Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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14 de abril: a rey flaco todo son pulgas

A fuerza de mirar hacia arriba, a los elefantes, al rey Juan Carlos se le puede caer la corona.  Por su mala cabeza y la de su familia. Menos mal que el juez Castro imputó a la infanta Cristina. ¿Qué es peor: ser cómplice o tonta de remate?

 

El rey Juan Carlos posando ante un alefante abatido en Africa

El rey Juan Carlos posando ante un alefante abatido en Africa

Arsenio Escolar nos recuerda en su blog que «El rey está hoy más desnudo»El País publica la foto que conocimos hace un año -otro 14 de abril- de Juan Carlos de Borbón posando ante un elefante abatido a tiros en Africa.  Desde luego, parece que se cumple el refrán: «A perro flaco, todo son pulgas».

Y Manuel Vicent dedica su columna dominical de El País al 14 de abril de 1931, el sueño republicano. Un artículo excelente que copio y pego a conitnuación:

14 de abril

El grave problema político que atraviesa la monarquía consiste en que no teniendo el rey ninguna responsabilidad política, tiene la obligación moral de no permitirse la más mínima quiebra

Manuel Vicent

(El País, 14 de abril de 2013)

«La corrupción de lo mejor es la peor, decían los latinos. Corruptio optimi pessima. Si se da por supuesto que lo mejor en el orden social es un rey, un príncipe, una infanta, los yernos y demás parentela, se entenderá por qué en la opinión pública causa tanta alarma, no exenta de morbo, cualquier escándalo que se derive de la Casa Real. En nuestra monarquía parlamentaria el rey no tiene ningún poder político. Solo ejerce el papel simbólico de cohesionar la unidad del Estado cuya jefatura ostenta. Precisamente por ser un símbolo, el rey no tiene otra responsabilidad que la de ser ejemplar, la de moverse dentro de una esfera platónica, limpia y transparente, que dé un sentido mágico a ese residuo histórico e irracional que es la monarquía. Los reyes están ligados al propio azar ovárico-seminal.

 

Dentro de esa granja dorada de reproducción en la que viven estos privilegiados individuos, la primera labor de un monarca consiste en engendrar un príncipe y sucesivos vástagos que aseguren el futuro de la dinastía a capricho de la genética. El grave problema político que atraviesa la monarquía en este país consiste en que no teniendo el rey ninguna responsabilidad política, tiene la obligación moral de no permitirse oficialmente la más mínima quiebra, puesto que una esfera, si no es perfecta, deja de ser esfera.

 

Cuando esta figura platónica, que simboliza el Estado, se corrompe, la ficción política se convierte en una farsa y todo el tinglado del teatro se derrumba. En nuestro caso existe otro peligro añadido. En medio de los escándalos de la Casa Real se eleva un fantasma luminoso, que se aparece cada año en primavera, como una flor de acacia.

Saludo al rey en el Patio de los Leones con mi hija Andrea a cuestas (1986)

Saludo al rey en el Patio de los Leones con mi hija Andrea a cuestas (1986)

Hoy es 14 de abril. Puede que la Segunda República, ahogada desde el principio por sus enemigos, fuera un desastre, pero todavía hoy constituye un paradigma de racionalidad, modernidad y regeneración idealista cuya fuerza estriba en que muchos ciudadanos sin haberla vivido la han convertido en un sueño. Monarquía o república no es todavía el dilema.Antes de cambiar de caballo en mitad del río turbulento de la crisis la opinión pública exige primero que se limpien las caballerizas del monarca para que la esfera del Estado sea un espejo en el que los ciudadanos se reflejen sin avergonzarse.» (FIN)

——

Foto por foto. Con todas las emociones familiares (e históricas) contenidas en la fecha de hoy («Salud y República«), debo reconocer que, por miedo o agradecimiento, me apunté en la lista de juancarlistas el 23 de febrero de 1981, cuando el rey utilizó su uniforme castrense para abortar el Golpe de Estado militar que amenazó con regresarnos a las cavernas de nuestra historia.

En aquel momento, hice un acto de fe en favor de esta monarquía parlamentaria. (Ya sabemos que recurrimos a la fe para creernos todo aquello que sabemos que no es verdad).

Pensamientos y petunias. (14 de abril de 2013).

Pensamientos y petunias. (14 de abril de 2013).

Contra todo razonamiento, he procurado defender emocionalmente a esta monarquía hereditaria («La razón de la sinrazón…») que facilitó la transición liderada por Adolfo Suárez desde la Dictadura a la Democracia y frenó el 23-F.

A medida que iba conociendo los escándalos de la realeza, el crédito emocional que yo había concedido al rey Juan Carlos se fue esfumando poco a poco. La razón, implacable, me pasó factura.

Hace hoy justamente un año -el 14 de abril de 2012- vi esta foto del cazador de elefantes y me di de baja de la lista de juancarlistas.

