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¿De dónde proviene la expresión ‘odio sarraceno’?

La expresión ‘odio sarraceno’ tiene sus raíces en la Edad Media, cuando los cristianos y los musulmanes (llamados ‘sarracenos’) luchaban en las guerras religiosas conocidas como las Cruzadas.

¿De dónde proviene la expresión ‘odio sarraceno’?

La palabra ‘sarraceno’ proviene del latín medieval ‘Sarracēnus’, que a su vez este deriva del griego ‘Sarakēnós’, que significaba ‘habitantes del desierto’.

La locución ‘odio sarraceno’ se utilizó frecuentemente en la literatura medieval para referirse al odio y la animadversión hacia los musulmanes que se habían convertido en un enemigo común para los cristianos en la época. La expresión se utilizaba para describir la actitud generalizada de desprecio y hostilidad hacia los mahometanos que persistió durante siglos después de las Cruzadas.

Hoy en día, la expresión ‘odio sarraceno’ se considera inapropiada y ofensiva, ya que perpetúa la discriminación y la xenofobia hacia los musulmanes y las personas de ascendencia árabe.

 

 

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Fuente de la imagen: creazilla

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Tener una noche toledana’?

Se utiliza la expresión  ‘Tener una noche toledana’ (también en la forma ‘Pasar una noche toledana’) para indicar una velada nocturna desapacible que se ha pasado sin poder conciliar el sueño, debido a un acontecimiento negativo que ha ocurrido o por haber tenido algún tipo de problema o preocupación.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Tener una noche toledana’?

Según la mayoría de historiadores, la locución  se originó a raíz de un sangriento hecho histórico ocurrido a finales del siglo VIII (año 797), en el que llegó a Toledo un nuevo Gobernador musulmán, Amrus Ben Yusuf, quien organizó una cena a la que invitó a cientos de nobles toledanos (entre 400 y 700, dependiendo la fuente que se consulte), siendo su verdadera intención el acabar con la vida de esos nobles, ordenando a sus hombres cortar las cabezas de los invitados y lanzarlas a un foso (motivo por el que este trágico suceso también ha pasado a la historia como la ‘Jornada del foso de Toledo’).

Cabe destacar que no todos los historiadores se ponen de acuerdo respecto al motivo que llevó a Amrus Ben Yusuf ordenar dicha matanza, encontrando que hay quien indica que fue para someter a la población toledana (que era de diferentes confesiones y culturas) al régimen musulmán del Emirato de Córdoba, de Al-Hákam I. Otros, sin embargo, señalan que detrás de la carnicería había un acto de rencor por parte del nuevo Gobernador para vengar la muerte de su hijo, ejecutado por los toledanos unos años antes.

A pesar de que esta explicación es la que más expertos avalan como origen de la expresión ‘Tener o pasar una noche toledana’, debo señalar que hay quien da otras explicaciones, como fue en el caso del lexicógrafo, Sebastián de Covarrubias, que en su obra ‘Tesoro de la lengua castellana o española’ (1611) explicó: «Noche toledana, la que se pasa de claro en claro, sin dormir, porque los mosquitos persiguen a los forasteros, que no están prevenidos de remedios como los demás»

Por su parte, Gonzalo Correas, en el ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’ (1627), daba la siguiente explicación para el origen de la locución: «Las mozas toledanas, en la noche de San Juan, permanecían a la escucha de la primera palabra que oían en la calle a partir de las doce, pensando que con el que se nombrase se habían de casar»

 

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Fuentes de consulta: fundacionlengua / yorokobu / elretohistorico / abc / leyendasdetoledo / ‘El porqué de los dichos’ de José Mª Iribarren / franciscojaviertostado / spanish.stackexchange
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El curioso e histórico origen etimológico del término ‘arrebato’

Conocemos como ‘arrebato’ a aquello que se hace o siente repentinamente, llevado por una impulsiva pasión, un furor intenso o un acto improvisado. Por ejemplo, muy usado es en la forma ‘arrebato de pasión’ para referirse tanto al incontrolado impulso sexual como a un inesperado y espontáneo momento de exaltación (por ejemplo porque ha ganado tu equipo de fútbol).

El curioso e histórico origen etimológico del término ‘arrebato’

Etimológicamente tiene un curioso e histórico origen, debido a que el vocablo proviene del término ‘rebato’ (y la acción de ‘rebatar’) el cual consistía en convocar a los ciudadanos de una población, mediante el toque de una campana, tambor, alarma o cañonazos, con el fin de avisarlos de un posible ataque o invasión enemiga.

