Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, un encuentro frío y sin ninguna sintonía

Encuentren las siete diferencias entre ambas fotografías, hablan por sí solas. De esta forma es mucho más sencillo visualizar la importancia y la información tan reveladora que nos da un simple saludo, un apretón de manos. Es brutal la distinción que hay en un mismo gesto según los estados emocionales que pueden provocarse por diferentes situaciones y contextos de alto impacto.

Hoy se producía el primer y esperado encuentro entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez tras la incertidumbre ocasionada por los resultados electorales del 20-D. Las imágenes y la secuencia videográfica son escasas, tanto como el afecto que ambos se han mostrado, pero analizamos paso a paso los indicadores no verbales más reveladores que se han producido en este esperado encuentro.

Mariano Rajoy (¿aún?) está en casa, se muestra territorial y lidera corporalemente la situación. Sale a recibirle con paso marcial, rápido, erguido y seguro en su caminar, no titubea, se aproxima todo lo que puede a su encuentro, no le espera, baja la escalera para recibirlo lo más inmediatamente posible, quiere demostrar que él es el líder. Es Rajoy quién ofrece en primer lugar la mano, Sánchez espera y acepta el saludo con desgana, como que “no le queda otra”, esto es interesante, ya que normalmente esperamos que nos ofrezcan la mano para saludar cuando consideramos a la otra persona como una figura de autoridad, en un puesto mayor de la jerarquía, aún con desdén, Sánchez le respeta.

Las expresiones faciales de ambos son serias, más la de Pedro Sánchez, el gesto de Rajoy es severo pero relajado muscularmente hablando, sin embargo el líder del PSOE que frunce el ceño, está más tenso. Podemos apreciarlo en un gesto ya usual en él para reprimir la tensión que experimenta, aprieta la mandíbula y presiona los labios; esta acción muscular se hace muy visible si observamos los hoyuelos en las comisuras labiales que se forman en su rostro, no está cómodo pero intenta controlar su fastidio con la situación.

RAJOY Y SÁNCHEZ SE SALU(8857037)

Uno y otro posan unos minutos con la mirada perdida ante los medios, no podemos detectar ni un leve vistazo entre ellos, elemento totalmente incompatible con un saludo normalizado, que nos revela la incomodidad y la falta de interés afectuoso del encuentro.

Sostienen en el tiempo este instante del apretón de manos posando para la foto protocolaria. En este caso, Rajoy escoge la posición más ventajosa perceptivamente para el saludo, se coloca en el lado derecho de su invitado para mostrar así el dorso de su mano, así la impresión que transmite es la de dominancia, deja claro que él es el emisor y el otro es el que recibe, la imagen de Sánchez será ostensiblemente más vulnerable en esta ubicación. Tras unos segundos entran en la Moncloa y Rajoy vuelve a iniciar una marcha militarista y lo hace velozmente para ir levemente por delante de su visitante y guiarle.

Hemos comentado en ocasiones anteriores que a veces es más interesante destacar conductas ausentes que lo que vemos que se produce, y en general el encuentro fue frío, ya que no hubo gestos de complicidad, y no entró en juego por ejemplo el canal háptico, tan importante para establecer conexiones con los demás, no hubo toques con la mano que queda libre en el saludo y que tan importantes son para sintonizar con el otro (y que tan bien por ejemplo gestiona Obama en sus encuentros políticos).

obama

Tras la reunión, aparece en rueda de prensa Pedro Sánchez, y es muy curiosa la expresión emocional del rostro mientras realiza su diatriba, encontramos tristeza, representada por la elevación de la zona interna de las cejas. Esta emoción se produce por unas condiciones que son especialmente relevantes destacar en este contexto:
• Separación física o psicológica, pérdida o fracaso.
• Decepción, especialmente si se han desvanecido esperanzas puestas en algo.
• Situaciones de indefensión, ausencia de predicción y control.
• Después de una experiencia en la que se genera miedo debido a que la tristeza es el proceso oponente del pánico y actividad frenética.
• Valoración de pérdida o daño que no puede ser reparado.

