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Que no te importe sentirte despechá o por qué agradecer el rechazo

En un taller para emprendedores al que me refería en un artículo anterior, una de las cuestiones que interesaba a los asistentes era cómo gestionar el no, o el rechazo a una propuesta de colaboración o comercial.

«Pide y se te dará» rezan las escrituras. Bien sabemos que demasiado a menudo no es así. Cuando pides y te dicen que no, puede doler. Ofreces algo que tú creías valioso y es rechazado. Propones algo y te cierran la puerta. Nos pasa como emprendedores, nos pasa como trabajadores, como esposos, como madres…Sino cada día, lo suficientemente a menudo como para que aprendamos a orientarnos a ello de forma sabia y sin drama.

Hace poco recibí un par de noes que me dolieron. Uno especialmente, ya que primero fue un sí y después se convirtió en un no. El segundo era de anticipar. Juntando a ambos una parte de mi se sintió…despechá. Cuando nos convertimos en adultos se supone que tenemos que endurecernos y dejar atrás aquellas formas de ser vulnerables, sensibles, receptivas, sin embargo no es así, algunas de estas partes – por fortuna – siguen viviendo dentro de nosotros y muestran su dolor en momentos como por ejemplo, de rechazo.

Cuando uno entiende que todas las emociones tienen su razón de ser y que merecen su espacio, es posible tomar el gusto a experimentarlas todas. En este caso, me di un día entero para sentir la tristeza – haciendo todo normalmente- por las oportunidades que se cerraban. Después de la tristeza vino calma. Afloró la consciencia de que ambos noes materializaban una realidad, o mejor dicho, una verdad. La verdad del otro, que ahora resplandecía ante mi de forma prístina. Y la verdad sobre mi propuesta que ahora podía ver bajo una nueva luz y tal vez ajustarla o tal vez no.

Señal de no

(Jakayla Toney, UNSPLASH)

Un rechazo es un punto en la prosa de la vida. A veces es un punto y seguido. A veces es un punto y aparte. En ambos casos el punto nos invita a la pausa. Nos invita a escuchar. A reflexionar sobre cómo estamos haciendo lo que hacemos; sobre nuestras intenciones; sobre las personas con quienes lo hacemos y sobre los sistemas que empleamos. Si has recibido un rechazo en forma de no, una vez superada la respuesta emocional, te invito a reflexionar:

  • ¿De qué forma estás haciendo lo que haces?
  • ¿Cuál es tu intención al hacerlo?
  • ¿De qué otras formas podrías hacerlo?
  • ¿Qué otras personas te podrían ayudar en este empeño?
  • ¿Qué sistemas necesitas para llevarlo a cabo?

Si te quedas con estas preguntas, nacerán respuestas que te permitirán reescribir tu empeño. Al hacerlo una nueva luz inundará la página de tu vida. Entonces te sentirás agradecido por el rechazo, sabiendo que era exactamente lo que necesitabas para crecer.

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Por qué llevar un diario puede (r)evolucionar tu vida. Tres pasos para empezar uno este verano

Una de las cosas que me gusta hacer cuando llega el calor y decae la actividad frenética es releer mis últimos diarios. Sí, escribo a diario en mi diario. Escribo flujo de conciencia, es decir cojo un boli y dejo que las letras, palabras y frases viajen de mi cuerpo al papel, intentando que la mente intervenga lo mínimo y sin intentar escribir nada en particular, ni tampoco nada que sea bueno, inteligente, nuevo… Es un espacio de libertad absoluta, en el que doy rienda suelta a todo lo que pasa en mi interior. Transcurren meses, y luego releo lo escrito. Un ritual sencillo pero poderoso. Si quieres descubrir porqué llevar un diario puede (r)evolucionar tu vida, no dejes de leer.

CONOCERTE

Llevar un diario sirve para conocerte mejor. Porque aunque estés acostumbrado a ti mismo, tu complejidad es tan inmensa, que necesitas artilugios para poder empezar a acercarte a ella. La escritura en papel es un soporte fenomenal. Me encanta escribir lo que he soñado la noche anterior, sin necesidad de interpretar el sueño, como quien observa una flor de otro mundo, en este caso del planeta subconsciente. Al volcar lo que ocurre en el momento, se plasma mi diálogo interior, es decir lo que me digo a mi misma y cómo lo digo. También mis neuras y formas automáticas de interpretar el mundo. Lo revolucionario del proceso es que al plasmarlo en una hoja y releerlo, pasas de estar sujeto a ello a verlo como un objeto. Por ejemplo, si te das cuenta que te hablas con dureza, la próxima vez que esto ocurra, vas a darte cuenta de ello y tras observarlo varias veces serás capaz de hablarte de forma más amable.

