Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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¡Todos somos vascos!
Qué bien me sienta, hoy, la txapela

Soy de Almería pero hoy me siento vasco. ¡Aleluya! Pase lo que pase, que me quiten lo «bailao». Y mi enhorabuena a los líderes del PSOE y del PP que han hecho posible este florecer de la democracia en el atormentado País Vasco.

Aunque Zapatero perdiera el Gobierno de España, porque Rajoy se aprovechara de la pérdida de los votos del PNV en Las Cortes, debería darlo por bien empleado y pasar a la historia por este gesto de increible generosidad. Por la misma razón, no creo que Rajoy saque ventaja espuria en Madrid de las consecuencias del acuerdo PSOE-PP en el Pais Vasco. Debe hacer oposición e intentar llegar a La Moncloa (la posición del PP vasco le ayudará), pero no abusar de la pérdida de los votos del PNV que Zapatero ha sufrido en el Congreso, precisamente por haber aplaudido el pacto PP-PSOE que ha llevado a Patxi López a ser el primer lehendakari no nacioalista. ¡ETA ríndete ya!

Como digo, pase lo que pase, nadie me va a quitar ya la alegría que siento, desde ayer, por tener un jefe de Gobierno no nacionalista en el País Vasco.

Alguien, que no recuerdo, ha escrito con asombro:

«Un negro en la Casa Blanca, un Montilla en el Palau de la Generalitat y un López en AjuriaEnea».

Lo nunca visto. Y que dure.

Mucha suerte, Patxi. Gracias por cambiar la Biblia por la Constitución y por borrar ese anacrónco «humillado ante Dios» del juramento nacionalista. Ya era hora.

Y un fuerte abrazo.

Ah! Y otro abrazo también para el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti cuyo discurso y actitud democrática me han impresionado. (¡Quién lo pillara para España!)

¿Habrá divorcio Botella-Aznar por culpa del CO2?

No lo quiera dios, pero la disidencia matrimonial acerca del papel del hombre (relevante o ridículo) en el aumento o disminución del CO2 podría dar al traste con el matrimonio Aznar-Botella.. Las declaraciones públicas sobre este espinoso asunto enfrentan claramente las posiciones del ex presidente del Gobierno, José María Aznar, con las de su aún esposa, Ana Botella, consejera de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid.

El diaro El País ha puesto desinteresadamente de manifiesto estas diferencias matrimoniales en su página 31 de hoy (primer y último párrafos). Afortunadamente, mi mujer y yo hemos crecido juntos en el escepticismo ante los dogmas religiosos del calentamiento global. Fuimos creyentes por un tiempo (y de buena fe) y nos delcaramos apóstatas casi al mismo tiempo. (Ella antes, pues domina el inglés y la documentación científica mejor que yo). Pero ¿qué será ahora de Ana Botella, luchando sola en su casa contra el aumento del CO2 sin que su escéptico marido, José María Aznar, le eche una mano en tan descomunal batalla?.

Esto tiene muy mala pinta y puede acabar como el rosario de la aurora.

Por otra parte, esta disidencia medioambiental Botella-Aznar o Aznar-Rajoy, que sitúa al primero, presidente de de honor del PP , muy lejos del segundo, presidente ejecutivo del PP, pero muy cerca, en cambio, de su primo, el catedrático de Física, puede puede traer cola en el seno del Partido Popular y en su propio ideario.

No nos viene mal una cierta disidencia refrescante dentro del PP acerca de estos asuntos estratosféricos. Les envidio. Ojalá hubiera una mínima disidencia también dentro del PSOE acerca del papel (relevante o ridículo) del ser humano en el aumento o disminución del CO2. Ya me gustaría. Pero eso, en varios años, no lo verán nuestros ojos. Como diría José Martí:

«Conozco al monstruo, porque viví en sus entrañas».

La izquierda (PSOE, IU, ERC, etc.) es muy obediente y está unida, por las razones equivocadas (como en el caso de Aznar), contra el pobre CO2.

¡Ay de aquél izquierdista que se atreva a disentir en público de la línea oficial!

¿Quién será el primero, dentro del PSOE, que se atreva a decir que el emperador va desnudo?

Afortunadamente, este blog lo leen pocos creyentes anti-CO2. Pero si se diera el caso de que fuera leído, quizás por casualidad, por inquisidores como Fernando Moraleda, (lean lo que dicen, más arriba, en la columna de El País) estaría perdido.

Mis amigos del PSOE -que son muchos- podrían retirarme el saludo en público, para no ver su carrera comprometida por su proximidad a un apóstata del dogma del sagrado calentamiento global provocado -¡que más quisieramos!- por el pobrecito ser humano.

Como he visto casi unanimidad en los grandes titulares de la prensa de pago sobre la crisis -y no hay nada más aburrido que la unanimidad- me ensañaré un poco más con los fieles devotos que luchan, de buena fe y a brazo partido, contra el aumento del CO2.

Voy a pedir a mi chica -que es una sabia del Club de Roma– que me aparte algunos enlaces de los científicos izquierdistas del mundo que ya han mostrado públicamente su disidencia (en inglés, claro) con la línea oficial del profeta Al Gore y sus discípulos.

Si puedo probar que muchos sabios progresistas extranjeros me han precedido en esta pequeña disidencia sobre el papel del CO2, quizás podría conservar el saludo de mis amigos eco-fundamentalistas de izquierdas, sin que tuvieran que arriesgar su pellejo (y el mío) en la hoguera.

Hay herejes de izquierdas. ¡Vaya si los hay! Y van en aumento.

Comprendo que, en materia de fe, es muy difícil cambiar de opinión únicamente porque los tozudos hechos, probados o puestos científicamente en duda- contradigan al dogma. Eso es otro cantar y solo el tiempo (como en el tiento: «dale tiempo al tiempo…») lo cura todo.

