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La sombra de Rubiales

Uno de los procesos que pongo en marcha en mis programas de coaching es el trabajo de la sombra. La sombra psicológica es todo aquello que nos saca de quicio en los otros por el hecho de que también lo encarnamos, aunque sin ser conscientes de ello.

Las redes sociales todavía humean a raíz del comportamiento de Luis Rubiales durante la estelar victoria de las futbolistas. Lo interesante desde mi punto de vista no es tanto las condenas que me parecen más que justas y razonables, sobretodo a estas alturas, sino la primera reacción del presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Las primeras reacciones son reveladoras porque nos muestran sin filtros lo que la persona piensa y cómo percibe. En una entrevista en El partidazo de COPE, dijo «Yo, con todo lo que he pasado, más gilipolleces y más tontos del culo no… Vamos a disfrutar de lo bueno y ni me comentéis cosas de pringados que no saben ver lo positivo».

Detalle del beso entre Rubiales y Hermoso que han captado las cámaras de TVE, RTVE

Según Rubiales el problema lo tienen los demás, porque son  «gilipollas, tontos del culo, pringados, personas que no saben ver lo positivo». Rubiales tiene un punto ciego, el punto ciego de muchos líderes que es la consciencia de sí mismos. Tienen un ego tan grande, están tan seguros de sí mismos, tan acostumbrados a tener la razón que se endiosan situándose por encima del bien y del mal. Entonces ante las críticas, se defienden proyectando su sombra, justamente lo que niegan en ellos. Sin embargo, cualquier tropiezo es una oportunidad de crecimiento también para Luis Rubiales.

No te engañes Luis, el problema no son los otros, el problema eres tú. El problema es el lugar desde el que lideras: tu ego. Para empezar a arrojar luz a tu punto ciego puedes probar a decir estas frases en primera persona: «Soy un gilipollas, un tonto del culo, un pringado, una persona que no sabe ver el impacto negativo que tiene en los otros» y dejar que estas verdades hagan mella en ti. A ver si tienes pelotas.

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Los efectos del silencio: semillas para alinearte con la vida

Con el paso de las horas, la sombra psicológica, es decir lo inconsciente enterrado en el cuerpo continuaba a desvelarse, a modo de lo compartido en el post anterior. Dispares zonas del cuerpo despertaban con recuerdos traumáticos, pobladas de emociones de todos los colores: vergüenza, culpa, rabia, tristeza…De nuevo, el trabajo desde el mindfulness o desde el focusing – ambos usados en mis sesiones de coaching – consistía en recibir la emoción, la información, la textura y estar con ellas de forma amable para después ir a otra zona.

A medida que en mi interior se iban aflojando apegos a relaciones existentes, se reproducía una nueva fijación que parecía haber surgido de la nada. Esto es así porque al ego, no le gusta estar abierto y vacío – su muerte –  y por eso crea otra fijación, otro deseo. Porque sin apegos, sin la tensión del deseo, rechazo o ignorancia el ego no existe. Ser testigo de la rapidez con la el ego se reconfigura, ilustra bien los múltiples tropiezos y dificultades del camino de la consciencia.

Aunque al principio el lugar parecía poco relevante, con el paso de los días y bañada por el silencio interior se tejió una intimidad particular con el entorno. Ocurrió al contemplar los animales del sitio, el cachorro de labrador negro que no necesitaba palabras para ser achuchada y jugar, los pájaros, los gatos, los árboles que salpicaban el lugar y el bosque que lo circundaba. Escuchar el zumbido de las abejas, contemplar los campos labrados bajo la niebla. A medida que aumentaba la conexión con mi interior, también lo hacía la conexión con “lo exterior”.

Con los compañeros de retiro ocurría algo similar. El silencio iba tejiendo una sutil red de comunicación entre nosotros. Bastaba sentir la presencia del otro, para recibir cierta impresión sobre su estado interno y sobre de la cualidad de la conexión.

(Isaac Mitchell, UNSPLASH)

Más allá de los aprendizajes mencionados, la práctica del silencio, sea en solitario o compartido, siempre me brinda semillas. Algunas ya se revelaron, otras lo harán en su preciso momento. Semillas que al recibir atención, se convierten en formas de ser más alineadas con la vida.

