Entradas etiquetadas como ‘película’

Wish o la importancia de luchar por tus deseos

El domingo pasado fui con la familia a ver Wish: el poder de los deseos, la última película de Disney. Aunque los dibujos animados no me enloquecen y hubiese preferido ir a ver Napoleón, en la balanza personal pesó más el compartir.

La historia tiene lugar en una isla griega donde sus habitantes son muy felices porque todos sus deseos son escuchados por un guapo y benévolo rey. Sin embargo las apariencias engañan – ¡atención spoiler!: cuando a través de una ceremonia el rey recibe los deseos de los ciudadanos nada más cumplir dieciocho años, los embolsa en un conjuro mediante el cual los dueños de los deseos se olvidan de ellos y no consiguen cumplirlos. La heroína descubre la patraña y, enfrentándose a poderosas fuerzas oscuras, derrota al tirano, estableciendo un nuevo orden. Un arquetípico viaje del héroe que apunta a importantes reflexiones.

EN LA ADULTEZ EMPIEZA EL JUEGO

No es casual que en la película los deseos se entreguen al llegar al umbral de la adultez. La adultez, sea a los dieciocho o más adelante es el tiempo de dar espacio a nuestros deseos. No significa querer cumplirlos de inmediato o crear un drama si no lo logramos. Consiste en no olvidarse ellos por mucho que nuestro camino se tuerza. Si nuestros sueños fueran un hilo, el poema de Stafford Tal como es ilumina la trascendencia del proceso y la actitud a adoptar:

Hay un hilo que sigues. Avanza entre las

cosas que cambian. Pero el hilo no cambia.

La gente se pregunta qué persigues.

Les hablas del hilo.

Pero a los otros les cuesta verlo.

Mientras sujetas el hilo es imposible perderte.

Se producen tragedias; la gente se lastima

o muere, y tú sufres y envejeces.

Nada de lo que hagas puede detener el paso del tiempo.

Nunca sueltas el hilo.

Imagen promocional de Wish / Disney

EL PRECIO DE OLVIDAR TUS DESEOS

Mientras que reunir el coraje para apostar por los deseos propios, aquellos que parecen estar marcados en el ADN de uno, a menudo asemeja a dar un salto al vacío, el precio de olvidarlos es mucho más grande. En la película, las personas que han olvidado sus deseos estan a medias en la vida, han perdido parte de su presencia, de su luz y parece que una nube de confusión les acompaña. Es la narrativa del perdedor, de la persona que dice yo quería pero he tenido mala suerte, no pude terminar los estudios y ahora es demasiado tarde, tampoco encontraría un trabajo decente, puedo dedicarme a mis deseos en mi tiempo libre, etcétera.

Por otra parte, decidir ir a por nuestros deseos, no nos garantiza que vayamos a cumplirlos o que no fracasemos en el empeño. Lo único que nos asegura es vitalidad por estar en el buen combate, una vida con sentido y llegar al final con la consciencia tranquila.

Si has olvidado tus sueños no te agobies, estás a tiempo de recuperarlos. Encuentra la fuerza e inspiración para retomarlos en mi último libro: Da vida a tus sueños. Doce caminos para crecer y despertar.

 

Te puede interesar:

Encuéntrame en Facebook.

Sound of Freedom. Un contenedor de luz para mirar al infierno

El fin de semana pasado fui al cine a ver Sonido de libertad, la película protagonizada por Jim Caviezel sobre una historia real de Timothy Ballard, activista contra la esclavitud sexual y ex agente del Departamento de Seguridad Nacional de los EEUU.

¿Seguro que quieres ir a ver esta película? me preguntaron como queriendo preguntar: ¿Estás segura de querer ir al cine a pasar un mal rato, cuando ya estamos rodeados de noticias fatales, los miles de muertos de la guerra entre Israel y Palestina, la guerra de Ucrania, el suicidio de menores y un largo y penoso etcétera?

Mirar al infierno no nos gusta, nos resulta desagradable y por eso lo evitamos. Mirar al infierno de la esclavitud sexual de niños nos toca la fibra, porque en nuestras entrañas sabemos que son como nuestros hijos, como nuestros nietos, como nuestros sobrinos. Sin embargo, mirar al infierno, hablar de él y reflexionar al respecto es necesario para darnos cuenta de conexiones entre distintas realidades. En este caso, entre la esclavitud sexual infantil, la prostitución, la pornografía, las desigualdades sociales…Lo contrario es cerrar los ojos al sufrimiento ajeno lo que es una mala idea pues nuestra naturaleza interconectada nos ata a causas y efectos futuros que terminan por llegar.

(Fotograma de Sonido de Libertad, A contracorriente films)

Sonido de libertad narra una trepidante misión real con momentos de contener el aliento, situaciones de humor, angustia extrema, escenas conmovedoras y un gran final. Aunque no aparece ninguna escena explícita de abusos sexuales a niños, a uno le llega de sobras la magnitud de la tragedia. El director de la película Alejandro Monteverde logra con Sound of Freedom su intención de explicar historias oscuras a través de un contenedor de luz, que permitan a la gente salir del cine emocionados, esperanzados, con ganas de contribuir.