Plasmar el mundo interior en un papel de forma periódica también te acerca a tu intuición. Durante la relectura de mis diarios, invariablemente encuentro cosas que intuía y que después se manifestaron, lo que refuerza la confianza en mi misma.

CAPTAR INSPIRACIONES

Puesto que mi trabajo tiene un fuerte componente de creatividad, sobre todo en cuanto a escritura se refiere pero también a nivel de cursos, talleres, etcétera el diario es un registro de aquello que me llama y me inspira. No sé porque algo me inspira o me llama, tampoco necesito saberlo. Simplemente aceptarlo. Recibir a tus inspiraciones o anhelos en las páginas de un diario es como crear un mapa del tesoro. El tesoro son tus sueños, pequeños o grandes que necesitan ser escuchados y aceptados, para tomar forma y luego manifestarse.

(Kelly Sikkema, UNSPLASH)

MANTENER EL FOCO

Llevar un diario te puede ayudar a enfocarte, sobretodo si lo escribes antes de empezar tu día. ¿Cómo? Pues muy sencillo, a través del poder de las intenciones. Una intención es algo que quieres que ocurra. Al declarar una intención por escrito, estás alineando tu energía consciente e inconsciente con el mundo del que formas parte y te orienta a pensar y actuar hacia un sentido concreto. Cualquier cosa se puede poner en forma de intención. Puedes tener la intención de realizar x tareas, puedes tener la intención de mantener un estado de ánimo alegre, puedes tener la intención de ayudar a los demás. La prueba del algodón de una buena intención es que sea buena para ti y también para los demás.

MAYOR AUTOCOMPASIÓN

Como humanos, siempre llevamos más carga psicológica de la que creemos llevar. Por esta razón explorar lo que has escrito redunda en una mayor comprensión de la situación real que atraviesas, de tus circunstancias y momento personal. Esto facilita que tengas una mayor compasión hacia ti mismo y te anima a tratarte como un buen amigo.

CÓMO EMPEZAR UN DIARIO PERSONAL

En mis programas de coaching llevar un diario personal es un requisito fundamental e indispensable. Allí van a parar las reflexiones fruto de las preguntas que planteo y todo el crecimiento y evolución de la persona a medida que el programa avanza. Y escucha bien: siempre da buenos resultados. Por todo ello, si este verano te animas a llevar un diario personal, estos son los pasos a seguir:

  1. COMPRA UNA LIBRETA. Una cualquiera, si es de las baratas mejor. No vas a escribir tu primera novela en ella y aunque lo fueras a hacer, la calidad de la misma te tiene que transmitir que TODO va a ser bienvenido en ella.
  2. ESCRIBE, ESCRIBE Y ESCRIBE. Cada día, durante un período de tiempo establecido. Empieza por cinco minutos, alárgalo a quince, y después de varias semanas, no te limites y déjate guiar por lo que el momento requiera.
  3. RELEE LO ESCRITO. A los quince días de relee lo que has escrito con bolígrafo de rojo en mano. Observa lo que lees como si fuera otra persona la que escribió estas líneas. ¿Qué le dirías? Inicia un breve diálogo con él o ella a medida que sus palabras te llegan.
  4. TIRA LA LIBRETA. Después de releer la libreta según el punto anterior, tírala. Sí, sí, tírala. Es parte de completar el círculo y ritualizar la naturaleza transitoria de tu estado y de todo.

Si empiezas la práctica de llevar un diario vas a (r)evolucionar quieras o no. Espero que también lo disfrutes 😉

Por qué la rutina es una bendición (y romperla está sobrevalorado)       

Ayer regresé de vacaciones de Semana Santa. Una semana más tarde de lo previsto, ya que al hacerme el test del covid antes del viaje de regreso di positivo. Por protocolo, las autoridades de la isla atlántica cuyo nombre no quiero acordarme me obligaron a prolongar mi estancia. Venga pues nos quedamos todos unos días más. Aprovecha que es muy bonito me decía mi entono…Pero no, yo no quería “aprovechar”. Quería volver… volver a la rutina.