El final del año es un momento maravilloso para la práctica el silencio. No hace falta que te vayas de retiro para ello, aunque si decides hacerlo valdrá la pena. Tan solo tienes que buscar espacios donde el silencio reine. Para sumergirte en el silencio necesitas soledad, cierta rutina y por supuesto olvidarte de tu yo digital. Si estás en la ciudad puedes probar en una iglesia, una biblioteca, un parque. Si la naturaleza no domesticada está cerca de ti, ése es el lugar. Cuando te encuentres en cualquiera de estos espacios date el tiempo del que puedas disponer y toma la intención de escuchar.

Tu práctica del silencio generará espacio interior. Tal vez, lo único imprescindible para vivir con plenitud.

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¿Has hecho terapia y no te ha funcionado? Cinco pautas para darle al vuelta a través del focusing

En el artículo anterior te contaba de qué forma el focusing entró en mi vida y por qué. Hoy hablo del origen de esta potente metodología y te doy cinco pautas para probarla.

EUGENE GENDLIN

En los años cincuenta, el filósofo estadounidense Eugene Gendlin hizo un estudio sobre pacientes que acudían a terapia. La pregunta que se hizo es: ¿por qué algunas personas mejoran, superan sus traumas y se curan y otras no? Aprendió que las personas que mejoraban eran capaces de identificar una sensación en su cuerpo relacionada con el motivo de la terapia, describirla y estar en diálogo con ella. Gendlin bautizó esta práctica y empezó a enseñarla: había nacido el focusing.

Niña con ojos cerrados

(Richard Jaimes, UNSPLASH)

EL CONTACTO LIBERA LA TENSIÓN

Mientras que la tensión es la coraza a través de la cual se mantiene el ego y todos sus complejos – sombra incluida – es a través de recibir la tensión que el cuerpo relata sus vivencias y puede entonces integrarlas. El proceso asemeja a tocar la herida para poder sanarla. Sí, es imprescindible acercarte, ver, tocar esa herida psicológica a nivel de sensación para poder soltarla. Te comparto los pasos básicos para hacerlo:

1. DETECTA LA HERIDA PSICOLÓGICA

Busca aquello que te duele psicológicamente, en forma de la situación actual en la que ocurre.

Por ejemplo, en una sesión de coaching reciente Lucía relataba de qué forma se bloqueaba cuando su jefe perdía las formas y subía el tono de su voz.

2.LOCALÍZALA EN TU CUERPO Y NOTA SU FORMA

Pregúntate en qué lugar del cuerpo lo sientes. Date rienda suelta para hacerlo sin que tenga que “tener sentido”.  Por ejemplo puedes sentir una nube helada en el cuello, un ardor metálico en el pecho o una herida abierta en el esternón.

Al preguntarle a Lucía dónde lo sentía y por su forma, se dio cuenta que la sensación era un nudo en la garganta que la paralizaba.

3. PONLE NOMBRE

Encuentra un nombre, una etiqueta que capture de forma aproximada la esencia de lo que sientes al estilo del punto 2 anterior.

Invité a Lucía a poner nombre a la sensación. Ella dijo “nudo paralizante”.

4. RESUENA

Ahora se trata de viajar del nombre a la sensación de forma reiterada. Puedes poner tu mano en el lugar del cuerpo donde tengas la sensación, mientras repites el nombre y conectas de nuevo con la sensación, luego vuelves al nombre y vice-versa.

Para Lucía al decir internamente nudo paralizante y sentir la sensación en su cuerpo varias veces brotaron lágrimas. Le vino a la memoria la forma en cómo su padrastro solía gritarla de pequeña. La animé a quedarse con la sensación sin hacer nada. Al preguntarle cómo se sentía dijo que pequeña, vulnerable,…sentía que no valía nada.

5. RECIBE

Sea lo que sea que haya sido revelado, recíbelo dándole espacio sin hacer nada. Puede ser un pequeño cambio en la sensación. Cierta información. Emociones en forma de rabia, tristeza, desolación.

Me quedé a su lado. Hay una parte de ti que es testigo de este proceso. ¿Puedes conectar con ella? le dije. Al asentir, le invité a sostener a la parte tierna y dolorida desde ese testigo. Poco a poco fue encontrando la calma y terminamos esa parte de la sesión.

