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¿Conoces la fuerza que encapsula la historia de tu vida? Conecta con ella en tres sencillos pasos

Cuentan la historia de que en una tribu africana, cuando nace un niño, crean una canción única para él o ella y se la cantan. A medida que crece, continúan cantándosela. Cuando esta persona se hace adulta y se mete en problemas, todos los miembros de la tribu la rodean y le cantan la canción, recordándole de forma amorosa quién es y lo que ha venido a hacer.

Cada uno de nosotros tiene una canción única que se escucha a través de nuestra historia. Por esta razón, en los talleres de liderazgo CIYO hacemos un ejercicio que se llama Línea de vida. En el ejercicio, cada participante toma cinco o seis hechos significativos que más le han marcado en su vida y los representa cronológicamente de forma gráfica en un papel o con símbolos. Luego por grupos, en espacio de cinco minutos, cada participante relata su historia, ante la escucha atenta de las otras personas, que al acabar le comparten aquello que han apreciado.

Contar nuestra historia a otros y dejar que nos vean bajo esta luz es recordarnos. En inglés remembering ourselves, es decir remembrarnos, tomar a nuestros miembros vitales, trozos de nuestra historia que han quedado arrinconados u olvidados y recordarlos, etimológicamente llevarlos de nuevo al corazón, integrándolos en un todo.

(Mantas Hesthaven, UNSPLASH)

Lo contrario de permanecer en relación con tu historia es caminar disperso entre distracciones, entretenimientos y rutinas varias. Cuando no recuerdas tu canción, tu historia, la actualidad vociferada por internet, redes sociales y medios de comunicación te fragmenta en mil pedazos. Según Byung-Chul Han, cuando tu vida empieza a orbitar en torno a la información y no en torno a la narración, tu sentido del yo se vacía, tu experiencia es relegada y con ello, tu capacidad de entenderla y darle un sentido. Alejarte de tu historia también es perder vitalidad, ya que una vida sin dirección deshincha al cuerpo en un anodino ahora.

En Tu vida épica animo a los lectores a verse como protagonistas de su propia historia. Doy pautas sobre cómo relacionarse con la propia vida como una aventura que merece ser entendida, aceptada, apreciada y proyectada para darle un sentido profundo. Cuando lo logres, caminarás al ritmo de la felicidad que abarca toda la melodía de tu vida y no solo el instante de una selfie. Te invito a ponerte en camino, con estos en tres sencillos pasos:

  • Resérvate una hora sin distracciones ni interrupciones de ningún tipo. Toma papel blanco y lápices o rotuladores de colores. Divide tu vida en segmentos de 7 años: de los 0 a los 7 de los 8 a los 15, etcétera. Por cada segmento, toma un evento particular que te marcara particularmente. Pon nombre al período como si fuese el título de una película. Haz algún dibujo o símbolo que lo represente.
  • Ahora “lee” cada capítulo como si fuese una historia y tú su protagonista. Toma nota de cómo te sientes. Adopta una actitud de agradecimiento hacia todos los acontecimientos y tu rol en ellos por el hecho de permitirte llegar hasta el momento presente. Si te sientes inclinado a ello, compártelo con alguien de confianza.
  • Pregúntate: ¿Qué tendría sentido y te llenaría de vitalidad que sucediera en el próximo capítulo de tu vida – sabiendo que es imposible saber cuantos capítulos te quedan?

Inspírate con mi nuevo libro: Da vida a tus sueños. 12 caminos para crecer y despertar.

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Wish o la importancia de luchar por tus deseos

El domingo pasado fui con la familia a ver Wish: el poder de los deseos, la última película de Disney. Aunque los dibujos animados no me enloquecen y hubiese preferido ir a ver Napoleón, en la balanza personal pesó más el compartir.

La historia tiene lugar en una isla griega donde sus habitantes son muy felices porque todos sus deseos son escuchados por un guapo y benévolo rey. Sin embargo las apariencias engañan – ¡atención spoiler!: cuando a través de una ceremonia el rey recibe los deseos de los ciudadanos nada más cumplir dieciocho años, los embolsa en un conjuro mediante el cual los dueños de los deseos se olvidan de ellos y no consiguen cumplirlos. La heroína descubre la patraña y, enfrentándose a poderosas fuerzas oscuras, derrota al tirano, estableciendo un nuevo orden. Un arquetípico viaje del héroe que apunta a importantes reflexiones.

