Qué hacer cuando nuestros hijos nos piden un perro o un gato

prote1Con mucha frecuencia nuestros niños nos piden un perro o un gato. Raro es el pequeño que no se empeña en tener un amigo de los de cuatro patas en algún momento de su vida. Lo más inteligente, la única decisión razonable, es negarse a menos que todos los miembros de la familia estén de acuerdo en hacerse cargo de la responsabilidad que supone, una responsabilidad que un niño no va a poder asumir por mucho que jure y perjure que él se encargará de todo. Tengamos meridianamente claro que ese cargo es de los adultos y puede durar más de quince años.

En España se calcula que se abandonan 150.000 perros y gatos al año. En las perreras y protectoras hay animales perfectos para nosotros. Siempre recomiendo a los que quieren tener un perro o un gato y tienen niños en cada, acudir a una buena protectora en la que conozcan bien a sus animales, dejar peticiones de aspecto a un lado y explicar al voluntario que nos atienda nuestro estilo de vida y buscar un carácter dócil y dulce, paciente con niños y con un tamaño al menos mediano para resistir sus embistes cariñosos. Así es prácticamente imposible equivocarse.

Cuando deseen un perro o un gato y, tras reflexionar, decidáis sumar otro miembro a la familia. Por favor, no compréis un cachorro de cristalera. Adoptar es la mejor opción en muchos sentidos: por la enseñanza de responsabilidad y conciencia, de no primar aspectos superficiales que damos a nuestros hijos, por el bien que hacemos.

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¿Qué pasa cuando nos piden un perro y un gato y, con buen criterio, decidimos que no podemos tenerlo? Estoy harta de ver regalos que son sucedáneos de tener a ese animal en forma de peluches de distinto tipo, incluso capaces de andar con correa, ladrar y reaccionar mecánicamente a caricias. Los catálogos de las jugueterías están llenos de ellos. La mayoría acaban olvidados al poco tiempo.

Muchos de nuestros niños tienen demasiadas cosas. Muchos juguetes, muchos peluches, mucho de todo que les aporta muy poco.

Otra opción frecuente es optar por una mascota más pequeña y menos exigente: hámsters, pajaritos, peces… Algunas veces sale bien y el animalillo suplente es bien cuidado y querido. Demasiadas acaba en desastre para los pobres bichos.

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Cuando deseen un perro o un gato y, tras reflexionar, decidáis NO sumar otro miembro a la familia, os voy a proponer algo muy distinto al juguete destinado al olvido o al hámster.

¿Qué tal regalar una experiencia solidaria, con la que se aprenda, con la que eduquemos? ¿Qué tal regalar el apadrinar a un perro o un gato? Se paga una pequeña cantidad, en algunos casos el niño podrá elegir su nombre, tendrá una foto del animal en casa, podrá acudir a pasearlo o jugar con él si va a visitarlo a la protectora. Incluso podemos intentar con nuestro hijo buscar un buen hogar para él, que siempre habrá más perros y gatos a los que apadrinar.

Se puede apadrinar sin pisar la protectora, pero también podemos ir a elegir a nuestro apadrinado.

De hecho creo que la visita a una protectora de animales debería ser una excursión obligatoria en todos los colegios. Sólo con medidas así se crea conciencia y hay una oportunidad de frenar la terrible situación de maltrato y abandono animal que hay en España.

Hace poco más de un mes estuve con mis hijos y su prima visitando las instalaciones de una protectora, fuimos en concreto a Amigos del Perro en Langreo. Recorrimos todos los cheniles acompañados por su presidenta y conocimos a todos sus ocupantes, uno a uno. Regalamos las caricias que pudimos, que siempre saben a poco tanto a los perros que allí había como a los que las prodigamos.

Las niñas estuvieron jugando con un par de preciosas y sociables panteritas, con algunos de los perros, pusieron nombre a los siguientes cuatro perros que entrarán y salieron de allí sabiendo que a un amigo como un perro o un gato no se le compra, se le adopta.

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Para terminar os dejo con Lara, una de las perritas con las que Julia y su prima estuvieron jugando y que doy fe de que es cariñosa, juguetona y está deseando una familia. Es poco más grande que un cocker, tiene casi dos añitos “de puras ganas de jugar y comerse el mundo, muy activa y nerviosa, necesita largos paseos, y es muy lista, aprende muy rápido lo que le enseñan los voluntarios”.

Contacto para adoptarla: adopciones@amigosdelperro.org 619 370 991

En los casi ocho años que llevo actualizando el blog he escrito varias veces de niños y animales. Aquí tenéis más lectura:

9 comentarios

  1. Dice ser lola amigo

    muchas gracias Melisa!
    tras tu visita, estamos organizando charlas en los colegios de la zona a las que vamos a acudir con perros en adopción para acercarlos a los niños y que entiendan que no son juguetes
    esperamos que de estas charlas se consiga más responsabilidad por parte de todos: niños/as, padres y madres y personal docente y que se prodiguen más en acercar esta educación a todos.
    Te contaré más en cuanto pasen, por si interesa a tus lectores.
    Aquellas personas que quieran regalar un apadrinamiento a sus hijos/hijas, ya saben que solo tienen que contactar con la protectora más cercana a su domicilio y si quieren hacerlo en Amigos del Perro, solo tienen que escribir a info@amigosdelperro.org, y podrán bautizar a su ahijado!!!

