Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Manolo Escobar, sueño español y alegría del pobre

Huyó de la miseria almeriense y, con su talento y bonhomía, salió de pobre en Cataluña. Ayer murió como el andaluz/catalán más querido de España.

Las 20 coplas de oro de Manolo Escobar. Las llevo en mi coche... y en el itunes.

Las 20 coplas de oro de Manolo Escobar. Las llevo en mi coche… y en el itunes.

En los años 40, en plena represión franquista, un ventero de El Ejido (Almería) recogió a un maestro republicano represaliado y le dio parada y fonda a cambio de que educara a sus 10 hijos. El de en medio, con 4 hermanos mayores y 5 menores, tenía madera de superviviente. Se llamaba Manolo García Escobar y sacó buen provecho de aquellas clases domésticas clandestinas. El joven Manolo Escobar aprendió la lección (ética republicana, laúd, piano y las cuatro reglas) y se hizo un hombre cabal.

Eran años de hambre y emigración. Sin igualdad de oportunidades, el sueño español (salir de pobre) solo podía alcanzarse como torero, futbolista o cantante. Algunos niños pobres de entonces fueron enviados a seminarios o a cuarteles para asegurarles comida caliente. Manolo, maleado por el Barrio Chino de Barcelona, escogió el camino del arte y la farándula. Sin complejos, pero con toneladas de disimulo y de gracia, acertó de pleno.

La Dictadura quiso sacar provecho de sus éxitos y le jaleaban en el No-Do. Pero Manolo Escobar nunca fue franquista. Solía decir, con gran sonrisa socarrona, que no se metía en política. Jamás actuó en El Pardo ante el ominoso dictador ni en el Palacio de La Granja donde acudía la flor y nata del Régimen. Ridiculizaba a carcajadas a los censores franquistas que le prohibieron una rociera porque “…a la Virgen le asomaba una enagua blanca, una enagua blanca…”

Como almeriense y emigrante, siempre he presumido de él, he cantado sus canciones de oro y, por malas que fueran, he celebrado sus películas. En la segunda mitad de los 60, Manolo Escobar ya era un charnego que, desde Cataluña, había cautivado a España entera. Bueno, a decir verdad, no cautivó a toda España.

En mis círculos de amistades antifranquistas, lo que en los últimos años 60 equivalía a miembros y simpatizantes del Partido Comunista y unos pocos del PSOE, no estaba bien visto presumir de Manolo Escobar por muy almeriense que yo fuera. Disimulé cuanto pude mi admiración por el cantante favorito de mis padres para poder ser aceptado en aquellos círculos tan intransigentes.

Si algún día era pillado in fraganti canturreando eso de que “no se compra ni se vende el cariño verdadero” me ganaba una bronca de los comisarios comunistas para que me concentrara en las lecciones de Materialismo Dialectico de Politzer en lugar de caer en esas “ridículas canciones de la pequeña burguesía que alienaban a la clase obrera”. Pero la clase obrera que yo veía camino de la Universidad estaba cambiando el arado por el andamio al son de Manolo Escobar. Las coplas de Manolo, cargadas de sentimentalismo, ternura y algunos tópicos del desarrollismo reinante, eran una fuente de alegría para los pobres.

Un día me planté y salí del armario. Les dije a mis colegas clandestinos (dando voces) que me encantaban Manolo Escobar, la copla y el flamenco y que odiaba los tanques soviéticos que habían invadido Checoslovaquia. Fui proscrito y, enamorado como estaba de una yanqui, fui considerado -¡cómo no!- sospechoso agente de la CIA.

Si, como dice Rilke, la infancia es la patria del hombre, mi patria está llena de coplas de Manolo Escobar.

60 coplas de oro de Manolo Escobar

60 coplas de oro de Manolo Escobar

Algo de esto le conté a Manolo la primera vez que compartí mesa y mantel con él (y otros paisanos de la Casa de Almería en Madrid como Barrionuevo, Chencho Arias, etc.). Se partía de la risa. Pero no se mojaba en nada referente a la política. Viniendo de tierras de moriscos, este alpujarreño de la costa sabía lo que era disimular en público, incluso en los estertores de la Dictadura.

En otra ocasión, cuando regresé de Cataluña, nos reímos juntos gracias al ingenio de otro paisano. Una pintada en el barrio gótico, cerca de la Catedral de Barcelona, pedía un obispo catalan (“Volem bisbe catalá”). Al día siguiente, apareció pintada la respuesta de un charnego: “Como somos mayoría, lo queremos de Almería”.

Manolo Escobar podía lucir con orgullo, y a la vez, la insignia de oro y brillantes del Barça, la de oro de Almería y la medalla de Andalucía. Mis compañeros de la 19 Compañía del CIR 5 de Cerro Muriano (Córdoba) eran casi todos de Las Norias, la pedanía donde nació Manolo Escobar. ¿Qué coplas íbamos a cantar si no? Manolo nos alegró la mili franquista, una de las experiencias más tristes y lamentables de mi vida.

Como la bajita y grandísima catalana Carmen Amaya (que exigía “pa amb tumaca” en el Waldorf de Nueva York) o Peret, el gigante de la rumba catalana, Manolo Escobar simboliza lo mejor y más potente de la Cataluña moderna e integradora, de la Cataluña universal. El otro gran Manolo (Vázquez Montalbán) lo sabía muy bien y defendió la copla andaluza/catalana incluso en su Crónica Sentimental de España en Triunfo, la biblia de la izquierda. Cuando leí a Vázquez Montalbán supe que no estaba solo. Y puede cantar el Porromponpero, sin miedo, fuera de la ducha.

Descanse en paz este andaluz/catalán universal.

Y “¡que viiiivaaaaa Eeespañaaaaa!”… Sobretodo en el Mundial de Brasil.

Gracias, Manolo, el sueño español de los 50 y 60, por toda la alegría y la ternura que te debemos.

 

Algo huele a podrido en la Justicia

«En España no hay leyes; solo orientaciones». Lo aprendí de unos guiris escandalizados por la ineficacia y lentitud de nuestro sistema judicial y por la pasividad de la ciudadanía ante injusticias y/o delitos flagrantes.

El Roto, en El País, 27/04/13

El Roto, en El País, 27/04/13

Gurtel, la financiación del PP, Bárcenas, Undargarín, los ERE del PSOE, las dietas de UPN, las ITV de Pujol

Los casos de «presunta» corrupción de los políticos se eternizan hasta que caen en el olvido o se archivan por triquiñuelas técnicas, como ocurrió con Naseiro, el único tesorero de la historia del PP aún no imputado por corrupción.

La escasa confianza de los españoles en la Justicia viene lejos. Así la define el refranero: «Tengas pelitos y los ganes», «Vale más un mal acuerdo que un buen pleito», etc.

No es de ahora. Durante la Dictadura de Franco pasaba más de lo mismo. Las leyes fascistas promulgadas por el dictador apenas se cumplían, excepto para castigar a los disidentes políticos,

Un ejemplo: durante la Dictadura había una ley en vigor que calificaba el adulterio como delito. ¿Cuantas sentencias dictaron los jueces franquistas condenando a los adúlteros? Busquen en los archicos y se llevarán una enorme sorpresa. ¿Llegarán a la docena?

Ahora hay leyes democráticas en vigor que califican la corrupción como delito.

¿Cuantas sentencias han dictado los jueces condenando a los corruptos? Busquen en los archivos y se llevarán otra enorme sorpresa. ¿Llegarán a la docena?

¿Acaso no había miles y miles de casos de adulterio en la España de Franco?

¿Acaso no hay miles y miles de casos de corrupción en la España democrática?

Las leyes de antes como las de ahora no son leyes, son sólo orientaciones.

Si el Legislativo legisla será para algo. El Ejecutivo debería ejecutar, es decir, hacer cumplir las leyes que dictan los legisladores desde Las Cortes. Y si ambos poderes hicieran bien su trabajo, suponemos que el Judicial debería juzgar a quienes incumplieran las leyes y los condenaría o absolvería mediante las correspondientes sentencias. Digo yo.

