, maternidad y familia en su programa electoral?

(GTRES)

(GTRES)

Antes de las últimas elecciones generales estuve revisando las políticas que cada uno de los principales partidos políticos prometía en materia de conciliación, familia y natalidad. Mi intención era haber hecho una comparativa de todos los programas, pero me temo que la falta de tiempo me lo impidió. No obstante, es probable que antes de lo que creemos tenga una nueva oportunidad de hacerlo.

Ahora que ya está ejecutado que Rajoy vuelva a ser presidente, me dio por recordar esas lecturas que tuve antes del verano y las conclusiones que extraje. El programa electoral del PP me dejó con estas conclusiones, fácilmente comprobables porque os dejo el texto íntegro al final por si tenéis curiosidad:

– La línea es totalmente continuista. Seguirán haciendo lo que estaban haciendo para fomentar la natalidad y ayudar a las familias, que les debe parecer que estaba requetebién. A las pruebas me remito. En siete ocasiones se habla de «seguiremos»o «seguir» con lo que se estaba haciendo.

No hay propuestas concretas. No leo ninguna medida desarrollada que esté deseando ver aplicada. Hay mucho canto al sol y declaración de intenciones: más apoyo a familias monoparentales, un nuevo plan de incentivo fiscal, un mapa de recursos para niños con enfermedades raras, que estudiarán nuevas formas de ayuda para familias con cáncer o enfermedades graves… Pero sin especificar nada. Nada más. Solo hay pequeñas pinceladas al hablar de ampliar la consideración de familia numerosa especial a partir del cuarto hijo, una ampliación de la cartera de servicios de reproducción asistida en el sistema nacional de salud, la agilización de la adopción y acogimiento, priorizando las adopciones nacionales, o de una ayuda de hasta 2.000 euros para madres adolescentes, pero sin explicar ni desarrollar.

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Es nuestro deber estar al lado de nuestros hijos si son hospitalizados y es un derecho de los niños

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Estos días está moviéndose una petición en Change que pide que los padres trabajador@s tengan derecho a estar con sus hijos mientras están ingresados. Esto es lo que solicita:

Ayer una compañera de trabajo lloraba desconsolada porque había tenido que dejar a su bebe de 11 meses ingresado en el hospital y tenía  que volver a su puesto de trabajo.  Tan solo tenemos tres días por convenio para poder cuidar de nuestros hijos en el caso de que tengan que ser ingresados en el hospital, las alternativas para poder quedarnos con ellos son, pedir una excedencia, agotar tus vacaciones o como último recurso, fingir una enfermedad y pedir una baja médica para quedar exento de tu trabajo durante ese periodo de tiempo, esta última opción no es la mas correcta ya estas cometiendo un fraude, pero si no te queda otra alternativa supongo que eso es lo de menos. ¿Como se puede privar a un hijo que esté malito en el hospital la presencia de su madre o de su padre por motivos laborales? Lo único que pido es un poco de humanidad, que dicen que existe, y poder aliviar ese sufrimiento que alberga en ambas partes, el del hijo por no poder estar con su mamá o su papá y el de la mamá o el papá por no poder cuidar de su hijo. Ayudadme a recaudar firmas con esta propuesta para que esto cambie y podamos conciliar nuestra vida familiar y laboral. Muchas gracias por vuestro apoyo.

Yo hubiera planteado la petición exactamente en esos términos, ya existe una figura llamada Cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad graves de hace pocos años que contempla que se pueda tener reducción de jornada sin merma de sueldo, incluso un permiso retribuido por el que no haya que pisar la empresa. Eso sí, este subsidio solo aplica en casos de cáncer u otra enfermedad grave de las determinadas legalmente. Hay muchas otras causas por las que un niño puede tener que ser hospitalizado un tiempo.

Pedirán mucho papeleo, que los médicos nos los faciliten y que se presenten actualizados de manera periódica, pero es una opción que está ahí.

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Pero es cierto que hay mucho camino por andar cuando un niño está ingresado largo tiempo o tiene una enfermedad crónica. En muchas empresas solicitar cualquier tipo de medida, ya sea esa prestación excepcional, reducciones de jornada o excelencias, es la mejor manera de lograr que te arrinconen profesionalmente o, directamente, que antes o después te veas de patitas en la calle. Por otro lado también están los padres que son autónomos, que si tienen su propio negocio o son freelance, tienen en muchos casos especialmente difícil cualquier medida de conciliación.