SÁNCHEZ RECHAZA ELECCIO(8857066)

Como podemos deducir, todas estas opciones pueden ser válidas y encajar con la situación de suspense e inseguridad que están padeciendo nuestros principales aspirantes al gobierno de la nación ante el panorama poco resolutivo de las elecciones, y esta zozobra se filtra inexorablemente a través de su conducta no verbal.

Fotos: EFE/ARCHIVO

10 comentarios

  1. Dice ser ES DEMENCIAL

    lo que tiene que hacer Rajoy es marcharse antes de que lo saquen a rastras y llevarse con él a todo su séquito de anquilosados políticos, un «señor» que debió irse hace dos años con lo Bárcenas y aún tiene la desfachatez de querer ser presidente 4 años más y encima a costa del PSOE, es demencial.

    24 diciembre 2015 | 1:18 am

  2. Dice ser Gemma García

    La cara oculta de la realidad

    Más allá de la mayor o menor expresividad en el rostro, más allá de enfatizar los gestos de mayor o menor complicidad, más allá de retratar con mayor o menor verosimilitud las emociones de cada uno/a que como tod@s podemos deducir se pueden disimular o lo que es peor, se pueden justificar en función, como casi siempre de las orientaciones ideológicas de cada uno, nadie con un mínimo sentido de la objetividad (algo que brilló por su ausencia el 20D), puede cuestionar que Rajoy lidera un partido con innumerables casos de corrupción institucional, por lo que esa autoridad de la que presume es sólo formal, otorgada con la mayoría suficiente como para gobernar este desdemocratizado país nuestro, pactando, bien con sus socios ideológicos defensores de las empresas del Ibex-35 (C´s, una vez más retratados de forma implícita en su web, algo que sólo aquellos españoles responsables supieron atisbar nada más ver su programa), vía abstención o apoyo directo (como sucede en Madrid), bien gobernando en solitario, pactando posteriormente en determinados puntos con el partido naranja de Rivera, el único partido que puede ofrecer estabilidad institucional habida cuenta de su aquiescencia y complicidad ideológica y programática.

    El gravísimo error, uno más de esta alicaída plutocracia es comprobar cómo la política de los gestos televisivos, visuales, marketinianos ha suplantado la política de los gestos realmente democráticos, hasta tal punto que las etiquetas o los clichés sirven para situar a cada uno con sus filias y fobias particulares. Más de 40 años de pasado franquista, recordando aquello de los gestos omisivos o explícitos, han vuelto a salir a la luz en estos días de celebraciones postelectorales y prenavideñas, como el rechineo quejumbroso del castañatear dental del ávaro Scroodge en el cuento navideño de Dickens (y cuya naturaleza tan biens e identifica con el espíritu del resultado de las elecciones pasadas), ya sea en el ámbito de las elecciones generales (Madrid, escenario una vez más de un intento de ataque fascista a los partidarios de Podemos), ya sea en el ámbito de las sedes institucionales autonómicas (una vez más en Madrid, curiosamente la sede de la capital del Estado, se ha votado con muchísimos problemas ya sea por oposición -PP- ya sea de dilación u objeciones revestidas de «innecesariedad» -C´s- el cambio de la denominación de las calles de la misma por apologizar al estado franquista), poniendo en evidencia, junto con campañas mediáticas espúreas (el uso perverso del denominado cuarto poder, en manos de una entidad que se financia tb indirectamente con dinero público, 13Tv), que el pasado en blanco y negro de nuestro desigual y fragmentado (por el interés en ocultar sus vergüenzas respectivas en los partidos conservadores nacionalistas o regionalistas) país no ha hecho más que reproducirse, revivirse.