Peridis, en El País, 27/04/13

Peridis, en El País, 27/04/13

¿Donde están las sentencias de nuestros jueces condenando o absolviendo los casos de corrupción política?

Deben estar en el mismo limbo en el que se ocultan las escasísimas sentencias de los jueces franquistas contra los adúlteros.

¿Acaso no había adúlteros cuando mandaba el dictador? ¿Acaso no hay corruptos ahora que manda el pueblo soberano?

Creo que lo que no había antes ni hay ahora son jueces que hagan bien su trabajo, amparados por políticos que tampoco hacen bien el suyo.

Por eso, no me extraña nada la saludable irrupción en España de los «escraches» (¡qué palabra lunfarda tan bonita en boca de Carlos Gardel!). El pueblo soberano y desesperado busca salidas contra los políticos que no hacen bien su trabajo. Y ha encontrado una muy luminosa en la Argentina que luchó dignamente contra la Dictadura asesina de Videla y compañía: los «escraches».

Nada de violencia física. Solo pancartas y gritos a la cara, en honor a la libertad de expresión.  A ver si nuestros políticos, casi anónimos, elegidos en listas cerradas por la estructura de sus partidos, se avergüenzan y despiertan de una vez…

Y, de paso, mal que les pese, hacen leyes que se cumplan (incluida una Ley Electoral de listas abiertas) y reforman la Justicia, esa palabra tan extranjera en España.

Gracias Erik por recordarnos con tu comentario de ayer lo que está consiguiendo la fiscal general de Guatemala, Claudia Paz y Paz, al sentar en el banquillo al general Efraín Ríos Montt, uno de los asesinos más crueles de América. Precisamente hoy, El Pais publica un excelente artículo de Prudencio García titulado «Ríos (de sangre) Montt» que te recomiendo. Ahí va el link:

http://elpais.com/elpais/2013/03/01/opinion/1362139369_928689.html

El trabajo heróico de Claudia Paz nos reconcilia con la condición humana en medio de tanta injusticia e ignorancia.

 

 

 

El hacha del PP contra Juan Ramón Lucas

El PP de Fraga/Aznar/Rajoy vuelve a las andadas: saca el hacha fratricida de León Felipe. Y quita de enmedio al conductor más ecuánime de Radio Nacional de España. Otra vez el hacha. Y otra oportunidad perdida para la elegancia y la pedagogía  democráticas. No aprendemos.

Juan Ramón Lucas, en un encuentro con los lectores de 20minutos.es

Entiendo que cuando cambia el Gobierno, éste quiera sustituir a los cargos políticos de libre designación del Gobierno anterior. Así ocurrió con la peleona María Antonia Iglesias (nombrada por Felipe González) o con el zombi Alfredo Urdaci (nombrado por José María Aznar). Ambos eran directores de los servicios informativos de TVE conectados directamente con La Moncloa. O con los directores de Informativos de RNE que son cargos de confianza enchufados al poder político de turno.

Juan Ramón Lucas es un periodista sin cargo político alguno, un currante contratado por Radio Nacional para conducir y presentar «En días como hoy», un programa informativo de la mañana que ha sumado grandes éxitos de audiencia (1,4 millones de oyentes) y de credibilidad.  Le quedaba pendiente un año más de contrato. Podían haber esperado solo un año para quedar como demócratas respetuosos con la libertad de expresión.

Debo decir que apenas conozco personalmente a Lucas. Le he visto en un par de encuentros multitudinarios. Pero he seguido con atención e interés personal y profesional el fruto de sus obras. Al poco tiempo de ser contratado por RNE para presentar el programa de la mañana, y privado ya de Iñaki Gabilondo en la mañana de la SER (cada día más sesgada), me pasé de vez en cuando a RNE. El programa de Juan Ramón Lucas nos cautivó a todos en casa y quedamos enganchados a RNE hasta hoy. Tal como estábamos ya enganchados los fines de semana  a «No es un día cualquiera» como fieles escuchantes de Pepa Fernández. Espero que el golpe antiprofesional contra Lucas sirva, al menos, de vacuna o cortafuegos para que no se carguen también a Pepa Fernández.

¿Qué prisa tenía o qué tipo de presiones fratricidas recibía este tal González-Echenique, nueve jefe de la RTVE del PP, para aplicar la guillotina laboral contra Lucas?

Por más que busco por los rincones más recónditos del razonamiento, no encuentro razones que justifiquen el cese de Lucas. Estas reacciones del PP de siempre solo puedo entenderlas desde el análisis frío de sus vísceras, de su ADN, de los más bajos instintos de personas miserables que deberían estar inhabilitadas para la política democrática.

Los Fabra del PP de Castellón. Cacique e hija

Ese es el caso, por ejemplo, de la todavía diputada del PP, Andrea Fabra, fiel sucesora de su padre, el cacique de Castellón. Su grito de guerra parlamentaria («¡Que se jodan!») contra los parados en el momento en que Rajoy les aplicaba el hacha de los recortes es una prueba inequívoca de la inmundicia moral de extrema derecha (del viejo parque jurásico) que aún subsiste en el seno del Partido Popular. La hija del cacique dice ahora que aquel «¡Que se jodan!» (que fue gritado por ella al anunciar Rajoy el recorte a los parados) no iba dirigido a los parados sino a los diputados socialistas que estaban sentados en la bancada de enfrente. No sé que es peor. La mierda, cuanto mas remueve, más huele.

¿Habrá asesorado esta desvergonzada Andrea Fabra (o alguien de su cuadra) a González-Echenique para que echara a Juan Ramón Lucas de su programa al grito de «¡Que se joda!»?

Lo malo es que no solo joden a Lucas sino que nos joden a 1,4 millones de oyentes que celebrábamos cada mañana su islote de libertad, gracia y ecuanimidad profesional.

¿Era ese, quizás, el objetivo final? Pues lo han conseguido con RNE. Y lo van consiguiendo también con los restos de la maltrecha economía española heredada de Aznar y Zapatero. Estoy enfadado con los desmanes del hacha del PP, pero estoy más enfadado aún con la política nefasta del PSOE de Zapatero (a quien voté) que hizo posible el regreso al poder absoluto de un PP que aún alimenta en su interior huestes antidemocráticas pendientes de civilizar.

Que yo critique hoy el cese de un colega periodista (habiendo sido yo mismo despedido ilegalmente por la TVE de Aznar tras la entrevista que le hice como candidato presidencial en 1996) puede dar la impresión, y quizas con razón, de que aún tengo un hacha por afilar. No es así. Como dice un tiento: «El tiemo lo cura to». Además, las penas con pan son menos. La indemnización por despido improcedente que fijó el juez (mis hijos la llamaron «la beca Aznar«) me permitió volver a la Universidad y fundar Multiprensa y Mas S.L, editoria del diario 20 minutos y de 20minutos.es.

No obstante, alguien dirá que, como reza el título del blog, «se nos ve el plumero». Por eso, y porque en la derecha española hay gente con dos dedos de luces, quiero copiar y pegar aquí un artículo de Luis María Anson (nada sospechoso de izquierdista), que acabo de leer en la pagina 2 de El Mundo, con el que estoy de acuerdo y cuya lectura recomiendo.

Primer error de González-Echenique, de Luis María Anson en El Mundo

OPINIÓN: CANELA FINA

Luis María Ansón contra el cese de Luan Ramón Lucas

Hace pocos días, una ministra del Gobierno me hacía elogios bien fundamentados sobre la capacidad de Leopoldo González-Echenique. No se trata de un caso aislado. Son muchos los testimonios positivos que he escuchado en las últimas semanas sobre la inteligencia y la seriedad del nuevo presidente de Radio Televisión Española.

