Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Aznar, sobrecogedor ¿Por qué no me sorprende?

Ahora sabemos, con pelos y señales, que Aznar recibía sobres pecaminosos (e ilegales) cuando ya era presidente del Gobierno. ¿Entró en política para «forrarse», según la triste expresión atribuida a su colega Zaplana?.

Sobresuledos prohibidos por la Ley y retribucuiones "disparadas" de José María Aznar, en El País.

Sobresuledos prohibidos por la Ley y retribucuiones «disparadas» de José María Aznar, en El País.

El País de hoy publica todos los datos del escándalo. Como muchos otros dirigentes «sobrecogedores» del PP, y no pocos votantes conservadores, ven muy natural compensar a los políticos con sobresueldos (en sobres) por lo que eventualmente podrían estar perdiendo al dedicarse al servicio público.

Ya lo dijo muy clarito el propio presidente Rajoy. Nos restregó a todos la cantidad de dinero que perdía (como registrador de la propiedad en excedencia) por dedicarse a servirnos desde el Palacio de la Moncloa. En la derecha está muy extendida y aceptada la práctica de la puerta giratoria (también en la izquierda, aunque más cutre). El político sirve a su clientela privada cuando está en un cargo público y/o tiene influencia para conseguir prebendas y pasa la gorra cuando, legalmente o no, vuelve al sector privado. Quid pro quo.

Cuando por una firma, un dirigente político con cargo público puede cambiar (o sea, elevar) impunemente el precio de las cosas (una recalificación de terreno, una licencia, una subvención, etc.) la tentación de buscar compensación es muy fuerte.

El trueque de favores compensatorios es más viejo que el homo sapiens. Los beneficios (generalmente donativos opacos o comisiones pecaminosas) suelen ir al partido político, a sus dirigentes y/o al artista que lo ha negociado personalmente, a veces, con nocturnidad y alevosía. Sobre esto, Luis Bárcenas podría aspirar a una cátedra.

La corrupción (y el conocimiento que en democracia tenemos de ella) ha llegado a un límite insoportable. Y lo grave es que los líderes políticos no parecen relacionarla con la desafección que muchos ciudadanos (en especial y con mas razón los jóvenes) sienten hacia los partidos políticos, la corona y otras instituciones del sistema democrático.

Por más que vean las alusiones que personalidades como El Roto, Forges, etc. hacen de los políticos, no se enteran. Ahí van dos alusiones de hoy en El País:

Forges, en El País, 10-5-13

Forges, en El País, 10-5-13

 

 

 

 

 

 

 

El Roto. El País, 10-5-13

El Roto. El País, 10-5-13

¿De qué o de quién se ríen nuestros políticos?

Mi compadre me ha enviado una imagen (algo forzada) que vale más que mil palabras. Dicen que «quien ríe el último ríe dos veces». Quizás en Gran Bretaña.

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Recomiendo la lectura de este artículo publicado hoy por El Pais. Pienso que acompaña muy bien a esta imagen.

 La corrupción no debe quedar impune

Debemos acordar la expulsión precoz de la política de quienes sean encausados
Joan J. Queralt

(7 FEB 2013)

La lucha contra la corrupción política no es fácil; menos si lo hacemos con las manos atadas a la espalda. Cuando la corrupción se hace por sistémica insoportable, nos percatamos de que los mecanismos de respuesta no funcionan adecuadamente, pues, o no son asumidos por quienes deberían, o ponerlos en marcha, especialmente los judiciales, es tarea ímproba.

En cierta medida, pedimos peras al olmo. En efecto, implementar los mecanismos políticos y jurídicos de respuesta depende en buena media de aquellos que habitan los espacios donde se referencia la corrupción. Como ha señalado el Greco (Grupo de Estados contra la corrupción) en sus análisis sobre España, no falla tanto la legislación como su aplicación.

Aquí, el déficit de medios personales y materiales es clamoroso. Así, por el Juzgado de Nules, tras cinco años instruyendo el caso Fabra, han pasado siete jueces y cuatro fiscales. Olvidado el entusiasmo institucional del 11-M, los jueces de instrucción de la Audiencia Nacional reclaman más auxilio pericial por parte del Ministerio de Hacienda y de la Intervención del Estado para evitar que se eternicen las causas. Dos muestras.

