Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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El hacha del PP contra Juan Ramón Lucas

El PP de Fraga/Aznar/Rajoy vuelve a las andadas: saca el hacha fratricida de León Felipe. Y quita de enmedio al conductor más ecuánime de Radio Nacional de España. Otra vez el hacha. Y otra oportunidad perdida para la elegancia y la pedagogía  democráticas. No aprendemos.

Juan Ramón Lucas, en un encuentro con los lectores de 20minutos.es

Entiendo que cuando cambia el Gobierno, éste quiera sustituir a los cargos políticos de libre designación del Gobierno anterior. Así ocurrió con la peleona María Antonia Iglesias (nombrada por Felipe González) o con el zombi Alfredo Urdaci (nombrado por José María Aznar). Ambos eran directores de los servicios informativos de TVE conectados directamente con La Moncloa. O con los directores de Informativos de RNE que son cargos de confianza enchufados al poder político de turno.

Juan Ramón Lucas es un periodista sin cargo político alguno, un currante contratado por Radio Nacional para conducir y presentar «En días como hoy», un programa informativo de la mañana que ha sumado grandes éxitos de audiencia (1,4 millones de oyentes) y de credibilidad.  Le quedaba pendiente un año más de contrato. Podían haber esperado solo un año para quedar como demócratas respetuosos con la libertad de expresión.

Debo decir que apenas conozco personalmente a Lucas. Le he visto en un par de encuentros multitudinarios. Pero he seguido con atención e interés personal y profesional el fruto de sus obras. Al poco tiempo de ser contratado por RNE para presentar el programa de la mañana, y privado ya de Iñaki Gabilondo en la mañana de la SER (cada día más sesgada), me pasé de vez en cuando a RNE. El programa de Juan Ramón Lucas nos cautivó a todos en casa y quedamos enganchados a RNE hasta hoy. Tal como estábamos ya enganchados los fines de semana  a «No es un día cualquiera» como fieles escuchantes de Pepa Fernández. Espero que el golpe antiprofesional contra Lucas sirva, al menos, de vacuna o cortafuegos para que no se carguen también a Pepa Fernández.

¿Qué prisa tenía o qué tipo de presiones fratricidas recibía este tal González-Echenique, nueve jefe de la RTVE del PP, para aplicar la guillotina laboral contra Lucas?

Por más que busco por los rincones más recónditos del razonamiento, no encuentro razones que justifiquen el cese de Lucas. Estas reacciones del PP de siempre solo puedo entenderlas desde el análisis frío de sus vísceras, de su ADN, de los más bajos instintos de personas miserables que deberían estar inhabilitadas para la política democrática.

Los Fabra del PP de Castellón. Cacique e hija

Ese es el caso, por ejemplo, de la todavía diputada del PP, Andrea Fabra, fiel sucesora de su padre, el cacique de Castellón. Su grito de guerra parlamentaria («¡Que se jodan!») contra los parados en el momento en que Rajoy les aplicaba el hacha de los recortes es una prueba inequívoca de la inmundicia moral de extrema derecha (del viejo parque jurásico) que aún subsiste en el seno del Partido Popular. La hija del cacique dice ahora que aquel «¡Que se jodan!» (que fue gritado por ella al anunciar Rajoy el recorte a los parados) no iba dirigido a los parados sino a los diputados socialistas que estaban sentados en la bancada de enfrente. No sé que es peor. La mierda, cuanto mas remueve, más huele.

¿Habrá asesorado esta desvergonzada Andrea Fabra (o alguien de su cuadra) a González-Echenique para que echara a Juan Ramón Lucas de su programa al grito de «¡Que se joda!»?

Lo malo es que no solo joden a Lucas sino que nos joden a 1,4 millones de oyentes que celebrábamos cada mañana su islote de libertad, gracia y ecuanimidad profesional.

¿Era ese, quizás, el objetivo final? Pues lo han conseguido con RNE. Y lo van consiguiendo también con los restos de la maltrecha economía española heredada de Aznar y Zapatero. Estoy enfadado con los desmanes del hacha del PP, pero estoy más enfadado aún con la política nefasta del PSOE de Zapatero (a quien voté) que hizo posible el regreso al poder absoluto de un PP que aún alimenta en su interior huestes antidemocráticas pendientes de civilizar.

Que yo critique hoy el cese de un colega periodista (habiendo sido yo mismo despedido ilegalmente por la TVE de Aznar tras la entrevista que le hice como candidato presidencial en 1996) puede dar la impresión, y quizas con razón, de que aún tengo un hacha por afilar. No es así. Como dice un tiento: «El tiemo lo cura to». Además, las penas con pan son menos. La indemnización por despido improcedente que fijó el juez (mis hijos la llamaron «la beca Aznar«) me permitió volver a la Universidad y fundar Multiprensa y Mas S.L, editoria del diario 20 minutos y de 20minutos.es.

No obstante, alguien dirá que, como reza el título del blog, «se nos ve el plumero». Por eso, y porque en la derecha española hay gente con dos dedos de luces, quiero copiar y pegar aquí un artículo de Luis María Anson (nada sospechoso de izquierdista), que acabo de leer en la pagina 2 de El Mundo, con el que estoy de acuerdo y cuya lectura recomiendo.

Primer error de González-Echenique, de Luis María Anson en El Mundo

OPINIÓN: CANELA FINA

Luis María Ansón contra el cese de Luan Ramón Lucas

Hace pocos días, una ministra del Gobierno me hacía elogios bien fundamentados sobre la capacidad de Leopoldo González-Echenique. No se trata de un caso aislado. Son muchos los testimonios positivos que he escuchado en las últimas semanas sobre la inteligencia y la seriedad del nuevo presidente de Radio Televisión Española.

Como sería altamente calumnioso afirmar que González Echenique es un experto en radio televisión, pues la primera en la frente. La destitución, si se confirma, de Juan Ramón Lucas es un grave error. Pocos profesionales del periodismo tienen una idea tan clara de servir, desde la independencia, el derecho a la información de los ciudadanos. Escucho de forma habitual su espacio En días como hoy y, en mi opinión profesional, creo muy difícil hacer periodismo de forma más objetiva. Sin genuflexiones ni agresividades, el programa informativo de Juan Ramón Lucas ha consolidado el prestigio de Radio Nacional de España, gracias a la sagacidad periodística de su director, a su instinto para la actualidad, a su sentido del humor y a su capacidad para buscar y encontrar temas de alcance humano. Seguramente tendrá defectos el conductor de En días como hoy pero esos se quedan para que los subrayen los políticos mediocres o los periodistas cicateros.

Juan Ramón Lucas además ha sabido armonizar un excepcional equipo, demostrando su capacidad para la dirección. No se puede mantener a diario la alta calidad de En días como hoy sin la colaboración de una redacción a la que hay que saber alentar y coordinar. Lucas, por otra parte, cree sinceramente en la radio pública. Desembarazado de cualquier presión política, lleva largos años impartiendo una lección diaria de periodismo independiente. Borrar de un plumazo la fecunda comunicación con millones de oyentes es, para muchos, un grave error que ha producido general rechazo en medios profesionales.

Ah, apenas conozco a Juan Ramón Lucas. Lo he visto alguna vez en actos periodísticos multitudinarios y no tengo con él la menor relación ni personal ni profesional. Hace años me hizo una entrevista en la radio con motivo de una cuestión relacionada con la lengua. Y eso es todo. Escribo estas líneas, como he hecho tantas veces con otros compañeros, por razones de justicia y como homenaje particular a uno de los mejores profesionales que enaltecen el periodismo español.

A ciertos dirigentes del PP les chiflan los periódicos alfombra; a otros, los periódicos momia. Y además les encanta entonar la predicción de Ortega y Gasset: «Ya no hay protagonistas; solo hay coro». Pero eso en periodismo es arar en el agua. Juan Ramón Lucas lo sabe muy bien. En el PP hay políticos y periodistas que harían un tambor con la piel de su propia madre para redoblar sobre ella las alabanzas a Rajoy y a Soraya. Hace unos días me decía en la Academia un prestigiado intelectual que el instrumento que toca Rajoy es un stradivarius; el de Zapatero, una zambomba. La comparación no me parece disparatada. Lo alarmante es que algunos pretenden transformar ahora, ya en el poder, el violín exigente en atolondrada zambomba.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.

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Gracias, Luis María. Este artículo te honra como defensor de la libertad de expresión.

No es la primera vez que el conservador Luis María Anson sale en defensa de periodistas agredidos por el Poder y en defensa de la libertad de expresión, un derecho de los ciudadanos y no sólo de los periodistas.

Tengo dos recuerdos personales. Cuando era director del semanario Doblón, fui secuestrado, torturado y sometido a una ejecución simulada en las postrimerías de la dictadura franquista. Luis María Ansón publicó un comentario editorial en Gaceta Ilustrada (revista que él dirigía entonces) condenando tales hechos. También publicó un artículo semejante el semanario Triunfo, creo recordar que salido de la pluma de mi querido y recordado Eduardo Haro Tecglen.  Al cabo de unos meses, y casi recuperado de las heridas y quemaduras, envié ambos artículos (uno de un medio de derechas y otro de izquierdas) a la Universidad de Harvard junto con mi candidatura a la Nieman Foundation for Journalism. Estoy seguro de que ambos artículos (que algún día encontraré en mi sótano) contribuyeron a que me concedieran el honor de ser el primer hispanohablante galardonado con la Nieman Fellowship de Harvard.

Cuando era corresponsal de Televisión Española en Nueva York y fui despedido (cuando aún me quedaban dos años pendientes en mi contrato laboral), tras la entrevista preelectoral que hice a José María Aznar como candidato presidencial en 1996 y su victoria, Luis María Ansón publicó otro comentario editorial, esta vez en el diario ABC (que él dirigía) contra tal despido y en defensa de la libertad de expresión. Se titulaba «Pluralismo y Democracia».

“Los bobos del New York Times”, según Jiménez Losantos

Tengo miedo cada vez que la extrema derecha se acuerda de mí. Jiménez Losantos, su abanderado, lo hizo anteayer en su columna de El Mundo. Mi vanidad me impide pasarlo por alto sin refresacar su memoria.

Federico Jiménez Losantos

Para atacar al juez Garzón, apoyado el domingo por uno de los diarios más prestigiosos del mundo, Federico J. Losantos trata de desprestigiar al New York Times como a una cuadrilla de bobos progres. ¡Vamos! ¿El New York Times? Para Federico J. Losantos los redactores y editorialistas del NYT son cuatro mataos que no saben nada de prensa. El atrevimiento y la desvergüenza de FJL – propios de una ignorancia activa- me producen escalofríos.

Copio y pego el párrafo en cuestión de su columna “Comentarios liberales” (¿liberales?) en el diario de Pedro Jota del pasado lunes:

“Alguna vez he dicho que sólo hay algo más bobo que un progre europeo y es un progre norteamericano. Desde aquel grotesco editorial contra Aznar titulado A chill in Spain (por despedir de RTVE a un propagandista del PSOE esposado a la sección editorial del NYT), la Biblia Progre no me había dado tan estrepitosamente la razón.”