Ya se que es dificil reconocer que se mantiene una postura firme cuando los hechos empiezan demostrar que es errónea. En esos casos, lo mejor es cambiar de postura, hacerse el sueco o dejar pasar el tiempo y olvidarse del asunto hasta que la mayoría haya abjurado del viejo dogma.

Ahora mismo, van aumentando las voces heroicas que se atreven a contradecir en público al falso profeta Al Gore .

Recomiendo a estos dos disidentes izquierdistas: uno del diario The Guardian (inglés) .

El otro de The Nation (EE.UU.).

Ambos son emblemáticos de la izquierda progresista. Tengo otros dos famosos de la izquierda mas radical de Canadá. Ambos son profesores universitarios. El de Truth or Dare es profesor de Física (como el primo de Mariano Rajoy) y el segundo, profesor de Historia de la Ciencia. Básicamente disienten científícamente de todo el dogma, punto por punto, y creen que es un entretenimiento para las clases medias para sentirse bien y una distracción muy cara e inútil de los verdaderos problemas del mundo, de las causas tradicionales de la izquierda de siempre: la injusticia social, el hambre, el Tercer Mundo, etc. Estos dos últimos son muy radicales, para mi gusto, y utilizan el lenguaje tradicional de la izquierda. David Noble escribe sobre Regresión en la Izquierda.

Tambien escribe sarcásticamente sobre el CO2

Mientras tanto, muchos siguen con el paso cambiado, fieles al viejo catecismo. Y algunos científicos temen cambiar publicamente de opinión para no perjudicar la financiación de sus proyectos o por simple miedo al vértigo que produce disentir de la que aún consideran corriente principal.

Me atrevo a decir, con todo el respeto, que la ola de frío que nos invade en el planeta puede ser una señal del cielo para poner a prueba la vieja fe en el calentamiento global falsamente provocado por el presunto aumento del CO2 que emite el ser humano.

La ola de frío actual sobre la Tierra sería providencial para dejar en ridículo a los enemigos del falso apocalíptico calentamiento global. Pero, aunque se calentara un poco más la Tierra (cosa que no está ocurriendo) ¿qué tendría de malo? El calor siempre ha sido más benéfico para el ser humano qeu el frío. Ahí está la historia de la Humanidad para probarlo.

¿Ha visto alguien una estatua de patricio, cónsul, centurión o césar romano con botas, abrigos y mantas?

Van casi desnudos (y no sólo por seguir el canon griego de la belleza) sino porque vestían con fadillas cortas, sandalias y apenas una sábanas para estar frescos y vencer el calor de aquellos gloriosos siglso de calentamiento global y progeso. Luego vinieron los bárbaros del Norte, huyendo precisamente de las hambrunas provocadas por el enfriamiento global.

Los inquisidores del PSOE , como Moraleda, deberían pensarselo dos veces antes de acometer contra los gigantes del enfriamiento global que se nos viene enc¡ma por todo el planeta sin que el pobre ser humano tenga poco o nada que ver con ello. (En 1975 y 1976, tanto Newsweek como Time publicaron portadas tremendistas alertando del daño que iba a producir el «enfriamiento global de la Tierra y el presidente Carter creó una Comisión para estudiarlo … ¡y prevenirlo!)

Otra posición intermedia, entre los fanáticos de uno y otro extremo, es no hacer nada hasta que científicamente se haya podido demostrar algo palpable. En caso de duda, creo que es mejor seguir investigando sin maltratar innecesariamente a la madre Naturaleza.

Recuerdo ahora que si todos los países del mundo cumplieran al 100%los compromisos del Protocolo de Kioto para rebajar el CO2 en la atmósfera, la temperatura de la Tierra bajaría un 0,1ºC en cien años.

(Encontré el documento sobre el Protocolo de Kioto. Copio y pego).

Según el Protocolo de Kioto, la implementación total del protocolo por parte de todas las naciones participantes reducirían las temperaturas en el año 2100 meramente en un 0,14ºC. Eso es sin mencionar los miles de millones de euros y las privaciones que costarían a los contribuyentes el tener que cumplir con este protocolo.

Ya sabemos que los grandes países (EE.UU., China, India) y los paises pobres con derecho al desarollo incumplen todo lo acordado en Kioto. Se ha hecho poquísmo esfuerzo para cumplirlo.

No obstante, en un solo año, sin hacer prácticamente nada, la temperatura media mundial ha bajado -0,6ºC. Es decir, casi tanto como había subido en los últimos cien años. Con estos datos, ¿para qué sirve el Protocolo de Kioto ahora?

¿Donde está el papel del hombre-hormiga en estos cambios planetarios tan dramáticos?

Ana Botella ¡ríndete y acércate a José María Aznar!

Tu marido puede estar en lo cierto, contra los fanáticos anticalentamiento global, aunque sea por las razones equivocadas.

Ya sabemos que Aznar se opone a lo que él llama el «totalitarismo ecologista» porque es ultraliberal y no quiere órdenes ni planificaciones de nadie. Faltaría más.

¿ Lo recuerdan?

¿Quién es el Gobierno de turno capaz de decirle a Aznar si tiene o no que beber vino, hasta emborracharse, para poder conducir un coche?

Si no hace caso a las recomendaciones del Gobierno ni de la Dirección General de Tráfico , ¿quiénes son los «ecologistas totalitarios» para decirle a Aznar cuanto CO2 puede expulsar a la atmósfera cuando juega al padel?

Por cierto, esto del CO2 no tiene nada que ver con los agentes contaminantes de la atmósfera ni con la basura ni con el reciclaje ni con la desforestación ni con el urbanicicio del paisaje ni con el amor a las especies vivas o a la Naturaleza. En todo eso, yo soy un perfecto ecologista convencido y hago mis deberes como un buen ciudadano preocupado por el Medio Ambiente. Lo de la lucha contra el CO2 es una coña marinera, convertida en dogma de fe, sin suficiente base científica, con gran éxito mediático (que es por lo que me interesa y transtorna), que está dando lugar a la compra-venta de «indulgencias» entres los países ricos y pobres y sirve de maldita excusa para distraer recursos escasos de los retos más graves que tiene planteada la HUmanidad: el hambre, las enfermedades curables, la educación , la vivienda, etc. etc.

