Archivo de julio, 2023

¿La ecoansiedad te domina? 4 aspectos a examinar

La playa en la que veraneo ha retrocedido unos diez metros en dos años. Tal vez no sea casualidad. Está siendo un verano de inundaciones en Zaragoza, tornados en la República Checa, de un posible paro del AMOC y un largo e inquietante etcétera. Motivos para sentir ansiedad frente a los cambios planetarios tenemos de sobra. ¿La cuestión es hasta que punto te domina esta emoción? Mientras que en un artículo anterior te daba pautas para gestionarla, en éste te invito a crecer a través de la consciencia.

Si te domina la ecoansiedad puede que seas presa de sesgos de percepción, creencias debilitantes o simplemente ignorancia. En este artículo voy a examinar a cuatro dimensiones comunes: estar desconectado de tu origen, creer que te mereces ser feliz, no haber confrontado a los tres terribles y no tener un propósito más grande que tú. Cada uno de estos aspectos mina tu fortaleza mental aumentando las posibilidades de que el miedo, en este caso la ecoansiedad te ataque fatalmente.

ESTAR DESCONECTADO DE TU ORIGEN

Tu origen es el de los homínidos que sobrevivieron la última glaciación, es el de la estirpe que se sobrepuso a esclavitudes y tiranías. Tal vez tus ancestros resistieron a la Inquisición, quizás salieron con vida de campos de concentración. Seguramente llevas sangre de supervivientes de una guerra fratricida. Provienes de la línea de vida que ha triunfado a pesar de todo, éste y no otro es tu verdadero origen.

(8machine, UNSPLASH)

CREER QUE TE MERECES SER FELIZ

Vivimos en una sociedad hedonista, en la que el discurso de los derechos nos ha convencido de que merecemos ser felices. Si has comprado esta historia es muy probable que te sientas víctima de la vida. Las víctimas son débiles, sus desgracias se acumulan y no están en contacto con su verdadero poder.

NO HABER CONFRONTADO A LOS TRES TERRIBLES

Si no has confrontado a los tres terribles: la maldad, la muerte y la tiranía, vives como un niño que ha declinado crecer. Aunque no lo sepas, eres Peter Pan y este personaje si bien está equipado para vivir en el país del nunca jamás, se pierde por completo en la vida real.

NO TENER UN PROPÓSITO MÁS GRANDE QUE TÚ

Si no tienes un propósito ambicioso, algo en lo que centrarte, darlo todo y hacerlo tu prioridad número uno, lo más probable es que estés confundido. Esta confusión emerge de querer hacer muchas cosas, sin centrarte en ninguna de veras. Cuando caes en esta trampa tu energía se diluye y tu mente se debilita.

En cambio, si te fijas un propósito retador, contactarás con la verdadera fuerza que hay en ti, aquella que encontró Viktor Frankl y otros supervivientes de los campos de exterminio. Tener un propósito fortalecerá tu mente y con ello sortear la ecoansiedad será coser y cantar.

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Cómo elegir a tu presidenta del gobierno

Ante los comicios electorales, es fácil dejarse llevar por impresiones, sensaciones, intuiciones y demás aspectos inconscientes que los estrategas políticos manipulan para conseguir nuestro voto.

Sin embargo, limitarnos a este tipo de percepciones significa decidir con nuestro cerebro reptiliano o a lo sumo con nuestro cerebro de mamíferos – el sistema límbico. De quedarnos ahí, votaremos como lagartos o roedores. Aunque no tengo nada en contra de estas especies, más allá de estudiar los programas electorales de cada partido y poner atención a su acción de gobierno, te ofrezco tres dimensiones clave que te ayuden a decidir a quien votar como el sapiens que eres. Consiste en considerar la inteligencia, la honestidad y la competencia de cada candidato.

INTELIGENCIA

Una presidenta del gobierno tiene que ser lista. La inteligencia es imprescindible para sostener la complejidad de la realidad, gestionar equipos, proyectos, múltiples intereses y priorizar aquellos que defiende. La agudeza intelectual también es fundamental para seguir con vida entre los tiburones del propio partido, compañeros a la vez competidores.

Sin embargo, la historia pasada y presente está repleta de dictadores de gran inteligencia como nos recuerda Dobson. Por esta razón, la inteligencia de un líder es un factor necesario pero no suficiente para garantizar que sea un buen gobernante democrático.

Santiago Abascal (Vox); Yolanda Díaz (Sumar), y Pedro Sánchez (PSOE)

Los candidatos a la Presidencia, Santiago Abascal (Vox); Yolanda Díaz (Sumar), y Pedro Sánchez (PSOE), antes del debate electoral organizado por RTVE. / Europa Press

HONESTIDAD

Un buen presidente del gobierno tiene que ser honesto, es decir tiene que dar valor a la verdad. Lo contrario es mentir de forma sistemática. La mentira hace daño al individuo y a los colectivos, porque confunde y crea un entorno tóxico en el que no hay donde agarrarse. Mientras que mentir es de cobardes, la verdad necesita coraje par ser afirmada y defendida. La valentía de decir lo que uno cree frente a lo que gustaría escuchar o atraería más votos.

Más allá del nivel de honestidad propio del político en cuestión, existe la cultura de partido a la que el candidato pertenece. Si la cultura de partido es dada a la deshonestidad, a la ocultación de la verdad, y en el caso más grave a la corrupción, inevitablemente el político que emerja de este sistema encarnará todas estas formas.

COMPETENCIA

Una presidenta del gobierno necesita tener experiencia gobernando. Y no solo eso, precisa de una buena dosis de experiencia internacional y dominio de idiomas, – imprescindible el inglés – para representar dignamente al país, así como comunicarse formal e informalmente con dirigentes internacionales.

