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La fábrica de los niños transgénero

– Me gustaría comentarte algo…

– Claro, dispara…

– Verás, un amigo me contactó desesperado por que su hija de once años ha comenzado una transición para ser chico. Ya ha iniciado la terapia hormonal y también se ha cambiado el nombre. Su padre dice que ahora en la escuela se ríen de él y le hacen bullying, está hundido emocionalmente y me ha pedido si conozco un psicólogo que le pueda ayudar. No sé que decirle…

– Yo le diría que ha metido a su hija menor de edad en problemas, puesto que un cambio de sexo a los once años es crearle problemas más grandes que su supuesta disforia de género. Le diría que convenza a su hija de dejar la transición. Que la aplace hasta su mayoría de edad. Que aprenda a convivir con la identidad sexual que la naturaleza le ha regalado. Que tenga paciencia. Y que cuando sea mayor ya podrá decidir con conocimiento de causa…

– Ya pero, si ya ha empezado la transición…

La fábrica de los niños transgénero, un libro de Céline Masson & Caroline Eliacheff

– Da igual…que la pare. El padre y la madre y seguramente la niña se han dejado llevar por una cultura que ha normalizado esta práctica que mutila a los jóvenes…Sin embargo, embarcar a los niños en semejante cambio físico irreversible es una irresponsabilidad…¿No crees?

– Pienso igual que tú…pero parece que la mayoría de personas lo ven diferente, al igual que los psicólogos que conozco que no son pocos. Fíjate el otro día vimos un documental sobre el tema con mi hija mayor y ella convencida que los niños tenían que poder decidir que sexo querían ser desde pequeños…Yo le decía que ni hablar…justamente porque en la adolescencia es el peor momento, el cuerpo cambia mucho y aceptarlo no es fácil y la personalidad justo se está formando…

– Es que sin darnos cuenta nos han vendido la moto de que cambiar el sexo es lo más normal, como cambiar el color del pelo, las redes sociales y medios de comunicación han contribuido a ello. El activismo trans ha sido feroz y ha conseguido imponer su agenda. Pero una cosa es velar por los derechos de las personas trans, la otra es manipular a los niños para que se embarquen en un proceso profundamente traumático e irreversible. Parece que la industria farmacéutica beneficiaria de las terapias trans también está detrás. Si la ciencia permite cambiar el sexo, aquellos que estén realmente convencidos que lo hagan pero cuando sean adultos y no puedan arrepentirse. Muchos países ya han tomado cartas en el asunto. Por ejemplo Finlandia, Noruega, Gran Bretaña y algunos estados norteamericanos ya han prohibido la terapia hormonal y la cirugía de amputación entre los 16 y 18 años. En España todavía no, como siempre va a la cola…Sobre este tema te recomiendo el libro La fábrica de los niños transgénero, un recurso valioso y esclarecedor para padres y madres desorientados.

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Zuckerberg, su falta de responsabilidad y nuestros hijos

“Señor Zuckerberg, usted y las compañías aquí presentes, aunque esa no fuera su intención, tienen las manos manchadas de sangre. Tienen un producto que está matando a personas” son las palabras con las que el senador Dick Durbin del gobierno de los EEUU increpa a Zuckerberg de Meta junto a los ejecutivos de TikTok, Snap, X y Discord por no prevenir el abuso sexual de niños y jóvenes que tiene lugar en sus plataformas. La comparecencia es digna de atención por su contundencia y por revelar la limitada consciencia de los líderes de las citadas compañías. En el careo, los senadores exigen responsabilidades de las muertes y crímenes de violencia sexual que las tecnológicas han facilitado. Zuckerberg improvisa un discurso poco convincente frente a las familias presentes con fotos de sus hijos muertos. Cuando le preguntan a él y a sus homólogos sobre las normativas que se han puesto en marcha para prevenir los daños del uso de las tecnologías, las reconocen pero se niegan a acatarlas, mostrando al hacerlo su verdadera faz.

La comparecencia resulta familiar. Recuerda a los famosos juicios de las tabaqueras en las que los ejecutivos negaron una y otra vez que el tabaco fuese dañino para la salud. Resistieron y resistieron hasta que filtraron documentos del conocimiento de la industria sobre los efectos del tabaco. Y entonces tuvieron que admitirlo, pagar y acatar regulaciones. También evoca a los juicios de Dupont sobre los efectos sobre la salud de sus antiadherentes. El patrón es el mismo. Personas que dan forma a ciertas organizaciones hacen daño al prójimo ejerciendo una actividad altamente lucrativa. Frente a las múltiples acusaciones, ellos niegan cualquier responsabilidad una y otra vez, hasta que se demuestra lo contrario y tienen que asumir las consecuencias.

