Archivo de agosto, 2023

Cómo afrontar el nuevo curso en 4 pasos

Termina el verano y empieza un nuevo curso. Como en cualquier transición vital, tenemos la oportunidad de revisar nuestras prioridades y realinearnos con lo que nos da sentido. Las transiciones se caracterizan porque algo muere y algo nuevo emerge. Para atravesar cualquier transición con gracia te invito a considerar lo siguiente:

1- BENDECIR Y SOLTAR

El verano ha sido lo que ha sido. Algunas cosas han ido bien, otras desastrosamente, algunas sin hacerse notar. Una forma pasar página con gracia consiste en bendecir. Bendecir se trata de mirar con apreciación todo lo que ha sido, aceptándolo, dándolo por bueno, incluidos errores, meteduras de pata y confusiones. Sin bendecir no es posible soltar, ya que la crítica y la negatividad nos mantienen atados al pasado.

2- NO SABER

Si algo caracteriza las transiciones es el no saber. La vida siempre es diferente y aunque pisemos terreno conocido el paso de un periodo a otro se caracteriza por la incertidumbre. En esta fase puede que nos sintamos desorientados, sin estar muy seguros de hacia donde ir, ni cómo actuar. Esta desorientación, lejos de ser un impedimento, es una invitación a abrirse y a escuchar, parafraseando a Parker Palmer, lo que la vida quiere de ti.

(PEXELS)

3- ESCUCHA DESDE LA APERTURA

Como en todo, hay mil formas de escuchar. Puedes escuchar desde la razón que todo lo sabe y que proyecta sus juicios aprisionando al futuro. Puedes escuchar desde el cinismo, cerrando tu corazón a cualquier información que provenga de este canal. Puedes escuchar desde el miedo, centrándote en todo aquello que no quieres que ocurra. Ninguno de estos modos de escuchar te convienen, pues están condenados a repetir patrones del pasado.

La escucha a la que te invito necesita quietud interior para – usando el marco de Teoría U – abrir la mente, el corazón y la voluntad. Esta apertura es la que te permite escuchar a tu yo superior, a la vida o a Dios – según tu referente no egoico o trascendental.

4- TOMA NOTA Y CÉNTRATE EN EL PRÓXIMO PASO

Una vez empiecen a llegar respuestas, toma nota. Considera lo inmediato, las orientaciones a medio plazo y el propósito del curso. Entonces, céntrate en lo inmediato. Nuestra vida se teje en el día a día. Si te ocupas del día, te estarás ocupando de tu vida entera y el futuro tomará cargo de sí mismo.

 

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La sombra de Rubiales

Uno de los procesos que pongo en marcha en mis programas de coaching es el trabajo de la sombra. La sombra psicológica es todo aquello que nos saca de quicio en los otros por el hecho de que también lo encarnamos, aunque sin ser conscientes de ello.

Las redes sociales todavía humean a raíz del comportamiento de Luis Rubiales durante la estelar victoria de las futbolistas. Lo interesante desde mi punto de vista no es tanto las condenas que me parecen más que justas y razonables, sobretodo a estas alturas, sino la primera reacción del presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Las primeras reacciones son reveladoras porque nos muestran sin filtros lo que la persona piensa y cómo percibe. En una entrevista en El partidazo de COPE, dijo «Yo, con todo lo que he pasado, más gilipolleces y más tontos del culo no… Vamos a disfrutar de lo bueno y ni me comentéis cosas de pringados que no saben ver lo positivo».

Detalle del beso entre Rubiales y Hermoso que han captado las cámaras de TVE, RTVE

Según Rubiales el problema lo tienen los demás, porque son  «gilipollas, tontos del culo, pringados, personas que no saben ver lo positivo». Rubiales tiene un punto ciego, el punto ciego de muchos líderes que es la consciencia de sí mismos. Tienen un ego tan grande, están tan seguros de sí mismos, tan acostumbrados a tener la razón que se endiosan situándose por encima del bien y del mal. Entonces ante las críticas, se defienden proyectando su sombra, justamente lo que niegan en ellos. Sin embargo, cualquier tropiezo es una oportunidad de crecimiento también para Luis Rubiales.

No te engañes Luis, el problema no son los otros, el problema eres tú. El problema es el lugar desde el que lideras: tu ego. Para empezar a arrojar luz a tu punto ciego puedes probar a decir estas frases en primera persona: «Soy un gilipollas, un tonto del culo, un pringado, una persona que no sabe ver el impacto negativo que tiene en los otros» y dejar que estas verdades hagan mella en ti. A ver si tienes pelotas.

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Desarrollar el observador, una condición necesaria para crecer (lecciones de Barbie II)

En el artículo anterior hablaba de las expectativas frustradas y cómo convertirlas en una oportunidad de crecimiento, tomando de ejemplo la película Barbie. En ella, la protagonista se da cuenta de lo que realmente le importa: convertirse en creadora – en lugar de ser el objeto creado. Este proceso implica una expansión de la propia consciencia creando una posibilidad, antes inimaginable.

Cuando momentos como estos se producen en mis programas de coaching, se da un cambio energético en la persona. Pienso en Lucía cuando se da cuenta de que ha vivido como si el mundo estuviese en su contra. Pienso en Jorge cuando toma consciencia del aterrador miedo que le domina en el espacio público. Pienso en Edith cuando se da cuenta de que es ella y nadie más, quien ha cedido el poder a su insoportable jefa.