Ese día descolgué de la pared de mi casa una simpática foto que tenía con el rey y con mi hija Andrea en La Alhambra y la bajé al sótano.

En su lugar, voy a colgar esta foto tricolor, recién florecida, de mis «pensamientos»: «llevas sangre , llevas oro y, por tu penas, morada.»

Del sótano al salón...

Del sótano al salón…

¡Ay! 14 de abril…

Oído en la calle:

«Juan Carlos acelera…

… que viene al Tercera»

 

 

El 14 de abril en Almería, que es mi tierra.

 

 

 

Sentencia del 11-M: de día para unos y de noche para otros

Pese a que he dedicado docenas de comentarios sobre la teoría conspiratoria del trío Pinocho (Aznar-Acebes-Zaplana) aplicada a la viculación espuria de ETA con el 11-M, no salgo de mi asombro cuando compruebo la dosis de fe, religión, dogma o simple desvergüenza de los promotores de las mentiras del 11-M para poder ganar las elecciones del 14-M.. Pésima gestión del 11-M y peor digestión del 14-M. Pobre Aznar.

La última etapa era la sentencia del Tribunal Supremo, conocida ayer. Los titulares de El Mundo son de traca, pues sigue, erre que erre, alimentando su fe ciega en la teoría conspiratoria. Da igual lo que diga la Audiencia, el Supremo o el Sursum Corda ya que todo aquello que no encaja en su puzzle conspiratorio simplemente lo toman como falso o ni siquiera lo citan entre los hechos probados.

Los titulares y los comentarios editoriales de hoy no precisan comentario alguno.

Para Publico:

El Supremos da la puntilla a la conspiración

Para El País:

El Supremo respalda todos los datos clave de la sentencia del 11-M

Informando sobre la misma sentencia (sí, sí, la misma), El Mundo lo ve todo al revés:

11-M: golpe de gracia del Supremo a aspectos clave de la versión oficial

Es decir, lo que es día para unos, es de noche para otros. Supongo que viven en distintos hemisferios. O, quizás, alguno de ellos -pésimo periodista- no tiene vergüenza torera.

Sin duda alguna, la foto del Rey con el brazo sobre el hombro del ex presidente Adolfo Suárez será archivada con todos lo honores de libro de texto. La foto merece portada. Pero cada cual le da el tamaño que quiere. Van en este orden: El Pais, El Mundo y Público. Además del tamaño sello de su portada, observo una diferencia adicional en el titular de Público: al Rey le ponen (rey) con minúscula.

¿Será cosa de su libro de estilo o van más allá?

El Rey y Aguirre, «vinculados» por El Mundo

Ramón Irigoyen nos recuerda en su artículo de El País, entre otras cosas, que «contra lo que la gente cree, el 2 Mayo de 1808 España no inica la Guerra de la Independencia. Esa fecha es simplemente el epílogo del golpe de Estado de Fernando VII contra su padre Carlos IV».

Sin embargo, tanto el Rey como la lideresa no se pararon ayer en matices históricos. Pero no dijeron lo mismo. El Rey añadió por su cuenta la palabra «unidad» a los lemas de la revolución francesa: «libertad, igualdad y fraternidad». Esperanza Aguirre fue mucho más allá en su canto al nacionalismo español.

Veamos la portada de El Mundo.

Interesante artificio por el cual El Mundo «vincula» al Rey con la condesa-lideresa, Esperanza Aguirre. Arriba, a cuatro columnas:

El Rey y Aguirre vinculan el 2 de Mayo a la España constitucional

Y estos son los sumarios del Rey (por la tarde) y de Aguirre (por la mañana) en los que basa tal vinculación:

Don Juan Carlos dice qeu la sublevación fue «una toma de conciencia de identidad nacional, de la nación basada en las ideas de libertad, unidad, igualdad y solidaridad».

La presidenta de Madrid afirma que «aquellos héroes sabían que España era una nación muy antigua y que compartían unos valores con los otros españoles».

Me voy al cine….

¡Que recen más por la COPE y menos por el Rey!

¡Qué bronca tan interesante la del Rey y la Presidenta de Madrid!

Nada que afecte a la libertad de expresión debería ser ajeno a este blog. Por eso, enfrascado en el Presupuesto de 20 minutos para 2008, no me percaté esta semana de la temperatura que iban adquiriendo las relaciones entre la derecha y la monarquía españolas. Vivir para ver.