El editorial del New York Times del domingo sobre Garzón quedó recogido íntegramente en este blog. Pueden revisarlo si quieren. El otro editorial (“Un escalofrío en España”) citado por F.J.L que el New York Times dedicó a mi despido como corresponsal de TVE en Nueva York, tras la entrevista preelectoral que le hice a Aznar en 1996, como candidato a la presidencia del Gobierno, quedó recogido en este blog en el décimo aniversario de la victoria de Aznar (y de mi despido). Lo copio y pego a continuación:

Editorial de The New York Times:

 

 

 

 

 

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Traducción oficial del editorial del NYT, aportada al juicio contra RTVE, que gané, por mi despido improcedente:

Un escalofrío en España

“José María Aznar ganó las elecciones como nuevo Primer Ministro de España el pasado mes de marzo, en parte por convencer a los votantes de que había modernizado completamente su partido de centro derecha, Partido Popular, limpiándolo de toda nostalgia por las prácticas anti-democráticas de la dictadura de Franco. Ahora tendrá que volver a convencerles tras el despido con mano dura del jefe de la corresponsalía de Televisión Española en Nueva York, José Martínez-Soler, y otros cuatro corresponsales.
El Gobierno Aznar dice que despidió al Sr. Martínez-Soler para ahorrar dinero. Pero más bien parece una represalia por una entrevista de la campaña en febrero en la cual el Sr. Martínez-Soler le sacó los colores al Sr. Aznar con una referencia puntual a la vieja guardia de la derecha del Partido Popular. Si la impresión de represalia perdura, tendrá un efecto escalofriante sobre otros periodistas que trabajan para la televisión estatal española.
El tema que el Sr. Martínez-Soler abordó era legítimo, por muy incómodo que fuera para el Sr. Aznar. La era de Franco pasó no hace tanto tiempo. Muchos que sirvieron al dictador mantuvieron posiciones de influencia en los mandos del partido conservador hasta bastante recientemente. Tampoco estaba el Sr. Martínez-Soler discriminando al candidato conservador dándole un tratamiento más duro que a los demás. Hizo preguntas igualmente incómodos a los rivales socialistas.
El Sr. Aznar tiene el derecho de hacer sus propios nombramientos para los más altos cargos de la política de emisión. Pero a los periodistas profesionales, si sus informes han de ser creíbles, necesitan estar libres de la presión política. Las libertades democráticas de España son demasiado preciosas, y ganadas demasiado recientemente, para ser tan pisoteadas y tan descuidadamente. El Sr. Aznar debe moverse rápidamente para deshacer el daño”.
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Al cabo de 16 años (¡qué memoria!), me honra ahora el columnista de El Mundo comparándome, siquiera de pasada, con el juez Garzón por el apoyo que ambos hemos recibido en sendos editoriales del New York Times. Por otra parte, le aclararé que nunca he militado en el PSOE aunque, ahora que está completamente hundido, me dan ganas de apuntarme.

Pese a su buena memoria, Jiménez Losantos olvidó mencionar que docenas de editoriales semejantes al del NYT, crónicas y articulos sobre mi despido de TVE fueron publicados en los principales diarios del mundo democrático (conservo casi un centenar de recortes ya amarillentos) para vergüenza del entonces flamante presidente del Gobierno español, José María Aznar, convertido en perseguidor de la libertad de expresión.

Copio y pego un par de ellos que tengo a mano en este mismo blog (otros «bobos» que diría FJL del Financial Times o del International Herald Tribune, por tomar uno conservador y otro progresista)

Comentario editorial del Financial Times:

 

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Traducción oficial aportada en el juicio:

Costumbres españolas

 

“El nuevo gobierno del Partido Popular de España puede estar moviéndose hacia una economía más abierta, pero no está haciendo mucho por la tolerancia política. Los cambios de plantilla en organismo estatales no se están limitando solo a los puestos mas altos. En la autoridad emisora RTVE, por ejemplo, llegan muy abajo dentro de la organización.
El Primer Ministro José María Aznar evidentemente no ha perdonado una entrevista de TVE que tuvo durante la campaña electoral en febrero.
Los partidos entonces tenían dificultades para llegar a un acuerdo sobre un entrevistador para los candidatos principales, pero finalmente acordaron quedarse con José Antonio Martínez Soler, un periodista presentador muy conocido, que acababa de ser enviado a Nueva York como corresponsal jefe en EE.UU. de la televisión estatal española.
Martínez Soler, 49 años, puede estar ahora dándose patadas por un lapsus de tacto durante la entrevista con Aznar, cuando se refirió a la vieja guardia del Partido Popular como “Parque Jurásico.”
Veterano miembro del programa prestigioso de la Fundación Nieman de Periodismo de la Universidad de Harvard, también habia chocado con la anterior administración socialista.

Antes de ello, poco después de la muerte de General Franco, como un jóven director de una revista, fue secuestrado, torturado y sujeto a una ejecución simulada, tras escribir un artículo sobre la paramilitar Guardia Civil. Esta vez solamente le han despedido de su trabajo como corresponsal.
Esto es progreso.”
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Primera página del International Herald Tribune

 

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Afortuadamente, Bill Kovack, director de la Fundación Nieman de Periodismo de la Universidad de Harvard (de la que soy antiguo alumno) me sorprendió al enviar una carta al rey Juan Carlos con copia a Aznar (y al director del NYT y a otros Nieman Fellows) y eso provocó tan amplia cobertura en la prensa a nivel mundial.

 

 

Carta del Curator de la Nieman Foundation de Harvard al Rey de España

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Traducción oficial de la carta del Curator de la Nieman Foundation for Journalism de Harvard University al Rey de España, aportada al juicio contra la RTVE de Aznar.

Al Rey Juan Carlos

Madrid, España

Su Excelencia:

Le estoy escribiendo urgentemente para llamar su atención sobre un asunto grave de interferencia con la libertad de prensa y libertad de expresión que acaba de llegar a mi conocimiento. La decisión del nuevo gobierno del Primer Ministro José María Aznar de despedir a José Martínez-Soler como corresponsal de TVE es un golpe grave a la imagen de una sociedad civil que nutre los derechos de sus ciudadanos.

Periodistas por el mundo están bien familiarizados con el coraje y la integridad de José Martínez-Soler. Sabemos el precio que tuvo que pagar una vez por su devoción a los valores de los derechos humanos. Todos quedamos anonadados (pasmados, aturdidos) al oír las noticias de la decisión de despedirle de su trabajo como corresponsal en EE.UU. En solamente ocho meses había demostrado una rara habilidad para comunicar los sucesos en Estados Unidos a su audiencia en casa. Igualmente importante, nos ha ayudado conocer una nueva y emergente España. Un seminario que dirigió con otros “Fellows” de la Fundación Nieman de Harvard, anteriormente este año, fue de los más interesantes e inspiradores que hemos tenido en todo el año. La promoción entera de los “Fellows” Nieman se une a mí al expresar nuestra consternación por el comportamiento de la nueva dirección de TVE.

Este episodio lastimoso es especialmente desalentador en un momento de una mayor esperanza engendrado por el desarrollo de una Europa más integrada y unida a favor de los principios de los derechos humanos.

Respetuosamente pido que utilice su influencia para deshacer la decisión de silenciar la voz valiosa de José A. Martínez-Soler y establecer un precedente que guiará a los que respetan el valor del derecho de un pueblo a la voz y expresión libre mientras nos acercamos a otro milenio.

Respetuosamente suyo,

Bill Kovach

Curator (director o presidente)

Copia: Primer Ministro José María Aznar

Jorge Sanchez Gallo, TVE

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A la indemnización que el juez obligó a RTVE a pagarme, al declarar improcedente mi despido, se refirieron mis hijos como «la beca Aznar». Una parte de ella sirvió para dar vida a 20 minutos, el diario de información general más leído en la historia de España (y a esta magnífica web, www.20minutos.es, la tercera del mundo en castellano).

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En todo caso, mi despido ya es agua pasada y son gajes del oficio. Pero, sinceramente, prefiero que Federico J.Losantos se olvide de mi. Como dije al principio, cuando la extrema derecha habla de mi me dan escalofríos.  Afortunadamente, por cálculo de probabilidades, ya no soy secuestrable ni torturable, pero se de lo que hablo cuando digo miedo.

 

Piso por préstamo: entre banqueros y políticos no hay «cornás»

Ni los banqueros ni los políticos (que tanto les deben) se atreven a cambiar una Ley inmoral e impresentable. ¡Olé por ese juez que nos devuelve cierta confianza en la Justicia!

Ya que ni el Poder Legislativo ni el Poder Ejecutivo se atreven a cambiar la legislación hipotecaria, para frenar los abusos e inmoralidades de la banca, mientras descarga impúdicamente todo el riesgo de sus tasaciones infladas en el consumidor, está bien que sea al menos un juez quien le saque los colores a los banqueros y a los líderes políticos tan endeudados y protegidos por la banca.

Entre bueyes (banqueros y políticos) no hay «cornás«. ¡Bravo por ese juez que nos ha dado una pizaca de luz en este oscuro escándalo mayúsculo!

Tampoco los medios de información se han portado como debían con sus lectores cosumidores de préstamos hipotecarios.

La prensa ha sido bastante tacaña a la hora de informar sobre la situación escandalosa que se está produciendo en España desde que comenzó esta doble crisis económica e inmobiliaria.

Es cierto que la prensa vive especialamente de los ingresos por publicidad, y los anuncios de los bancos son bastante relevantes en la prensa de pago. Tan relevantes como las deudas que los partidos políticos acumulan con sus benéficos banqueros, que suelen perdonarles con el paso del tiempo, a la chita callando, cada equis años.

La noticia importantísima sobre la sentencia del juez de Navarra, a favor de que la entrega del piso salde la deuda hipotecaria, fue publicada primero por El Periódico de Catalunya. Inmediatemente fue reproducida y jaleada en Facebook y Twitter (como hacen estos días los demócratas de Túnez, Egipto, etc. con sus demandas de libertad y justicia).

En Madrid la recogieron El País y El Mundo, a media página. Y ayer  sábado -menos mal- pude leer en El País un amplio reportaje a doble página, que me reconcilia con ese diario, titulado:

Hipoteca legal, pero inmoral

Y este sumario:

El propietario asume todo el riesgo de pérdida de valor de su casa frente al banco.

Dos sentencias revolucionan el mapa al dar la razón al ciudadano.

La doble página incluye la información de Amaia Arrarás, que pego al margen, y un análisis de Iñigo de Barrón que no tiene desperdicio y que copio y pego a continuación:

La banca siempre gana

ÍÑIGO DE BARRÓN, en El País, 29/01/2011

Es frecuente que los jueces sean noticia por las resoluciones que van contra el sentido común. Este caso es el contrario. La Audiencia Provincial de Navarra ha dictado un auto en el que considera que devolver al banco el piso hipotecado es suficiente para saldar la deuda, incluso si la última tasación es inferior a lo que debía.