Lo que no podemos es gestionar estas situaciones tan difíciles y con frecuencia tan dolorosas a expensas de la buena voluntad y humanidad de nuestros jefes, a convenios que lo hayan contemplado o de nuestra capacidad para que nuestro negocio se sostenga temporalmente sin nosotros. Ya os dije hace más de seis años que creía que era nuestra obligación estar con ellos cuando se les sometía a cualquier tipo de prueba, más aún si están ingresados.

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Hoy es el día de volver a casa a la hora que nos corresponde #SalPuntual

Normalmente llego a mi casa en torno a las cinco de la tarde. Llego acompañada de mi santo y de Jaime, que sale del colegio poco antes. Llegamos y encontramos ya a Julia en casa preguntando «¿Qué hacemos hoy?» «¿Dónde vamos?». «Espera un momento mi amor, que nos fuimos a las siete de la mañana y aún no nos ha dado tiempo ni de sentarnos» es lo que solemos responder. Y luego ya vemos si vamos juntos a la compra, a dar un paseo, cocinamos un bizcocho, vamos a un cumpleaños de algún compañero del cole o extendemos algún juego de mesa sobre el salón. No dará tiempo a mucho antes de que sea la hora de cenar y dormir, que al día siguiente hay cole.

(GTRES)

(GTRES)

Tenemos suerte. Mucha suerte. Somos conscientes de que poder disponer de tres o cuatro horas a diario con nuestros hijos es un privilegio. Claro que si lo piensas detenidamente. ¿Pasar tres o cuatro horas con nuestros hijos un privilegio? Ya solo en el coche para ir y volver de trabajar son más de dos.

Algo no está funcionando en el reparto de tiempo, sobre todo en las grandes ciudades.

En cualquier caso, hay pequeñas y grandes medidas o decisiones, algunas a nuestro alcance, que podemos hacer para intentar conciliar la vida personal y profesional. Muchas son renuncias, otras son imposibles, bien es cierto. Es cuestión probablemente de prioridades y de posibilidades. Casa caso es un mundo.

Una de esas medidas es tan sencilla como salir a nuestra hora del trabajo. No siempre es posible, no siempre es recomendable. En algunos casos es lo normal, en otros es imposible. ¿Os había dicho ya que cada caso es un mundo?

Por eso se #mamiconcilia ha puesto en marcha la iniciativa #SalPuntual, adoptando en España una iniciativa del Reino Unido que lleva ya catorce años en marcha: Go Home on Time Day o #GHOTD.

Aquí tenéis más información.

Y, si podéis, salid a vuestra hora. Para jugar con vuestros hijos, para practicar algún deporte, hacer algún recado, quedar con algún amigo… Conciliar no es un verbo que solo podamos conjugar los padres, todos deberíamos hacerlo nuestro.

Yo ya estoy a punto de apagar el ordenador.


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¿La #conciliación existe o son los padres?

Portada_MamiConciliaConciliación e inclusión tienen mucho que ver, Cuando oigo hablar de conciliación, de la necesidad de compaginar sana e inteligentemente vida personal y laboral, siempre me acuerdo de la inclusión, la necesidad de incluir a las personas con discapacidad en todas las facetas de la vida.

Inclusión. Conciliación. Palabras y conceptos hermosos
, justos y necesarios por los que merece la pena luchar, que raramente se cumplen en su plena expresión, que en muchos casos se aplican de manera insatisfactoria, incompleta, por falta de recursos o voluntad, que con frecuencia generan batallas internas y externas.

Mucho por andar, aunque simplemente que hablemos de ellos, que aspiremos a ellos, ya es un gran paso.

Cuatro de cada diez mujeres han renunciado a trabajos o ascensos para conciliar. Es una noticia que ha salido a la luz hace muy poco basada en una encuesta a 1.500 mujeres ralizada por la Fundación Pzifer y que también dice que un tercio de la población activa española afirma que tiene problemas para conciliar su vida laboral y personal

No necesito ver el muestreo o buscarle las cosquillas al estudio. Me lo creo. Es la realidad que nos rodea. Una realidad muy obvia de la que nació el libro cooperativo, el proyecto de la madre reciente Usue Madinaveitia. #MamiConcilia. Hace mucho que quería hablaros de MamiConcilia. Si queréis leer el libro, que es completamente gratuito, solo tenéis que entrar aquí. Os lo recomiendo. Os aseguro que os conmoverá.

