Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Caen 3 directores. ¿Qué pasa en la prensa?

En apenas dos meses, tres directores (La Vanguardia, El Mundo y El País) han sido destituidos. La coincidencia temporal y la relevancia del triple relevo han desatado las teorias conspiratorias sobre el papel del Poder contra la libertad de expresión.

Antonio Caño, nuevo director de El Pais

Antonio Caño, nuevo director de El Pais

¿Qué está pasando en la Prensa española?

En las últimas semanas, varios colegas y/o amigos de la prensa de los Estados Unidos me han hecho esta misma pregunta.

El artículo de Pedro J. Ramírez en el New York Times, señalando a Rajoy (¡qué más quisiera é!) como el instigador de su despido, ha debido generarles alguna inquietud. La reciente sustitución de Javier Moreno por Antonio Caño al frente de El Pais también ha podido contribuir a consolidar tal preocupación.

¿Qué les digo?

Traduzco, copio y pego, a continuación, párrafos de una de mis respuestas (quitando, claro, las cuestiones personales/familiares que pueden aburrir a cualquiera):

 

Querido amigo:

Disculpa el envío de mi último mensaje en español. Lo envié a todos mis
amigos, de una vez, para anunciarles que había salido del Board de 20
minutos, que iniciaba una nueva vida sin compromisos profesionales
y que tenía nuevas direcciones de mail y un nuevo blog personal:
martinezsoler.com

Pedro J. Ramírez, con su "aliado" Aznar

Pedro J. Ramírez, con su «aliado» Aznar

En cuanto a tu pregunta sobre los cambios de directores de diarios en
España te diré lo siguiente:
Llevamos mas de 6 años de crisis económica durísima que ha puesto
a la prensa de rodillas, cargada de pérdidas y deudas. Entre diciembre
de 2013 y febrero de 2014 -en apenas dos meses- han cambiado a los
directores de La Vanguardia, de El Mundo y de El Pais. La coincidencia
en el tiempo y la importancia de los diarios han desatado rumores sobre
teorías conspiratorias, presiones del Gobierno conservador, de la banca,
del Rey, etc.
Como sabes, las presiones de los poderes políticos y/económicos para
influir en la línea informativa y editorial de los diarios son tan viejas como
el mundo. Siempre hay presiones, unas veces consiguen su objetivo y
otras, no. Otras veces, a medias. Lo tenemos grabado en nuestra piel.
En mi opinión, esos poderes son el “herpes” de la prensa en las
sociedades democráticas. Si la prensa goza de buena salud, es rentable
y sólida, el efecto de las presiones políticas suele resultar insignificante.
La prensa rentable (o sea, independiente) genera anticuerpos eficaces
para no ceder a las presiones. El herpes ni se nota, pero está presente
siempre.
Sin embargo, si la prensa (o un diario en particular) tiene mala salud,
no es rentable, tiene pérdidas, deudas o está al borde de la quiebra,
entonces carece de esos anticuerpos defensivos, falla su sistema
inmunológico y las pupas del herpes brotan a la vista de todos (lectores y
anunciantes).
No suele haber una causa única, sino varias, para explicar el cambio de
tres directores en dos meses. Además, yo no creo mucho en las teorías
conspiratorias. Tienen una ventaja: resultan verosímiles y fáciles de creer
para quienes no quieren molestarse en pensar seriamente sobre asuntos
complejos. Pero tienen un terrible inconveniente: generalmente, esas
teorías son falsas.
Cada diario tiene sus circunstancias particulares pero, desde hace varios
años, en los tres citados (y en casi todos) es notable el efecto de la caída
brutal de los ingresos por publicidad y venta de ejemplares impresos.
Y sus versiones digitales siguen siendo irrentables. Se desmoronan no
solo por la crisis económica sino también porque su modelo actual de
negocio carece de futuro. Si no cambian de modelo serán irrelevantes
y/o morirán. Los viejos lectores se mueren y los jóvenes no compran ni
leen esos diarios anticuados. Los dueños están desesperados, quieren
vender, fusionarse con otros y/o cambiar pero dan palos de ciego. Echar
parte de la culpa al director es muy socorrido. El director es el chivo
expiatorio.
En el caso concreto de El País -cargado de deudas y con poca salud- se
añade el problema de su televisión de pago que está tratando de vender,
entre otros, a Telefónica. Esta es una empresa muy próxima al Gobierno
del PP; su presidente, Cesar Alierta, es amigo del ex presidente Aznar. (…)

Portada de mi libro "Jaque a Polanco", publicado por Temas de Hoy (Planeta) en 1998

Portada de mi libro «Jaque a Polanco», publicado por Temas de Hoy (Planeta) en 1998

En 1998 publiqué un libro titulado «Jaque a Polanco» donde ya barajaba yo la posibilidad de que Telefónica comprara algún día la televisión de pago de Prisa, editora del El Pais.
El Pais ya no está controlado por la familia Polanco sino por inversores
extranjeros. El Banco de Santander y la Caixa no quieren convertir la deuda
en acciones de El Pais. Y hay rumores sobre la posible compra de una
parte de El País por el mexicano Carlos Slim, que ya tiene acciones del
NYT.
Yo no creo que el Gobierno conservador de Rajoy tenga la fuerza ni la
inteligencia suficiente para provocar el cambio de director de El Pais.
Sin embargo, si Antonio Caño imprime su línea personal (con permiso
del presidente J.L.Cebrián) El Pais se moverá (mientras no mejore
su independencia económica) un poco más hacia el centro político,
acercándose al partido popular y alejándose del partido socialista.
Dejará un hueco muy importante para los lectores huérfanos de centro
izquierda.
Alguien va a llenar ese hueco. Tengo un proyecto –cómo no!- pero aun
no está maduro. En realidad, solo llevo dos semanas fuera del Board
de 20 minutos. Y estoy ocupadísimo con el tenis, la talla de madera, la
pesca, la jardinería, mi nuevo blog y mis paseos con Ana.
Me alegra mucho saber de ti. Te recordamos siempre con mucho cariño
y agradecimiento.
En Madrid sabes que tienes nuestra casa (ya sin niños) a vuestra
disposición. Como decimos en España “mi casa es tu casa”.
Os esperamos.
Un fuerte abrazo
Jose

Y ésta fue la versión original en inglés:

Dear friend,

My apologies for sending my last message in Spanish. I sent it to all my friends, all at once, to tell them that I had left the Board of 20 minutos, that I begin a new life without professional commitments, and to give out my new email addresses and my new personal blog: martinezsoler.com.

As to your question about changes of newspaper directors in Spain, here follow a few thoughts and comments:

We are going on more than 6 years of an especially rough economic crisis that has brought newspapers here -loaded with losses and debts- to their knees. Between December, 2013, and February, 2014, -barely two months- La Vanguardia, El Mundo, and El País have all changed directing editors. The coincidence in time and the importance of these newspapers has unleashed a variety of conspiracy theories, of pressure by the conservative government, by the banks, by the King, etc.

As you know, the pressure of political, financial, and economic powers to influence the news and editorials of newspapers are as old as the world. There are always pressures, sometimes they obtain their goal, sometimes they don’t. We have it engraved on our skin. In my opinion, these powers are the “herpes” of the press in democratic societies. If the press is in good health, with profits and solid readership, the effect of political pressure is usually insignificant. The profitable press (that is to say, the independent press) generates efficient antibodies enabling it to not yield under pressure. The herpes does not break out, but it is always present.

However, if the press (or a particular newspaper) is in bad health, is not profitable, has losses, debts, or is on the verge of bankruptcy, it then lacks these defensive antibodies, its immunological system fails, and the herpes lesions break out for all to see (readers and advertisers).

There usually is not just one cause, but several, to explain the change of three director editors in two months. Besides, I do not believe much in conspiracy theories. But they do have one advantage: they appear plausible and are easy to believe by those who do not want to bother themselves with thinking seriously about complex matters. But they have a terrible inconvenience: generally, these theories are false.

Each newspaper has its particular circumstances but, for several years, in the three papers cited (and in almost all newspapers) the effect of the brutal fall in advertising income and sale of printed copies has been devastating. And their digital versions continue to be unprofitable. The newspapers are floundering not only due to the economic crisis but also because the current business model has no future. If they do not change the model, they will be irrelevant and/or will die. Their faithful readers are dying off and the young ones do not buy nor read these antiquated dailies. The owners are desperate, they want to sell, merge with others and/or change but they are beating around blindly to find their way. To blame the editor is very typical. The director/editor is the sacrificial goat.

In the concrete case of El País –full of debt and in poor health- the problem of its pay TV (Sogecable) that it is trying to sell to Telefonica, among others, is another added problem. Telefónica is a company very close to the PP Government; its president, Cesar Alierta, is a old friend of former Prime Minister Aznar. (…) In 1998 I published a book titled “Checkmate to Polanco” where I then foresaw the possibility that Telefónica might buy someday the pay TV of Prisa, the publisher of El Pais. And today, it looks like Telefónica is about to close the deal within a few days.

El País is no longer controlled by the Polanco family but by foreign investors. Banco de Santander and La Caixa don’t want to convert the debt into shares of El País. There are rumors about a possible purchase of part of El Pais by the Mexican businessman Carlos Slim, who already owns shares of The New York Times.

I do not believe that the conservative Government of Mariano Rajoy has the strength nor wits enough to provoke a change of director/editor of El País. However, if Antonio Caño imposes his personal news bent (with the permission of the president J.L. Cebrian) El Pais (if its economic independence doesn’t improve) will move a little more toward the political center, getting closer to the conservative Popular Party and distance itself a little more from the socialist party. This will leave a very important empty spot for its orphaned readers of the center left.

