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Volver al cuerpo después del susto

Sergio, el hijo pequeño de Luisa había tenido fiebre el domingo. Diligentemente, el lunes lo llevó al médico. Un caso claro de escarlatina dijo el pediatra, diez días de antibióticos y listos, con de dos a tres días de reposo en casa. Eso la calmó pues había estado preocupada por los síntomas de Sergio, manos hinchadas, piel rojizas, palpitaciones y cansancio que le daban un aire de muñeco sin pilas. Ahora le tocaba lidiar con la logística. Su pareja estaría fuera toda la semana, el hijo mayor estaba de exámenes finales y de un humor horrible, la gata estaba a punto parir y los padres de Luisa cuya ayuda era oxígeno para la familia, esta vez no estaban disponibles.

Luisa se sentía abrumada, me comentaba durante la sesión de coaching. Es como si de golpe, me han quitado el guión de mi vida de las manos y me han dicho, ¡ahora, a cuidar! Una parte de mi lo hace a gusto, pues sé que es importante y por el amor a Sergio. Otra parte de mi se rebela y dice que lo mandaría todo a paseo, que lo que quiere es seguir con sus creaciones y proyectos gráficos, y por supuesto, recuperar mi rutina de deporte, profesión, ocio…Trabajar en casa aunque lo intento, me resulta imposible, y termino sintiéndome mala madre y mala profesional.

Ojo humano

(Jose A.Thompson, UNSPLASH)

Háblame de tu preocupación antes del diagnóstico, le propuse. Bien, pues la noche del domingo dormí mal. Siempre tiendo a pensar lo peor. Luego después de la visita al pediatra, me calmé. Entonces tuve la certeza que el velar por estas dos vidas, esta preocupación por su supervivencia, va a estar siempre conmigo – dijo con gravedad. ¿En qué parte del cuerpo sientes esta preocupación? Le pregunté. En la boca del estómago, es como un nudo y de hecho he tenido unas digestiones horribles, me contestó.

Entonces la guié a explorar las sensaciones en el estómago. Con los ojos cerrados y la mano en la zona del estómago, me dijo pues es como si mi estómago estuviese prieto en un puño, sin espacio. Estómago en un puño, dije. Sí, eso mismo, respondió. Bien, ahora quiero que repitas interiormente “estómago en un puño” a la vez que sientes la sensación corporal, le dije. Y si van emergiendo ideas o sensaciones me las comentas. De acuerdo – dijo- pues surge miedo….Miedo a que les pase algo a mis hijos y no pueda soportarlo. Miedo a que mis hijos mueran. Bien, sigue ‘pendulando’ de la sensación a la noción: estómago en un puño y sensaciones corporales. ¿Cómo es la sensación, ha variado de alguna forma? Sí, parece que el puño se ha aflojado un poco o mucho. Ahora ya no hay miedo, hay como cansancio, el cansancio que emerge después de mantener una gran tensión.

Luisa había dado espacio a la vivencia del cuerpo que había quedado congelada en ella, tras el susto de la enfermedad de su hijo. Con el proceso juntas, a través de la atención había liberado aquella tensión. Seguía con todas las dificultades y condicionantes de su momento vital, sin embargo se había desbloqueado internamente y esto le brindaba más espacio y energía para afrontarlos.

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Un antídoto frente a lo irreversible

En la película Irreversible, Monica Bellucci representa junto a su entonces pareja Vincent Cassel, a una joven pareja enamorada. Ella está embarazada, aunque todavía no se le nota. Salen de fiesta y ella decide volver sola, a lo que es brutalmente violada. Lo que más me impactó de la película fue el ir y venir del director, del futuro al pasado y otra vez al futuro. Su punto: la irreversibilidad de lo que nos ocurre.