Me apena enormemente el desperdicio de sentimientos nobles y solidarios que se están desviando inutilmente de los retos básicos del ser humano hacia esta gilipollez del CO2 que escapa tanto a la voluntad como a las posibilidades reales de influencia y a la soberbia religiosa (fanática) del hombre.

Me consta que muchas personas nobles han creido el mensaje anti-CO2, de buena fe, como yo mismo desde hace tiempo. Pero me suele pasar -y perdón por la inmodestia- como a lord Keynes que decía:

«Cuando cambian los hechos, yo cambio mi opinión. ¿Qué haces tú?»

Esto suele ocurrir cuando hay una mente abierta, un respeto cartesiano por la duda misma y una cierta curiosidad científica por describir o explicar la realidad a través del uso de la razón.

Es imposible, en cambio, cuando hablamos de fe y de creencias donde la razón pinta muy poco.

¿Qué importa que cambien los hechos si las creencias están basadas en dogmas de fe inmutables y no en experiencias científicas verificables?

Cada uno puede creer lo que quiera. Faltaría más

Huyendo del falso calentamiento global, mañana me voy por unos días a pasar frío a Estocolmo. Por si acaso, me haré un poco el sueco.

Hasta la vuelta.

21/09/08 Estoy en Estocolmo y veo que algunos comentaristas me piden -con razón- que identifique las fuentes de los datos sobre cambios de temperaturas en la Tierra.

Ahí van:

La fuente para la bajada de temperatura es :

World Temperatures according to the Hadley Center for Climate Prediction y mide de enero,2007 a enero, 2008 – de invierno a invierno. http://www.dailytech.com/Temperature+Monitors+Report+Widescale+Global+Cooling/article10866.htm de la web científica http://www.dailytech.com.

Además, las cuatro agencias mas importantes de seguimiento de temperaturas medias del planeta ((Hadley, NASA’s GISS, UAH, RSS) dan cifras semejantes que varían de -0,65 – 0,75), valores equivalentes a todo el calentamiento registrado durante los últimos 100 años. Y todo en un año. De las cuatro fuentes (oficiales, universitarias, centros de investigación meteorológicos) es el cambio de temperatura mas rápido jamás registrado en un sentido u otro (hacia arriba o hacia abajo). Es espectacular y apenas ha aparecido en la prensa.

Aqui tenemos los gráficos de las cuatro fuentes http://wattsupwiththat.wordpress.com/2008/02/19/january-2008-4-sources-say-globally-cooler-in-the-past-12-months/

(El científico que compiló estas fuentes (segundo artículo adjunto) comenta que no se puede hablar de «el borrado completo» del calentamiento de los últimos 100 años, pero si dice que «es una anomalía de gran magnitud y coincide con otra evidencia anecdótica. Es curioso, es extraordinario, es grande, es inesperado, pero no ‘borra’ nada.» Entiendo que no se puede comparar la media de un año con la media de cien, digo yo, ni de «borrados» o «eliminación» del calentamiento pero si decir que es «equivalente» a la subida a lo largo de 10 años. Alterará la media de los últimos 10 años -desde 1998, año Niño, aun mas a la baja. Desde luego, si hubiera sido al revés – un calentamiento- estaríamos escuchando el fin del mundo por parte de los alarmistas.

De haber sido así, estaría en todas las portadas del mundo. Como la realidad contradice las teorías de los alarmistas del calentamiento global por CO2, éstos tratan de ocultar la realidad, descubierta por algunos científicos, en lugar de aceptar los nuevos datos y revisar sus teorías.

¿La policía, el alcalde o corrupción en Estepona?

El sujeto heroico de El País de hoy es «La policía» y el verbo, «desarticula«. En el gran titular de primera no aparece la palabra «alcalde» ni la palabra «socialista«. Sólo en el sumario.

El Mundo destaca como villano de su gran titular de portada a «el alcalde socialista de Estepona que fustigaba la corrupción».. El verbo correspondiente es «detenido«.

Ambos diarios lo dan a cuatro columnas y con la misma foto del alcalde detenido.

En Público, la cosa cambia.

Sólo va a dos columnas, por abajo, y con foto del alcalde sin identificar, tipo sello de correos. Su titulín es:

Corrupción en Estepona

¿Qué tiene de malo que Espe nos quiera gobernar?

No acabo de dar crédito a lo que leo, en titulares y entre líneas, sobre las previsiones sucesorias al frente del PP. Tengo la impresión de una parte del Partido Popular tiene alergia al debate público y a la elección democrática de sus líderes.

Y tiene razón, a mi juicio, Esperanza Aguirre cuando se queja de la que le han armado algunos correligionarios (y la «Brunete» mediática, que está a su favor) por decir que no tiene pensado presentarse contra Rajoy en el próximo Congreso del PP.

¿Qué le dirán cuando anuncie en serio su candidatura?

¿Qué tiene de malo querer presentarse libremente a unas elecciones internas del PP para presidir ese partido?

A mi me parece lo más natural del mundo.

El mismo día de la investidura, hablaron en Las Cortes tres personas que había competido libremente por digirir el Partido Socialista: Zapatero, Bono y Roza Díez.. Uno ganó y dos perdieron. Y no pasó nada grave en el PSOE. Al revés, ganaron las siguientes elecciones.

¿A qué viene esa alergia a disentir, a debatir y, en definitiva, a votar en la derecha española?

¿Será falta de costumbre a la hora de elegir a su líder sin acudir al dedo del jefe anterior, llámese Gil Robles, Fraga o Aznar?