Para cualquier ciudadano este auto tiene toda la lógica y es el sistema utilizado en Estados Unidos e Inglaterra. Sin embargo, la entidad, el BBVA en este caso, afirma que es contrario a la Ley de Enjuiciamiento Civil, la Ley Hipotecaria y la doctrina del Tribunal Supremo.

Puede que tenga razón, pero entonces es un asunto que va contra la ley pero que no parece inmoral. De hecho, la Audiencia admite que el banco ha actuado legalmente pero su comportamiento ha sido «moralmente rechazable».

Los detalles del caso son importantes. Un ciudadano pide 71.225 euros para comprarse una casa que el banco tasa en 75.900 euros. Tres años después, ante el impago de las cuotas, se queda con la casa por 42.895 euros, es decir, 33.005 euros menos, un 43,5% de depreciación.

Como el cliente había pagado una parte, le reclama 28.129 euros y además (algo especialmente sangrante), 8.438 euros más de intereses y gastos. En total, 36.612 euros. Como ya había pagado cuotas por 4.876 euros, este vecino de Estella deberá pagar 41.488 al BBVA por un préstamo que pidió para una casa que ya no tiene.

Desde cualquier óptica parece una situación absurda y aberrante. Todas las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria las paga el cliente y el banco sale inmaculado gracias a que los ciudadanos responden con todos sus bienes, según la legislación española. Lo que dice la ley -que CIU ha intentado cambiar sin éxito- es que solo el cliente comete errores y paga por ello, pero la entidad (cualquiera que sea, porque la mayoría actúan igual) no tiene ninguna responsabilidad.

¿Alguien puede pensarlo? El oficio de banquero se caracteriza por la prudencia, el conocimiento del mercado y la valoración de los riesgos. Cobran por ello. ¿Se ha actuado correctamente? La negligencia y la codicia son algunas de las razones que explican esta crisis.

El Banco de España alertó de que se estaba calentando el ladrillo desde 2006, pero se quedó ahí. No penalizó los préstamos por el 100% de la tasación, ni los de promotores o hipotecas basura. No cabe duda de que el ciudadano, mayor de edad y responsable de sus actos, debía saber lo que hacía. Pero algo grave ha fallado en el sistema financiero cuando se ha alimentado una burbuja en la que los pisos subían un 100% mientras los sueldos se incrementaban un 25%. Incluso el suelo se revalorizó un 500% entre 1997 y 2007.

Como recuerda el auto, los clientes no tasaban los pisos ni eran responsables de que se les concedieran créditos por el 120% del valor tasado, con importes superiores al 35% de sus ingresos. La crisis no ha llegado solo porque los clientes pidieran cantidades astronómicas y compraran todo lo que salía al mercado, que también.

Desde 2007 ha habido unas 320.000 ejecuciones hipotecarias. Quizá con la llegada de la burbuja se deba replantear la ley, sin dar un golpe de timón que provoque inseguridad jurídica o hunda al sistema, porque todos saldríamos perdiendo. Con este caso queda el consuelo del dicho jurídico: «La ley dice lo que dice el juez que dice la ley». Esta vez la banca no ha ganado.»

Nada que objetar a este valiente artículo.

La polémica ya es pública y a los legisladores y gobernantes (da igual del partido que sean ya que tanto el PSOE como el PP han pasado por el aro bancario) se les debería caer la cara de vergüenza si no cambian ya la legislación vigente para que quien no asuma riesgo (ni pérdida) no pueda ni deba tener beneficio. Vaya cara dura la de nuestros banqueros y políticos.

Ahora que el Estado vuelve otra vez (en marzo) al rescate galante de ciertas cajas de Ahorro y bancos -que han hecho mal su trabajo-, también podría aumentar sus inyecciones de capital público a los bancos y cajas que tengan problemas porque asuman sus pérdidas lógicas por el menor valor de los pisos que embargan a sus clientes morosos.

Es una buena oportunidad para cambiar una legislación inmoral (según el propio juez) y tan alejada de la Justicia como del sentido común.

¿A qué esperan?

¡Viva el calor, muera el frío!

¿Es responsable el hombre del frío que hoy padecemos? ¿Y del calor, tan benéfico para la prosperidad? Los enemigos del calentamiento global ya no saben qué inventar para extender la creencia de que el ser humano –esa hormiguita en el universo- es el responsable principal del cambio climático. ¡Qué soberbia!

La diosa Cibeles adornada con carámbanos. ¡Qué frío!

El frío que estamos pasando estos días me ha llevado a repasar el estado de la ya vieja polémica científica (a veces, seudocientífica, casi religiosa) sobre el papel dominante o irrelevante del hombre (frente a los factores solares, espaciales, orbitales, cosmológicos, físicos, meteorológicos, astronómicos, etc.) en el calentamiento global.

Claro que ahora –con el frío que hace – ya no lo llaman “calentamiento global” sino “cambio climático” y atribuyen estas olas de frío a “los extremos climáticos” producidos precisamente -¿lo adivinan?- por el “calentamiento global”.
¿Por qué se empeñan tanto en combatir el calentamiento minúsculo del planeta (que nadie niega) si, en épocas anteriores, el calor -mucho mayor- ha ido siempre asociado a la prosperidad y al bienestar?

¿Será por dinero?

Lo caliente es bueno, lo frío es malo.

En el frío siglo XIV la brujas eran quemadas acusadas, entre otras cosas, de causar el mal tiempo. O sea, el frío.

Un nuevo estudio europeo de anillos de árboles, publicado por P. Gosselin, el pasado 14 de enero, confirma que las épocas mas calientes conducen a la prosperidad y las frías a la muerte y a la miseria.

Los extremos climáticos, según este estudio, eran mayores en el pasado.

A medida que se van quedando sin argumentos científicos –tras el escándalo del “Climagate”, las deserciones, etc.- los enemigos del calentamiento se agarran ahora al actual deshielo del Ártico como a un clavo ardiendo.

Sobre esto, he encontrado otra joya de la hemeroteca. Se trata del alarmismo generado en 1922 por el diario The Washington Post al publicar una noticia de AP sobre la desaparición del hielo en el Ártico.

La desaparición del hielo ártico en 1922 fue más grave que ahora. El artículo, desde luego, no tiene desperdicio.

Según el Washington Post del 2 de noviembre de 1922:

«El  océano ártico se está calentando, los icebergs se hacen más escasos y  en algunos lugares las focas encuentran con que el agua está demasiado  caliente, según un informe del Departamento de Comercio de Consulafft, en  Bergen, Noruega.

Los informes de pescadores, cazadores de focas y exploradores todos señalan un cambio radical en las condiciones  climáticos y temperaturas sin precedentes, jamás conocidos en la zona  ártica. Las expediciones de exploración informan de que no se ha encontrado  casi nada de hielo en zonas tan al norte como 81 grados y 29 minutos.

Los  sondeos a una profundidad de 3.100 metros muestran que la corriente del Golfo aún está muy caliente. Grandes masas de hielo han sido sustituidas  por restos acumulados de tierra y piedras [de glaciales derretidos], según este informe, mientras en muchos puntos glaciales muy  conocidos han desaparecido por completo.

Nevó ayer en Abla (Almería) cerca de Nacimiento, el pueblo de mi madre.

Muy  pocas focas y ningunos peces blancos se encuentran en el Ärtico del  este, mientras grandes bancos de anchoas y “smelts” (un pescado azul  pequeño) que nunca han llegado tan al norte, se encuentran en los  viejos campos de pesca de las focas.  Dentro de unos años se predice que,  debido a la desaparición del hielo el nivel del mar subirá, haciendo  inhabitable la mayoría de las ciudades costeras.»

Esto se publicó el 2 de noviembre de 1922, a partir de una noticia redactada por la agencia Associated Press.  Esta fue la última vez que  tuvimos una alarma del calentamiento global.  Desde entonces, hemos  tenido una alarma de enfriamiento global, que tambien se desvaneció de los  periódicos, y ahora hemos vuelto de nuevo a la alarma del calentamiento global.  Y no  es que la hipérbole haya cambiado mucho en 88 años…

Hoy  en día, cada acontecimientoo natural notable, cada fluctuación del termómetro, cada inundación o sequía se atribuye al calentamiento  global. Un invierno seco y suave –es el cambio clímatico.  Un invierno nevado y gélido – es el cambio climático.  Calentamientos o enfriamientos históricos, sequías o lluvias,  de todo ello podemos echarle la culpa con confianza al cambio climático.”

(Recogido de The Resilient Earth).

¡Vivir -o leer- para ver! La hipérbole mediática o científica (a veces, seudocientífica, casi religiosa) se repite de manera tan cíclica como los cambios climáticos. No se cómo puedo creerme lo que dicen los periódicos si -como decía mi suegro- los hace gente como yo.


Mirando los gráficos de períodos largos -las temperaturas en los últimos 10.000 años- vemos las distintas épocas de calentamiento todas ellas, por supuesto, con pequeños altibajos.

Si las comparamos con la época actual, observamos que la tendencia general es a la baja.

Hace 2.500 años hacía mucho frío y abundaban las catástrofes. Durante el Imperio Romano hizo calor y hubo prosperidad.

¿Alguien ha visto estatuas de romanos con abrigos y bufandas? Las que yo he visto en Roma o en Mérida van con faldilla corta y sandalias. Hacia el siglo IV volvió el frío. Los bárbaros del norte huyeron espantados hacia al sur de Europa en busca de comida y de …calor.

Cayó Roma y se inició un período altomedieval frío, oscuro y lleno de miseria que se prolongó hasta el siglo IX. Con el nuevo milenio se equivocaron los catastrófistas de milenarismo.

En el siglo X cambió de nuevo el ciclo climático y volvió el magnífico calentamiento global. Los vikingos se extendieron por Groenlandia o Greenland (que significa precisamente Tierra Verde), los británicos tuvieron viñas y ¡vino!, floreció el Camino de Santiago y Europa se llenó de bellísimasa iglesias romáticas y, ya en el siglo XII y XIII, de espectaculares catedrales góticas. A ese periodo se refieren los sabios del clima y los historiadores como el «óptimo medieval». Llaman «óptimo», naturalmente, al calentamiento global.

El frío glacial volvió a Europa, desde 1300 hasta 1850, aproximadamente, acompañado de miseria, hambre, peste, caza de brujas, etc.. Este largo y triste periodo se conoce como «pequeña edad galcial«. Hay multitud de pinturas de paisajes europeos del norte que lo atestiguan.  Y los británicos se quedaron, otra vez, sin viñas y sin vino propio.

¿Qué gran experto en marketing -además del hábil predicador Al Gore– ha conseguido convencer a media humanidad -incluso a la ONU- de que el calentamiento global es malo para el ser humano y que debemos combatirlo? Para mí que ese tipo ha superado, en marketing, al mismísimo San Pablo.