    Porque sí, definitivamente por motivos más o menos confesables (clientelismo partidista en el caso del PP, oportunismo, cálculo, ambición desmedida e impostura en el caso de C´s), las dos fuerzas más alineadas a la derecha del espectro ideológico de nuestro país, lo viejo y lo nuevo de lo que se ha llamado no sin cierto tono de cinismo, cuanto no de obscenidad (disimulada o no con esos gestos calculados pero igual de impostados de Saénz de Santamaría con sus tramposos discursos, o de la cara amable del conservadurismo ultramontano madrileño (lugar de la sede de nuestra «democracia»), Cifuentes en la CCAA de Madrid), la etapa del cambio, de la regeneración democrática (con transfuguismo incluido en el caso de C´s, apropiándose de propuestas y candidatos de la desaparecida UPyD -contrato único, o el inefable y vanidoso Cantó entre sus filas-) , pasando por alto cuatro años de durísimos recortes en todos los ámbitos conocidos, incluyendo la relación de derechos y libertades fundamentales hoy cuestionadas gracias a una crisis sistémica que las ideas y propuestas de partidos como PP o C´s han generado, y que al parecer pase lo que pase van a seguir generando. «No hay medidas milagrosas», «la culpa de la crisis la tiene ZP y el PSOE, no el contexto internacional», «ZP era tonto, maquivélico, incompetente, ineficiente, injusto, se le llegó a descalificar diciendo nada más y nada menos que traicionaba a las víctimas de ETA», se le demonizó y humilló en Telemadrid hasta decir basta, pero nadie recuerda esos «gestos no conteniidos» como la agresión a Bono por parte de militantes populares (no por un familiar lejano del presidente electo), la pérdida del ojo de aquella ciudadana que pasaba por la huelga general en Cataluña y fue agredida por las Fuerzas del orden aquellas que velan por el «cumplimiento de los derechos y libertades de los ciudadanos», o aquellas palabras en sede parlamentaria de la diputada por Castellón e hija del poliafortunado en la lotería nacional (Carloos Fabra), Andrea Fabra, cuando dijo aquello de que «se jodan» a los millones de personas que iban a ver recortadas sus prestaciones por desempleo a las que justamente optaban por sus cotizaciones sociales cuando se recortaron las mismas con el aplauso unánime de la prensa afin y el silencio cómplice de la supuestamente contraria, o aquella nueva mentira de la política más valorada del PP, la joven Saénz de Santamaría que «se confundió» hasta en dos ceros con las estadísticas del fraude a la SS en una rueda de prensa para enmarcar (un lápsus comentado como anecdótico por su simpatía, cercanía y comprensión con «aquellos que peor lo estaban pasando»), etc, etc.

    España es un país dominado por la evasión fiscal a mediana y gran escala (que son quienes más y mejor pueden delinquir, de ahí el resultado electoral), con unos medios oficialistas entregados a la causa de «no generar alarma social» ocultando o matizando los casos de corrupción institucional (como defendieron varios miembros del PP tras la repercusión de la penúltima y masiva huelga general, con heridos y detenidos incluidos), a cambio de ciertas prebendas lobbistas (tasa google), y que han cristalizado como no podía ser de otra manera en buena parte de los resultados electorales del 20D, con la complicidad todo hay que decirlo de quienes amparándose en el voto secreto o en su posición económica de influencia (aquellos que confunden valor por precio, honestidad por impostura) han otorgado su confianza en el PP, el causante de que más de 48.000 millones se evaporen por corrupción en la contratación pública (por poner sólo un ejemplo) y que muy bien reflejó uno de los ganadores morales e intelectuales de los recientes comicios electorales, Iglesias, cuyo perfil a pesar de su tono «excesivamente enfático» (según dicen sus detractores, ideologicos claro está, sus críticas no son más que el refuerzo de su posición y la de los líderes de la izquierda), más se acercaba junto a Garzón a aquello que se llama democracia real, y que en dicha fecha fue sepultada con la fuerza del voto del miedo (PP), y del oportunismo ventajista e impostado (C´s) en una noche histórica, por lo aciaga, donde los gestos postelectorales no hicieron más que desnudar la verdadera naturaleza de cada uno, como el verdadero perfil del líder de C´s (un partido que se definía en sus origenes de izquierdas, hasta que llegó a tener la oportunidad del voto en las elecciones generales, donde su discurso, junto con la progresiva autodestrucción de UPyD, paradójicamente, tornó hacia la derecha neoliberal), al que hay que sumar no lo olvidemos, los innumerables gestos de complicidad con el PP durante casi toda la campaña electoral, de algún antiguo líder de esa izquierda «marxista» en la que se situaba, supuestamente, en sus orígenes el exlíder socialista, Felipe González, hoy convertido en un hábil y ponderado hombre de negocios al servicio de la salvación de la patria venezolana, o por la propia lideresa del PSOE andaluz, Susana Díaz, una de las supuestas candidatas a liderar en el futuro al PSOE actual, y por cuya mediación e influencia, de forma queremos pensar indiecta, entregó la segunda posición al voto popular en su CCAA, gracias a sus furibundas críticas contra Podemos o IU, la gran damnificada de estas elecciones generales, y a cuyo líder, el siempre honesto e íntegro, Alberto Garzón, le faltó militar en un partido menos autodestructivo, más cohesionado (no contribuyó es cierto a ello, la fuga de alguna de sus dirigentes), dado que tanto su programa como su modelo de sociedad entroncaban perfectamente con las ansias de cambio profundo de las instituciones de esas fuerzas que no pueden ceder ante los intentos de desetabilización y las ansias de poder de Rivera y demás prohombres con aroma y tics de un pasado supuestamente superado (^).