El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg durante la audiencia en el Senado (José Luis Magana / LAPRESSE)

En el camino, el impacto de la irresponsabilidad empresarial es devastador. En el caso de las tecnológicas, niños son abducidos, traficados con fines pedófilos, otros para la prostitución, otros contraen enfermedades mentales que les llevan al suicidio, otros simplemente desaparecen.

Por si alguien tenía alguna duda sobre los efectos de las redes sociales y las pantallas en niños y jóvenes, esta comparecencia sube el volumen a la verdad: a las grandes tecnológicas les da igual el mal que están causando y no son capaces de regularse por sí mismas. Mientras llegan las regulaciones, a padres y familiares no nos queda otra que tomar nosotros las necesarias medidas preventivas.

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Adolescencia libre de móviles

¿Aportan algo bueno los móviles y las pantallas a la educación y al aprendizaje de los niños? ¿Qué riesgos tiene darle a un niño un móvil? ¿A partir de qué edad son seguros los móviles? ¿Qué ocurre con el desarrollo cognitivo de un niño que usa el móvil? ¿Cómo se desarrolla el cerebro con la presencia de pantallas? ¿Cómo afectan el uso de los móviles en el desarrollo de las relaciones entre adolescentes? ¿Cuál es el impacto en el vínculo familiar del uso del móvil? ¿Cómo afecta el uso de móviles al desarrollo de una autoimagen sana? ¿Qué tipo de sexualidad se aprende a través de los móviles? ¿Qué valores adoptan los niños a través del móvil? ¿Qué tipos de personas buscan relacionarse con niños a través de móviles y con qué intenciones? ¿Cómo impacta el uso del móvil en el desarrollo físico de un niño? ¿Qué trastornos mentales puede generar o agudizar el uso del móvil? ¿Qué prácticas destructivas (trastornos alimentarios, autolesiones, suicidio…) pueden introducirse en la mente de los niños a través de los móviles?

(Ron Lach, PEXELS)

Hace siete u ocho años, comentaba ayer el psicólogo clínico Francisco Villar en una conferencia en el Centre de Lectura de Reus, no nos habíamos planteado estas preguntas. El ambiente era tan favorable a la digitalización de la sociedad que la gran mayoría abrazamos la nueva tecnología pensando que sería netamente positiva. Hoy en cambio, existen estudios, como los que cita Villar en su libro Cómo las pantallas devoran a nuestros hijos, que demuestran los demoledores riesgos y graves interferencias en el desarrollo humano de niños y adolescentes que llevan consigo las pantallas.

El movimiento Adolescencia libre de móviles, fenómeno viral a nivel de todo el estado que defiende retrasar el uso del móvil de los doce años a los dieciséis, indica que ha llegado el momento de afrontar estas cuestiones con rotundidad, apoyándonos los unos a los otros, madres, padres, familiares y educadores. Tenemos las respuestas y la solución está en nuestras manos.

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El bullying es cosa de todos

En mi experiencia de coach, nunca deja de sorprenderme el elevado número de personas que han sufrido acoso escolar y el impacto que este trauma dejó en ellos. Haber vivido el bullying en primera persona me permite ayudar a quienes acompaño a integrar y trascender esta experiencia. Sin embargo, la mejor forma de evitar el nefasto impacto del acoso escolar es mediante su prevención.

El acoso escolar (bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal, físico y hasta social producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales. Según la UNESCO todas las formas de violencia escolar representan una vulneración del derecho de niños, niñas y adolescentes a la educación, a la salud y al bienestar. Ningún país puede alcanzar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para niños y adolescentes si sus estudiantes son víctimas de violencia y acoso en las escuelas. En España, según un estudio del Ministerio de Educación, el bullying afecta a casi un 10% del alumnado de primaria y el cyberbullying a otro 10%.

Con veinticinco años de experiencia como maestra en las aulas y presidenta de la Asociación NACE, No al Acoso Escolar, Carmen Cabestany en su libro El bullying en cosa de todos va a la raíz del problema dando soluciones prácticas y fundamentadas, de forma clara, amena y sin un ápice de corrección política.