Me gustaría que Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz Gallardón, Alvarez Cascos, Mariano Rajoy y alguno más presentaran su candidatura a la presidencia del PP.

Sería un chorro de aire fresco y limpio para ese vetusto partido que merece poder gobernar de nuevo España si logra convencer a la mayoría de los españoles.

Tengo la impresión de que algunos conservadores no quieren un presidente elegido democráticamente para el PP sino un caudillo ungido por el líder anterior y elegido, sin competidores, por aclamación.

¡Qué lástima!

Maneras distintas para la política y para la vida

Anoche seguí el recuento desde el sofá de mi casa, con mi portátil conectado a 20minutos.es (con incursiones a elmundo.es y a elpais.com para comprobar que casi siempre íbamos por delante de ellos). Al mismo tiempo, miraba el televisor y hacía zapping por las distintas cadenas, aunque sin sonido.

Una imagen me sorprendió y me perturbó (y eso que hace años que me echaron de TVE).

Las cámaras de la calle Ferraz enfocaban a Zapatero y a su corte con un plano general obtenido casi al nivel del asfalto.

La tarina-pasarela, de apenas un metro de altura, permitía a Zapatero estrechar las manos de sus fervorosos seguidores.

Las banderas y los brazos alzados impedían a las cámaras darnos una imagen buena y limpia del líder socialista. Las fotos de la prensa de hoy también muestran esas imágenes del líder a la altura de la calle.

Cuando las cadenas conectaban con las cámaras de la calle Génova nos mostraban una plano general contrapicado (de abajo arriba) del líder del PP, obtenido desde la calle hacia las alturas de un balcón impresionante que estaba a varios pisos del suelo. Una gigantesta pancarta azul del PP y muchos metros de altura separaban a Rajoy de sus fervorosos seguidores. Era imposible el contacto físico del líder con sus militantes.

¿Dónde he visto yo esa estética mitinera antes que en la calle Génova?

Me recordó de pronto los discursos de Franco en el balcón del Palacio de Oriente o en la tribuna enorme del desfile de la Victoria. Era la estética fascistoide de los años 30.

Flaco favor le hicieron anoche al pobre Rajoy con esa estética aznarista de la calle Génova.

El vencedor Zapatero estaba cercano y próximo a los suyos, tocándoles con la mano.

El perdedor Rajoy estaba lejano y alto, muy alejado de los suyos.

No sólo físicamente.

Una pena.

El refugio de Dios

FÉLIX OVEJERO LUCAS en El País

10/03/2008

Se ha repetido estos días. Con pequeñas variaciones, se dio también hace unos meses, a propósito de «la manifestación de los obispos» o cuando el Papa, en su encíclica Spe salvi, la emprendió contra la democracia por sus vecindades con el nihilismo. La misma reacción: discutir a los que trafican con las almas el derecho a terciar en los asuntos del mundo. La religión sería algo privado, cosa de cada cual, como la digestión. Mejor, como «ser del Barça».

Si los clérigos hablan de asuntos mundanos, deben aceptar que otros puedan criticarles

Si juegan, han de aceptar el reglamento, incluidas las burlas. No valen los vetos

Una comparación con problemas. Salvo para iluminados, como el actual presidente del club, «ser del Barça» no requiere participar de una concepción del mundo. Por el contrario, una religión, mal que bien, supone un sistema conceptual con el que abordar el mundo y situar al ser humano en él. Entre otras cosas, conlleva un conjunto de ideas acerca de cómo una vida debe ser vivida. Con esas herramientas, sus practicantes transitan por sus días y, para que su tránsito sea más fluido, aspiran a modelar el mundo, esto es, la vida de todos. No sólo eso. Por lo general, las religiones tienen pretensiones de validez y universalidad. No hay que dramatizar demasiado: al cabo, conozco a muy pocas personas que sostengan que sus propias creencias son incorrectas, que no tienen razones para defender lo que defienden.

Ahora bien, las religiones también aspiran a la infalibilidad. Y esa es ya otra liga. Sobre todo si cuaja en cosas como «el texto de las Sagradas Escrituras es inalterable, su traducción oficial en otra forma de lenguaje, sin el consentimiento previo de la Iglesia autocéfala de Constantinopla, está prohibida», según reza en la Constitución griega y me entero leyendo un reciente libro de Francisco Laporta.

En realidad, los que lamentan que los obispos se metan en asuntos mundanos, lo que lamentan es que se metan con ellos. Sucede algo parecido con los actores y futbolistas. Cuando opinan igual que nosotros, estamos encantados de su «compromiso». Cuando no, les recordamos lo de «zapatero a tus zapatos». Y eso no procede. Si se está dispuesto a alabar al Papa cuando critica la guerra del Golfo, no es de ley remitirlo al departamento de intimidades cuando arremete contra la democracia.

Quien defiende la teología de la liberación por su «compromiso», tiene que apechugar con las proclamas conservadoras del Vaticano, no menos comprometidas. La acostumbrada trampa de vincular compromiso con tesis progresistas confunde el contenido de las ideas con la disposición a defenderlas. En el mejor de los casos, una confusión conceptual. Otras veces, otra cosa, menos digna. El silencio de los actores «comprometidos» en el festival de San Sebastián sobre lo que pasa en San Sebastián, por ejemplo, es otra cosa.

Pero hay otros dos modos de reexpedir la religión a la intimidad que incluso cuentan con la aquiescencia de religiosos más o menos apocados. Uno consiste en reducir la religión a la sensibilidad moral. Una idea poco clara que, cuando se desbroza, nos deja en las puertas de unas cuantas intuiciones compartidas acerca de lo que está bien y lo queno. Algo la mar de interesante, pero que no cae bajo el negociado de las religiones. Si acaso, bajo el de la biología, según muestran investigaciones que parecen confirmar que los humanos compartimos un conjunto de opiniones morales. Las disposiciones morales, aunque menos divertidas, serían como las sexuales, simple instinto.

