Cuando tienes una enfermedad crónica que toca a varias especialidades de médicos es un autentico lío. En esclerosis múltiple, el especialista (fuera de neurología) al que más se recurre es al oftalmólogo, por los problemas visuales que solemos tener debido a las neuritis ópticas (inflamación del nervio óptico).
No soy la única que ha tenido movidas con oftalmólogos, no terminan de entender nuestros síntomas y generalmente, solo se fijan en los resultados de las exploraciones habituales, que muchas veces distan de lo que nosotros vemos y sentimos. Esta situación también nos pasa con el neurólogo, pruebas que salen bien aunque luego la realidad sea bien distinta pero suelen confiar más en lo que dicen los pacientes.
Las gestiones se complican cuando ambos están en distintos hospitales, uno comarcal y el otro el de referencia de la provincia. En una ocasión, un médico de esta especialidad tuvo el valor de decirme que no estaba de acuerdo con el diagnóstico que me habían dado y no quiso ponerme lo que el neurólogo me había pautado. Os podéis imaginar el cabreo del neurólogo cuando le llamé para contárselo, alucinaba en colores.
En los últimos potenciales evocados (evalúan la respuesta del sistema sensorial, acústico y visual frente a un estímulo provocado), el médico me pregunto qué era la esclerosis múltiple porque no se acordaba muy bien, después tuve que escuchar un discursito contándome la mala suerte que había tenido al diagnosticarme tan joven, para después gritarme varias veces durante la prueba que lo estaba haciendo mal. Obviamente, procuraré no volver, fue todo amabilidad.
Con la úlcera, la de digestivo solo aludió a la medicación como causa pero sin especificar, porque como es lógico, no conoce nuestros tratamientos y es con el neurólogo con el que tengo que decidir qué vamos a hacer con mi estómago.
La última, la advertencia del anestesista antes de la cesárea. No digo que todos deban tener un conocimiento exhaustivo de la esclerosis múltiple, pero sí una idea general de la enfermedad. Algunos médicos que tengan más especialización, y sobre todo que no se contradigan, que nos vuelven locos.