La competencia política incluye la capacidad de unir versus fragmentar. En política, como en la vida, lo fácil es romper, destruir, polarizar. Y lo complejo es buscar entendimiento, puntos en común, diálogo y colaboración. Y sin embargo, tan sólo lo segundo nos hace crecer y evolucionar, también en temas de interés general.

Además, la competencia política requiere una cierta dosis de humildad para poder rectificar en caso de error. Aunque nos disguste, España es tierra del “sostenella y no enmendalla” de los hidalgos, quienes dominados por la cabezonería y el orgullo se negaban a corregir sus yerros. Pero quien gobierna, necesariamente va a equivocarse y por ello resulta elemental saber enmendar.

El momento de votar se acerca con estrépito y sigilo. En la preparación al mismo, te animo a afinar tu juicio considerando la inteligencia, honestidad y competencia de los candidatos. Todavía estás a tiempo para tomar una decisión consciente e informada.

 

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Cuando en el mar virtual te abordan piratas: gestión emocional de un hackeo

Hace cosa de un mes recibí un mensaje de Instagram de una persona a quien acompañé como coach: Verás, no quiero molestarte, pero te quería pedir un favor, leo en la cajita de diálogo en un catalán perfecto. Claro, ¿qué necesitas? ¿Te llamo?, respondo yo. No, no hace falta…Verás me estoy presentando de influencer y quería pedirte que me votaras. Recibirás un enlace en tu móvil y solo tienes que copiarlo y pegarlo, me dice ella. Ah vale, le digo. Recibo el enlace y se lo mando por whatsapp. Ya lo tienes, te lo he mandado por whatsapp, le digo. No, mejor por aquí, me dice.

Sin pararme a pensar que aquello no cuadra, mis dedos corren más que mis pensamientos. Copio el enlace y lo pego en Instagram. Con un pequeño gesto he ayudado a alguien a quien aprecio, me siento bien.

A las horas, recibo un mensaje de Instagram: Has cambiado tu correo de acceso y contraseña. Entonces ato cabos y entro en pánico: ¡Eran hackers! ¡Han suplantado mi identidad a través del phising! ¡No tengo acceso a mi cuenta de Instagram! Presa por el miedo creo otra cuenta de Instagram, diciéndome que al menos podré ver lo qué hacen los piratas con mi cuenta. Pero hago algo mal y entonces Instagram me bloquea. Me dice que la cuenta nueva está suspendida por movimientos sospechosos. Esto es el colmo…¡ahora resulta que la pirata soy yo!

Empiezan a llegar mensajes de whats preguntándome por mis stories de criptomonedas. ¿Magda, eres tú quien pone eso? Empiezo a explicarme… ¡que vergüenza! En paralelo contacto a dos informáticos pidiéndoles ayuda. Al poco me dicen que no se puede hacer nada, más allá de reclamar a Instagram. Lo hago repetidamente, con pruebas de identidad, con facturas de publicidad de mis cursos, y lo que recibo por respuesta es: NADA.

Los piratas intentan hackear las cuentas de mis contactos y a raíz de eso me contactan muchas personas de quien no tengo noticias desde hace tiempo: compañeros del instituto, personas que leen mis artículos, amigos…Algo positivo de todo ello, me digo. Pasan los días y elijo seguir navegando esta patética situación de la siguiente forma:

(Prateek Katyal, UNSPLASH)

SIN DRAMA

Sí me han hackeado la cuenta de Instagram, un altavoz para compartir mis ideas y hacer visible mi profesión. Sin embargo, mi fuente de trabajo es el boca oreja y mi audiencia principal no pasa por este medio. En cualquier caso, no tiene demasiada importancia. No la tiene cuando el planeta se está calentando hasta límites insospechados. Cuando estamos de lleno en la sexta extinción masiva. Cuando con los próximos comicios del país está demasiado en juego. Cuando tú y yo nos vamos morir. De modo que, decido olvidarme y centrarme en terminar este artículo, ir a por el pan, hacer de madre.

SIN CULPA

Ayer hablaba con una persona a quien hackearon su cuenta a través de la mía. A tocar de los setenta años, me decía, vaya es que yo a mi edad, me he dejado engañar, estas cosas ya no son para mi…su voz estaba llena de culpa y remordimiento. Le pedí que por favor que no se culpara por ello. Los piratas se aprovechan de la buena fe. De la confianza que tenemos los unos en los otros. De nuestras ganas de ayudar. Y esto no es algo de lo que avergonzarse, al contrario, nos tendría que enorgullecer pues es lo que nos hace humanos. Por ello decido no culparme por haber caído en la trampa de personas con malas intenciones y sin principios. Si alguien tiene un problema y de graves consecuencias son los hackers.

CON RESPONSABILIDAD Y APRENDIENDO

Según Heidegger, cuando las cosas se rompen o no funcionan como esperábamos, es entonces cuando la realidad se muestra de verdad. Cuando yo decía que tenía una cuenta en Instagram, no era cierto. Era Instagram quien tenía mis datos y cuando personas malintencionadas han querido apropiárselos, pues lo han hecho sin dificultad. Por ello, a partir de ahora, además de andarme con sumo cuidado en el mundo virtual, no voy a abrir ninguna otra cuenta en Instagram.

Recibir la experiencia con el asombro de quien sale de la caverna y por fin ve la luz es el regalo de cualquier crisis, tropiezo o decepción. También ser el blanco de un hackeo en toda regla.

PS: Si quieres echarme un cable, puedes denunciar la cuenta a mi nombre pirateada en Instagram en este enlace. Cuantas más personas la denuncien, más pronto la cerrarán 😉 .

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