En todos los casos, la persona desarrolla lo que se denomina el «observador» o «testigo», es decir la capacidad de verse a uno mismo desde un punto de vista aventajado. Antes de desarrollar el testigo, uno está preso de lo que le ocurre, al igual que los peces no ven el agua en el que nadan. Una vez desarrollamos «el testigo» empezamos a ver con claridad lo que sucede y nuestro rol en ello, lo que activa la evolución.

Te comparto tres prácticas clave para desarrollar el «testigo», de nuevo con ejemplos de la trama de Barbie:

1. PRACTICAR LA AUTOOBSERVACIÓN

Alguien dijo que podríamos pasarnos el resto de la vida sacando lecciones de lo que ocurre en un solo día. La autoobservación tiene que ver con reflexionar sobre lo sucedido, evitando proyectar viejas interpretaciones en ello. Consiste en cultivar la calma mental y dedicar tiempo a reflexionar. Al observarse a sí misma, Barbie se da cuenta de que algo no le cuadra, lo que dispara una alarma.

2.EXPONERSE A PERSONAS DIFERENTES

Cuando alguien viene a mi práctica de coaching ya suele haber hablado con muchas personas de su entorno sin éxito. Esto es así porque lo común es que las personas que nos rodean vean las cosas como las vemos nosotros. En cambio, personas distintas facilitan nuevas perspectivas, invitándonos a imaginar la vida sin nuestros filtros de percepción. Barbie comparte lo ocurrido con las otras Barbies pero no logra esclarecer mucho, hasta que habla con Barbie Rara. La consciencia de Barbie tampoco se podría expandir sin exponerse a la mujer que jugaba con ella, a su hija y por supuesto a su creadora.

Ryan Gosling y Margot Robbie en ‘Barbie’ / Cinemanía

3.EXPONERSE A NUEVAS EXPERIENCIAS

Para desarrollar el testigo además de practicar la autoobservación y exponerse a personas distintas es neceario hacer cosas distintas. Leer sobre experiencias nuevas no basta. Tampoco que te las expliquen o imaginarlas. Sí, es aquello tan manido de salir de tu zona de confort. Experimentar tiene que ver con asumir el riesgo de lastimarse, perderse, morir, hacer el ridículo. Hacer algo que no hemos hecho nunca siempre nos brinda aprendizaje y cuanto más te imponga hacerlo, mayor será tu cosecha. La clave está en descolocar al ego en su eterna búsqueda de confort y control. Si siempre has estado con gente, pues toca exponerse a la soledad. Si estás todo el día distraído con dispositivos digitales, ponerse en ayuno digital es una buena idea. Si siempre has vivido en un mundo guay como Barbie, salir al mundo real es justo lo que necesitas…

De alguna forma, todos vivimos en burbujas existenciales como Barbie. Desarrollar el «testigo» es anticiparse a pinchar la burbuja antes de que la vida, en su salvaje invitación a evolucionar, lo haga por nosotros.

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¿Cómo lidiar con la tiranía de las expectativas? Lecciones de Barbie

Tengo un problema con las expectativas, me dice Lola a quien acompaño en un programa de coaching. Ya me he dado cuenta, le digo. Me esfuerzo en hacer las cosas lo mejor posible, pero a la hora de la verdad siempre me llega una bolsa de caquita que lo ensucia todo, me comparte.

Ya, es que la vida está llena de caca. Uno de mis maestros decía que todo es abono para crecer, le respondo. ¿Tomemos la película Barbie, la has visto? Le pregunto.

Y tú, ¿la has visto? Si no la has visto, te la recomiendo. La película Barbie, dirigida por Greta Gerwig regala una mirada de una profundidad inversamente proporcional a la superficialidad del mundo que la muñeca representa. Gerwig hilvana una creativa trama, especiándola estratégicamente de secuencias tan hilarantes como reveladoras.

El personaje de Barbie, interpretado exquisitamente por Margot Robbie, tiene varios problemas – atención: spoiler. Uno de ellos son sus expectativas. A su llegada al mundo real, el contraste le resulta abrasivo. Barbie esperaba un mundo como el suyo, en el que las mujeres reinaban, los hombres eran meros complementos y todo era chupiguay a todas horas. En cambio encuentra algo distinto. De la diferencia entre sus expectativas y lo real nace frustración, al igual que para Lola.

Margot Robbie en Barbie / Warner

Cuando la realidad no responde a nuestras expectativas es común escudarse en lo que es justo y lo que no lo es. Hacerlo es una práctica extendida, cuyo efecto es convencernos de que la culpa de lo que sucede está ahí fuera y que nosotros somos víctimas de ello. Pero la vida no es justa y cuanto antes lo aceptes más fácil te será tomar responsabilidad sobre lo que te ocurre.

Una forma de tomar responsabilidad es examinar nuestras expectativas haciéndonos conscientes de lo que están hechas: experiencias pasadas, creencias, estado de humor, valores, nuestra personalidad…Al hacerlo revelamos nuestros puntos ciegos, con lo que nace un nuevo marco para interpretar y afrontar lo que nos ocurre.

Barbie creía que sus problemas eran la celulitis, sus pensamientos sobre la muerte o el neopatriarcado de Ken. Sin embargo, el punto de inflexión llega al darse cuenta de que su problema existencial es verse a sí misma como objeto. Barbie desarticula su mayor filtro perceptivo y es esa consciencia – al igual que en la vida real – la que le permite evolucionar.

No obstante, para conseguirlo ha contado con una práctica esencial. Te la cuento en mi próximo post.

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