Como sería altamente calumnioso afirmar que González Echenique es un experto en radio televisión, pues la primera en la frente. La destitución, si se confirma, de Juan Ramón Lucas es un grave error. Pocos profesionales del periodismo tienen una idea tan clara de servir, desde la independencia, el derecho a la información de los ciudadanos. Escucho de forma habitual su espacio En días como hoy y, en mi opinión profesional, creo muy difícil hacer periodismo de forma más objetiva. Sin genuflexiones ni agresividades, el programa informativo de Juan Ramón Lucas ha consolidado el prestigio de Radio Nacional de España, gracias a la sagacidad periodística de su director, a su instinto para la actualidad, a su sentido del humor y a su capacidad para buscar y encontrar temas de alcance humano. Seguramente tendrá defectos el conductor de En días como hoy pero esos se quedan para que los subrayen los políticos mediocres o los periodistas cicateros.

Juan Ramón Lucas además ha sabido armonizar un excepcional equipo, demostrando su capacidad para la dirección. No se puede mantener a diario la alta calidad de En días como hoy sin la colaboración de una redacción a la que hay que saber alentar y coordinar. Lucas, por otra parte, cree sinceramente en la radio pública. Desembarazado de cualquier presión política, lleva largos años impartiendo una lección diaria de periodismo independiente. Borrar de un plumazo la fecunda comunicación con millones de oyentes es, para muchos, un grave error que ha producido general rechazo en medios profesionales.

Ah, apenas conozco a Juan Ramón Lucas. Lo he visto alguna vez en actos periodísticos multitudinarios y no tengo con él la menor relación ni personal ni profesional. Hace años me hizo una entrevista en la radio con motivo de una cuestión relacionada con la lengua. Y eso es todo. Escribo estas líneas, como he hecho tantas veces con otros compañeros, por razones de justicia y como homenaje particular a uno de los mejores profesionales que enaltecen el periodismo español.

A ciertos dirigentes del PP les chiflan los periódicos alfombra; a otros, los periódicos momia. Y además les encanta entonar la predicción de Ortega y Gasset: «Ya no hay protagonistas; solo hay coro». Pero eso en periodismo es arar en el agua. Juan Ramón Lucas lo sabe muy bien. En el PP hay políticos y periodistas que harían un tambor con la piel de su propia madre para redoblar sobre ella las alabanzas a Rajoy y a Soraya. Hace unos días me decía en la Academia un prestigiado intelectual que el instrumento que toca Rajoy es un stradivarius; el de Zapatero, una zambomba. La comparación no me parece disparatada. Lo alarmante es que algunos pretenden transformar ahora, ya en el poder, el violín exigente en atolondrada zambomba.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.

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Gracias, Luis María. Este artículo te honra como defensor de la libertad de expresión.

No es la primera vez que el conservador Luis María Anson sale en defensa de periodistas agredidos por el Poder y en defensa de la libertad de expresión, un derecho de los ciudadanos y no sólo de los periodistas.

Tengo dos recuerdos personales. Cuando era director del semanario Doblón, fui secuestrado, torturado y sometido a una ejecución simulada en las postrimerías de la dictadura franquista. Luis María Ansón publicó un comentario editorial en Gaceta Ilustrada (revista que él dirigía entonces) condenando tales hechos. También publicó un artículo semejante el semanario Triunfo, creo recordar que salido de la pluma de mi querido y recordado Eduardo Haro Tecglen.  Al cabo de unos meses, y casi recuperado de las heridas y quemaduras, envié ambos artículos (uno de un medio de derechas y otro de izquierdas) a la Universidad de Harvard junto con mi candidatura a la Nieman Foundation for Journalism. Estoy seguro de que ambos artículos (que algún día encontraré en mi sótano) contribuyeron a que me concedieran el honor de ser el primer hispanohablante galardonado con la Nieman Fellowship de Harvard.

Cuando era corresponsal de Televisión Española en Nueva York y fui despedido (cuando aún me quedaban dos años pendientes en mi contrato laboral), tras la entrevista preelectoral que hice a José María Aznar como candidato presidencial en 1996 y su victoria, Luis María Ansón publicó otro comentario editorial, esta vez en el diario ABC (que él dirigía) contra tal despido y en defensa de la libertad de expresión. Se titulaba «Pluralismo y Democracia».

El PSOE se esconde. ¿Acochinado en tablas?

La derecha hace leña del juez caído («A moro muerto, gran lanzada») y homenajea a Fraga. El PSOE se esconde frente al Supremo y asiste al homenaje a Fraga en el Congreso.

Diputados de izquierdas (no del PSOE) se ausentan durante el homenaje a Fraga en el Congreso

¿A donde quieren ir a parar los socialistas, hundidos en el pozo más hondo de su reciente historia? ¿Si les queda tan poco por perder, por qué se quedaron en el hemiciclo, por ejemplo, durante el homenaje al ex ministro de Franco, que firmó penas de muerte sin juicio justo, mientras el resto de la izquierda se ausentó?

De Manuel Fraga recuerdo dos anécdotas personales poco edificantes. 1) Era ministro de propaganda del Dictador cuando nos molieron a palos en un homenaje a don Antonio Machado. 2) Era ministro de Gobernación de Arias Navarro cuando fui secuestrado y torturado con armas reglamentarias de la Dictadura. 

Ya se que está feo hablar mal de los fallecidos. Por eso, no dije nada del talante totalitario y de los modos fascistoides del fundador del PP en el día de las alabanzas. Lo que me sorpendió esta semana fue la actitud cobardica del PSOE: los únicos de la izquierda que asistieron (Guerra no aplaudió, ¡faltaría más!) al homenaje que el PP dió a Fraga en el Congreso de los Diputados.

En cambio, muchos socialistas y otras gentes de izquierdas han echado de menos a los líderes del PSOE en la manifestación improvisada esta mañana ante y contra el Tribunal Supremo o en la de la semana pasada por el caso de los crímenes del franquismo.

Ya tienen muy poco más que perder. Se han quedado en nada. Por eso mismo, no entiendo que los socialistas estén «acochinados en tablas» y no den la cara en asuntos que afectan a los principios del Estado de Derecho y a su propia identidad histórica.

Apenas aparecieron líderes representativos del PSOE (salvo Zerolo, que yo sepa) en la manifestación improvisada ayer ante y contra el Tribunal Supremo por la sentencia extravagante e insólita dictada contra el juez Baltasar Garzón.

Garzón en mi casa, poco después de la detención del dictador Pinochet

Comprendo que a ciertos socialistas no les resulte simpática la figura del juez Garzón, después de la investigación que hizo y rehizo de los crímenes del GAL en tiempos de gobiernos del PSOE. A mi tampoco me gustó que pidiera subvenciones a Botín con destino a la Universidad de Nueva York donde él estaba. Quienes le conocemos sabemos que el juez está lejos de ser perfecto. (Si quieres amigos o jueces perfectos te quedarás sin amigos y sin jueces).

Aunque yo apoyo a Garzón (viejo amigo), no se trata aquí de defender la personalidad de Garzón al completo sino de defender el Estado de Derecho y los principìos básicos de nuestro ordenamiento jurídico, a sea, de nuestra Democracia.

No estamos tanto por Garzón como contra el atropello del Estado de Derecho por parte del Tribunal Supremo. Y por eso echo de menos (y bien que lo lamento) a algunos líderes del PSOE en la mani de hoy.  Si siguen por ese camino tan huidizo, sin dar la cara cuando hace falta, por miedo a significarse, pronto podrán meterse todos los militantes socialistas en un taxi. Y por eso, también, me da tanto miedo el poder casi absoluto (merecido o no) que tiene hoy el PP (central, regional y local) sin apenas nadie enfrente para frenarle.

Me preocupa más la ausencia del PSOE en estas manifestaciones públicas que el jolgorio y la fiesta que la derecha y la extrema derecha están organizando con la caída del juez Garzón a quien los corruptos tanto temían. Basta con repasar los comentarios anónimos sobre este asunto en los blogs para comprobar lo crecidos que están los nostálgicos de Franco y algunos seguidores del PP. Y eso que este Gobierno de Rajoy/Saez de Santamaría se parece afortunadamente poco, por ahora, a aquel de Aznar/Cascos de tan triste y temible memoria.