Las portadas de hoy muestran algunas chispas de la alta tensión alcanzada tras los últimos torpes acontecimientos relcionados con la Monarquía: portada secuestrada de El Jueves, quema habitual de fotos del Rey aireada y exagerada esta vez por los altavoces de la derecha, video institucional del rey del YouTube, Mariano I, petición de abdicación del Rey en favor del Principe por parte del locutor Jiménez Losantos en la cadena COPE, propiedad de los Obispos, …)

(¡Vaya! La hora del cine. Me voy a ver «Las trece rosas«. Luego seguiré con lo de Espe y el Rey. )

Ya estoy de vuelta y con el estómago aún encogido por la peli. Bueno, más que una película de ficción es un reportaje crudo sobre una historia real: el asesinato (¿legal?) de 13 chicas inocentes en la tapia del cementario de La Almudena por un pelotón de fusilamiento de Franco.

Han tenido que pasar casi 70 años para poder hacer un reportaje como éste sobre hechos probados.

Recomiendo ir a verla a todo aquel que tenga dudas sobre la necesidad de aprobar cuanto antes la Ley de la Memoria Histórica. Creo que la Ley se está quedando corta. Pero algo es algo. Más vale tarde que nunca.

Dentro de unos años, quizás décadas, cuando la democracia esté más consolidada en Èspaña, la derecha y la izquierzda se hayan alternado varias veces en el poder y no quede vivo ningún hijo de asesinos ni de asesinados durante la Dictadura franquista, entonces se podrá aprobar una ley más completa sobre la Memoria Histórica. Se perdona todo pero no se olvida nada.

Después de ver «Las trece rosas» se me han quitado las ganas de seguir escribiendo sobre la conversación que ha trascendido (para sorpresa de la Casa Real) entre el Rey y la Presidenta de Madrid.

El Mundo y El País llevan este asunto en su portada (a 2 y 3 columnas) y a cuatro columnas en página interior.

El Mundo:

Aguirre defiende a Losantos…

El País:

Aguirre irrita al Rey…

Sin embargo, el diario Público no da ni una línea en su portada ni en su interior.

¿Lo consideró «no noticia» o es que no se enteró del asunto?

Tengo la impresión de que no han dado esta noticia porque no conocían el contenido de la conversación real ni sabían que lo iba a publicar El País. Mañana, si publican algo, saldremos de dudas. Estoy casi seguro de que comentarios no faltarán en Público.

Sospecho que El País hizo llamadas de doble chequeo y de comprobación de datos a varias fuentes antes de decidir su publicación. Una de esas «fuentes» (o charcos) corrió con el cante al diario El Mundo.

Pedro Jota Ramírez salió al instante al rescate galante de Esperanza Aguirre y de Jiménez Losantos, para compensar el previsible sesgo de El País. El Mundo le hizo una entrevista de urgencia a la presidenta Aguirre e incluyó en la información sus frases como si las hubiera pronunciado ante el Rey.

¿Acaso dijo Aguirre ante el Rey lo que El Mundo le atribuye en titular de portada?

Lo dudo.

Este es el titular de Pedro Jota:

Aguirre defiende a Losantos ante el Rey: «Si le hubiera criticado Iñaki Gabilondo, le había invitado a comer»

Curiosamente, como es notorio, Jiménez Losantos es el azote de Gallardón a quien critica sin mesura en la COPE. En cambio, Iñaki Gabilondo trata con mayor cortesía al alcalde de Madrid y previsible futuro competidor de Esperanza Aguirre en su eventual carrera hacia La Moncloa.

La bronca es muy interesante porque sitúa la libertad de expresión en un escalón más alto de lo que estaba antes de producirse este debate. Palabra a palabra ganamos libertad.

Creo que el debate abierto fortalece a la Monarquía mucho más que el secuestro de El Jueves. ¡Hay que ver lo que aguanta Isabel II, la reina de Inglaterra!. O el propio George Bush. Y no pasa nada.

Todos los españoles podemos expresar libremente nuestros pensamientos si estos no van en contra de las leyes vigentes aprobadas en Las Cortes por los representantes del pueblo español.

Pese a la prudencia que exige su papel de representación del Estado, el Rey tiene derecho a la libertad de expresión… y a defenderse. Ese derecho también lo tienen Esperanza Aguirre, Jimenez Losantos, El Jueves y los que piden que vuelva la República.

Hasta donde he leído, estoy de acuerdo con lo que han dicho los dos, tanto el Rey, pidiendo un trato humano hacia él, como la Presidenta Aguirre pidiendo lo mismo para el estravagante derechista Jiménez Losantos.

Y, por supuesto, estoy de acuerdo con esta frase que, según El Mundo, pronunció Esperanza Aguirre ante el Rey:

«Lo peor es quitar el micrófono a un periodista»

¡Si lo sabré yo!

Eso, que se lo diga Aguirre a su líder político, el ex presidente Aznar, tan poco respetuoso con la libertad de expresión.

Esto parece el mundo al revés: la izquierda defiende al Rey de los ataques de la derecha.

¿Acaso la derecha nostálgica (la más franquista) no perdona al Rey que haya apoyado la democracia de todos?

Si es así, insisto, los españoles merecemos y necesitamos otra derecha más civilizada. Por favor.