Hace un par de días que a raíz de un accidente familiar, reflexiono sobre la irreversibilidad de la vida. Es fácil tener la sensación que la vida es un camino lineal que podemos recorrer hacia adelante, y si se nos olvida algo podemos volver atrás. Sin embargo, casi todo lo que nos ocurre en la vida o lo que hacemos, tanto lo bueno, como lo difícil es irreversible. Te detectan un cáncer y te tienen que extirpar un pecho para salvarte. Tu cuerpo ya no volverá a ser como antes. Estalla la guerra en tu país, como ocurre en Ucrania, pierdes tu trabajo, tu casa, tus posesiones y te ves forzado a empezar de nuevo como refugiado en otro país. Pasarán años antes de que puedas volver y cuando lo hagas nada será igual. Tu pareja te ha sido infiel lo que es irreversible. Puedes decidir obsesionarte en lo injusto que es, o seguir con la vida, dejándole o perdonándole. A raíz de cualquier shock es fácil quedarse anclado en lo ocurrido, en el pasado. Y mientras nos quedamos allí, en lo que  nos pasó, la vida nos pasa…de largo.

Si pudiera volver atrás y cambiar esto o aquello. Pero no, no podemos. En el espejismo del tiempo, la vida solo va hacia adelante. Y cuando un golpe muy grande nos enroca en «lo que pasó», respirarlo, integrarlo y volver a fluir con el río de la vida es lo más sabio que podemos hacer. Para saber si estás enrocado es muy fácil: tu mente está dando vueltas a lo que pasó, porque pasó, como pudiste haberlo evitado, o cualquier versión de esto,  mientras que parte de tu cuerpo está bloqueado. Para volver al río de la vida es preciso relajar el cuerpo para soltar el trauma, y dejar de pensar en aquello, llevando la atención al momento presente. Hacerlo no una vez, sino las que haga falta siempre con amabilidad, como nos recuerda el mindfulness.

La irreversibilidad de la vida se me antoja como un escritor chiflado que nos tatúa a fuego lo que nos va ocurriendo, en nuestros cuerpos y en nuestras mentes. No podemos elegir el dibujo de los tatuajes pero podemos elegir el significado que les damos y la forma en cómo los llevamos. Pongamos por caso lo ocurrido a la víctima de la presunta agresión sexual de Dani Alves. En caso de ser verdad la agresión, la joven no va a poder cambiar lo ocurrido. Su cuerpo y su mente pueden sanar y curarse pese a la agresión pero no la olvidarán. Sin embargo, haciendo valer la verdad frente a lo ocurrido, con ánimo de que se haga justicia y rechazando la indemnización de la defensa para comprar su silencio, la joven ha tomado valientemente su inalienable poder. Al hacerlo se ha convertido en un agente de cambio, inspirando así a otras personas que han sido agredidas.

La irreversibilidad de la vida como un escritor chiflado que nos tatúa lo que ocurre en el cuerpo y la mente (Kristian Angelo, UNSPLASH)

Pero no solo lo malo nos puede atrapar cual telaraña maldita. También lo bueno. En mis programas de coaching a menudo acompaño a personas que se han quedado ancladas en la época dorada de un puesto de trabajo, una relación sentimental o cualquier otro momento vital que ya no existe. Y la trampa es la misma. Nos dejamos secuestrar inconscientemente por lo bueno que nos pasó como excusa para no estar presentes a lo que somos, a lo que sentimos, a lo que nos llama, a lo que ocurre ahora.

El antídoto de nuevo es soltar. Bendecir y soltar. Aceptar y soltar. Curarse lo suficiente y soltar. Plantándonos así en el fuego del momento presente, en el que a pesar del dolor, las injusticias o las bendiciones recibidas, como escribía Martí y Pol, todo está por hacer y todo es posible.

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El príncipe Harry, sacar los trapos al sol y la paz mental

Para el regocijo de la prensa amarilla, Harry el príncipe inglés exiliado en California se está desquitando. Después de una jugosa entrevista con Oprah, la serie documental con su mujer Meghan Markle en la que se explaya sobre su vida y experiencias, acaba de publicar sus memorias “En la sombra”. Es posible que si no todo, la mayoría de lo que relata sea verdad. ¿Sin embargo, cual es su intención al hacerlo? Tal vez sea ajustar cuentas con su padre y su hermano. Quizás sea enfatizar las raíces coloniales y racistas del imperio británico. Puede que quiera demostrar al mundo quién realmente es. Tal vez su intención sea ponerse en el punto de mira, convirtiendo así a su libro y sus otros productos en fenómenos súper ventas. No hay manera de saberlo con seguridad. A raíz de sus formas, hay algo que seguramente no está buscando: la paz mental.