Someone will fill this vacancy. I have a project –of course!- but it is not yet mature. It has only been two weeks since I left the Board of 20 minutos. And I am very busy working on my tennis, learning to do wood carvings, fishing, gardening, my new blog, and my walks with Ana.

I was very glad to hear from you. We will always remember you with much affection and gratitude.

In Madrid, you know that your have our house (now without kids) at your disposition. As we say in Spain, “Mi casa es tu casa,” My house is your house.

Un fuerte abrazo/A big hug,

Jose

¿Alguna otra sugerencia para mis colegas/amigos del Imperio?

«El próximo parado… será un diputado»

Lo cantan a coro: «Y si es un senador… será mucho mejor». «Y si es la Cospedal… será fenomenal«. «¿Y si es Rajoy?… que sea para hoy».  Mientras la calle grita estos pareados, los anodinos diputados y senadores españoles, nombrados a dedo por sus partidos, y refrendados a ciegas por electores que no los conocemos ni de vista, no se enteran de que están a un paso del harakiri.

Presentación en Madrid el Manifiesto "Por una nueva ley de partidos"

Presentación en Madrid el Manifiesto «Por una nueva ley de partidos»

Ayer se presentó en Madrid «El Manifiesto por una nueva ley de partidos»El Pais de hoy titula así su información: «Un centenar de intelectuales proponen una reforma radical de la ley de partidos»

A primera vista, parece que se trata de un grupito de reformadores o soñadores de élite con más ingenuidad y buena fe que coraje.

Yo estuve allí, en una salita pequeña de la 5ª planta del Círculo de Bellas Artes. (Allí mismo nos reuníamos bajo la Dictadura, a escondidas claro, para arreglar España y parte del extranjero. Entonces, también nos llamaban ingenuos y miedosos.)

Por la ventana, a la misma hora, pudímos ver una manifestación por la calle Alcalá que se acercaba a la alcaldía.

Después de escuchar a los cuatro promotores (solo una mujer), y no sin cierta emoción, firmé el Manifiesto en www.porunanuevaleydepartidos.es. Las primeras 100 firmas (entre las que están Savater, Azúa, Alvarez Junco, Casajuana, Conthe, Cullel, Fidalgo, Garicano, Aristóbulo de Juan, Juliá, Molinas, Muñoz Molina, de la Nuez, Vargas Machuca, etc.) se habían convertido, en un par de horas, en siete mil. Casi seguro que pronto pasaremos del millón.

En este caso, el número de firmas carece de efectos legales. Solo cuenta para que los partidos políticos actuales tomen nota… y se asusten un poco.  La actual clase política está protegida por una ley orgánica anacrónica y viciada que impide ser reformada por la Iniciativa Legislativa Popular (ILP). Por tanto, aunque para la presentación del Manifiesto al Congreso no importa el número, creo que es bueno acompañar a los 100 con varios miles de firmas.

Recomiendo vivamente la lectura completa del Manifiesto de los dos folios. Pero, para convencernos de la urgencia y sentido democrático de esta reforma, basta con repasar estas

Siete propuestas

Las propuestas contenidas en el Manifiesto pueden resumirse en siete puntos.

1. Celebración de congresos cada dos años como mínimo y, en todo caso, a fecha fija.

2. Reunión de los órganos de control de las directivas y parlamentos internos a fecha fija, incluyendo en el orden del día la votación sobre la gestión de la directiva con voto secreto. Limitación del número de sus integrantes, entre los cuales no se contarán los de la directiva.

3. Composición de los congresos y de los órganos de control proporcionales al número de afiliados o de votos del partido en cada provincia o distrito. Limitación de mandatos al menos en los órganos de control.

4. Elección de los órganos ejecutivos, delegados a congresos y miembros de los órganos de control mediante voto secreto de los afiliados o delegados al congreso.

5. Elección de los candidatos a cargos representativos por elecciones primarias.

6. Mandato limitado de los tesoreros y encargados de las cuentas y elección de los interventores por parte de los distintos niveles del partido. Auditorías anuales por empresas independientes, previas a la presentación de las cuentas, que deberán ser aprobadas por los máximos órganos de dirección del partido.

7. Constitución de comisiones independientes para verificar los gastos de las campañas e inspecciones para verificar el cumplimiento de los límites de gasto electoral.

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La presentación del Manifiesto estuvo cargada de contención y prudencia.  No querían espantar a nadie. Y nadie osó hablar de ruptura. Solo de reforma. Pero se citaron nombres de reformadores muy potentes: Jovellanos, Joaquín Costa y Ortega y Gasset. Nada menos.

De pronto, me dió un ataque de nostalgia perniciosa (propia de abuelo cebolleta). Vi pasar por mi memoria un montón de manifiestos, impresos clandestinamente en la «vietnamita» que aún tengo en el sótano de mi casa, pidiendo democracia, derechos humanos, amnistía para los presos políticos, partidos políticos libres, etc., etc.

Con Franco no había libertad ni partidos. Por eso, dominando el arte del disimulo, florecieron multitud de cuasi partidos polítidos minúsculos y miniparlamentos: asociaciones de vecinos (como los ramilletes de barrio derivados hoy del 15-M), comunidades de cristianos de base, curas rojos, colegios profesionales, amigos de la Unesco, sindicatos ilegales de obreros y de estudiantes, células clandestinas embrionarias de los futuros partidos (hoy anquilosados), revistas, panfletos y multitud de asambleas y reuniones con vigilantes en la puerta para avisarnos por si venían «los grises» porra en mano.

En los últimos años de la Dictadura, toda aquella riquísima flora democrática que brotó en la catacumbas de la sociedad española se fue organizando en la Junta Democrática, en la Plataforma (luego fusionadas en la Plata-Junta) y en otras alianzas opositoras al régimen de Franco. Al final, las Cortes franquistas notaron la presión ciudadana en favor de la democracia y, por una mezcla de miedo y sentido común, favorecieron en harakiri (desde la Ley a la Ley) propuesto por Adolfo Suarez. Triunfó la reforma sobre la ruptura. Y no nos fue tan mal. Fue el arte de lo posible, gracias al espíritu de consenso que presidió la Transición de la Dictadura a la Democracia.

Los padres de la Constitución del 78 (y la mano izquierda de Alfonso Guerra y de Fernando Abril Martorell) optaron por una Ley de Partidos que, ante todo, garantizara la estabilidad. Hemos tenido estabilidad, quizás en demasía, y estamos pagando ahora un alto precio por ello. Como los políticos que están instalados en el sistema no parecen dispuestos al harakiri que supondría para ellos reformar la ley orgánica que les ampara («entre bueyes no hay cornás»), solo nos queda la presión de la sociedad civil para que espabilen y le vean las orejas al lobo.  De lo contrario, podríamos estar sembrando las bases de la ruptura que no se hizo al morir el dictador.

Este Manifiesto por una nueva ley de partidos es un primer grito para despertar a los diputados y senadores, a los líderes políticos, a los gobernantes. Cuanto mas fuerte sea el grito (con más y más firmas) mejor lo oirán los políticos que, por ahora, se hacen los sordos para no perder sus privilegios.

Los cuatro presentadores del Manifiesto dijeron que se trataba de un primer paso…

Les felicito por pasar de las palabras a los hechos.

¿Cual será el siguiente paso? ¿Tienen ya nombre para la nueva Plata-Junta, partido o partidos que ayuden a profundizar en muestra democracia?

Lo que no hay es vuelta atrás. «Los males de la democracia se curan con más democracia». Por eso, también me apunté a Foro + Democracia que proponen Jordi Sevilla y Josep Piqué. Algún día nos juntaremos todos (jóvenes y carrozas) con el 15-M.

La que se va armar aquí si la vieja clase política, tan desprestigiada y alejada de la sociedad, no se despierta y se regula por una nueva Ley de corte europeo…

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PS. Al salir del Círculo de Bellas Artes de Madrid, ayer a mediodia, pasé por Cibeles. Los manifestantes ya estaban apostados, con sus gritos y pancartas, en la puerta del  Ayuntamiento, bajo el despacho de la alcadesa Ana Botella (de Aznar).

Desde lejos, no supe distinguir por qué protestaban pero escuché un grito tan claro como ingenioso. Decían, a coro:

¡Esa Botella… al contenedor!

Pues eso.

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Aznar, sobrecogedor ¿Por qué no me sorprende?

Ahora sabemos, con pelos y señales, que Aznar recibía sobres pecaminosos (e ilegales) cuando ya era presidente del Gobierno. ¿Entró en política para «forrarse», según la triste expresión atribuida a su colega Zaplana?.

Sobresuledos prohibidos por la Ley y retribucuiones "disparadas" de José María Aznar, en El País.

Sobresuledos prohibidos por la Ley y retribucuiones «disparadas» de José María Aznar, en El País.

El País de hoy publica todos los datos del escándalo. Como muchos otros dirigentes «sobrecogedores» del PP, y no pocos votantes conservadores, ven muy natural compensar a los políticos con sobresueldos (en sobres) por lo que eventualmente podrían estar perdiendo al dedicarse al servicio público.

Ya lo dijo muy clarito el propio presidente Rajoy. Nos restregó a todos la cantidad de dinero que perdía (como registrador de la propiedad en excedencia) por dedicarse a servirnos desde el Palacio de la Moncloa. En la derecha está muy extendida y aceptada la práctica de la puerta giratoria (también en la izquierda, aunque más cutre). El político sirve a su clientela privada cuando está en un cargo público y/o tiene influencia para conseguir prebendas y pasa la gorra cuando, legalmente o no, vuelve al sector privado. Quid pro quo.

Cuando por una firma, un dirigente político con cargo público puede cambiar (o sea, elevar) impunemente el precio de las cosas (una recalificación de terreno, una licencia, una subvención, etc.) la tentación de buscar compensación es muy fuerte.