EN LA ADULTEZ EMPIEZA EL JUEGO

No es casual que en la película los deseos se entreguen al llegar al umbral de la adultez. La adultez, sea a los dieciocho o más adelante es el tiempo de dar espacio a nuestros deseos. No significa querer cumplirlos de inmediato o crear un drama si no lo logramos. Consiste en no olvidarse ellos por mucho que nuestro camino se tuerza. Si nuestros sueños fueran un hilo, el poema de Stafford Tal como es ilumina la trascendencia del proceso y la actitud a adoptar:

Hay un hilo que sigues. Avanza entre las

cosas que cambian. Pero el hilo no cambia.

La gente se pregunta qué persigues.

Les hablas del hilo.

Pero a los otros les cuesta verlo.

Mientras sujetas el hilo es imposible perderte.

Se producen tragedias; la gente se lastima

o muere, y tú sufres y envejeces.

Nada de lo que hagas puede detener el paso del tiempo.

Nunca sueltas el hilo.

Imagen promocional de Wish / Disney

EL PRECIO DE OLVIDAR TUS DESEOS

Mientras que reunir el coraje para apostar por los deseos propios, aquellos que parecen estar marcados en el ADN de uno, a menudo asemeja a dar un salto al vacío, el precio de olvidarlos es mucho más grande. En la película, las personas que han olvidado sus deseos estan a medias en la vida, han perdido parte de su presencia, de su luz y parece que una nube de confusión les acompaña. Es la narrativa del perdedor, de la persona que dice yo quería pero he tenido mala suerte, no pude terminar los estudios y ahora es demasiado tarde, tampoco encontraría un trabajo decente, puedo dedicarme a mis deseos en mi tiempo libre, etcétera.

Por otra parte, decidir ir a por nuestros deseos, no nos garantiza que vayamos a cumplirlos o que no fracasemos en el empeño. Lo único que nos asegura es vitalidad por estar en el buen combate, una vida con sentido y llegar al final con la consciencia tranquila.

Si has olvidado tus sueños no te agobies, estás a tiempo de recuperarlos. Encuentra la fuerza e inspiración para retomarlos en mi último libro: Da vida a tus sueños. Doce caminos para crecer y despertar.

 

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El bullying es cosa de todos

En mi experiencia de coach, nunca deja de sorprenderme el elevado número de personas que han sufrido acoso escolar y el impacto que este trauma dejó en ellos. Haber vivido el bullying en primera persona me permite ayudar a quienes acompaño a integrar y trascender esta experiencia. Sin embargo, la mejor forma de evitar el nefasto impacto del acoso escolar es mediante su prevención.

El acoso escolar (bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal, físico y hasta social producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales. Según la UNESCO todas las formas de violencia escolar representan una vulneración del derecho de niños, niñas y adolescentes a la educación, a la salud y al bienestar. Ningún país puede alcanzar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para niños y adolescentes si sus estudiantes son víctimas de violencia y acoso en las escuelas. En España, según un estudio del Ministerio de Educación, el bullying afecta a casi un 10% del alumnado de primaria y el cyberbullying a otro 10%.

Con veinticinco años de experiencia como maestra en las aulas y presidenta de la Asociación NACE, No al Acoso Escolar, Carmen Cabestany en su libro El bullying en cosa de todos va a la raíz del problema dando soluciones prácticas y fundamentadas, de forma clara, amena y sin un ápice de corrección política.

En El bullying en cosa de todos, Cabestany enfatiza la importancia de abordar el acoso escolar de forma global, es decir de forma conjunta las familias, la escuela, el sistema sanitario, la inspección, el sistema legal… algo tristemente fuera de lo común. En España, asegura Carmen, respaldada por una multitud de casos e intervenciones, impera la Ley del silencio, excepto por contadas excepciones. La Ley del silencio consiste en negar que el bullying existe. Lo niega la escuela cuando el tema es tabú y hace como si no existiera. Lo niega el inspector. Lo niegan servicios sociales. Lo niegan los jueces. Lo niegan los niños cuando por desconocimiento no saben como identificarlo y lo niegan los padres y madres cuando no prestan atención a las señales de sus hijos. Y esta negación genera una lucha entre los distintos actores que agudiza el problema e impide solucionarlo.

