El derecho de los animales a no ser un juguete

Jaime paseando a nuestra perra.

Jaime paseando a nuestra perra. En su camiseta pone «No soy un juguete, soy tu colega».

Hoy 10 de diciembre de 2013 conmemora el Día Internacional de los Derechos Animales. Desde 1998, hace 16 años, asociaciones involucradas en distintos aspectos relacionados con la defensa de los animales recuerdan la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, que pide algo tan sencillo como que los animales tienen derecho a una vida libre de sufrimiento, dolor y muerte causado por los seres humanos.

La fecha es la misma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con la intención clara de ampliarla a todos los seres capaces de sentir. Nosotros también somos animales. Nuestros hijos son nuestros cachorros.

Que sea el 10 de diciembre, en puertas de la Navidad, me viene muy bien para recordar desde el blog a todo aquel que quiera escucharme que los animales no son juguetes. Muchos niños desean y consiguen animales como regalos de Reyes. Me parece muy bien siempre que se cumplan dos premisas:

Primero que sea una decisión meditada. Hay que estar dispuesto a dedicarle todos los cuidados que necesite, con lo que ello suponga en tiempo y dinero. Y en el caso de perros y gatos, que pueden vivir con nosotros 20 años, hay que pensar a largo plazo. Serán un miembro más de la familia durante mucho tiempo.

Beso de gato.

Beso de gato.

Segundo, siempre que sea posible, y me refiero sobre todo al caso de perros y gatos, no compres, adopta. Las protectoras están llenas de animales maravillosos. Para nuestros niños no tiene nada que ver la enseñanza de la solidaridad y la ayuda al que lo necesita que la de que un amigo se puede comprar. Tampoco tiene parangón mostrarle que preferimos el carácter antes que la simple belleza física. Pero si estáis empeñados en un perro o gato de raza, jamás, por favor, compréis un cachorro de cristalera. Acabemos con esa práctica llena de picaresca y abusos hacia los animales. Buscad un buen criador y acudid a sus instalaciones para asegurarnos de que hacen las cosas bien.

Y no olvidéis nunca que los niños no pueden responsabilizarse de un animal. Pueden ayudar, pueden incluso ayudar mucho, pero la responsabilidad es nuestra, de los adultos.

No me cansaré de repetirlo cada año, aunque sea clamar en el desierto. De tanto gritar tal vez se logre algún eco.

8 comentarios

  1. Dice ser Mama de I

    La navidades es la peor fecha para adoptar/comprar un perro. La gente lo hace por el capricho del niño/pareja y, generalmente, ese animal acaba abandonado en la carretera.
    Si vuestro hijo se encapricha de un animal compradle una NintenDogs. Al mes ya se habrá cansado y ya no querrá ninguno.
    Si después del mes aún sigue con la idea,y vosotros estáis de acuerdo ya que seréis los responsables de él, valorad con quien dejareis al perro/gato en vacaciones, el tamaño del animal (que no es lo mismo un perro pequeño en un piso de 50 metros que un pastor alemán), quien lo sacará a pasear y recogerá sus regalitos y ante todo que conllevara unos gastos que saldrán del presupuesto familiar.(Vacunas, que se ponga malo, seguro, etc)
    Pero ante todo recordad, un animal no es un capricho, es parte de vuestra familia y una gran responsabilidad.

    10 diciembre 2013 | 08:40

  2. ¡Buenos días Madrereciente!

    No puedo estar más de acuerdo contigo y cualquier fecha de este mes es buena para ir haciendo campaña para que la gente no regale animales como si fueran peluches.

    Y más aún, con la cantidad de animales que están esperando un hogar, ¿por qué comprar? Creo que la gente debería dejar a un lado los caprichos de raza, edad, etc y pensar en el bien que hace adoptando a un animal sin hogar.

    Compartimos en twitter. ¡Buen martes!

    10 diciembre 2013 | 09:20

  3. Dice ser LauraInuk

    Los perros/gatos u otros animales, no tienen la culpa de que seamos irresponsables. Por favor, estoy completamente de acuerdo con lo que se dice en este articulo y es más, quisiera añadir que muchas veces se trata a los animales como si fueran solo eso, y cabe recordar que nosotros también lo somos, con la única diferencia con ellos en que sabemos defendernos de muchas adversidades y ellos no. Por eso y muchas más razones, hay que tener cura de ellos, son indefensos y inocentes y no merecen que se los trate con inferioridad a nosotros.
    Se puede aprender mucho de ellos y siempre lo que se aprende, es positivo. Enseñan a amar sin tener en cuenta el sexo, el aspecto, el carácter…. enseñan a no ser rencorosos, a saber perdonar, a transmitir alegría pese a lo que pase….
    Por favor, vosotros que sois los adultos y tenéis razonamiento, cabe deliberar si os es posible tener un perro/gato o cualquier otro animal, tanto a nivel económico (los veterinarios son caros, el alimento del perro, las vacunas, correas, premios, mantitas….) como a nivel de tiempo y disponibilidad hacia él. En el momento en que entra en la casa, pasa a formar parte de la familia,y allá donde vayáis a él también le gustaría ir. Hay que ser consecuentes con las decisiones que se toman, al igual que un niño adoptado que a nadie se le pasaría por la cabeza devolverlo, a un perro/gato tampoco, y por desgracia, hay mucha gente que cree que puede hacerlo sin dañar los sentimientos del animal, y se equivocan. No entiendo como pueden vivir con ello.