La presunción de inocencia es un derecho fundamental que vale para el proceso, no fuera de él

El Roto, en el País de hoy

El Roto, en el País de hoy

Se alzan voces que claman contra, en su opinión, breves plazos de prescripción. Salvo el delito fiscal que prescribe a los cinco años, la mayor parte de las infracciones que hoy nos aquejan prescriben entre 5 y 10 años. Tiempo, entiendo, más que suficiente. Dilatar los plazos sin poner medios es un brindis al sol. Lo que debemos preguntarnos es por qué Hacienda, la Intervención del Estado y las de las comunidades autónomas, al igual que los diversos Tribunales de Cuentas, van con tal retraso en la verificación ordinaria de las cuentas públicas y de las de los partidos políticos, lo que hace muchas previsiones inútiles. Debemos preguntar cuáles son sus planes de trabajo, si son realistas, si se cumplen y especialmente porqué sus recomendaciones y observaciones resultan reiteradamente incumplidas. En no poca medida cabe hablar de una cierta impunidad de facto; eso sin hablar del indulto regio.

La otra cuestión relevante es que los encausados apuran hasta las heces su cargo, enarbolando la sagrada presunción de inocencia. Interesadamente confunden dos cosas. La primera, la presunción de inocencia es un derecho fundamental que vale para el proceso, no fuera de él. Por eso la responsabilidad penal y la política son diversas.

Dicho esto, hay que ir un paso más allá: la precoz expulsión de quien aparezca como corrupto. Sin embargo, el político imputado, al son de quiméricas conspiraciones en su contra y contra la patria, se resiste a ello, se equipara al ciudadano común y se muestra más doliente que este. Si el ciudadano no se ve privado de sus derechos hasta que es condenado, pues es presumido inocente hasta ese momento, por qué, inquiere el encausado-político, él ha de verse privado de esa presunción y ser despojado de sus cargos. Por dos razones muy sencillas. La primera: es falsa esa pretendida igualdad. La función pública comporta prerrogativas y cargas para garantizar la limpieza de su ejercicio que no son necesarias en la vida común. O sea: en lo desigual no hay igualdad a proteger.

El grupo político que no promueva la dimisión de sus imputados quedará ante la ciudadanía como un ventajista

La segunda razón es esencialmente política. Cuando un político es encausado, se le genera un profundo conflicto de intereses: el ejercicio de su función se ve alterado por su legítimo derecho de defensa. Ya no puede prestar la atención y ponderación que el cargo le impone. Por ello, mientras se reforman las leyes, hay que esperar de nuestros políticos un paso al frente que dignificaría su actuación: políticamente es obligada la dimisión de los cargos electos, por más que no sea obligada aún legalmente, desde que se produce la imputación formal, esto es, desde el momento en que el juez de Instrucción le comunica el auto de imputación y le da conocimiento íntegro de las actuaciones.

Estas resoluciones judiciales de imputación, por lo que alcanzo a ver, están más que suficientemente motivadas, por encima de la media, e ilustran plenamente al interesado y a la ciudadanía por qué se atribuye indiciariamente un delito o un haz de delitos. En fin, la imputación satisface todos los derechos y garantías procesales. Cabe objetar que, en caso de absolución, un daño cuando menos honorífico se ha inferido al procesado. Puede ser. Pero no pasa de ser un inherente riesgo profesional, que el ejercicio sin tacha de la función pública evita.

También se aduce que un grupo político podría requerir a sus integrantes la dimisión y otros no; así, tal conducta sería perjudicial para los más cumplidores. Nada menos cierto. Una cualidad políticamente olvidada es la generosidad, hija como es de la inteligencia. El grupo político que no promueva la dimisión de sus imputados quedará ante la ciudadanía como un ventajista. Tal percepción cotiza muy a la baja en la actualidad y sería un primer, pequeño, pero primer, paso en la dirección de una regeneración política. El segundo paso, reitero, ha de ser la dotación de medios personales y materiales a la justicia; si no hubiera dinero, anúlense partidas superfluas, que aún hay muchas, sin perjudicar los derechos ciudadanos. La causa pública lo vale.

Joan J. Queralt es catedrático de Derecho Penal en la Universidad de Barcelona e investigador principal del grupo “Estrategias preventivas y reactivas contra la corrupción”.

