Rotundamente sí. Antes, las actividades que hacía, las llevaba a cabo en el horario que mejor me convenía, gestionando la energía a mi conveniencia y yo misma me creía que no podía hacer más, que mi cuerpo no daba para más. Por ejemplo, cuando iba a la piscina, no hacía nada más durante el día; me ponía a escribir, lo hacía por la mañana y en silencio. Por las tardes, intentaba hacer tareas más mecánicas y descansaba. Me iba creando mis rutinas, que siempre me han ayudado a optimizar mis fuerzas y además, es un estilo de vida en el que siento cómoda.
Desde la llegada de Nora, todo ha cambiado. Mi horario depende del suyo, y mi descanso también. Una de las ventajas del biberón es que se puede compartir con el padre, eso me permite descansar y hacer alguna que otra tarea. Pero aún así, los días son un poco caóticos y vamos sobre la marcha. Algo que me parecía impensable hace unos meses.
Tampoco pensé que podía hacer ciertas actividades, fuera de mis horarios habituales. Varias tardes intenté escribir, recoger la cocina o hacer deporte. En cambio, ahora da igual el horario que lo acabo haciendo. Lo único que sigo haciendo por la mañana es andar, ahí sí que no noto posibilidades de cambio, aunque visto lo visto, nunca se sabe.
Esta nueva situación, me ha hecho pensar, sé que ahora estoy bien y que antes no lo estaba, pero también creo que me había vuelto cómoda, hacia lo que tenía que hacer sin grandes esfuerzos y sin exigirme cada día un poquito más. Conocía tan bien mi cuerpo que creía saber lo que daba de sí. Pero estaba equivocada. Con la adecuada motivación y un pequeño esfuerzo cada día, se pueden conseguir grandes logros y demostrarse a uno mismo, que sí, que se puede.
Pues a mí me ha pasado lo contrario, es ahora cuando escucho mi cuerpo, cuando lo respeto lo que puedo y no fuerzo hasta el extremo a diario como hacía antes. Especialmente durante los brotes.
A veces me pregunto si me habré vuelto cómoda (de hecho lo he preguntado a mi gente cercana), pero no. He aprendido a caminar junto a mi lobo y no a pisarle el rabo continuamente (aunque me sigue mordiendo a pesar de todo porque la mochila de enfermedades es grande).
Ojalá sigas así por mucho tiempo.
10 marzo 2016 | 12:27
Yo he llegado a tu misma conclusión en estas últimas semanas. Me he dado cuenta de que me autoprotegía en exceso y al final acababa siendo muy perjudicial. He aprendido a no vivir con el miedo incluso cuando afloran algunas de mis secuelas. Escucho a mi cuerpo pero sin anticipar nada. Probando poco a poco cómo voy respondiendo.
Me he dado cuenta que de esta forma minimizo efectos porque todo lo que anticipaba a nivel mental, mi cuerpo lo sufría también a nivel físico. Así que intento vivir el presente centrándome en lo que tengo entre manos.
Un abrazo y mucho ánimo para esta etapa (te veo fenomenal por lo que te leo, sigue así).
10 marzo 2016 | 16:10
Despues del comentario que hice en una entrada anterior tuya, donde mi neurologo habitual no se entusiasmo mucho con la idea de la maternidad , como tambien realizo seguimiento con otro neurologo , juesto he tenido la revisión con él esta semana. Y sin yo decirle nada, ha sido preguntarme por mi edad y ser el mismo el que me pregunto si valoraba el hecho de la maternidad debido al estado en el que me encontraba de normalidad para poder empezar a planificarlo … y eso sumado a tu entrada de de la zona de confort me ha hecho escribir … por un lado lo que se agradece la empatia de los especialistas que se adelantan a las preguntas que puedes hacerles y que lo valoran como un hecho natural y que más vale plantearlo abiertamente porque como me dijo a la larga puede ser perjudicial para nosotras el hecho de que pudieras haber tenido la oportunidad y por un mal consejo no intentarlo y quedarte con esa frustración que quizás a la larga sea más perjudicial….
Así que ahora toca valorar si queremos salir de nuestra zona de confort, porque como dije esto es cosa de dos.
Ah y lo que me recetó no fue ningun medicamento sino MUSCULACIÓN ¡¡¡¡ así que dentro de las rutinas de ejercicio a intentar tener unas piernas como las de Puyol
Gracias por tus entradas nos sirven de mucho
11 marzo 2016 | 12:44
Buenas tardes me alegra ver que em esta nueva etapa que estas en este momento las cosas marchan bien,solo decirte que muchos de tus vídeos y comentarios de algunas personas me hacen mucho bien,sobre todo en las épocas en las que el miedo me invade por culpa de los malditos síntomas,muchísimas gracias por tu esfuerzo por mantener este blog.
11 marzo 2016 | 19:26
#1 Domando al lobo: forzar hasta el extremo nunca! Pero sí exigirse un poquito más cada día, cuando te encuentras bien. No viene mal probar y ver los resultados. Todo es cuestión de medir nuestras energías.
#2 Beatriz: me alegro muuuuuucho, espero que vaya todo bien 🙂
#3 Compañera de batallas: me alegro mucho que haya neurólogos así, que te animen, que empaticen y que no quiten las ilusiones de un proyecto de vida. La semana que viene publicaré un vídeo sobre esto, porque de verdad que este tema me pone de muy mala leche. Ahora a por todas!
#4 Rocío, si, Rocío: no te preocupes, todos en algún momento hemos tenido miedo, pero hay que seguir! Mucha fuerza!!!
12 marzo 2016 | 14:31
Gracias por otro gran post Paula! Te seguimos siempre que podemos (incluso des del trabajo :P)
Hace unos días entrevistamos dos miembros de TEMYQUE (Tengo Esclerosis Múltiple y Qué). Te adjuntamos la entrevista porqué creemos que quizás te interese:
https://youtu.be/wvPabgvSPyI
Ánimos y felicidades por otro gran post 🙂
17 marzo 2016 | 16:36