Te animo a ir a ver Sonido de libertad y asomarte al infierno a través de su particular contenedor de luz, al que por supuesto, te puedes sumar.

Te puede interesar:

Encuéntrame en Facebook y Twitter.

Desarrollar el observador, una condición necesaria para crecer (lecciones de Barbie II)

En el artículo anterior hablaba de las expectativas frustradas y cómo convertirlas en una oportunidad de crecimiento, tomando de ejemplo la película Barbie. En ella, la protagonista se da cuenta de lo que realmente le importa: convertirse en creadora – en lugar de ser el objeto creado. Este proceso implica una expansión de la propia consciencia creando una posibilidad, antes inimaginable.

Cuando momentos como estos se producen en mis programas de coaching, se da un cambio energético en la persona. Pienso en Lucía cuando se da cuenta de que ha vivido como si el mundo estuviese en su contra. Pienso en Jorge cuando toma consciencia del aterrador miedo que le domina en el espacio público. Pienso en Edith cuando se da cuenta de que es ella y nadie más, quien ha cedido el poder a su insoportable jefa.

En todos los casos, la persona desarrolla lo que se denomina el «observador» o «testigo», es decir la capacidad de verse a uno mismo desde un punto de vista aventajado. Antes de desarrollar el testigo, uno está preso de lo que le ocurre, al igual que los peces no ven el agua en el que nadan. Una vez desarrollamos «el testigo» empezamos a ver con claridad lo que sucede y nuestro rol en ello, lo que activa la evolución.

Te comparto tres prácticas clave para desarrollar el «testigo», de nuevo con ejemplos de la trama de Barbie:

1. PRACTICAR LA AUTOOBSERVACIÓN

Alguien dijo que podríamos pasarnos el resto de la vida sacando lecciones de lo que ocurre en un solo día. La autoobservación tiene que ver con reflexionar sobre lo sucedido, evitando proyectar viejas interpretaciones en ello. Consiste en cultivar la calma mental y dedicar tiempo a reflexionar. Al observarse a sí misma, Barbie se da cuenta de que algo no le cuadra, lo que dispara una alarma.

2.EXPONERSE A PERSONAS DIFERENTES

Cuando alguien viene a mi práctica de coaching ya suele haber hablado con muchas personas de su entorno sin éxito. Esto es así porque lo común es que las personas que nos rodean vean las cosas como las vemos nosotros. En cambio, personas distintas facilitan nuevas perspectivas, invitándonos a imaginar la vida sin nuestros filtros de percepción. Barbie comparte lo ocurrido con las otras Barbies pero no logra esclarecer mucho, hasta que habla con Barbie Rara. La consciencia de Barbie tampoco se podría expandir sin exponerse a la mujer que jugaba con ella, a su hija y por supuesto a su creadora.

Ryan Gosling y Margot Robbie en ‘Barbie’ / Cinemanía

3.EXPONERSE A NUEVAS EXPERIENCIAS

Para desarrollar el testigo además de practicar la autoobservación y exponerse a personas distintas es neceario hacer cosas distintas. Leer sobre experiencias nuevas no basta. Tampoco que te las expliquen o imaginarlas. Sí, es aquello tan manido de salir de tu zona de confort. Experimentar tiene que ver con asumir el riesgo de lastimarse, perderse, morir, hacer el ridículo. Hacer algo que no hemos hecho nunca siempre nos brinda aprendizaje y cuanto más te imponga hacerlo, mayor será tu cosecha. La clave está en descolocar al ego en su eterna búsqueda de confort y control. Si siempre has estado con gente, pues toca exponerse a la soledad. Si estás todo el día distraído con dispositivos digitales, ponerse en ayuno digital es una buena idea. Si siempre has vivido en un mundo guay como Barbie, salir al mundo real es justo lo que necesitas…

De alguna forma, todos vivimos en burbujas existenciales como Barbie. Desarrollar el «testigo» es anticiparse a pinchar la burbuja antes de que la vida, en su salvaje invitación a evolucionar, lo haga por nosotros.

Te puede interesar:

 

Encuéntrame en Facebook y Twitter.

¿Cómo lidiar con la tiranía de las expectativas? Lecciones de Barbie

Tengo un problema con las expectativas, me dice Lola a quien acompaño en un programa de coaching. Ya me he dado cuenta, le digo. Me esfuerzo en hacer las cosas lo mejor posible, pero a la hora de la verdad siempre me llega una bolsa de caquita que lo ensucia todo, me comparte.

Ya, es que la vida está llena de caca. Uno de mis maestros decía que todo es abono para crecer, le respondo. ¿Tomemos la película Barbie, la has visto? Le pregunto.