Lawrence Solomon

En mi búsqueda de argumentos contra el frío, encontré una joya divertida (o triste, según se mire) en un diario conservador canadiense. Se trata de un artículo sarcástico de Lawrence Solomon, del 30 de diciembre de 2010, titulado así:

75 científicos del clima piensan que los humanos contibuyen al calentamiento global

Intentaré resumir el artículo.

Los resultados dudosos de una encuesta sobre el «consenso científico» burdamente manipulada, y publicada como creíble por grandes diarios como The New York Times y The Washingotn Post, muestran que el 97% de los científicos están de acuerdo en que los humanos hemos causado el calentamiento global.

¿Y el frío? Dicen que se debe a los cambios extremos consecuencia también del calentamiento global: más frío en invierno y más calor en verano.

¿Cómo han obtenido este consenso abrumador de la comunidad científica con un procentaje del 97 %?

Dos jóvenes entusiastas de Illinois sin credenciales hicieron una encuesta de dos minutos on line, nada científica a 10.257 científicos. Decidieron que los méritos no eran un factor importante y optaron por preguntar a empleados públicos y de universidades, no de empresas privadas.

Excluyeron de su lista a quienes eran propensos a dar importancia al Sol, al espacio, a los cosmólogos, físicos, meteorólogos y astrónomos. Dejaron fuera de la encuesta a la Geología, Oceanografía, Paleontología y Geoquímica. Tampoco tuvieron en cuenta el grado académico de los encuestados: preguntaron a 1.000 sin doctorado y a otros muchos sin master especializado.

La mayoría no contestó a la encuesta. Respondieron 3.146, o sea, el 30,7%. Estas fueron las dos preguntas, a minuto cada una.

1.- ¿Piensa que, desde 1.800, las temperaturas medias has subido, han caido o se mantienes iguales?

2.- ¿Piensa que la actividad humana es un factor importante en el cambio de las temperaturas globales medias?

Practicamente todos -hasta los más escèpticos del calentamiento- piensan que, desde mediados del siglo XIX, la Tierra se está calentado un poco -es un hecho medido y bastante irrelevante, si lo comparamos con series largas de ciclos climáticos. También están de acuerdo en que la actividad humana ha podido tener alguna influencia menor e irrelevante en los altibajos  de las temperaturaas locales o regionales por la desforestación, la agricultura, etc. pero cada vez más científicos niegan que el ser humano juegue un papel importante en el cambio climático.

Pues bien, el 82% de los encuestados respondieron que sí a la 2ª pregunta. Uno de cada 5 no le echa la culpa a los humanos. A los autores de la encuesta les pareció poco y buscaron subgrupos distintos. Eligieron solo a los expertos climáticos que había entre los 3.000 que habían respondido y eliminaron a los demás. Así llegaron a la cifra mágica de 75 de 77 (de cualificaciones desconocidas) apoyaron la ortodoxia.

Si dividimos 75 por 77 nos sale la cifra mágica del 97% a favor de la ortodoxia (¡el consenso!) que se publicó, sin rubor, en la prensa seria de pago. Y se quedaron tan panchos en el New Yok Times y el el Washington Post. Así se escribe la historia. Aceptamos como buenos los datos (manipulados o no) que encajan en nuestro esquema ideológico o religioso y rechamos los que no convienen (sean ciertos o falsos) a nuestros intereres.

——-

PS.1

Para quien quiera profundizar en el debate, ahí va este enlace:

http://www.climatedebatedaily.com/

Se trata de una página web que publica diariamente una larga lista de todo lo que sale en Internet (prensa, revistas, blogs, etc.) en los dos lados del debate climático.  A la izquierda, bajo el título de “Llamadas a la acción”, están los artículos del consenso.  A la derecha, bajo el título de “Voces disidentes”, está la lista de articulos que disienten.  Todos vienen con una linea descriptiva del tema y un link al artículo.

P.S. 2:

Sobre el Cabo de Gata

He visto con retraso algunos comentarios al post de anteayer, refridos al Cabo de Gata, a los que me veo obligado a replicar. Ahí va mi respuesta:

Para Rosa, Antoñico, Pelayo, etc.:
Me gusta polemizar, pero no suelo hacerlo con comentaristas de alquiler. Sin embargo, esta vez, lo hago solo para corregir un error de bulto.
Mi post sobre el libro de Antonio Orejudo “Almería, Crónica personal” ha recibido varios comentarios en los que sus autores coinciden con las mismas palabras -espontáneamente o por encargo de alguien- en que disfruto de “la poltrona del Cabo de Gata”, “un cargo tranquilo y bien remunerado”, mientras hay “más de 4 millones de parados”, etc.
No se si lo hacen por mala fe –“mala gente que va apestando la tierra”, diría Machado- o, simplemente, porque “piensa el ladrón que todos son de su condición”.
Me explico:
El “cargo” de presidente de la Junta Rectora del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar –que recibí como una carga, aunque con entusiasmo y por amor a mi tierra- es todo lo contrario a una “poltrona tranquila y bien retribuida”. Ni es poltrona ni es tranquila ni está bien ni mal retribuida.
Esa carga no me proporciona ni un duro. Todo lo contrario. No me importa, ya que tengo la casa pagada y mis tres hijos criados. Si se refieren a dinero, ese cargo me cuesta dinero, pero me da muchas satisfacciones no materiales.
De mi bolsillo pago los viajes a Almería en avión desde Madrid, la gasolina desde Cuevas, las cañas en El Quinto Toro con los colegas de la Junta Rectora y hasta el sombrero de paja que llevo habitualmente con el nombre del Parque Natural en la cinta y que compré en nuestra tienda de Rodalquilar por 3 euros.
O sea, el cargo/carga no está remunerado para nada. Solo percibo la felicidad que me produce poder ser útil a mi tierra después de haber pasado tantos años fuera de ella.
Presumo que estos comentaristas coincidentes con lo de la “poltrona” no lo entenderán pero así es. Es más, la Junta Rectora que presido es un órganos asesor y no tiene ni un duro de Presupuesto. Por tanto, lo hago gratis, por amor al arte y a la belleza del Parque Natural, porque me apetece y porque me siento en deuda con mi tierra desde que partí como emigrante en los años 60.
De niños, en la Calle Juan del Olmo, solíamos decir: “El que lo huele, debajo lo tiene”.
Y en cuanto a los 4 millones de parados, bien que lo siento. Pero he dedicado muchos años de mi vida (vease mi CV en “de qué va y quien soy”) a crear cientos de empleos muchos de los cuales aún siguen dando trabajo y bienestar a muchos colegas. Y estoy orgulloso de mi lucha personal contra el paro y de crear -como Dios, desde la nada- empresas, diarios, semanarios, programas de televisión, etc, -algunos desgraciadamente sin éxito.
También estoy muy orgulloso de mis clases de Economía Aplicada en la Universidad de Almería a las que nunca falté (aunque tuviera que volar desde muy lejos) y donde los alumnos -el tribunal más exigente que pueda imaginarse- me situaron entre los diez mejores profesores de la UAL. Ese es mi mejor título.
Tampoco fue una poltrona tranquila ni bien retribuida mi plaza de profesor titular de la UAL, a la que, por cierto, ya he renunciado por razones personales qeu no vienen al caso.

Saludos

JAMS

24 Enero 2011 | 14:19


Ensanchamos la libertad: 25 años de la TV matinal (I)

Daba gusto. El Gobierno dormía mientras, de madrugada, creábamos “Buenos días”, el primer informativo de la mañana en TVE. Han pasado 25 años desde que un grupo de locos, enamorados de la tele, lanzamos aquella aventura maravillosa que fue la TV matinal abierta a todos desde el amanecer.

Un servidor en el estudio del "Buenos Días", primer informativo matinal de Televisión Española (9 de enero de 1986). Obsérvese mi mata de pelo.

Esta mañana me han llamado de Radio 4, de Radio Nacional de España, para preguntarme sobre mis recuerdos con motivo de las Bodas de Plata de la TV matinal. Nació el 9 de enero de 1986, recién ingresados en Europa y recién salidos de la mayor crisis económica conocida desde la guerra civil y la postguerra.

Por lo que recuerdo, aquella crisis de diez años (1975-1985) fue peor que ésta, pero la resolvimos entre todos: con los Pactos de la Moncloa, la Constitución de 1978 y el consenso parar sobrevivir a la doble transición: política (de la Dictadura a la Democracia) y económica (del Tercer Mundo al Primer Mundo).

¡El 9 de enero de 1986! Hace un cuarto de siglo…

La preguntas de mi colega de Radio 4, Tony Marín, me han provocado un ataque de nostalgia y no pocas reflexiones durante el día de hoy acerca del trabajo que hacíamos en la TVE de entonces (que era la mejor porque era la única).

Carta de ajuste con la cabecera del informativo "Buenos Días", embrión del Telediario de la mañana.

Voy a hacer unos recados. Luego seguiré con esta historia de abuelo «Cebolleta«. Parto de la base de que no siempre (o casi nunca) «cualquier tiempo pasado fue mejor». Sin embargo, los informativos que yo recuerdo tenían algunas cosas mejores que los de ahora.

Me explicaré…

¡Fuera boina! Trataré de escribir como si fuera libre…

Esta noche presentamos la nueva web www.20minutos.es, con unos contenidos y un diseño innovadores que invitan a repensar algunos de nuestros blogs para ponerlos al día. Lo primero que voy a hacer mañana mismo es quitarme la boina y poner otra foto más actual, con calva y todo. Claro que alguno dirá -y no le faltará razón- que «aunque la mona se vista de seda…»

Homer, tras ver mi foto sin boina.

La verdad es que a mi ya me estaba aburriendo sacar los colores a la prensa de pago, a base de comparar sus titulares tan sesgados, tendenciosos y políticamente interesados. Son tan previsibles nuestros comportamientos periodísticos -a veces, tan pueriles-, a la hora de seleccionar las noticias, su valoración y sus titulares, que el análisis comparativo de nuestra prensa no me excitaba ni me divertía ya lo más mínimo.

Por eso -aparte de la tensión propia de esta crisis y de los esfuerzos colectivos para sacar el barco de las piedras- fui abandonando poco a poco este blog. Si, al cabo de casi cinco años, ese análisis comparativo iba haciendose aburrido para mi -que soy el camarero en esta taberna de barra libre- imagino el escaso y declinante interés que podía tener para mis eventuales lectores.

No me arrepiento de lo dicho ni de lo hecho. Para los curiosos, aquí quedan archivados cientos y cientos de comentarios de los lectores a mis entradas.  El cambio de forma y fondo de la web 20minutos.es me brinda una oportunidad espléndida para cambiar y me incita a repensar este blog para que sirva de reflexión y entretenimiento para mi y quizás -¡ojalá!- también para mis lectores.