En él se recogen las experiencias personales de conciliación de 28 mujeres directivas, experiencias de todo tipo, en todos los tonos, que generan distintas reflexiones y que muestran lo lejos que estamos de vivir en una sociedad en la que se pueda conciliar trabajo y vida personal y laboral. Entendiendo siempre la conciliación como algo necesario más allá de que se tengan niños o no, aunque la necesidad de adaptar por fuerza nuestros horarios para atender las demandas y horarios de nuestros hijos sea lo que más pone de manifiesto las carencias existentes.

Estuve hace un par de semanas en la presentación del libro, hablando de techos de cristal y de cemento, de cómo la cultura empresarial existente coloca a las mujeres con cargos de responsabilidad en un brete cuando quieren dedicarse a sus hijos, conociendo distintas experiencias. Me llamó la atención ese día cómo todas las madres estamos deseosas de compartir, de explicar nuestras batallitas conciliadoras. Todas tenemos una historia que contar sobre cómo nos organizamos, a qué tuvimos que renunciar laboral o personalmente, los cambios que tuvimos que afrontar de horarios, funciones, ambiciones o empleo, sobre a qué le damos importancia o a qué hemos dejado de dársela. Como las batallitas de la mili, pero en femenino.

Hubo otro factor que no me sorprendió en absoluto, pero que también es reseñable. Parece que hablar y exigir conciliación es una lucha eminentemente femenina. Entiendo que en este momento sea así, pero no debería serlo.

Y volviendo al título del post. La plena conciliación aún no existe, la conciliación a día de hoy son los abuelos, las renuncias y los sacrificios. Y eso cuando hay suerte de tener un trabajo que nos obligue a conciliar.

Algunas microreflexiones extraídas de twitter. Si queréis sumaros el hashtag es #MamiConcilia.


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¿Jornada continua o partida en los colegios? ¿Qué es lo que prefieres?

Es un tema polémico que hoy es noticia de portada en 20minutos de Madrid, ya que el 52% de los centros de la región ya la aplican. Reconozco que me ha sorprendido leer que perjudica a miles de padres. Imagino que sí. Pero también perjudica a miles de padres (y de niños), la partida. De hecho en mi entorno lo que se oye es un clamor mayoritario por la jornada continua: los que la tienen están encantados y los que no la desearíamos.

Yo siempre he dicho que la jornada partida, con los cuatro paseos de ida y vuelta al cole, prácticamente te obligan a dejar a los niños en el comedor. Pues dan un dato que refrenda lo que yo siempre he dicho, que la discontinua te obliga a tirar de comedor: el 72% de los estudiantes con jornada partida la usa frente al 38,5% de los que tienen continua. Es decir, que obliga a muchas familias a pagar por un comedor que realmente no necesitan. Y yo soy de las que cree que si se puede comer en casa a las 14, mejor.

Lo de los cuatro paseos de ida y vuelta de entre diez o quince minutos cansa a los niños (al menos a los míoas), cansa a los padres y por hace que no te dé tiempo apenas a hacer nada, te parte el día. Y los niños por la tarde sestean cuando son pequeños o tienen actividades livianas, porque después de comer la atención baja. Yo recuerdo perfectamente como una liberación cuando pasé de adolescente de la jornada partida del colegio de monjas a la continua del instituto. Los días cundían más, tenía más tiempo para estudiar y para ocio.

Por otro lado. Para los padres que trabajan la hora de salida, si los dejan a comedor, es la misma tanto si la jornada es continua como si no. La diferencia es que esas dos horas de comida y patio las tienen de 12:30 a 14:30 y luego clase de nuevo de 14:30 a 16:00, o que las tengan de 14:00 a 16:00. Y para los padres que no lleguen a tiempo de recogerles a las 16 las extraescolares son necesarias da igual la jornada que tengan. Es más, para los niños cuyos padres o abuelos puedan recogerles a las 14, supone tener mucho más tiempo a su disposición para jugar, descansar, estudiar…

En definitiva, que entiendo que haya padres que deseen jornada partida, pero yo me declaro abiertamente defensora de la continua.  Yo he sugerido por escrito al colegio de Julia que la adopte. Ojalá la tuviera. No tengo la menor duda.

Cada cual con sus circunstancias prefiere una u otra, es lógico. Nunca llueve a gusto de todos, ya sabéis… pero por lo que deberíamos luchar es por horarios más racionales en el trabajo, que nos permitan conciliar de verdad y no andar haciendo malabarismos.

