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¿De dónde proviene el término ‘caos’?

El término ‘caos’ llegó al castellano a través del latín chaos, que a su vez se derivó del griego χάος (Kháos o cháos) que significaba ‘abertura’ o ‘agujero’. Originalmente se refería a un ‘abismo’ o un ‘espacio inmenso y tenebroso’ que existía antes de la creación del mundo, donde Caos era, para la Mitología griega, la primera deidad en emerger en la creación del universo.

¿De dónde proviene el término ‘caos’?

Con el tiempo, su significado se amplió para incluir situaciones de desorden y confusión en la vida cotidiana, así como en campos como las matemáticas y la física, donde se emplea en la teoría del caos para describir sistemas dinámicos altamente sensibles a las condiciones iniciales.

La palabra ‘caos’ tiene su primera aparición documentada en un diccionario en el ‘Tesoro de la lengua castellana o española’ de Sebastián de Covarrubias, en 1611. Posteriormente, se incluyó en el ‘Diccionario de Autoridades’ de la Real Academia Española, de 1729, en la forma ‘caos’ y ‘chaos’, con la acepción: ‘Materia sin forma, confusa y sin distinción, hasta que la forma la especifique. Esta la conoció, o fingió la gentilidad en la formación del mundo. Es voz Griega, y la ch se pronuncia como K’.

 

 

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La curiosa razón de decir que alguien se ha ‘desorientado’ cuando se pierde o siente confusión

A través de mi perfil @curiosisimo en la red social TikTok, me preguntan de dónde surge decir que alguien se ha ‘desorientado’ cuando se pierde o siente confusión.

La curiosa razón de decir que alguien se ha ‘desorientado’ cuando se pierde o siente confusión

Cuando estamos perdidos en un lugar que no conocemos solemos decir que nos hemos ‘desorientado’. Este término también se usa para indicar aquel estado de confusión, despiste, aturdimiento o desconcierto.

Y es que ya desde tiempos de la antigüedad se sabía que si alguien transitaba por un lugar que no conocía y acababa perdiéndose, lo mejor para volver a situarse era sabiendo donde se encontraban los diferentes puntos cardinales (Norte, Sur, Este y Oeste) para saber el rumbo que debía tomar. Pero no siempre han existido o se ha dispuesto de una brújula, por lo que la manera más sencilla era tomando como referencia la posición del sol. Dependiendo del momento del día que fuese y teniendo en cuenta que el astro rey sale por la mañana por el Este y se esconde al acabar el día por el Oeste se podía determinar hacía donde había que encaminarse.

Ese hecho de tomar como punto de referencia la salida del sol fue lo que originó usar el término ‘orientarse’, que vendría a significar mirar hacia Oriente, que, como es sabido, se encuentra al Este.

Como el hecho de perderse geográficamente en un lugar (perder la orientación) solía producir desconcierto o aturdimiento, empezó a utilizarse el mismo término para hacer referencia también al estado de despiste, turbación o pérdida de la conciencia (desorientarse, estar desorientado).

De ahí surgieron una serie de términos relacionados para hacer referencia a ello, como ‘orientar’ (‘Dirigir o encaminar a alguien o algo hacia un lugar o fin determinado’ y ‘Dar a alguien información o consejo en relación con un determinado fin’), ‘orientador’ (‘Aquel que ayuda a conseguir un fin’), ‘orientable’ (‘Artilugio, mecanismo u otro enser que puede mover su posición’), ‘desorientar’ (‘Hacer que alguien pierda el sentido de la posición que ocupa geográficamente’) o ‘desorientarse’ (‘Perder el sentido de la posición que se ocupa geográficamente’ o ‘Estar confundido o despistado’).

 

 

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