No me olvidaré del todo de la prensa, como espejo -algo turbio, por supuesto- de una realidad poliédrica, con tantos molinos y gigantes como queramos ver desde nuestra visión necesariamente subjetiva -pues somos sujetos y no objetos- del mundo que nos rodea. Pero voy a abrir el abanico a nuevos asuntos y polémicas, según lo que sepa y el valor que tenga para decir lo que pienso sobre ellos.

Hace casi dos meses desde que cambié de empleo, lo que me permite disponer de más tiempo libre (sobretodo para el clarinete, el tenis, el viejo borrador de una novela y el Parque Natural de Cabo de Gata) y de la calma precisa para la reflexión, la provocación y el dialogo con la gente joven, así como para poner mi ego a régimen de adelgazamiento -que falta le hace- en plena plaza pública.

Sirva esta introducción para comprometerme a escribir, desde hoy en adelante, como si fuera libre. Ya no soy el Director General del Grupo 20 minutos España, tengo la casa pagada y mis tres hijos prácticamente criados. «Así, cualquiera», me dirán, y tampoco les faltará razón. De todos modos, invito a quien se sienta libre -y se atreva a dar la cara- a que tire la primera piedra. También hay aquí entrada libre para los anónimos. El miedo  es libre.

El grito, de Edward Munch

Mañana comentaré una encuesta que hoy me ha llamado poderosamente la atención pues nos revela que los jóvenes españoles son pesimistas con respecto a su futuro.

¿Los jóvenes, pesimistas?

¿Es, acaso, una prueba de su mayor inteligencia o de su mejor formación e información?

¿Son los jóvenes más inteligentes y están mejor informados y formados que los viejos?

¿Por qué?

¿De qué se quejan?

¿Quien es responsable de la actitud y el comportamiento de los jóvenes?

¿Hay o debería haber alguna solución aceptable para aliviar su pesimismo?

«Optimismo de la voluntad y pesimismo de la inteligencia», decía Gramsci.

Mañana lo veremos.

——

Paso el testigo: Aunque me voy, no me voy

Hoy ha sido mi ultimo día de trabajo como Director General de Multiprensa, editora de 20 minutos, de 20 mimutos.es y de Calle 20, y mañana, 1 de octubre de 2010, paso el testigo a Eduardo Díez-Hochleitner, quien ha sido consejero y vecepresidente del Grupo 20 minutos España desde hace más de 7 años. Tal como anunciamos el pasado 8 de septiembre, el Grupo 20 minutos queda, pues, en buenas manos.

En este momento, no desprovisto de una mezcla agridulce de emoción y alivio, tengo un mensaje para mis compañeros de tantos años: GRACIAS y buena suerte. Pero no me desligo de 20 minutos sino que paso del poder ejecutivo al legislativo como miembro de Consejo de Administración del Grupo. Como dice el fandango que canté en el Concert Hall de Estonia, hace un par de semanas:

«Aunque me voy, no me voy.

Aunque me voy, no me ausento.

Que si me voy de palabra,

me quedo de pensamiento.

Aunque me voy, no me ausento.»

La despedida oficial, ante más de 200 altos directivos del Schibsted Media Group, propietario de 20 minutos España S.A., concluyó el pasado 14 de septiembre, con este fandango que acabo de citar. Los asistentes, procedentes de 25 paises de cuatro continentes, quedaron convencidos de que habían escuchado buen flamenco en el escenario singular del Concert Hall de Tallin (Auditorio Nacional de Estonia), antiguo Palacio de la Opera y antigua sede del Parlamento estonio antes de la ocupación soviética.
– Parte 3:

Todos me felicitaron por mi arte en distintas lenguas. Bueno, todos no. Todos, excepto mis compañeros españoles de 20 minutos, Infojobs, Anuntis, Segunda Mano, Coches.net, Fotocasa, etc. y otros directivos de Schibsted Media Group que distinguen bien un fandando bueno de otro malo.  Estos últimos me felicitaron -eso sí- por el valor (o la temeridad) que demostré al arrancarme por fandangos en tan ilustre escenario como colofón a la cena de gala de Schibsted.

Quienes me conocen comprenderán facilmente que invitarme a hablar, ante un micrófono y con audiencia cautiva, fue una auténtica provocación: a punto estuve de arrancarme por peteneras o por tarantas de mi tierra, pero esos palos me parecieron demasiado tristes (y difíciles) para tan feliz ocasión y se tuvieron que contentar con este fandango facilón. Podrán escucharlo, al término de mi breve despedida, ya que fue grabado con un móvil por mi sucesor en la Dirección General -y, sin embargo, amigo- Eduardo Díez-Hochleitner.

Voy a consultar a los técnicos de 20 minutos cómo se copia y pega un video procedente de un móvil, para tortura de los amantes de buen flamenco. ¡Se van a enterar! Aún me queda una hora  de mando -hasta la medianoche- para que respondan, por obligación, a mis consultas técnicas. A partir de mañana lo harán sólo por amor.

Lo dicho: GRACIAS y ENHORABUENA a todos los que habéis hecho posible el milagro (la revolución) de 20 minutos: empleados, lectores, anunciantes, proveedores, accionistas y amigos de esta hermosa aventura. Entre todos hemos creado -desde la nada- el diario impreso más leído de la historia de España y el tercer diario digital más leído en castellano.

Casi na.
——

Farewell of Jose at the Concert Hall of Tallinn (Estonia), Sept. 14, 2010.

Thank you, dear Sverre, for your words.  From your compliments I see that I must have contaminated or infected you with a syndrome very prevalent among Andalusians:  exaggeration.  You know that although praise weakens most mortals, it gives me wings.  Thank you. I Taak.

Dear friends,
It is a great honor for me to have been invited by Rolv Erik and Sverre to speak briefly to all of you of the Schibsted family here, in this wonderful country, especially since I have only two more weeks left before leaving my position at the K-2 level after almost 10 years as CEO of 20minutos in Spain. Briefly, they insisted: no more that 15 minutes –not even 20 minutes, because they know how much I love microphones!

I would like to recall some words about the reasons why we sold our company to the Norwegians that I said a couple years ago in Oslo, when I was speaking on behalf of the thousands of non-Scandinavian employees of Schibsted at Tinius’s memorial.

The first time I heard the name Schibsted was in the spring of 2001 in Madrid. It was during our road show to sell our company Multiprensa (the publisher of 20 minutos in Spain), founded 2 years earlier in the basement of my house. Norwegians, Swedes and Italians were the finalists and the Swedish bid was, by a slight difference, the highest in monetary terms.

I cannot deny the influence of my mother-in-law (100% Norwegian) in the decision to sell our company to Schibsted. She said:

– “Jose,  forget the Italians and don’t even think about selling it to the Swedes! Uff Da!”

Arsenio Escolar, the editorial director, and I told our Board to sell our company to Schibsted for two very important reasons:

First, we had studied the Schibsted model of 20 minuten in Zurich and it was as local as ours, while Metro was more global.

Second, and last but not least: Schibsted guaranteed us freedom of expression, editorial independence, credibility and quality – and all in writing! They did this through a foundation they called the Tinius Trust.

-“Say no more,” we both –Arsenio and I- thought immediately.

And here we are 9 years later.

We staked our decision on the Tinius Trust’s guarantee of freedom of the press. This freedom is such a marvelous plant – though fragile and delicate. As you probably realize, for centuries this fragile plant was an exotic foreign plant that could not take root or thrive in Spain. (My Estonian friends will be able to identify with this, I am sure.) And now, Schibsted is cultivating and defending this remarkable plant in 25 counties with many different languages — and it is thriving.

I also have been a journalist both in the Franco dictatorship and in democracy, before founding newspapers and companies, and I assure you that I truly appreciate how much freedom of expression is worth. For freedom, like oxygen, is most valued when it is lacking.

I suffered a lack of freedom for too many years of my life and I have fought, and still fight for it, as Schibsted has taught us through the Tinius Trust.

Almost 10 years have gone by since we sold our company, and thanks to the spirit and letter of the Tinius Trust, under the direction and support of Kjell Aamot and of my direct bosses, Birger Magnus and Sverre Munck, and since last year under the direction and impulse of Rol Erik Ryssdal, the miracle of “ensuring freedom and independence” in 20 minutos in Spain was indeed possible. And we accomplished, to the best of our abilities, the three fundamental principles that I have learned from Schibsted:

-(1) Have fun, (2) make money and (3) with integrity.

And I know Arsenio Escolar, our editorial director, and Luis Alberto Rivero, our sales manager, share the same opinion.

For this reason, and with great pride and gratitude, I wish to say at this emotional moment of my farewell as CEO, that I have never enjoyed in my entire professional life (in more than 20 companies) as much freedom, independence and trust as in 20 minutos España.

I would like to quote the phrase of Don Quijote that my father recited to me when I was a child:
“Freedom, Sancho, is one of the most precious gifts that heaven has bestowed upon men; no treasures that the earth holds buried or the sea conceals can compare with it; for freedom, life  may  and should be ventured.”

Thank you, all of you, in Schibsted for cultivating and defending your freedom and our freedom because this makes a difference  with other media companies and leaves and important imprint in countries wherever Schibsted operates.

This is a moment full of emotion for me mixed with both sadness and happiness, at the same time.

Sad, because the decision I have taken in agreement with my president, Sverre Munck, separates me physically from you and these enriching meetings –though not totally- and puts an end to a long professional phase heading the executive power of the company in Spain. There were times of brilliance and, yes, times of darkness that have been very tough and which demanded sacrifices to emerge from the crisis and save our project.

But this is a time of happiness because I leave the Executive and join the Legislative branch, as Board member, just as 20 minutos has avoided shipwreck by slashing costs of over 20 million euros in 2 years – and thanks to some help from the shareholders who maintained faith in us.  The company now sails ahead at the speed of break-even.  In the first semester of 2010 we went back to operating profit. The drastic cut-backs, as dramatic as absolutely necessary, are not free of cost, and will leave some scars behind.  Those who have gone through this, know well what I mean.  For this reason, I am proud that the shareholders, the team of directors and the employees of 20 minutos understood and made the effort and sacrifice to do what had to be done to save our ship.

I am happy also because while Mr. Break-Even –myself-  will be leaving he will be succeeded by Mr. Profit:  Eduardo Diez Hochleitner. Eduardo, the new CEO, is the best candidate to govern this ship.  He knows it well and if it were not for his passion and love of the 20 minutos project, I would never leave my command so easily and so happily.  He is an efficient and upright person, with a sharp and open mind, but above all, he is a wonderful person who has all my admiration, support, and affection.

Thank you, Eduardo, for having made this transmission of powers possible—for being able to pass on the torch – with such nobility and satisfaction.  I hereby give notice to the Scandinavians to take advantage of everything Eduardo has to offer.  Although he comes from a country from the South of Europe –so far from Oslo and so close to Africa– I recommend that you listen to him with attention:  he knows several languages, he has travelled through half the world and usually says what he thinks.  His only defect is that he is an economist — but no one is perfect.

This October First, a new and desired phase begins for me –I still cannot believe it-, but I will remain linked to you, to Grupo 20 minutos Spain and to the Schibsted Group until the day of my definitive retirement.