En El bullying en cosa de todos, Cabestany enfatiza la importancia de abordar el acoso escolar de forma global, es decir de forma conjunta las familias, la escuela, el sistema sanitario, la inspección, el sistema legal… algo tristemente fuera de lo común. En España, asegura Carmen, respaldada por una multitud de casos e intervenciones, impera la Ley del silencio, excepto por contadas excepciones. La Ley del silencio consiste en negar que el bullying existe. Lo niega la escuela cuando el tema es tabú y hace como si no existiera. Lo niega el inspector. Lo niegan servicios sociales. Lo niegan los jueces. Lo niegan los niños cuando por desconocimiento no saben como identificarlo y lo niegan los padres y madres cuando no prestan atención a las señales de sus hijos. Y esta negación genera una lucha entre los distintos actores que agudiza el problema e impide solucionarlo.

El bullying es cosa de todos / Carmen Cabestany

Si a un lado del espectro del bullying están las secuelas que deja de por vida, al otro lado están los niños y jóvenes que no lo sobreviven y deciden poner fin a su sufrimiento con el suicidio. Los vínculos entre el bullying y el suicidio son claros. Según Save the Children, los menores que son víctimas de bullying tienen 2,23 veces más riesgo de padecer ideaciones suicidas y 2,55 veces más riesgo de realizar intentos de suicido que aquellos que no lo han sufrido.

El acoso escolar es un tema cuyo abordaje es urgente, y con su libro El bullying en cosa de todos, Carmen Cabestany nos instruye a tomar cartas en el asunto, sea cual sea nuestra posición, para terminar con este gravísimo problema social y sus terribles consecuencias.

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¿Es posible retrasar la edad a la que nuestros hijos acceden al móvil?

Cada vez que pregunto a mi entorno si es posible retrasar la edad a la que nuestros hijos acceden al móvil, parece que haya dicho la mayor de las aberraciones. «No, no es posible, no puedes» me dicen alarmados la mayoría de padres, madres y muchos maestros. De su expresión se diría que acabo de pronunciar un sacrilegio. Como si el tener móvil a una edad temprana fuese un derecho prehistórico adquirido por nuestros vástagos y no un reciente experimento colectivo repleto de riesgos inimaginables.

A raíz del impacto mediático que han tenido los trágicos intentos de suicidio y suicidio del pasado mes en nuestro país, en concreto las gemelas de Sallent y Pol, el joven de la Ràpita, el psicólogo Francisco Villar, coordinador de conducta suicida en adolescentes del hospital Sant Joan de Déu realizó las siguientes declaraciones, relacionando el suicidio con el acoso escolar y el uso de móviles: “con los smartphones, el bullying no se acaba en la escuela, te persigue hasta casa, en todas partes”. “Los niños no tendrían que tener móvil hasta los 16 años porque tiene un efecto dramático, sobre todo, en las chicas. Antes de los 16, es como si le dejo el coche y atropella a una familia. ¿De quién es la culpa? Es mía. Y no es una batalla perdida. Lo tenemos que hacer entre todos, en grupo”.

Pero ¿Qué significa hacerlo en grupo? Pues tomar medidas conjuntas entre los padres y las madres con otras familias y también con la escuela. En nuestra ya individualista sociedad, la pandemia de COVID agudizó la percepción de nuestro aislamiento, evaporando de nuestras mentes la posibilidad de realizar acciones conjuntas como ciudadanos. Bien, pues tal vez haya llegado la hora de recuperar esta capacidad esencial en todas las esferas vitales, también en la educación de nuestros hijos.

(Freestocks, UNSPLASH)

En el tema que nos refiere, lo podemos hacer rebelándonos frente al discurso único que dice que no podemos retrasar el uso del móvil/smartphone/redes sociales de nuestros hijos. Por supuesto que podemos. De hecho muchas familias ya lo están haciendo para empezar las de los gurús de Silicon Valley, como es bien sabido, que limitan de forma radical el acceso a pantallas de sus hijos, hasta el punto de contemplarlo en los contratos de sus niñeras. En el mismo sentido, Penélope Cruz afirmaba en una entrevista reciente, su determinación de mantener alejados de las pantallas a sus hijos hasta los dieciséis años. Afortunadamente, posicionamientos similares, no se limitan a ricos y famosos, como demuestran casos como el de Sole Domínguez y su familia.

