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¿Cuál es el origen de la expresión ‘Lo comido por lo servido’?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me consultan sobre el origen de la expresión ‘Lo comido por lo servido’ y en qué supuestos es correcto utilizar dicha locución.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Lo comido por lo servido’?

La expresión ‘Lo comido por lo servido’ se utiliza para indicar situaciones en las que, tras realizar algún trabajo o cerrar un trato comercial, el beneficio es tan mínimo que prácticamente no percibimos nada, solo para cubrir los gastos.

Por poner un ejemplo práctico: un divulgador es contratado para ir a dar una conferencia a una universidad que está en otra población de donde reside. Para ello le pagan 300 euros, pero el traslado y comidas deben correr de su bolsillo. En el viaje (ida y vuelta) y  el almuerzo se gasta 290 euros, por lo que, a pesar de haber cobrado por dar la ponencia, debido al gasto que le ha generado el desplazamiento, no ha obtenido un claro beneficio económico con ese trabajo.

No se conoce a ciencia cierta el momento en el que se originó, pero sí que existe constancia de su uso hace varios siglos atrás; de hecho, el lexicógrafo Gonzalo Correas lo incluyó en su obra ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’, publicado en 1627.

Algunas fuentes indican que podría haberse originado en la antigua costumbre de retribuir al servicio doméstico (criados, sirvientes…) ofreciéndoles manutención y un lugar donde dormir, sin percibir estos compensación económica alguna por los trabajos desempeñados. También hay quien señala que, posiblemente, provenga de dejarles comer los restos que quedaban en la mesa tras un banquete (y haber servido en él).

 

 

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘Tener una noche toledana’?

Se utiliza la expresión  ‘Tener una noche toledana’ (también en la forma ‘Pasar una noche toledana’) para indicar una velada nocturna desapacible que se ha pasado sin poder conciliar el sueño, debido a un acontecimiento negativo que ha ocurrido o por haber tenido algún tipo de problema o preocupación.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Tener una noche toledana’?

Según la mayoría de historiadores, la locución  se originó a raíz de un sangriento hecho histórico ocurrido a finales del siglo VIII (año 797), en el que llegó a Toledo un nuevo Gobernador musulmán, Amrus Ben Yusuf, quien organizó una cena a la que invitó a cientos de nobles toledanos (entre 400 y 700, dependiendo la fuente que se consulte), siendo su verdadera intención el acabar con la vida de esos nobles, ordenando a sus hombres cortar las cabezas de los invitados y lanzarlas a un foso (motivo por el que este trágico suceso también ha pasado a la historia como la ‘Jornada del foso de Toledo’).

Cabe destacar que no todos los historiadores se ponen de acuerdo respecto al motivo que llevó a Amrus Ben Yusuf ordenar dicha matanza, encontrando que hay quien indica que fue para someter a la población toledana (que era de diferentes confesiones y culturas) al régimen musulmán del Emirato de Córdoba, de Al-Hákam I. Otros, sin embargo, señalan que detrás de la carnicería había un acto de rencor por parte del nuevo Gobernador para vengar la muerte de su hijo, ejecutado por los toledanos unos años antes.

A pesar de que esta explicación es la que más expertos avalan como origen de la expresión ‘Tener o pasar una noche toledana’, debo señalar que hay quien da otras explicaciones, como fue en el caso del lexicógrafo, Sebastián de Covarrubias, que en su obra ‘Tesoro de la lengua castellana o española’ (1611) explicó: «Noche toledana, la que se pasa de claro en claro, sin dormir, porque los mosquitos persiguen a los forasteros, que no están prevenidos de remedios como los demás»

Por su parte, Gonzalo Correas, en el ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’ (1627), daba la siguiente explicación para el origen de la locución: «Las mozas toledanas, en la noche de San Juan, permanecían a la escucha de la primera palabra que oían en la calle a partir de las doce, pensando que con el que se nombrase se habían de casar»

 

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Fuentes de consulta: fundacionlengua / yorokobu / elretohistorico / abc / leyendasdetoledo / ‘El porqué de los dichos’ de José Mª Iribarren / franciscojaviertostado / spanish.stackexchange
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Destripando bulos: La expresión ‘No ver tres en un burro’ no proviene de los oculistas en Andalucía a principios del siglo XX

‘No ver tres en un burro’ es una famosa expresión frecuentemente utilizada para indicar que alguien no ve bien o tiene problemas de visión.