Y tú, ¿la has visto? Si no la has visto, te la recomiendo. La película Barbie, dirigida por Greta Gerwig regala una mirada de una profundidad inversamente proporcional a la superficialidad del mundo que la muñeca representa. Gerwig hilvana una creativa trama, especiándola estratégicamente de secuencias tan hilarantes como reveladoras.

El personaje de Barbie, interpretado exquisitamente por Margot Robbie, tiene varios problemas – atención: spoiler. Uno de ellos son sus expectativas. A su llegada al mundo real, el contraste le resulta abrasivo. Barbie esperaba un mundo como el suyo, en el que las mujeres reinaban, los hombres eran meros complementos y todo era chupiguay a todas horas. En cambio encuentra algo distinto. De la diferencia entre sus expectativas y lo real nace frustración, al igual que para Lola.

Margot Robbie en Barbie / Warner

Cuando la realidad no responde a nuestras expectativas es común escudarse en lo que es justo y lo que no lo es. Hacerlo es una práctica extendida, cuyo efecto es convencernos de que la culpa de lo que sucede está ahí fuera y que nosotros somos víctimas de ello. Pero la vida no es justa y cuanto antes lo aceptes más fácil te será tomar responsabilidad sobre lo que te ocurre.

Una forma de tomar responsabilidad es examinar nuestras expectativas haciéndonos conscientes de lo que están hechas: experiencias pasadas, creencias, estado de humor, valores, nuestra personalidad…Al hacerlo revelamos nuestros puntos ciegos, con lo que nace un nuevo marco para interpretar y afrontar lo que nos ocurre.

Barbie creía que sus problemas eran la celulitis, sus pensamientos sobre la muerte o el neopatriarcado de Ken. Sin embargo, el punto de inflexión llega al darse cuenta de que su problema existencial es verse a sí misma como objeto. Barbie desarticula su mayor filtro perceptivo y es esa consciencia – al igual que en la vida real – la que le permite evolucionar.

No obstante, para conseguirlo ha contado con una práctica esencial. Te la cuento en mi próximo post.

Te puede interesar:

Encuéntrame en Facebook y Twitter.

¿Eres consciente del mal? Caperucita roja gore y dos pautas para que te pille preparada

Después de dos semanas especialmente intensas, ayer no podía más. Tenía ganas de salir de mi mundo, las páginas de un libro no me servían y me fui a Disney+. Sí Disney+, pero no vi precisamente Blancanieves, ni nada por el estilo. Pensaba ver algo cómico y relajante. O una comedia romántica. Topé con Fresh y incauta de mi, no hice caso a la reseña en Rotten Tomatoes,  de “para algunos espectadores puede ser difícil de tragar (···) pero si estás de humor para un gore creativo e inteligente, te va a satisfacer”. La palabra “gore” simplemente no se registró en mi cerebro.

La película empieza rollo encuentro chico-chica con mucha química sexual, hasta ahí todo normal. Atención spoiler (¡no sigas leyendo si quieres ver la peli!): Llega la primera escapada romántica de la pareja y antes de cenar, el chico la somete químicamente. Ella despierta atada a una cadena al lado de una cama. Entonces con una sonrisa encantadora, él le confiesa que no se preocupe que no va a violarla, sino que la irá cortando a pedacitos y se irá comiendo su deliciosa carne, y puede que también la venda (!).

A menudo en mi práctica de coaching llegan personas cuya conciencia de la existencia del mal es nula. Son personas – en su mayoría mujeres – con una gran dosis de ingenuidad. Están desconectadas de su lado oscuro, es decir de su capacidad de dañar a otras personas y al interpretar los motivos de otros, ni se les pasa por la cabeza que puedan tener mala intención. Las personas de su entorno tienden a aprovecharse de ellas y van por la vida con un deje de víctimas. Ir por la vida con tal dosis de ingenuidad es altamente peligroso. Es por ello que el trabajo que realizo con ellas es doble: por una parte, las invito a abrir los ojos a la maldad que existe en el mundo, y en segundo lugar, practicamos el ponerse en contacto con su propia capacidad de hacer daño, o lo que es lo mismo, de defenderse y protegerse.


Fresh no deja de ser una versión de Caperucita roja, pero en los tiempos corrientes de ligues virtuales, Instagram, sumisión química y maldad patológica amplificada por la red. La cultura, fiel a su función, nos actualiza sobre la forma en cómo muta el mal en nuestros días y así podamos identificar sus nuevas caras.

Aunque la película termina (atención, de nuevo spoiler) con un ajuste de cuentas supremo con todo lujo de detalles gore, of course, en la vida real, demasiadas veces no es así. Por eso es fundamental recordar que la mayor desprotección frente al mal es pensar que no existe, porque es entonces cuando éste campa a sus anchas. Para reconocer el mal, no tienes que creer en demonios, en el infierno, ni tan siquiera en Dios. Tan solo tienes que mirar dentro de ti y a tu alrededor para ver de qué forma se manifiesta en ti en ciertos momentos y posee a determinadas personas y organizaciones. Abrir los ojos al mal es la mejor vacuna frente al mismo. Espero que no tardes en ponértela.

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.