El bullying es cosa de todos / Carmen Cabestany

Si a un lado del espectro del bullying están las secuelas que deja de por vida, al otro lado están los niños y jóvenes que no lo sobreviven y deciden poner fin a su sufrimiento con el suicidio. Los vínculos entre el bullying y el suicidio son claros. Según Save the Children, los menores que son víctimas de bullying tienen 2,23 veces más riesgo de padecer ideaciones suicidas y 2,55 veces más riesgo de realizar intentos de suicido que aquellos que no lo han sufrido.

El acoso escolar es un tema cuyo abordaje es urgente, y con su libro El bullying en cosa de todos, Carmen Cabestany nos instruye a tomar cartas en el asunto, sea cual sea nuestra posición, para terminar con este gravísimo problema social y sus terribles consecuencias.

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El éxtasis de un ayuno de noticias    

Aunque estar al día de la actualidad es algo que forma parte de mi, tras un empacho de noticias, llevo dos semanas sin twitter ni medios digitales – hace años que decidí no tener tele. Mientras que estar informada me ayuda a saber el estado del mundo, consumir demasiada información me perturba mentalmente, me genera tensión en el cuerpo y altera mi estado de ánimo, algunos de los síntomas de sobrecarga informativa o infoxicación.

Exponernos a información constantemente es como estar con el volumen de la música a todo trapo. Mientras que – una gran mayoría – no soportamos la música a todo volumen demasiado tiempo, con la información sucede lo contrario, nos genera adicción con el gancho de lo rabiosamente actual, el appeal del sensacionalismo, la persuasión de lo inaudito.

(Pexels)

La información no es neutra: tiene una carga positiva o negativa. Y lo que se considera noticia es en una aplastante medida negativo. Consumir información negativa nos genera, por supuesto, ¡negatividad! Sin embargo, la solución no está en esconder la cabeza bajo el ala y olvidarnos de la actualidad. Sino en darnos cuenta cuando la información a través de cualquier artefacto mediático nos somete a su consumo sin tregua.

No es la primera vez que hago un ayuno de noticias y no va a ser la última. Mas siempre me sorprenden sus efectos. Me siento más encarnada y a la vez muy ligera como si me hubiesen levantado una pesada losa de encima. Me invade una extática sensación de libertad como si el espacio-tiempo se expandiera. Como un caballo bien domado, la mente está tranquila, enfocada en el aquí y el ahora. Las prioridades se ordenan y aumenta la claridad sobre qué hacer. Desaparecen sueños apocalípticos, mejora el descanso, la concentración y la productividad. Mis relaciones son más reales, más intensas, más sabrosas. Ah y todo ello…¡gratis! Apuesto que que no hay tip de desarrollo personal tan poderoso y lowcost como el que te acabo de compartir 😉

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Cómo afrontar el nuevo curso en 4 pasos

Termina el verano y empieza un nuevo curso. Como en cualquier transición vital, tenemos la oportunidad de revisar nuestras prioridades y realinearnos con lo que nos da sentido. Las transiciones se caracterizan porque algo muere y algo nuevo emerge. Para atravesar cualquier transición con gracia te invito a considerar lo siguiente:

1- BENDECIR Y SOLTAR

El verano ha sido lo que ha sido. Algunas cosas han ido bien, otras desastrosamente, algunas sin hacerse notar. Una forma pasar página con gracia consiste en bendecir. Bendecir se trata de mirar con apreciación todo lo que ha sido, aceptándolo, dándolo por bueno, incluidos errores, meteduras de pata y confusiones. Sin bendecir no es posible soltar, ya que la crítica y la negatividad nos mantienen atados al pasado.