Cuba en el corazón. Obama cumple

Obama le hace un guiño al dictador cubano, tras inclinarse ante el dictador saudita. Tengo la impresión de que empieza a cumplir sus promesas electorales dando más coherencia a su política exterior, es decir, trato igual para todos los dictadores, tengan petróleo o caña de azúcar.

No ocurre lo mismo con las portadas de nuestros dos primeros diarios de pago. Los éxitos de Obama -ya se sabe- van a cuatro columnas en la portada de El País y a una columna en la portada de El Mundo.

Gracias Obama por acercarme a Cuba. El presidente de EE.UU. ha cumplido una de sus promesas más llamativas al corregir las políticas erróneas de sus predecesores: ha levantado las restricciones para viajar y enviar dinero a la antigua colonia española.

Muy hábilmente, y de golpe, les ha quitado a Fidel Castro y a su hermano Raúl varios argumentos que daban oxígeno a su régimen dictatorial. Al relajar el terrible embargo que EE.UU. impone contra Cuba desde hace décadas, Obama les ha roto parcialmente su habitual discurso victimista/nacionalista contra el imperialismo yanqui.

Me muero de ganas de ir a Cuba. La he sobrevolado, con tristeza. La he merodeado por Costa Rica, por Florida o por Puerto Rico. Y me alimento del son cubano. Sin embargo, nunca puse un pie en ese «largo lagarto verde» del gran Nicolás Guillén.

Por miedo al dolor y a la frustrución inevitables, prefiero esperar y pasear por La Habana cuando Cuba sea un país libre, donde el miedo no obligue a los cubanos a callar lo que piensan o, lo que es peor, a espiarse y a denunciarse los unos a los otros.

Cuando pienso en Cuba, recuerdo al maestro Pablo Casal cuando me decía -poco antes de morir, en su retiro musical de Malboro, Vermont– que no pensaba volver a España mientras siguiera vigente la Dictadura de Franco. Desgraciadamaente, el violoncelista más grande de los últimos dos siglos murió antes que el dictador y no puso volver a pisar su tierra.

«¡El sueño americano vive!» Y mi suegra rompió a llorar…

El 4 de noviembre, después de votar, Geraldine (Benson)Westley, la abuela americana de mis hijos (89 años) se rompió la cadera y la llevaron al hospital de Exeter (NH) donde fue operada urgentemente y con éxito.

El viernes pasado salió de la UVI y reconoció al instante el rostro de su hija, Ana Westley Benson, recién llegada al hospital procedente de Madrid.

-«¿Qué ha pasado?»

, preguntó la abuela.

-«Te has roto la cadera y ha ganado Barack Obama»,

le respondió mi esposa, en ese orden.

Grandma se olvidó de la cadera y le replicó:

-«¿Qué me dices? ¿Obama es presidente de los Estados Unidos? ¡No me lo puedo creer!»

-«Sí, mamá. Obama ha sido elegido presidente de los Estados Unidos»,

le dijo su hija mientras le mostraba la portada del diario The Boston Globe con la foto del presidente electo.

(Esta es una foto de Grandma, de hace unos años, con sus adornos de Dakota de Norte, de origen noruego).

Con la garganta aún molesta por los tubos del quirófano, la voz un poco ronca y con lágrimas brotándole ya de los ojos, contestó a su hija:

«Entonces, el sueño americano no ha muerto. ¡El sueño americano está vivo!».

Y, llena de emoción, la abuela yanqui de mis hijos rompió a llorar.

Esta señora de mirar tan dulce -que es mi suegra- tiene mucho coraje cuando se trata de defender principios éticos. Uno de los más arraigados en ella es el de luchar contra la injusticia y, por tanto, contra el racismo.

Conozco muy bien su historia y en la familia estamos muy orgullosos de ella y del abuelo, Alph Westley, que falleció poco antes de caer el Muro de Berlín y sin haber visto -¡qué lástima!- a Obama en la Casa Blanca. De ambos, recuerdo hoy algunas anécdotas que explican esas lágrimas tan emocionantes.

