¿Alguna vez te has sentido escandalizado por enterarte que tal o cual persona era adicta a las drogas? ¿O al sexo? ¿O a la comida?. Hola, me llamo Magda y soy adicta.
Esta reacción sorpresa se apoya en el convencimiento de que uno no es adicto. Mírate por un momento. Haz inventario de tus adicciones. Estas son algunas de las mías: adicción a cuidar mi cuerpo, a tomar a suplementos, adicción al chocolate, a la intimidad… Considera estas otras, adicción a la tele, a la pornografia, ¡adicción al trabajo! ¿Alguna te suena? Bienvenido al nada exclusivo club de los adictos anónimos.
Estar cien por cien vivo, es tan intenso que a menudo creemos que no somos capaces de recibir el tsunami de emociones, estímulos, llamadas, e invitaciones de un instante tras otro. Es entonces cuando acudimos al refugio de la adicción. Y ahí está ella, dispuesta a distraernos, anestesiando al rabioso presente. Y al hacerlo nos quita el dolor y también la alegría.
La adicción es un sustituto de lo que realmente necesitamos o somos capaces. Funciona así. En lugar de ponerme a escribir, me escondo leyendo un libro y así evito sentir el vértigo de enfrentarme a la página en blanco. O acudo a la pornografia porque no me atrevo a entablar una relación de verdad con otro ser humano. Me dedico a surfear las redes para no sentirme aburrido, evito encontrar algo que me llene y ponerme manos a la obra.
Para soltar cualquier adicción hace falta querer hacerlo y, en muchos casos, ayuda externa. Es necesario querer estar despiertos, a pesar del dolor o del miedo. Pasa por decir que sí a la totalidad de nuestra experiencia y sentirla plenamente, al igual que cuando viajamos a un destino en el que nunca hemos estado. En él, nuestros sentidos están receptivos. Sabemos que ese momento único no se repetirá y por esta razón nos abrimos a él.
Este mismo instante es exactamente igual. Este momento no volverá a existir, y echarlo a perder con la adicción es olvidar cuán sagrada es tu vida.
Ola! Que bien suena lo de «en este blog te retaré a convertir dificultades diarias en oportunidades de crecimiento». Ojalá no quede solo en deseos y buena voluntad.
Hay mucha gente que necesita ese crecimiento.
13 noviembre 2020 | 11:28 pm
Excelente aportación. Enhorabuena
16 noviembre 2020 | 5:10 pm