2- NO SABER

Si algo caracteriza las transiciones es el no saber. La vida siempre es diferente y aunque pisemos terreno conocido el paso de un periodo a otro se caracteriza por la incertidumbre. En esta fase puede que nos sintamos desorientados, sin estar muy seguros de hacia donde ir, ni cómo actuar. Esta desorientación, lejos de ser un impedimento, es una invitación a abrirse y a escuchar, parafraseando a Parker Palmer, lo que la vida quiere de ti.

(PEXELS)

3- ESCUCHA DESDE LA APERTURA

Como en todo, hay mil formas de escuchar. Puedes escuchar desde la razón que todo lo sabe y que proyecta sus juicios aprisionando al futuro. Puedes escuchar desde el cinismo, cerrando tu corazón a cualquier información que provenga de este canal. Puedes escuchar desde el miedo, centrándote en todo aquello que no quieres que ocurra. Ninguno de estos modos de escuchar te convienen, pues están condenados a repetir patrones del pasado.

La escucha a la que te invito necesita quietud interior para – usando el marco de Teoría U – abrir la mente, el corazón y la voluntad. Esta apertura es la que te permite escuchar a tu yo superior, a la vida o a Dios – según tu referente no egoico o trascendental.

4- TOMA NOTA Y CÉNTRATE EN EL PRÓXIMO PASO

Una vez empiecen a llegar respuestas, toma nota. Considera lo inmediato, las orientaciones a medio plazo y el propósito del curso. Entonces, céntrate en lo inmediato. Nuestra vida se teje en el día a día. Si te ocupas del día, te estarás ocupando de tu vida entera y el futuro tomará cargo de sí mismo.

 

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Desarrollar el observador, una condición necesaria para crecer (lecciones de Barbie II)

En el artículo anterior hablaba de las expectativas frustradas y cómo convertirlas en una oportunidad de crecimiento, tomando de ejemplo la película Barbie. En ella, la protagonista se da cuenta de lo que realmente le importa: convertirse en creadora – en lugar de ser el objeto creado. Este proceso implica una expansión de la propia consciencia creando una posibilidad, antes inimaginable.

Cuando momentos como estos se producen en mis programas de coaching, se da un cambio energético en la persona. Pienso en Lucía cuando se da cuenta de que ha vivido como si el mundo estuviese en su contra. Pienso en Jorge cuando toma consciencia del aterrador miedo que le domina en el espacio público. Pienso en Edith cuando se da cuenta de que es ella y nadie más, quien ha cedido el poder a su insoportable jefa.

En todos los casos, la persona desarrolla lo que se denomina el «observador» o «testigo», es decir la capacidad de verse a uno mismo desde un punto de vista aventajado. Antes de desarrollar el testigo, uno está preso de lo que le ocurre, al igual que los peces no ven el agua en el que nadan. Una vez desarrollamos «el testigo» empezamos a ver con claridad lo que sucede y nuestro rol en ello, lo que activa la evolución.

Te comparto tres prácticas clave para desarrollar el «testigo», de nuevo con ejemplos de la trama de Barbie:

1. PRACTICAR LA AUTOOBSERVACIÓN

Alguien dijo que podríamos pasarnos el resto de la vida sacando lecciones de lo que ocurre en un solo día. La autoobservación tiene que ver con reflexionar sobre lo sucedido, evitando proyectar viejas interpretaciones en ello. Consiste en cultivar la calma mental y dedicar tiempo a reflexionar. Al observarse a sí misma, Barbie se da cuenta de que algo no le cuadra, lo que dispara una alarma.

2.EXPONERSE A PERSONAS DIFERENTES

Cuando alguien viene a mi práctica de coaching ya suele haber hablado con muchas personas de su entorno sin éxito. Esto es así porque lo común es que las personas que nos rodean vean las cosas como las vemos nosotros. En cambio, personas distintas facilitan nuevas perspectivas, invitándonos a imaginar la vida sin nuestros filtros de percepción. Barbie comparte lo ocurrido con las otras Barbies pero no logra esclarecer mucho, hasta que habla con Barbie Rara. La consciencia de Barbie tampoco se podría expandir sin exponerse a la mujer que jugaba con ella, a su hija y por supuesto a su creadora.