Hacia 1957 (escribo de memoria), mi suegro, Alph Westley, oficial de la Fuerza Aérea norteamericana, fue destinado como profesor de Telecomunicaciones a la Escuela Militar de Montgomery, la capital del estado sureño de Alabama donde hizo amistad con uno de los pocos oficiales negros de su Escuela.

Tan sólo tres años antes (1954), el Tribunal Supremo había declarado inconstitucional la segregación racial enlas escuelas.

Hacía dos años que una vecina de Montgomery, la heroica Rosa Parks, se había negado a ceder su asiento a un blanco en un autobús de su ciudad. Fue arrestada por ello. Mi familia política recuerda el rescoldo -aún muy vivo cuando se instalaron allí- que había dejado la gran protesta, liderada con éxito por el reverendo Martin Luther King, que se dio a conocer entonces gracias al boicot contra los autobuses de Montgomery durante un año.

En ese ambiente, pasó mi mujer tres años de educación pública y de hegemonía racistas. No me extrañó que, siendo aún adolescente, Ana participara personalmente en la Gran Marcha de Washington (1963), en la que el ya famoso luchador por los Derechos Civiles, Martin Luther King, pronunció su discurso histórico y promonitorio «Tengo un sueño».

Al año siguiente ganó el Premio Nobel. (Lo dejo escrito aquí para que mis hijos no lo olviden).

De 1957 a 1961, mi mujer estudiaba en una escuela pública de Montgomery, en cuyo coro cantaba (aún canta de maravilla). Por las tardes, Ana iba en autobús hasta la Escuela de Empresariales, donde su madre era profesora de Lengua y Taquigrafía.

Por las ventanas de esa Escuela, en un lugar céntrico, todos los alumnos y profesores pudieron seguir, con el estómago encogido por el miedo y la rabia, las protestas de los racistas y los antiracistas de Alabama que habitualmente acababan con violentas cargas policiales y enfrentamientos callejeros sagrientos.

(Por esas fechas, dos niñas fueron asesinadas por los segregacionistas del Ku Kux Klan, en el interior de una iglesia de Birmingham (al norte de Montgomery), a la que pegaron fuego con los fieles dentro.)

El día de 1957 en que mi esposa debutó en una obra de teatro infantil, en el salón de actos de su Escuela, fue muy especial para sus padres y sus hermanos pequeños. Quien lo probó, lo sabe. Cualquier padre que haya visto actuar a sus hijos en el Colegio lo habrá hecho con emoción contenida.

A mitad de la obra -que trataba, naturalmente, de la Guerra Civil nortamericana- los niños de Montgomery interpretaron en el escenario el asesinato del presidente Abraham Lincoln , que abolió la esclavitud en 1863.

Padres y niños del público estallaron entonces en un gran aplauso y vitorearon (no precisamente por sus dotes interpretativas) al actor que encarnaba al asesino de Lincoln.

Mi suegra saltó de su silla, subió al escenario, tomó a su hija de la mano y la sacó a rastras del coro y de aquel salón infecto, lleno de racistas. Lo explícó diciendo:

«Mis hijos no pueden participar en actos tan vergonzosos»

A partir de ese momento, Geraldine pasó a formar parte de la lista -entonces muy pequeña en Alabama– de los «nigger lovers» («amantes de los negros«), tan despreciados y vejados por los racistas del Sur.

Naturalmente, el día en que los sureños celebraban anualmente el nacimiento de la Confederación y el comienzo de la Guerra Civil (que perdieron), la familia Westley no tenía nada que celebrar en su casa acosada de Montgomery. Ana y Grieg Westley eran niños y vivieron ilusionados los preparativos del Centenario de la Guerra Civil que estalló en 1861. Las niñas debían ir vestidas como princesitas de Versalles («las bellas del Sur») y los niños, naturalmente, con traje militar color gris de soldado confederado.

Mis suegros (ambos de Dakota del Norte) se negaron a confeccionar aquellos trajes y a que sus hijos celebraran la secesión del Sur cuya Confederación defendía la legalidad de la esclavitud de los negros. De hecho, los Westley vivieron en Alabama como si los del Norte hubieran sido los perdedores de aquella Guerra Civil que habían perdido los del Sur. La victoria del Norte permitió la derogación de la esclavitud en los Estados Unidos. Por eso, el abuelo de Michelle Obama, la primera dama electa de los Estados Unidos, pudo crecer como un hombre libre hijo de esclavos.