El trueque de favores compensatorios es más viejo que el homo sapiens. Los beneficios (generalmente donativos opacos o comisiones pecaminosas) suelen ir al partido político, a sus dirigentes y/o al artista que lo ha negociado personalmente, a veces, con nocturnidad y alevosía. Sobre esto, Luis Bárcenas podría aspirar a una cátedra.

La corrupción (y el conocimiento que en democracia tenemos de ella) ha llegado a un límite insoportable. Y lo grave es que los líderes políticos no parecen relacionarla con la desafección que muchos ciudadanos (en especial y con mas razón los jóvenes) sienten hacia los partidos políticos, la corona y otras instituciones del sistema democrático.

Por más que vean las alusiones que personalidades como El Roto, Forges, etc. hacen de los políticos, no se enteran. Ahí van dos alusiones de hoy en El País:

Forges, en El País, 10-5-13

Forges, en El País, 10-5-13

 

 

 

 

 

 

 

El Roto. El País, 10-5-13

El Roto. El País, 10-5-13

Si no hay preguntas…¡nos vamos!

Mis colegas se rebelan, por fin, contra políticos desvergonzados que convocan ruedas de prensa ¡sin preguntas! Fue en Nueva York, contra la ministra muda Ana Mato.

Ana Mato en Nueva York con el representante de España en la ONU.

Ana Mato en Nueva York con el representante de España en la ONU.

Por fin, los dueños y directores de los medios de comunicación no tendrán más remedio que apoyar a sus periodistas (aunque sea de boquilla) cada vez que se levanten y se vayan si los políticos no admiten preguntas.

Es un buen comienzo para la regeneración política (y periodística). Me enteré de la noticia por La Sexta y luego me la confirmaron 20minutos.es y  la sin par Maruja Torres en El País.

Ella lo dice mejor que yo. ¿Para qué repetir?. Copio y pego su columna a continuación. La recomiendo:

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Habla, mudita

Maruja Torres (El País, 7-03-2013)

Cuando cualquier político se niega a contestar preguntas en una rueda de prensa, el bofetón no se lo da únicamente a los informadores. Nos lo propina a todos

«Los periodistas no solo tenemos la obligación de informar a la ciudadanía acerca de lo que ocurre. Somos también la voz de los ciudadanos. Cuando un presidente de Gobierno o un ministro o un director de cualquier departamento, en fin, cuando cualquier político, gobierne o no, se niega a contestar preguntas en una rueda de prensa, el bofetón no se lo da únicamente a los informadores presentes en la sala. Nos lo propina a todos.

Bárcenas, peor aducado que la ministra, responde con una "peineta" a las preguntas de los periodistas.

Bárcenas, peor educado que la ministra, responde con una «peineta» a las preguntas de los periodistas.

Por ello resulta más que encomiable la actitud que, por fin, los corresponsales españoles mantuvieron ante la ministra de Sanidad, Ana Mato, a raíz de su presencia en la inauguración de la 57ª Sesión de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer, de Naciones Unidas. Le dieron plantón porque no quería dar respuestas.

Lo que me preocupa es que tuviera que ser en Nueva York en donde los periodistas protestaran. ¿Por qué no antes y en Madrid, o en cualquier localidad española en donde los caballeros y damas del actual Gobierno han ido colocándonos sus burras sin permitir contrapreguntas, ni siquiera preguntas, o manifestándose en forma de vídeo publicitario? ¿Quizá porque aquí nos hemos aborregado y porque allí, en otro ambiente, los periodistas mantienen la integridad profesional y la independencia? Y si esto último es así, ¿es porque allí asisten cada día a la, pese a todo, independencia de los medios más prestigiosos, o porque se encuentran lejos de sus respectivas redacciones y de sus intrigas de poder? ¿O es porque los de allí tienen menos miedo?

Esta pésima costumbre antidemocrática del mudismo se inició en 2007, y este mismo periódico la denunció. Con el tiempo, la tendencia se ha acentuado hasta la exasperación. Cinco años después, tenemos una reacción: en la ciudad que nunca duerme, no en una de las nuestras, tan amodorradas, periodísticamente hablando.»

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¡Bravo, Maruja! No te jubiles nunca.

Elrich, en El País (11-03-2013)

Elrich, en El País (11-03-2013)

En realidad, Ana Mato (famosa por su mutismo, antes del plantón de Nueva York) es una buena discípula de su jefe, Mariano Rajoy, quien (Bácernas mediante) pone una pared por medio entre los periodistas y él cuando convoca a la prensa para no hablar de los presuntos «sobrecogedores» de su ex tesorero.

No me gusta decir eso de que «cualquier tiempo pasado fue mejor». Ni siquiera para hablar de casos como éste que pueden llevarnos a engaño. Primero, porque no es cierto. Segundo, porque es de mal gusto para los oídos de nuestros jóvenes. Y tercero, porque nos coloca al borde del abuelo cebolleta que cuenta historietas imposibles de comprobar. El pasado nos parece mejor, sencillamente, porque éramos más jóvenes, podíamos hacer más de casi todo y nos quedaba mucha vida por delante.

Los periodistas del final de la Dictadura y de la Transición, que hacíamos preguntas casi temerarias e investigaciones arriesgadas, no éramos más valientes ni más toreros ni más íntegros que los de hoy. Éramos -eso sí- más inexpertos, faltos de experiencia en lo que se refiere a la libertad de expresión (gracias al dictador, general Franco) y lucíamos la audacia de los espontáneos que saltan al ruedo, ante el aplauso del respetable, para que luego se los lleve la Guardia Civil al cuartelillo.

No solo éramos aficionados, inexpertos e incautos los periodistas jóvenes de entonces. También lo eran los primeros políticos demócratas. Estaban aún sin malear, llenos de miedo y -por qué no decirlo- también de puro idealismo. Ambos colectivos estábamos haciendo el mismo camino al andar y tropezábamos juntos en muchos preduscos. Viniendo de una Dictadura pura y dura, ¿qué político de entonces de hubiera atrevido a convocar una rueda de prensa sin preguntas? Se le habría caído el pelo.

Además, el roce semiclandestino que hubo entre políticos y periodistas generó una relación de cierto compadreo (incluso de amistad verdadera, ¡qué peligro!), muy provechosa para acceder a las fuentes de información privilegiadas pero perjudicial para la independencia de los periodístas frente a los políticos. Los dueños y directores de los nuevos medios de información de la época tampoco se habrían atrevido a regañar a sus periodistas si éstos hubieran marchado de una rueda de prensa sin preguntas.

La mayoría de nuevos periodistas, dueños de los medios y políticos éramos más jóvenes, más inexpertos y, en cierto modo, más temerarios. Viniendo de una Dictadura tan terrible como la de Franco, caminábamos unidos hacia la libertad, en especial, la de expresión (tan desconocida desde la II República) que era el primer derecho adquirido por los ex súbditos del dictador recién convertidos en ciudadanos libres.

Bárcenas, discípulo, no solo en peinetas, de José María Aznar.

Bárcenas, discípulo, no solo en peinetas, de José María Aznar.

Han pasado 35 años desde que, el 6 de diciembre de 1978, el pueblo español aprobó la primera Constitución democrática desde el golpe de Estado de Franco en 1936. Treinta y cinco años de Democracia han propiciado, entre muchas bondades y maldades, la emergencia, desarrollo y consolidación de periodistas, directores de medios y políticos profesionales. Sus relaciones son profesionales, no de aficionados. Se gana por un lado y se pierde por otro. Y esto ya es otro cantar.

Hasta el punto que nuestra Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se ha visto obligada a hacer lo nunca visto en nuestra Democracia: pedir el fin del «hostigamiento» a los periodistas en España. Acabo de recibir en mi correo el comunicado oficial de la FAPE, lo que me ha incitado a escribir esta nota el blog. Copio y pego:

La FAPE insta a que cese el hostigamiento a los periodistas

MADRID, 11 DE MARZO DE 2013.  La Junta Directiva de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), reunida en Madrid para examinar el estado de la profesión, ha constatado el creciente acoso que están sufriendo los periodistas en el ejercicio de su profesión.

La FAPE denuncia que este clima de hostigamiento tiene como objetivo limitar los derechos constitucionales a la libertad de expresión y de información.

La agresión a la periodista Soledad Arroyo, de Antena 3, por los escoltas de la ministra de Sanidad, Ana Mato, y los miembros de seguridad del Reina Sofía, ha sido el último capítulo de una serie de obstáculos a la tarea de los periodistas que venimos observando en las últimas semanas.

Esta agresión se une a las querellas contra medios periodísticos, ruedas de prensa sin derecho a preguntas, la reclusión de los periodistas en salas aisladas para evitar que hagan preguntas, video comunicados y declaraciones en video blogs o en twitter y demás enlaces de sonido y fotos con los que los políticos tratan de convertir la información en propaganda.

También hemos recibido denuncias desde varias Asociaciones de la Prensa acerca de presiones y vetos a los profesionales que publican noticias que los políticos juzgan contrarias a sus intereses particulares.

El ninguneo de los políticos a los periodistas tiene una de sus máximas expresiones en las ruedas de prensa sin derecho a preguntas.

Los periodistas no solo tenemos la obligación de informar a la ciudadaníade los hechos. También debemos ejercer nuestro papel de control de los poderes y este papel se ejerce a través de las preguntas que hacemos en nombre de los ciudadanos.

Esta tarea viene avalada por sentencias del Tribunal Constitucional que atribuye a los medios de comunicación el papel de “intermediario natural” entre la noticia y cuantos no están en condiciones de conocerla directamente.

La FAPE considera que no se puede estar negando sistemáticamente el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz y de interés público, sobre todo en aquellos casos en que se ha registrado un uso irregular de los fondos públicos.