La efectividad del focusing radica en el hecho que libera sombra en forma bloqueos corporales, al tiempo que te ayuda a cultivar una relación de respeto y aceptación contigo mismo. Si has participado en procesos terapéuticos o de crecimiento personal sin éxito, incluir el focusing puede ayudarte a darle la vuelta, catalizando tu evolución personal.

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No, no estás mal de la cabeza por hablarle a tu cintura. Estás haciendo focusing

El ejercicio o la relajación no son las únicas prácticas para dialogar con la sombra psicológica que almacenas en tu cuerpo y mente. Como en cualquier conversación que valga la pena empezamos por escuchar. Pero ¿Cómo diantre escuchar a tu cuerpo? Pues bien: prestando atención a la tensión.

CÓMO DESCUBRÍ EL FOCUSING

Febrero de 2014 en el Centro Integral de Boulder, Colorado. Hola, vine al taller de focusing(1) ¿es aquí? Sí, bienvenida adelante. Nos sentamos en círculo, unas seis personas. Nos presentamos y el facilitador nos invita por turnos a completar la frase: algo sorprendente que me ha pasado hoy ha sido…Observo al resto del grupo. Edad media entre veinticinco y cuarenta y pocos, soy la única mujer. Me siento intimidada y curiosa a la vez. ¿Quién quiere ser el centro de atención durante esta sesión?, pregunta el facilitador. Una voz sale de mi, diciendo yo. Otra parte de mi se rebela, insultándome internamente por ello. ¿Bah, qué es lo peor que puede pasar? dice la parte temeraria.

Par de manos

(Sincerely media, UNSPLASH)

ATENCIÓN A LA TENSIÓN

Entonces, diez pares de ojos ponen su atención en mi. De forma ordenada y respetuosa van compartiendo como se sienten al hacerlo y lo que intuyen de mi experiencia y forma de ser. Cuando lo hacen, buscan mi acuerdo o lo que en focusing se denomina “realidad compartida”. Bajo tal intensidad afloran diferentes tipos de tensiones, actitudes, formas de ser, a las que yo estoy tan acostumbrada que ni veo. Partes de mi sombra se vuelven conscientes. En concreto una tensión circular alrededor de mi cintura que comprime mi respiración.

Termina la sesión grupal y me voy a casa. Me siento indignada. ¿Cómo puede ser que lleve ese cinturón invisible durante toda mi vida… ¡¿sin tan siquiera darme cuenta?! ¿De donde viene? ¿Por qué está allí?…vienen algunas respuestas pero ninguna me satisface. Me invade entonces una gran tristeza por el impacto del cinturón en mi forma de ser: asegurar que me mantengo pequeña, comedida, buena niña.

Pasan los días y tras estar en conversación con el cinturón invisible y su compresión, desaparecen progresivamente de mi cintura. Siguen más y más sesiones de focusing en el Centro Integral. Luego me certifico y empiezo a aplicarlo en mis sesiones de coaching de forma radicalmente transformadora hasta…el día de hoy.

Pero…¿Por qué el focusing funciona y cómo ponerlo en práctica? Te lo cuento en el próximo post.

 

(1) La variante del focusing que practiqué y de la que estoy certificada se denomina Integral circling.

 

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Escucha la historia que tu cuerpo te quiere contar. Cómo integrar tu sombra a través del él

La mirada. La postura. La forma de hablar o callar. Nuestro cuerpo revela aquello de lo que nos avergonzamos, aquello que nos hizo daño, aquello que queremos olvidar. Sólo observando, una persona con la mirada entrenada podría describir lo que nos ha pasado en la vida. El cuerpo muestra a los otros, mientras calla para nosotros, aspectos que expulsamos de nuestra consciencia: nuestra sombra.

En artículos anteriores he explorado distintas facetas de sombra humana: el problema de creernos que somos lo que queremos ser; cómo detectar la sombra psicológica; pautas para un primer nivel de integración; una pauta para procesar la culpa y la vergüenza y cómo detectar tu sombra dorada. Siguiendo con este tema, hoy exploro su relación con el cuerpo y formas de integrarla desde esta dimensión.

EL VÍNCULO ENTRE SOMBRA Y CUERPO

Cuando nacemos las emociones atraviesan nuestro cuerpo de forma total, y con ellas su energía. A medida que crecemos, nuestra personalidad se modela conforme nos negamos a recibir ciertas experiencias. El rechazo toma forma de rasgos de personalidad y de un cuerpo determinado.