    Por tanto una cosa es lo que deseamos para nuestro país y para la inmensa mayoría de ciudadanos (fuerzas progresistas, las que realmente motivaron un cambio democrático en el mismo, luchando en la clandestinidad en muchos casos), y otra muy diferente es aquello que pueda interesar a las instituciones financieras nacionales o internacionales, las mismas a las que apelaba Rivera en sus primeros mitines cuando hablaba de «la necesidad de acudir al rescate» (sí la hemeroteca nos juega muy malas pasadas), o las mismas a las que ha obedecido el PP por convicción ideológica, con sus reformas estructurales que han exulsado del mercado laboral a millones de personas, de las que más de 2 millones de personas permanecen sin recibir ingreso alguno (sí, esto parece que no fue destacado en el debate famoso donde Rajoy como Saénz de Santamaría en su momento quedó en evidencia), y gracias a las cuales muchos cientos de miles han quedado al albur de la caridad de sus familiares, de Cáritas o de los albergues municipales, mientras que al mismo tiempo se han dilapidado miles de millones de euros para rescatar a parte de un sistema financiero corrompido y corruptor, causante, cómplice de actos de violencia económica (sí la violencia tiene muchas formas de expresarse, siendo ésta la más devastadora por los efectos que genera) como la venta de preferentes apelando a la codicia que sus rectores practicaban vía tarjetas black o la sistemática evasión a paraísos fiscales de sus millonarios beneficios en las etapas de mayor auge de la crisis sistémica, y que sólo la burorrepresión institucional (medios afines incluidos), la hipocresía social y el cainismo de esa otra España gris y ultramontana (donde había gente joven y mayor, no lo olvidemos, el Sr Rivera fue tan prepotente que olvidó que él a pesar de su juventud defiende ideas supuestamente desfasadas, pero que al parecer han vuelto a revestirse de nuevas fórmulas de política social o penal, como la calificación de la violencia doméstica), han conseguido legitimar, y premiar el 20D.

    Las fuerzas de la izquierda de este país lo tienen muy complicado en los tiempos venideros, porque buena parte de la sociedad a la que sirve ha hipotecado y trucado su escala de valores a cambio de cierto tipo de prebendas crediticias orientadas al consumismo artificioso y opulento, de frágiles triquinuelas materiales, las mismas que socializan las pérdidas privadas cuando los efectos colaterales (paro, desigualdad masiva, inseguridad jurídica, crisis soicial) de este estado desigual se democratizan, ofreciendo para ello viejas recetas que lo único que hacen es demorar los efectos de la profunda crisis social que sus prescriptores «recetan» desde hace más de 200 años, estado mínimo, vía reforma del art. 135, CE, y cuyo precio el PSOE ha pagado como pagará al mismo tiempo, si acepta ese gobierno de coalición que de forma envenenada le ha ofrecido el PP («el partido que ha regenerado la democracia en España», después de aplicar la ley mordaza para que los españoles permanecieran en sus casitas, tranquilos y expectantes ante la «nueva senda de crecimiento emprendida») y el otro partido afín al Ibex-35, C´s, formación bisagra del PP (Madrid) que una vez perdido de forma estrepitosa su posición en las urnas ha decidido postularse ahora como «el gran adalid» de la nueva política «en contra del independentismo» (a pesar de ser incapaz, como el PP, al que ha criticado cuando le ha interesado en sus mitines televisivos, de que su «nuevo discurso» calara entre la población catalana, hastiada de soportar cómo los nacionalistas conservadores de turno, cambiaban patria por millones de euros) con objeto «de reformar España» y salvarla de «los independentistas de Podemos» (cuyo mensaje es nítido, y una vez más creíble, el derecho a decidir no implica en absoluto la separación del Estado español algo en lo que Iglesias nunca ha creído, como tampoco mostrar la bandera española como arma arrojadiza es sinónimo de ser más patriota, no hay más que ver la esperpéntica escena de baile descafeinado en la sede de la celebración de la victoria del PP en Madrid, donde se encontraba entre otros insignes y nuevos representantes de la regeneración democrática, el vicesecretario de Organización del PP, Maíllo, y que acabó apoteósicamente con la botación del propio Rajoy al grito de sus enfervorecidos/as votantes, con esa versión decadente del himno patrio cantado a coro cuando se produce en loor de multitudes la victoria de los combinados nacionales en competiciones deportivas o no, y que parece ser muestra ese lado más intrínsecamente patriótico, al que tan fervorosamente se entregan muchos de los múltiples evasores fiscales más acaudalados: «yo soy español, español, español»).