Los políticos, como representantes públicos que gestionan los intereses de los ciudadanos, están obligados  a poner en su conocimiento todas sus actividades con absoluta transparencia, y eso se hace a través de los periodistas.

La jurisprudencia constitucional subraya que el derecho a la intimidad personal y familiar se encuentra limitado por las libertades de expresión e información y ello tiene lugar cuando se produce un conflicto entre tales derechos.

La preponderancia del derecho de información sobre el de intimidad se produce cuando los hechos denunciados son de interés público, son veraces y pueden contribuir al debate en una sociedad democrática.

Los periodistas también sabemos que lo que no es veraz, no es información, es otra cosa bien distinta. Nuestro Código Deontológico subraya que el periodista “deberá fundamentar las informaciones que difunda, lo que incluye el deber de contrastar las fuentes y el de dar la oportunidad a la persona afectada de ofrecer su propia versión de los hechos”.

Situar a los periodistas como “culpables” de difundir información veraz y de interés general porque no conviene a los intereses de un determinado partido o de un determinado político, es equivocarse de objetivo, eludir las responsabilidades y hacer un flaco favor a las libertades en nuestro país.

Ante esta situación, la FAPE hace un llamamiento al Gobierno y a todos los representantes públicos para que se comprometan a facilitar la tarea de los periodistas, en lugar de seguir poniendo obstáculos que atentan contra los derechos de los ciudadanos y debilitan la fortaleza de la democracia, de la que la prensa es uno de sus pilares fundamentales.

* La FAPE es la primera organización profesional de periodistas de España con 48 asociaciones federadas y 16  vinculadas que en conjunto representan a más de 20.000 asociados.

MARÍA DE MOLINA, 50. 2ª PLANTA – 28006 MADRID – TELS. 91 360 58 24 – FAX: 91 523 02 56– fape@fape.es

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¡Ahí queda eso!

 

 

 

 

 

El hacha del PP contra Juan Ramón Lucas

El PP de Fraga/Aznar/Rajoy vuelve a las andadas: saca el hacha fratricida de León Felipe. Y quita de enmedio al conductor más ecuánime de Radio Nacional de España. Otra vez el hacha. Y otra oportunidad perdida para la elegancia y la pedagogía  democráticas. No aprendemos.

Juan Ramón Lucas, en un encuentro con los lectores de 20minutos.es

Entiendo que cuando cambia el Gobierno, éste quiera sustituir a los cargos políticos de libre designación del Gobierno anterior. Así ocurrió con la peleona María Antonia Iglesias (nombrada por Felipe González) o con el zombi Alfredo Urdaci (nombrado por José María Aznar). Ambos eran directores de los servicios informativos de TVE conectados directamente con La Moncloa. O con los directores de Informativos de RNE que son cargos de confianza enchufados al poder político de turno.

Juan Ramón Lucas es un periodista sin cargo político alguno, un currante contratado por Radio Nacional para conducir y presentar «En días como hoy», un programa informativo de la mañana que ha sumado grandes éxitos de audiencia (1,4 millones de oyentes) y de credibilidad.  Le quedaba pendiente un año más de contrato. Podían haber esperado solo un año para quedar como demócratas respetuosos con la libertad de expresión.

Debo decir que apenas conozco personalmente a Lucas. Le he visto en un par de encuentros multitudinarios. Pero he seguido con atención e interés personal y profesional el fruto de sus obras. Al poco tiempo de ser contratado por RNE para presentar el programa de la mañana, y privado ya de Iñaki Gabilondo en la mañana de la SER (cada día más sesgada), me pasé de vez en cuando a RNE. El programa de Juan Ramón Lucas nos cautivó a todos en casa y quedamos enganchados a RNE hasta hoy. Tal como estábamos ya enganchados los fines de semana  a «No es un día cualquiera» como fieles escuchantes de Pepa Fernández. Espero que el golpe antiprofesional contra Lucas sirva, al menos, de vacuna o cortafuegos para que no se carguen también a Pepa Fernández.

¿Qué prisa tenía o qué tipo de presiones fratricidas recibía este tal González-Echenique, nueve jefe de la RTVE del PP, para aplicar la guillotina laboral contra Lucas?

Por más que busco por los rincones más recónditos del razonamiento, no encuentro razones que justifiquen el cese de Lucas. Estas reacciones del PP de siempre solo puedo entenderlas desde el análisis frío de sus vísceras, de su ADN, de los más bajos instintos de personas miserables que deberían estar inhabilitadas para la política democrática.

Los Fabra del PP de Castellón. Cacique e hija

Ese es el caso, por ejemplo, de la todavía diputada del PP, Andrea Fabra, fiel sucesora de su padre, el cacique de Castellón. Su grito de guerra parlamentaria («¡Que se jodan!») contra los parados en el momento en que Rajoy les aplicaba el hacha de los recortes es una prueba inequívoca de la inmundicia moral de extrema derecha (del viejo parque jurásico) que aún subsiste en el seno del Partido Popular. La hija del cacique dice ahora que aquel «¡Que se jodan!» (que fue gritado por ella al anunciar Rajoy el recorte a los parados) no iba dirigido a los parados sino a los diputados socialistas que estaban sentados en la bancada de enfrente. No sé que es peor. La mierda, cuanto mas remueve, más huele.

¿Habrá asesorado esta desvergonzada Andrea Fabra (o alguien de su cuadra) a González-Echenique para que echara a Juan Ramón Lucas de su programa al grito de «¡Que se joda!»?

Lo malo es que no solo joden a Lucas sino que nos joden a 1,4 millones de oyentes que celebrábamos cada mañana su islote de libertad, gracia y ecuanimidad profesional.

¿Era ese, quizás, el objetivo final? Pues lo han conseguido con RNE. Y lo van consiguiendo también con los restos de la maltrecha economía española heredada de Aznar y Zapatero. Estoy enfadado con los desmanes del hacha del PP, pero estoy más enfadado aún con la política nefasta del PSOE de Zapatero (a quien voté) que hizo posible el regreso al poder absoluto de un PP que aún alimenta en su interior huestes antidemocráticas pendientes de civilizar.

Que yo critique hoy el cese de un colega periodista (habiendo sido yo mismo despedido ilegalmente por la TVE de Aznar tras la entrevista que le hice como candidato presidencial en 1996) puede dar la impresión, y quizas con razón, de que aún tengo un hacha por afilar. No es así. Como dice un tiento: «El tiemo lo cura to». Además, las penas con pan son menos. La indemnización por despido improcedente que fijó el juez (mis hijos la llamaron «la beca Aznar«) me permitió volver a la Universidad y fundar Multiprensa y Mas S.L, editoria del diario 20 minutos y de 20minutos.es.

No obstante, alguien dirá que, como reza el título del blog, «se nos ve el plumero». Por eso, y porque en la derecha española hay gente con dos dedos de luces, quiero copiar y pegar aquí un artículo de Luis María Anson (nada sospechoso de izquierdista), que acabo de leer en la pagina 2 de El Mundo, con el que estoy de acuerdo y cuya lectura recomiendo.

Primer error de González-Echenique, de Luis María Anson en El Mundo

OPINIÓN: CANELA FINA

Luis María Ansón contra el cese de Luan Ramón Lucas

Hace pocos días, una ministra del Gobierno me hacía elogios bien fundamentados sobre la capacidad de Leopoldo González-Echenique. No se trata de un caso aislado. Son muchos los testimonios positivos que he escuchado en las últimas semanas sobre la inteligencia y la seriedad del nuevo presidente de Radio Televisión Española.

Como sería altamente calumnioso afirmar que González Echenique es un experto en radio televisión, pues la primera en la frente. La destitución, si se confirma, de Juan Ramón Lucas es un grave error. Pocos profesionales del periodismo tienen una idea tan clara de servir, desde la independencia, el derecho a la información de los ciudadanos. Escucho de forma habitual su espacio En días como hoy y, en mi opinión profesional, creo muy difícil hacer periodismo de forma más objetiva. Sin genuflexiones ni agresividades, el programa informativo de Juan Ramón Lucas ha consolidado el prestigio de Radio Nacional de España, gracias a la sagacidad periodística de su director, a su instinto para la actualidad, a su sentido del humor y a su capacidad para buscar y encontrar temas de alcance humano. Seguramente tendrá defectos el conductor de En días como hoy pero esos se quedan para que los subrayen los políticos mediocres o los periodistas cicateros.

Juan Ramón Lucas además ha sabido armonizar un excepcional equipo, demostrando su capacidad para la dirección. No se puede mantener a diario la alta calidad de En días como hoy sin la colaboración de una redacción a la que hay que saber alentar y coordinar. Lucas, por otra parte, cree sinceramente en la radio pública. Desembarazado de cualquier presión política, lleva largos años impartiendo una lección diaria de periodismo independiente. Borrar de un plumazo la fecunda comunicación con millones de oyentes es, para muchos, un grave error que ha producido general rechazo en medios profesionales.

Ah, apenas conozco a Juan Ramón Lucas. Lo he visto alguna vez en actos periodísticos multitudinarios y no tengo con él la menor relación ni personal ni profesional. Hace años me hizo una entrevista en la radio con motivo de una cuestión relacionada con la lengua. Y eso es todo. Escribo estas líneas, como he hecho tantas veces con otros compañeros, por razones de justicia y como homenaje particular a uno de los mejores profesionales que enaltecen el periodismo español.