Para conseguir posponer el uso de los dispositivos móviles de nuestros hijos, será de gran ayuda el juntarnos con otras familias con la misma determinación para apoyarnos los unos a los otros y evitar que los niños se sientan los raros de la clase. Como constato con familias que han elegido esta ruta, hacerlo no resultará fácil. Sin embargo, afrontar esta delicada decisión con valentía y determinación es nuestra responsabilidad como madres y padres, pues en un sentido u en otro, lo que hagamos nos pasará factura. Si seguimos la corriente de lo que hace todo el mundo la factura llegará potencialmente con problemas de desórdenes alimentarios, bullying, abusos sexuales, o incluso suicidio, por nombrar solo algunos.

En cambio si lo logramos, estaremos preservando la salud mental e integridad de nuestros hijos ayudándoles a alcanzar su potencial, al menos durante unos años críticos para desarrollo. En cualquier caso, el momento de librar esta batalla es ahora, antes de que sea demasiado tarde.

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Dani Alves y las culturas de violencia

Este artículo no es únicamente de Dani Alves. Aunque las pruebas que se han filtrado a la prensa sobre la presunta agresión sexual del futbolista brasileño apuntan a su culpabilidad, habrá que esperar al juicio para salir de dudas.  Con independencia de su culpabilidad o inocencia, nada más salir la noticia, algunos de los comentarios de sus defensores iban en la linea de un tipo como él, que puede tener a cualquiera, no necesita hacer eso. Mas esta afirmación erra el tiro, porque las agresiones sexuales no son de personas necesitadas de sexo.

Al igual que el acoso laboral no es de alguien que necesita ser un hijo de puta en el trabajo. Ni tampoco el perpetrador de bullying o acoso escolar no acosa porque no sabe hacer otra cosa. Tanto las agresiones sexuales, como el acoso laboral o el acoso escolar tienen una pauta en común: los acosadores acosan porque pueden. Porque han hecho un uso abusivo de su poder y nadie les ha parado los pies. Plácido Domingo empezó a abusar, no pasó nada y siguió haciéndolo durante años. El patrón del abuso de poder siempre es el mismo: de alguien más fuerte frente a alguien más débil. El más fuerte lo puede ser por distintas razones: por ser más fuerte físicamente, por tener más dinero – ambas características confluyen en Alves – por ser más popular, tener más status, por ser el jefe, etcétera. El abusador deshumaniza al otro colgándole una etiqueta: de diferente, de maricón, de puta, de carne de cañón escolar…lo que legitima la agresión.

(Marco Bianchetti, UNSPLASH)

Cualquier acosador necesita de una cultura que arrope la realización de sus acciones. La cultura encarnada por las personas que rodean a acosadores y abusados, normaliza la violencia de cierto tipo de persona a cierto tipo de otra. Normaliza el hecho que la posible víctima es alguien de quien se puede abusar, por el hecho de ser mujer, tener un físico particular, hablar con cierto acento, cierta orientación sexual y un interminable etcétera. Por esta razón, lo preocupante de Alves, más allá de los hechos de la discoteca Sutton si el juez así lo confirma, es ¿a cuántas mujeres habrá agredido sexualmente sin que se hayan atrevido a denunciar? ¿Cuántos deportistas de élite habrán hecho lo mismo inmersos en una cultura de abuso y violencia sexual?

Tristemente, hoy día existen muchas culturas de violencia y van más allá de lo sexual. Por ejemplo son los casos de acoso laboral, en la que una persona es manipulada a través de mentiras, medias verdades y gran persuasión, lo que genera un impacto demoledor en la salud mental de la víctima, como constato a menudo en mi práctica de coaching.

De índole especialmente preocupante, por afectar a seres en desarrollo son los casos de acoso escolar que pasan inadvertidos en las escuelas porque sus responsables miran hacia otro lado, hasta que es demasiado tarde, como fue el caso de Kira López, la joven barcelonesa que se suicidó en 2021 con tan solo quince años. Las culturas escolares de violencia se ven hoy día amplificadas por las redes sociales a las que están sometidos los jóvenes, en las que la violencia verbal y psicológica florece descontrolada. Por fortuna la mayoría de casos de acoso escolar no terminan en suicidio, sin embargo, los supervivientes al mismo cuentan con un riesgo aumentado de sufrir como adultos problemas de salud mental, como ansiedad generalizada, ataques de pánico, agorafobia, depresión…

Un caso demoledor del impacto de una sobreexposición a culturas de violencia es el de la influencer Olympe. La joven cuenta con un pasado muy traumático,  marcado por el abandono de sus padres, abusos sexuales, violaciones, bullying…que ha derivado en una miríada de enfermedades mentales, llevándola a una situación en la que el sufrimiento de seguir en vida es demasiado grande, por lo que desea poner fin a su vida a través de la eutanasia asistida.