¿Qué valor cultural y social le damos a la paz mental? poco. Sin embargo la paz mental es fundamental porque es lo que nos permite estar cómodos en nuestra piel y cultivar relaciones sanas. La paz mental nos permite la concentración. La paz mental nos permite navegar los altibajos de la vida sin que se nos lleven por delante.

Por otro lado, decir lo que uno piensa muchas veces empeora las cosas. Hablar nos complica la existencia porque en una aplastante mayoría de las veces, nuestras percepciones son sesgadas. Entonces, aunque creemos comunicar la verdad, no lo hacemos. De esta forma, con nuestro compartir sesgado y carga emocional negativa generamos más conflicto del que existía antes, en una cadena de acción-reacción de consecuencias imprevisibles.

Enrique, duque de Sussex, sigue el cortejo fúnebre durante el funeral de su abuela, la reina Isabel II.EP

Otro inconveniente de sacar cosas del pasado y removerlas en público, es que al hacerlo nos mantenemos atados al pasado. Si guardas temas del pasado, airearlo a las personas a quienes haces responsable de ello no te libera, sino que a menudo hace todo lo contrario: refuerza tu sentimiento de víctima.

No existe una receta infalible para saber qué es lo apropiado en cada momento, si hablar y sacar los trapos al sol o callar y optar por un trabajo interior. Por mi experiencia como coach, lo que atestiguo es que el trabajo interior siempre es recomendable. ¿Cómo? Pues escribiéndolo en un diario, con sesiones de coaching, haciendo arte terapia…Considerar el filtro de las tres puertas también te puede ayudar. Es probable que durante el proceso decidas que ya no necesitas compartirlo con otras personas. Y si aún así decides hacerlo, lo harás desde un espacio más centrado y menos reactivo, lo que siempre es favorable.

Antes de compartir o airear algo espinoso considera tu paz mental y la posibilidad de hacer trabajo interior. Sobre todo, no te inspires en el príncipe Harry.

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¿Quieres mejorar tu autoestima? Empieza por el cuerpo

Una de las dimensiones clave cuando empiezo un programa de coaching es esclarecer cuál es la relación que tiene la persona consigo misma. Muchas personas a quienes acompaño no se gustan, no se perdonan y algunas se odian… Si tú estás entre ellas, Houston tenemos un problema de base. Ya puedes hacer cursos, talleres, terapia y demás, que si no das la vuelta a la relación más importante de tu vida, es decir a la que tienes contigo mismo, no hay progreso posible.

Amarse a uno mismo no es ser hedonista ni narcisista. Es sencillamente convertirse en responsable pleno de tu propia encarnación. Es tomarte en serio y honrar el pedazo del todo que se ha manifestado en tu forma.

Recuerdo una bronca monumental con mi pareja después de una cena con unos amigos durante un verano que pasé en Berlin. En plena pelea, bajé del coche dando un portazo y me fui a caminar por las calles desiertas. Al llegar a casa me di cuenta que no llevaba llaves y él no había regresado aún, así que mi cabreo y yo tuvimos que esperarle en el portal.

Es común achacar los problemas de autoestima de los occidentales a nuestra herencia cristiana. Como cristianos, creyentes o no, ya nacemos con culpa. Jesús asumiendo todos nuestros pecados se sacrificó para la humanidad y esto nos convierte en culpables, en deudores. En una lectura opuesta, es precisamente Dios quien nos absuelve y perdona de todo. Siempre. En cualquier caso el problema de la autoestima no es un problema de orientación espiritual o religiosa. Ni tan siquiera de inconsciente colectivo, aunque seguro influye. La raíz de una baja autoestima o mejor dicho de una mala relación con uno mismo tiene tres orígenes: el cuerpo, la mente y las relaciones.

(Jackson David, UNSPLASH)

Al día siguiente seguíamos enfadados. Me fui a dar una vuelta y mis piernas me llevaron a un parque. Sentía un gran rechazo hacia mi misma, rabia y culpa. Sin poder más, me tumbé en la hierba. Entonces de pronto sentí una energía que emanaba de la tierra. Mientras esta fuerza me sostenía, también neutralizaba mis remordimientos, mi culpa y mi rueda de hámster mental. Era amorosa y compasiva, no le importaba que hubieses sacado las cosas de madre, ni que fuese orgullosa y testaruda. Todo esto lo sentía mi cuerpo, mientras poco a poco me recomponía.