Menos mal que aún nos queda el gran Forges intrepretanto nuestro miedo cotidiano («¡A ver si te van a oir en Las Salesas!», le dice Concha a Mariano, perdón a Vicente).

Y también nos queda -menos mal- Soledad Gallego-Díaz, con sus comentarios tan certeros en El País, para reconciliarnos con la buena prensa de toda la vida. Copio y pego a continuación su articulo de hoy:

Justicia a cualquier precio

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ (11 FEB 2012)

La justicia obtenida a cualquier precio termina no siendo justicia.

Eneko en 20 minutos

Lo afirma la sentencia del Tribunal Supremo que ha condenado al juez Baltasar Garzón a una pena de inhabilitación de 11 años y a su expulsión de la carrera judicial, y ciertamente muchos ciudadanos, en España y en Latinoamérica, pueden alimentar en estos momentos la misma convicción, aunque por motivos diferentes. Habrá que suponer que el Tribunal Supremo ha emitido su fallo sin que mediara animadversión personal ni enojo corporativo, pero lo cierto es que esta decisión ha acabado con uno de los pocos símbolos de la justicia en el que confiaba una parte notable de esos ciudadanos y que esa es una noticia pésima, con un precio muy alto.

No se trata de ignorar los graves hechos atribuidos a Garzón. Según la sentencia, el juez autorizó que se intervinieran las comunicaciones entre los imputados en una importante causa por corrupción y sus abogados, sin excepción alguna y sin mención expresa de su identidad, y lo hizo, afirma el Supremo, sin que existiera ni el menor indicio de que esos abogados estaban utilizando su condición de tales para la comisión de nuevos delitos. Su convicción de que los imputados continuaban ocultando su dinero, y su temor a ver cómo personajes poderosos y ricos conseguían escapar a la investigación, no es argumento suficiente para anular el secreto de las comunicaciones ni para deteriorar el derecho a la defensa.

Pero eso no es lo que se juzgaba realmente en el Supremo, sino si la decisión de Garzón podía ser explicada por una interpretación incorrecta de las normas del derecho. No, afirman los siete magistrados, no existe otra explicación que el empeño deliberado de actuar fuera de «los medios usualmente admitidos en derecho» ni otra razón que el anhelo del juez instructor de colocar el «proceso penal español al nivel de los sistemas totalitarios», un juicio de intenciones asombroso para tan alto tribunal.

Ahí, en la clara voluntad de apreciar prevaricación, es donde se abre un agujero por el que asoman muchas dudas: ¿esa misma decisión tomada por otro juez que no fuera Baltasar Garzón hubiera merecido valoración tan severa?, ¿qué sucede con los fiscales y con los otros jueces que compartieron su decisión?

Va a resultar muy difícil que los ciudadanos no asocien la condena de Garzón a su personalidad, a su historia y a su protagonismo internacional, insufrible para una parte importante de la corporación judicial, y que el descrédito que todo ello acarrea, dentro y fuera de España, no vaya a suponer un desgaste altísimo para la justicia española en su conjunto.

La expulsión de Garzón llega, además, en un momento de fuerte desánimo social. Los ciudadanos, aplastados por una crisis formidable, llevan meses conociendo casos de corrupción que no se traducen en delitos ni se sustancian en castigo alguno, personajes del mundo económico que reciben cantidades asombrosas por gestiones desastrosas, indultos llamativos para personas poderosas y dificultades sin cuento para acabar con el fraude fiscal, el desvío de fondos públicos y las trampas de todo tipo que no se podrían llevar a cabo sin ayuda de avispados asesores legales.

Todo ello, junto a noticias sobre algunos jueces corruptos que reciben castigos inexplicablemente ligeros por embolsarse dinero fácil. Nada de eso justifica, por supuesto, acabar con el derecho a la defensa (¿no debería revisarse el caso de los acusados de terrorismo?). Simplemente, resulta difícil aceptar que, entre tantas denuncias por prevaricación como se han presentado, solo haya habido un juez, Baltasar Garzón, que mereciera que le arranquen la toga. Queden tranquilos sus colegas del Supremo. Ya le han echado. Triunfó la justicia, a cualquier precio, deben pensar. Quede tranquilo Baltasar Garzón. Los ciudadanos no olvidaremos nunca la honda emoción que nos hizo sentir el 16 de octubre de 1998 cuando ordenó la detención del general Pinochet.

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Día de Accion de Gracias en 1998. Al fondo, Garzón entre el profesor Marichal y Ana Westley (la cocinera del pavo)

Eso mismo, Soledad. Sin caer en la resignación, siempre nos quedará la detención del genocida general Pinochet por orden de Garzón. ¡Ahí es nada!.

Por la cita de Pinochet, recuerdo hoy el pavo que nos comimos en mi casa el Día de Acción de Gracias en noviembre de 1998 con Baltasar Garzón y su esposa Rosario Molina, Juan Marichal y su esposa Solita Salinas, Joan y Angel Berenguer, Kathy y David White, Yolanda y Al Goodman y otros amigos y colegas. (Se entiende que la foto, por su mala calidad, la hice yo)

El dictador Pinochet llevaba apenas unas semanas detenido por orden del juez Garzón.

Es costumbre que uno de los comensales haga un brindis, a modo de oración laica, para conmemorar la comida fraternal de los peregrinos con los indios de Nueva Inglaterra.

En aquella ocasión, tomó la palabra mi maestro y amigo Juan Marichal, catedrático de la Universidad de Harvard, y nos emocionó a todos con un parlamento improvisado pro derechos humanos y contra los genocidas que comenten impunemente crímenes contra la humanidad; un bellísimo brindis que lamento mucho no haber grabado entonces.

Juan Marichal entre Garzón y yo

«Crimenes contra la humanidad en Argentina, en Chile, etc. que quedaban impunes… hasta ahora», dijo Marichal. A partir de la detención del dictador Pinochet, los genocidas sabrán que sus crímenes ya no quedarán impunes.

Y el maestro levantó su copa para invitarnos a todos a dar las gracias al juez Garzón, allí presente, quien se quedó emocionado y sin palabras.

Pase lo que pase, siempre nos quedará ese recuerdo de la detención de un criminal como el general Pinochet por orden de Garzón.

Recuerdo también las críticas que algunos colegas de la prensa extranjera le hicieron al juez español, más o menos en estos términos:

«Persigues a los dictadores de América Latina, por sus crímenes contra la humanidad, pero en España nadie se atreve a investigar y perseguir crímenes semejantes cometidos durante la Dictadura del general Franco. Los españoles veis la paja en el ojo ajeno y no la viga que tenéis en el vuestro. A eso se le puede llamar hipocresía o miedo». 

«Todo se andará», creo recordar que fue el resumen de la respuesta del juez Garzón.

Lo prometió y lo cumplió. Y ahí le tenemos ahora crucificado por perseguir también los crímenes del franquismo y la corrupción de políticos del PP.

Por muchos defectos que la derecha airee, exagere o invente de Baltasar Garzón (y los tiene), los demócratas estamos en deuda con este gran juez. Espero que el miedo no se extienda ahora entre los buenos jueces que siguen en activo ni entre los estudiantes de Derecho.

 

“The idiots of the New York Times,” according to F.J. Losantos

Every time the extreme right remembers me, I am afraid. Jiménez Losantos, the standard bearer, did just that yesterday in his column in El Mundo. Vanity keeps me from ignoring it without refreshing his memory.


(At the petition of some “idiot” friends and colleagues of the foreign
press – from both conservative and progressive media- I copy and paste
below an English version of yesterday’s post. Aquí está es la versión de «Los bobos del NYT» de ayer en castellano)

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To attack Judge Garzon, who was supported last Sunday by one of the most prestigious newspapers of the world, Federico J. Losantos tries to discredit the New York Times as a gang of left wing idiots («bobos»). Come on! The New York Times? For Federico J. Losantos, the reporters and editorialists of the NYT are a handful of losers who know nothing about the press. The recklessness and shamelessness of FJL – products of his active ignorance- makes my hair stand on end.