La responsabilidad para erradicar las culturas de violencia, sea en el ámbito que sea, es de todos. De las autoridades para crear marcos legislativos adecuados y hacer valer las leyes, de las organizaciones de ciudadanos para organizarnos y explicar cómo actuar en estos casos. Hace poco tuve el privilegio de asistir a una formación para padres para prevenir el bullying, a cargo de Carmen Cabestany de No al acoso escolar, y me fascinó el maravilloso trabajo que llevan a cabo.

Y por supuesto, la responsabilidad de erradicar las culturas de violencia está en mis manos, está en las tuyas. Cada vez que evites mirar a otro lado cuando te topes con cualquier manifestación directa o indirecta de estas culturas y hagas todo lo que esté a tu alcance para neutralizarla, estarás erradicando una parte del mal que de no hacerlo, camparía a sus anchas. Estarás sumándote a la corriente global comprometida en hacer de este mundo, un lugar para todos.

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Hacer el menor daño posible a tus hijos

Eva de casi ocho años lleva varios días trasteando con la grapadora y hojas de papel. Se encuentra en la etapa de la industriosidad1. Todavía no hay mucho control ni precisión pero hay producción. Y la práctica repetida va generando competencia y seguridad2.

Hacía unos días que había fabricado libretitas para todos sus compañeros de clase. Quería regalarles una a cada uno el primer día de clase. Eva tiene un gran corazón y disfruta compartiendo. Tras unas toscas primeras muestras, a ojos de Lucía su madre, su padre y hermana menor le echaron una mano en la tarea. Primero seleccionaron el papel de distintos colores. Después cortaron las distintas hojas para que tuvieran el mismo tamaño. Después las graparon. Después escribieron el nombre de cada niño en la portada. Y por último, las decoraron con dibujos y pegatinas. Toda una empresa para una niña de su edad. Cuando estaban todas listas, las apilaron y las pusieron delicadamente en una bolsa, listas para ser repartidas. Eva resplandecía.

(Juliane Lieberman, UNSPLASH)

Llegó el primer día de clase y entregó las libretas. Sus compañeros encantados. Algunos le escribieron dibujos de agradecimiento. Eva era toda sonrisas. Ha llegado la hora de empezar otro proyecto, se dijo. Al mediodía, mientras su madre arreglaba la cocina le dijo, “mamá por favor, no mires que estoy preparando una sorpresa”. Y se puso manos a la obra. Se hizo la hora de volver al cole. Su madre la vio y dijo: “¿Qué estás haciendo?” “¿Ya andas otra vez grapando y tirando papel?” Ella respondió “Estoy haciendo un diario”. “Ah”, dijo la madre, “un diario para…” Eva no dijo nada. Lucía tomó carrerilla: “¿para tus compañeros?… ya tienen la libreta, así que olvídate, esta será para ti y ya basta de grapar y tirar hojas. El papel es para dibujar o escribir. Y para que no gastes más, el paquete de hojas lo retiro – puso las hojas en un estante alto. Ahora vamos al cole que llegamos tarde.” dijo airada y bastante impaciente, otra vez tocaba correr para llegar puntuales. La niña se ofuscó. Cogió las hojas grapadas, hizo una mueca de fastidio a su madre y corrió al cuarto a esconderlas. Llegaron puntuales.