I offer my apologies to those affected by any mistakes I may have committed in these 10 years, but, as we say in Spain, if you never wash the dishes, you don’t break any plates.

Thanks to all my colleagues, directors, and employees of 20 minutos;  and thanks to the Schibsted Group, shareholders, suppliers, and clients, I leave my position as CEO satisfied and relieved.

I am also leaving with great pride in having contributed to getting millions of young people who never read newspapers to become regular readers. With 15 printed editions of the most read daily in the history of Spain and the website 20minutoes.es, the third by number of unique users, we have improved the cultural landscape of our country and have contributed – and of this I am sure – to consolidating and extolling the value of Democracy. All of this was possible thanks to all our employees and, especially, to Arsenio Escolar and his team of great journalists.

And, finally, now I would like to read or, perhaps, sing (abusing my captive audience) an old Flamenco Fandango from Almería, my hometown.  It’s called, appropriately, “Although I go, I am not gone…”

Aunque me voy….

Although I go, I am not gone,
Although I go, I am not absent
And if I by word, I go,
In my thoughts I remain.
Although I go, I am not absent.

—-

And as most of you know ,“mi casa es tu casa.” If you go to Madrid or Almería, remember, “my house is your house”

Thank you very much.

Traducción de las palabras de Sverre Munck y de José A. Martínez Soler en Tallin (Estonia)

Cena de los directivos de Schibsted Media Group

(Concert Hall, Tallin, Estonia, Sept. 14, 2010)

Presentación

Por Sverre Munck, presidente de 20 minutos España S.A. y Vicepresidente Ejecutivo de Schibsted ASA:

Nuestro orador de esta noche es una persona que muchos de vosotros conocéis, al menos superficialmente. Es una persona con una notable trayectoria personal y profesional.

Es un hombre con experiencia en los extremos: criado en una familia modesta pero orgullosa, sin agua corriente ni electricidad (no –no se trata de un “hytte”,  un refugio  noruego en las montañas).  Hoy, él sigue siendo orgulloso pero no pobre –tiene un pequeño “palacio” cerca de donde creció.

Ha experimentado los dos extremos de censura de prensa y de total libertad de expresión, y la censura casi le cuesta su vida. Ha tenido 30 empleos, 15 de los cuales han sido creados por él mismo.

Ha demostrado que Max Weber estaba equivocado. ¿Qué Max Weber estaba equivocado? ¿Como es posible? Max Weber realizó un estudio en Alemania, hace casi 100 años. Como sabéis , Alemania es protestante en el Norte y católica en el Sur. Weber demostró que en el Sur no leían periódicos, mientras que el Norte sí los leían y concluyó que los católicos no leían periódicos. Pues bien, nuestro próximo orador ha demostrado que los católicos –jóvenes católicos- sí leen. ¿Cómo lo sabemos? Pues porque en España 20 minutos ha llegado a ser el diario más leído, y leído por jóvenes, en sólo 4 años.

Como ya habréis podido imaginar, el próximo orador es José Antonio Martínez Soler (JAMS). ¿Por qué José? y ¿por qué ahora? ¿Acaso no nos ha hablado ya bastante en todos estos años?

Bueno, lo más probable es que esta sea la última vez que oigáis hablar a José.  La semana pasada anunciamos en Madrid que el 1 de octubre dejará el cargo de Director General  de 20 minutos y pasará la responsabilidad a Eduardo Díez-Hochleitner, a quien muchos de vosotros conocéis.

José compartirá con nosotros algunas reflexiones después de trabajar casi 10 años con nosotros.

Palabras de despedida

Por José A. Martínez Soler, fundador y Director General de 20 minutos en España.

Gracias, querido Sverre, por tus palabras. Por tus piropos veo que te he contagiado o contaminado con un síndrome muy habitual entre andaluces: la exageración. Y tú sabes que, aunque los halagos debilitan a la mayoría de los mortales, a mí me dan alas. Gracias.  ( Ai taak, Sverre).

Queridos amigos:

Es un gran  honor para mí haber sido invitado por Rolv Erik y Sverre para hablar brevemente ante vosotros, los miembros de la familia Schibsted reunidos aquí, en este maravilloso país, especialmente cuando sólo me quedan dos semanas para dejar mi puesto en el nivel K-2 después de casi 10 años como Director General de 20 minutos en España. “Brevemente”, me han insistido: no más de 15 minutos –ni siquiera 20 minutos- porque saben ¡lo mucho que me gustan los micrófonos!

Me gustaría recordar algunas palabras sobre las razones por las que vendimos nuestra compañía a los noruegos que ya dije hace un par de años en Oslo, cuando hablé en nombre de los miles de empleados no escandinavos de Schibsted en el funeral de Tinius.

La primera vez que oí el nombre de Schibsted fue en la primavera de 2001 en Madrid. Fue durante el “road show” para vender nuestra compañía Multiprensa ( la editora de 20 minutos en España), fundada 2 años antes en el sótano de mi casa. Los noruegos, los suecos y los italianos fueron los finalistas y la oferta sueca fue, por una pequeña diferencia, la más alta en términos monetarios.

No puedo negar la influencia de mi suegra (100% noruega) en la decisión de vender la compañía a Schibsted. Ella me dijo:

-“José, olvídate de los italianos y ¡ni se te ocurra siquiera vender a los suecos! ¡Uff Da!”

Arsenio Escolar, nuestro director editorial, y yo dijimos a nuestro Consejo que debíamos vender la compañía a Schibsted por dos razones muy importantes:

Primero, porque habíamos estudiado el modelo de 20 minuten en Zurich y era tan local como el nuestro mientras que Metro era más global.

Segundo, lo último pero no lo menos importante: Schibsted nos garantizaba libertad de expresión,  independencia editorial, credibilidad y calidad – y ¡todo ello por escrito! Lo hacían a través de una fundación que llamaban Tinius Trust.

-“No me digas más”, pensamos ambos -Arsenio y yo-  inmediatamente.
Y aquí estamos 9 años más tarde.

Tomamos nuestra decisión basándonos en la garantía de libertad de prensa del Tinius Trust. La libertad es una planta tan maravillosa… -aunque frágil y delicada.  Como probablemente sabéis, durante siglos, fue una exótica semilla extranjera que no podía echar sus raíces ni crecer en España. (Estoy seguro de que mis amigos estonios se identificarán muy bien con lo que digo). Y ahora, Schibsted está cultivando y defendiendo esta exótica planta extranjera en 25 países, con lenguas diferentes. Y es maravilloso.

También yo he sido periodista bajo la dictadura de Franco y en Democracia, antes de fundar periódicos y empresas, y os puedo asegurar que verdaderamente vale la pena luchar por la libertad de expression.  Nos damos cuenta de que la libertad, como el oxígeno, es más valiosa cuando nos falta.

He sufrido la falta de libertad durante demasiados años de mi vida y he luchado y aún lucho por ella, tal como Schibsted nos ha eneseñado a través del Tinius Trust.

Han pasado casi 10 años desde que vendimos nuestra caompañía, y gracias al espíritu y la letra del Tinius Trust, bajo la dirección y el apoyo de Kjell Aamot y de mis jefes directos, Birger Magnus y Sverre Munck – y desde el año pasado bajo la dirección y el impulse de Rolv Erik Ryssdal-, el milagro de “asegurar la libertad y la independencia” en 20 minutos ha sido, en verdad, posible. Y lo hemos conseguido cumpliendo, lo mejor que hemos podido, los tres principios fundamentales que hemos aprendido de Schibsted:

1.- Pasarlo bien

2.- Ganar dinero

3.- Con integridad

Y me consta que tanto Arsenio Escolar, nuestro director editorial, como Luis Alberto Rivero, director comercial, comparten esta misma opinión.

Por esta razón, y con gran orgullo y gratitude, quiero decir en este momento tan emocionate de mi despedida como Director Genderal, que nunca he disfrutado en toda mi vida professional (en más de 20 compañías) tanta libertad, independencia y confianza como en 20 minutos España.

Me gustaría citar aquí una frase de Don Quijote que mi padre me recitaba cuando yo era un niño:

I would like to quote the phrase of Don Quijote that my father recited to me when I was a child:

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre: por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida”.

Gracias a todos vosotros, de Schibsted, por cultivar y defender vuestra y nuestra libertad porque eso marca una diferencia con otros grupos de prensa y deja una huella importante en los países donde Schibsted opera.

Este es un momento lleno de emoción para mí y tiene también una carga agridulce, con luces y sombras, triste y alegre a la vez.

Triste porque la decisión que he tomado de acuerdo con mi presidente, Sverre Munck, me separa físicamente de vosotros y de estas reuniones tan enriquecedoras –aunque no del todo- y pone fin a una larga etapa profesional al frente del poder ejecutivo, con muchos momentos brillantes y algunos bastante duros que nos exigieron hacer sacrificios para salir de la crisis y salvar el proyecto.

Y es un momento alegre porque dejo el Ejecutivo y paso al Legislativo, como miembro del Consejo de Administración, cuando 20 minutos ya se ha salvado del naufragio y navega de nuevo a la velocidad del break even, después de una reducción de costes de más de 20 millones de euros en dos años.  La reducción de costes, tan necesaria como dramática, no es gratis y suele dejarnos algunas cicatrices. Quien lo probó lo sabe. Por eso, yo estoy orgulloso de los empleados, del equipo directivo y de los accionistas de 20 minutos que comprendieron y asumieron este esfuerzo.

Estoy alegre también porque se va Mr. Break even y viene a sucederme Mr. Profit. Eduardo es el mejor candidato para gobernar esta nave. Le conozco bien y de no ser por su pasión y amor al proyecto 20 minutos yo no dejaría mi cargo así como así, tan alegremente. Es un profesional eficaz e integro, con una mente abierta y aguda, pero sobre todo es una bellísima persona que tiene mi admiración y todo mi afecto.

Gracias, Eduardo, por haber hecho posible esta transmisión de poderes – poder pasarte el testigo- con tanta nobleza y satisfacción. Aviso a los escandinavos para que saquen de Eduardo todo el jugo que puedan. Aunque proceda de un país del Sur de Europa, tan lejos de Oslo y tan cerca de Africa, os recomiendo que le escuchéis con atención: sabe varias lenguas, ha viajado por medio mundo y suele decir lo que piensa. Su único defecto es que también es economista. Pero nadie es perfecto.

El próximo 1 de octubre comienza para mí una nueva y deseada etapa –¡no me lo puedo creer!-, pero seguiré ligado a vosotros, al Grupo 20 minutos Spain y al Grupo Schibsted hasta que llegue el día de mi jubilación definitiva. Y falta mucho para eso.

Pido disculpas a todos los afectados por los errores cometidos en estos casi 10 años, pero ya sabéis quien no friega en la cocina no rompe platos.