La rutina tiene mala fama pero es fantástica. Lo es porque como parte fundamental de cualquier sistema te facilita:

  • SER PRODUCTIVO. Las rutinas, cuando están bien diseñadas, aumentan exponencialmente la productividad personal. Actualmente, en plena escritura de mi próximo libro, antes de romper la rutina con las dichosas vacaciones mi escritura iba viento en popa, capítulo terminado cada diez días. Mi cerebro y todo mi ser gozaban del proceso. Pero ¡zasca! llegaron las auto-buscadas vacaciones y saltó todo por la borda.
  • DESCANSAR. La rutina te permite descansar mientras te desarrollas a un ritmo e intervalos determinados. Te levantas a una hora, haces lo que tienes que hacer y luego descansas. Durante las vacaciones rompimos las rutinas horarias de comida y cena, añadiendo a la sensación de desubicación ya de por sí presente por no poder regresar según el plan.
  • ESTAR PRESENTE. Cuando una rutina está bien estructurada te puedes olvidar de lo que viene después y centrarte plenamente en lo que haces – sí, se trata de practicar el mindfulness. Si estás trabajando, te olvidas de comprar, si estás con tus hijos, te olvidas de trabajar….Estos días de vacaciones forzadas, mi cabeza se iba todo el rato a lo “otro” que tenía que hacer además de estar de vacaciones, con lo que mi presencia disminuía, a pesar de mis esfuerzos.
  • SIMPLIFICAR TU VIDA. Las tradiciones religiosas utilizan las rutinas para simplificar la vida, por ello son un buen ejemplo de los beneficios de una rutina. Un hábito para vestirse. Unas horas para rezar. Un trabajo que hacer. En una sociedad demasiado volcada en la agitación mental y en el llenarnos de cosas y actividades superfluas, las rutinas te ayudan a simplificar tu vida, ahorrando enormes cantidades de energía.
  • MANTENER LA SALUD. Al cuerpo -y a la mente – le gustan las rutinas. De ejercicio, de comida, de descanso, de relaciones. Al romper la rutina estos días dejé de hacer ejercicio, comí demasiados alimentos que no me sientan bien, descansé de forma intermitente y poco profunda y… obviamente mi salud se resintió.
  • CONTENTARSE. Cuando la rutina me cansa, a menudo me siento llamada a romper la rutina. Es un sutil impulso de huida y de rechazo frente a lo que es. En mi caso, sentía una necesidad de viajar lejos después de dos años sin salir de la península debido al covid. Ya se sabe, querías caldo, pues toma dos tazas: la vida me regaló más días sin rutina ¡mediante el covid! Apreciar la rutina es una buena receta para practicar el contentarse con la vida de uno y evitar caer en el pozo sin fondo de querer siempre más o algo distinto de lo que se tiene. Y tal vez así, salir del triste ratio de ser el segundo país más infeliz de Europa.

Mujer vertiendo café en una taza, en rutina matutina (Kelly Sikkema, UNSPLASH)

A los niños les va muy bien la rutina, pero también al resto de la humanidad. Por eso doy gracias de poder volver a la rutina. Definitivamente, la aventura está sobrevalorada y la rutina tiene una inmerecida mala fama. O así lo veo hoy, con gastroenteritis del viajero, una larga lista de cosas por hacer y marcadores de energía bajo mínimos 😉

Por eso te pregunto:

¿De qué forma se podría tu vida beneficiar de incorporar ciertas rutinas?

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¿Qué sistema necesitas para hacer realidad tu propósito? El caso de Oscar Camps (Open Arms)

Visualiza una zodiac diseñada para llevar a siete personas cargada con treinta, cruzando los nueve kilómetros que separan a Turquía de la isla griega de Lesbos. Imagina que los mafiosos que pilotan la lancha hacen saltar a las personas al mar a menos de un kilómetro de la playa para evitar que les pillen. Imagina que muchos no saben nadar. Visualiza ahora a otra zódiac con dos socorristas intentando salvar a los treinta antes de que se hundan para siempre a pocos metros de la playa. Parece ficción, pero no lo es: así fue el comienzo de Open Arms como documenta la película  Mediterráneo.

En este post continúo la exploración sobre los elementos necesarios para cumplir tus propósitos de año nuevo  que sigue a las dimensiones exploradas anteriormente: relaciones, valores y creencias.

El esfuerzo personal de Oscar Camps por parar la sangría de personas que morían en el intento de de llegar a Europa desde Turquía, se transformó en un esfuerzo organizado tomando la forma de Open Arms. ¿Y qué es Open Arms? Open Arms son personas con un propósito y una misión mucho más allá de sí mismos. Open Arms son relaciones entre estas personas pero también con otros actores que actúan fuera del mar. Open Arms son las acciones que llevan a cabo cada salvando vidas e influenciando políticas. Open Arms también es un sistema.

Para cumplir su misión, el sistema de Open Arms se articula, a grosso modo, a través de:

  1. Dinero que reciben de sus socios y donaciones mediante los cuales financian personal técnico y material
  2. Personal técnico (capitán de barco, socorristas, personal médico…).
  3. Material técnico (barco, salvavidas, mantas térmicas…).
  4. Espacios y tiempos concretos: actúan en el Mediterráneo y también en situaciones de emergencia como la guerra de Ucrania.
  5. La tecnología necesaria para que todo funcione: web, redes sociales, etcétera.