Mi suegro Alph (en la foto, con traje militar) no le iba a la zaga a su esposa en la lucha contra el racismo. Ana recuerda el día de 1957 en que su padre había invitado a cenar en casa al oficial negro amigo suyo. Mientras tomaban el aperitivo, los vecinos del barrio comenzaron a apedrear la casa y a romper los cristales. Los niños, asustados, tuvieron que esconderse lejos de las ventanas.

A partir de entonces, la vida de la familia Westley -los «nigger lovers«- fue un infierno en Montogomery, Alabama, hasta que mi suegro fue destinado a Boston, una ciudad maravillosa del Norte, donde no te apedreaban por ser «amante de los negros».

Cuando me tocó cubrir en Atlanta (Georgia), en 1988, la Convención del Partido Demócrata que eligió candidato presidencial al gobernador Dukakis, hijo de emigrantes griegos, me acerqué con mi gran amiga (compañera de pupitre en Harvard) Katherine Jonhson al monumento donde reposan los restos de Martin Luther King.

Emocionado y silencioso ante su tumba, recordé a la valerosa familia Westley en su paso por Alabama donde coincidieron con el líder pacifista de los Derechos Civiles asesinado a tiros, como el presidente Lincoln, por racistas del Sur.

¡Que te mejores de la cadera, mi querida y admirada suegra!

¡Qué pena de profesión periodística!

¿Es información u opinión lo que puede leeerse en este párrafo de la portada de El Mundo sobre Zapatero y el G-20?

Aznar en El Mundo; Rachida, en El País. ¡Vaya sujetos!

¿Acaso es una casualidad que Aznar sea el sujeto que manda en la noticia de El Mundo y que Rachida, la ministra francesa, mande en la misma noticia pero en El País?

Sentencia del 11-M: de día para unos y de noche para otros

Pese a que he dedicado docenas de comentarios sobre la teoría conspiratoria del trío Pinocho (Aznar-Acebes-Zaplana) aplicada a la viculación espuria de ETA con el 11-M, no salgo de mi asombro cuando compruebo la dosis de fe, religión, dogma o simple desvergüenza de los promotores de las mentiras del 11-M para poder ganar las elecciones del 14-M.. Pésima gestión del 11-M y peor digestión del 14-M. Pobre Aznar.

La última etapa era la sentencia del Tribunal Supremo, conocida ayer. Los titulares de El Mundo son de traca, pues sigue, erre que erre, alimentando su fe ciega en la teoría conspiratoria. Da igual lo que diga la Audiencia, el Supremo o el Sursum Corda ya que todo aquello que no encaja en su puzzle conspiratorio simplemente lo toman como falso o ni siquiera lo citan entre los hechos probados.

Los titulares y los comentarios editoriales de hoy no precisan comentario alguno.

Para Publico:

El Supremos da la puntilla a la conspiración

Para El País:

El Supremo respalda todos los datos clave de la sentencia del 11-M

Informando sobre la misma sentencia (sí, sí, la misma), El Mundo lo ve todo al revés:

11-M: golpe de gracia del Supremo a aspectos clave de la versión oficial

Es decir, lo que es día para unos, es de noche para otros. Supongo que viven en distintos hemisferios. O, quizás, alguno de ellos -pésimo periodista- no tiene vergüenza torera.

Sin duda alguna, la foto del Rey con el brazo sobre el hombro del ex presidente Adolfo Suárez será archivada con todos lo honores de libro de texto. La foto merece portada. Pero cada cual le da el tamaño que quiere. Van en este orden: El Pais, El Mundo y Público. Además del tamaño sello de su portada, observo una diferencia adicional en el titular de Público: al Rey le ponen (rey) con minúscula.

¿Será cosa de su libro de estilo o van más allá?

Ha muerto Pepe Montes, servidor del interés general

Ayer fue un día agridulce, alegriste, una mezcla de alegría y tristeza.

Mientras los campeones de Europa volaban hacia Madrid, dimos el último adiós a José Montes, buen amigo, compañero de la tertulia de El Puchero durante casi 30 años, y uno los mejores servidores del interés general que he conocido.