Necesitamos otra derecha. ¡Por favor!

Los diarios, aunque tengan un comportamiento muy previsible, no dejan de sorprenderme. Eso les asegura una larga vida.

¿De qué España habla cada diario?

Público lo tiene muy claro. Sobre una foto de una joven cubierta con la bandera estremecedora de la Dictadura, titula a toda página:

España es otra cosa

Antetítulo:

El día del orgullo español que quería montar el PP se quedó en nada

El Mundo hace una composición retorcida o, mejor dicho, torticera:

Bajo una gran foto a cuatro columnas de contenedores ardiendo en San Sebastián (sin ningún cintillo de separación) va este gran titular:

Zapatero afirma que los ataques a España «ni siquiera son un resfriado»

Sumario:

Apenas dos horas después, cientos de jóvenes encapuchados iniciaban una larga batalla campal contra la Ertzaintza en San Sebastián empleando técnicas de guerrilla urbana

Al informar sobre esa foto de «arde España«, El Mundo no menciona nada sobre la protesta de estos radicales contra una marcha de Falange. Tanto la Falange como los radicales tienen derecho a expresarse pero no a destozar el mobiliario urbano de una ciudad tan bonita como San Sebastián.

Bajo una foto similar a la de portada de El Mundo, Público titula en su interior:

Batalla campal en Donosti

Jóvenes radicales destrozan el centro de la ciudad en protesta contra una marcha de Falange

El segundo titular de El Mundo es mucho más malicioso aunque, por ridículo y pueril, resulta inofensivo:

El presidente abucheado durante el desfile de la Fiesta Nacional pese a intentar escudarse en el Rey

El abucheo de «algunos ultras», según Público, no fue durante el desfile. Este es su sumario:

Zapatero fue abucheado durante el homenaje a los soldados fallecidos

El País trata este mismo asunto en su portada con un gran titular sobre la censura que hace el Ejército de los abucheos a Zapateroen «la ofrenda a los caídos«. Y lleva este sumario:

Rajoy elude reprochar que los silbidos empañaran el momento más emotivo

Mucha banderita y mucho patrioterismo pero muy poco respeto por los soldados que mueren defendiendo los ideales que representan tanto el Rey como la bandera.

¡Qué pena que la derecha española esté de nuevo presa en manos de la extrema derecha!

Como decía un comentarista en el hilo de ayer de este blog: necesitamos otra derecha.

Estoy de acuerdo. Tanto que voy a reproducir a continuación su comentario y mi respuesta.

Comentario de «necesitamos otra derecha» en el hilo de ayer de este blog:

«Siempre que leo la cosa esa de la fiesta nacional me pienso que estan hablando de toros. Absolutamente de acuerdo en todo, incluso en los 500 años de derechas, aunque haya quien no lo entienda. La tragedia española es que cuando estaba a punto de llegar la modernidad, salia la derecha al grito de «¡Vivan las cadenas!» y ganaba el Antiguo Regimen. Leyendo los comentarios esta claro que aun no han entendido ni lo que es una nación ni lo que es la democracia ni siquiera lo que es la derecha. Miro con envidia a Francia, Inglaterra, Alemania, donde podría votar a la derecha. Lo primero que hizo Sarkozy presidente fue ir a depositar un ramo de flores a la tumba de un comunista fusilado por Petain. Aqui aun estan defendiendo a Franco.Desde luego no voy a votar a un cizañero que acusa al presidente del gobierno de traicionar a los muertos por hacer lo mismo que el habia hecho unos meses antes».

«Lo de sentirse orgulloso de ser español me parece una enfermedad parecida a ser nacionalista vasco o de cualquier otro sitio. ¿Como puede alguien estar orgulloso de haber nacido aqui en vez de alli? Yo estoy orgulloso de cosas que he conseguido con esfuerzo, me siento comodo siendo español y me parece un buen pais este pero ¿orgullo? ¿No tiene otra cosa mejor que hacer Rajoy que agitar esos sentimientos tan absurdos? ¿No ha aprendido nada de su ilegal referendum contra Cataluña?¿Tiene que seguir siendo cmo Ibarretxe, cabezón y empecinado?»

lo dijo necesitamosotraderecha · 13 Octubre 2007 | 07:42 PM

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Mi respuesta a «necesitamos otra derecha«:

Hola «necesitamosotraderecha«:

Gracias por el comentario anterior, con el que estoy totalmente de acuerdo. También agradezco los comentarios críticos, porque siempre aprendo algo con ellos.

No obstante, me preocupa la forma que algunos tienen de entender mis palabras. Quizás escribo en este blog con demasiada rapidez y espontaneidad. Esto no es una tesis doctoral. Pero si Internet tiene algún valor es el de la inmediatez, la frescura y la capacidad de diálogo.

