Crowdfunding para la ciencia, un safari por la jungla financiera

¿Pueden los proyectos científicos sostenerse a base de pequeñas donaciones particulares? ¿Deben hacerlo? Para Mónica Peláez y Carlos Rosales, la respuesta es sí en ambos casos. Estos dos emprendedores decidieron hace un año dejar lo que tenían entre manos y dedicar sus esfuerzos y ahorros a realizar su proyecto, que no era otro que ayudar a otros emprendedores a realizar los suyos propios. Así nació Safari Crowdfunding, que hoy se ha puesto de largo en el campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma de Madrid para su presentación formal en sociedad y su pistoletazo de salida al ciberespacio.

Mónica Peláez y Carlos Rosales, los dos emprendedores responsables de Safari Crowdfunding.

Mónica Peláez y Carlos Rosales, los dos emprendedores responsables de Safari Crowdfunding.

Safari Crowdfunding se presenta hoy como la plataforma de financiación colectiva del Parque Científico de Madrid, pero lo cierto es que no fue así como nació. Lejos de ser una iniciativa promovida por el Parque, la Universidad o algún otro gran organismo, la idea nació de la unión de fuerzas entre Peláez y Rosales. Ella aportaba una larga experiencia financiera en la gran empresa multinacional y en consultoría de alto nivel. Él, un amplio currículum en electrónica de consumo desde la pequeña y mediana empresa y un ojo atento a cómo las plataformas de financiación colectiva por internet, o crowdfunding, estaban cambiando el panorama del emprendimiento tecnológico en EE. UU. Ejemplos notables de ello son la consola de juegos Ouya para sistema operativo Android o las gafas de realidad virtual Oculus, que comenzaron como un proyecto de crowdfunding antes de que Facebook se fijara en ellas.

«En realidad llegamos a la ciencia casi sin pretenderlo», señala Rosales a Ciencias Mixtas.«Teníamos cierta relación familiar con la comunidad científica, pero sobre todo estábamos buscando una ubicación para nuestro proyecto. Una persona nos llevó a otra, se nos fue uniendo más gente, y un día acabamos en el acelerador de iones del campus de la Autónoma. Justo enfrente estaba el Parque Científico, así que decidimos presentar nuestro proyecto allí y nos aceptaron como inquilinos», recuerda.

Así fue como, gracias a su ubicación, «de la comunidad científica del campus comenzaron a surgir proyectos», apunta Rosales. De hecho, esta afortunada circunstancia vino a llenar un hueco en el paisaje de las crowdfunding españolas. «Las plataformas existentes en España tenían un perfil más cultural y social: el crowdfunding por donación se enfocaba más a proyectos sociales, y el de producto a grabar un disco, escribir un libro o rodar una película». Los dos emprendedores sabían además de la falta crónica de fondos que aqueja a la investigación, y concluyeron que la ciencia podía captar la atención de los pequeños donantes. «Pensamos que los proyectos científicos podían despertar un interés solidario, y por tanto eran atractivos para el crowdfunding por donación», resume Rosales.

Fruto de todo ello son dos de los seis proyectos que Safari Crowdfunding lanza hoy en su primera andanada. Uno de ellos es la creación del centro de referencia para el diagnóstico genético de enfermedades raras infantiles por envejecimiento acelerado, una de esas asignaturas pendientes que siempre lo serán para la gran empresa. «El campo de las enfermedades raras se ha olvidado porque no es rentable», dice Rosales. La empresa detrás de esta iniciativa es la pyme biotecnológica española Advanced Medical Projects, dedicada a los nuevos diagnósticos y terapias, y que invierte todos sus beneficios en investigación y desarrollo. La compañía cuenta ya con un medicamento en desarrollo para el tratamiento de la disqueratosis congénita, y a través de Safari Crowdfunding pretende reunir entre 12.000 y 20.000 euros para crear un centro especializado que reduzca el plazo de diagnóstico de estas enfermedades raras infantiles, que actualmente puede llegar a los cinco años, a solo unas semanas. Para ello ofrecerán varios servicios, incluida la secuenciación masiva de ADN que permitirá localizar rápidamente la mutación o mutaciones del niño o niña y así facilitar el enfoque terapéutico temprano. Además, un biobanco de ADN servirá como recurso a la comunidad investigadora.safari2