Os he preguntado también en mi página de Facebook esta mañana y de los dieciseis comentarios solo uno pide la partida. Os dejo algunos:

– Continua. Nosotros hemos tenido partida y sin duda preferimos comer tranquilos sin el agobio d tener q salir corriendo. Si no me equivoco los niños cuyos padres trabajan se quedan en el comedor y salen a la misma hora, haya continua o partida

– Sin duda continua pero con la opcion de comedor y luego extraescolares para q si los padres tienen trBajos dificiles de compaginar al menos puedan seguir saliendo a horas compatibles con los padres. Mi hija es de partida y volver a las 3 da mucha pereza.

– Yo tengo continua y como alumna padecí la partida. Paso las tardes enteras con mis hijas, así que estoy contentísima.

– Continua sin duda…los niños (y yo) después de comer como que nos entra modorrilla…me imagino a los mayores dando mates a las 3 de la tarde….pa morirse.

– El primer años de cole de Alciia con un barrigón de nueve meses sufrí el periplo de la jornada partida con una niña de ters años y después con un bebé recién nacido…horrible. Acabé por no llevarla por las tardes, menos mal que ahora es continua.

– Nosotros comenzamos mañana la jornada continua, hasta ahora la hemos tenido partida, y creo que el cambio es a mejor, sin duda alguna.

– Continua, mañana empieza jornada partida (guardería) y cambia horarios de siesta y demas…y todo el dia en el camino, un ratito por la mañana y un ratito por la tarde a mi casi no me da tiempo a nada, asi que prefiero continua.

  ¿Y vosotros qué opináis? ¿Os quedáis con la jornada continua o con la partida?

 

“¿Cuánto tiempo tienes para mí?”

arhoeLa Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), cuya labor los que queremos conciliar la vida profesional y familiar deberíamos agradecer, ha organizado el IV Concurso Escolar “¿Cuánto tiempo tienes para mí?”.

El plazo para presentar los trabajos concluye el próximo viernes 24 de mayo, así que los niños de entre 6 y 16 años tienen dos semanas para intentar plasmar el concepto de conciliación de vida laboral, familiar y personal de manera creativa y optar a uno de los premios: lotes de libros de la Editorial Anaya y de la Editorial Santillana. Aquí tenéis las bases en PDF, pero os hago un resumen:

Este Concurso invita a todos los alumnos de Primaria y Secundaria a que intenten plasmar el significado, que en ellos tiene, el concepto de conciliación de vida personal, laboral y familiar. Para ello se han creado dos modalidades distintas: por un lado se anima a los alumnos de entre 6 y 12 años a que realicen un dibujo tamaño A4 y, por otro a los de 12 a 16 años a que se pongan en la piel de un periodista y realicen una entrevista a sus progenitores. En ambos trabajos debe quedar explicado el concepto tiempo y conciliación.

Hasta la fecha la Comisión Nacional ha recibido más de 50 trabajos por parte de los centros de enseñanza y los estudiantes de toda España. Este Concurso cuenta con el apoyo del Consejo Escolar del Estado, CONCAPA, ANPE y USO, así como con el patrocinio de la Fundación Independiente, el Grupo Anaya y la Editorial Santillana.

El fallo del premio se comunicará en el mes de junio.

Los trabajos, que se entregarán por cuadriplicado para ambas modalidades, deberán ir firmados con seudónimo. Todo ello se remitirá a ARHOE en un sobre grande junto con los datos del participante y del colegio al que el alumno asiste. J

Y aquí tenéis algo de información sobre lo que hace ARHOE, que cuenta con todas mis simpatías. A ver si vemos pronto que su empeño se traduce en algo concreto.

La necesidad de unos horarios racionales tiene como objetivos prioritarios: conciliar nuestra vida personal, familiar y laboral; aumentar la productividad; apoyar el rendimiento escolar; favorecer la igualdad; disminuir la siniestralidad; facilitar la globalización; mejorar nuestra calidad de vida; cuidar y mantener hábitos saludables; dormir el tiempo suficiente, y, en definitiva, dar mayor valor al tiempo. Todo esto pasa, ineludiblemente, por racionalizar nuestros horarios, para hacerlos convergentes con los países de economías más avanzadas.