Es como hablar en la barra de un bar. Por eso, aunque no responda a menudo, me gustan los comentarios. Algunos de ellos me desaniman porque confirman, desgraciadamente, que el miedo que le tengo a la extrema derecha española (que sigo llamando la «españa negra» con minúscula) no es infundado. Pero no importa. Algún día alguno de ellos llegará a pensar por sí mismo, sin cumplir consignas fanáticas.

A veces, me tratan como si fuera un extraño en mi tierra o un antipatriota, antiespañol, traidor a mi gente, a mis ideales, enemigo de la bandera o enemigo del Rey y hasta de mi padre.

¡Qué sabrán de ideales estos fanáticos nacionalistas!

Los separatistas se juntan a veces con los separadores. Son tal para cual.

Ninguno de ellos tiene por qué saber que muchos años antes de que Su Majestad Mariano I de ¡Paña! hiciera su patética soflama patriotera en favor de la banderita de «todo a cien» y del dia del «orgullo español«, en el comedor de mi casa ya había colocada una bandera de mesa de la España constitucional (sin la gallina fascista, claro).

Debo reconocer que la tengo en casa desde 1986 y está ya un poco descolorida. Se la quité a mi entonces jefe, José María Calviño, de su mesa de director general de RTVE, cuando fundé el primer informativo de la mañana «Buenos Días» en la primera cadena de TVE. Tampoco está sola sino acompañada por una bandera de los Estados Unidos del mismo tamaño. Mi chica, la pobre, tiene la desgracia de ser de Boston, señor Rajoy. Así, tengo el corazón partío entre dos banderas.

(Detesto la política del presidente Bush, pero respeto la bandera de los Estados Unidos tanto como la de España).

Pero no voy diciendo por ahí que tengo una bandera en casa. Tampoco digo que, por agradecimiento y afecto personal, tengo colgada en el hall de la entrada una foto de los Reyes de España con el Aga Khan, conmmigo y con mi hija Andrea (tomada en el Patio de los Leones de la Alhambra)

Señores comentaristas de la extrema derecha: ¡No se lo van a creer!. Esa foto está dedicada a nosotros por el Rey y por la Reina. Para los incrédulos, la descolgaré algún día de la pared y la escanearé para ponerla en el blog. Ya ven: un «rojo de mierda«, como dicen que soy yo, con foto de los Reyes de la España de todos en la entrada de su casa.

He caído -perdón- en una debilidad que siempre critico. No hay que pavonearse de las cuestiones sentimentales o accidentales.

Soy español porque me parieron en Almería. Y punto. Si tuviera que elegir mi lugar de nacimiento elegiría, por supuesto, Almería. Faltaría más. Pero no es mérito mío sino fruto del azar.

Si hubiera nacido -al margen de mi voluntad, de mi libre albedrío- un poco más arriba o más abajo sería marroquí o francés. Presumo de mis logros personales, no del azar. Soy cervantino y creo -¡sí!- que «el hombre es hijo de sus obras».

Muchos de los que critican mi presunta falta de amor por España (o por Almería, que ya es el colmo) son los que más daño están haciendo a nuestra convivencia en paz y en libertad y a nuestras instituciones democráticas.

Pero pueden seguir criticándome libremente en este blog (sin palabras soeces, eso sí) porque nunca pierdo la esperanza de que la razón venza alguna vez a su fe y lleguen a amar la libertad tanto como yo.

Tuve un maestro que me decía que, en cualquier grupo de gente, siempre hay dos orejas que oyen y dos ojos que ven (leen) por los que vale la pensa seguir luchando.

Si estos debates sirven para abrir la mente de alguien en favor de la libertad me doy por satisfecho.

Así ayudaremos a construir otra derecha a la que pueda votar la gente moderada con alegría y sin miedo.

Amén.

Saludos

JAMS

lo dijo JAMS · 13 Octubre 2007 | 10:06 PM

Sin alternancia no hay democracia. Por eso, necesitamos otra derecha que limpiamente pueda volver a ganar las elecciones.

Por favor, que baje del monte en son de paz.

Rajoy celebra el día del orgullo ¿qué?

Siempre pensé que Rajoy, que había demostrado en ocasiones un buen sentido del humor, era un tipo listo. Por eso, después de haber visto/oído su patético dicurso institucional, al estilo seudofranquista, me resito pensar que haya sido idea suya. Aún quiero salvar su inteligencia de la trampa en la que los aznaristas (¿quién si no?) le han metido. ¿Habrá sido, quizás, idea finísima de Gallardón?

No me lo explico.

Con esta majestuosa aparición, llamándonos a demostrar el «orgullo español», Rajoy está quedando incapacitado, por ridículo, para gobernar el Reino de España .