    Reflexionad por favor, antes de tomar una decisión tal o igual como la de tener un hijo.
    Si os hacéis responsables, él os lo recompensará toda la vida siendo fiel y dando amor a todo aquel de la familia que lo necesite.

    10 diciembre 2013 | 09:28

  4. Dice ser Akira

    Desgraciadamente todavia queda gente que hace barbaridades y no son penados por la Ley. Se necesita un cambio en la Ley Animal ya.
    Menos mal que tambien hay ucha gente respondable que se preocupa por ayudarles.

    10 diciembre 2013 | 11:31

  5. Dice ser MiMiga

    Totalmente de acuerdo con lo expuesto. Es muy importante tener en cuenta que es una decisión para los próximos 15-20 años. Y aún tratándose de una adopción razonada y consciente no creo que la época de las Navidades sea la mejor para incorporar un nuevo miembro a la familia http://bit.ly/19585sR.

    10 diciembre 2013 | 11:31

  6. ¡Vaya vida de perros!
    “Australia gasta más en sus animales de compañía que en ayuda exterior”, informa el periódico The Sydney Morning Herald. “Entre los artículos que han hecho que los australianos derrochen en sus mascotas la espectacular cifra de 2.200 millones de dólares al año, se cuentan chalecos salvavidas, joyas con diamantes y productos para refrescar el aliento.” Jason Gram, dueño de una tienda de animales, ha observado el cambio de actitud respecto a las mascotas ocurrido en la última década y afirma: “Los perros solían vivir en el patio trasero de la casa, llenos de pulgas y royendo un hueso. Ahora viven dentro, se tumban en camas mullidas especiales y llevan collares de pedrería”. No obstante, Gram indica que tal cambio ha sido bueno para el negocio, ya que ahora a los perros se les trata como miembros de la familia y se les prodigan bienes caros. Aunque hay mascotas a las que “se atiende como si tuvieran necesidades, deseos y normas estéticas humanas —dice el periódico—, no hay pruebas de que los perros prefieran un juguete de 50 dólares a uno de 5. Los lujos parecen satisfacer más bien la necesidad que tiene el dueño de demostrar su amor”.
    VER: http://m.wol.jw.org/en/wol/d/r4/lp-s/102004648

    11 diciembre 2013 | 03:46

  7. Dice ser Armando P. G.

    Interesante información.

    Precisamente considero importante resaltar el “lado B” que no se analizó en este punto, el que los niños con mascota, cuyos padres no meditaron la adquisición de esta, se quedan con la idea de que todo lo que les genera una responsabilidad, cuidado y dedicación, lo pueden echar a la calle, y así poco a poco, los niños van asimilando esa mala idea con todo lo que les rodea, más tarde vemos a padres y madres que abandonan a sus hijos, e hijos que abandonan a sus padres cuando estos ya están en edad adulta y requieren cuidados. Así es como poco a poco nos convertimos en una sociedad en donde nadie se interesa por nadie que no sea sí mismo. Reafirmándose la idea de que todo es “desechable” una vez que ya no nos es tan útil. De ahí pasamos a la idea de tener mascotas por conveniencia, improvisando criaderos, con animales hacinados, mal alimentados, y con la única finalidad de hacerlos producir más animales para venderlos cuando están cachorros y a todo el mundo encantan. Y además dependiendo de la raza, algunos tipos de perros son obligados a pelear, matando a otros perros o bien, saliendo seriamente lastimados, y todo por generarles diversión y ganancias económicas a sus dueños.

    Afortunadamente, tenemos leyes de protección de animales que hoy podemos celebrar, aunque aún falte mucho camino por recorrer en la materia. Sin embargo, considero que, como sociedad amigable con los otros seres vivos, en algún punto del camino nos perdimos, en algún momento bajamos las manos y nos conformamos con lo que, algunos por inercia, lograron a favor de los derechos de los animales. Nada menos, basta recordar que fueron los animales quienes primero gozaron de derechos contenidos en una ley, antes, incluso que los propios niños, así pues, podemos recordar el caso de Mary Ellen, una niña neoyorkina nacida en 1866, que era objeto de malos tratos por parte de sus padres que, incluso, le clavaban tijeras y la mantenían atada a la cama. Los padres decían que con esos crueles tratos reafirmaban su conducta, argumentando que ellos como sus padres, eran dueños de la niña. Alertada por los vecinos, una trabajadora de la caridad tuvo conocimiento del caso. Trató de ayudar a la niña. Su denuncia ante los tribunales fue en vano. No había legislación que contemplase la posibilidad de proteger a un niño frente a la crueldad de sus padres. Sí la había, por cierto, respecto de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales. Ante los tribunales se argumentó entonces que dado que Mary Ellen era parte del reino animal, debería aplicársele la Ley contra la crueldad con los animales y dispensársele, en consecuencia, la misma protección que a un perro. El resultado fue que en Nueva York, en 1874 se dictó, por vez primera en la historia, una sentencia condenatoria contra los padres.

    Algún tiempo después se fundó en Estados Unidos la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Niños. Esta sociedad fue exportada a diversos países, impulsándose medidas legales de protección infantil.

    11 diciembre 2013 | 23:44

  8. Dice ser Sara

    Yo compré a mi perro en una cristalera, pasé, lo vi, estaba en oferta porque el día anterior había cumplido tres meses, me pregunté qué harían con los perros que no venden y entré en la tienda sin pensar. Salí con el perro y han pasado cuatro años y medio y ahora mismo está durmiendo aquí debajo tan campante. Creo que hice bien, no sé qué habrían hecho con él si no lo llego a comprar, pero siento que hice lo correcto.

    18 diciembre 2013 | 01:37

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