A ciertos dirigentes del PP les chiflan los periódicos alfombra; a otros, los periódicos momia. Y además les encanta entonar la predicción de Ortega y Gasset: «Ya no hay protagonistas; solo hay coro». Pero eso en periodismo es arar en el agua. Juan Ramón Lucas lo sabe muy bien. En el PP hay políticos y periodistas que harían un tambor con la piel de su propia madre para redoblar sobre ella las alabanzas a Rajoy y a Soraya. Hace unos días me decía en la Academia un prestigiado intelectual que el instrumento que toca Rajoy es un stradivarius; el de Zapatero, una zambomba. La comparación no me parece disparatada. Lo alarmante es que algunos pretenden transformar ahora, ya en el poder, el violín exigente en atolondrada zambomba.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.

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Gracias, Luis María. Este artículo te honra como defensor de la libertad de expresión.

No es la primera vez que el conservador Luis María Anson sale en defensa de periodistas agredidos por el Poder y en defensa de la libertad de expresión, un derecho de los ciudadanos y no sólo de los periodistas.

Tengo dos recuerdos personales. Cuando era director del semanario Doblón, fui secuestrado, torturado y sometido a una ejecución simulada en las postrimerías de la dictadura franquista. Luis María Ansón publicó un comentario editorial en Gaceta Ilustrada (revista que él dirigía entonces) condenando tales hechos. También publicó un artículo semejante el semanario Triunfo, creo recordar que salido de la pluma de mi querido y recordado Eduardo Haro Tecglen.  Al cabo de unos meses, y casi recuperado de las heridas y quemaduras, envié ambos artículos (uno de un medio de derechas y otro de izquierdas) a la Universidad de Harvard junto con mi candidatura a la Nieman Foundation for Journalism. Estoy seguro de que ambos artículos (que algún día encontraré en mi sótano) contribuyeron a que me concedieran el honor de ser el primer hispanohablante galardonado con la Nieman Fellowship de Harvard.

Cuando era corresponsal de Televisión Española en Nueva York y fui despedido (cuando aún me quedaban dos años pendientes en mi contrato laboral), tras la entrevista preelectoral que hice a José María Aznar como candidato presidencial en 1996 y su victoria, Luis María Ansón publicó otro comentario editorial, esta vez en el diario ABC (que él dirigía) contra tal despido y en defensa de la libertad de expresión. Se titulaba «Pluralismo y Democracia».

Quebrar o renegociar… y que parezca un accidente

Ahora o nunca. Como antes ocurrió con Grecia, el tiempo juega ahora, contrareloj, a favor de Alemania y en contra de España. Cada día que pasa, España pierde fuerza negociadora en Europa, a medida que la banca alemana se va deshaciendo rápidamente de sus posiciones en deuda española e italiana.

Europa le echa una mano (al cuello) a España

Ahora aún podríamos amenazar con una suspensión de pagos, que haría mucho daño a la banca europea, si no se resuelve inmediatemente la refinanciación de nuestra deuda mediante la creación de los eurobonos o la compra masiva del bono español por el Banco Central Europeo.

Como ambas soluciones no están contempladas en la legislación europea, sólo un órdago del gobierno español (acompañado por el italiano o viceversa) podría convencer a la señora Merkel del inmediato cambio legal en la UE para que fuera posible acabar ya con la presión insoportable que sufren la deuda española y la italiana. Dentro de tres meses, ese posible órdago (suspender pagos y renegociar la deuda en condiciones de tipos y plazos soportables) ya será pólvora mojada. No será posible. Merkel le dirá entonces al pobre y despistado Rajoy: «No, Muchas Grecias». O  bien: «Ahí te pudras».

Keynes dijo algo así:

«Si un ciudadano debe mil libras a un banco, el ciudadano tiene un problema. Si le debe al banco diez millones de libras, quien tiene un problema es el banco».

Nosotros tenemos un problema, pero Alemania tambien lo tiene. Alemania y España  -tanto el que da como el que toma- son igualmente culpables o responsables de nuestra burbuja inmobiliaria.  Y ambos tienen ahora un problema común que exige soluciones comunes y reparto equitativo de costes. Que no se lave ahora las manos la banca europea, o sea, alemana, sin coste alguno.En cambio, si le damos tiempo, en otoño, el problema será más español que alemán. La deuda estará entonces en manos de la banca española y España, sin cartas que jugar e incapaz de financiar su déficit en el exterior, estará más cerca del «corralito».

El gobierno alemán no va a cambiar su parcialmente falso discurso sobre los vagos y derrochadores del Sur si no le damos un empujoncito. De la avaricia a la solidaridad no se pasa de la noche a la mañana si no le damos a Alemania motivos para ello. La solidaridad con los miembros del euro le tiene traer más cuenta a Alemania que su actual avaricia a corto plazo. Y eso lo verá Merkel muy claro solo si España e Italia (o Italia y España, como ocurrió un poco en la pasada cumbre europea) enseñan sus cartas seriamente y a cara de perro: suspensión de pagos ordenada (con su quita correspondiente) sin que apenas se note… y que parezca un accidente. Sin escándalo. Pero debe quedar muy claro ante el mundo (o los mercados, como dicen ahora) que la deuda soberana de los países del euro es solvente y está garantizada a tope por el Banco Central Europeo.

Como la tozuda realidad nos muestra cada dia (prima de riesgo por encima de los 500 puntos y tipos de interés por encima del 7 por ciento), la solución de compromiso adoptada en la pasada cumbre europea de final de Junio como un gran paso adelante no ha convencido a nadie. Por lo que se ve, fue un engañabobos. La banca europea están ganando tiempo para quitarse de encima el problema de la deuda hispano-italiana y pasar entonces al sálvese quien pueda.

Ahora dicen en Alemania que la ayuda de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar la banca española, aprobada el 9 de Junio, no será independiente del déficit hasta la primavera de 2013 o incluso hasya 2014. Para entonces, todos calvos.

Paul Krugman nos da una clave en su último artículo (El País, 8 de Julio, 2012):

«Una parte del problema radica en el hecho de que los políticos alemanes se han pasado los dos últimos años diciéndoles a los votantes algo que no es cierto; concretamente, que la crisis es culpa de los Gobiernos irresponsables del sur de Europa. En España —que es ahora el epicentro de la crisis— el Gobierno tenía en realidad poca deuda y superávits presupuestarios justo antes de la crisis; si el país está ahora en crisis, esto es consecuencia de una inmensa burbuja inmobiliaria que los bancos de toda Europa, entre ellos especialmente los alemanes, ayudaron a inflar. Pero ahora, esa historia falsa se interpone en el camino de cualquier solución viable.»

Veremos quien le pone primero el cascabel al gato. Y cuando…

 

 

«Sin pulso»: fútbol por toros. ¿Rajoy por Silvela?

No quiero ser aguafiestas y celebraré como nadie el triunfo de La Roja. Pero me viene a la mente que, en pleno desastre del 98, Las Cortes se vaciaron y los diputados se fueron a los toros. Ocuparon las entradas de sombra. Y cuentan las crónicas que los tendidos de sol quedaron medio vacíos.

Francisco Silvela

El gran Frascuelo, retirado del ruedo tras su histórico mano a mano con Lagartijo, murió en el 98 coincidiendo practicamente con la pérdida de Cuba y Filipinas. Fracuelo y Lagartijo eran entonces lo que son hoy, por ejemplo, Iniesta y Casillas.

En el verano del 98, Francisco Silvela, sucesor de Cánovas al frente del Partido Conservador, publicó en El Tiempo un artículo sin firma del que vale la pena recordar algunos párrafos:

ESPAÑA SIN PULSO

Los doctores de la política y los facultativos de cabecera estudiarían, sin duda, el mal; discurrirán sobre sus orígenes, su clasificación y sus remedios; pero el más ajeno a la ciencia que preste atención a asuntos públicos observa este singular estado de España; dondequiera que se ponga el tacto, no se encuentra el pulso…

Hay que dejar la mentira y desposarse con la verdad; hay que abandonar las vanidades y sujetarse a la realidad, reconstituyendo todos los organismos de la vida nacional sobre los cimientos, modestos, pero firmes, que nuestros medios nos consienten, no sobre las formas huecas de un convencionalismo que, como a nadie engaña, a todos desalienta y burla…

El efecto inevitable del menosprecio de un país respeto de su poder central es el mismo que en todos los cuerpos vivos produce la anemia y la decadencia de la fuerza cerebral; primero, la atonía, y después, la disgregación y la muerte…

Si pronto no se cambia radicalmente de rumbo, el riesgo es infinitamente mayor, por lo mismo que es más hondo, y de remedio imposible, si se acude tarde…

F. Silvela. Artículo aparecido en el Tiempo, 16-08-1898

Dos años más tarde, Joaquín Costa, daría otro aldabonazo con la publicación de esta crítica del caciquismo:

OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO

 

Joaquín Costa

No es, no es nuestra forma de gobierno un régimen parlamentario, viciado por corruptelas y abusos, según es uso entender, sino, al contrario, un régimen oligárquico, servido, que no moderado, por instituciones aparentemente parlamentarias. O, dicho de otro modo, no es el régimen parlamentario la regla, y excepción de ella los vicios y las corruptelas denunciadas en la prensa y en el Parlamento mismo durante sesenta años; al revés, eso que llamamos desviaciones y corruptelas constituyen el régimen, son las misma regla…

Oligarcas y caciques constituyen lo que solemos denominar clase directora o gobernante, distribuida o encasillada en «partidos». Pero aunque se lo llamemos, no lo es; si lo fuese, formaría parte integrante de la Nación, sería orgánica representación de ella, y no es sino un cuerpo extraño, como pudiera serlo una facción de extranjeros apoderados por la fuerza de los Ministerios, Capitanías, telégrafos, ferrocarriles, baterías y fortalezas para imponer tributos y cobrarlos.