Fíjate bien: dinero, personal técnico, material, espacio, tiempo y tecnología. Estos elementos son los componentes de cualquier sistema. De no contar con este sistema, la semilla de Open Arms no habría podido crecer hasta convertirse en la fuerza de cambio social y política que es hoy día: salvando vidas – ya llevan más de 61.000 – y denunciando las razones por las cuales el Mediterráneo es la mayor fosa común del planeta.

Para que tus propósitos florezcan, al igual que Open Arms, tu también necesitas un sistema. Crear un sistema consiste en generar las condiciones que hagan la realización del mismo inevitable. Por ejemplo si tu objetivo consiste en encontrar un trabajo más alineado con tus valores, probablemente necesites ponerte las pilas con Linkedin (tecnología) y tal vez formarte en algún ámbito nuevo (tiempo y dinero). Si tu propósito tiene que ver con superar las dificultades con tu pareja es probable que te convenga dedicar tiempo para hablar de vuestra situación (tiempo y espacio), tal vez necesites contar con una terapeuta (personal técnico y dinero) y dedicar el tiempo necesario a acudir a las sesiones (tiempo).

En cambio, si te olvidas de crear un buen sistema, la inercia de tu vida y todo tipo de resistencias boicotearan tu propósito. Sin tiempo dedicado a tu propósito, sin dinero, sin el material necesario, sin espacios, sin tecnología y sin personal técnico, tu propósito se ahogará como un bebé indefenso que cae al mar.

Sin embargo, enfocarse demasiado en crear un sistema ideal tiene un riesgo: paralizarte. Es decir no pasas a la acción porque no lo tienes todo perfecto para empezar. Si Oscar Camps hubiese esperado a tener Open Arms seguramente no hubiese ni siquiera empezado. Por esto empezar es tan importante, empezar eso sí, teniendo un propósito más allá de ti mismo. Te cuento más en un próximo post.

Ahora quiero invitarte a considerar esta pregunta:  ¿Qué sistemas necesitas poner en marcha para llevar a cabo tu propósito?

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¿Qué relaciones necesitas para vivir tu propósito? El caso de Rosalía

Rosalía es la estrella del momento. Su éxito se puede estudiar desde muchos ángulos. Creer en ella misma y no darse por vencida son ingredientes clave. Su talento, esfuerzo y trabajo por crear un estilo propio e inconfundible. Sin embargo, hoy no quiero hablar de eso. Quiero hablar de las personas que han estado a su lado y que han contribuido de forma silenciosa y poco visible a su éxito.

Este post continúa la exploración sobre las dimensiones clave para el éxito de tus propósitos de año nuevo.

Algunas relaciones son claves para manifestar tus propósitos, empezando por la más fundamental: la relación contigo mismo. Es imprescindible que te trates como un buen amigo. Que creas en ti, en tu potencial. Puedes llamarle creer en la vida o en la chispa divina que está dentro de ti. Si no cuentas con nada de esto, Houston tenemos un problema, pues sin ello nada es posible. En el caso de Rosalía su confianza en ella misma es evidente, y la prueba de ello es su perseverancia y el no darse por vencida después de muchos años de esfuerzo por destacar.

En cualquier caso, tanto si tu luz está encendida como apagada, la magia de las relaciones radica en que algunas multiplican nuestro potencial: junto a estas personas somos mejores.

Para Rosalía fueron sus padres quienes estuvieron a su lado desde que era una niña, animándola. Le ofrecieron todo su apoyo para que completara una formación artística y musical, hoy su lenguaje creador. Y por supuesto algunos de los muchos maestros que la formaron y la pusieron en contacto con sus dones.

Rosalía en The tonight show de Jimmy Fallon

Rosalía en The Tonight Show de Jimmy Fallon, NBC

Para que tus propósitos florezcan necesitas contenedores y no precisamente de basura – es lo primero que muchas personas piensan al escuchar esa palabra. ¡Lo siento no encontré mejor traducción del inglés! El tipo de contenedor al que me refiero es una persona o un conjunto de personas con la capacidad de sostener una intención o intenciones. Actualmente Rosalía cuenta con dos pilares esenciales: su madre y su hermana. Pilar Torbella, su madre, está al frente de la gestión de su empresa Motomami a través de la cual se firman contratos, cierran conciertos, etcétera; y su hermana Pilar Vila es la encargada de las relaciones con los medios de comunicación y su estilismo.