    La cara de Sánchez es el de la resignación ante una oportunidad perdida, la de Iglesias es la del líder intelectual que ha marcado territorio desde el primer instante pero que se ha visto esclavo de una campaña mediática brutal y la de Garzón es el de la aflicción y de la incomprensión, cada uno en su medida son la cara amarga de una democracia en estado de excepción, de decadencia ante un futuro para ellos inexplicablmente incierto (a tenor de lo arriesgado, que es mucho y el resultado conseguido), frente a la de Rivera y Rajoy que es la del relevo generacional de dos demagogos conservadores y ventajistas, las dos caras de una misma moneda, cuyo precio ya lo conocemos, a pesar de que su viejo o nuevo cuño haya sido acuñado en nuestro país, esa otra España que premia la evasión fiscal, la corrupción institucional o el cainismo y servilismo mediáticos (13Tv y demás medios ultramontanos) en favor de un cambio meramente estético en un contexto propicio para la legitimación de la desigualdad, la impunidad y la plutocracia.

    24 diciembre 2015 | 4:20 am

  3. Dice ser Libertad de opinión

    Zp. cuanto talante, Sánchez que hipócrita. Quien le ha votado a él, los de siempre nada más, el problema está en una España justa para la mayoría de los votantes y han sido y sigue siendo PP- SOE. Ahora es el momento de en contratarse en el centro, del OSE –PP, o en la mayoría que quiere una España unida. Podemos solo le importante es ganar, por eso Cataluña otra vez. Si ya han votado y quieren que los demás, deban comulgar y aceptar sus leyes de dictadura pura y dura. SOE tiene las de ganar si PP no quiere cambiar leyes que la mayoría quiere cambiar donde está el referéndum, para algo importante como es cambiar la ley electoral. La constitución, preguntar no hace daño. Dar el primer paso tampoco, al final la mayoría debe estar de acuerdo. 4 años para cambiar todo los que es mas a la derecha y más ala izquierda es una oportunidad. Donde está el Talante. Libertad de opinión

    24 diciembre 2015 | 10:00 am

  4. Dice ser Alexachavi

    A mi modo de ver, el apretón de manos entre Rajoy y Pedro Sánchez muestra dominancia por parte del líder del PSOE. Es suficiente con ver la orientación de la mano y la posición del pulgar. Veo la mano de Pedro más abierta respecto a la de Rajoy. Los dos están tensos, se nota que es un encuentro obligado, protocolario, pero los dos sabían previamente que no iban a salir con ningún acuerdo.

    La orientación del cuerpo también dice mucho. Pedro está más girado hacia Rajoy, en cambio éste se encuentra casi mirando al frente y cruzando su cuerpo con el brazo para dar la mano.

    En conclusión, los dos están nerviosos, distantes, pero veo más ganas a Pedro que a Rajoy, o por lo menos, más respeto.