Contener el movimiento de retroceso y africanización absoluta y relativa que nos arrastra cada vez más lejos, fuera de la órbita en que gira y se desenvuelve la civilización europea; llevar a cabo una total refundición del Estado español sobre el patrón europeo, que nos ha dado la historia y a cuyo empuje hemos sucumbido… o, dicho de otro modo, fundar improvisadamente en la Península una España nueva, es decir, una España rica y que coma, una España culta y que piense, una España libre y que gobierne…

Joaquín Costa, 1901

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Texto completo del artículo atribuido a Silvela:

España sin pulso

de Francisco Silvela (1898)
«Varones Ilustres, ¿hasta cuándo se- réis de corazón duro? ¿Por qué amáis la vanidad y vais tras la mentira?.» (Isaías. Salmo IV )
Quisiéramos oír esas o parecidas palabras brotando de los labios del pueblo; pero no se oye nada: no se percibe agitación en los espíritus, ni movimiento en las gentes. Los doctores de la política y los facultativos de cabecera estudiarán, sin duda, el mal: discurrirán sobre sus orígenes, su clasificación y sus remedios; pero el más ajeno a la ciencia que preste alguna atención a asuntos públicos observa este singular estado de España : dondequiera que se ponga el tacto, no se encuentra el pulso.
Monárquicos, republicanos, conservadores, liberales, todos los que tengan algún interés en que este cuerpo nacional viva, es fuerza se alarmen y preocupen con tal suceso. Las turbulencias se encauzan; las rebeldías se reprimen: hasta las locuras se reducen a la razón por la pena o por el acertado régimen: pero el corazón que cesa de latir y va dejando frías e insensibles todas las regiones del cuerpo, anuncia la descomposición y la muerte al más lego.
La guerra con los ingratos hijos de Cuba no movió una sola fibra del sentimiento popular. Hablaban con elocuencia los oradores en las cámaras de sacrificar la última peseta y derramar la postrer gota de sangre… de los demás; obsequiaban los Ayuntamientos a los soldados, que saludaban y marchaban sumisos, trayendo a la memoria el Ave César de los gladiadores romanos: sonaba la Marcha de Cádi ; aplaudía la prensa, y el país, inerte, dejaba hacer. Era, decíamos, que no interesaba su alma una lucha civil, una guerra contra la naturaleza y el clima, sin triunfos y sin derrotas.
Se descubre más tarde nuestro verdadero enemigo; lanza un reto brutal; vamos a la guerra extranjera; se acumulan en pocos días, en breves horas, las excitaciones más vivas de la esperanza, de la ilusión, de la victoria, de las decepciones crueles. de los desencantos más amargos, y apenas si se intenta en las arterias del Suizo y de las Cuatro Calles una leve agitación por el gastado procedimiento de las antiguas recepciones y despedidas de andén de los tiempos heroicos del señor Romero Robledo.
Se hace la paz, la razón la aconseja, los hombres de sereno juicio no la discuten; pero ella significa nuestro vencimiento, la expulsión de nuestra bandera de las tierras que descubrimos y conquistamos; todos ven que alguna diligencia más en los caudillos, mayor previsión en los Gobiernos hubieran bastado para arrancar algún momento de gloria para nosotros, una fecha o una victoria en la que descansar de tan universal decadencia y posar los ojos y los de nuestros hijos con fe en nuestra raza : todos esperaban o temían algún estremecimiento de la conciencia popular; sólo se advierte una nube general de silenciosa tristeza que presta como un fondo gris al cuadro, pero sin alterar vida, ni costumbres, ni diversiones, ni sumisión al que, sin saber por qué ni para qué, le toque ocupar el Gobierno.
Es que el materialismo nos ha invadido, se dice: es que el egoísmo nos mata: que han pasado las ideas del deber, de la gloria, del honor nacional; que se han amortiguado las pasiones guerreras, que nadie piensa más que en su personal beneficio. Profundo error; ese conjunto de pasiones buenas y malas constituyen el alma de los pueblos, vivirán lo que viva el hombre, porque son expresión de su naturaleza esencial. Lo que hay es que cuando los pueblos se debilitan y mueren su pasiones. no es que se transforman y se modifican sus instintos, o sus ideas, o sus afecciones y maneras de sentir; es que se acaban por una causa más grave aún : por la extinción de la vida.
Así hemos visto que la propia pasividad que ha demostrado el país ante la guerra civil, ante la lucha con el extranjero, ante el vencimiento sin gloria, ante la incapacidad que esterilizaba los esfuerzos y desperdiciaba las ocasiones la ha acreditado para dejarse arrebatar sus hijos y perder sus tesoros; y amputaciones tan crueles como el pago en pesetas de las Cubas y del Exterior, se han sufrido sin una queja por las clases medias, siempre las más prontas y mejor habilitadas para la resistencia y el ruido.
En vano la prensa de gran circulación, alentada por los éxitos logrados en sucesos de menor monta, se ha esforzado en mover la opinión, llamando a la puerta de las pasiones populares, sin reparar en medios y con sobradas razones muchas veces en cuanto se refiere a errores, deficiencias e imprevisiones de gobernantes: todo ha sido inútil y con visible simpatía mira gran parte del país la censura previa, no porque entienda defiende el orden y la paz, sino porque le atenúa y suaviza el pasto espiritual que a diario le sirven los periódicos y los pone más en armonía con su indiferencia y flojedad de nervios. No hay exageración en esta pintura, ni pesimismo en deducir de ella, como en el clásico epigrama,
que una cosa tan bellaca no puede parar en bien.
Que contemplen tal y tan notorio estrago los extraños con indiferencia, y que lo señalen y lo hagan constar los que pudieran ser herederos de nuestro patrimonio con delectación poco disimulada, se explica: pero los que tienen por oficio y ministerio la dirección del estado no cumplirán sus más elementales deberes si no acuden con apremio y con energía al remedio, procurando atajar el daño con el total cambio del régimen que ha traído a tal estado el espíritu público.
Hay que dejar la mentira y desposarse con la verdad; hay que abandonar las vanidades y sujetarse a la realidad, reconstituyendo todos los organismos de la vida nacional sobre los cimientos, modestos, pero firmes, que nuestros medios nos consienten, no sobre las formas huecas de un convencionalismo que, como a nadie engaña, a todos desalienta y burla.
No hay que fingir arsenales y astilleros donde sólo hay edificios y plantillas de personal que nada guardan y nada construyen: no hay que suponer escuadras que no maniobran ni disparan, ni citar como ejércitos las meras agregaciones de mozos sorteables ni empeñarse con conservar más de lo que podamos administrar sin ficciones desastrosas, ni prodigar recompensas para que se deduzcan de ellas heroísmos, y hay que levantar a toda costa, y sin pararse en amarguras y sacrificios y riesgos de parciales disgustos y rebeldías, el concepto moral de los gobiernos centrales, porque si esa dignificación no se logra, la descomposición del cuerpo nacional es segura.
El efecto inevitable del menosprecio de un país respecto de su Poder central es el mismo que en todos los cuerpos vivos produce la anemia y la decadencia de la fuerza cerebral: primero, la atonía, y después, la disgregación y la muerte. Las enfermedades dice el vulgo, que entran por arrobas y salen por adarmes, y esta popular expresión es harto más visible y clara en los males públicos.
La degeneración de nuestras facultades y potencias tutelares ha desbaratado nuestra dominación en América y tiene en grave disputa la del Extremo Oriente; pero aún es más grave que la misma corrupción y endeblez del avance de las extremidades a los organismos más nobles y preciosos del tronco, y ello vendrá sin remedio si no se reconstituye y dignifica la acción del Estado. Engañados grandemente vivirán los que crean que por no vocear los republicanos en las ciudades, ni alzarse los carlistas en la montaña, ni cuajar los intentos de tales o cuales jefes de los cuarteles, ni cuidarse el país de que la imprenta calle o las elecciones se mixtifiquen, o los Ayuntamientos exploten sin ruido las concejalías y los Gobernadores los juegos y los servicios, está asegurado el orden y es inconmovible el Trono, y nada hay que temer ya de los males interiores que a otras generaciones afligieron. Si pronto no se cambia radicalmente de rumbo, el riesgo es infinitamente mayor, por lo mismo que es más hondo ́ y de remedio imposible, si se acude tarde ; el riesgo es el total quebranto de los vínculos nacionales y la condenación, por nosotros mismos, de nuestro destino como pueblo europeo y tras de la propia condenación, claro es que no se hará esperar quien en su provecho y en nuestro daño la ejecute.
SILVELA, Francisco: Sin pulso. Madrid:»El Tiempo». (16 de Agosto de 1898)

El PSOE se esconde. ¿Acochinado en tablas?

La derecha hace leña del juez caído («A moro muerto, gran lanzada») y homenajea a Fraga. El PSOE se esconde frente al Supremo y asiste al homenaje a Fraga en el Congreso.

Diputados de izquierdas (no del PSOE) se ausentan durante el homenaje a Fraga en el Congreso

¿A donde quieren ir a parar los socialistas, hundidos en el pozo más hondo de su reciente historia? ¿Si les queda tan poco por perder, por qué se quedaron en el hemiciclo, por ejemplo, durante el homenaje al ex ministro de Franco, que firmó penas de muerte sin juicio justo, mientras el resto de la izquierda se ausentó?

De Manuel Fraga recuerdo dos anécdotas personales poco edificantes. 1) Era ministro de propaganda del Dictador cuando nos molieron a palos en un homenaje a don Antonio Machado. 2) Era ministro de Gobernación de Arias Navarro cuando fui secuestrado y torturado con armas reglamentarias de la Dictadura. 

Ya se que está feo hablar mal de los fallecidos. Por eso, no dije nada del talante totalitario y de los modos fascistoides del fundador del PP en el día de las alabanzas. Lo que me sorpendió esta semana fue la actitud cobardica del PSOE: los únicos de la izquierda que asistieron (Guerra no aplaudió, ¡faltaría más!) al homenaje que el PP dió a Fraga en el Congreso de los Diputados.