Tomando un ejemplo cotidiano, digamos que uno de tus propósitos es pasar más tiempo en la naturaleza practicando ejercicio. ¿Qué contenedores energéticos te podrían ayudar? Pueden ser ya existentes, por ejemplo apuntarte a un grupo excursionista o bien crear un grupo para la labor. Puedes reconectar con amigos que viven en zonas rurales y hace tiempo que no ves, y compartirles tu intención. Puedes compartirlo con tu pareja o amigos y si ellos resuenan con tu intención, os podéis organizar para que cobre vida.

Los contenedores buenos son como una sólida maceta que contiene la tierra necesaria para que la planta florezca. Cuando la tierra no está demasiado apretada ni demasiado suelta, las raíces encuentran el sustento necesario. Al igual que la tierra para una planta, las personas que conforman el contenedor para cierto propósito, además de ayudarte a sostener tu intención sin perder el foco te pueden inspirar, dar ánimos cuando estés de bajón, abrirte una puerta donde solo veías un muro. Después de sus múltiples fracasos en el concurso Tu si que vales o los ataques que vienen de serie con la fama a ese nivel, allí estaban los contenedores de Rosalía: sus padres, su hermana, sus maestros… para sostenerla en los momentos más difíciles y ayudarla a remontar.

A lo largo de la vida he contado con contenedores de distintos tipos. De mujeres, de parejas, para co-escribir un libro, para cultivar la espiritualidad…Algunos me han salvado la vida, muchos han sido difíciles de sostener y en cada uno de ellos he aprendido valiosas lecciones. Más allá de los frutos que brinden estos espacios, es fundamental que los contenedores tengan sentido en sí mismos. Que goces, aprendas o lo que sea que te propongas durante el tiempo que duren.

Por ello te pregunto ¿Qué contenedor o contenedores vas a crear para dar vida a tus propósitos?

 

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Gabriel Rufián, la mente y el trabajo de valores. Por qué es fundamental domar la propia mente

Ayer cuando le preguntaron al portavoz de ERC Gabriel Rufián por las conexiones entre su socio de coalición respondió lo siguiente:

 

Rufián condena la conducta de sus socios de gobierno por reunirse con “sátrapas”,  tildándoles enfáticamente de “señoritos que se paseaban por Europa reuniéndose con la gente equivocada jugando a ser James Bond”.

No sabemos lo que mueve a Rufián a realizar estas declaraciones. ¿Es simplemente caer en la extendida práctica de desprestigiar al oponente? ¿Es su agitación mental? ¿son sus valores lo que le mueven?

Este post continúa mi exploración anterior sobre valores.

Los valores encapsulan formas de ser y actuar: “se paseaban por Europa reuniéndose con la gente equivocada jugando a ser James Bond”. En el caso de Rufián: criticar a sus oponentes aunque a la vez socios de gobierno  aprovechando la guerra Ucraniano-Rusa.

Permitidme un poco de teoría. Lo que distingue al Budismo de otras filosofías y religiones es el énfasis en la mente. Después de años de búsqueda espiritual y de renunciar a muchas doctrinas, Gautama Buda se sentó a meditar bajo el árbol Bodhi. Al caer la noche, se iluminó. Llamado a compartir lo que había aprendido, lo hizo dando tres giros a la Rueda, entendiendo la rueda como el conjunto de enseñanzas budistas. En el primer giro de la Rueda, Buda enseñó las Cuatro nobles verdades. De la cuarta noble verdad reza que el camino para trascender el sufrimiento nace el Noble camino óctuple. Es por esta razón que tres de los ocho principios del Noble camino óctuple versan sobre el control de la mente. Por qué sin el control de mente, los dos principios de sabiduría y los tres de conducta ética son papel mojado.

De nuestra mente emerge todo, desde nuestro sentido de identidad, nuestra forma de relacionarnos y nuestras acciones. Si nuestra mente está confundida, es influenciable y no puede concentrarse, por muchos valores que insistamos en practicar vamos a fracasar. Es como intentar correr una carrera de fórmula uno con una chatarra o querer regar plantas con un colador. La mente es la madre de la ética y por esta razón es necesario domarla para trabajar los valores. Tomando el ejemplo inicial me pregunto por el tipo de mente que albergó las conductas aludidas por Rufián y por la mente de Rufián mismo. Me pregunto por la mente de nuestros políticos y por la mente de los ciudadanos que representan y en cierto modo reflejan es decir: nuestra mente.

El budismo propone entrenar la mente a través de la meditación pero esta vía no es la única. La mente se puede entrenar a través de la contemplación, de la oración, llevando un diario, practicando yoga, pasando tiempo la naturaleza, a través de la música…Una mente domada nos hace dueños de nosotros mismos. Nos facilita articulación consciente de valores, enriqueciendo el sentido de nuestras vidas.

