‘Atípico’, las luces y sombras de la serie de Netflix protagonizada por el autismo

Varias personas me han preguntado a lo largo las últimas semanas mi opinión sobre Atípico, la serie de Netflix en la que seguimos las andanzas de un joven dentro del espectro autista, en lo más alto de espectro. No se menciona el síndrome de Asperger en ningún momento, pero probablemente ahí se encuadre.

No ha sido hasta ahora que he podido verla entera y que puedo dar respuesta a esa cuestión que me ha llegado formulada de dos maneras:  ¿representa bien el autismo? y ¿te ha gustado?.

Voy a contestar primero a la segunda pregunta, a la fácil. Sí que me ha gustado y más adelante expondré los principales motivos.

Respecto a si creo que representa bien el autismo: no, no me lo parece. Representa bien a Sam, que tiene autismo. Pero Sam no se parece en nada a mi hijo, que también lo tiene, absolutamente en nada. El autismo se manifiesta en Sam de una manera completamente distinta a como lo hace en Jaime (o en Laura, David, Pedro o Bruno).

Sam quiere tener una novia, va al instituto y saca buenas notas, también trabaja, habla con total corrección y un exceso de literalidad, se mueve con una autonomía envidiable, es muy rígido, adora todo lo relacionado con los polos y la fauna que en ella habita, casi carece de sonrisa social, le cuesta tolerar determinado tipo de contacto físico, los ambientes sobrecargados de estímulos le superan, es incapaz de comprender las complejidades sociales y ha tenido algunos comportamientos agresivos y autolesivos en el pasado.

Jaime no sabe lo que es una novia, es perverbal, apenas tiene unas pocas aproximaciones a palabras, va a un colegio específico con otros niños con autismo, tiene que ir de nuestra mano por la calle  y necesita nuestra ayuda para casi todo (vestirse, lavarse los dientes…), nunca ha perdido la sonrisa social, adora el contacto y el agua, no suele tener problemas para ir a sitios con mucho estímulos, es tan flexible como pueda serlo cualquiera, jamás se ha autolesionado y no ha tenido comportamientos agresivos.

Está claro que los niños como Jaime dan menos juego a los guionistas.

Ver la serie no va a ayudar a que los espectadores que desconocen por completo lo que es el autismo, entiendan lo que es. Van a entender únicamente a Sam, y tal vez así un poco lo que es tener Asperger o autismo de muy, muy alto funcionamiento (Sam parece un compendio de cómo se es si se tiene esos diagnósticos) de una forma muy estereotipada, pero no a Pedro, a Laura, a David, a Bruno o a Jaime.

La serie de Robia Rashid podría haber mostrado más rostros, más manifestaciones del autismo en diferentes chavales con personalidades, gustos y circunstancias familiares distintas, pero solo aparece Dam (y muy brevemente otro chico muy similar a él. Hay una mención de una madre de un grupo de apoyo a esa otra realidad: su hijo adolescente ha logrado decir por primer vez una frase con tres palabras. Nada más.

Es imposible acercarse a explicar lo que es el espectro del autismo si no se intenta algo muy coral. Atípico no es el caso. Sam es incluso demasiado típico si se miran los criterios diagnósticos y descripciones de los chicos con Asperger. Porque incluso si observamos solo a los diagnosticados de Asperger, también entre ellos llegan a ser tan distintos como la noche y el día. Eso no se ve. En la producción de Netflix

El espectro es tan diverso como un pequeño universo. Y luego está el hecho de que las personas son más que su diagnóstico.

El peligro de dar una visión estereotipada de algo tan complejo y variado como es el espectro autista, con tantas manifestaciones, es que se corre el riesgo de que una mayoría crean que el autismo es eso, que crean conocer cómo son todas las personas con autismo viendo a Sam.

Pero también hay muchas luces en Atípico (tal vez debería haber hecho una lista de pros y contras, como le gusta hacer a Sam en la serie) que quiero destacar y que hacen que su visionado merezca la pena.

Se nota que han querido hacer bien las cosas. No es un documental y no tiene que serlo, pero se ve que se han documentado, que han mimado el producto, que entienden y defienden la inclusión, que saben que las personas con autismo son empáticas.

Es valiente y de agradecer que tenga como protagonista, como hilo conductor, a una persona con autismo. No es algo que abunde en la televisión o en el cine. Ojalá hubiera más ficciones que incluyeran a un protagonista o un rol importante dentro del espectro con esas ganas de hacerlo bien.

Es también valiente y muy de agradecer que muestren a su protagonista como un adolescente que quiere una novia y sexo. Las personas con autismo no son seres asexuados. Las personas con una discapacidad, la que sea, no lo son. Uno de los tabúes modernos.

Apunta aspectos que invitan a la reflexión, como la necesidad de encontrar tiempo para la pareja y para uno mismo cuando se tiene un hijo con autismo,  que no se puede vivir para el autismo, que no hay que cargar a los hermanos con responsabilidades que les corten las alas, que decir la verdad sobre el diagnóstico facilita las cosas aunque se entienda que no se quiera ir con la etiqueta siempre por delante, hasta qué punto son importantes y en qué circunstancias  las palabras que usamos…

Y todo eso en una ficción amena, con dos veteranos más que solventes como Jennifer Jason Leigh y Michael Rapaport como padres que buscan su lugar en la familia, una carismática Brigette Lundy-Paine como madura hermana pequeña y estrella del atletismo descubriendo lo que es el primer amor, Jenna Boyd de peculiar novia caída del cielo, Amy Okuda de terapeuta voluntariosa e imperfecta, Nik Dodani de excéntrico amigo y colega y Keir Gilchrist defendiendo correctamente a Sam.