La experiencia rechazada, se deposita en nuestro cuerpo en forma de sombra a través de tensión. Por esta razón el repositorio por excelencia del inconsciente es el cuerpo.

Cuello y parte de tórax

(Ramez E. Nassif, UNSPLASH)

PROCESO BIDIRECCIONAL

Sin embargo este proceso no es unidireccional. En la medida en que la experiencia modela el cuerpo (y la psique), también a través del cuerpo podemos remodelar la psique y abrirnos a aspectos de nuestra experiencia que antes rechazábamos.

Cuando las personas a las que acompaño a través del coaching empiezan a ejercitar su cuerpo por primera vez o de formas diferentes a cómo venían haciéndolo hasta el momento, su experiencia de estar vivos cambia, a menudo radicalmente.

EJERCICIO TRANSFORMADOR

Para María ceramista, empezar a hacer yoga supuso un cambio de tono emocional y mayor facilidad para recibir todo tipo de emociones. Para Luis las salidas de varias horas en su bici de montaña empezaron a fortalecerle a medida que soltaba algunos quilos físicos y psicológicos, de la pesada mochila de su pasado.

El ejercicio es un portal para integrar aspectos de tu sombra, a la vez que flexibilizas la estructura de tu cuerpo: postura, tejidos, articulaciones… Su práctica te ayudará a percibir cada vez más la realidad tal como es, en lugar de hacerlo a través de engañosos filtros, por muy encarnados que estén. 

SINTONIZAR CON TIERRA DE NADIE

Practicar el ejercicio adecuado es un primer paso para empezar a habitar tu cuerpo y sus territorios más desalmados. Con el avanzar de este proceso podrás empezar a sintonizar con la historia de esas tierras de nadie. En el próximo post, te comparto una metodología para hacerlo y así despertar ésas células, que cual exasperadas prisioneras, ansían ser liberadas y incluidas en el seno de tu encarnación.

 

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Tu sombra dorada. Cómo detectar e integrar esa exquisita desconocida

Este es el quinto post de la serie dedicada a la sombra humana. En el primero exploré el problema de creernos que somos lo que queremos ser. En el segundo te di una pauta básica para detectar la sombra psicológica. Y en el tercero te facilité tres pautas para un primer nivel de integración.Y en el cuarto te compartí una pauta para procesar la culpa y la vergüenza subproductos naturales de arrojar luz a tus sombras.

NO SOLO ERES OSCURIDAD

Cuando descubrí el trabajo de la sombra fue como encontrar una pieza perdida de mi puzle interior. ¡Esto explicaba tanto sobre mi! Después de ahondar en mis sombras me alivié de encontrar no solo tinieblas. También de luz, mucha luz. Una luz que negaba poseer.

Tu sombra dorada consiste de aspectos positivos de tu personalidad de los que niegas su existencia. Puede tratarse de tu capacidad analítica, una gran sensibilidad, o cualquier otra capacidad. Pueden ser de aspectos de tu personalidad que ya muestras pero que no admites, y también de aspectos de tu personalidad durmientes, sin manifestar.

Estátuas doradas

(James Resly, UNSPLASH)

¿COMO DETECTAR TU SOMBRA DORADA?

Tu sombra dorada se detecta fijándote en las cualidades de las personas que admiras. Porque como explica Peter Senge1, no conocemos aquello que vemos sino que vemos aquello que conocemos. Por esta razón, es imposible apreciar nada en otra persona si no lo poseemos ya en nosotros mismos.

A nivel práctico, te propongo un sencillo ejercicio. En conversación con una persona cercana o escribiéndolo:

  • ALGUIEN A QUIEN ADMIRES. Toma una persona que admires profundamente. Intenta que sea alguien que conozcas personalmente, pues si se trata de famosos la versión que tengas de ellos puede estar distorsionada.
    • En mi caso voy a tomar cosas que admiro de mi amiga Ana, a quien dicho sea de paso, echo mucho de menos.
  • DESCRIBE LO QUE VALORAS DE ÉL/ELLA. Describe las cualidades que más valoras de ella. ¿Cuáles son? ¿Qué impacto tienen en tu vida? ¿Qué hacen posible para ti y otras personas?
    • Algo que admiro de Ana es su espontaneidad. Su capacidad de afrontar cada situación que le plantea la vida con autenticidad y receptividad. Es un poco despistada, lo que hay que decir que se suma a su frescura ;). También admiro su bondad y entrega a su propósito de forma desinteresada. Ana aporta a mi vida la conciencia de que todos estamos conectados más allá de aquello que aparentemente nos separa. Ana hace posible que siga con mi camino de forma confiada y determinada a pesar de cualquier dificultad.
  • PONLO EN PRIMERA PERSONA. Ahora toma lo que has dicho y ponlo en primera persona. Soy una persona….Mis cualidades son….El impacto que tengo en la vida de otros es….Y hago posible en la vida de otros…
    • Soy una persona espontánea. Cuento con la capacidad de afrontar cada situación que me plantea la vida con autenticidad y receptividad. Soy un poco despistada, lo que hay que decir que se suma a mi frescura ;). También soy bondadosa y me entrego a mi propósito de forma desinteresada. Aporto a los otros la conciencia de que todos estamos conectados más allá de lo que nos separa. Hago posible que los otros sigan con su camino de forma confiada y determinada a pesar de cualquier dificultad.

Ahora recibe esas partes que también son tuyas, por derecho y por deber. Respíralas profundamente. Dales permiso para tomar espacio y expresarse. Deja que su luz se expanda dentro de ti, y a través tuyo, en el mundo.

 

(1) “La Quinta Disciplina: Cómo Impulsar el Aprendizaje en la Organización Inteligente.” Peter Senge.

 

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No eres tan mala persona. Cómo procesar la vergüenza y la culpa fruto de tu sombra

Este es el cuarto post de la serie dedicada a la sombra humana. En el primero exploré el problema de creernos que somos lo que queremos ser. En el segundo te di una pauta básica para detectar la sombra psicológica. Y en el tercero te facilité tres pautas para un primer nivel de integración.

HOLA VERGÜENZA

Una vez dado el paso de reconocer que también encarnas aquello que detestas en el otro – quejica, chismoso, acaparador, envidioso, orgulloso, malévolo, etcétera -, entrarás en contacto con la vergüenza. La vergüenza1 es una variante de la rabia, pero dirigida hacia ti mismo por haber actuado mal. La vergüenza sin procesar te cierra al mundo – te sientes demasiado malo para participar. En cambio la vergüenza procesada e integrada te hace consciente de que tú, al igual que todos estás roto y eres imperfecto, lo que te acerca a la humanidad.

Mujer tapándose la cara

(Tabitha Turner, UNSPLASH)

HOLA CULPA

Junto con la vergüenza emerge también la culpa. La culpa no entendida como emoción, “sentirte culpable” sino como estado “saberte culpable”. Te sabes culpable por haberte comportado de forma injusta y equivocada con otra persona, guiado por una proyección. Tal vez con muchas personas. Tal vez por mucho tiempo.

PROCESO 1,2,3,1

Si no quieres dejar el proceso a medias, no puedes dejar de procesar tu culpa y vergüenza. Te propongo realizarlo con el enfoque denominado 1,2,3,1. Lo hago tomando el ejemplo del primer artículo:

1) Primera persona: “ (Yo Noemí) Me siento fatal por haberle hablado a mi madre con mal tono y sin respeto, cuando insistía en que no puedo seguir así con mi trabajo”

2) Segunda persona: “Noemí, no tenías mala intención al hablar a tu madre de ese modo aunque tus palabras no fueran acertadas. Puedes aprender de ello y tener paciencia con ella la próxima vez. Además sabes que tiene algo de razón con lo de tu trabajo.”

3) Tercera persona: “Noemí se sintió atacada por su madre cuando esta le dijo que trabajaba demasiado y le habló de malas maneras. Noemí es consciente de su impulso defensivo y la rabia de sus palabras y la próxima vez tendrá más paciencia.”.

1) Primera persona: “Soy una persona íntegra, con luces y con sombras. Cometí un error y he aprendido de él”.

Procesar la culpa y la vergüenza culminan el trabajo de la sombra lo que te permite conocerte mejor y un cambio de rumbo fundamental: empezar a guiarte por la verdadera naturaleza de las cosas y no por tus proyecciones.