En la base de la autoestima está la conexión con tu cuerpo. Si estás desconectado de tu propio cuerpo – tu conexión con el todo y tu inteligencia intuitiva –  la mente toma el poder y es bien sabido que la mente es un buen siervo pero un mal amo.

Volví a casa y pude hacer las paces con mi pareja, porque ya las había hecho conmigo misma. Sin aceptar su propuesta de comer juntos, cogí la bici y me fui a uno de los mejores shawarmas del barrio de Kreuzberg. Tenía algo importante a celebrar: una nueva relación de amor incondicional conmigo misma. Y no se me ocurrió mejor forma de hacerlo que nutriendo a mi cuerpo con deliciosa comida.

Para desarrollar una buena relación contigo mismo es imprescindible empezar por el cuerpo. Pero tu cuerpo no es solamente tu cuerpo. También es el cuerpo de la tierra, el cuerpo del universo. Sin embargo para “saber” esto, tu cuerpo tiene que estar abierto y receptivo. Existen mil caminos hacia el cuerpo y también mil barreras. Entre las barreras están el ego, los traumas, el stress, la sobredosis digital, el ruido, la ausencia de espacio y tiempo…Y entre los caminos están una organización del tiempo y el espacio que faciliten hacer cosas que te gusten y te den placer, el descanso,  prácticas conscientes de ejercicio físico, alimentación, meditación, journaling o cualquier práctica realizada con consciencia, el silencio, el contacto físico, el contacto con la naturaleza por nombrar algunas.

Una buena autoestima tiene tres ejes: cuerpo, mente y relaciones. Te invito a empezar por tu cuerpo, no va a fallar.

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Por qué no necesitas ser Shakira para sanar a través la expresión artística

Justo después de su separación de Gerard Piqué, Shakira empezó a sacar temas que eran demasiado parecidos a la situación que acababa de vivir. Aunque con su natural elegancia no lo reconocía abiertamente, a los ojos de todos estaba claro cuál era su fuente de inspiración: su dolor. El dolor de la rotura sentimental con el padre de sus dos hijos.

Shakira,  al igual que los artistas y creadores de todos los tiempos, tomó algo doloroso, indeseable y sin solución, y lo convirtió a través del arte en una forma de expresión que gustaría a millones de personas.

El primer hit fue el Te felicito en el que con su sonrisa angelical pronunciaba palabras demoledoras “La gente de dos caras no la soporto /Yo que ponía las manos al fuego por ti/ Me tratas como una más de tus antojos”. En su más reciente clip, resulta impactante ver a Shakira con un hueco masivo en el corazón que ha sido dinamitado brutalmente, por según ella la monotonía.

 

Cuando Shakira crea canciones sobre su traumática separación, no solamente está haciendo su trabajo, sino que también está curando sus heridas psicológicas. Lo hace, porque dar forma a nuestro dolor a través de cualquier expresión artística es terapéutico por definición. Lo es porque nos invita a intimar con nuestro dolor, aceptarlo y transformarlo, para en cierto momento de gracia, trascenderlo.

Tal vez te digas…¿y qué? Sólo hay una Shakira. Tienes razón, por ello no voy a animarte a imitarla. Sí que te invito en cambio, a tomar tus experiencias dolorosas, esas a las que preferirías darles la espalda, aquellas que rehuyes, de las que te avergüenzas y hacer lo que ella hace: explorarlas intencionadamente a través de una forma propia de expresión artística.

Para hacerlo puedes seguir estas pautas:

1- ELIGE UNA FORMA DE EXPRESIÓN: dibujar, escribir, cantar, componer, bailar, modelar barro, coser…tu imaginación es el límite.

2- (¡MUY IMPORTANTE!) OLVÍDATE DE HACER NADA BONITO: tu objetivo no es que tus creaciones gusten a nadie – seguramente no te gustarán ni a ti, lo que es lo de menos. Tu intención con esta práctica es intimar con aquello que te ha sucedido y la expresión artística es una forma de estudiarlo de forma curiosa y desde ángulos dispares.

3- MANTENTE CONECTADO CON TU INTERIOR: siente, siente y siente. Siente lo que sientas y no te juzgues por ello. Al crear, al expresarte, abrirás el cauce de sentir…déjalo correr sin control. En la orilla del proceso creativo estás a salvo.