Destripando bulos: La expresión ‘No ver tres en un burro’ no proviene de los oculistas en Andalucía a principios del siglo XX

Circula por las redes sociales (y últimamente sobre todo por TikTok) numerosísimas publicaciones en las que, variando algún dato o detalle, todas ellas explican que esta locución se originó a principios del siglo XX en la Andalucía, cuando los oftalmólogos idearon un método gráfico con el que graduar la vista a la población rural y, como mayoritariamente estos eran analfabetos y no sabían distinguir las letras, decidieron poner dibujos, siendo la figura de un burro con tres individuos montados encima una de esas imágenes y si la persona en cuestión no era capaz de ver con claridad ese dibujo quería decir que padecía de miopía.

Destripando bulos: La expresión ‘No ver tres en un burro’ no proviene de los oculistas en Andalucía a principios del siglo XXPero esta explicación es totalmente falsa y fue inventada por el autor de la web ‘Emitologias’ en 2014 (concretamente la publicó el 19 de febrero). Se trata de una página que se dedicaba a publicar historias inventadas sobre el origen de expresiones (de ahí que se llame Emitologías y no Etimologías). El hecho de que algunas de las entradas que publicó se hicieran virales (y a la mala costumbre de la inmensa mayoría de usuarios de no contrastar la información que les llega) provocó que esa falsa explicación se haya extendido a lo largo y ancho de toda la red, siendo numerosísimos los blogs y webs que lo han copiado y publicado como si fuesen cierto (lamentablemente algunos de los que comparten y repiten ese bulo son personas que se dedican a la docencia).

Quienes sois habituales a mi blog y publicaciones, recordaréis que ya tuve una agria disputa con el autor de dicha página cuando se viralizó otra de sus publicaciones y que fue dada por buena y compartida incluso por algunos importantes medios de comunicación (me refiero a la falsa explicación que dio sobre el origen de la expresión ‘Poner mirando para Cuenca’, que sigue circulando y de la que publiqué el post  ‘La importancia de comprobar las fuentes para que no te cuelen un fake (bulo)’ el 23 de julio de 2014).

Sobre el verdadero origen de la expresión ‘No ver tres en un burro’ es algo confuso, ya que no hay conceso entre los expertos y etimólogos sobre su procedencia y el investigar sobre la misma se hace cada vez más complicado debido a la gran cantidad de información fake que se ha posicionado en la red por culpa de la publicación de la web Emitologías. Con lo fácil que es realizar una búsqueda en Google, poner la frase entrecomillada e indicar que los resultados sean anteriores a febrero de 2014 y comprobaremos que no existe ni una sola referencia (por muy atrás que nos vayamos en el tiempo) a oculistas (oftalmólogos), Andalucía o revisiones para gradar la vista, siendo la primera publicación en la que aparecen dichas referencias la mencionada entrada en Emitologías el 19 de febrero de 2014.

He invertido unas cuantas semanas a realizar búsquedas sobre la expresión (tanto en la red desde 2014 hacia atrás) como en libros antiguos, refraneros, etc y he ido tirando del hilo y encontrado posibles explicaciones sobre el origen del dicho que os detallo a continuación:

Entre esos posibles orígenes está quien indica que podría provenir del pasaje bíblico en el que se relata el momento en el que Hedores ordenó asesinar a todos los niños menores de dos años, siendo avisados la Virgen María y San José y huyendo estos de Belén, junto al recién nacido Jesús, montados los tres en un burro (mula, asno…) y sin que los soldados se percataran de ello, motivo por el que salvaron sus vidas. Una explicación poco fiable ya que tampoco tiene fuentes de referencia o expertos de solvencia que la avalen.

Otra de las explicaciones es la que indica que la expresión ‘No ver tres en un burro’ es la modificación de otras que se utilizaban tiempo atrás, entre ellas una que decía ‘No ver un burro a tres pasos’ o ‘No ver un burro a tres pies’, de las que hay bastantes referencias en libros y refraneros del siglo XIX. Estas variantes a la locución también existen en otros idiomas cooficiales de España, como ‘Non ver un burro a tres pés’ o ‘Non ver un burro a catro pasos’ (en gallego) y ‘No veure un bou a tres passes’ o ‘No veure un bou a quatre passes’ (en catalán).