Por eso, hoy te pregunto: ¿Cómo vas a domar tu mente para encarnar plenamente tus valores?

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¿Quieres hacer algo para la resolución del conflicto en Ucrania? Ama a Vladimir Putin

La situación en Ucrania se está poniendo al límite. Después de hablar con el líder ruso, Macron dice que “lo peor está por llegar”. Leo que las tropas rusas han tomado Zaporiya, la mayor central nuclear de Europa. Aumenta mi ansiedad. Siento la presión de la situación sobre la vida en el planeta. Me siento pequeña e impotente pero no me quedo ahí, pues sé que cada uno de nosotros importa y que nuestros actos marcan la diferencia. En situaciones terribles como la actual, siempre me admira de qué forma emerge lo mejor de nosotros. Las personas nos activamos, queremos ayudar, queremos ser parte de la solución.

Podemos hacer y debemos hacer. Mandar dinero, ropa, víveres. Y también podemos hacer a través de nuestros pensamientos, de nuestro estado mental. El conflicto se ha polarizado. Ucrania son los buenos y Rusia los malos. Pero es bien sabido, que la polarización no ayuda a resolver un conflicto y que la realidad es infinitamente más compleja que una película de vaqueros.

Si tú y yo estamos en conflicto y tú crees que soy el demonio entonces vas a querer destruirme, deshacerte de mi. Así ha sido con las exterminaciones en masa a lo largo de la historia. En cambio, para hacer posible la paz es necesario humanizar al rival. Verlo de igual valía que a uno mismo. Ser capaces de ponerse en su lugar y, por muchos defectos que tenga y por muy erradas que hayan sido sus acciones, percibirlo como persona que siente, que sufre, que aspira.

Vladimir Putin

(EFE)

En este conflicto hay un malo de la película: Vladimir Putin. Me cuesta tan poco sentir rechazo hacia él. Este rechazo, una energía invisible pero real como todas las emociones, no contribuye a nada sino más bien lo contrario. Las personas más odiadas son las más peligrosas, porque saberse odiado empuja a hacer el mal. Así que te invito a realizar un sencillo ejercicio:

  1. PIENSA EN ALGUIEN A QUIEN AMAS  y conecta con el espacio de tu corazón. Lleva tu mano a la zona del corazón y siente el amor que emana de él. Imagina a la persona que amas en miniatura dentro de tu corazón. Quédate en este espacio durante unos segundos respirando. Luego deja que la imagen se evapore.
  2. Sigue conectado con el espacio de tu corazón y PIENSA EN ALGUIEN CONOCIDO, una persona neutral. Lleva a su imagen en miniatura al espacio de tu corazón. Deja que reciba la calidez que emana del mismo. Respira ahí durante unos segundos, no tengas prisa. Deja ahora que la imagen de esta persona se evapore.
  3. Conecta ahora con ALGUIEN A QUIEN DETESTES o con quien tengas un conflicto. Lleva su imagen en miniatura al espacio de tu corazón. Recibe la incomodidad de hacerlo e intenta relajarte. Deja que la persona reciba el amor que emana de tu corazón. Respira con calma y relájate durante unos instantes. Deja que la imagen de esta persona se evapore.
  4. Ahora piensa en VLADIMIR PUTIN. Lleva su imagen en miniatura a tu corazón. Si aparece, recibe la incomodidad que sientas al hacerlo. Inúndalo con amor. Respira y descansa ahí todo lo que puedas. Luego deja que la imagen se evapore.

 

Personalmente, este es el acto periódico con el que me comprometo mientras dure este conflicto. Te animo a hacerlo tú también. Por supuesto que también puedes hacerlo con cualquiera de tus enemigos. Tal vez sea lo más poderoso que hagas jamás.

 

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PS: 1000 gracias a los lectores que me habéis echo propuestas a raíz de mi post Querido lector, no sé cómo hacer para llegarte…¿me echas una mano? Están siendo muy valiosas e inspiradoras. Para los que queráis hacer más sugerencias, podéis seguir haciéndolas a pie de artículo.  Adelante, sigo escuchando 😉

¿De dónde sacas tus valores? Fuentes que te elevan y cómo ponerlos en práctica: valores cristianos

Este post continúa el post anterior ¿Tus valores te guían o te complican la vida? Después de hacer inventario de tus valores, te pregunto: ¿De dónde sacas tus valores?

Los valores los sacamos de tres fuentes principales: de nuestra familia, los grupos e instituciones que nos han formado (escuelas, organizaciones, amigos…) y de la cultura general (televisión, internet, redes sociales, libros…).