Ignacio Escolar nos ha hecho sonreir hoy con la portada de Público:

Mensaje «institucional» sin precedentes del líder del PP

Se cree el Rey

(en YouTube)

En lugar de rezar por el Rey, yo creo que el descarado cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, debería dedicar su oraciones al alma turbia de su colega el sacerdote torturador, Christian von Wernich.

Por favor, no más oraciones para el Rey , por parte de estos sepulcros blanqueados dueños de la pecaminosa COPE. Mejor, menos insultos.

No puedo estar más en desacuerdo con este aprendiz de inquisidor que atribuye los crímenes de ETA a «la debilidad del Gobierno con los terroristas».

¿Será sinvergüenza este cardenal?

Pienso en unos versos proféticos (creo que de Quevedo):

«En tiempos de las bárbaras naciones

de las cruces colgaban los ladrones

y hoy en el siglo de la luces

del cuello del ladrón cuelgan las cruces»

Estoy bastante de acuerdo con lo que, esta vez, ha dicho José Blanco, el nº 2 del PSOE:

«Cuando la derecha se pone a gritar ¡España!, muchos españoles se estremecen».

En efecto, yo soy uno de ellos. A mi me da pánico. Y, desgraciadamente,sé muy bien por qué lo digo.

El Rey, «molesto con los ultras». Y con razón

El ruido interesado que la extrema derecha del PP está haciendo con la quema de fotos del Rey me recuerda la anécdota del ministro de Franco, Serrano Suñer, y el embajador del Reino Unido.

En los años más duros del franquismo, un grupo de manifestantes gritaba ante la embajada inglesa, con pancartas de «¡Gibraltar español!».

Cuentan que el ministro de Franco telefoneó al embajador británico para ofrecerle el envío de más policías, con el fin de proteger la embajada de eventuales actos violentos.

El flemático embajador inglés le contestó:

-No me mande más policías, señor ministro. Prefiero que me mande menos manifestantes.

Con amigos como Aznar, el Rey no necesita enemigos

Denuncia, convoca y acapara. Cada diario con su verbo

En apenas una semana, ya podemos ver la posición aproximada del nuevo diario «Público«. No hay que ser muy fino para concluir que está escorado un poco a la izquierda de El País o que, al menos en las formas, es más cañero y radical.

También lo veo muy lejos de El Mundo, casi en sus antípodas. Por tanto, El País se nos va quedando en el centro del espectro de los diarios nacionales de pago, lo que no se si eso -a veces, en tierra de nadie- es bueno para su cuenta de resultados.

Pedro Jota – con las pecaminosas bendiciones episcopales de la COPE– cada día está más agresivo con ABC y La Razón a quienes pretende arrebatar el lector de derechas y/o de extrema derecha.

Sin ningún recato, El Mundo le hace (¿gratis?) la campaña electoral al PP. Está en su derecho. Cada día nos recuerda, con menor o mayor intensidad, los males que cree que nos aquejan o amenazan, naturalmente, y a su juicio, por culpa de Zapatero.

Hay una larga lista:

España se rompe, la bandera de España ignorada o pisoteada, persecución ligüística, el catalán arricona al castellano, no pintamos nada en el mundo, Bush se ríe de nosotros en la cara de Zapatero, el retrato del Rey en llamas, la Monarquía en peligro, los catalanes se lo llevan todo y no queda nada para los demás, ETA , más crecida que nunca, campa por sus respetos, el Gobierno se rinde ante ETA y el PNV, la economía en recesión, etc, etc. (Menos mal que no hay pertinaz sequía para culpar de ella a Zapatero).

Con razón o sin ella, retorciendo a veces la realidad o simplemente mintiendo, El Mundo alimenta a sus creyentes con lo que más gusta a su paladar, por amargo que sea.

Estamos en campaña electoral y ya sabemos (o, al menos, así lo creo yo) que votamos con el corazón (alguna vez, con las vísceras) y no con el cerebro ni con la cartera, como se empeña en decirnos la sabiduría convencional.

Público está en el lado opuesto a El Mundo y no pierde ripio. Hoy lleva la guerra de Irak a portada, con un gran titular tipo reportaje, para avergozar a Bush y a quienes apoyaron la invasión ilegal de ese país:

Los crímenes de los mercenarios

Y este subtítulo:

El Congreso de EEUU denuncia las atrocidades de los pistoleros de Blackwater

En consonancia con el recuerdo negro que nos trae de la guerra de Irak lo que, unido a las mentiras sobre el 11-M del «trío Pinocho«, dejó K.O. al Gobierno de Aznar, Público lleva hoy, arriba, un titular de campaña electoral que nunca veremos en El Mundo:

El PP acapara los símbolos

Pero (¡ojo!) lo que más me ha llamado la atención de su portada ha sido el antetítulo que Ignacio Escolar ha puesto, en rojo, a este titular del PP:

Patrioterismo

PAGS. 4 y 5

Se ve que estos jóvenes de Público vienen sin complejos y no les importa que se les vea el plumero desde el primer día. A mi me gustan las cosas claras. Por eso, puedo decir que en el periodismo que a mi me enseñaron mis viejos maestros no figura esa palabra tan peyorativa (patrioterismo) como parte de un título que pretende ser informativo.