Por cierto que, para desconsuelo de filósofos y racionalistas en general, parece que el acuerdo en las prácticas morales no se extiende a los procedimientos que utilizamos para fundamentarlas. Estamos de acuerdo en lo que está bien, pero no en su porqué. En todo caso, no está de más añadir que la religión no parece favorecer el músculo moral. La proporción de criminales con convicciones religiosas se corresponde con la que se da en el conjunto de la población.

El otro modo de remitir la religión a la intimidad apuesta por sustituir la claridad doctrinal de la religión por una vaga «experiencia religiosa» común a todas las religiones. En realidad, los contornos se difuminan tanto, que habría que incluir en el lote desde las ansiedades hipocondríacas de algún personaje de Woody Allen hasta cualquier experiencia psicotrópica medianamente decente. Un mal negocio para quienes gestionan las religiones, sin duda. Pero también un mal negocio intelectual. Siempre es posible, limando aquí y allá, encontrar semejanzas entre las religiones. Prácticamente todas comparten algunas tesis, aunque sólo sean negativas; por ejemplo, que la bondad de una vida no consiste en acumular dinero. Y, por supuesto, siempre cabe atribuirles parejas funciones, empezando por la de dotar de sentido a la vida. Pero eso constituye una magra cosecha, al alcance incluso de los boy scouts.

Las religiones serán insensatas, pero son precisas. Cada una de ellas se perfila según particulares ideas acerca del origen del mal y sobre las terapéuticas para encararlo. Las diferencias no son menudencias. Los cristianos lidian con el pecado, el perdón divino y la reparación; los hinduistas, con la ignorancia y el conocimiento del Brahman; los jainitas, con la dependencia y su liberación; los budistas, con las esencias que perduran y el reconocimiento de la transitoriedad de los estados. Hay que pasar muchas veces la batidora de conceptos si se quiere sostener que todo eso es lo mismo.

Así que nada de circunscribir a quienes mercadean con el más allá a la gestión de la intimidad. Pueden decir lo que quieran. Ahora bien, con todas las consecuencias. Lo que no cabe es que, después de recomendarnos cómo tenemos que vivir, de opinar sobre esto y aquello, cuando se les replica, echen mano del «¡casa!» de los juegos infantiles para sentirse agredidos y reclamar «respeto a sus creencias».

Si juegan, y, por lo que acabo de decir, no pueden dejar de jugar, han de aceptar el reglamento, incluidas las burlas de buen o mal gusto, como todos, sin que importe que sus practicantes sean uno o un millón. No valen los vetos.

Por supuesto, lo primero es impedir las malas maneras, las coacciones de quienes exigen a los otros que compartan la fe propia para conceder su respeto. No es lo común por aquí, en donde a lo más que se llega es al «soborno del cielo», del que Borges dijo liberarse, pero conviene avisar. Pero, sobre todo, hay que recordarles que, aunque ellos cimenten sus puntos de vista sobre «valores religiosos», las únicas razones que pueden hacer circular con los demás han de ser seculares, atendibles por todos. Y en serio, esto es, que si no las encuentran, han de revisar sus juicios, al menos en la arena política, y no invocar un salvoconducto especial para rehuir las demandas de la razón pública. Entonces, sí, a la intimidad, para siempre. Y a no abrir boca.

Félix Ovejero Lucas es profesor de Ética y Economía de la Universidad de Barcelona.

El PP se pone la tirita antes de la herida

Se necesita ser muy… muy… (…) pues eso (pongan dentro del paréntesis el adjetivo que quieran) para mandar en la portada de El Mundo de hoy con este cintillo que engloba toda la página:

Pedro Jeta, paladín mediático del PP, retrata en su portada el estado de ánimo («el clima emocional») de sus fuentes favoritas.

El asesinato vil de un ex concejal socialista «vuelve a perjudicar al PP ante las urnas».

A continuación, tal afirmación puede llevarnos a la siguiente pregunta (implícita en el titular inmundo):

¿A quién beneficia este crimen?

Ya tenemos, esbozada en esta portada, la segunda parte de la teoría conspiratoria que el PP, El Mundo y la COPE urdieron tras su mala gestión de la matanza islamista del 11-M y la pésima digestión de su derrota en el 14-M de 2004.

¿Se está poniendo el PP y sus órganos mediáticos la tirita conspiratoria antes de recibir la herida de una nueva derrota electoral en 2008, tan legítima como la del 2004?

¿Acaso están preparando ya su agenda antidemocrática, para los próximos cuatro años, con el fin de deslegitimar una eventual victoria socialista antes incluso de que se produzca?

¿Y si ganara el PP?

¡Dejen ya la sangre de nuestros muertos (de todos nuestros muertos) en paz!

La lengua radiofónica del otro paladín del PP, que hace poco honor a su apellido, Jiménez Losantos, es más venenosa que la pluma de Pedro Jota.

Público cita hoy algunas de sus frases, tras conocer el crimen de ETA:

«(ETA) mata porque es lo suyo, pero permite con su crimen que Zapatero se haga la víctima un fin de semana para ganar las elecciones y volver a negociar con la banda la semana que viene».