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles es una entidad sin ánimo de lucro cuyos fines son concienciar a la sociedad sobre el valor del tiempo y la importancia de su gestión, y promover medidas que faciliten una racionalización de los horarios en España. La Comisión Nacional esta integrada por los representantes de 116 instituciones y entidades; ministerios, comunidades autónomas, empresarios, sindicatos, universidades, sociedad civil, etc. La Comisión Nacional tiene un brazo ejecutor que es ARHOE -Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles-.

«Ahora que soy empresaria, cuando voy a contratar a una mujer, lo primero que le pregunto es si se va a quedar embarazada»

En el suplemento de El Mundo ‘Yo, donna’ publicaron hace un par de semanas un artículo en plan tertulia escrita titulado ¿Es más difícil conciliar en tiempos de crisis? el que hablaban sobre el tema Federica Barbaranelli, empresaria y creadora del espacio Federica&Co en el que se venden muebles y dan cursos de cocina, Ana Irusta, directora de Igualdad y conciliación de Banesto, Nieves Alarcón, profesora universitaria de economía y directora del I Máster sobre Conciliación de la Universidad Camilo José Cela y Inés Sainz, socia fundadora de Back Up Comunicación y empresa.

Pues me he quedado tan alucinada, tan indignada, tan ofendida con la postura de la joven empresaria joven Federica (de rosa en la imagen), que he querido hacer un post. Afortunadamente las intervenciones de Ana y Nieves son de las de aplaudir.

He buscado el artículo pero no lo he encontrado, sólo este vídeo, así que os dejo aquí la última pregunta y el debate breve en interesante que generó.

Además de las diferencias entre hombres y mujeres, hay también, y muchas, entre los diferentes trabajadores. ¿Cómo se hace para conjugar sus necesidades y no ser injusto?

Federica: A mí la conciliación me parece muy interesante y factible, pero también muy utópica, porque es difícil educar a la mayoría. ¿Qué pasa con el que está acostumbrado a tomarse la caña con sus colegas? A lo mejor no se va a casa, ¿cómo regulas eso? Yo tengo el caso cercano de una amiga que con cada embarazo ha pedido la baja sin necesidad. Ahora que soy empresaria, cuando voy a contratar a una mujer, lo primero que le pregunto, y es muy desagradable, es si se va a quedar embarazada. Con una tienda, si a los dos meses me falla, tengo que trabajar yo 36 horas, pagarle el sueldo, la baja, cuidarla y aguantarla, porque además no la puedo echar. ¿Cómo evitas que se aprovechen?

Nieves: Hay una palabra: confianza. La conciliación es equilibrio. Una lavadora la puedes poner a las dos de la madrugada, pero con los niños no tienes más remedio que tener unos horarios. Te diré que he estado embarazada dando clase 10 horas de pie y no he faltado ni un día. Que no me digan que la mujer tiene mucha cara.

Federica: No, lo que digo es que hay tramposos.

Inés: Federica, son muchas las que, como esa amiga que mencionabas, utilizan el tener niños, lo que repercute en todas las que un día nos querremos quedar embarazadas. Pero, ¿ella no había dado
síntomas antes de ser irresponsable? No me creo que alguien serio en lo laboral cambie de la noche a la mañana.

Federica: En absoluto, tenía una carrera fenomenal.

Nieves: A mí me damucho miedo que se penalice la maternidad.

Ana: Es que eso sí que no es una elección, sino un derecho. Sólo las mujeres podemos tener hijos, pero cualquier señor que se rompa una pierna va a estar fuera de su puesto más que yo, por ejemplo, que nunca he faltado por enfermedad. Si soy suficientemente buena y estoy comprometida, a mi jefe
no le importará que me ausente. En toda una vida laboral, ¿qué son cuatro meses?

Inés: A mí, como a Federica, la conciliación me parece complicadísima. Históricamente
venimos de una situación que el trabajador no ponía mucho de su parte y el empresario no se terminaba de fiar. Ahora diles que tienen que implicarse los dos, uno dando y el otro confiando.

Nieves: Vivimos en una sociedad absolutamente hipócrita. Hay muchos jefes a los que
les encanta tener niños, pero luego una de sus empleadas les dice que va a ser madre y no reaccionan bien.
Yo he ido a clase con fiebre, con escayola y no me he perdido llevar a mi hija al médico, aunque es verdad que mi director me dio la flexibilidad necesaria.

