«Cuando no hay enemigos dentro de ti, los enemigos de afuera no pueden herirte» reza una de las citas de Winston Churchill más recordadas. A menudo, el peor enemigo está dentro de nosotros. El enemigo es uno y a la vez una legión entera. Este uno es el ego, ese constructo que tomas por ti mismo. Los cimientos del ego son múltiples y uno de ellos son las creencias en forma de pensamientos firmemente arraigados. Aunque es fácil considerar a las creencias como algo inocuo su poder es enorme, pues aunque invisibles son formas que actúan creando acciones y consecuencias.
Ahondando en el post anterior, vayamos al terreno de los propósitos de año nuevo. Digamos que este año te propones hacer más ejercicio. Piensas que con apuntarte al gimnasio ya tienes suficiente. Al hacerlo te olvidas de las muchas creencias que te pueden sabotear: por ejemplo que hacer ejercicio es una pérdida de tiempo; que hacer ejercicio es un lujo que no te puedes permitir; que no tienes fuerza de voluntad, etcétera.
Si no haces consciente estas creencias y las desarticulas una por una, tus propósitos de año nuevo se verán arruinados mucho antes de Semana Santa, porque atención: tus creencias tienen fuerza y toman las riendas de tu vida. El antídoto consiste en reemplazarlas por otras más verdaderas, una práctica básica en mis programas de coaching individuales de seis meses.
Detectar tus creencias es el primer paso para desarticularlas y aunque es posible hacerlo solo, es mucho más rápido y eficaz hacerlo acompañados de un coach o terapeuta. En tu proceso de examinar tus creencias, siéntalas en el banquillo de los acusados y examínalas como si se tratara de peligrosos delincuentes mientras te haces esta pregunta: ¿esta creencia me hace más fuerte o más débil? Si es lo segundo, tu trabajo consiste en sustituirla por otra más verdadera. Te cuento un poderoso método para conseguirlo en mi próximo post.
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Si crees en ti te hacen más fuerte, si crees en lo que te digan te hacen más vulnerable.
22 enero 2022 | 8:47 pm
Tuve que enfrentarme a a muerte para deshacer de mi todo resto de creencia impuesta por tradición.
Me siento más tranquilo conmigo mismo desde entonces y la mentalidad se me ha enriquecido al dejar de pensar que quienes no pensaban lo que había que pensar o sentir como se debía pensar o sentir, eran mala gente o andaban equivocados. La luz que me llegó a la razón me ayudó a superar lo que no quieren ver muchos.
Jamás pensé que pudiera alcanzar una tranquilidad interior con mi propio ser tan agradable.
Eso sí, también he de reconocer que por algunas circunstancias extrañas que han pasado por mi vida, siento que hay algo que supera esta realidad. No sé lo que es, pero no necesita que lo lean para ser ni formar parte de un club para que le pongan medallitas.
Que os vaya bonito y problemas y dificultades habrá siempre. Es así el camino.
24 enero 2022 | 3:04 pm