I am copying and pasting the paragraph in question of his column “Liberal Comentaries” (liberal?) in the newspaper edited by Pedro Jota [Pedro J. Ramirez, Editor of El Mundo] last Monday:

“I’ve sometimes said that there is only one thing more idiotic than a progressive European and that is a progressive American. That grotesque editorial against Aznar titled A Chill in Spain (just for firing from RTVE a PSOE propagandist married to the editorial section of the NYT), the Progressive’s Bible, proved I have never been so right.”

The editorial of Sunday’s The New York Times on Garzón was reproduced entirely in this blog. You can review it here. The other editorial (“A chill in Spain”) cited by F.J.L. that the New York Times dedicated to my firing as correspondent of TVE [Spanish state controlled TV] in New York, following a televised pre-election interview that I did of Aznar in 1996, who was a candidate for the premiership of the Government was published in this blog on the 10th anniversary of Aznar’s victory (and of my firing). I copy and paste it below:

Editorial or The New York Times:

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After 16 years (what memory!), Jiménez Losantos, the columnist of El Mundo now honors me by comparing me, if only in passing, to Judge Garzón, for the support that both of us have received from editorials in the New York Times. On the other hand, I must clarify that I have never belonged to the PSOE [Socialist Party], although now that this party is completely down and out, I may even feel like joining.

In spite of his good memory, Jiménez Losantos forgot to mention that dozens of editorials similar to that of the NYT, news stories, and articles about my firing from TVE were published in the leading newspapers of the democratic world (I still have almost a hundred now yellowed clippings) to the shame of the then new Spanish Prime Minister, José María Aznar, converted into a persecutor of freedom of the press.

I copy and paste a couple of them that I have on hand in this same blog (more “idiots” FJL would say of the  Financial Times or of The International Herald Tribune, to take one conservative and another progressive newspaper)

Editorial commentary of the  Financial Times:

Front page of The International Herald Tribune:

Fortunately, Bill Kovack, Curator of the Nieman Foundation for Journalism of Harvard University (where I was a student) surprised me by sending a letter to King Juan Carlos with a copy to Aznar (and to the editor of the NYT and other Nieman Fellows) and this provoked widespread global press coverage.

Letter from the Curator of the Nieman Foundation of Harvard University to the King of Spain:

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My children referred to the payment that a judge sentenced RTVE to pay me by declaring my firing wrongful as “the Aznar Fellowship.” Part of that compensation was used to give life to the daily 20 minutos, the most widely read general information newspaper in the history of Spain (and this magnificent web, www.20minutos.es , the third most widely read Spanish language [news ] website in the world.)

In any case, my firing is water over the dam and forms a part of the risks in the journalist trade. But I sincerely hope Federico J. Losantos forgets me. As I said at the beginning, when the extreme right talks about me, I get chills. Although, by calculating probabilities, I am no longer kidnap-able or torture-able but, trust me, I know what I am talking about when I say I am afraid.

“Los bobos del New York Times”, según Jiménez Losantos

Tengo miedo cada vez que la extrema derecha se acuerda de mí. Jiménez Losantos, su abanderado, lo hizo anteayer en su columna de El Mundo. Mi vanidad me impide pasarlo por alto sin refresacar su memoria.

Federico Jiménez Losantos

Para atacar al juez Garzón, apoyado el domingo por uno de los diarios más prestigiosos del mundo, Federico J. Losantos trata de desprestigiar al New York Times como a una cuadrilla de bobos progres. ¡Vamos! ¿El New York Times? Para Federico J. Losantos los redactores y editorialistas del NYT son cuatro mataos que no saben nada de prensa. El atrevimiento y la desvergüenza de FJL – propios de una ignorancia activa- me producen escalofríos.

Copio y pego el párrafo en cuestión de su columna “Comentarios liberales” (¿liberales?) en el diario de Pedro Jota del pasado lunes:

“Alguna vez he dicho que sólo hay algo más bobo que un progre europeo y es un progre norteamericano. Desde aquel grotesco editorial contra Aznar titulado A chill in Spain (por despedir de RTVE a un propagandista del PSOE esposado a la sección editorial del NYT), la Biblia Progre no me había dado tan estrepitosamente la razón.”

El editorial del New York Times del domingo sobre Garzón quedó recogido íntegramente en este blog. Pueden revisarlo si quieren. El otro editorial (“Un escalofrío en España”) citado por F.J.L que el New York Times dedicó a mi despido como corresponsal de TVE en Nueva York, tras la entrevista preelectoral que le hice a Aznar en 1996, como candidato a la presidencia del Gobierno, quedó recogido en este blog en el décimo aniversario de la victoria de Aznar (y de mi despido). Lo copio y pego a continuación:

Editorial de The New York Times:

 

 

 

 

 

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Traducción oficial del editorial del NYT, aportada al juicio contra RTVE, que gané, por mi despido improcedente:

Un escalofrío en España

“José María Aznar ganó las elecciones como nuevo Primer Ministro de España el pasado mes de marzo, en parte por convencer a los votantes de que había modernizado completamente su partido de centro derecha, Partido Popular, limpiándolo de toda nostalgia por las prácticas anti-democráticas de la dictadura de Franco. Ahora tendrá que volver a convencerles tras el despido con mano dura del jefe de la corresponsalía de Televisión Española en Nueva York, José Martínez-Soler, y otros cuatro corresponsales.
El Gobierno Aznar dice que despidió al Sr. Martínez-Soler para ahorrar dinero. Pero más bien parece una represalia por una entrevista de la campaña en febrero en la cual el Sr. Martínez-Soler le sacó los colores al Sr. Aznar con una referencia puntual a la vieja guardia de la derecha del Partido Popular. Si la impresión de represalia perdura, tendrá un efecto escalofriante sobre otros periodistas que trabajan para la televisión estatal española.
El tema que el Sr. Martínez-Soler abordó era legítimo, por muy incómodo que fuera para el Sr. Aznar. La era de Franco pasó no hace tanto tiempo. Muchos que sirvieron al dictador mantuvieron posiciones de influencia en los mandos del partido conservador hasta bastante recientemente. Tampoco estaba el Sr. Martínez-Soler discriminando al candidato conservador dándole un tratamiento más duro que a los demás. Hizo preguntas igualmente incómodos a los rivales socialistas.
El Sr. Aznar tiene el derecho de hacer sus propios nombramientos para los más altos cargos de la política de emisión. Pero a los periodistas profesionales, si sus informes han de ser creíbles, necesitan estar libres de la presión política. Las libertades democráticas de España son demasiado preciosas, y ganadas demasiado recientemente, para ser tan pisoteadas y tan descuidadamente. El Sr. Aznar debe moverse rápidamente para deshacer el daño”.
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Al cabo de 16 años (¡qué memoria!), me honra ahora el columnista de El Mundo comparándome, siquiera de pasada, con el juez Garzón por el apoyo que ambos hemos recibido en sendos editoriales del New York Times. Por otra parte, le aclararé que nunca he militado en el PSOE aunque, ahora que está completamente hundido, me dan ganas de apuntarme.

Pese a su buena memoria, Jiménez Losantos olvidó mencionar que docenas de editoriales semejantes al del NYT, crónicas y articulos sobre mi despido de TVE fueron publicados en los principales diarios del mundo democrático (conservo casi un centenar de recortes ya amarillentos) para vergüenza del entonces flamante presidente del Gobierno español, José María Aznar, convertido en perseguidor de la libertad de expresión.