Es una palabra espléndida para un comentario editorial o un artículo de opinión, pero muy inadecuada para una información sobre hechos, a menos que se le atribuya a alguien.

Los hechos son sagrados, las opiniones, libres.

Un diez a Ignacio Escolar por publicar la columna de nuestro Manuel Saco y un cero por esto del «patrioterismo» (por muy cierto que sea, en mi opinión) en un titular con aspecto tipográfico informativo.

Los navajazos tipográficos, por favor, deberían ir en cursiva.

Interesante editorial de El País sobre el «acoso real«. Lo pego aquí. Y como no me da tiempo para opinar sobre el tema, pues tengo que hacer un recado, diré que, siendo yo republicano de toda la vida, apoyo al rey Juan Carlos porque ha cumplido con un compromiso de libertad que tomó el día que fue coronado por las Cortes franquistas: la Monarquía de todos (creo que este título es mérito de Luis María Anson). Los ideales de libertad y de solidaridad de la República coinciden hoy con los ideales democráticos de la Monarquía Parlamentaria recogida por la Constitución de 1978. Cuando digo «¡Viva el Rey!» estoy diciendo, a la vez, «¡Viva la libertad»!.

Si el Rey de España se pusiera algún día al lado de un general golpista que amenazara nuestras libertades (como hizo su lamentable abuelo Alfonso XIII con el general Primo de Rivera el 23 de septiembre de 1923), entonces me tendría a mi en contra con todas mis fuerzas. Por ahora, el Rey me tiene a su favor con las mismas fuerzas.

Ahí queda eso.

Bueno, me voy corriendo que no llego.

TRIBUNA en El País: RAFAEL MATEU DE ROS

El ‘caso Sogecable’

El autor recuerda el «directo y feroz» ataque político y judicial lanzado en 1997 contra el Grupo PRISA y su presidente. RAFAEL MATEU DE ROS en El País

03/10/2007

Resulta difícil olvidar, al hilo del recuerdo del fallecido presidente del Grupo PRISA, Jesús de Polanco, los meses difíciles, inciertos, peligrosos, que le tocó vivir en primerísima persona, durante el llamado caso Sogecable. No fue una anécdota. El caso Sogecable fue un ataque directo y feroz contra los intereses del Grupo PRISA desencadenado por fuerzas políticas o sociales que pusieron todo el empeño del mundo en utilizar una excusa insignificante para organizar un proceso criminal en toda regla contra el Consejo de Administración de Sogecable.

Deberíamos saber algún día quiénes movieron las cuerdas del guiñol en ese oscurísimo episodio

Fue un aciago ejemplo de instrumentalización de la justicia para la satisfacción de intereses particulares, algo en lo que algunos accionistas no ya minoritarios sino marginales de determinadas sociedades cotizados se han convertido en especialistas, como un conocido y obsesivo abogado recientemente fallecido. Se ha dicho siempre -y nunca se ha desmentido- que la instrucción penal -con toda la parafernalia de un Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional- fue incitada o dirigida desde el Gobierno en el poder o -más bien- desde algún núcleo concreto de ese Gobierno o del partido que lo sustentaba. No lo sé. Lo cierto es que alguna fuerza poderosa movía los resortes de aquel desdichado juez, de aquel fiscal imprevisible -que por sistema se oponía a todas las solicitudes de sobreseimiento- y de aquellos extravagantes y marginales abogados que tuvieron en vilo, durante meses, a todos los consejeros de Sogecable, incluidos no sólo los altos directivos de PRISA, sino también los representantes en el consejo de accionistas como Grupo March, BBVA y Bankinter. Aquel incidente rompió para muchos, quizás de manera irremediable, la credibilidad del partido político de referencia o -mejor dicho- la de quienes entonces estaban al frente del mismo. En los saraos de algunos amigos muy próximos al entonces presidente del Gobierno, encumbrados por él a la presidencia de grandes empresas todavía entonces públicas, el juez Gómez de Liaño era jaleado como un héroe.

Tengo a la vista, cuando escribo estas líneas, la querella firmada por el procurador de Jesús Cacho Cortés, el 29 de abril de 1997, a la que luego se adhirieron otros, «al tener noticia de la incoación» por el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional de las diligencias previas número 54/97-10 referentes a «idénticos o semejantes hechos». ¿Quién instó esas diligencias? ¿La denuncia de Jaime Campmany como hecho aislado? ¿Quién concitó la voluntad del instructor, la del fiscal y la de la parte querellante?

