¿Qué diferencia hay entre decir “esto me hace sentir” y decir, “cuando esto ocurre, me siento…”? Pues toda. Son dos universos totalmente distintos, que a menudo trabajo en mi práctica de coaching.
Cuando dices “esto me hace sentir” estás dando poder a algo externo sobre ti. Al hacerlo, este algo toma el poder – aunque no lo ha pedido – y lo ejerce en tu contra. Sí es una ilusión pero las ilusiones son reales, cuando…te las crees. Y hablar con frases como “fulanito me hace sentir” es dar vida a una falsedad, que al creértela modela tu experiencia.
La cultura popular está plagada de estas fórmulas para nada inocuas y es así como sin querer empezamos a usarlas. Por ejemplo el Like a virgin de Madonna – una ya tiene una edad 😉 – cuenta con varios “Me has hecho sentir que no tengo nada que esconder” – pero también Raw Alejandro con su «Me gusta tu olor, de tu piel el color y cómo me haces sentir», en Todo de ti. En series y en películas esta fórmula también está por doquier.
¿Pero… cómo funciona? Bien pues como he dicho, primero das el poder a algo que ocurre: pierdes las llaves, o comes demasiado o vas a un sitio al que no quieres ir…o a alguien: a tu pareja, a tu compañero de trabajo, a tus hijos… por hacer o dejar de hacer algo: no recoger el cuarto, hablar demasiado, no llamarte, trabajar en exceso…Por ejemplo:
- “Me haces sentir triste al trabajar tantas horas.”
- “Trabajar en este proyecto me hace sentir desmotivado.”
- “Cuando me hablas así me haces sentir que no valgo nada.”
De forma inconsciente, cada vez que dices “tu me haces sentir” o “esto me hace sentir” te haces la víctima. Te estás diciendo y estás diciendo al mundo: “mirad, pobre de mi, ¿quién soy yo para mercer esto?…si yo no he hecho nada». Luego esperas que el mundo o los otros te resarzan y tu ego sonríe satisfecho pues tiene una razón para existir.
En cambio cuando dices “Cuando esto ocurre, me siento…” todo es distinto. Al principio puede ser que te sigas haciendo la víctima como en el caso anterior. Pero con la práctica tu experiencia se transforma. Esto es así porque el lenguaje modela la consciencia y la consciencia modela el lenguaje. Empiezas entonces a ver el vínculo entre cuando algo ocurre y tu forma de reaccionar a ello, pero no das el poder a nadie. De pronto te das cuenta que no tienes porque sentirte como te sientes. Puedes fijar tu atención en otra cosa y transformar como te sientes. También puedes expresar tus deseos de forma impecable, sin necesidad de culpar al otro.
Sustituir el “lo que tu haces me haces sentir…” por “cuando esto ocurre, me siento…” es un gesto minúsculo pero poderoso. Ponlo en práctica y empezarás a asumir responsabilidad sobre tu vida emocional, descubriendo que la forma en cómo te sientes, depende única y exclusivamente de ti.
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Raro eso de no decir las cosas como se sienten sino en clave o figuradas. Eso es como el Putin que pintó Z en sus tanques y dicen que no se sabía cuál era la razón, teniendo a su diana por Zelensky, que mira por donde, tiene la misma en la inicial de su nombre.
13 octubre 2022 | 4:17 pm