Hoy publica El País un cariñoso obituario de Pepe, escrito por José Luis Leal, ex ministro de Economía, que fue su jefe y el mío durante el Gobierno de Suárez y Abril Martorell.

Fernando Abril Martorell era el vicepresidente económico, José Luis Leal era el ministro de Economía y José Montes era el subsecretario de Economía.

Yo era, entonces, el joven ayudante entusiasta de todos ellos en Castellana, 3; uno de los empleos más felices y gratificantes (aunque, eso sí, peor pagados) de mi vida.

Hace unos años perdimos muy prematuramente a nuestro amigo, jefe y maestro Fernando Abril (¡qué bien nos vendría a todos tenerle aún vivo para que nos ayudara a salir de esta crisis!).

Ayer enterramos a Pepe Montes, el enemigo número 1 de la inflación, un jabato inmejorable para contener la subida de los precios. Solía repetir con su energía habitual -casi a gritos- que la inflación es muy mala porque

«a quien más perjudica es a los más pobres e indefensos, que carecen de capacidad para renegociar sus salarios».

Los enemigos de la inflación le debemos un homenaje a Pepe Montes. Era un artista finísimo para fomentar las importaciones de carne de pollo, de cerdo o de lo que hiciera era falta con el fin de bajar los precios, controlar el IPC y para que no faltara comida en la mesa de los españoles, durante la segunda mayor crisis económica del siglo pasado desde el crack del 29.

El subsecretario Montes gobernó los precios cuando más desmadrados se presentaban, tras la doble crisis del petróleo de 1974 y de 1979. Era una crisis como la que comienza ahora, pero a lo bestia, con inflación creciente, galopante, y PIB menguante. (Recordaré para los más jóvenes que en aquella crisis quebraron más de 50 bancos, miles de empresas, el paro pasó del 22 % y más de la mitad de los jóvenes en edad de trabajar no había probado siquiera su primer empleo)

Pepe supo, como nadie, embridar al IPC y doblar el espinazo a la subida de precios. A las órdenes de Abril Martorell y de Leal, sentó las bases para la recuperación económica del 86 que duró hasta la crisis del 92-94.

Fue un malabarista socarrón del cuadro macroeconómico, un mago de la cesta de la compra, cuyo coste removía con gracia y finura granaina. A servidores del Estado como él, debemos la salida anticipada de aquella larga crisis de caballo y el primer empleo de muchos jóvenes. Desde luego, alguien me dirá -y con le faltará razón- que la estabilización del precio mundial del petróleo, ya en tiempos de Felipe Gonzalez, tamibén nos ayudó a superar aquella terrible «estanflación» (estancamiento con inflación). No hay nada nuevo bajo el sol.

Jose Luis Leal ha glosado muy bien la figura de nuestro subsecretario, en su artículo de El País de hoy, que copio y pego en el blog . ¡Qué pequeña se nos queda ahora la tertulia de pisto y cordero del Puchero, mis queridos José Luis, Crisanto, Luis, Fernando, Mariano, Antonio…!

Ayer, tras el cierre de su ataud, le dije a Carmen, su viuda, que echaría de menos la bola de helado que compartía con su marido, una vez al mes desde hace 30 años (ambos presumíamos de guardar siempre una falsa dieta), y la media copita de chinchón dulce con la que poníamos broche final a nuestra tertulia. No le dije -y ahora lo siento- que lo que más voy a echar de menos es su afecto franco y explosivo y su tierna bravura en los debates económicos y en su lucha feroz, implacable, contra las injusticias.

También olvidé decirle que le agradeceré siempre su magisterio. Fue un gran economista, un becario del gran Simonet y uno de mis primeros colaboradores en la fundación del semanario Cambio 16 (en 1971).

Hablaré de Pepe Montes a mis alunmos, cuando regrese a la Universidad, para que sepan que el servicio a los intereses generales del Estado puede hacerse muy bien con las herramientas que nos ofrece la Economía pero, eso sí, siempre que estén dirigidas por un corazón tan grande y tan noble como el de mi querido subsecretario.

¡Que pena y que rabia me dió que no pudiera disfrutar, por un día, de la descomunal victoria de España en la Eurocopa!

Descanse en paz.

El funeral está previsto para el próximo martes, 8 de julio, a las 20:00 horas en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Calle Puerto Rico, 1, Madrid.