La excusa era nimia: la «supuesta apropiación» de los depósitos entregados en concepto de fianza por los suscriptores de Canal + al alquilar los descodificadores. Según los querellantes esos depósitos debían de haberse contabilizado de manera diferente a como lo hizo la empresa y deberían haber quedado inmovilizados. Sobre tan peregrina argumentación, desmentida por auditores y asesores y por los propios clientes de la plataforma, se montó una querella de chiste por «delitos de apropiación indebida, estafa y delito societario de falsedad» que, increíblemente, fue admitida a trámite por el juez Gómez de Liaño, alentada por el Ministerio Fiscal y que provocó multitud de sesiones en la Audiencia Nacional -en la mayoría de las cuales estuve presente-, recursos y apelaciones, para finalizar en la condena firme del juez por parte del Tribunal Supremo por delito de prevaricación y el vergonzante indulto que posteriormente le concedió el Gobierno.

Antes de que todo esto sucediera, Jesús de Polanco, Carlos March y varios administradores más de Sogecable tuvieron que soportar durísimos interrogatorios en los que Liaño y el fiscal intervenían apostillando y endureciendo en muchos casos las preguntas de las acusaciones particulares e imponiendo a diestro y siniestro medidas cautelares notoriamente desproporcionados, todas las cuales la Sala de la Audiencia Nacional anulaba con posterioridad. Recuerdo perfectamente cuando decidió retener el pasaporte del señor March y la habilidad con la que Juan Luis Cebrián a través de un incidente de recusación más que justificado, consiguió evitar declarar ante el juez que -se dijo entonces- estuvo a punto de decretar su prisión cautelar. No llegó a tanto el entonces juez, pero sí extendió todo lo que pudo el alcance de las medidas económicas y el efecto sorpresa con el que pretendía tener bajo presión en todo momento a los imputados.

El 20 de junio de 1997, después de toda una mañana de interrogatorio y declaración, en la que Polanco hizo gala de un temple y un aplomo extraordinarios, y frisando ya el fin de la mañana de ese viernes, la secretaría del juzgado notificó la imposición al declarante de un aval de 200 millones de pesetas que debería ser depositado en el Juzgado a la mayor brevedad posible. Algunas acusaciones pretendieron elevar el aval a 4.000 millones de pesetas. Eran más de las dos y media de la tarde y todo el mundo en el juzgado daba por hecho que el aval no podía ser constituido hasta el siguiente lunes por la mañana, lo que suponía para el interesado el grave riesgo de ser detenido cautelarmente en cualquier momento. No hubo lugar. Ante la sorpresa del secretario, 15 minutos después de ser notificado el auto y antes de que la Secretaría del Juzgado cerrara a las tres de la tarde, el aval de Bankinter -autorizado y preparado de antemano con la cifra en blanco- fue firmado y entregado por mí al secretario, que no tuvo más remedio que aceptarlo y dar por constituida la garantía, no sin antes requerirme para que le justificara el carácter solidario de mi poder de representación y la suficiencia de límite, requisitos que obviamente se cumplían. No sé quéhubiera sucedido en otro caso. A Polanco se le impuso además la obligación de comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes, estar en todo momento a disponibilidad del mismo y no ausentarse del territorio nacional sin autorización del juez, que, al menos en una ocasión, le fue denegada.

Por cierto, nunca me encontré en las reuniones con Polanco al magnate prepotente que describen sus adversarios. Más bien, todo lo contrario: Jesús era un señor amable, un pasiego inteligentísimo, campechano, divertido y franco, que, por citar un ejemplo, nos firmó enseguida las contragarantías bancarias de rigor como cualquier cliente de a pie.

Hay otra anécdota del caso que no me resisto a dejar de comentar. En aquellos días vino a visitarme a mi despacho de Bankinter, por otro asunto, un familiar muy íntimo del juez. Al hacerle partícipe yo de nuestra preocupación por la probable comparecencia en la Audiencia Nacional del representante del banco en el consejo de Sogecable -también imputado como todos los demás- me llamó al poco tiempo para decirme que estuviéramos tranquilos, que nuestro representante nunca iba a ser llamado a declarar -lo que así sucedió por rara excepción- y que el asunto no iba contra nuestros intereses. Desde luego que no.

A Jesús de Polanco este episodio, tan arbitrario, le amargó profundamente durante un tiempo. No debería caer el silencio sobre el atropello tan grave que sufrieron los consejeros de Sogecable. Deberíamos saber algún día quiénes movieron las cuerdas del guiñol en ese oscurísimo episodio de nuestro reciente pasado. Mi recuerdo y mi respeto también para dos de los abogados que formaron parte del equipo de abogados y que ya no están con nosotros: el incombustible y eficaz Diego Córdoba y mi inolvidable amigo Santiago Ilundain, que defendía, con su proverbial maestría en lo mercantil y en lo fiscal, a los auditores igualmente imputados.

Rafael Mateu de Ros es abogado.

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