 

(1) Según Karla McLaren en The Language of Emotions: What Your Feelings Are Trying to Tell You.

 

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Esta sombra es mía. Cómo hacer las paces con los aspectos de ti que preferirías no ver

Este es el tercer post dedicado a la sombra humana. En el primero exploraba el problema de creernos que somos lo que queremos ser. En el segundo te daba una pauta básica para detectar la sombra psicológica. Una vez detectaste que estás bajo los efectos de tu sombra, te invito a considerar un sencillo proceso para arrojar luz a la misma e integrarla en tu ser.

En una ocasión, después de haber pasado la tarde con mi hija, llegué a casa y a la pregunta de mi pareja de qué tal la tarde, respondí, “bien, pero me ha puesto de los nervios que todo el rato quiere salirse con la suya”. A lo que él respondió, “Magda, tú también eres así, por eso esta parte de su carácter te molesta”. Tengo que decir que la coach soy yo y no él. En cualquier caso, me miré y me di cuenta de que había dado en el clavo: se trataba de un caso de sombra psicológica.

Chica de perfil

(Casper Nichols, UNSPLASH)

Para integrar tu sombra, es decir para neutralizar aquellos comportamientos de otros que te sacan de quicio y evolucionar, te propongo un proceso adaptado de Integral life que siempre funciona. Se llama 3, 2, 1 y trata de construir frases sobre lo que sucede en tercera persona del singular, en segunda persona y en primera, sin necesidad de compartirlas. En cada fase, date cuenta de cómo se transforman tu estado anímico y tensión corporal al pronunciarlas. En el caso del ejemplo sería:

3- LA PROYECCIÓN: El otro tiene la culpa: “Me cabreo porque todo el rato quiere salirse con la suya” o más en general sería “no soporto esto de ella”. Con esta frase, el mindset o actitud mental que se crea convierte a la persona que nos despierta la sombra en el “otro”, en el culpable de todo. Esta frase es la voz de la sombra y también nuestro punto de partida.

2- LA CONEXIÓN: Lo que haces me afecta: “Me siento irritada porque todo el rato quieres salirte con la tuya y yo me siento obligada a hacerlo”. Con esta frase nos conectamos con el otro compartiendo aquello que nos afecta, al tiempo que mostramos nuestra vulnerabilidad. Usando esta construcción gramatical, internamente el otro se convierte en un humano al que estamos hablando de igual a igual.

1- LO QUE OCURRE: Estoy proyectando en ti: “Me observo y me doy cuenta de que soy yo quien quiere salirse con la suya y por eso tu comportamiento me afecta y me altera.” En esta fase tomamos consciencia de que estamos proyectando esta forma de ser en el otro. Asumimos responsabilidad sobre la proyección integrando una parte de nuestro carácter que antes negábamos.

Una vez aprendas estas sencillas pautas puedes ponerlas en práctica en cualquier lugar y situación: mientras conduces y el coche de delante se salta un ceda,  con tus hijos en cualquier momento que te saquen de tus casillas, en el trabajo mientras tu colega chismorrea por teléfono y no te deja concentrar…

Al integrar tu sombra una y otra vez – te advierto que es un proceso que da para toda la vida -, te quedarás con dos subproductos comunes: la vergüenza y la culpa. Procesar ambas fruto del trabajo de la sombra es otra historia. Te cuento cómo hacerlo en mi próximo post.

 

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El otro no te saca de quicio, eres tú: Cómo detectar tu sombra


En mi post anterior explicaba porque es esencial que hagas el trabajo de la sombra, y de qué forma esta dimensión es imprescindible en mis programas de coaching.

En él, describía de qué forma Noemí, una de las personas a quienes acompaño reaccionaba de forma desproporcionada a los comentarios de su madre. No es casual, puesto que las relaciones íntimas son espacios ideales para la emergencia de la sombra, y particularmente las relaciones materno-filiales. Nuestros padres fueron las primeras fuerzas que nos empujaron a ocultar dimensiones de nuestro carácter a la sombra. Y nuestros hijos con sus comportamientos nos invitan a desenterrar estas facetas por nuestro bien. El sistema es impecable, si sabemos aprovecharlo, aunque el proceso sea harto doloroso.