Copio y pego un par de ellos que tengo a mano en este mismo blog (otros «bobos» que diría FJL del Financial Times o del International Herald Tribune, por tomar uno conservador y otro progresista)

Comentario editorial del Financial Times:

 

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Traducción oficial aportada en el juicio:

Costumbres españolas

 

“El nuevo gobierno del Partido Popular de España puede estar moviéndose hacia una economía más abierta, pero no está haciendo mucho por la tolerancia política. Los cambios de plantilla en organismo estatales no se están limitando solo a los puestos mas altos. En la autoridad emisora RTVE, por ejemplo, llegan muy abajo dentro de la organización.
El Primer Ministro José María Aznar evidentemente no ha perdonado una entrevista de TVE que tuvo durante la campaña electoral en febrero.
Los partidos entonces tenían dificultades para llegar a un acuerdo sobre un entrevistador para los candidatos principales, pero finalmente acordaron quedarse con José Antonio Martínez Soler, un periodista presentador muy conocido, que acababa de ser enviado a Nueva York como corresponsal jefe en EE.UU. de la televisión estatal española.
Martínez Soler, 49 años, puede estar ahora dándose patadas por un lapsus de tacto durante la entrevista con Aznar, cuando se refirió a la vieja guardia del Partido Popular como “Parque Jurásico.”
Veterano miembro del programa prestigioso de la Fundación Nieman de Periodismo de la Universidad de Harvard, también habia chocado con la anterior administración socialista.

Antes de ello, poco después de la muerte de General Franco, como un jóven director de una revista, fue secuestrado, torturado y sujeto a una ejecución simulada, tras escribir un artículo sobre la paramilitar Guardia Civil. Esta vez solamente le han despedido de su trabajo como corresponsal.
Esto es progreso.”
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Primera página del International Herald Tribune

 

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Afortuadamente, Bill Kovack, director de la Fundación Nieman de Periodismo de la Universidad de Harvard (de la que soy antiguo alumno) me sorprendió al enviar una carta al rey Juan Carlos con copia a Aznar (y al director del NYT y a otros Nieman Fellows) y eso provocó tan amplia cobertura en la prensa a nivel mundial.

 

 

Carta del Curator de la Nieman Foundation de Harvard al Rey de España

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Traducción oficial de la carta del Curator de la Nieman Foundation for Journalism de Harvard University al Rey de España, aportada al juicio contra la RTVE de Aznar.

Al Rey Juan Carlos

Madrid, España

Su Excelencia:

Le estoy escribiendo urgentemente para llamar su atención sobre un asunto grave de interferencia con la libertad de prensa y libertad de expresión que acaba de llegar a mi conocimiento. La decisión del nuevo gobierno del Primer Ministro José María Aznar de despedir a José Martínez-Soler como corresponsal de TVE es un golpe grave a la imagen de una sociedad civil que nutre los derechos de sus ciudadanos.

Periodistas por el mundo están bien familiarizados con el coraje y la integridad de José Martínez-Soler. Sabemos el precio que tuvo que pagar una vez por su devoción a los valores de los derechos humanos. Todos quedamos anonadados (pasmados, aturdidos) al oír las noticias de la decisión de despedirle de su trabajo como corresponsal en EE.UU. En solamente ocho meses había demostrado una rara habilidad para comunicar los sucesos en Estados Unidos a su audiencia en casa. Igualmente importante, nos ha ayudado conocer una nueva y emergente España. Un seminario que dirigió con otros “Fellows” de la Fundación Nieman de Harvard, anteriormente este año, fue de los más interesantes e inspiradores que hemos tenido en todo el año. La promoción entera de los “Fellows” Nieman se une a mí al expresar nuestra consternación por el comportamiento de la nueva dirección de TVE.

Este episodio lastimoso es especialmente desalentador en un momento de una mayor esperanza engendrado por el desarrollo de una Europa más integrada y unida a favor de los principios de los derechos humanos.

Respetuosamente pido que utilice su influencia para deshacer la decisión de silenciar la voz valiosa de José A. Martínez-Soler y establecer un precedente que guiará a los que respetan el valor del derecho de un pueblo a la voz y expresión libre mientras nos acercamos a otro milenio.

Respetuosamente suyo,

Bill Kovach

Curator (director o presidente)

Copia: Primer Ministro José María Aznar

Jorge Sanchez Gallo, TVE

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A la indemnización que el juez obligó a RTVE a pagarme, al declarar improcedente mi despido, se refirieron mis hijos como «la beca Aznar». Una parte de ella sirvió para dar vida a 20 minutos, el diario de información general más leído en la historia de España (y a esta magnífica web, www.20minutos.es, la tercera del mundo en castellano).

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En todo caso, mi despido ya es agua pasada y son gajes del oficio. Pero, sinceramente, prefiero que Federico J.Losantos se olvide de mi. Como dije al principio, cuando la extrema derecha habla de mi me dan escalofríos.  Afortunadamente, por cálculo de probabilidades, ya no soy secuestrable ni torturable, pero se de lo que hablo cuando digo miedo.

 

«Democracia real, ya»…era hora

Si no lo veo, no lo creo. Me lo anunció, sin detalles, uno de mis hijos: «Pa, vamos contra todo», me dijo.  No entendí muy bien el fondo de su protesta con un lema, tan poco específico, que incluye TODO.  Acabo de regresar de una corta estancia en México y no tenía ni idea de la manifestación que estaban montando nuestros jóvenes más airados, a través de Twitter, Facebook, etc., como si estuviéramos en el afortunadamente revuelto mundo árabe. Pensé que se trataba de otro botellón o de una protesta -tan española- contra el cierre de los bares antes de las 4 de la madrugada. Por eso, apenas le di imporancia.

Ana García D´Atri, candidata del PSOE en la lista de Madrid

Contra mi costumbre, el sábado acudí a un mitin del PSOE, en el teatro Galileo Galilei de Madrid, para aplaudir y animar, en su debut político, a la joven Ana García D´Atri, responsable de Cultura en la candidatura de Jaime Lissavetzky (el apellido lo he copiado, letra por letra, del globo rojo que me dieron). Comenté en casa la alegría que me causaba ver a jóvenes idealistas como Ana, a quienes hemos visto crecer, comprometidos e ilusionados con la acción política para luchar por un futuro mejor para todos.

«Tiene mucho valor lo que hace Ana -dije- precisamente cuando los partidos políticos, por los que tanto luchamos en la Dictadura, nos están provocando tanta desafección, desgana y decepción democráticas por la corrupción y la mediocridad de la vida política actual».

Creo que el anuncio de mi hijo («Pa, vamos contra todo») fue, en cierto modo, una respuesta a mis quejas por el deterioro de la democracia en España. Cuando me conecté ayer con 20minutos.es no pude dar crédito a lo que veían mis ojos. Me sorprendió, en efecto, la respuesta indignada de tantos jóvenes que llenaban la madrleña calle de Alcalá, desde Sol a Cibeles.    Para los incrédulos como yo, ahí va una foto de la «mani» tomada de 20minutos.es.

Manifestación de jóvenes en Madrid por la "Democracia real ya"

V

«Para muchos de nosotros PSOE y PP son lo mismo»

Acampada en la Puerta del Sol de Madrid

Quien quiera saber más detalles puede conectar con estas ofertas de mi web favorita. Reconozco que ayer me picó la curiosidad de viejo periodista y quise comprobar lo que estaban publicando del asunto nuestros competidores en las webs correspondientes de los diarios tradicionales de pago (o sea, de mayores). Se puede decir que le dieron tanta importancia como yo le di el dia anterior a la manifestación anunciada de mi hijo «contra todo». Mientras 20minutos.es informaba ayer de las «manis» casi al minuto, con fotos, lemas, etc., nuestros competidores apenas le dieron cobertura. Solo un poquito para salir del paso. Sin embargo, hoy, lunes, los diarios impresos de pago lo han remediado, como es habitual con retraso, con foto en primera. No me extraña su olvido o su pésima valoración del feliz acontecimiento, ya que sus lectores son aproximadamente de mi edad.

Chavales: Estáis vivos y me habéis dado una alegría. Gracias.

Hace unos meses, publiqué un comentario en este blog sobre una encuesta que mostraba a nuestra juventud pesimista, apática, etc., con el titulo «¿Cuando se jodió la juventud española?»

Después de las manifestaciones de ayer, por toda España, retiro la mitad de lo dicho entonces. Revisaré mis opiniones sobre nuestros airados y -con razón- indignados jóvenes.