CRÓNICA: LA ZONA FANTASMA

Anímense

Javier Marías en El País semanal

09/03/2008

Sí, claro que dan ganas de no ir hoy a votar, o de hacerlo en blanco; de mostrar de alguna forma el rechazo global no al sistema democrático –el que aún prefiere la mayor parte de la población pese a sus imperfecciones y distorsiones y aun corrupciones–, sino a los políticos entre los que nos vemos obligados a elegir, que sirven mucho más a sus respectivos partidos que a los ciudadanos, a los que a menudo parecen considerar un mero y enojoso trámite por el que hay que pasar cada cuatro años, por suerte sólo hay que encandilarlos durante un par de meses, antes de cada cita electoral. Sí, dan ganas de abstenerse, sólo que abstenerse o depositar un voto en blanco es una estupidez todavía mayor que la estupidez innegable de acercarse a echar una papeleta en la urna, y entre dos estupideces, mejor siempre la menor. Quien se abstiene no es nunca computado como quizá desearía, ni quien vota en blanco: se considera que ambos se inhiben y se encogen de hombros, que dejan la elección a quienes sí se pronuncian y que no van a plantear, por tanto, ninguna objeción a los resultados; simplemente les son indiferentes, carecen de preferencias, no les importa quién gobierne, se limitan a acatar la decisión de los demás, es decir, de los convencidos, los entusiastas, los militantes y también los fanáticos.

Pero fíjense qué peligro, precisamente para quienes desdeñan a todos los partidos o están hartos de ellos: consentir en que uno u otro alcancen el poder, colmando así los deseos de los ciudadanos que están en las antípodas de su posición (es decir, los de los convencidos, entusiastas, militantes y también fanáticos). No me digan que no es la mayor estupidez de las dos.

«Vale la pena votar para que ‘no’ gobiernen los unos o los otros, tan sólo para impedírselo»

Así que qué remedio, más vale ir a votar. Todavía hay quienes censuran a los que van de este modo, a regañadientes y porque no ir es aún peor; a los que tan sólo optan por quienes les repugnan un poco menos que otros, o, como dije aquí hace cuatro años, por quienes, en vez de cien patadas, no nos dan más que noventa y ocho, o incluso noventa y nueve, que en ningún caso son pocas. Qué hacer, se pregunta así el reacio, y el perezoso, y el desilusionado, y el escéptico, y el que casi preferiría lavarse las manos y no tener nada que ver y poder decir luego: “Ah, a mí no me miren, yo no voté, o lo hice en blanco, este desastre fue cosa de ustedes”. Y no, lamentablemente es cosa de todos, también de los que se quedan en casa o arrojan una papeleta que no cuenta, justamente porque pudieron echar una que evitara este desastre o aquel o aquel. De modo que, contra la opinión de los más puristas, claro que vale la pena votar para que no gobiernen los unos o los otros, tan sólo para impedírselo.

El panorama es desalentador, lo reconozco, para los indecisos y los que sienten una general aversión. Quizá la única posibilidad resida en algo elemental: aunque todos me desagraden, voy a votar a los menos locos, a los menos incongruentes, a los que me parezcan menos aventados. Y, si nos ceñimos a eso, ¿qué sentido tiene dar poder, en unas elecciones generales españolas, a cualquier partido independentista o nacionalista, al que nada importa el conjunto de la nación, sino que más bien ansía su disolución? Si de verdad fueran consecuentes, ni el PNV, ni EA, ni ERC, ni el BNG, ni CiU, ni los aragonesistas, andalucistas, canaristas o navarristas deberían presentarse a estas elecciones. En realidad no se sabe qué pintan aquí, son pura esquizofrenia y contradicción. Claro que a locuras no gana nadie al PP.

Muchos de ustedes, extrañamente, ya no se acuerdan, pero sus dirigentes y acólitos se han pasado los últimos cuatro años soltando una tras otra (y haciéndolas en los cuatro anteriores, lo cual era aún más grave). Veamos. Los atentados del 11-M fueron obra de ETA, en colaboración con los servicios secretos españoles, franceses y marroquíes, y con policías, jueces y guardias civiles, todos al servicio del PSOE y de un golpe de Estado, pese a que nadie lo pudo prever. España se rompía, luego había que boicotear el cava catalán. Se vendía Navarra a ETA. Se amenazaba y pretendía destruir la familia. El matrimonio homosexual iba a ser poco menos que obligatorio. El Gobierno amparaba a los terroristas y vejaba a los muertos. Todo el suelo ha de ser edificable. Hay que privatizarlo todo para que los ciudadanos paguen de nuevo lo que ya pagaron con sus impuestos. El PP no dividía ni provocaba la menor crispación (mientras cada paso que daba era jaleado por ese manicomio benéfico llamado Cope en el que los obispos hacen millonarios a los chalados más furiosos a cambio de que se explayen durante horas llamando al enfrentamiento civil). ¿Qué queda? IU carece de sentido de la realidad. UPyD es una incógnita y su jefa de filas parece víctima de una sola obsesión. ICV vive en la permanente tontuna y el PSOE da la impresión de idiotizarse cada semana que pasa un poco más, con sus consejeros áulicos de tan cortas luces y su corrección política llevada a extremos ridículos. ¿Se me olvida alguien? En esencia creo que no. Este es el panorama, de acuerdo. Pues aun así, se lo ruego, por la cuenta que nos trae: vayan todos a votar a alguien, al que les dé menos rabia o les parezca menos chiflado. Recuerden el dictamen de Faulkner: “Entre la pena y la nada, elijo la pena”. Pues eso. Sobrepónganse, y anímense.

FIN

Fascismo

MANUEL VICENT en El País

Con una pistola de mierda y cinco balas, la mínima inversión posible, si se descarta la negra hiel, un terrorista de ETA ha irrumpido en el proceso electoral una vez más en el momento preciso y ha erigido a la muerte en protagonista de la política en medio de la fiesta de la democracia. Cinco tiros de un fanático han sido suficientes para que todas las cámaras y micrófonos dieran la espalda al fervor de los mítines, a las banderas de los partidos, a las promesas de sus líderes y se fueran en busca de un cadáver ensangrentado en medio de la calle. Se dice que matar así es muy fácil. No lo creo. Disparar a traición, contra un hombre confiado y desprotegido es, sin duda, una villanía, que no comporta riesgo alguno, pero no todo es tan sencillo.