Una ficción que exagera, que busca ser didáctica entre toques de humor y que a veces caricaturiza , juraría que a conciencia (la madre sale muy mal parada en ese sentido). Una ficción que juega con las reglas del último año y baile del instituto, y que te lleva a lo largo de sus ocho capítulos de menos de media hora cada uno en un suspiro.

Para terminar os traslado las preguntas que me hicieron a mí: ¿La habéis visto? ¿Os ha gustado? ¿Creéis que representa bien el autismo?

6 comentarios

  1. Dice ser LaCestitadelBebe

    Hola,

    La verdad es que no la he visto. El problema de la televisión es que siempre se mira por el show y como bien dices se puede alejar de la realidad, haciendo creer al espectador neófito en el tema lo que ve y no es así. Aún recuerdo alguna serie antigua de actores principales con problemas, y sí son tiernas, pero sólo una muestran una parte del problema o lo enmascaran de diversas formas para hacerlo más bonito al espectador.

    Besos!

    Anabel

    03 septiembre 2017 | 08:28

  2. Dice ser Isabel

    Hola,

    En mi caso, que también tengo un hijo con autismo, ha sido como ver a mi hijo de mayor tal cual. Me ha parecido divertida, por las peculiaridades del protagonista, muy dura, por el papel de la madre. Si es cierto y opino como tu que cualquier persona ajena a este tema puede hacerse una idea equivocada de lo que es el autismo.
    Tambien me parece acertada, ya digo, para mi caso, la representación de lo que es la vida de los padres, pero por encima de todo, si me preguntan mi opinion en global, es triste, por lo que representa, he llorado en todos los episodios.

    Besicos.

    03 septiembre 2017 | 12:55

  3. Dice ser Victor

    En una serie no pueden mostrar todas las variedades de autismo, hasta aquí bien, pero me parece bastante fiel a la realidad. Tengo un higo con el síndrome del Asperger y se parece en muchísimas cosas al protagonista. Las ganas de estar en silencio, odia que le toquen sus cosas, se obsesiona por un tema y muchas otras, aunque sí que le gusta el contacto y los abrazos.

    Un saludo

    05 septiembre 2017 | 08:22

  4. Dice ser Sam

    Es una serie que se sale de lo «tipificado», me parece muy buena. La recomiendo. Es imposible reflejar todos los casos o manifestaciones del autismo, pero sí te da una vision clara de lo duro a veces que es el dia a dia, pero tambien que en algunos casos es posible superar ciertas barreras

    09 septiembre 2017 | 21:04

  5. Dice ser Lilian

    Me ha gustado mucho, tiene varios niveles de lectura, o visionado, está el meramente argumental, la puedes ver como una serie con una historia entretenida divertida que trata sobre un chico peculiar, luego puedes profundizar más en los personajes, las emociones y sentimientos que les mueven, las circunstancias que les empujan a ser como son, y también una reflexión más profunda de cómo se integra el autismo en las vidas de los que la viven en primera persona y en la sociedad. Me impactó cómo la novia defiende el baile del silencio mientras que la madre de otro chico, amiga incluso de la madre de Sam, protesta por tener que adaptar un baile de todos por sólo un alumno. Me impactó toda la historia de la hermana, cómo muchas veces sin quererlo, sin planearlo les hacemos un vacío y les cargamos de una responsabilidad que les supera…, me hizo mucha gracia cómo se caricaturiza y pone en evidencia algunos aspectos de los grupos de apoyo o asociaciones, de qué manera dan prioridad al lenguaje políticamente correcto, hace falta estudiar para referirse correctamente a tu hijo y a sus comportamientos…, sí me ha gustado mucho, ingeniosa, divertida y con un par de pinceladas pone el punto en muchos temas de discusión, sin dramatismos, con total naturalidad.

    27 septiembre 2017 | 23:20

  6. Dice ser RAFA

    es un trastorno que se caracteriza porque el paciente manifiesta intereses limitados o una preocupación inusual y obsesiva con un objeto o un tema en particular, llegando a excluir otras actividades y temas de conversación. Las personas que lo padecen suelen tener una inteligencia normal o ligeramente por encima de la media, pero muestran rutinas o rituales repetitivos, así como una tendencia a hablar de manera demasiado formal o monótona y a interpretar figuras retóricas e ironías de manera literal. A veces su lenguaje corporal es inexistente. También exhiben un comportamiento social y emocionalmente inadecuado y se muestran incapaces de interactuar exitosamente con los demás. La torpeza física y la ausencia de empatía hacia los demás son otros rasgos característicos de la enfermedad, que se suele diagnosticar en edad escolar.

    Se estima que en torno a 3 de cada 1.000 niños podrían padecer el trastorno, que es más frecuente en varones y se clasifica como un trastorno del espectro autista (TEA). Se cree que científicos como Albert Einstein o Isaac Newton, artistas como Miguel Ángel y músicos brillantes como Beethoven pudieron padecer el síndrome de Asperger.

    14 octubre 2017 | 16:37

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