La mochila de Vallecas golpea a Losantos y a la COPE

Los obispos españoles deben andar temblando con las penas del Infierno que les esperan por sus reiterados pecados de omisión. la verdad es que los dueños de la pecaminosa cadena COPE no ganan para tapar sus vergüenzas.

El locutor episcopal, Federico Jiménez Losantos, condenado ya por los tribunales de Justicia por haber injuriado y calumniado al alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, volvió ayer a comparecer ante la Justicia como imputado por otro delito de injurias y calumnias contra otro señor Ruiz, Rodolfo Ruiz, el honorable ex comisario de Vallecas que fue masacrado por los sivergonzones Losantos y Pedro Jeta, a sabiendas, de manera injusta e inmisericorde.

Espero que la Justicia vuelva a relucir de nuevo, tal como ocurrió contra la sentencia estravagante del estrafalario juez Hidalgo sobre el «Caso Bono/caso Hidalgo» revocada por el Supremo.

La persecución que ha sufrido el comisario Rodolfo Ruiz por parte de ciertos excrementos de la prensa y por una parte de la judicatura contaminada no tienen parangón en la historia de la democracia española.

Desde el primer día de la persecución contra el comisario Rodolfo Ruiz, tuve el privilegio de conocer la documentación necesaria que acreditaba la mala fe demostrada por mis colegas en este asunto. El interés espurio de los fabricantes de la teoría de la conspiración aznarista de «ETA en el 11-M» les llevó a llenar docenas de portadas de El Mundo (nunca como entonces fue más inmundo ese periódico) y soflamas calumniosas en la pecaminosa COPE.

Desde el primer día de la persecución a Rodolfo Ruiz, he dedicado todo el tiempo que he podido a desenmascarar a estos dos sinvergonzones que pretendieron ligar (afortunadamente sin éxito) el Caso Bono al presunto caso «Mochila de Vallecas» para lavar la cara al miserable trío Pinocho (Aznar-Acebes-Zaplana) que quiso ganar las elecciones del 14-M mintiendo, a sabiendas, a todos los españoles.

La combinación demoníaca del «Caso Bono» con la «Mochila de Vallecas» se vuelve ahora contra el delincuente Losantos y sus patronos episcopales.

Ahí van algunos enlaces de los comentarios que he publicado en este blog sobre este asqueroso asunto para la historia negra y podrida del periodismo que me hacía hervir la sangre. Es lo que me pasa cuando veo una injusticia tan flagrante como la que comentían casi a diario Losantos y Pedro Jeta contra un honorable policía y mejor padre de familia.

El Supremo convierte el «caso Bono» en «caso Hidalgo»20 Julio 07 El Tribunal Supremo le ha dado la vuelta a la tortilla. No se trata de simples matices jurídicos sobre el dudoso «Caso Bono» (enormemente sospechososo desde el primer día) sino de algo…

Caso Bono: Que la Prensa te pille confesado…11 Julio 07 Este artículo de Javier Pradera, publicado en El País de hoy, ilumina el turbio «caso Bono/caso Hidalgo» y enciende la sangre a toda persona de bien, sensible contra la injusticia. …

Caso Bono: Condenas «para complacer al PP»01 Julio 07 El País publica esta declaración, a cuatro columnas: Y así es como ha informado hoy El Mundo sobre las reacciones ante la decisión del Tribunal Supremo de anular la sentencia del…

A veces, hay Justicia (II): el juez Hidalgo con el culo al aire30 Junio 07 Hace un año y pico, cuando comenzó la tropelía del PP contra estos tres policías hoy rehabilitados, dije aquí que, sublevado por tal injusticia, había decidido investigar el caso por…

El Supremo «desbarata» o «legitima». ¡Vaya papo el de Pedro Jeta!30 Junio 07 — ¿Se comerá Hidalgo el turrón siendo aún juez en ejercicio? Copio y pego aquí el comentario de urgencia que hice ayer para que no se nos olvide la jeta que tiene el estrafalario…

A veces, hay Justicia. ¿Despedirán ahora al estrafalario juez Hidalgo?29 Junio 07 Los policias, condenados por el juez Hidalgo por la presunta detención ilegal del dos angelitos del PP -pillados in fraganti palo en mano-, han sido absueltos por el Tribunal Supremo. — …