El segundo de los proyectos científicos es obra de Biomedica Molecular Medicine, una empresa de herramientas clínicas moleculares surgida en el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Paz y la primera nacida oficialmente del sistema madrileño de salud. El proyecto aspira a reunir 25.000 euros para financiar la validación clínica del 8-gene Score, un test que ayudará a los oncólogos a tomar decisiones de cara al tratamiento de las afectadas por cáncer de mama. El empleo de esta herramienta contribuirá a determinar qué pacientes tienen un pronóstico tan favorable que podría evitarse la quimioterapia y sus terribles efectos secundarios sin afectar a la evolución de su enfermedad. Pero para que el 8-gene Score pueda introducirse de forma rutinaria en la práctica clínica, antes es necesaria su validación con una muestra grande de pacientes y comparándolo con otras pruebas existentes ahora, frente a las que el nuevo test ofrece claras ventajas.

safari3

A cualquiera le surge la pregunta: dado que se trata de proyectos científicos con un enorme interés social, ¿no deberían financiarse con dinero público, en lugar de depender de las donaciones voluntarias y del riesgo asumible por los pequeños emprendedores? Es más: ¿no aprovecharán quienes deberían ocuparse de esto para mirar hacia otro lado? «O no», replica Rosales. «Se puede pensar que tapamos el hueco que dejan los recortes, pero el crowdfunding es la sociedad, son los ciudadanos. Es también una manera de abrir las ventanas de la ciencia y darle a la gente lo que los científicos están haciendo, y contarles por qué lo están haciendo. Tenemos la vocación de ser una herramienta más, un nivel complementario».

Sin embargo, Safari Crowdfunding no se restringe a proyectos relacionados con la ciencia. «La parte más tecnológica la enfocamos más a producto, a crowdfunding de recompensa», precisa Rosales. Así, por ejemplo, Spanish Language Route es un curso online completo de español en 3D que utiliza tecnología de juegos para guiar al usuario por las cinco rutas del Camino de Santiago. «La gente, cuando dona, recibe el curso», dice Rosales. En otros casos, la donación sirve como reserva de compra del producto para cuando esté disponible, como ocurrió en EE. UU. con la consola Ouya o las gafas Oculus. Es el caso de ColorUp!, una aplicación móvil que utiliza un código de colores como termómetro del estado de ánimo personal y como valoración de servicios, empresas, ciudades o eventos. Por último, cierran la oferta inicial de Safari Urbein, una fusión entre banco de imágenes, agencia gráfica y medio de comunicación que permite compartir y vender fotografías de actualidad y otras temáticas desde un enfoque solidario y colaborativo, y El mundo en moto Sinewan, la videobitácora de un motorista viajero.

Rosales detalla que todos los proyectos propondrán un plan de hitos y crearán un blog desde el que irán informando de la marcha de la iniciativa y del nivel de apoyo conseguido, pero las donaciones no se harán efectivas hasta que se cubra el cien por cien de la financiación requerida. Esta transparencia, considera Rosales, es esencial en el éxito de los proyectos. «Partimos con la experiencia de saber lo que ha ocurrido a veces con el crowdfunding en EE. UU.: se consigue la financiación con facilidad y, una vez obtenida, muchos de los proyectos acaban fracasando». Y si el mundo financiero es una selva, qué mejor que un safari para atravesarlo con éxito y, además, disfrutarlo por el camino. «Financiar un proyecto es una aventura muy parecida a internarte en una jungla poblada de animales feroces», concluye Rosales.

1 comentario

  1. Dice ser Urbein

    Anímate, invierte en Urbein (www.urbein.org), no te quedes fuere del nuevo modelo del comercio de imágenes.
    http://www.safaricrowdfunding.com/proyecto/urbein-comparte-vende-tus-fotografias

    05 junio 2014 | 17:48

Los comentarios están cerrados.