4- NO BUSQUES EL SENTIDO: la creación a menudo es inconsciente y no es posible entender lo que creamos hasta después de hacerlo y a veces ni tan siquiera entonces. Por ello, mientras estás creando evita entender o etiquetar lo que vaya surgiendo. Simplemente sé un canal para que lo que quiera ser expresado se manifieste a través tuyo.

5- (SI TE SIENTES INCLINADO A ELLO) COMPARTE LO CREADO con un amigo, tu mascota, un árbol o tu pareja. Si decides hacerlo con un humano, explícale bien que no se trata de valorar la calidad artística de la creación, sino de escuchar lo que te ha movida a crearlo, lo que has sentido al hacerlo y tal vez lo que le sugiere a la otra persona.

6- GUARDA O TIRA TU CREACIÓN. Una forma de expresión que uso a menudo es dibujar o escribir en la pared de pizarra cerca de la cocina. El mantra o dibujo se queda unos días, y cada vez que paso por delante suyo algo interno se recoloca. Borrarlo es un gesto liberador. Me recuerda que no necesito aferrarme a nada, ni tan siquiera a valiosos aprendizajes.

Nadie escapa a lo indeseable por mucho que lo intente. Sanar de las experiencias traumáticas de las que está plagada la vida y recobrar la cordura a través de la expresión artística es algo que necesitas probar. Cuando lo descubras te preguntarás como has podido vivir tanto tiempo sin ello.

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¿Has hecho terapia y no te ha funcionado? Cinco pautas para darle al vuelta a través del focusing

En el artículo anterior te contaba de qué forma el focusing entró en mi vida y por qué. Hoy hablo del origen de esta potente metodología y te doy cinco pautas para probarla.

EUGENE GENDLIN

En los años cincuenta, el filósofo estadounidense Eugene Gendlin hizo un estudio sobre pacientes que acudían a terapia. La pregunta que se hizo es: ¿por qué algunas personas mejoran, superan sus traumas y se curan y otras no? Aprendió que las personas que mejoraban eran capaces de identificar una sensación en su cuerpo relacionada con el motivo de la terapia, describirla y estar en diálogo con ella. Gendlin bautizó esta práctica y empezó a enseñarla: había nacido el focusing.

Niña con ojos cerrados

(Richard Jaimes, UNSPLASH)

EL CONTACTO LIBERA LA TENSIÓN

Mientras que la tensión es la coraza a través de la cual se mantiene el ego y todos sus complejos – sombra incluida – es a través de recibir la tensión que el cuerpo relata sus vivencias y puede entonces integrarlas. El proceso asemeja a tocar la herida para poder sanarla. Sí, es imprescindible acercarte, ver, tocar esa herida psicológica a nivel de sensación para poder soltarla. Te comparto los pasos básicos para hacerlo:

1. DETECTA LA HERIDA PSICOLÓGICA

Busca aquello que te duele psicológicamente, en forma de la situación actual en la que ocurre.

Por ejemplo, en una sesión de coaching reciente Lucía relataba de qué forma se bloqueaba cuando su jefe perdía las formas y subía el tono de su voz.

2.LOCALÍZALA EN TU CUERPO Y NOTA SU FORMA

Pregúntate en qué lugar del cuerpo lo sientes. Date rienda suelta para hacerlo sin que tenga que “tener sentido”.  Por ejemplo puedes sentir una nube helada en el cuello, un ardor metálico en el pecho o una herida abierta en el esternón.

Al preguntarle a Lucía dónde lo sentía y por su forma, se dio cuenta que la sensación era un nudo en la garganta que la paralizaba.

3. PONLE NOMBRE

Encuentra un nombre, una etiqueta que capture de forma aproximada la esencia de lo que sientes al estilo del punto 2 anterior.

Invité a Lucía a poner nombre a la sensación. Ella dijo “nudo paralizante”.

4. RESUENA

Ahora se trata de viajar del nombre a la sensación de forma reiterada. Puedes poner tu mano en el lugar del cuerpo donde tengas la sensación, mientras repites el nombre y conectas de nuevo con la sensación, luego vuelves al nombre y vice-versa.