Ryan Gosling y Margot Robbie en ‘Barbie’ / Cinemanía

3.EXPONERSE A NUEVAS EXPERIENCIAS

Para desarrollar el testigo además de practicar la autoobservación y exponerse a personas distintas es neceario hacer cosas distintas. Leer sobre experiencias nuevas no basta. Tampoco que te las expliquen o imaginarlas. Sí, es aquello tan manido de salir de tu zona de confort. Experimentar tiene que ver con asumir el riesgo de lastimarse, perderse, morir, hacer el ridículo. Hacer algo que no hemos hecho nunca siempre nos brinda aprendizaje y cuanto más te imponga hacerlo, mayor será tu cosecha. La clave está en descolocar al ego en su eterna búsqueda de confort y control. Si siempre has estado con gente, pues toca exponerse a la soledad. Si estás todo el día distraído con dispositivos digitales, ponerse en ayuno digital es una buena idea. Si siempre has vivido en un mundo guay como Barbie, salir al mundo real es justo lo que necesitas…

De alguna forma, todos vivimos en burbujas existenciales como Barbie. Desarrollar el «testigo» es anticiparse a pinchar la burbuja antes de que la vida, en su salvaje invitación a evolucionar, lo haga por nosotros.

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¿Cómo afrontar la tormenta imperfecta de las vacaciones? La paciencia como aliada

En conversación con Ana, una amiga que justo había regresado de un viaje de un mes con su pareja en Australia, me decía, verás, durante el año, somos como dos barcos que navegan cada uno por sus aguas. Nos encontramos en el puerto de las comidas, las cenas y alguna actividad. El resto del tiempo, vamos a nuestro aire. De modo que este viaje podría haber sido un infierno, ya nos conoces…sin embargo, estuvo genial, decía sorprendida, como si juntos hubiesen batido un record olímpico.

¿Cómo te explicas que fuera tan bien? le pregunté. Bueno, pues creo que tiene que ver con el trabajo introspectivo y la meditación. Me han ayudado a a desarrollar la paciencia y esto lo cambia todo.

Al igual que para Ana, para algunos de nosotros se avecinan días de vacaciones y con ellos la tormenta imperfecta de los conflictos familiares. ¿Y si la paciencia fuese una aliada? La paciencia como cualidad humana suena anticuada y aburrida. ¿Quién quiere ser paciente en tiempos líquidos, en tiempos de fast and furious, en tiempos de lo quiero, lo tengo? Una interpretación superficial y equivocada de la paciencia, es tomarla como la virtud de los débiles, de los sumisos, de los pasivos. En contraste, en su libro Paciencia, Gabriella Caramore traza los vínculos entre la paciencia, el coraje y la esperanza desvelando dimensiones activas y poderosas de la misma.

LA PACIENCIA NO SE TIENE, SE CULTIVA

En el caso de la paciencia el lenguaje no ayuda, pues parece que o bien uno nace con paciencia, o no hay remedio que valga. Siempre me había dicho a mi misma que no tenía paciencia. Hasta que con la maternidad me di cuenta que más me valía desarrollarla por mi bien y el de todos. Entonces sustituí el “no tengo paciencia” por el “bebo de un pozo de paciencia infinita”. A la semana, mi pareja lo notó, vaya, veo que tienes mucha más paciencia con la niña. ¡Funcionaba! De modo que un primer paso para empezar a cultivar la presencia es cambiar la narrativa que tienes respecto a ella. Si has vivido bajo la maldición de decirte que eres impaciente, puedes romper el hechizo dando la vuelta a esa creencia, sustituyéndola por una que te anime a practicar esta estoica virtud.

NO VA SOBRE TI

Al examinar escritos clásicos y textos sagrados, Caramore pone de relieve que es el arduo cultivo de la paciencia lo que tienen en común Ulises, Moisés, Abraham, Job, Krishna y por supuesto Jesús. La paciencia de cada uno de ellos se forja en las circunstancias más difíciles: a las puertas de la muerte, a punto de entrar en el campo de batalla, en medio de la enfermedad, en plena traición de quienes se hacían llamar amigos… y tiene un motor común: se enfoca en el bien superior por encima de las propias preferencias.

