Se acabaron las vacaciones, vuelta a trabajar y vuelta a la rutina. Adiós al calor y un saludo a los nuevos horarios. Aunque tardaré varias semanas en acostumbrarme al nuevo horario de este año, una vez que estoy en él, con los ajustes necesarios y un poco más de frío, me hacen sentir mucho mejor que el descontrol que he llevado durante estos meses veraniegos.
Como cada curso, siempre me propongo como objetivo pasar un año libre de brotes y sin pasarme de la raya, como he hecho otras veces. Estoy metalizada que el trabajo no lo es todo, primero está mi salud, luego el resto y por último el trabajo. Aunque hasta ahora es una premisa que no he llevado a cabo al cien por cien, quizá por Nora me haga replantearme ciertas acciones pasadas que he hecho a favor del trabajo, que el tiempo y sus consecuencias me han acabado diciendo que eran equivocadas. En este tema, me cuesta mucho aprender y no volver a cometer los mismos errores.
También voy a intentar estar más tranquila, calmada, pausada y continuar llenando mi saco de paciencia. Es probable que si me queda tiempo durante el día intente hacer algún ejercicio sencillo de meditación, como siempre, agradecería alguna recomendación, sobre todo que sea sencillo. Además, según me vaya adaptando al nuevo horario, volveré a hacer deporte y a los largos paseos con Nora que tanto echo de menos.
Con Nora, nos arreglamos como en el curso pasado, cuando no esté conmigo, estará con su padre. Estoy deseosa por empezar, pero a la vez tengo miedo de la reacción de mi cuerpo durante estos meses. Veremos qué tal se me dan los malabarismos para llegar a lo máximo posible.
Hola Paula, animo seguro que te va bien la vuelta al trabajo. Tienes que saber donde esta tu límite y decir hasta aquí cuando veas que ya puede perjudicar a tu salud. Yo soy super responsable, precavida… y me he dado cuenta que esto es bueno pero también malo porque nos exigimos mucho y no sabemos decir NO. Yo creo que la clave es hacer las cosas poco a poco, ir dosificandolas. Ya nos cuentas como lo llevas, que seguro muy bien
01 septiembre 2016 | 19:30
Hola Paula, yo con la incorporación al trabajo después de las vacaciones pienso lo mismo, al mínimo empeoramiento, coger baja, de hecho mi neuróloga me ha llegado a decir q cogiera baja y estuviera un tiempo tranquila, yo he llegado a ir al trabajo con la vía puesta, con unos mareos y náuseas insoportables, un cansancio extremo….., dedicándome exclusivamente a trabajar y a descansar, y eso no es vida. Pero mi ganas de luchar, de q puedo, me hacen equivocarme y ahí sigo sin coger baja y en ocasiones en unas condiciones pésimas. Pero, ¿Q puedo hacer? Tengo la opción de coger baja, me la dan, pero las consecuencias de la pérdida de trabajo me atemoriza. Todavía estoy de vacaciones y en unos días me incorporaré, con miedo de tener q afrontar la carga de trabajo y las consecuencias de lo q ello conlleva en mi cuerpo. estoy segura de q si cogería baja cada vez q me he encontrado peor, probablemente estaría en el paro. Y como está el tema de la incapacidad, pues…. sólo me queda tirar, y ver lo q me depara el futuro en cuanto a mi salud.
Paula, mi consejo es q te lo tomes con calma, tanto en el trabajo como fuera de el y q siempre pienses en lo mejor para ti. Ánimo!!
03 septiembre 2016 | 10:15
Hola Paula! Me identifico contigo muchísimo.
También soy profesora pero este curso tengo unos días clase por la mañana y otros clase por la tarde. El problema es que el martes salgo a las 22:05 y el miércoles entro a las 8:15! Uf! Casi ni tiempo de descansar! Eso sí, mi salud está por encima!
Ánimo y buen curso!
20 septiembre 2016 | 21:10