Para Lucía al decir internamente nudo paralizante y sentir la sensación en su cuerpo varias veces brotaron lágrimas. Le vino a la memoria la forma en cómo su padrastro solía gritarla de pequeña. La animé a quedarse con la sensación sin hacer nada. Al preguntarle cómo se sentía dijo que pequeña, vulnerable,…sentía que no valía nada.

5. RECIBE

Sea lo que sea que haya sido revelado, recíbelo dándole espacio sin hacer nada. Puede ser un pequeño cambio en la sensación. Cierta información. Emociones en forma de rabia, tristeza, desolación.

Me quedé a su lado. Hay una parte de ti que es testigo de este proceso. ¿Puedes conectar con ella? le dije. Al asentir, le invité a sostener a la parte tierna y dolorida desde ese testigo. Poco a poco fue encontrando la calma y terminamos esa parte de la sesión.

La efectividad del focusing radica en el hecho que libera sombra en forma bloqueos corporales, al tiempo que te ayuda a cultivar una relación de respeto y aceptación contigo mismo. Si has participado en procesos terapéuticos o de crecimiento personal sin éxito, incluir el focusing puede ayudarte a darle la vuelta, catalizando tu evolución personal.

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No, no estás mal de la cabeza por hablarle a tu cintura. Estás haciendo focusing

El ejercicio o la relajación no son las únicas prácticas para dialogar con la sombra psicológica que almacenas en tu cuerpo y mente. Como en cualquier conversación que valga la pena empezamos por escuchar. Pero ¿Cómo diantre escuchar a tu cuerpo? Pues bien: prestando atención a la tensión.

CÓMO DESCUBRÍ EL FOCUSING

Febrero de 2014 en el Centro Integral de Boulder, Colorado. Hola, vine al taller de focusing(1) ¿es aquí? Sí, bienvenida adelante. Nos sentamos en círculo, unas seis personas. Nos presentamos y el facilitador nos invita por turnos a completar la frase: algo sorprendente que me ha pasado hoy ha sido…Observo al resto del grupo. Edad media entre veinticinco y cuarenta y pocos, soy la única mujer. Me siento intimidada y curiosa a la vez. ¿Quién quiere ser el centro de atención durante esta sesión?, pregunta el facilitador. Una voz sale de mi, diciendo yo. Otra parte de mi se rebela, insultándome internamente por ello. ¿Bah, qué es lo peor que puede pasar? dice la parte temeraria.

Par de manos

(Sincerely media, UNSPLASH)

ATENCIÓN A LA TENSIÓN

Entonces, diez pares de ojos ponen su atención en mi. De forma ordenada y respetuosa van compartiendo como se sienten al hacerlo y lo que intuyen de mi experiencia y forma de ser. Cuando lo hacen, buscan mi acuerdo o lo que en focusing se denomina “realidad compartida”. Bajo tal intensidad afloran diferentes tipos de tensiones, actitudes, formas de ser, a las que yo estoy tan acostumbrada que ni veo. Partes de mi sombra se vuelven conscientes. En concreto una tensión circular alrededor de mi cintura que comprime mi respiración.

Termina la sesión grupal y me voy a casa. Me siento indignada. ¿Cómo puede ser que lleve ese cinturón invisible durante toda mi vida… ¡¿sin tan siquiera darme cuenta?! ¿De donde viene? ¿Por qué está allí?…vienen algunas respuestas pero ninguna me satisface. Me invade entonces una gran tristeza por el impacto del cinturón en mi forma de ser: asegurar que me mantengo pequeña, comedida, buena niña.

Pasan los días y tras estar en conversación con el cinturón invisible y su compresión, desaparecen progresivamente de mi cintura. Siguen más y más sesiones de focusing en el Centro Integral. Luego me certifico y empiezo a aplicarlo en mis sesiones de coaching de forma radicalmente transformadora hasta…el día de hoy.

Pero…¿Por qué el focusing funciona y cómo ponerlo en práctica? Te lo cuento en el próximo post.

 

(1) La variante del focusing que practiqué y de la que estoy certificada se denomina Integral circling.