Por la tarde en el trabajo, Lucía se sintió mal, para sus adentros se decía “Vaya bronca le he pegado a Eva, cuando su iniciativa era buena… ¿Qué importa si usa más o menos papel? La he desmotivado, como hacía mi madre conmigo de pequeña.” Al salir del trabajo Lucía fue al fisio a rehabilitar el menisco que recién le habían operado. En plena sesión le vino de nuevo la situación del mediodía: “Un diario…pero ¿quien escribe un diario? pues yo…oh dios, entonces la sorpresa era para mi. Se le caió el alma al suelo. Al salir del fisio fue corriendo a buscarla a música aunque hoy la recogía la abuela. Sus palabras brotaron nada más verla: “Lo siento cariño, he sido injusta contigo al regañarte este mediodía. Mamá ha metido la pata.” Silencio. “Entonces el diario ¿era para mi?” “Sí”, dijo la niña. “Muchas gracias cariño, es el mejor regalo,… tengo muchas ganas de escribir en él”, dijo Lucía. Eva se iluminó y dijo “claro mamá, casi lo tengo acabado. Quedará chulísimo, ya verás.”

De camino a casa, las palabras de una madre que había leído hace años, reverberaron en Lucía: “aspiro a hacer el menor daño posible a mis hijos”.

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(1) Según teoría de desarrollo humano de Erik Erikson en «El ciclo vital completado».

(2) Para Erikson es fundamental apoyar las iniciativas de esta edad hasta la pubertad. Si no se hace, en lugar desarrollar confianza en sus empeños y una mayor competencia, los niños desarrollan sentido de inferioridad y pierden el interés en explorar y desarrollar su potencial.

Llegan las sonrisas saharauis

Hoy llegan más de un millar de niños del Sáhara Occidental refugiados en Argelia, de entre ocho y doce años a pasar el verano con familias españolas. El programa Vacaciones en Paz se reactiva después del parón de dos años a raíz de la pandemia y con un retraso de casi un mes.

El lugar de residencia de los niños es el campo de refugiados de Tinduf en Argelia, donde las temperaturas en verano rozan los cincuenta grados durante el día, lo que convierte en ridícula la actual ola de calor europea. El programa de Vacaciones en Paz tiene múltiples objetivos: evitar las altísimas temperaturas, hacerles un chequeo de salud, mejorar su alimentación y crear puentes entre el pueblo saharaui y el español.

Niños y niñas saharauis

(Jaume, HAMMADA Amics Poble Sahrauí)

El problema del Sáhara Occidental no es complejo. Es sencillo y se puede resumir de la siguiente forma. Gobiernos españoles débiles e incompetentes empezando por Franco hasta llegar a la democracia, no importa qué color, toman decisiones cobardes y abandonan al pueblo saharaui – ex colonia española – a su suerte, cediendo a los intereses de Francia y EEUU, instrumentalizados por el corrupto gobierno marroquí. Este año, el gobierno de Sanchez ha dado otra estocada al pueblo saharaui, alineándose con Marruecos.

Aunque los gobiernos engañen y traicionen, al igual que la hierba termina abriéndose paso a través del cemento, los vínculos humanos son imposibles de contener, y estos niños llegan a España, y al hacerlo cambian la realidad de muchas familias y su consciencia. El programa Vacaciones en Paz empezó de la mano del Frente Polisario, y hoy tiene raíces en las asociaciones de amigos del pueblo saharaui repartidas por toda España.

Mientras el conflicto no se resuelve, el pueblo saharaui resiste en Algeria en unas condiciones extremas. La llegada al poder de políticos con el coraje de hacer valer la justicia y con las agallas para afrontar la resolución de este vergonzoso conflicto es improbable pero no imposible. Quién sabe, tal vez será una mujer o un hombre que habrá compartido las vacaciones con un niño o una niña saharaui. En cualquier caso, encarnando cándidamente el modo en que lo personal es político, las sonrisas saharauis llegan hoy a España, lo que es sin duda, una gran noticia.

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Los tres roles que como padre o madre no puedes dejar de asumir (en relación al mundo digital y más allá)

Hace unos días, en una reunión de la escuela, un maestro comentaba que unos padres por no atreverse a pedir la contraseña del google classroom de su hijo, se la pedían a él. El maestro explicaba que si estos padres tenían problemas para pedirle la contraseña a su hijo ahora, todavía en la escuela, más adelante las cosas se podían complicar y mucho.

Esta anécdota encapsula algunas dinámicas que confluyen en la forma en cómo ejercemos la maternidad y paternidad actualmente. La primera es la de no querer hacer de padres/madres como lo hicieron con nosotros. A menudo, para contrarrestar el exceso de autoridad que vivimos algunos, hemos basculado hacia la permisividad o laxitud. La segunda es la corriente de la hiperpaternidad en la que los hijos se ponen en un altar, se les presiona para que encajen en nuestro ideal, generando elevados índices de frustración y ansiedad para ambas partes. La tercera, en relación al mundo digital e internet, es que a menudo, padres y madres nos sentimos torpes respecto al uso de nuevas tecnologías comparados con nuestros hijos, con lo que es fácil caer en la trampa de que esto no va con nosotros.