Gracias a todos mis colegas, directivos y empleados de 20 minutos y del Grupo Schibsted, y gracias también a los accionistas, a los proveedores y a los clientes dejo el cargo de Director General satisfecho y aliviado. Como le dije a Arsenio en 2004, al confirmar los primeros 4 millones de euros de beneficio operativo:

“Espero que este éxito no arruine nuestra larga carrera de fracasos”.

También me voy con el orgullo de haber contribuido a que millones de jóvenes que nunca leyeron diarios se hayan acostumbrado, por fin, a hacerlo. Con las 15 ediciones impresas del diario más leído de la Historia de España y la web 20minutos.es, la tercera por su nº de usuarios únicos, hemos mejorado el paisaje cultural de nuestro país y hemos contribuido –de esto estoy seguro- a consolidar y ensalzar los valores de la Democracia.

Y ahora –si Sverre me lo permite- voy a leer o, quizás, a cantar (abusando de esta audiencia cautiva) un viejo fandango de Almería, la tierra donde nací. Creo que su letra es muy apropiada para este momento:

“Aunque me voy, no me voy.

Aunque me voy, no me ausento.

Aunque me voy, no me voy,

Que si me voy de palabra,

Me quedo de pensamiento.

Aunque me voy, no me ausento.”

Y como la mayoría de los que estáis aquí sabéis, si vais a Madrid o a Almería, “mi casa es tu casa”.

Muchas gracias

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El video que sigue a continuación no es obligatorio. El que avisa no es traidor: está en inglés-andaluz.

– Parte 1:

– Parte 2:

– Parte 3:

El PP votará “sí” en Vitoria y “no” en Madrid

El mismo recorte de gastos obtendrá el “sí” de Basagoiti y el “no” de Rajoy. ¿Qué abismo separa a ambos líderes –y a media España– para que su votación sea tan dispar sobre el mismo asunto?  Hace poco, cuando el lendakari Patxi López y Antonio Basagoiti, presidente del PP vasco, recibieron el Premio Abril Martorell a la Concordia me dio un ataque de sana envidia. Y escribí un comentario titulado “Un ejemplo para España”

Me ocurrió lo mismo esta mañana, al escuchar al líder del PP explicando en TVE por qué pensaba votar a favor del ajuste propuesto por su adversario político, el lendakari Patxi López. Lo explicó muy bien. Pero no pudo hacer lo mismo con las razones que pudiera esgrimir Rajoy para explicar su voto negativo al ajuste del déficit público propuesto por Zapatero.  

Prácticamente todos los partidos políticos del grupo popular europeo, que están en la oposición, están votando a favor de las medidas de reducción del déficit que proponen los gobiernos de sus países –siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea– salvo el Partido Popular de España. El Partido Popular apoyará sólo las medidas de ajuste del gobierno socialista vasco.

A mi juicio, tanto el lendakari López como el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, están adquiriendo una imagen de grandeza política y de generosidad patriótica que deja por los suelos a sus respectivos jefes nacionales, Zapatero y Rajoy.

A eso podemos unir el espectáculo de ayer –“lamentable”, según Javier Rojo, presidente del Senado– que ofrecen sus señorías de ambos bandos cuando gritan y patalean como niños rabiosos desde sus escaños.

Quizás esta crisis económica huracanada nos traiga como beneficio colateral la desaparición de la escena pública de los principales líderes políticos, incluyendo a Zapatero y a Rajoy. Ya se oyen numerosas voces que apuntan hacia el abandono rápido de ambos barcos (PP y PSOE)  ante la expectativa de un cambio de capitanes. Al mismo tiempo, gente extraordinaria –asqueada de la política española desde la crispación generada por Aznar, Rajoy  y Zapatero–  está pensando -aún clandestinamente- en cómo arrimar el hombro para sacar a España de esta crisis.    

La OCDE apunta hoy un crecimiento ridículo del 0,9% para la economía española en 2011. Si es así, quiere decir que arrastraremos a más de 4 millones de parados, durante varios años, a un pozo sin fondo como el que se tragó a la generación perdida que sufrió la última gran crisis económica en la primera mitad de los años 80. La economía española se ha mostrado incapaz de crear empleo cuando ha crecido por debajo del 3%.

El Gobierno socialista persiste en minimizar la gravedad de la situación económica y social, con la esperanza de ganar tiempo para puentear la crisis, mientras la derecha celebra cínicamente los desastres de la economía española, como si fueran su trampolín para recuperar un poder que perdieron con las mentiras del Gobierno Aznar sobre ETA en el 11-M. Tanto el PSOE como el PP están enredados en el cortísimo plazo y ciegos, respectivamente, por mantenerse en el poder o por llegar a él y al precio que sea, incluso al de dejar a España como tierra quemada y a toda una generación de jóvenes angustiados sin empleo y sin futuro.

Repasando recuerdos dramáticos de otras grandes crisis, como la doble (política y económica) de 1975-1985, echo de menos grandes cabezas creíbles que piensen en el país, antes que en su beneficio personal, y que hablen con claridad y sin miedo a las represalias de los líderes, ya desgastados, de los dos grandes partidos nacionales, de los sindicatos y –lo que es mucho peor- de los empresarios.

Un repaso a la historia no tan lejana de nuestra transición política (de la Dictadura a la Democracia) y económica (del Tercer Mundo al Primer Mundo), y de cómo y quiénes hicieron posibles los Pactos de la Moncloa (yo tuve la fortuna y el privilengio de estar cerca de ellos) nos arrojaría un poco de luz sobre cómo salir de este largo túnel. Pero para tener algo de éxito, todos -sí, todos- deberíamos perder algo en el camino, ya que se plantean retos descomunales de flexibilidad y solidaridad intergeneracional (entre padres e hijos), de flexibilidad y solidaridad interregional (entre regiones ricas y pobres), intersectorial, internacional, etc.

La actitud que más nos puede ayudar a salir de las crisis es la de máxima flexibilidad e innovación para adaptarnos con rapidez a los cambios y a los nuevos desafíos con la mejor disposición y la mente más abierta. Sin embargo, la mayoría nos agarrotamos ante las dificultades y reaccionamos tribalmente con mayor rigidez, lo que nos lleva a la esclerosis y a la quiebra. El viento huracanado puede tumbar al junco flexible pero no lo quiebra. En cambio, troncha a la caña seca y rígida. 

He oído y leído a varios maestros economistas que insisten en lo de siempre: el mejor empleo es el que se crea y se consolida mediante la exportación. Por ello, la solución al gran drama de nuestro paro pavoroso pasa por el sector exterior más que por la demanda interna, bastante deprimida.   Claro que para aumentar nuestras exportaciones tendremos que bajar nuestros precios de venta a  niveles competitivos.

¿Cómo se pueden bajar los precios de nuestros bienes y servicios? Como siempre se ha hecho: reduciendo los costes laborales, energéticos, fiscales, financieros, institucionales, tecnológicos, etc., que componen el coste total, y mejorando los procesos e innovando en sectores emergentes de demanda fuerte… O sea, reduciendo los costes allí donde se pueda… para ganar competitividad. Podemos reducir los salarios de todos para bajar el coste laboral de nuestros bienes y servicios o podemos reducir (como hemos preferido hacer) el número de empleados para conseguir el mismo fín.

 ¿Quien mató al corregidor? ¡Fuenteovejuna, señor! 

Al final -podemos llamarlo como queramos-, son habas contadas: hay que trabajar más y ganar menos para poder aumentar las exportaciones y reducir las importaciones. No veo otra forma de repartir el empleo escaso entre padres e hijos. Pero ¿quién es el político valiente que les dice esto a los padres empleados (y asustados) para favorecer a sus hijos (angustiados) en paro?

Si las mejoras en productividad se reparten tradicionalmente en la mesa tripartita compuesta por el Gobierno (impuestos), los empresarios (beneficios) y los sindicatos (salarios), la caída de la productividad también debería hacer sentir su coste sobre las espaldas de estos mismos tres protagonistas.  Cuando hay que repartir riqueza, todos acuden al instante. Cuando hay que asumir recortes y pérdidas, porque hemos gastado por encima de nuestros ingresos, todos huyen de la mesa tripartita como del diablo.

Pero no echemos siempre toda la culpa a los representantes (políticos, empresariales y sindicales) que hemos elegido. Deberíamos olernos la mano con la que les hemos votado. Y animar al recambio generacional o a un cambio profundo de actitudes rígidas por otras flexibles, egoistas por otras solidarias.

Ahí están –al menos, con su enorme ejemplo- Lopez y Basagoiti. Aunque me temo que estoy contribuyendo a perjudicar y destruir su futuro político con sólo decirlo.  Así son aún, desgraciadamente, las dos Españas.

Me recuerdan al genio de la lámpara maravillosa que ofreció conceder un deseo -él que pidiera- a un paseante con la condición de que su vecino recibiría el doble. El afortunado ciudadano no lo dudo un instante: le pidió al genio que le sacara un ojo.

Escámez, un banquero contra el 23-F

 

Ha muerto un banquero que apoyó la Democracia.

“Estamos contra el Golpe. Llame Vd. a Termes para que represente a la banca en la manifestación por la Democracia”.

Este fue el mensaje que recibí de Alfonso Escámez, presidente del Banco Central, entonces el nº 1 de España, que falleció anteayer a los 94 años.  Tras el fracasado golpe militar del 23 de febrero de 1981, pude localizarle de viaje por Nueva York gracias a su mano derecha, Luis Blázquez.

Rafael Termes era, a la sazón, el presidente de la patronal bancaria AEB (Asociación de la Banca Española).

También pude localizar, en un pueblo de Segovia, a Luis Valls Taberner, presidente del Banco Popular, el último de los siete grandes, para recabar su opinión sobre el golpe militar. Me confirmó por teléfono lo mismo que me había transmitido Escámez.  

No me hicieron falta más llamadas desde mi mesa de redactor-jefe de Economía del diaro El País. Quería saber cual era la reacción de los siete gandes de la banca tras el golpe de Estado del 23-F. Allí podía haber una historia, si no de primera sí de última página: yo buscaba el lado político (incluso humano, si lo hubiera) de nuestros banqueros.

Llamé, pues, a Rafael Termes, de parte de Alfonso Escámez y de Luis Valls. El Golpe militar había fracasado ya y los partidos políticos, sindicatos, etc. convocaron inmediatamente una manifestación contra los golpistas y por la Democracia para el domingo siguiente al golpe: el 27 de febrero de 1981. Aún no estaban las cosas totalmente claras.

Le pedí por teléfono a Rafael Termes que asistiera a esa manifestación, en nombre de toda la banca, para que pudiéramos hacerle allí mismo una foto y desmentir así algunos rumores que habían circulado sobre el apoyo (¿financiero?) de algunos banqueros a los golpistas de la extrema derecha franquista y de altos mandos del Ejército y la Guardia Civil. Teníamos algo más que rumores y… mucho miedo en el cuerpo.