Remover los cadáveres…¿Bebe El Mundo en fuentes o en charcos?02 Mayo 07 Peritos del 11-M pedirán la exhumación de cadáveres para analizar el explosivo Este es el gran titular de portada que lleva hoy El Mundo, arriba, a cuato columnas. — — He aquí…

Al Qaeda, en El País y -cómo no- ETA, en El MundoEl ex-comisario de Vallecas, citado por la AVT en el juicio del 11-M

01 Mayo 07 El Mundo manda en primera con ETA y El País manda con Al Qaeda. ¿Cuantas veces habré hecho mención a esta misma sospechosa circunstancia en los casi dos años que llevo comparando estas…

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Periodismo basura para creyentes y/o incautos18 Abril 07 La portada de El Mundo de hoy merece un marco para ser colgada en la vieja cárcel de papel de «La Codorniz». Todos los diarios de referencia del mundo mandan hoy en sus primeras pî..

Casi no me lo puedo creer, pero, en ocasiones, Federico, veo Justicia.

Garzón «encarcela» o La alcaldesa «ingresa en prisión»

Nunca me cansaré de recomendar al lector atento de periódicos que compare los sujetos de cada titular sobre el mismo asunto, antes incluso de comparar los verbos.

En las portadas de hoy, El Mundo ha elegido como sujeto de su noticia principal (arriba, a cuatro columnas) a la alcaldesa de Mondragón:

La alcaldesa de Mondragón ingresa en prisión por colaboración con ETA

En cambio, El País ha preferido como sujeto del mismo asunto, y con la misma foto, al juez Garzón:

Garzón encarcela a la alcaldesa de Mondragón

¿Puede alguien pensar que es casual la elección de cada sujeto en ambos diarios?

¿Acaso podemos concebir el titular de El Pais, con Garzón como sujeto, en El Mundo?

Por cierto, al ver la viñeta filosófica que El Roto publica hoy en El País, se me ha ocurrido preguntarme si El Roto habrá nacido en el mismo pueblo que Goya.

Lo de Garzón y la alcadesa de Mondragón se repite, pero con sesgo contrario, en el caso de los sujetos de la primera noticia de El País (el ex asesor de Zapatero)y segunda de El Mundo (el «lobby» de la construcciòn):

El País, mandando arriba, a cuatro columnas:

El ex asesor económico de Zapatero presidirá el «lobby» de constructores

Sumario:

El presidente, «desagradablemente sorprendido» por la decisión

El Mundo, arriba, a una columnas, de salida:

El «lobby» de la construcción ficha al ex jefe de la Oficina Económica de La Moncloa

También cambia mucho el cargo de Taguas: de un simple «ex asesor» (en El País) a todo un «ex jefe» (en El Mundo)

El monstruo austriaco no va de primera noticia

Me ha sorprendido el tratamiento informativo en la prensa española de pago de la noticia del día: el monstruo austriaco que secuestró y violó a su hija durante 24 años y con la que tuvo siete hijos-nietos. En las tres portadas que suelo comparar aquí va de segunda noticia. No tendría nada de particular si las que han sido consideradas aptas para mandar en la portada tuiveran más consistencia. Pero, a mi juicio, no es así en ninguno de los tres casos.

El Pais -el que mejor valora como segundona la noticia del monstruo- manda con una historia sosa de alto sesgo político anti-PP que no se tiene en pie.

Este es su gran titular:

Valencia aplicará a los inmigrantes un contrato sin efecto alguno

El Mundo lleva al monstruo a tres columnas en el faldón de abajo y titula arriba, a cuatro columnas, con la anécdota de una frase de la ministra de Educación de alto sesgo anti-Gobierno y con una pobre carga irónica.

Este es su gran titular:

Cabrera aplaude que se pueda elegir estudiar en castellano… en Andorra

Público comete el mismo error: coloca al monstruo en el cintillo superior (El horror en persona) y manda con gran foto del ministro de Sanidad y con este viejo gran titular de opinión, nada informativo:

Sanidad patina con el aceite

Menos mal que siempre nos queda El Roto para compensar el euro que nos cuesta El Pais

Su dibujo es todo un editoral sobre «Teología y Ginecología».

Que Dios -si existe- no pille confesados.