PACIENCIA Y SUFRIMIENTO

Es ése sentido expandido del yo lo que nos conecta a las necesidades del otro o del sistema, en contraste con lo que a uno le viene en gana, lo que nos da la motivación, el temple y la fuerza para ser pacientes. Sin embargo, la paciencia no es un rendirse a las necesidades del bien común o del otro de forma ciega. Las palabras de Shantideva sobre la paciencia – kshanti en sánscrito -, una de las seis paramitas o perfecciones budistas apuntan más allá:

No debo ser impaciente,

con el calor y el frío, el viento y la lluvia,

la enfermedad, el cautiverio y las palizas;

ya que si lo soy, el daño que me causan aumentará.

Según Shantideva la impaciencia aumenta el daño de las condiciones que causan sufrimiento. Esto es así porque en la impaciencia hay un resistir, un rechazo a lo que es. En cambio en la paciencia habita la confianza de que todo lo que sucede, todo lo que nos ocurre puede ser recibido y aceptado.

(Adam Kring, UNSPLASH)

PACIENCIA BAJO LA TORMENTA

La paciencia es la actitud que permite según Rilke1 “llevar algo dentro hasta su conclusión y luego darlo a luz; dejar que cualquier impresión, cualquier sentimiento en germen, madure por entero en sí mismo, en la oscuridad, en lo indecible, inconsciente e inaccesible al propio entendimiento, hasta quedar perfectamente acabado”. Aunque Rilke habla del proceso creativo, su enfoque se puede aplicar a cualquier experiencia: a la relación con un hijo, a una crisis de pareja, a una enfermedad, a una transición profesional… En estos casos no se trata tanto de hacer o no hacer, sino de poner en práctica una actitud de escucha curiosa pero sin agenda que nos permita intimar con la situación recibiéndola con amabilidad. Recibiéndola con amabilidad “como el árbol que no apremia a su savia, mas permanece tranquilo y confiado bajo las tormentas de la primavera, sin temor a que tras ella tal vez nunca llegue otro verano. A pesar de todo el verano llega, pero solo para quienes saben tener paciencia y vivir con ánimo tan tranquilo, sereno, anchuroso, como si ante ellos se extendiera la eternidad”.

 

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(1) Cartas a un joven poeta. Rainer María Rilke

Cada día es tiempo de elecciones

Apenas nos hemos recuperado de unas elecciones que nos lanzan otras. Con ellas la maquinaria informativa se revoluciona, corren ríos de opiniones, se difunden infinitos actos de propaganda y una miríada de acciones destinadas a captar votos en un sentido u otro hasta desembocar en el señalado día, el 23-J. Sin embargo, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada semana, cada mes es tiempo de elecciones en en el ayuntamiento de tu casa, en la república interdependiente de tu ser. Lo es porque siempre estamos eligiendo, incluso cuando no elegimos.

Prepararse para votar a representantes públicos exige informarse, crearse una opinión propia sobre la gestión de gobierno de cada partido, sus programas electorales y buscar afinidad con los propios valores y visión. De la misma guisa, prepararse para elegir la vida que uno quiere vivir hace necesario considerar cómo hemos vivido hasta el momento.

Una vida sin examinar no merece ser vivida decía Sócrates, según Platón hace más de 2400 años. Por esta misma razón, la abstención de voto en la propia vida no es recomendable, pues nos llevará al final de la vida con el reproche más común de los moribundos – según B. Ware – : haber vivido según las expectativas de los otros, sean estos tus familiares, la sociedad o cualquier otra persona o ente. Una trampa de la mente que constato a menudo en mi práctica de coaching es decirte a ti mismo que no tienes tanto por elegir. Mas si piensas esto, te estás engañando pues siempre existe margen de maniobra para elegir por pequeño que sea: ¿Eliges perseguir tus sueños o hacer como si no los vieras? ¿Eliges el tipo de relaciones que deseas cultivar o te dejas llevar? ¿Eliges tener una buena relación con tus hijos o te resignas a las dinámicas existentes?