 

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Escucha la historia que tu cuerpo te quiere contar. Cómo integrar tu sombra a través del él

La mirada. La postura. La forma de hablar o callar. Nuestro cuerpo revela aquello de lo que nos avergonzamos, aquello que nos hizo daño, aquello que queremos olvidar. Sólo observando, una persona con la mirada entrenada podría describir lo que nos ha pasado en la vida. El cuerpo muestra a los otros, mientras calla para nosotros, aspectos que expulsamos de nuestra consciencia: nuestra sombra.

En artículos anteriores he explorado distintas facetas de sombra humana: el problema de creernos que somos lo que queremos ser; cómo detectar la sombra psicológica; pautas para un primer nivel de integración; una pauta para procesar la culpa y la vergüenza y cómo detectar tu sombra dorada. Siguiendo con este tema, hoy exploro su relación con el cuerpo y formas de integrarla desde esta dimensión.

EL VÍNCULO ENTRE SOMBRA Y CUERPO

Cuando nacemos las emociones atraviesan nuestro cuerpo de forma total, y con ellas su energía. A medida que crecemos, nuestra personalidad se modela conforme nos negamos a recibir ciertas experiencias. El rechazo toma forma de rasgos de personalidad y de un cuerpo determinado.

La experiencia rechazada, se deposita en nuestro cuerpo en forma de sombra a través de tensión. Por esta razón el repositorio por excelencia del inconsciente es el cuerpo.

Cuello y parte de tórax

(Ramez E. Nassif, UNSPLASH)

PROCESO BIDIRECCIONAL

Sin embargo este proceso no es unidireccional. En la medida en que la experiencia modela el cuerpo (y la psique), también a través del cuerpo podemos remodelar la psique y abrirnos a aspectos de nuestra experiencia que antes rechazábamos.

Cuando las personas a las que acompaño a través del coaching empiezan a ejercitar su cuerpo por primera vez o de formas diferentes a cómo venían haciéndolo hasta el momento, su experiencia de estar vivos cambia, a menudo radicalmente.

EJERCICIO TRANSFORMADOR

Para María ceramista, empezar a hacer yoga supuso un cambio de tono emocional y mayor facilidad para recibir todo tipo de emociones. Para Luis las salidas de varias horas en su bici de montaña empezaron a fortalecerle a medida que soltaba algunos quilos físicos y psicológicos, de la pesada mochila de su pasado.

El ejercicio es un portal para integrar aspectos de tu sombra, a la vez que flexibilizas la estructura de tu cuerpo: postura, tejidos, articulaciones… Su práctica te ayudará a percibir cada vez más la realidad tal como es, en lugar de hacerlo a través de engañosos filtros, por muy encarnados que estén. 

SINTONIZAR CON TIERRA DE NADIE

Practicar el ejercicio adecuado es un primer paso para empezar a habitar tu cuerpo y sus territorios más desalmados. Con el avanzar de este proceso podrás empezar a sintonizar con la historia de esas tierras de nadie. En el próximo post, te comparto una metodología para hacerlo y así despertar ésas células, que cual exasperadas prisioneras, ansían ser liberadas y incluidas en el seno de tu encarnación.

 

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¿Por qué tus traumas son una buena noticia? 5 pautas para gestionar el trauma

Este post es una continuación del post anterior.

¿TRAUMAS PEQUEÑOS O GRANDES?

Cuando pensamos en trauma, nos vienen a la cabeza abusos verbales, físicos o sexuales flagrantes. Sin embargo, en el mismo continuo, están otros tipos de impactos, que con ojos de adulto pueden parecer benignos, neutros o incluso ridículos. Que tu madre te dijera de niño que si no comías rápido te quedarías sin comida. Cuando con seis años te diste cuenta que las personas que más amabas te hablaban como si fueses idiota. La visita al dentista en la que se les olvidó la anestesia y tu aguantaste pensando que el dolor era normal. En la mayoría de casos, la intención de los adultos no era hacerte daño. Sin embargo, esto no te libró del trauma.

Osito

(Trym Nilsen, UNSPLASH)

TRAUMAS DE ADULTO

Y de adultos continuamos a recibir. Cuando al apenas haber nacido vuestro hijo, a tu pareja le dio un ictus y casi la palma. Cuando te echaron del trabajo, despertándote de la ilusión de que tu profesión iba viento en popa. Cuando después de ocho meses, la vida que llevabas en tu vientre no consiguió ver la luz. Cuando la persona con la que querías formar una familia te dejó sin más… La vida va de cambio permanente lo que nos garantiza un buen suministro shocks hasta el final. Por esta razón es fundamental saber identificarlos y gestionarlos.