En cambio, muchos socialistas y otras gentes de izquierdas han echado de menos a los líderes del PSOE en la manifestación improvisada esta mañana ante y contra el Tribunal Supremo o en la de la semana pasada por el caso de los crímenes del franquismo.

Ya tienen muy poco más que perder. Se han quedado en nada. Por eso mismo, no entiendo que los socialistas estén «acochinados en tablas» y no den la cara en asuntos que afectan a los principios del Estado de Derecho y a su propia identidad histórica.

Apenas aparecieron líderes representativos del PSOE (salvo Zerolo, que yo sepa) en la manifestación improvisada ayer ante y contra el Tribunal Supremo por la sentencia extravagante e insólita dictada contra el juez Baltasar Garzón.

Garzón en mi casa, poco después de la detención del dictador Pinochet

Comprendo que a ciertos socialistas no les resulte simpática la figura del juez Garzón, después de la investigación que hizo y rehizo de los crímenes del GAL en tiempos de gobiernos del PSOE. A mi tampoco me gustó que pidiera subvenciones a Botín con destino a la Universidad de Nueva York donde él estaba. Quienes le conocemos sabemos que el juez está lejos de ser perfecto. (Si quieres amigos o jueces perfectos te quedarás sin amigos y sin jueces).

Aunque yo apoyo a Garzón (viejo amigo), no se trata aquí de defender la personalidad de Garzón al completo sino de defender el Estado de Derecho y los principìos básicos de nuestro ordenamiento jurídico, a sea, de nuestra Democracia.

No estamos tanto por Garzón como contra el atropello del Estado de Derecho por parte del Tribunal Supremo. Y por eso echo de menos (y bien que lo lamento) a algunos líderes del PSOE en la mani de hoy.  Si siguen por ese camino tan huidizo, sin dar la cara cuando hace falta, por miedo a significarse, pronto podrán meterse todos los militantes socialistas en un taxi. Y por eso, también, me da tanto miedo el poder casi absoluto (merecido o no) que tiene hoy el PP (central, regional y local) sin apenas nadie enfrente para frenarle.

Me preocupa más la ausencia del PSOE en estas manifestaciones públicas que el jolgorio y la fiesta que la derecha y la extrema derecha están organizando con la caída del juez Garzón a quien los corruptos tanto temían. Basta con repasar los comentarios anónimos sobre este asunto en los blogs para comprobar lo crecidos que están los nostálgicos de Franco y algunos seguidores del PP. Y eso que este Gobierno de Rajoy/Saez de Santamaría se parece afortunadamente poco, por ahora, a aquel de Aznar/Cascos de tan triste y temible memoria.

Menos mal que aún nos queda el gran Forges intrepretanto nuestro miedo cotidiano («¡A ver si te van a oir en Las Salesas!», le dice Concha a Mariano, perdón a Vicente).

Y también nos queda -menos mal- Soledad Gallego-Díaz, con sus comentarios tan certeros en El País, para reconciliarnos con la buena prensa de toda la vida. Copio y pego a continuación su articulo de hoy:

Justicia a cualquier precio

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ (11 FEB 2012)

La justicia obtenida a cualquier precio termina no siendo justicia.

Eneko en 20 minutos

Lo afirma la sentencia del Tribunal Supremo que ha condenado al juez Baltasar Garzón a una pena de inhabilitación de 11 años y a su expulsión de la carrera judicial, y ciertamente muchos ciudadanos, en España y en Latinoamérica, pueden alimentar en estos momentos la misma convicción, aunque por motivos diferentes. Habrá que suponer que el Tribunal Supremo ha emitido su fallo sin que mediara animadversión personal ni enojo corporativo, pero lo cierto es que esta decisión ha acabado con uno de los pocos símbolos de la justicia en el que confiaba una parte notable de esos ciudadanos y que esa es una noticia pésima, con un precio muy alto.

No se trata de ignorar los graves hechos atribuidos a Garzón. Según la sentencia, el juez autorizó que se intervinieran las comunicaciones entre los imputados en una importante causa por corrupción y sus abogados, sin excepción alguna y sin mención expresa de su identidad, y lo hizo, afirma el Supremo, sin que existiera ni el menor indicio de que esos abogados estaban utilizando su condición de tales para la comisión de nuevos delitos. Su convicción de que los imputados continuaban ocultando su dinero, y su temor a ver cómo personajes poderosos y ricos conseguían escapar a la investigación, no es argumento suficiente para anular el secreto de las comunicaciones ni para deteriorar el derecho a la defensa.

Pero eso no es lo que se juzgaba realmente en el Supremo, sino si la decisión de Garzón podía ser explicada por una interpretación incorrecta de las normas del derecho. No, afirman los siete magistrados, no existe otra explicación que el empeño deliberado de actuar fuera de «los medios usualmente admitidos en derecho» ni otra razón que el anhelo del juez instructor de colocar el «proceso penal español al nivel de los sistemas totalitarios», un juicio de intenciones asombroso para tan alto tribunal.

Ahí, en la clara voluntad de apreciar prevaricación, es donde se abre un agujero por el que asoman muchas dudas: ¿esa misma decisión tomada por otro juez que no fuera Baltasar Garzón hubiera merecido valoración tan severa?, ¿qué sucede con los fiscales y con los otros jueces que compartieron su decisión?

Va a resultar muy difícil que los ciudadanos no asocien la condena de Garzón a su personalidad, a su historia y a su protagonismo internacional, insufrible para una parte importante de la corporación judicial, y que el descrédito que todo ello acarrea, dentro y fuera de España, no vaya a suponer un desgaste altísimo para la justicia española en su conjunto.

La expulsión de Garzón llega, además, en un momento de fuerte desánimo social. Los ciudadanos, aplastados por una crisis formidable, llevan meses conociendo casos de corrupción que no se traducen en delitos ni se sustancian en castigo alguno, personajes del mundo económico que reciben cantidades asombrosas por gestiones desastrosas, indultos llamativos para personas poderosas y dificultades sin cuento para acabar con el fraude fiscal, el desvío de fondos públicos y las trampas de todo tipo que no se podrían llevar a cabo sin ayuda de avispados asesores legales.

Todo ello, junto a noticias sobre algunos jueces corruptos que reciben castigos inexplicablemente ligeros por embolsarse dinero fácil. Nada de eso justifica, por supuesto, acabar con el derecho a la defensa (¿no debería revisarse el caso de los acusados de terrorismo?). Simplemente, resulta difícil aceptar que, entre tantas denuncias por prevaricación como se han presentado, solo haya habido un juez, Baltasar Garzón, que mereciera que le arranquen la toga. Queden tranquilos sus colegas del Supremo. Ya le han echado. Triunfó la justicia, a cualquier precio, deben pensar. Quede tranquilo Baltasar Garzón. Los ciudadanos no olvidaremos nunca la honda emoción que nos hizo sentir el 16 de octubre de 1998 cuando ordenó la detención del general Pinochet.

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Día de Accion de Gracias en 1998. Al fondo, Garzón entre el profesor Marichal y Ana Westley (la cocinera del pavo)

Eso mismo, Soledad. Sin caer en la resignación, siempre nos quedará la detención del genocida general Pinochet por orden de Garzón. ¡Ahí es nada!.

Por la cita de Pinochet, recuerdo hoy el pavo que nos comimos en mi casa el Día de Acción de Gracias en noviembre de 1998 con Baltasar Garzón y su esposa Rosario Molina, Juan Marichal y su esposa Solita Salinas, Joan y Angel Berenguer, Kathy y David White, Yolanda y Al Goodman y otros amigos y colegas. (Se entiende que la foto, por su mala calidad, la hice yo)

El dictador Pinochet llevaba apenas unas semanas detenido por orden del juez Garzón.

Es costumbre que uno de los comensales haga un brindis, a modo de oración laica, para conmemorar la comida fraternal de los peregrinos con los indios de Nueva Inglaterra.

En aquella ocasión, tomó la palabra mi maestro y amigo Juan Marichal, catedrático de la Universidad de Harvard, y nos emocionó a todos con un parlamento improvisado pro derechos humanos y contra los genocidas que comenten impunemente crímenes contra la humanidad; un bellísimo brindis que lamento mucho no haber grabado entonces.

Juan Marichal entre Garzón y yo

«Crimenes contra la humanidad en Argentina, en Chile, etc. que quedaban impunes… hasta ahora», dijo Marichal. A partir de la detención del dictador Pinochet, los genocidas sabrán que sus crímenes ya no quedarán impunes.

Y el maestro levantó su copa para invitarnos a todos a dar las gracias al juez Garzón, allí presente, quien se quedó emocionado y sin palabras.

Pase lo que pase, siempre nos quedará ese recuerdo de la detención de un criminal como el general Pinochet por orden de Garzón.

Recuerdo también las críticas que algunos colegas de la prensa extranjera le hicieron al juez español, más o menos en estos términos:

«Persigues a los dictadores de América Latina, por sus crímenes contra la humanidad, pero en España nadie se atreve a investigar y perseguir crímenes semejantes cometidos durante la Dictadura del general Franco. Los españoles veis la paja en el ojo ajeno y no la viga que tenéis en el vuestro. A eso se le puede llamar hipocresía o miedo». 

«Todo se andará», creo recordar que fue el resumen de la respuesta del juez Garzón.

Lo prometió y lo cumplió. Y ahí le tenemos ahora crucificado por perseguir también los crímenes del franquismo y la corrupción de políticos del PP.

Por muchos defectos que la derecha airee, exagere o invente de Baltasar Garzón (y los tiene), los demócratas estamos en deuda con este gran juez. Espero que el miedo no se extienda ahora entre los buenos jueces que siguen en activo ni entre los estudiantes de Derecho.