Inés: En mí es innato lo de echar horas, pero no entiendo esas reuniones interminables que alargan la jornada innecesariamente ni ese cerrazón de no dejarte escribir un informe en tu casa. Ahora
que soy empresaria tengo muy claro que, conforme la firma vaya creciendo, la conciliación va a ser básica. Pero me parece que todavía nos queda mucho.

Nieves: Sí, se necesita tiempo, recursos, conocer las políticas de conciliación y aprender a negociar no sólo con tu jefe, sino también con tu marido y con los niños, atreverte a decirles: «Hoy mamá no va a estar».

Ana: También hemos de ser capaces de desarrollar e inventar medidas de conciliación un poco más fáciles para las empresas y que no sean tan chocantes como la reducción de jornada o la excedencia. Aquí cada uno tiene que pactar, pelear, ser un poco valiente y buscar su espacio. Estoy convencida de que si tú te comprometes en tu compañía y le demuestras disponibilidad, esta te lo devuelve
en forma de flexibilidad, autonomía y valoración de un trabajo bien hecho en tiempo y forma, y no en horas de calentar la silla.

Federica, sin embargo, no termina de ver clara ese nuevo tipo de empresa flexible: «Muchos son como niños: cuando tienen que hacer los deberes, necesitan una estructura. Tú le puedes decir a una persona inteligente, coherente, responsable y con capacidad de organización que se administre su tiempo, pero no todos saben hacerlo».

A su lado, Ana pone el acento precisamente en lo contrario: «Si tratas a la gente como recursos, obtienes unos resultados muy distintos a si los ves como seres humanos».

El horario escolar y la imposible conciliación

La mayoría de las familias en las que ambos padres recientes trabajan se encuentran estos días haciendo encaje de bolillos con los horarios escolares de sus vástagos.

¿Quién le recoge? ¿Quién le lleva? ¿Dónde come?

Me consta que hay otros colegios con otros horarios. Pero os voy a poner el ejemplo del de mi hijo, que es con poca diferencia el de todos los colegios públicos de mi ciudad.

Este año, su segundo año, ya no hay periodo de adaptación: han comenzado directamente de 9 a 13. El próximo mes ya tendrán horario normal de mañana y tarde. Él no acude por las tardes, las tiene repletas de terapias.

Pero la cosa entre octubre y mayo es así: se entra a las 9:00, se sale para comer a las 12:30. Se regresa a las 15:00 hasta las 16:30.

Cabe la posibilidad por supuesto de quedarse al comedor. Algo que cuando yo era una niña pequeña pocos hacían y ahora casi es la norma general. Y también es posible llevar al niño a las 8:00 y que desayune en el cole.

Es decir, que como mucho puedes dejar a tu hijo a las 8:00 y recogerle a las 16:30. En total son 7,5 horas de jornada escolar.

Y creo sinceramente que es excesivo para los más pequeños, de 3 (en algunos casos aún 2), 4, y 5 años. Pero cuando no queda más remedio, qué se le va a hacer…

Pero es que, aún siendo mucho para el niño, sigue siendo poco para muchas madres trabajadoras.

Ayer le explicaba estos horarios a una madre reciente a la que aún le quedan un par de años para tener a su hija en el cole. Y me hacía ver que para ella, aún con jornada intensiva y ligeramente reducida, sería imposible poder llevar y recoger a su hija.

Dejarla a las 8:00 supondría llegar a su trabajo pasadas las 9:00. A menos que se redujese mucho más, sería imposible recogerla a las 16:30.

Y ella tiene suerte con su horario. Muchos padres no tienen la posibilidad de trabajar en jornada intensiva de mañana o de reducirse la jornada a conveniencia.

Por eso las puertas de los colegios están tan llenas de abuelos.
Por eso muchas veces elegimos un colegio al que ya vayan primos o hijos de amigos para crear rutas escolares familiares. Por eso algunas nos agarramos al teletrabajo y los horarios flexibles (pero olvidad tener un bebé en brazos frente al ordenador como en la foto, no hay niño que se resista a golpear el teclado, mover el raton o tocar la pantalla).

Sobre todo por eso muchas madres (suelen ser ellas) dejan de trabajar definitivamente o durante los primeros años escolares de sus hijos. Pero la decisión de dejar de trabajar no es siempre puramente monetaria y es difícil de tomar.

Y eso sin contar vacaciones, días de fiesta, excursiones o enfermedades que obligan a quedarse en casa…

Hablar de conciliación en estos casos a veces suena a broma pesada
. Pero sinceramente, no veo que haya una solución sencilla.