Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

«¿Por dónde empiezo a leer al Philip Marlowe de Raymond Chandler?»

“Era más bien alta, pero tampoco un poste de telégrafo”. Adoro esa cita de Philip Marlowe porque refleja la esencia del carácter del mítico detective, un sabueso avispado, sentimental, cínico, impertinente y definitivamente adorable, y de la narrativa de su padre literario, Raymond Chandler.

Este año se cumplen 130 años de su nacimiento y yo, groupie confesa de uno de los maestros del género negro y detectivesco, he tenido que esperar hasta hoy para que la Providencia Librera tuviera a bien regalarme un ‘momento Chandler‘. O, mejor dicho, un «momento Marlowe». A ver, no fue exactamente como la escena de El sueño Eterno en la que una librera coquetea con Marlowe en una librería de Los Ángeles con la que siempre soñé, pero, queridos, no me puedo quejar.

(El sueño eterno, 1945 / Warner Bros.)

(El sueño eterno, 1945 / Warner Bros.)

Porque después de que los derechos de publicación de la obra de Chandler en castellano pasaran de Alianza Editorial a la editorial RBA (en dos únicos volúmenes, uno que recoge todo Marlowe y otro con todos los cuentos de Chandler) y al grupo Penguin Random House (títulos independientes en su sello Debolsillo) a mi por fin se me ha presentado la oportunidad de descargar mi nuevo arsenal raymondchandleriano sobre mi escritorio y de biblioactualizarnos todos para que sepáis dónde leer al maestro.

Sí, por fin un reginaexlibrislandiano se adentraba en los confines de mi librería para solicitarme como bibliocicerone y acceder juntos al al reverso más sórdido de Los Ángeles de los años 40, una irresistible ciénaga en blanco y negro en la que chapotean polis de integridad reversible y puño flojo, mujeres fatales, políticos corruptos, niñas de papá, intereses cruzados y un puñado de carismáticos detectives que siguen la estela del pionero: Philip Marlowe.

Total, que andaba yo desempolvando mis anaqueles debidamente cafeinada cuando uno de mis reginaexlibrislandianos asiduos vino para soltarme a bocajarro un glorioso:

Cliente: Oye, Regina, ¿qué me leo de Chandler? Es decir, de Philip Marlowe.

Regina: ¿Cómo dices?

Cliente: Pues eso, que hace unos meses leí un artículo sobre Chandler y decidí que ya rea hora de echarle un ojo a sus novelas… pero lo fui dejando, lo fui dejando y aquí me tienes, porque un amigo me contaba esta mañana que estuvo viendo una peli del Philip Marlowe y, ya ves, me ha dado por leerme las novelas.

Regina: Ah, pues divinamente

Cliente: Así que dispara, amiga, ¿por dónde empiezo?

Regina: Mmmm, pues verás, Si Raymond Chandler hizo de su detective Philip Marlowe en El sueño eterno uno de los mejores sabuesos del género, para mi Adiós, muñeca es uno de sus más brillantes relatos. En él, tras recibir el encargo de encontrar a la misteriosa Velma, Marlowe se verá empujado hacia el lado más turbio y corrupto de la ciudad, donde la única ley es la del dinero. Así que yo empezaría por una de las dos…

Cliente: Suena bien, muy bien, ¿de esas dos hay peli, no?

Regina: Sí, de casi todas. De hecho Bogart y Robert Mitchum fueron dos Marlowes de órdago. También te sonarán otros títulos como El largo adiósEl simple arte de matar o La dama del lago

Cliente: Anda, pues sí.

Regina: Es la onda expansiva de la maquinaria hollywoodiense en la que, por cierto, estuvo muy metido Chandler, tanto cuando se trataba de adaptar a celuloide sus novelas como las de otros.

Cliente: Sí, en esa época casi todos los escritores se metieron a guionistas… Oye, mira, creo que me llevo el tomo de RBA de Todo Marloew para empezar por Adiós, muñeca y El sueño eterno. Y luego veré si lo leo todo del tirón o me doy una tregua.

Regina: ¡Estupendo! Me apuesto el pelucón a que vuelves aquí convertido al chandlerismo extremo

Cliente: ¡Ja, ja, ja! ¡A ver si es verdad y se me pega algo del magnetismo de Marlowe, amiga!

Y se fue, y yo miré la balda mellada y me apresuré a reponer la bibliobaja en mi catálogo con una sonrisa de tres vueltas pintada en el rostro, pensando en lo mucho que seguramente va a disfrutar mi reginaexlibeislandiano con sus tramas de vértigo, con unos diálogos tan frenéticos como cargados de humor y de sabiduría callejera y con un estilo que creó escuela.

Cierto es que siento nostalgia de las míticas ediciones de Alianza en bolsillo de las que os hablara en su día pero, al menos, tenemos dos opciones librescas de acceder al universo creativo de Raymond Chandler al completo. 

2 comentarios

  1. Dice ser desmitificador

    Mucho mas interesante que el coqueteo con la dependienta de la tienda de libros, es la «batalla» dialectica que mantiene con lauren Bacall.

    28 febrero 2018 | 13:06

  2. Dice ser Norma Desmond

    Me confieso fan absoluta de Raymond Chandler. He leído Adios muñeca, La ventana alta, La dama del lago y El largo adiós. Disfruto mucho leyendo el género negro, pero creo que nada hay tan exquisito como las novelas de Chandler. Son perfectas en mi opinión. Cuando hace años se publicó La rubia de ojos negros de Benjamin Black (John Banville) me eché a temblar. Vale que lo escribía nada manos que Banville/Black pero es que era nada menos que retomar a Philipp Marlowe. Obviamente, escribió una obra fantástica, fiel al personaje y al estilo. Y yo, me lo pasé pipa leyéndola.

    02 marzo 2018 | 15:26

Los comentarios están cerrados.