El término rebato proviene del árabe hispánico ‘ribáṭ’ y éste del árabe clásico ‘ribāṭ’, el cual hacía referencia a una ‘rábida’ (la fortaleza militar o religiosa que los musulmanes edificaban en la un lugar fronterizo con los reinos cristianos).

Durante el tiempo de la presencia musulmana en la Península Ibérica y posteriores años (siglos) que duró la Reconquista, numerosos fueron los ataques inesperados recibidos en diferentes poblaciones por parte de soldados musulmanes instalados en las rábidas y el rebato (aviso) que se producían, dando lugar, con el tiempo, al término arrebato y su significado.

El vocablo arrebato no fue recogido por el diccionario de la RAE hasta 1884 (edición de la Academia usual) dándole como única acepción la de ‘arrebatamiento’, vocablo incorporado en la edición de 1780 que daba, entre otros, los siguientes significados: La acción de arrebatar. Furor, enajenamiento causado de algún afecto y pasión vehemente.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Fuente de la imagen: piqsels

¿Sabías que el 30 de septiembre es el ‘Día Internacional del Derecho a la Blasfemia’?

Se conoce como blasfemar a la acción de maldecir, insultar e injuriar a alguien o algo, de carácter sagrado, con intención de ofender, tanto a nivel individual como colectivo, un sentimiento religioso.

¿Sabías que el 30 de septiembre es el ‘Día Internacional del Derecho a la Blasfemia’?

El término ‘blasfemia’ proviene del latín tardío ‘blasphemĭa’ y éste a su vez del griego ‘blasphēmía’ cuyo significado es ‘palabra injuriosa’, aunque algunos etimólogos prefieren traducirlo como ‘acción de hablar contra Dios’.

A lo largo de la mayor parte de la Historia, se ha perseguido y castigado duramente la blasfemia, la cual ha sido considerada un grave delito (y todavía lo es en un gran número de países, culturas y religiones).

Desde cortar o perforar la lengua, a condenas de largos periodos de presidio e incluso la pena de muerte (como la lapidación) han sido algunos de los castigos con los que se penaba el acto de blasfemar.

En España la blasfemia estuvo perseguido durante largo tiempo (muy especialmente durante la Edad Media por la Inquisición) y aunque dejó de ser considerada como un delito (contra Dios) a partir de 1988, todavía se castiga, tal y como recoge la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en su artículo 525:

  1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.

  2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna.

Muchas naciones son los que hace mucho tiempo abolieron sus leyes medievales contra la blasfemia, pero podemos encontrar que en la totalidad de países del Islam todavía está perseguida, siendo el castigo la pena de muerte.

En los últimos años se ha podido ver cómo se ha perseguido a escritores y publicaciones que han mencionado al Islam o a Mahoma (profeta de los musulmanes), produciéndose incluso atentados terroristas llevados a cabo por islamistas radicales.

Este tipo de persecuciones son los que dieron paso a crear, en el año 2009, un ‘Día Internacional por el Derecho a la Blasfemia’, en el que se reivindica el derecho a la libertad de expresión en todos los sentidos, sin tener que ser perseguidos judicialmente ni por fanáticos religiosos.

Se eligió esta fecha como efeméride de la publicación que se realizó, en 2005, en el periódico danés Jyllands-Posten, en el que aparecían una docena de caricaturas satíricas de Mahoma, y que provocó las quejas por parte de un gran número de naciones musulmanes y un grave conflicto diplomático que fue haciéndose cada vez más grande y tensó cada vez más las relaciones entre occidente y el mundo musulmán.

Cada 30 de septiembre, desde 2009, numerosos son los colectivos se aprovechan esta fecha para reivindicar libertad de expresión en el que ya se ha establecido como el ‘Día Internacional del Derecho a la Blasfemia’.

La persecución de la blasfemia, a lo largo de la Historia, dio pie a que, desde hace varios siglos atrás, se utilicen términos y exclamaciones que han sido transformadas en un eufemismo (forma de aludir a algo sin necesidad de decir una grosería o blasfemar). Bajo estas líneas encontrarás algunos enlaces a unos cuantos posts relacionados.

No te pierdas el episodio 2×04 (#22) del podcast ‘Ya está el listo que todo lo sabe’ dedicado a los insultos, palabrotas y blasfemias y que cuenta con la colaboración especial del actor Sergio Pazos:

 

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Fuente de la imagen: reflexionesdemanuel