(Helena Lopes, UNSPLASH)

Como antídoto a todo ello, propongo recordar los tres roles fundamentales a desarrollar como padres o madres, que desde que los descubrí siguen siendo un potente faro en el sorprendente camino de la crianza. Los comparto a continuación, a la luz de lo que significa ejercerlos en relación al mundo digital:

1- EL PADRE / LA MADRE COMO GUÍA. Este rol consiste en actuar de interface entre el mundo y nuestro hijo. Asemeja al rol que hace un guía de viaje cuando lleva a un grupo de personas a un país lejano. El guía traduce por ellos, explica las costumbres de lugar y ayuda a los viajeros a actuar con respeto y consideración en ese nuevo país. Al igual que el guía, nosotros acompañamos a nuestros hijos a conocer y practicar las formas y usos sociales. Traducimos lo que es adecuado en cada situación y les acompañamos a aprender comportamientos sociales.

En el caso del mundo digital, ejercer este rol tiene que ver a estar con orientar a nuestros hijos a contenidos adecuados para su edad. Acompañarles cuando consumen contenidos digitales, por ejemplo viendo una serie con ellos, y comentándola juntos. Interesarse por los youtubers que siguen y por qué. Sin olvidar explicar los riesgos y precauciones que hay que tomar en el uso de las redes sociales y contenidos digitales. En este sentido, en lugar de avasallarlos con riesgos abstractos es mejor compartir historias reales de niños y jóvenes como ellos, que pongan de manifiesto los riesgos invisibles de estos espacios.

2- EL PADRE / LA MADRE CÓMO MODELO. En mi práctica de coaching es frecuente escuchar de la boca de las personas a quienes acompaño: “estoy preocupado porque mi hijo se está volviendo tan apático como yo y esto me duele, quiero evitarlo. ¿Qué puedo hacer?”. A lo que yo respondo que están en el lugar adecuado, porqué la respuesta está en su propia transformación y no en la de sus hijos. Esto es así porque nuestros hijos nos observan todo el rato. Al hacerlo absorben de forma inconsciente nuestras formas: todo aquello que hacemos y cómo lo hacemos. La crianza es uno de los motores de transformación personal más potentes que existen. ¿Quieres que tus hijos mejoren? Entonces esfuérzate tú para ser la mejor versión de ti mismo.

En el caso del mundo digital, ¿Quieres que tus hijos estén menos enganchados al móvil? Pues desengánchate tú, apárcalo durante más horas o déjatelo en casa cuando salís. ¿Quieres que tus hijos hagan otras cosas además de ver series? Ponte a leer, acude a un gimnasio, pinta, invítales a jugar juntos a juegos de sobremesa…

3- EL PADRE / LA MADRE CÓMO GUARDIÁN (gatekeeper). Esta función es una de las más erosionadas por las influencias mencionadas anteriormente. La palabra en inglés es mucho más visual: gatekeeper, guardián del portón. El guardián decide lo que entra y quién entra en la vida de nuestros hijos y lo que no. Así de poderoso es este rol. Y aunque no podemos poner puertas al campo, si que podemos y debemos marcar unas directrices y hacerlas valer.

En el caso de redes sociales y mundo digital, pues tiene que ver con reflexionar y decidir sobre la edad a partir de la cual tendrán móvil, cuántas horas se podrán conectar, a qué hora se apaga el wifi…También consiste en seleccionar los contenidos audiovisuales adaptados a su edad y en comentarlos con ellos. Explicar lo que les puede pasar si se exponen a contenidos que no son apropiados, ayudándoles a que poco a poco vayan desarrollando su capacidad de discernimiento y hábitos de “higiene digital”.

La forma en cómo desarrollamos cada una de estas funciones marcará la diferencia. Tomar conciencia de ellas y practicarlas son las claves para hacerlo cada vez con mayor gracia y fluidez. Por todo ello, te invito a considerar estas preguntas:

¿Con qué roles te sientes más cómodo? ¿Qué rol te resulta más difícil y puedes crecer practicándolo? ¿Cómo os habéis dividido los roles con tu pareja? ¿Qué apoyo necesitáis del otro para desarrollarlos de una mejor forma?