¿Cómo sabemos que se trata de sombra? La regla del algodón es discernir si algo TE INFORMA o TE AFECTA:

 

 LO QUE SUCEDE TE INFORMA TE AFECTA (SOMBRA)
  • Un amigo se pone a criticar a un amigo en común.
  • Tomas nota y le explicas serenamente que no estás de acuerdo con su acción.
  • Te sientes violentado y te enfadas con él sin mostrarlo.
  • Tu hijo de cinco años no saluda a nadie cuando os encontráis a alguien por la calle.
  • Tomas nota de su creciente timidez, le quitas peso al tema y decides afrontarlo cuando el momento sea propicio.
  • Te ensañas con él y le dices que la próxima ve que repita este comportamiento se quedará sin ver dibujos.
  • Tu madre se queja a menudo de sus achaques de salud – bajo seguimiento médico.
  • Das cuenta de su edad avanzada, y la acentuación de su carácter y no le das más importancia.
  • Te indignas diciéndote que estás hasta el gorro, que a todos nos duelen cosas cuando envejecemos, diciéndote que tu madre es insoportable.

Cuando los comportamientos de los otros nos afectan, es decir, nos alteran generándonos emociones negativas tenemos un conflicto. Pero la culpa no es de tu hijo, de tu madre, ni del vecino. El conflicto no es con el otro, sino contigo mismo. El otro hace meramente de espejo de tus formas de ser no integradas, o lo que es lo mismo de tus sombras.

En el próximo post te explico un sencillo proceso para llevar luz a estos aspectos oscuros, y liberar toda la energía que contienen.

 

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No, no eres una buena persona y que lo sepas es fundamental

En mis posts recientes he explorado los problemas de creernos historias sobre nosotros mismos, cómo soltarlas y cómo crear narrativas que nos ayuden a desarrollarnos.

Con este artículo continúo la exploración de narrativas populares, historias que nos cuentan o nos contamos altamente perjudiciales. La de este post es: eres una buena persona.

LA HISTORIA DE NOEMÍ

Noemí a quien acompaño a través del coaching en un programa de seis meses llega a mi consulta alterada. Le pregunto ¿Cómo estás? “Bien” me dice, “pero…he tenido un ánimo horrible. Me siento tensa por el pico de trabajo que tengo y hablo de malas maneras a mis personas queridas. Siento que destruyo a los que quiero. Después me siento fatal,… intento contenerme pero no sé cómo hacerlo.”

Noemí proyecta la imagen de una mujer buena y formal. Educada, en buena forma física, elegantemente vestida y unas credenciales profesionales impecables. De actitud cándida y receptiva se ve a si misma como una buena persona, con principios y valores firmes. ¿Cómo puede ser que actúe de aquella forma cuando ella no es así? – se pregunta. Aquello que la desestabiliza es la aparición de su sombra.

Noemí ha llevado a la sombra  – es decir a su inconsciente – sus partes más destructivas, su intolerancia, su rabia, su descontento. El tipo de sombra al que me refiero es la sombra psicológica según Jung, que responde a todo aquello que “no eres” o lo contrario de lo que te dices ser, tu máscara o persona. Es decir si te crees una persona muy casta, seguro que tienes a la parte más promiscua en tu sombra. Si te dices que eres una persona muy paciente, guardarás a tu impaciencia e ira en tu sombra. Y etcétera. El problema con todas las cualidades que guardamos en la sombra es que generan tensión para mantener la autoimagen que ha creado el ego. Bajo presión se escapan y van por libre complicándote la vida.

Perfil humano detrás de cristal

(Stefano Pollio, UNSPLASH)

IGNORAR TU SOMBRA ES UNA MALA IDEA

Ignorar tu sombra es dejarte llevar por tus propias fuerzas mientras vas por la vida de ingenuo sobre tu verdadera naturaleza. Pero ingenuidad no es suficiente para protegerte de tu sombra en tiempos de normalidad, ni cuando las circunstancias te inviten a hacer algo de lo que te arrepentirás para siempre.

Arrojar luz a tu sombra significa desarticular el ego una y otra vez, sea cual sea tu nivel de consciencia – nueva sombra emerge con cada nuevo estado- , por esa razón el trabajo de la sombra es fundamental para tu evolución. En el próximo post te cuento como empezar.

 

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