    09 abril 2015 | 08:37

  2. Si los niños quieren tener un perro se les debe explicar la responsabilidad que eso conlleva. Tener un perro no es una decisión de una persona, sino de una familia que debe consensuar su educación y cuidados.

    Más información en http://www.perrosyfamilia.com

    Un perro se puede convertir en la mejor escuela de valores para un niño.

    Un saludo!

    09 abril 2015 | 10:25

  3. Dice ser marian

    Muy bueno el artículo.
    Otra más opción, cuando mi hijo tenía 5 años, cogimos cinco caracoles, les hicimos un terrario en una taper transparente y criaron, primero vimos los huevos y un día aparecieron montones de caracolitos diminutos, fue toda una experiencia, les tuvimos todo el invierno y en primavera les soltamos.
    Incluso les dejábamos pasearse por fuera del taper y ni mención de irse, totalmente estirados les acariciábamos y no se retraían, te ponías una gotita de agua en el dedo y te le raspaban al beberla, una gozada.

    Hoy en día tenemos una cobaya.

    09 abril 2015 | 10:40

  4. Dice ser Buena idea el apadrinaje

    Si, lo de apadrinar es una buena idea. De las mejores que he oído hasta ahora. En lo que no estoy de acuerdo es en lo de la visita de los colegios a las protectoras. Hay niños (y adultos, pero como hablamos de colegios lo dejaré en niños) que no solo no piden tener animales en casa si no que les tienen miedo. Me parece un suplicio obligarles a hacer excursiones de ese tipo. Y lo digo porque fui uno de ellos, obligado a ir granjas escuela, a safaris etc.

    09 abril 2015 | 10:44

  5. Dice ser Nacheras

    De acuerdo con el artículo, eso es lo que hice yo con mis hijas: tras sucesivos ruegos y peticiones, y como me negué en redondo a perro o gato en casa (mi mujer también se negó pero «menos en redondo», vamos a decirlo así jejeje), tortuga que te crió. Mi alergia al pelo de animales aparte, claro, fue una de las razones que argüí para defender mi posición pero las muy cabritas (modo buen rollo on) no me creyeron jejejeje.

    Y la verdad es que el sustitutivo funciona bastante bien: son bastante responsables a la hora de limpiar la «tortuguera», darlas de comer, interactuar con ellas (hasta el punto en el que se puede interactuar con un par de tortugas), etc, etc. Y no ha sido flor de un día porque ya llevamos unos meses con ellas y a ellas les gusta y cumplen con las obligaciones que eso conlleva sin rechistar, así que misión cumplida.

    Independientemente de que a mi no me gusten los animales (comérmelos sí), reconozco que tener una mascota en casa puede ser un buen método para empezar a inculcarles una pequeña responsabilidad, a los niveles de responsabilidad que se le pueden dar a unas niñas de 7 y 4 años, claro. Por eso creo que perro o gato, a edades tan tempranas, lo veo contraproducente.

    09 abril 2015 | 13:11

  6. Dice ser petu

    Esta claro que la responsabilidad del cuidado del animal recaerá sobre los padres, pero de ahí que esa responsabilidad sea suya durante 15 años…… ¿es que el niño no crece? ¿cuando el chaval tenga 15 años tampoco podrá ocuparse del perro??

    09 abril 2015 | 15:08

  7. Dice ser Jorge

    Estoy totalmente de acuerdo con esto… excepto en lo de tener un pájaro, hámster, etc. No creo que sea una buena idea tener uno de estos animales encerrados de por vida en una jaula. El perro sale a la calle, el gato está por toda la casa, tiene juguetes, etc., pero el pájaro tiene alas para volar, no para «vivir» en una jaula.

    09 abril 2015 | 16:59

  8. Dice ser ser

    qué pesadez con los «cachorros de cristalera» y la moralina barata. ¿qué hacemos con ellos, los dejamos morirse en las jaulas horribles de las tiendas? Ojalá estuviera prohibido exponer (o tener) animales de esa forma, pero como a día de hoy es legal, por mucho que nos pese comprar cachorros de cristalera es igual de loable que adquirir uno en una perrera. Los cachorros de las tiendas deben de sufrir igual o incluso más que los de las perreras, basta ya de animar a la gente a que los dejen ahí tirados por no ser criados en una protectora de animales!

    09 abril 2015 | 18:51

  9. Dice ser Zafirito

    Buen artículo.
    No hay que olvidar, tampoco, marcarle límites a los niños sobre como tratar a un animal. Que luego viene el mordisco de una criatura que se siente acorralada, y el repudio de unos padres sobreprotectores y cortos de miras. Demasiadas veces lo he visto.

    09 abril 2015 | 22:23

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