Recientemente Liliana Arroyo doctora en sociología y experta en redes sociales, explicaba que en una de sus charlas sobre los retos del mundo digital para niños y jóvenes, un padre declaraba al final de la misma: “esto de gestionar el mundo digital con los hijos es demasiado difícil, presento la dimisión”. A lo que ella le respondió, sonriendo pero en serio “lo siento pero no te la acepto”. Porque no, como madres y padres no podemos dimitir. Así de grande es el compromiso que hemos adquirido para con nuestros hijos. Tenemos que encarar o encarar, no nos queda otra.

 

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¿Bebés digitales o huérfanos digitales? Porqué es una mala idea tirar de pantallas con tus hijos para estar tranquilo

Recuerdo las idas a restaurantes cuando mi hija era bebé. La palabra que me viene a la mente es: pringar. Pringaba yo y pringaba su padre, porque – excepto cuando se quedaba dormida – la posibilidad de comer tranquilos se había evaporado, ni qué decir de degustar cualquier cosa. Luego, llegaba otra pareja con bebé de la misma edad o más pequeño que la nuestra. Sus padres se sentaban, pedían y comían como reyes mientras su vástago, con un móvil delante suyo, tragaba contenidos digitales quedándose increíblemente quieto, como hipnotizado. Se “portaba bien”. Mi pareja y yo nos mirábamos cómplices mientras un pensamiento fugaz pasaba por nuestra mente: ¿somos imbéciles o qué? Pero soltábamos el pensamiento y seguíamos en lo nuestro.

El corto plazo y el largo plazo a menudo se contradicen. Y en el caso de la exposición a pantallas en niños edades de cero a seis años, la ciencia está demostrando que los efectos del consumo de contenidos digitales puede dañar su desarrollo de múltiples formas, tal y como articulan más de cincuenta expertos en el Manifiesto Infancia y Pantallas:

  • EFECTOS EN EL DESARROLLO CEREBRAL. Los niños sobreexpuestos a contenidos digitales pueden tener dificultades en la adquisición del lenguaje, menor capacidad lectora y reducción de la función ejecutiva, es decir tener una mayor impulsividad.
  • EFECTOS EN LA SALUD Y EL DESARROLLO FÍSICO. Los niños sobreexpuestos a contenidos digitales son más vulnerables a padecer sedentarismo, cefalea, trastornos del sueño (lo que afecta a múltiples facetas) y a trastornos visuales.
  • EFECTOS EN LA SALUD EMOCIONAL. Los niños sobreexpuestos a contenidos digitales tienen menos oportunidades de interaccionar con otras personas, algo fundamental para su desarrollo, están en mayor riesgo de TDAH, de padecer aislamiento social y de desarrollar una personalidad depresiva.

(Charles Deluvio, UNSPLASH)

Aunque cada vez hay más evidencias de los efectos adversos del exceso de pantallas en niños y adolescentes, existen discursos que refuerzan lo contrario, como la idea de “nativos digitales” es decir los niños que de estar tan expuestos a las pantallas son más capaces con la tecnología que otros que no lo han estado. Sin embargo, se está viendo que los niños que han estado sobreexpuestos a contenidos digitales desde que nacieron, son más bien “huérfanos digitales” por todas las consecuencias negativas que se manifiestan en su desarrollo a medida que van creciendo. Contrarrestar estas falsas creencias con estudios serios es responsabilidad de todos y especialmente de padres y madres.

En este sentido, las recomendaciones de la OMS tras revisar múltiples estudios sobre el tema son tajantes. Antes de los dos años, el tiempo de exposición a pantallas tiene que ser cero. Y de los dos a los cuatro años, el tiempo máximo delante de una pantalla de una hora al día y cuanto menos mejor.

Si eres padre o madre de un niño, no solamente puedes criarlo sin sobrexposición a pantallas sino que es tu responsabilidad hacerlo. Y sí, estás pringando. Y sí, puede ser duro. Pero el tiempo pasa rápido. Y es mejor que pringues hoy mientras evitas la sobrexposición a pantallas de tu hijo, que mañana con los problemas graves que esta sobreexposición habrá causado, tal vez de forma irreversible.

 

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