Efectivamente, la esperanza es lo último que se pierde. ¡Que no decaiga!.

 

Piso por préstamo: entre banqueros y políticos no hay «cornás»

Ni los banqueros ni los políticos (que tanto les deben) se atreven a cambiar una Ley inmoral e impresentable. ¡Olé por ese juez que nos devuelve cierta confianza en la Justicia!

Ya que ni el Poder Legislativo ni el Poder Ejecutivo se atreven a cambiar la legislación hipotecaria, para frenar los abusos e inmoralidades de la banca, mientras descarga impúdicamente todo el riesgo de sus tasaciones infladas en el consumidor, está bien que sea al menos un juez quien le saque los colores a los banqueros y a los líderes políticos tan endeudados y protegidos por la banca.

Entre bueyes (banqueros y políticos) no hay «cornás«. ¡Bravo por ese juez que nos ha dado una pizaca de luz en este oscuro escándalo mayúsculo!

Tampoco los medios de información se han portado como debían con sus lectores cosumidores de préstamos hipotecarios.

La prensa ha sido bastante tacaña a la hora de informar sobre la situación escandalosa que se está produciendo en España desde que comenzó esta doble crisis económica e inmobiliaria.

Es cierto que la prensa vive especialamente de los ingresos por publicidad, y los anuncios de los bancos son bastante relevantes en la prensa de pago. Tan relevantes como las deudas que los partidos políticos acumulan con sus benéficos banqueros, que suelen perdonarles con el paso del tiempo, a la chita callando, cada equis años.

La noticia importantísima sobre la sentencia del juez de Navarra, a favor de que la entrega del piso salde la deuda hipotecaria, fue publicada primero por El Periódico de Catalunya. Inmediatemente fue reproducida y jaleada en Facebook y Twitter (como hacen estos días los demócratas de Túnez, Egipto, etc. con sus demandas de libertad y justicia).

En Madrid la recogieron El País y El Mundo, a media página. Y ayer  sábado -menos mal- pude leer en El País un amplio reportaje a doble página, que me reconcilia con ese diario, titulado:

Hipoteca legal, pero inmoral

Y este sumario:

El propietario asume todo el riesgo de pérdida de valor de su casa frente al banco.

Dos sentencias revolucionan el mapa al dar la razón al ciudadano.

La doble página incluye la información de Amaia Arrarás, que pego al margen, y un análisis de Iñigo de Barrón que no tiene desperdicio y que copio y pego a continuación:

La banca siempre gana

ÍÑIGO DE BARRÓN, en El País, 29/01/2011

Es frecuente que los jueces sean noticia por las resoluciones que van contra el sentido común. Este caso es el contrario. La Audiencia Provincial de Navarra ha dictado un auto en el que considera que devolver al banco el piso hipotecado es suficiente para saldar la deuda, incluso si la última tasación es inferior a lo que debía.

Para cualquier ciudadano este auto tiene toda la lógica y es el sistema utilizado en Estados Unidos e Inglaterra. Sin embargo, la entidad, el BBVA en este caso, afirma que es contrario a la Ley de Enjuiciamiento Civil, la Ley Hipotecaria y la doctrina del Tribunal Supremo.

Puede que tenga razón, pero entonces es un asunto que va contra la ley pero que no parece inmoral. De hecho, la Audiencia admite que el banco ha actuado legalmente pero su comportamiento ha sido «moralmente rechazable».

Los detalles del caso son importantes. Un ciudadano pide 71.225 euros para comprarse una casa que el banco tasa en 75.900 euros. Tres años después, ante el impago de las cuotas, se queda con la casa por 42.895 euros, es decir, 33.005 euros menos, un 43,5% de depreciación.

Como el cliente había pagado una parte, le reclama 28.129 euros y además (algo especialmente sangrante), 8.438 euros más de intereses y gastos. En total, 36.612 euros. Como ya había pagado cuotas por 4.876 euros, este vecino de Estella deberá pagar 41.488 al BBVA por un préstamo que pidió para una casa que ya no tiene.

Desde cualquier óptica parece una situación absurda y aberrante. Todas las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria las paga el cliente y el banco sale inmaculado gracias a que los ciudadanos responden con todos sus bienes, según la legislación española. Lo que dice la ley -que CIU ha intentado cambiar sin éxito- es que solo el cliente comete errores y paga por ello, pero la entidad (cualquiera que sea, porque la mayoría actúan igual) no tiene ninguna responsabilidad.

¿Alguien puede pensarlo? El oficio de banquero se caracteriza por la prudencia, el conocimiento del mercado y la valoración de los riesgos. Cobran por ello. ¿Se ha actuado correctamente? La negligencia y la codicia son algunas de las razones que explican esta crisis.

El Banco de España alertó de que se estaba calentando el ladrillo desde 2006, pero se quedó ahí. No penalizó los préstamos por el 100% de la tasación, ni los de promotores o hipotecas basura. No cabe duda de que el ciudadano, mayor de edad y responsable de sus actos, debía saber lo que hacía. Pero algo grave ha fallado en el sistema financiero cuando se ha alimentado una burbuja en la que los pisos subían un 100% mientras los sueldos se incrementaban un 25%. Incluso el suelo se revalorizó un 500% entre 1997 y 2007.

Como recuerda el auto, los clientes no tasaban los pisos ni eran responsables de que se les concedieran créditos por el 120% del valor tasado, con importes superiores al 35% de sus ingresos. La crisis no ha llegado solo porque los clientes pidieran cantidades astronómicas y compraran todo lo que salía al mercado, que también.

Desde 2007 ha habido unas 320.000 ejecuciones hipotecarias. Quizá con la llegada de la burbuja se deba replantear la ley, sin dar un golpe de timón que provoque inseguridad jurídica o hunda al sistema, porque todos saldríamos perdiendo. Con este caso queda el consuelo del dicho jurídico: «La ley dice lo que dice el juez que dice la ley». Esta vez la banca no ha ganado.»

Nada que objetar a este valiente artículo.

La polémica ya es pública y a los legisladores y gobernantes (da igual del partido que sean ya que tanto el PSOE como el PP han pasado por el aro bancario) se les debería caer la cara de vergüenza si no cambian ya la legislación vigente para que quien no asuma riesgo (ni pérdida) no pueda ni deba tener beneficio. Vaya cara dura la de nuestros banqueros y políticos.

Ahora que el Estado vuelve otra vez (en marzo) al rescate galante de ciertas cajas de Ahorro y bancos -que han hecho mal su trabajo-, también podría aumentar sus inyecciones de capital público a los bancos y cajas que tengan problemas porque asuman sus pérdidas lógicas por el menor valor de los pisos que embargan a sus clientes morosos.

Es una buena oportunidad para cambiar una legislación inmoral (según el propio juez) y tan alejada de la Justicia como del sentido común.

¿A qué esperan?

Franquismo y Gürtel: Aviso a navegantes

¿Quién se atreverá ahora con la corrupción del PP o con los crímenes impunes de la Dictadura? El Poder Judicial ha dado una puñalada trapera a la Democracia que va mucho más allá de la mera expulsión del juez Garzón de la Audiencia Nacional.

Sin respetar siquiera sus propios procedimientos y formas -que son la base del Derecho-, un puñado de jueces, enquistados en la derecha más rancia y/o en la venganza/envidia más ruín, ha dado un primer aviso descomunal a navegantes. Al fin, lo han conseguido.

¿Qué juez se atreverá, a partir de ahora, a hacer la segunda pregunta para investigar delitos que no sean del gusto de los corruptos o de los franquistas?

El daño producido a los principios de nuestro ordenamiento jurídico, es decir, a los fundamentos de nuestra Democracia, es inconmesurable y traerá -¡ojalá me equivoque!- gravísimas consecuencias para nuestra convivencia democrática.