El domingo 27-F por la tarde le recogí personalmente y le dejé en la cabecera de la gran manifestación contra el golpe de Estado,  junto a los líderes políticos, sindicales, etc.  Nunca se había visto el presidente de la patronal bancaria en una situación semejante. El País publicó la foto de Termes en la mani con el titular deseado de «La banca con la Democracia» o algo así. Este es el texto que acabo de encontrar en la hemeroteca de El País:

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El presidente de la patronal bancaria, en la marcha

Poco después se incorporó a la cabeza de la manifestación el alto staff de la banca privada en pleno, y entre ellos, su presidente, Rafael Termes. Antonio Garrigues Walker, presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) acudió acompañado de su familia. «Me manifiesto, no con mentalidad de reacción frente a los sucesos de días pasados, sino porque es la oportunidad de mirar al futuro». También, en cabeza, los directores de diarios madrileños. Pasadas las siete de la tarde, la manifestación se puso en marcha. Las aceras, ante las que había de pasar la multitud estaban abarrotadas. Arboles, edificios en construcción, (…)

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Quien no estuvo allí, bajo la lluvia fina de aquel domingo de febrero,  no podrá recordar el miedo que todos los manifestantes teníamos en el cuerpo, a los seis días del fracasado golpe de Estado de la extrema derecha y de altos mandos del Ejército, que estuvo a punto de acabar a tiros con la flamante Democracia española. Nunca había escrito esta anécdota. Sin embargo, ahora, al conocer la muerte de Escámez, me ha parecido justo recordarla. Es la hora triste de las alabanzas. Personalmente, siempre agradecí a Escámez, en público y en privado, su decidido apoyo a  la Democracia, apoyo que no era tan claro en otras instancias de la banca española.     

Copio y pego a la izquierda el obituario de Escámez que publica hoy El País, escrito por José Luis Leal, ministro de Economía en el Gobierno Suarez-Abril, que dirigió la transición política de la Dictadura a la Democracia.

En otros países, donde admiran a los emprendedores dignos de ser imitados, a las personas hechas a sí mismas que, desde abajo, llegan a lo más alto, Alfonso Escámez –de botones a presidente- tendría circulando su biografía por todas las  escuelas. Aquí, a los dos días de su fallecimiento, apenas se le conoce salvo en  Águilas (Murcia), su pueblo natal, en cuyo cementerio ha recibido sepultura como un marqués.

El Rey pudo, en vida, mostrarle su agradecimiento, no sólo por sus eventuales servicios bancarios cuando él sólo era príncipe y no tenía donde caerse muerto, sino por sus servicios prestados a la Democracia y a la Corona. Don Juan Carlos I le nombró senador real y, más tarde, le otorgó el título nobiliario –merecido más que muchos rancios grandes de España– de marqués de Águilas.   

Su gran envergadura física, sus modales nada afectados y su trato afable y pueblerino eran lo más lejano que podemos imaginar de un estirado aristócrata. Don Alfonso apenas había ido a la escuela. Comenzó a trabajar desde niño como botones en Águilas y llegó a presidente del Banco Central, que él convirtió pronto en el primero de España. Era un autodidacta y tenía una vastísima cultura de la que apenas presumía y con la que solía sorprender a cualquier listillo que se le acercara con pretensiones clasistas.     

Tuve el privilegio de conocerle en 1971, cuando fundamos el semanario  Cambio 16, crítico con el franquismo –dentro de lo que cabía. Desde entonces hasta su jubilación en 1992, he mantenido con él una relación cordial no exenta de debates, críticas y discusiones de carácter profesional o político.

 Era Escámez un hombretón recio, de pueblo, bastante socarrón, con  finísimo sentido del humor –que disimulaba en público-,  una mirada escrutadora, directa y, a veces, desconfiada y un extraordinario amor a la música y a la literatura.

Con una menta rápida y abierta, admiraba las artes y las ciencias e investigaba con gran curiosidad cuestiones de la naturaleza o la industria -como las piritas, por ejemplo- muy alejadas del típico quehacer bancario.   Había comenzado su carrera como botones, estudió por su cuenta y alcanzó el doctorado honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid cuyo Consejo Social presidió. 

Te sorprendía, intelectualmente, pues subía los escalones del razonamiento de tres en tres y era difícil seguir su paso. En eso, se parecía mucho a Fernando Abril Martorell, ex vicepresidente del Gobierno, a quien más tarde  Escámez nombró vicepresidente del Banco Central. Me consta que ambos se profesaron siempre admiración y afecto mutuos.

Don Alfonso era –eso sí- más listo y pillo que el hambre. Para debilitar al contrario, practicaba el dudoso arte del halago con una maestría que yo trato de imitar sin éxito. Era buen vendedor.

“Dádivas quebrantan piedras”, me respondió un día cuando critiqué los regalos absurdos (incluso los sobres con “dietas”) que algunas empresas y bancos solían repartir entre ciertos periodistas “sobrecogedores” (porque cogían tales sobres) con motivo de las Juntas Generales.

En reuniones o almuerzos con la prensa, el primer banquero de España me halagaba llamándome “paisano”, lo que me obligaba –por mi juventud e inseguridad- a ser mucho más crítico con él en mis intervenciones públicas para acentuar, naturalmente, mi independencia profesional. Pero, en privado, siempre tuvo conmigo un trato de afecto correspondido, no exento, por supuesto, de debates, discusiones y críticas leales.  En verdad, por los caprichos de la costa levantina, desde mi pueblo almeriense se ve su pueblo murciano. De ahí que me hubiera adoptado como “paisano”.

Pasados los años, no hace mucho tiempo, le vimos de lejos y por casualidad en la acera de la calle principal de Águilas, sentado en un gran sillón –que muy bien podría haber pertenecido a algún marqués arruinado, rodeado de una pequeña corte local, esperando el paso de una procesión de Semana Santa.  Entre la muchedumbre, vimos pasar a los penitentes, a los pasos religiosos y, al fin, a la banda municipal. Al desfilar junto al marqués de Águilas, los músicos se pararon en seco y, sin interrumpir su partitura, giraron 45 grados para, cara a cara con él, rendirle pleitesía al unísono con una leve inclinación de cabeza y… de instrumento.  A continuación, se fueron con la música a otra parte siguiendo a la Virgen y a los santos.

Mi chica –que es de Boston, la pobre- preguntó extrañada por qué le hacían tal reverencia a Escámez. Le respondieron los vecinos con igual extrañeza por su pregunta:

“¿Cómo no van a saludar los músicos a don Alfonso? Si no fuera por su donativos, la banda no tendría ni para pagar los instrumentos”.

Ojalá conocieran –y quisieran- a don Alfonso Escámez en toda España como le conocen , le quieren y admiran –con razón- en su pueblo (y casi el mío) de Águilas.

Descanse en paz el banquero que apoyó la Democracia.

Franquismo y Gürtel: Aviso a navegantes

¿Quién se atreverá ahora con la corrupción del PP o con los crímenes impunes de la Dictadura? El Poder Judicial ha dado una puñalada trapera a la Democracia que va mucho más allá de la mera expulsión del juez Garzón de la Audiencia Nacional.

Sin respetar siquiera sus propios procedimientos y formas -que son la base del Derecho-, un puñado de jueces, enquistados en la derecha más rancia y/o en la venganza/envidia más ruín, ha dado un primer aviso descomunal a navegantes. Al fin, lo han conseguido.

¿Qué juez se atreverá, a partir de ahora, a hacer la segunda pregunta para investigar delitos que no sean del gusto de los corruptos o de los franquistas?

El daño producido a los principios de nuestro ordenamiento jurídico, es decir, a los fundamentos de nuestra Democracia, es inconmesurable y traerá -¡ojalá me equivoque!- gravísimas consecuencias para nuestra convivencia democrática.

Una de las heridas más graves es la que los propios vocales del Poder Judicial se han hecho a sí mismos y al ya dudoso prestigio de la Justicia en España. Sus nombres quedarán grabados en la historia del tardo-franquismo para que sus hijos y nietos puedan recordar el golpe rastrero que propinaron ayer a la Justicia al dar este tenebroso aviso al resto de los jueces. Los jueces españoles se acobardarán. ¡Y con razón! Ya lo creo.

Mientras tanto, crecerán por todo el mundo los apoyos a Baltasar Garzón.

Garzón puede equivocarse, como todo hijo de vecino, o puede disentir -como han hecho otros jueces- del criterio sesgado de su perseguidor, el juez Varela . Por cierto, este tal Varela fue compañero de Garzón a las órdenes del biministro Belloch.

Cuando Garzón se separó de Varela, salió del ministerio y reabrió el caso de los crímenes del GAL se inició el claro conflicto de intereses que acabó ayer con Garzón en el exilio judicial. Esa coincidencia laboral y política ya era motivo más que suficiente para apartar aVarela del caso Garzón por conflicto clarísimo de interéses.

También creo que Garzón hizo mal entonces al reabrir el caso GAL que implicaba a antiguos compañeros suyos del Gobierno de Felipe González. Garzón tenía un conflitco de intereses en el caso GAL y Varela lo tiene en el caso Garzón.

Es una pena que los jueces españoles no sean más exquisitos ante sus conflictos de interés. Claro que siguen la pauta marcada por tantos líderes políticos poco escrupulosos con la pureza democratica de sus actos.

Puede haber opiniones distintas sobre la investigación de los crímenes del franquismo, pero de ahí a acusar a Garzón de prevaricación… va un abismo.

En todo caso, el debate de fondo sigue abierto sobre si la Ley de Amnistía -aprobada antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1978– cubre o no cubre todos los crímenes de lesa humanidad y/o de genocidio cometidos por la Dictadura franquista una vez terminada la Guerra Civil.

Creo que uno de los mayores errores que hemos cometido ha sido meter en el mismo saco los crímenes de la Guerra Civil, cometidos por ambos bandos, y los crímenes de la Dictadura, cometidos por el bando vencedor, una vez terminado el conflicto bélico. A mi juicio, son dos cosas muy distintas. Y deben tener un tratamiento separado.

No se si algún juez chileno se ateverá ahora a investigar los crímenes de la Dictadura del general Franco como Baltasar Garzón se atrevió a hacer cn los crímenes de la Dictadura del general Pinochet.

Precisamente la foto de arriba, en la que aparece Garzón junto a mi maestro Juan Marichal, fue tomada durante la comida del Dia de Acción de Gracias que siguió a la detención de Pinochet por orden de Garzón. Marichal improvisó entonces unas palabras en favor de la labor de Garzón y de la Justicia universal que nos emocionaron a todos los presentes.

Hoy, entristecido por la noticia de su exilio judicial, no puedo olvidar aquel cariñoso homenaje que hicimos al juez Garzón. Ojalá tuvieramos en España (vanidad incluida) muchos jueces como él y menos como los tristemente célebres vocales que intregan el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Nunca mejor que hoy cuadra una errata, cometida un día ya lejano por el Boletín Oficial del Estado, que definía al CGPJ como «Conejo General del Joder Pudicial».

Con todos mis respetos. Faltaría más.

-e-