Examinar a tus fuentes de valores es una práctica sana, pues de no hacerlo podrías estar conformando tu vida de acorde a lo que la sociedad espera de ti. ¿Según quién es bueno tener muchos likes en Facebook? ¿Es más importante que ser un buen hijo o buena madre? ¿Qué tiene más valor, el trabajo bien hecho o el reconocimiento social?

La modernidad líquida nos ha vaciado de valores tradicionales, para llenarnos de narcisismo, superficialidad, infantilismo y placer cortoplacista entre otras perlas. Pero los valores tradicionales siguen ahí, como ríos perennes, listos para saciarte cuando quieras beber de sus puras aguas. Su existencia es una buena noticia si quieres hacer algo que merezca la pena con tu fugaz vida.

Las 4 virtudes cardinales

(M.Barceló)

VALORES CRISTIANOS

Ya, no te gusta la Iglesia… y además te aburre ir a misa. ¡Pues no hace falta que vayas! O sí. Para acercarte a los valores cristianos también puedes leer, unirte a un grupo de reflexión, puedes orar. Tomemos por ejemplo las cuatro virtudes cardinales: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

PRUDENCIA

La prudencia tiene que ver con tomar una actitud reflexiva antes de actuar. Tus acciones tienen consecuencias y la prudencia te invita a considerarlas antes de actuar. Este valor es el antídoto a la impulsividad y la ignorancia.

No estás encarnando este valor cuando por ejemplo: dices lo primero que se te pasa por la cabeza, tomas una decisión de forma atolondrada, asumes que los otros piensan igual que tu, eres impaciente con quienes te rodean.

JUSTICIA

La justicia va de respeto a los otros y a la verdad. Respetar al otro como ser de igual valor que tú. Respetar sus derechos y cualidades. La justicia es el antídoto a la malicia intencionada o inconsciente.

No estás encarnando este valor cuando por ejemplo: practicas el deporte de criticar al prójimo, chismorreas sobre otros sin importarte que sea verdad, manipulas situaciones para tu propio beneficio, mientes.

FORTALEZA

La fortaleza es el antídoto a la debilidad. ¿Quién no quiere ser fuerte? La fuerza en sí misma no es virtud a no ser que que la emplees frente a una situación difícil. A nivel de actitud se trata del esfuerzo justo y tiene una dimensión de actuar para lo que se quiere lograr, y otra de resistir frente al miedo y la desesperanza. Se puede entender como una forma de resiliencia.

No estás encarnando este valor cuando por ejemplo: te haces la víctima por cualquier circunstancia, arrollas con todo creyéndote superman, te quejas constantemente, vives entre algodones sin retos que te hagan crecer, te vienes abajo a la primera de turno, debilitas al prójimo con discursos pesimistas.

TEMPLANZA

La templanza va de moderación, sobriedad y continencia. La templanza tiene que ver con ser humilde, no creerse el centro del mundo y tener una actitud responsable respecto a las propias pulsiones sexuales, placeres y en relación con el mundo material.

No estás encarnando este valor cuando por ejemplo: despilfarras dinero sin control, actúas con tacañería, eres demasiado rígido y estricto, vives en un caos un completo, practicas una sexualidad irresponsable.

CÓMO PONERLOS EN PRÁCTICA

El trabajo de valores no tiene porqué ser moralista, lo suyo es que nos inspire. Ponlo en práctica y verás el impacto en tu vida. Por esta razón, respecto a los valores anteriores te propongo el siguiente ejercicio:

  1. Pregúntate ¿hasta qué punto cultivas este valor en tu día a día?
  2. Selecciona el valor que esté menos presente en tu forma de ser y hacer.
  3. Cultívalo:
  • Al empezar el día TOMA LA INTENCIÓN de cultivar ese valor durante la jornada. Cuando encuentres oportunidades para ejercitarlo, ¡hazlo!
  • Plantea el valor como TEMA DE CONVERSACIÓN con personas cercanas. Comparte lo que estás aprendiendo de este valor y pregúntales por la forma en cómo lo entienden y lo aplican o no en su vida.
  • PROFUNDIZA sobre este valor, seleccionando fuentes – libros, conferencias, charlas…- de personas con autoridad en la materia.

La próxima semana sigo con el tema.

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¿Tus valores te guían o te complican la vida? Cómo trabajar tu integridad personal

Sigo en la reflexión iniciada con el Cuadrado mágico de tus propósitos con los valores personales. Los valores son destilaciones conceptuales de comportamientos. El problema con los valores es que a menudo los valores que creemos que tenemos y los valores que encarnamos de palabra y obra, no están alineados. Y esto, da lugar a un conflicto, a una tensión interna, instalándonos en la falsedad: estamos engañando a los otros, al mundo y, lo más grave, a nosotros mismos.

