por Óscar Sánchez-Rey (MSF, República Centroafricana)
La temporada de los mangos también ha llegado. Es en estas latitudes y justo en esta época, estación de lluvias, cuando se producen los que para mí son los mejores mangos del mundo. Hay miles de mangueros por todos sitios, basta acercar la mano a una rama para comerse un fruto en el punto justo de maduración.
El otro día, terminada la jornada de trabajo, estábamos entretenidos justo en eso: en comer mangos. Actividad casi lúdica que, guardando las distancias, equivale a nuestro tradicional “comer pipas al fresco”.
Una señora que pasaba por allí, nos soltó sentenciosa: «¡si coméis tantos mangos os va dar la enfermedad de la malnutrición!» Me quedé perplejo, sin poder entender qué relación podría haber entre tan deliciosa fruta y la desnutrición. Me parecía un contrasentido.
Pero me di cuenta de que aquí no lo es. La época del mango coincide con el llamado “periodo de escasez”. Las reservas de la última cosecha ya se han agotado y la nueva todavía no ha dado los frutos, así que muchos niños sólo comen lo que da la naturaleza: mangos y poco más. Y está claro que una dieta basada casi exclusivamente en mangos acaba terminado en un problema nutricional.
Lo dicho, sabiduría popular…
Desde Boda,
Óscar
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Foto: Un espectacular ‘manguero’ en Boda (© Óscar Sánchez-Rey)
Cuando la sabiduria de tu vecino veas prosperar pon la tuya a remojar. Me parece que he dicho una cosa tonta , pero no se me ha ocurrido otra cosa de mayor sabiduria.Clica sobre mi nombre
27 abril 2010 | 11:39