Manos y urna

(Arnaud Jaegers, UNSPLASH)

Lo bueno de las elecciones propias es que no tienes que estudiarte el programa, ni seguir la actualidad con atención, sino simplemente conectar con aquello que te da vida. Te comparto algunos casos reales:

  • Lorena decidió abrirse empezar a aceptar invitaciones de sus círculos sociales que hasta ahora había declinado por estar excesivamente centrada en su trabajo lo que la había llevado al borde del burnout.
  • Jesús, padre de cuatro hijos decidió por real decreto que las comidas en casa se harían en silencio. Esto transformó el habitual jaleo de la hora de la comida en un espacio de consciencia y apreciación por los alimentos que compartían.
  • Juan eligió dejar de fumar, se apuntó a un grupo de apoyo y empezó a hacer deporte, dando un giro positivo a su vitalidad y salud.
  • Luisa decidió tomarse cada cierto tiempo un fin de semana sin su familia para estar con ella misma.
  • Esteban se apuntó a una plataforma para la defensa del delta cercano a su localidad, sumando esfuerzos para proteger el valioso ecosistema amenazado por fuerzas mercantilistas.

En definitiva, tú tienes la capacidad legislativa – es decir la facultad de regular la materia de tu vida –  sobre lo que piensas, lo que sientes, tu propósito en la vida, las acciones que llevas a cabo, cómo las llevas a cabo, el tipo de relaciones que cultivas, como inviertes tus recursos de tiempo, dinero y en qué espacios te mueves. La buena noticia es que tienes las elecciones ganadas, porque escucha bien, por si no te habías dado cuenta…¡ya eres el presidente de tu vida! ¡Tú y nadie más! Y si lo haces fatal no pasa nada. No solamente no te van a echar, sino que puedes volver a presentarte. Ganarás seguro y con la práctica cada vez se te dará mejor.

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Comunicación no violenta o cómo desarrollar la consciencia a través del lenguaje

El lenguaje es lo que nos ha permitido delimitar la realidad y comprenderla. Sin el lenguaje el mundo sería incuestionable. No obstante, quedarse anclado en ciertos usos del lenguaje es un escollo que boicotea el desarrollo de la consciencia.

Lorena perdía a menudo los estribos con su hija adolescente. Cuando lo relataba decía que su forma de dirigirse a ella “le ponía de los nervios”. Objetivamente, existen formas de hablar odiosas, formas de hablar exquisitas y una infinitud de tonos entre ambas. Sin embargo, ¿Es verdad que a Lorena le ponía de los nervios su hija? Si observamos de cerca la realidad nos daremos cuenta que a Lorena no le ponía de los nervios su hija, sino que era Lorena misma la que se ponía de los nervios, cuando reaccionaba de cierta forma al comportamiento de su hija.

Mientras sostenemos en nuestros pensamientos formas de describir la realidad articuladas dando la culpa al otro de lo que ocurre en nuestro interior, nos alejamos de la realidad. ¿Cómo sería si cuando te das cuenta de que te estás poniendo de los nervios al hablar con tu hija, te dijeras que no es ella la que lo causa sino tu misma? Le pregunté en sesión.

(Mario Purisic, UNSPLASH)

La expresión “me pone de los nervios” corría un tupido velo en la consciencia de Lorena, dejándola con una única vía: perder los estribos, reforzando erróneamente la culpabilidad de su hija, justificando y aumentando de este modo su animosidad contra ella.

Creo que si en el momento me diera cuenta de que soy yo la que me pongo de los nervios a mi misma reaccionando así…pues no me nacería el impulso a castigarla que nos hace escalar el conflicto, y supongo que me ayudaría a calmarme. Tal vez, luego podríamos hablar como personas, me compartía.

Cambiar la forma de articular la propia experiencia mediante el lenguaje es poderoso porque nos ayuda a afinar el foco de la atención. Con este pequeño cambio, el foco de Lorena ya no estaba en su hija, en lo mal que le hablaba o lo irrespetuosa que era, echando más leña al fuego de su pelea. Al articular en su pensamiento diciendo soy yo misma la que me estoy poniendo de los nervios reaccionando a sus formas, Lorena lograba mantener la atención en su interior, aunque fuera por unos breves segundos, en los que conectar con la realidad de forma genuina y entonces ¡bam! aparecía como por arte de magia la capacidad de elección. Lorena podía elegir si seguir escalando el desencuentro, o si retirarse de la escena, tomar unas respiraciones, bajar revoluciones y retomar el contacto con su niña dentro de un rato.