Te propongo examinar tus valores para aumentar tu integridad personal. Es decir, alinear lo que crees/piensas, con tus palabras y acciones. Si te preguntas por qué tendrías que hacerlo te lo respondo llanamente.

VIVIR CON INTEGRIDAD te permite saber quien eres, hacer lo que viniste hacer y en palabras del referente en valores Rafael Bisquerra1es el único camino hacia la verdadera felicidad – en contraste con los sucedáneos baratos de satisfacción cortoplacista que tanto abundan.

VIVIR SIN INTEGRIDAD o lo que es lo mismo, sin valores o con valores equivocados significa cavarse un camino de sufrimiento adicional al que ya de por si conlleva estar vivo. El sufrimiento que acarrea la inconsciencia, la mentira y la maldad.

Timón

(Maximilian Weisbecker, UNSPLASH)

El primer paso hacia la integridad personal es examinar los valores que rompes. Por ejemplo:

PRÁCTICA

A modo de ejercicio, te recomiendo un examen de valores usando el cuadro anterior que puedas completar con tus valores y detectar las seguras brechas. Una vez lo hagas, deja que esta conciencia te acompañe en tu día a día. Obsérvate en el instante en el que apuñalas el valor. Siente la sensación física y la emoción asociadas. ¿Notas la división interna? No hagas nada más. Si permaneces alerta y atento, en la próxima ocasión, el mero darte cuenta abrirá un camino de acción más alineado con tus valores.

En el próximo post: ¿Qué valores son fundamentales y cómo ponerlos en práctica?

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(1) De la conversación en el programa de l’Ofici de Viure sobre ¿Cuáles son tus valores? Grabado el pasado 15 de febrero.

Por qué necesitas decantar la balanza hacia el ser

Hoy conversaba con una amiga a quién le han ocurrido un conjunto de despropósitos mayores uno detrás de otro, y todo en medio del covid. Hasta hace nada, la encantadora Veronica – le voy a llamar – solía ser una súper mujer, trabajando a tope y llegando a todas partes con gracia, tesón y a menudo… a punto del burnout. Ahora en las antípodas de su ritmo habitual, me decía, “después de todo lo ocurrido quiero contentarme con lo que tengo. No pienso en el mañana, me fijo en el día a día. Me alimentan las pequeñas alegrías cotidianas. Ir a comprar, preparar la cena, conversar como ahora estamos haciendo”. Le dije que mi impresión era que más allá de su situación, la crisis del covid había inclinado la balanza personal y colectiva hacia el ser. A lo que me leyó dos citas del monje vietnamita Thich Nhat Hanh, fallecido el mes pasado:

“Hacemos tanto, corremos tan rápido, la situación es difícil y mucha gente dice: ‘No te quedes ahí sentado, haz algo’. Pero hacer más cosas puede empeorar la situación. Así que deberías decir: «No hagas nada más, siéntate ahí». Siéntate ahí, detente, sé tú mismo primero y comienza desde allí”.

Flores

(Magda Barceló)

Jose a quién acompaño a través del coaching, estuvo a punto de morir dos veces. Su talante es directo, alegre y perspicaz. Tiene la inconfundible presencia desnuda del que estuvo a punto de irse y no lo hizo, transformando por completo su personalidad después de ello. “Le he visto las orejas al lobo y esto lo cambia todo”, me decía.

La enfermedad – la conozco bien – nos obliga a hacer cambios de carácter que no podríamos hacer de otro modo. Si la dejamos, suaviza las afiladas aristas de nuestros egos. También lo consiguen la tragedia y todo lo que nos rompe y que preferiríamos evitar. Lo indeseable te acerca brutalmente a lo extraordinario de simplemente ser. ¡Es tan jodidamente efectivo el mecanismo!

“Tenemos la tendencia a pensar en términos de hacer y no en términos de ser. Creemos que cuando no estamos haciendo nada, estamos perdiendo nuestro tiempo. Pero eso no es cierto. Nuestro tiempo es primero de todo para que nosotros seamos. ¿Para ser qué? Para estar vivo, para ser pacífico, para ser alegre, para ser amoroso. Y esto es lo que el mundo necesita más. Todos tenemos que entrenarnos a nosotros mismos en nuestra forma de ser, y ese es el terreno para toda acción. Nuestra calidad de ser determina nuestra calidad de hacer.”

Gracias por tanta sabiduría Thay, tu legado resuena en nosotros.

Y tú, ¿De qué forma te vas a entrenar en el ser? ¿Cómo vas a simplificar tu vida para hacerlo? ¿Qué vas a abrazar? ¿Qué superficialidad vas a soltar?

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