Pero, curiosamente, en la página 159 del ‘Diccionario Catalan – Castellano – Latino (Tomo II)’, publicado en 1805, podemos encontrar que en la entrada correspondiente a la expresión ‘No veu un bou á tres passas’ (No ve un buey a tres pasos) nos remite directamente a la locución castellana ‘No ve siete sobre un asno’, la cual podemos encontrar en varias obras literarias (sobre todo piezas de teatro) de varios siglos atrás, entre ellas (y quizás la más popular) la titulada ‘El honor da entendimiento, y el más bobo sabe más’ de José de Cañizares y Suárez de Toledo, unos de los dramaturgos más famosos de principios del siglo XVIII (en este enlace podéis descargar el pdf de la obra).

Si seguimos tirando del hilo podemos encontrar que un sigo antes, concretamente en el año 1627, ya aparecía en la forma ‘Antójasele que ve siete sobre un asno’ y que era recogida en el libro ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’ del célebre lexicógrafo Gonzalo Correas (en este enlace podéis descargar el pdf del libro).

Y es que cabe destacar que, siglos atrás, el hecho de decir este tipo de expresiones no se hacía como referencia a que alguien tenía un problema de visión (por ejemplo miopía) sino para indicar que una persona era cerrada de ideas, que no quería ver más allá de las evidencias o las pruebas y que se negaba a reconocer algo obvio.

Hasta aquí todo lo que he ido encontrando respecto al origen de la expresión ‘No ver tres en un burro’, sus variantes y modificaciones a lo largo de los siglos, pero si algo es seguro es que no proviene de la explicación inventada y publicada por la web dedicada a difundir bulos emitologicos.

 

 

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¿De dónde surge la expresión ‘Tiran más dos tetas que dos carretas’?

¿De dónde surge la expresión ‘tiran más dos tetas que dos carretas’?Entre las muchas locuciones que podemos encontrarnos que todavía siguen siendo de uso común y cotidiano pero que al mismo tiempo se consideran desafortunadas y sexistas está la expresión ‘Tiran más dos tetas que dos carretas’ la cual tiene tras de sí una curiosa e interesante historia en cuanto a su evolución y origen.

Llevamos muchísimas décadas escuchándola decir de este modo y su significado viene a indicarnos el influjo y dominio que tienen las mujeres sobre la voluntad de cualquier hombre, siendo éstas las que finalmente deciden en cualquier lance de la vida. Evidentemente esto se veía desde la perspectiva heteronormativa (heterosexualidad obligatoria).

Pero no siempre se ha dicho la expresión en la forma en la que la conocemos (y las múltiples variantes que han surgido, algunas de ellas bastante desafortunadas).

A lo largo de los siglos ha sufrido diversas transformaciones que han cambiado, desde sus orígenes, por completo la estructura del modismo.

Tirando hacia atrás en el tiempo podemos encontrar que originalmente el término ‘carretas’ no estaba incluido dentro de esta frase, existiendo una expresión previa a ‘tiran más dos tetas que dos carretas’ que era ‘Más tiran tetas que sogas cañameñas’. Las sogas cañameñas eran cuerdas que se realizaban con fibras de la planta del cáñamo, las cuales tenían una gran resistencia y se decía que eran irrompibles, de ahí la exagerada comparación en esta locución.

Pero la expresión ‘Más tiran tetas que sogas cañameñas’ (que como tal ya aparece referenciada en el  recopilatorio de refranes o proverbios de Hernán Núñez en 1804) proviene de otra todavía mucho más antigua en la que tampoco aparecía el término ‘tetas’, pero cuyo significado era el mismo: ‘Más tira moza que soga’. Como tal aparece referenciado en la obra Seniloquium (Refranes que dizen los viejos) de Diego García de Castro ya en el siglo XV.