Una de las heridas más graves es la que los propios vocales del Poder Judicial se han hecho a sí mismos y al ya dudoso prestigio de la Justicia en España. Sus nombres quedarán grabados en la historia del tardo-franquismo para que sus hijos y nietos puedan recordar el golpe rastrero que propinaron ayer a la Justicia al dar este tenebroso aviso al resto de los jueces. Los jueces españoles se acobardarán. ¡Y con razón! Ya lo creo.

Mientras tanto, crecerán por todo el mundo los apoyos a Baltasar Garzón.

Garzón puede equivocarse, como todo hijo de vecino, o puede disentir -como han hecho otros jueces- del criterio sesgado de su perseguidor, el juez Varela . Por cierto, este tal Varela fue compañero de Garzón a las órdenes del biministro Belloch.

Cuando Garzón se separó de Varela, salió del ministerio y reabrió el caso de los crímenes del GAL se inició el claro conflicto de intereses que acabó ayer con Garzón en el exilio judicial. Esa coincidencia laboral y política ya era motivo más que suficiente para apartar aVarela del caso Garzón por conflicto clarísimo de interéses.

También creo que Garzón hizo mal entonces al reabrir el caso GAL que implicaba a antiguos compañeros suyos del Gobierno de Felipe González. Garzón tenía un conflitco de intereses en el caso GAL y Varela lo tiene en el caso Garzón.

Es una pena que los jueces españoles no sean más exquisitos ante sus conflictos de interés. Claro que siguen la pauta marcada por tantos líderes políticos poco escrupulosos con la pureza democratica de sus actos.

Puede haber opiniones distintas sobre la investigación de los crímenes del franquismo, pero de ahí a acusar a Garzón de prevaricación… va un abismo.

En todo caso, el debate de fondo sigue abierto sobre si la Ley de Amnistía -aprobada antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1978– cubre o no cubre todos los crímenes de lesa humanidad y/o de genocidio cometidos por la Dictadura franquista una vez terminada la Guerra Civil.

Creo que uno de los mayores errores que hemos cometido ha sido meter en el mismo saco los crímenes de la Guerra Civil, cometidos por ambos bandos, y los crímenes de la Dictadura, cometidos por el bando vencedor, una vez terminado el conflicto bélico. A mi juicio, son dos cosas muy distintas. Y deben tener un tratamiento separado.

No se si algún juez chileno se ateverá ahora a investigar los crímenes de la Dictadura del general Franco como Baltasar Garzón se atrevió a hacer cn los crímenes de la Dictadura del general Pinochet.

Precisamente la foto de arriba, en la que aparece Garzón junto a mi maestro Juan Marichal, fue tomada durante la comida del Dia de Acción de Gracias que siguió a la detención de Pinochet por orden de Garzón. Marichal improvisó entonces unas palabras en favor de la labor de Garzón y de la Justicia universal que nos emocionaron a todos los presentes.

Hoy, entristecido por la noticia de su exilio judicial, no puedo olvidar aquel cariñoso homenaje que hicimos al juez Garzón. Ojalá tuvieramos en España (vanidad incluida) muchos jueces como él y menos como los tristemente célebres vocales que intregan el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Nunca mejor que hoy cuadra una errata, cometida un día ya lejano por el Boletín Oficial del Estado, que definía al CGPJ como «Conejo General del Joder Pudicial».

Con todos mis respetos. Faltaría más.

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Copiemos al País Vasco: «un ejemplo para España»

Zapatero y Rajoy deberían imitar mañana a sus respectivos líderes vascos (López y Basagoiti), que han sido capaces de librarse de su esclavitud partidaria, para llegar a acuerdos de gran calado político sobre los principios básicos de la democracia.

Hace casi dos años («horribilis») de esta fotografía en la puerta de la Moncloa. De aquella reunión fallida tenemos hoy una parte de estos lodos…

¿Habrán aprendido algo de sus colegas del País Vasco?

También podrían inspirarse en los líderes del Gobierno y de la oposición de Portugal, que pelean juntos contra la crisis económica. Ante una situación extraordinariamente grave necesitamos líderes también extraordinarios y no tan mediocres como los que se van a reunir mañana en La Moncloa.

Tanto Zapatero como Rajoy deberían leer con atención al maestro Antonio Gala («Contra la España mediocre»), hacer examen de conciencia y propósito de enmienda. Una sonrisa conjunta (y sincera) de ambos al término de la reunión sería más balsámica para la economía española que algunos puntos del déficit público o una docena de puntos del endeudamiento.

Premio Fernando Abril a la Concordia para los líderes del PSOE y el PP vascos

Dos adversarios políticos comparten el Premio a la Concordia. Parecía imposible pero algo se mueve, desde hace un año, en el País Vasco: la esperanza.

Los líderes vascos del PSE-PSOE y del PP han ganado juntos el Premio Fernando Abril Martorell 2009 a la Concordia. Patxi López y Antonio Basagoiti sumaron hace un año sus votos para consolidar la democracia en el País Vasco. Y algo se nota.

El jueves pasado, ambos adversarios políticos fueron homenajeados en un hotel de Madrid «por su decidida apuesta por la concordia, el diálogo y el consenso en un momento de cambio y de alternancia política en el País Vasco».

La Cena de la Concordia reunió a un montón de celebridades de la Transición (que ya no cumplirán los 60 años) pero también -otra novedad, pese al alto precio del menú- a algunos jóvenes de la generación de Patxi López y de Antonio Basagoiti. Creo que es la primera vez que el Premio a la Concordia va a parar a manos tan jóvenes. Ya era hora.

Según la Fundación Fernando Abril Martorell (a la que tengo el honor de pertenecer), este galardón pretende reconocer que ambos premiados, «al situar la convivencia ciudadana en el centro de su acción política«, han iniciado un camino que «servirá, sin duda, de inspiración a quienes creen en la fortaleza de la democracia y están dispuestos a defenderla mediante la ley, la razón y la palabra«.

En el acto de entrega del Premio, José Luis Leal, ex ministro de Economía con el vicepresidente Abril y vicepresidente de la Fundación, lamentó la «di¡ficultad creciente para llegar a consensos mínimos» y celebró que los dos grandes partidos hayan llegado a un acuerdo en el País Vasco. Los líderes vascos del PSE-PSOE y del PP han demostradso ser «valientes y generosos».

Nicolás Redondo Terreros hizo el elogio de los premiados: «dos personas que respeto y quiero», líderes «generosos, cautos y sabios» quienes, con una política de eficacia y de normalidad democrática, han hecho un esfuerzo por el consenso. Y añadió: «un ejemplo para España».

También recordó que el vicepresidente Abril Martorell venció la esclavitud partidaria hasta hacerse amigo de Alfonso Guerra y de los sindicatos. Hizo una defensa emocionada de los líderes de la Transición, entre los que su padre (presente en la cena) tiene un lugar de honor:

«Cambiaron la confrontación por el acuerdo, con tolerancia para entender las razones del otro; y el enemigo se convirtió en adversario al que se le podía ganar pero no aniquilar… Llegamos con tanto retraso… nos costó tanto…y algunos lo han olvidado».

También combatió la desidia, la ignorancia y la comodidad actuales.

Al término de la cena, Javier Solana fue el encargado del Elogio de la Concordia. Y lo hizo de maravilla:

«Miramos a la memoria del pasado -dijo- cuanto no hay proyecto de futuro».

Su discurso merece crónica aparte. Pero eso lo dejo para otro día. Tengo recados urgentes que hacer ahora mismo.

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La Fundación Fernando Abril Martorell fue creada en junio de 1998 con Adolfo Suárez como presidente de su patronato y José Luis Leal Maldonado como su vicepresidente. El año pasado, el premio lo recibió el ex jefe de la Casa del Rey Sabino Fernández Campo, fallecido recientemente, y el anterior el galardonado fue el el entonces alto representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana.

En anteriores ediciones el premio recayó en el Rey Juan Carlos, Agustín Ibarrola, Fernando Savater, Francisco Ayala, Santiago Carrillo, José Maria Martín Patino, Jordi Pujol, Alfonso Guerra, la organización empresarial CEOE y los sindicatos CCOO y UGT.