¿CÓMO SÉ QUE TENGO TRAUMA?

La prueba del algodón del trauma sin sanar es que se queda en tu cuerpo en forma de sensación y crea un patrón reactivo en tu conducta para evitar que el trauma se repita. Sin embargo, este patrón no tiene éxito – las situaciones problemáticas se repiten una y otra vez-, causándote niveles cada vez mayores de sufrimiento.

PAUTAS BÁSICAS PARA INTEGRAR UN TRAUMA

En mi práctica de coaching a menudo emergen traumas de las personas a las que acompaño. De esta experiencia y de lidiar con mis propios traumas, te comparto unas pautas básicas para orientarte cuando te topes con ellos:

  1. Siente lo que no pudiste sentir plenamente cuando todo ocurrió. Enfócate en las sensaciones de tu cuerpo.
  2. A través de la respiración y visualización, hazte más grande que la experiencia. Sostén lo que te pasó a nivel de sensación y emoción. Evita racionalizar, poner etiquetas o interpretar.
  3. Expresa todo lo que necesites usando tu creatividad (de forma verbal, por escrito, a través de la pintura….), sin implicar a otros.
  4. Date varios días para estar en diálogo con esta tierna parte de ti mismo – como si fuera un niño desvalido – hasta sentir que la sensación se ha calmado.
  5. Si sientes que el trauma te supera busca a un terapeuta que te acompañe en el proceso.

LA BENDICIÓN DEL TRAUMA

Afrontar e integrar un trauma te abre a la vida. Descongela aquellas partes de ti que estaban demasiado asustadas para ser. Cuando estas se despiertan, te conviertes más en ti mismo y tu conexión con el todo es más fuerte. De modo que, si el trauma llama a tu puerta, déjalo entrar y recuerda darle las gracias por devolverte con él, parte de tu humanidad.

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¿Por qué tus traumas son una buena noticia? Cómo gestionar el trauma de vivir

EL TRAUMA DE VIVIR

Desde que nacemos, empezamos a recibir hostias de todo tipo. En algunos casos, cuando esto ocurre, sentimos plenamente el impacto y luego seguimos adelante. Sin embargo en muchos otros, cuando llega el golpe físico o psicológico, no contamos con la capacidad necesaria para sentirlo del todo. Entonces lo almacenamos en nuestro cuerpo, en nuestro inconsciente, en forma de trauma. Aquella experiencia se queda latente en nosotros, pendiente de ser vivida. El trauma nos modela, conforma nuestra personalidad y cuando llega cierto momento, nos resulta insoportable.

VIVIR CON TRAUMAS

Nuestros traumas psicológicos y espirituales hacen que una parte de nuestro ser no esté. El trauma es energía bloqueada en nuestro cuerpo-mente y esto se traslada a todas las facetas de nuestra vida, restándonos presencia y vitalidad.

Los traumas son pesadas mochilas que llevamos sin darnos cuenta. No nos pesan porque hace mucho que las cargamos, y pensamos que es normal vivir con ellos a cuestas. Hasta que un día, se hacen visibles y nosotros nos preguntamos, ¿Cómo he podido aguantar tanto tiempo así?

Ojos

(Luis Galvez, UNSPLASH)

CUANDO EL TRAUMA LLAMA A TU PUERTA

De repente, un día te das cuenta de que al estar en presencia de un grupo, sientes terror en todo tu ser. Emerge entonces el trauma del bullying cuando tenías once años, que creías superado. Entrar en contacto con un trauma pasado es como volver al momento en el que todo ocurrió. Te sientes igual que te sentías cuando con siete años, te dijeron que tu madre había muerto.

BUENA SEÑAL

Por desgarradores que sean, los traumas solamente llaman a la puerta de la consciencia cuando contamos con suficiente espacio psicológico y vital para afrontarlos. Cuando emergen significa que estamos listos para recibir e integrar estas experiencias. Estamos listos para evolucionar.

En el post de la próxima semana seguiré ahondando en el tema del trauma y te daré unas pautas básicas para gestionarlo.

 

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