Detrás de este crimen hay un idealismo ya podrido pero largamente alimentado, que asume la violencia como una parte de la gloria. Se necesita mucha dedicación para fabricar a un fanático de este tipo: además de hacerle creer que aprieta el gatillo en nombre de todo un pueblo hay que elegirlo con el cerebro cerrado para que no discierna su futuro carcelario a tres metros de su ceño y con el estómago preparado para que no vomite después de matar a un inocente. No es tan fácil encontrar a un iluminado que se sienta dueño de la vida y de la muerte. Ante el terrorismo todas las palabras están ya gastadas. El terror tiene una connotación telúrica, pseudo religiosa. En cambio, el miedo es un sentimiento muy humano, pero más paralizante y pestífero. Ante el terror se impone la huida. Frente al miedo solo cabe ser un héroe para vencerlo. Quienes no vivimos en el País Vasco lo tenemos muy fácil. Votar masivamente debería ser la respuesta natural contra el desafío de las pistolas. En cambio, si la ETA ha dado orden explícita de no votar, hay que ponerse en la piel de la gente corriente de los pueblos de Euskadi, donde todo el mundo se conoce, para admirar el heroísmo de los que hoy, sintiéndose vigilados desde las esquinas, crucen las calles, lleguen al pie de la urna, elijan libremente la papela y voten en secreto sin mirar a los lados. El miedo es la peste moderna. En ella arraiga siempre el fascismo. El miedo es el único enemigo en el País Vasco.

FIN

El PP golpea con una herradura en el guante

¡Qué frágiles son sus convicciones democráticas!

Al PP se le ha visto el plumero.

Galicia no quiere frenar el cambio climático:

Violencia cero: PP y PSOE se pasan de rosca

Dos titulares muy tristes en la portada de El Pais de hoy: violencia de exaltados en la puerta de un hospital y en las universidades. Más triste resulta aún el gran titular de portada de El Mundo de hoy:

El PP culpa al líder del PSOE de Madrid de la violencia en Parla

Aquí no sólo es Pedro Jo quien se pasa de rosca, con el tratamiento tipográfico de esta portada, sino sobretodo el PP al acusar sin pruebas al PSOE de los ataques de grupos minúsculos de exaltados contra dos consejores de Esperanza Aguirre.

Por otra parte, han ocurrido en los últimos días de precampaña electoral tres incidentes violentos, graves y muy vergonzosos, contra María San Gil y Dolors Nadal (del PP) y contra Rosa Díez .

Lo más escandaloso es que esos tres ataques a la libertad de expresión se han producido dentro del sagrado académico, en las universidades de Santiago, Barcelona y Madrid, respectivamente.

Me avergüenza vivir en un país donde no se respetan las reglas mínimas de la democracia (todos iguales ante la Ley) ni siquiera en la Universidad.

Cuando yo era estudiante universitario, era la policía de la Dictadura franquista quien, a golpes, nos impedía hablar en las asambleas democráticas de la Facultad.

¿Quien puede hoy impedir que hable libremente cualquier invitado ante los estudiantes?

¿Acaso un grupo de bárbaros fascistas (azules o rojos) puede hoy cercenar la libertad de expresión impunemente?

Y lo peor es que aún no he oído al presidente Zapatero condenar publicamente esos actos violentos ni solidarizarse con las víctimas.

¿Se ha vuelto tonto o ciego el presidente?

¿Tan sectarios son sus asesores que no corrijen su desgraciada actitud, siquiera sea por interés electoral más que por convicción democrática?

Zapatero y otros líderes políticos me han defraudado al no salir, en el acto y con contundencia, al paso de estos actos violentos contra la libertad de expresión de sus oponentes.

Y no digamos ya la reacción, a mi juicio un pelín miserable y rencorosa, de Felipe González cuando reaccionó diciendo que a él «le abuchearon en la Universidad Autónoma y no salió llorando». . Este no es mi Felipe, que me lo han cambiado.

También meó fuera del tiesto el ex presidente González cuando se burló cruelmente de un defecto de dicción de Mariano Rajoy diciendo que «cuando se quite los fideos de la boca sabremos lo que dice».

Conocí y admiré a Felipe González hace tiempo y estos dos comentarios suyos que acabo de citar me parecen crueles e indignos de él. Para decir esas maldades, calladito está más guapo el ex presidnete socialista.

Como saben nuestros lectores, el jueves vino la candidata Rosa Díez a la redacción de 20 minutos en Madrid. Me dio alegría verla por allí, nos dimos un abrazo y sentí vergüenza ajena por el desprecio antidemocrático con que la tratan sus antigios correligionarios.

Así se lo dije a ella y a todo el que me encuentro relacionado con los candidatos. Rosa no ha recibido ningún mensaje de solidaridad de sus antiguos correligionarios. El sectarismo, por grave que sea, no puede vencer a la buena educación democrática. Creo que únicamente la vicepresidenta Fernández de la Vega ha condenado finalmente la violencia en la Universidad contra estas tres mujeres. ¡Que tome nota Zapatero! Le queda poco tiempo para no seguir metiendo la pata en cuestiones de principios democráticos tan obvios.

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Reverendísimos Sepulcros Blanqueados…

En este momento, estoy escribiendo en mi despacho de 20 minutos, acompañado por un católico practicante que está «escandalizado con estas actitudes espiscopales tan contrarias -según me dice- a las enseñanzas del Evangelio».

Con todo el respeto, que Sus Eminencias Ilustrísimas no se merecen por esta causa, me permito decirles que ayer «mearon ustedes fuera del tiesto», y no precisamente agua bendita.

La hipocresía (con mentira encubierta y con ánimo deliberado de engañar) está catalogada como pecado en sus propias normas. Y por el efecto perverso que persiguen en este caso, debe ser, cuando menos, pecado mortal.