    24 diciembre 2015 | 1:07 pm

  5. Dice ser Caridad Pérez

    La cara oculta de la realidad

    La cara de Sánchez es el de la resignación ante una oportunidad perdida, la de Iglesias es la del líder intelectual que ha marcado territorio desde el primer instante pero que se ha visto esclavo de una campaña mediática brutal contra su partido y la de Garzón es el de la aflicción y de la incomprensión, cada uno en su medida son la cara amarga de una democracia en estado de excepción, de decadencia ante un futuro para ellos inexplicablemente incierto (a tenor de lo arriesgado, que es mucho y el resultado conseguido), frente a la de Rivera y Rajoy que es la del relevo generacional de dos demagogos conservadores y ventajistas, las dos caras de una misma moneda, cuyo precio ya lo conocemos, a pesar de que su viejo o nuevo cuño hayan sido acuñados en nuestro país, esa otra España que premia la evasión fiscal, la corrupción institucional o el cainismo y servilismo mediáticos (13Tv y demás medios ultramontanos) en favor de un cambio meramente estético en un contexto propicio para la legitimación de la desigualdad, la impunidad y la plutocracia (la «nueva y la vieja forma de hacer política» al desnudo y sin filtros una vez superados los cálculos electoralistas de la campaña, como demostró Rivera tras su lamentable y particular análisis de los resultados electorales obtenidos).

    Si bien como nos imaginamos, será un comentario que se censurará porque constatar una realidad (que se lo digan a los líderes de izquierdas, que pusieron el dedo en la llaga durante toda la campaña y se vieron esquilmados en votos en comparación con «la frescura y el discurso jovial y fresco» de Rivera, «la simpatía y credibilidad» de la siempre calculadora Sáenz de Santamaría, o el papel del «ofendido y martirizado Rajoy», tras la acusación del «pérfido» Pedro Sánchez), tiene un coste (el de la honestidad y democracia real traicionadas), aunque suene irónico en un post que se supone atiende al comportamiento psicológico que más o menos puede acercarse a la verdad. Siendo un blog de opinión y análisis, no debería autodesacreditarse esta reflexión por miedo o lo que es peor, por hipocresía.

    24 diciembre 2015 | 1:47 pm

  6. Dice ser Albert

    Que buena la comparación de las «7 diferencias»!! es que realmente es así, se pueden encontrar esas 7 (o incluso alguna más) entre las dos fotografías..que fotos tan distintas!!

    28 diciembre 2015 | 8:46 am

  7. Dice ser Pepe

    La verdad es que vaya rato malo, malo que tuvieron que pasar los dos…pero claro, peor fue el de sanchez que se le había llenado la boca de que iba a ganar las elecciones…y ahora el tener que humillarse con Mariano….

    28 diciembre 2015 | 8:47 am

  8. Dice ser Navidad

    Así es la vida pedrito!! unas veces se gana y otras se pierde…aunque deberías estar aún más preocupado de tu propio partido, me parece que algunos/as están afilando los cuchillos!!!!!

    28 diciembre 2015 | 8:49 am

  9. Dice ser Marta

    Vaya dos «patas para un banco»..lo peor de todo es que viendo el resultado general de las elecciones y los tiempos que se nos avecinan deberíamos de estar acojonados de que ninguno de esos dos haya ganado…me veo siendo «expropiado» por orden de algún guarreras con el puño en alto

    28 diciembre 2015 | 8:51 am

  10. Dice ser Marina

    Si analizamos las propuestas de ciertos partidos «novedosos» que se dedican a engañar (si bien muchas veces son ellos mismos los que se dejan engañar) mediante la proclama de utopías como ideas electorales, deberíamos darnos cuenta de que única y exclusivamente se trata de eso, de «buenas intenciones y buenos propósitos» que acompañan muy bien estas fechas navideñas.

    Realmente, este discurso del buenismo y del «pan para todos» es el mismo (con sus matices) que está realizando la Iglesia católica desde hace miles de años…quizás deberíamos votarles a ellos?? sin embargo, lo realmente preocupante de todo esto (y que estos votantes de estos partidos deberían preguntarse) es cómo valoran las manifestaciones de estos líderes políticos sobre las dictaduras de Irán y de Venezuela..es que no lo veis?? soy partidario de que cada uno vote a quien quiera, de hecho no estoy defendiendo a nadie, pero sólo pido un poco de reflexión!!

    28 diciembre 2015 | 9:23 am

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