 

El PP votará “sí” en Vitoria y “no” en Madrid

El mismo recorte de gastos obtendrá el “sí” de Basagoiti y el “no” de Rajoy. ¿Qué abismo separa a ambos líderes –y a media España– para que su votación sea tan dispar sobre el mismo asunto?  Hace poco, cuando el lendakari Patxi López y Antonio Basagoiti, presidente del PP vasco, recibieron el Premio Abril Martorell a la Concordia me dio un ataque de sana envidia. Y escribí un comentario titulado “Un ejemplo para España”

Me ocurrió lo mismo esta mañana, al escuchar al líder del PP explicando en TVE por qué pensaba votar a favor del ajuste propuesto por su adversario político, el lendakari Patxi López. Lo explicó muy bien. Pero no pudo hacer lo mismo con las razones que pudiera esgrimir Rajoy para explicar su voto negativo al ajuste del déficit público propuesto por Zapatero.  

Prácticamente todos los partidos políticos del grupo popular europeo, que están en la oposición, están votando a favor de las medidas de reducción del déficit que proponen los gobiernos de sus países –siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea– salvo el Partido Popular de España. El Partido Popular apoyará sólo las medidas de ajuste del gobierno socialista vasco.

A mi juicio, tanto el lendakari López como el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, están adquiriendo una imagen de grandeza política y de generosidad patriótica que deja por los suelos a sus respectivos jefes nacionales, Zapatero y Rajoy.

A eso podemos unir el espectáculo de ayer –“lamentable”, según Javier Rojo, presidente del Senado– que ofrecen sus señorías de ambos bandos cuando gritan y patalean como niños rabiosos desde sus escaños.

Quizás esta crisis económica huracanada nos traiga como beneficio colateral la desaparición de la escena pública de los principales líderes políticos, incluyendo a Zapatero y a Rajoy. Ya se oyen numerosas voces que apuntan hacia el abandono rápido de ambos barcos (PP y PSOE)  ante la expectativa de un cambio de capitanes. Al mismo tiempo, gente extraordinaria –asqueada de la política española desde la crispación generada por Aznar, Rajoy  y Zapatero–  está pensando -aún clandestinamente- en cómo arrimar el hombro para sacar a España de esta crisis.    

La OCDE apunta hoy un crecimiento ridículo del 0,9% para la economía española en 2011. Si es así, quiere decir que arrastraremos a más de 4 millones de parados, durante varios años, a un pozo sin fondo como el que se tragó a la generación perdida que sufrió la última gran crisis económica en la primera mitad de los años 80. La economía española se ha mostrado incapaz de crear empleo cuando ha crecido por debajo del 3%.

El Gobierno socialista persiste en minimizar la gravedad de la situación económica y social, con la esperanza de ganar tiempo para puentear la crisis, mientras la derecha celebra cínicamente los desastres de la economía española, como si fueran su trampolín para recuperar un poder que perdieron con las mentiras del Gobierno Aznar sobre ETA en el 11-M. Tanto el PSOE como el PP están enredados en el cortísimo plazo y ciegos, respectivamente, por mantenerse en el poder o por llegar a él y al precio que sea, incluso al de dejar a España como tierra quemada y a toda una generación de jóvenes angustiados sin empleo y sin futuro.

Repasando recuerdos dramáticos de otras grandes crisis, como la doble (política y económica) de 1975-1985, echo de menos grandes cabezas creíbles que piensen en el país, antes que en su beneficio personal, y que hablen con claridad y sin miedo a las represalias de los líderes, ya desgastados, de los dos grandes partidos nacionales, de los sindicatos y –lo que es mucho peor- de los empresarios.

Un repaso a la historia no tan lejana de nuestra transición política (de la Dictadura a la Democracia) y económica (del Tercer Mundo al Primer Mundo), y de cómo y quiénes hicieron posibles los Pactos de la Moncloa (yo tuve la fortuna y el privilengio de estar cerca de ellos) nos arrojaría un poco de luz sobre cómo salir de este largo túnel. Pero para tener algo de éxito, todos -sí, todos- deberíamos perder algo en el camino, ya que se plantean retos descomunales de flexibilidad y solidaridad intergeneracional (entre padres e hijos), de flexibilidad y solidaridad interregional (entre regiones ricas y pobres), intersectorial, internacional, etc.

La actitud que más nos puede ayudar a salir de las crisis es la de máxima flexibilidad e innovación para adaptarnos con rapidez a los cambios y a los nuevos desafíos con la mejor disposición y la mente más abierta. Sin embargo, la mayoría nos agarrotamos ante las dificultades y reaccionamos tribalmente con mayor rigidez, lo que nos lleva a la esclerosis y a la quiebra. El viento huracanado puede tumbar al junco flexible pero no lo quiebra. En cambio, troncha a la caña seca y rígida. 

He oído y leído a varios maestros economistas que insisten en lo de siempre: el mejor empleo es el que se crea y se consolida mediante la exportación. Por ello, la solución al gran drama de nuestro paro pavoroso pasa por el sector exterior más que por la demanda interna, bastante deprimida.   Claro que para aumentar nuestras exportaciones tendremos que bajar nuestros precios de venta a  niveles competitivos.

¿Cómo se pueden bajar los precios de nuestros bienes y servicios? Como siempre se ha hecho: reduciendo los costes laborales, energéticos, fiscales, financieros, institucionales, tecnológicos, etc., que componen el coste total, y mejorando los procesos e innovando en sectores emergentes de demanda fuerte… O sea, reduciendo los costes allí donde se pueda… para ganar competitividad. Podemos reducir los salarios de todos para bajar el coste laboral de nuestros bienes y servicios o podemos reducir (como hemos preferido hacer) el número de empleados para conseguir el mismo fín.

 ¿Quien mató al corregidor? ¡Fuenteovejuna, señor! 

Al final -podemos llamarlo como queramos-, son habas contadas: hay que trabajar más y ganar menos para poder aumentar las exportaciones y reducir las importaciones. No veo otra forma de repartir el empleo escaso entre padres e hijos. Pero ¿quién es el político valiente que les dice esto a los padres empleados (y asustados) para favorecer a sus hijos (angustiados) en paro?

Si las mejoras en productividad se reparten tradicionalmente en la mesa tripartita compuesta por el Gobierno (impuestos), los empresarios (beneficios) y los sindicatos (salarios), la caída de la productividad también debería hacer sentir su coste sobre las espaldas de estos mismos tres protagonistas.  Cuando hay que repartir riqueza, todos acuden al instante. Cuando hay que asumir recortes y pérdidas, porque hemos gastado por encima de nuestros ingresos, todos huyen de la mesa tripartita como del diablo.

Pero no echemos siempre toda la culpa a los representantes (políticos, empresariales y sindicales) que hemos elegido. Deberíamos olernos la mano con la que les hemos votado. Y animar al recambio generacional o a un cambio profundo de actitudes rígidas por otras flexibles, egoistas por otras solidarias.

Ahí están –al menos, con su enorme ejemplo- Lopez y Basagoiti. Aunque me temo que estoy contribuyendo a perjudicar y destruir su futuro político con sólo decirlo.  Así son aún, desgraciadamente, las dos Españas.

Me recuerdan al genio de la lámpara maravillosa que ofreció conceder un deseo -él que pidiera- a un paseante con la condición de que su vecino recibiría el doble. El afortunado ciudadano no lo dudo un instante: le pidió al genio que le sacara un ojo.

¿Son anticatólicos los especuladores?
¿Son manirrotos los católicos?

¿Por qué atacan los mercados a la Unión Europea Católica? Cinco mendigos piden limosna a los inversores/especuladores internacionales: España, Italia, Portugal, Irlanda y Grecia.

¿Les dice algo este dibujo de Jim Morín publicado hoy por el New York Times y el International Herald Tribune?

¿Que tienen en común estos cinco países, además de ser manirrotos, provocar la desconfianza en los inversores internacionales y sufrir una crisis económica descomunal?

Max Weber nos diría inmediatamente que todos ellos son católicos. Bueno, todos salvo Grecia que es ortodoxa; o sea, de una religión oriental prima hermana del catolicismo.

Los mercados internacionales aún no han atacado a ningún pais protestante de la Unión Europea.

Aquí está pasando algo que quizás merezca una reflexión, más allá de la famosa etiqueta británica de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) que en inglés significa CERDOS. Los cuatro países tiene algo en común: son mediterráneos, soleados, alegres y del Sur de Europa.

¿Son «cerdos» sólo los países europeos del Sur?

Así aparecieron hasta hoy en la prensa británica. Sin embargo, en el centro del dibujo de Jim Morin aparece hoy un mendigo arrodillado, rezando en actitud piadosa, y lleva la marca inconfundible de Irlanda. Irlanda no está en el Mediterráneo ni es un país soleado del Sur de Europa.

¿Qué tiene, pues, en común con los PIGS, aparte de un abultado déficit público y un gran endeudamiento?

Obviamente, que Irlanda, aunque frío, verde y lluvioso, es también un país mayoritaramente católico.

Si yo fuera polaco estaría muy preocupado, vigilando el déficit público y la deuda por si los inversores/especuladores hubieran tomado manía sólo a los países católicos y perdonaran a los protestantes.

Voy a repasar este fin de semana la sugerente obra de Max Weber que no me canso de recomendar a mis alumnos: «La ética protestante y el espíritu del capitalismo».

Un pequeño examen histórico de conciencia no nos vendría mal en estos momentos de turbación

¿Qué debemos corregir en nuestros comportamientos individuales y/o colectivos para que los inversores/especuladores internacionales no nos ataquen tanto y tan ferozmente?

Aquí se abre una nueva pizarra con ideas para ZP y Rajoy.