Pasé 11 años con los frailes de La Salle de Almería -de quienes guardo un afectuoso y agradecido recuerdo- y me consta que esta panda de obispos trabucaires (que no son todos) ha perdido la gracia de Dios. Y Él les juzgará. pero, desgraciadamente, después de las elecciones, espero.

De modo que si Sus Reverencias no corren al confesionario y se retractan públicamente de sus gravísimos pecados, para reparar el daño que producen en la conciencia de los cristianos honrados, tengan la seguridad que, en caso de que exista su infierno, irán directa y eternamente a las calderas de Satanás, con quien se asociaron ayer por cuatro duros.

El obispo Martínez Camino , recién ascendido al episcopado, no debería olvidar que la Iglesia la conforman todos los católicos, y ni él ni el sector ultra que representa debe erigirse en portavoz de toda la comunidad cristiana pregonando su ideología particular, no consensuada con los demás miembros de Iglesia.

Afortunadamente, hay muchos católicos honrados que no siguen el mal ejemplo del pecaminoso obispo y de su jefe, el cardenal Rouco Varela.

El Mundo ha visto el alto riesgo de identificar al PP con estos Reverendísimos Sepulcros Blanqueados y ha lanzado un editorial, algo retorcido, en el que recomienda a Rajoy huir de estos obispos como del diablo, por ahora. («Mariano Rajoy no debe caer en la trampa«, dice Pedro Jota siempre atento a estas cuestiones morales).

Y dice más:

«Dejando de lado el plano moral y desde el punto de vista estrictamente electoral, el enfrentamiento con los obispos puede favorecer al PSOE si este partido logra identificar a la Iglesia con el PP, como pretende».

Según Pedro Jota, la Iglesia ha echado una mano al cuello de Rajoy.

Como dijo alguien (búsquese en Google), estos obispos (como la Inquisición):

«quieren tanto a Dios que no quieren a nadie más».

Zapatero:¿oculta o promete? El PSOE:¿asume o evita?

La campaña electoral hace innecesario cualquier análisis comparativo de titulares de prensa. Desaparecidos los matices y las máscaras (si alguna vez las hubo), basta con leer el sujeto y el verbo de cada titular para saber, con extraordinaria precisión, de qué pie cojea cada diario. Hoy tenemos, en titulares de portada, la prueba del algodón.

El Mundo y El País coinciden en el sujeto principal de portada: Zapatero. Sin embargo, difieren en el verbo como de la noche al día:

¿Oculta o promete?

Lo mismo ocurre en páginas interiores, en especial, en las dedicadas a la campaña electoral pues en ellas no se guardan las formas ni hay lugar para el disimulo. Ambos diarios de pago dedican su principal titular al PSOE, como sujeto. pero -¡ay!- llegando al verbo (que determina la acción del sujeto) las diferencias son máximas:

¿Evita o asume?

Ayer se me fue el santo al cielo y, por no leer la prensa, se me escapó copiar y pegar esta finísima fotografía de Alvaro García, publicada por El País a cuatro columnas abriendo la sección de Madrid. Como verán, se trata de una auténtica joya del lenguaje corporal («body language«, que dicen los ingleses). Obsérvese detenidamente la vertical del cuerpo de cada cual, el abandono, la resistencia, la expresión facial, la mirada, el cierre de mandíbula, la tensión de las manos y, en fin, la posición global de ambos políticos.

¿Quien trata de complacer, halagar o servir a quién?

¿Está el alcalde de Madrid diciendo alguna confidencia al oído de su teniente de alcalde?

Si no fuera por el paisaje arbóreo y la indumentaria invernal de los acompañantes, más de uno podría pensar que Gallardón y Ana Botella de Aznar se están marcando un tango.

Ana Botella, por cierto, no pierde ripio y está en todos los periódicos y emisoras preparando, quizás, los caminos de su señor marido para el regreso a la política (de la que nunca se fue) o los suyos propios para acceder a la alcadía de Madrid.

Si Gallardón decidiera abandonar el cargo despues del desplante que le ha hecho Rajoy, cerrándole la puerta del Congreso para que no aspire a sucederle tras una eventual derrota el 9-M, la esposa de Aznar podría ser alcaldesa y -como Hillary Clinton– aspirar a la suceción de Rajoy al frente del PP.

Quizás, por eso, sus intervenciones públicas, más frecuentes que antes, están siendo sometidas a un escrutinio mayor del habitual. No es de extrañar, por tanto, que los columnistas presten más atención a sus palabras.

La columna de aquí al lado, que publicó ayer Ignacio Escolar, director de Público, en su diario, es una muestra de lo que digo.

También es cierto que su marido, José María Aznar, está más parlachín y lenguaraz que nunca, incluso en estado sobrio, sin necesidad de celebrar, como hizo otras veces, las excelencias del vino para conducir un coche sin que nadie le diga si puede o no puede conducir bebido.

En la portada de El Mundo de ayer, bajo una foto del balcón del Ayuntamiento de Lizarza con las banderas vasca y española, apareció este titular:

Aznar «iza» la bandera en Lizarza

En la letra pequeña del texto y en la página 14 se rectifica el titular de portada:

Aznar (…) se asomó al balcón del Ayuntamiento, donde minutos antes, Otaola había izado la ikurriña, la bandera española y la enseña de Lizarza

Ya sabemos que el uso intencionado de las comillas (Aznar «izó») es, a veces, una patente de corso para mentir.

¿Quién lee la letra pequeña?

Al unir en el titular el verbo «izar» al sujeto Aznar, en un asunto tan polémico entre nacionalistas vascos y nacionalistas españolistas, El Mundo le está dando un plus de valentía y arrojo al españolísimo Aznar. Aunque ese mérito debía llevárselo, en justicia, la popular Regina Otalola, alcaldesa de Lizarza, valiente como ella sola.

No hay duda, pues, de que la familia Aznar está en campaña, seguramente a favor de Rajoy, en primera instancia.

Luego, ya veremos.