Pero dos siglos después, en 1627, en el Vocabulario de refranes de Gonzalo Correas el modismo es recogido no solo en ese mismo modo (Más tira moza que soga) sino que ya aparecen estas otras: ‘Más tiran tetas que sogas cañameñas’, ‘Más tiran tetas que carretas’, ‘Más tiran tetas que ejes ni carretas’ y otra curiosa variante que, aunque está escrita totalmente diferente, viene a tener el mismo significado: ‘Más tiran nalgas en lecho que bueyes en barbecho’, haciéndose más popular y llegando hasta nuestros días en la forma ‘Tiran más dos tetas que dos carretas’.

 

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Fuente de la imagen: chapiescarlata
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Nota: Este post fue mi aporte a la iniciativa #LunesTetas de la web Naukas

¿Cuál es el origen de la expresión ‘A todo cerdo le llega su San Martín’?

Cuál es el origen de la expresión ‘A todo cerdo le llega su San Martín’
Desde hace muchos siglos se tenía el convencimiento de que la mejor fecha para realizar la matanza del cerdo era alrededor de la festividad de San Martín de Tours (11 de noviembre), debido a que era habitual que durante los días anteriores y posteriores se diera un curioso episodio atmosférico por el cual las temperaturas subían unos cuantos grados y daba la sensación de estar disfrutando de un veranillo, nombre que se le da a este tipo de situaciones cuando ocurre en fechas no estivales.

La semana de San Martín, previa a la llegada de los días de más frío y las nevada, era la elegida como perfecta para realizar el sacrificio del cerdo, del cual se sacarían un buen puñado de provisiones alimentarias en forma de carne y embutidos para pasar todo el invierno y gran parte del año, así como para poder comerciar en los mercados.

El cerdo era un animal concebido para el engorde y posterior matanza, por lo que de forma natural nació la expresión «a todo cerdo le llega su San Martín», de la que no se tiene una constancia de cuál fue la fecha exacta en la que se originó, pero existen múltiples escritos en las que aparece. Uno de ellos es en la obra de Francisco de Quevedo La vida del Buscón, publicada en 1626, en la que ya aparece en la forma de «a cada puerco le viene su San Martín»:

–    ¡Vive Dios! –dijo el corchete–, que se lo pagué yo sobrado a Lobrezno en Murcia, porque iba el borrico que me remedaba el paso de la tortuga, y el bellaco me los asentó de manera que no se levantaron sino ronchas.
Y el portero, concomiéndose, dijo:
–    Con virgo están mis espaldas.
–    A cada puerco le viene su San Martín –dijo el demandador.
–    De eso me puedo alabar yo –dijo mi buen tío– entre cuantos manejan la zurriaga, que, al que se me encomienda, hago lo que debo. Sesenta me dieron los de hoy, y llevaron unos azotes de amigo, con penca sencilla.

Y relacionado con la matanza del cerdo, podemos encontrar que de ahí surgen otras expresiones como «a quien no mata puerco, no le dan morcilla» recogida en 1627 en el Vocabulario de refranes y frases proverbiales de Gonzalo Correas.

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘beber los vientos’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘beber los vientos’?Es habitual escuchar expresiones del tipo: Fulano bebe los vientos por menganita’ para referirse a una persona que está perdidamente enamorada de otra e incluso para señalar cuando alguien quiere conseguir algo material con ansia (‘Zutano bebe los vientos por comprarse una moto’).

El origen de la expresión ‘beber los vientos’ lo encontramos varios siglos atrás (hay constancia escrita del siglo XVII en el ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras formas comunes de la lengua castellana’ de Gonzalo Correas) como clara referencia a los perros de caza que se utilizan en las monterías (caza mayor) y también en la caza menor.

Estos canes, conocidos como perros venteadores, al olfatear el aire para saber dónde se encuentra la presa lo hacen como si se lo estuvieran bebiendo, entrando en un estado de excitación al detectarla y provocando en el animal un ansia por darle caza, de ahí la estrecha relación entre el gesto de parecer que está bebiéndose el viento y el deseo/empeño por conseguir algo o a alguien.

Cabe destacar que en el citado ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras formas comunes de la lengua castellana’ de Gonzalo Correas la expresión aparece originalmente como ‘Beber los vientos y los elementos’ dándole la siguiente explicación:

«Dícese de un enamorado: «bebe los vientos por fulana», y del que anda en pretensión que mucho desea

 

Fuentes de consulta: ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras formas comunes de la lengua castellana’ de Gonzalo Correas / Google books / tiempo.com
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