A lo largo de estos años he ido construyendo «algo» a base de fuerza de voluntad, esfuerzo y tesón. Ese «algo» no sabría definirlo de una manera específica: podría tener forma de escalera, en el que voy subiendo peldaños; o de muro, en el que hago una separación entre mi vida y la esclerosis múltiple; o incluso, en forma de casa acogedora en donde me refugio de todo.
Ese «algo» lleva tan sólo cuatro años y medio de construcción, no es mucho tiempo, pero lo suficiente para darme cuenta de su efecto. No ha sido una construcción continua, a veces ha sido algo intermitente, pero siempre lo he tenido en mente, y en cierto modo, es lo que me ha ayudado a querer seguir construyendo.
Lo primero que hay que hacer para construir es querer hacerlo. Ese fue mi primer ladrillo. Durante el primer año no hubo muchos más, casi no hacía deporte, trabajaba como si el estrés no me afectara, estaba más triste que contenta y hacía como si la esclerosis múltiple no fuera conmigo. Luego, puse alguno más con la decisión de cambiar de trabajo, pero llegó una mala época y todo lo que había construido se derrumbó.
Volví a poner el primer ladrillo cuatro meses después, empecé otra vez a construir ese «algo«, sin prisa pero con una mayor seguridad. Pero llegó un brote y tuve que dejarlo por un tiempo, aunque cuando me recuperé, volví a poner más ladrillos. Unos meses después, suspendí la oposición en la que había puesto todas mis esperanzas profesionales. En este punto, paré la construcción para dedicarme a divertirme y a vivir la vida ignorando a la esclerosis múltiple y muchos de sus cuidados.
Cuando me entró la cordura, que fue a la vez que acabó el verano, intenté reparar lo poco que ya tenía construido y me prometí a mí misma que el camino que tenía que seguir era el de la construcción de ese «algo» y en el que por cierto, todavía sigo. Llevo más de dos años y medio de construcción casi ininterrumpidos, ahora lo que tengo edificado es muy fuerte, aunque no invencible. Ese «algo» construido, me hace estar muy orgullosa del camino recorrido.
1decada1000.
Bravo, una vez más, por esa descripción perfecta del proceso en el que muchos nos encontramos, aunque quizá en esferas diferentes.
En mi caso, mi construcción a veces pierde ladrillos porque me derrumbo, me enfado y me lío a martillazos con lo construido, jejeje. Me caigo al hoyito y doy unos pasitos hacia atrás (ya lo sabes tú, verdad?)
Pero luego volvemos siempre a poner esos ladrillos y ahí estamos y seguimos. ¿Cómo se llamaban aquellos de los Fraggels? Los Currys eran, no? Pues esos somos nosotros jajaja, sólo que nosotros nos lo pasamos mejor ;-).
Muacka!!! Me ha encantado la sonrisa que me has sacado con el final de este post.
14 febrero 2013 | 13:08
El post, describe a grandes rasgos cómo ha sido mi estado de ánimo, hasta llegar a lo que tengo ahora, se esta convirtiendo en uno de mis favoritos.
Pues ya sabes que no tienes que destruir tu muro, poco a poco y en cada nuevo bajón seguro que vas rompiendo menos ladrillos. Eres una mujer valiente y confío en ti, sé que aunque te cueste, lo conseguirás. En mi caso, aunque pase por malos momentos sigo manteniendo intacto el muro, con todo lo que me ha costado hacerlo, no puedo permitir cargármelo!!!
Qué divertidos eran esos muñequitos! Nosotros no nos lo pasamos nada mal… 🙂
Me alegro que hayas sonreído al leer el post, espero que te dure esta actitud.
Un besazo! (Por cierto, estoy deseando leer el post de la tiparraca)
14 febrero 2013 | 18:49
Bravo, una vez más, por esa descripción perfecta del proceso en el que muchos nos encontramos, aunque quizá en esferas diferentes.
En mi caso, mi construcción a veces pierde ladrillos porque me derrumbo, me enfado y me lío a martillazos con lo construido, jejeje. Me caigo al hoyito y doy unos pasitos hacia atrás (ya lo sabes tú, verdad?)
Pero luego volvemos siempre a poner esos ladrillos y ahí estamos y seguimos. ¿Cómo se llamaban aquellos de los Fraggels? Los Currys eran, no? Pues esos somos nosotros jajaja, sólo que nosotros nos lo pasamos mejor ;-).
Muacka!!! Me ha encantado la sonrisa que me has sacado con el final de este post.
14 febrero 2013 | 13:08
El post, describe a grandes rasgos cómo ha sido mi estado de ánimo, hasta llegar a lo que tengo ahora, se esta convirtiendo en uno de mis favoritos.
Pues ya sabes que no tienes que destruir tu muro, poco a poco y en cada nuevo bajón seguro que vas rompiendo menos ladrillos. Eres una mujer valiente y confío en ti, sé que aunque te cueste, lo conseguirás. En mi caso, aunque pase por malos momentos sigo manteniendo intacto el muro, con todo lo que me ha costado hacerlo, no puedo permitir cargármelo!!!
Qué divertidos eran esos muñequitos! Nosotros no nos lo pasamos nada mal… 🙂
Me alegro que hayas sonreído al leer el post, espero que te dure esta actitud.
Un besazo! (Por cierto, estoy deseando leer el post de la tiparraca)
14 febrero 2013 | 18:49
En esta semana empecé a poner yo también mis primeros ladrillos. He tardado bastante tiempo, me ha dado tiempo a asimilar, a enfurecerme, a ignorar, a aceptar y a resignarme. Tengo que ser realmente consciente de lo que hay y si no pongo de mi parte, no vendrá sola la serenidad con la que hay que vivir esta enfermedad. Tranquilidad, paciencia y calma. Gracias por este post!
14 febrero 2013 | 16:24
Pero una vez que empiezas a poner ladrillos, todo será más fácil, el más importante es el primero y ya lo has hecho! 🙂
Lo que has descrito es la actitud que hay que tener con esta enfermedad. Hay que adaptarse y tener muuuucha paciencia, empezarás a conocer tu cuerpo y aprenderás hasta donde puedes llegar. Aquí estaré por si necesitas algún apoyo más! Un besazo
14 febrero 2013 | 18:56
En esta semana empecé a poner yo también mis primeros ladrillos. He tardado bastante tiempo, me ha dado tiempo a asimilar, a enfurecerme, a ignorar, a aceptar y a resignarme. Tengo que ser realmente consciente de lo que hay y si no pongo de mi parte, no vendrá sola la serenidad con la que hay que vivir esta enfermedad. Tranquilidad, paciencia y calma. Gracias por este post!
14 febrero 2013 | 16:24
Pero una vez que empiezas a poner ladrillos, todo será más fácil, el más importante es el primero y ya lo has hecho! 🙂
Lo que has descrito es la actitud que hay que tener con esta enfermedad. Hay que adaptarse y tener muuuucha paciencia, empezarás a conocer tu cuerpo y aprenderás hasta donde puedes llegar. Aquí estaré por si necesitas algún apoyo más! Un besazo
14 febrero 2013 | 18:56