Con la práctica del lenguaje consciente o comunicación no violenta, Lorena aprendió que su forma de articular la realidad en sus pensamientos tenía una potencia formidable: convertirla en víctima de su circunstancia o bien todo lo contrario, despertarla a su capacidad de agencia con un indiscutible margen de maniobra.

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Intimar con el final para no forzarlo

Al grupo de poesía del que formo parte, a menudo nos solicitan actuaciones variopintas. La última fue el encargo de una performance sobre el suicidio.

El suicidio en España sigue una preocupante tendencia al alza durante los últimos cuarenta años: 4003 personas se quitaron la vida en 2021, comparadas con las 1652 de 1980. En este periodo, la tasa de suicidio se ha casi doblado, estando los adolescentes entre los grupos de más en riesgo. Estos datos alarmantes convierten al suicidio en un problema de salud pública al que hacer frente desde múltiples ámbitos, en nuestro caso, desde el arte y la cultura.

Hace un par de días nos reunimos para terminar de dar forma al acto. Aunque ninguno de nosotros tenía un familiar o amigo directo que se hubiese suicidado, todos habíamos experimentado la muerte por suicidio de personas cercanas. Compartimos la forma en como el suicidio es el fin del sufrimiento para quien lo realiza y muy a menudo un calvario para los que siguen vivos, pues sus ondas de pena reverberan a lo largo y ancho de generaciones.

(Paola Chaaya, UNSPLASH)

La muerte de un poeta por suicidio que más me impactó fue la de Patricia Heras, que conocí por la prensa y por el documental Ciutat Morta, sobre los escalofriantes hechos del caso 4F. Mas el suicidio no es un fenómeno raro entre poetas, como muestran las vidas de Alejandra Pizarnik, Marina Tsvetàieva, Serguéi Yesenin, Silvia Plath entre muchas otras.

La carta del suicidio se esconde en el laberinto físico-mental de una persona para quien la muerte se conceptualiza como una salida, una escapatoria, un punto final al sufrimiento insoportable de la vida. Esta visión cohabita con otra visión dominante en la sociedad que teme a la muerte y la evita todo lo que puede. Son dos extremos que se tocan: no la quiero ni ver, o me escapo a través suyo. Pero existen otras formas de relacionarse con la muerte. Una que esbocé en mi post anterior procede de la tradición celta y contempla la muerte como una presencia clave a la que conocer de cerca. Hacerse amigo de la muerte es necesario para justamente poder vivir la propia vida con plenitud y sin forzar el inevitable final. El poema – bendición Para la muerte de John O’Donohue desarrolla bellamente esta idea:

 

Desde el momento en que naciste,

tu muerte ha caminado a tu lado.

Aunque raramente muestra su cara,

todavía sientes su tacto vacío

cuando el miedo invade tu vida,

o aquello que amas se pierde

o te lastimas por dentro.

 

Más cuando el destino te lleva

hacia estos espacios de pobreza,

y tu corazón se mantiene generoso

hasta que alguna puerta se abre a la luz,

estás serenamente haciéndote amigo de tu muerte;

de forma que no tendrás que temer

cuando llegue tu momento de dar media vuelta y partir.

 

Que la presencia silenciosa de tu muerte

lleve atención a tu vida,

te despierte a cuán escaso es tu tiempo

y a la urgencia de hacerte libre

así como a la llamada de tu destino.

 

Que tomes posesión de ti mismo

y decidas con cuidado

cómo puedes vivir ahora

la vida que amarías

contemplar

desde tu lecho de muerte.

 

¿Cómo te relacionas con tu muerte? ¿Es para ti una amiga, una enemiga o algo que no quieres ni pensar? ¿Cómo puedes vivir ahora la vida que amarías contemplar desde tu lecho de muerte?

 

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