Archivo de la categoría ‘Curiosidades de la alimentación’

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Lo comido por lo servido’?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me consultan sobre el origen de la expresión ‘Lo comido por lo servido’ y en qué supuestos es correcto utilizar dicha locución.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Lo comido por lo servido’?

La expresión ‘Lo comido por lo servido’ se utiliza para indicar situaciones en las que, tras realizar algún trabajo o cerrar un trato comercial, el beneficio es tan mínimo que prácticamente no percibimos nada, solo para cubrir los gastos.

Por poner un ejemplo práctico: un divulgador es contratado para ir a dar una conferencia a una universidad que está en otra población de donde reside. Para ello le pagan 300 euros, pero el traslado y comidas deben correr de su bolsillo. En el viaje (ida y vuelta) y  el almuerzo se gasta 290 euros, por lo que, a pesar de haber cobrado por dar la ponencia, debido al gasto que le ha generado el desplazamiento, no ha obtenido un claro beneficio económico con ese trabajo.

No se conoce a ciencia cierta el momento en el que se originó, pero sí que existe constancia de su uso hace varios siglos atrás; de hecho, el lexicógrafo Gonzalo Correas lo incluyó en su obra ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’, publicado en 1627.

Algunas fuentes indican que podría haberse originado en la antigua costumbre de retribuir al servicio doméstico (criados, sirvientes…) ofreciéndoles manutención y un lugar donde dormir, sin percibir estos compensación económica alguna por los trabajos desempeñados. También hay quien señala que, posiblemente, provenga de dejarles comer los restos que quedaban en la mesa tras un banquete (y haber servido en él).

 

 

 

 

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El curioso origen etimológico del término ‘amígdala’

Muchas de las palabras que utilizamos actualmente en nuestro vocabulario provienen de términos que fueron acuñados hace cientos de años (incluso muchos se remontan a más de dos milenios).  Curiosamente, en la antigüedad muchos vocablos eran creados en base a la similitud que tenían con otra cosa, encontrándonos curiosas referencias como músculo, cuyo significado original, proveniente del latín, era ‘ratón pequeño’ (porque la bola del brazo recordaba a un pequeño roedor corriendo) o por ejemplo la denominación de numerosas constelaciones a las que se le ponía el nombre de la apariencia que tenían (Canis Mayorrecordaba a un perro,  ‘Capricornio’ a una cabra o las ‘Osa Mayor’ y ‘Osa Menor’ a un plantígrado).

El curioso origen etimológico del término ‘amígdala’

Esta introducción viene a cuento para la explicación sobre el origen etimológico del término ‘amígdala’ que os traigo hoy, debido a que se decidió darle ese nombre en base a su morfología, debido a que recordaba a una ‘almendra’.

En nuestro organismo disponemos de diferentes tipos de amígdalas: ‘amígdalas cerebrales’ (situadas en los lóbulos temporales del cerebro), ‘amígdalas faríngeas’ (colocadas cerca del orificio interno de las fosas nasales), ‘amígdalas palatinas’ (al fondo de la cavidad bucal, a ambos lados de la faringe y cuya inflamación conocemos popularmente como ‘anginas’) y las ‘amígdalas linguales’ (localizadas en la base de la lengua).

Etimológicamente, el término ‘amígdala’ nos llegó al castellano desde el latín ‘amygdăla’ y a este desde el griego ‘amygdálē’, el cual hacía referencia originalmente al fruto del almendro.

El persa Ibn Sina (célebremente conocido como ‘Avicena’), fue uno de los grandes sabios del siglo XI, quien dominaba diversas disciplinas (entre ellas la medicina) y escribió más de trescientos libros a lo largo de su vida, entre los que se encuentran algunos de los tratados médicos más importantes de la época.

Hasta entonces, a lo que actualmente conocemos como amígdala se la denominaba con el término latino ‘tonsillae’ (‘tonsila’ en castellano) pero al traducir los textos árabes de Avicena al latín medieval, los escribanos tomaron la referencia que hizo el erudito persa, quien describió y comparó esa parte de la anatomía con la morfología del fruto del almendro.

 

 

 

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¿Conoces el refrán ‘Olivo y aceituno, todo es uno’?

‘Olivo y aceituno, todo es uno’ es un antiquísimo refrán que ya aparece recogido en escritos del siglo XVII y que era utilizado para señalar a aquel que malgasta inútilmente el tiempo intentando averiguar cosas de poca importancia, utilidad o valor. También se aplicó para referirse a quien con impertinencia repite algo con insistencia, pero con distinto nombre, cuando en realidad se está refiriendo todo el tiempo a la misma cosa.

¿Conoces el refrán ‘Olivo y aceituno, todo es uno’?

Y es que viene de muy lejos la eterna y repetitiva discusión entre quienes dicen ‘aceituna’ u ‘oliva’ (como ya os expliqué en otro post que publiqué en este mismo blog en 2012).

A lo largo de los siglos han sido tantas los debates y discusiones respecto a ese tema que llegó a acuñarse el mencionado refrán para hacer referencia a la inutilidad de discutir por cosas superfluas y de poca importancia, para estar refiriéndose a lo mismo.

En algunos escritos y diccionarios antiguos ya aparece recogido (como en el diccionario de Autoridades de 1726) en la forma ‘Olivo y azeitúno todo es uno’ e incluso en la obra ‘Aventuras de don Fruela’, de Francisco Bernardo de Quirós (del año 1656), donde aparece de la siguiente manera: […]mas oliva, olivo y aceituno, todo es uno[…]

 

 

 

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El curioso origen detrás del nombre de famosas marcas: ‘NUTELLA’

Nueva entrega de la serie de posts dedicados al curioso origen detrás del nombre de famosas marcas (al pie de esta entrada encontrarás el enlace a los anteriores) en los que también aprovecho para explicar, muy brevemente, un poco de su historia. En esta ocasión hablaré de ‘NUTELLA’, la más famosa e internacional crema de cacao.

El curioso origen detrás del nombre de famosas marcas: 'NUTELLA'

Pietro Ferrero, un pastelero italiano nacido en una pequeña población del Piamonte, en 1898, abrió en Alba (ciudad cercana a su lugar de origen) un pequeño obrador en 1942 donde se dedicaría a elaborar nuevos productos de repostería ideados por él mismo.

Se dio cuenta que los dulces más solicitados por los clientes eran todos aquellos que llevaban cacao, pero en aquel momento ese era uno de los productos más escasos que existían, debido al racionamiento en plena Segunda Guerra Mundial.

Por tal motivo, empezó a trabajar en su pequeño laboratorio pastelero una pasta con sabor a cacao pero cuyo principal ingrediente no fuese precisamente este, sino la avellana (un fruto seco de gran presencia en la región del Piamonte). Para ello se inspiró en la pasta de cacao ‘Gianduia’, que desde principios del siglo XIX se elaboraba en la zona y que consistía en una pasta en barra, la cual se podía cortar en rodajas o untar sobre pan.

A su nueva creación, que empezó a comercializar en 1946, la llamó ‘Pasta Giandujot’. Tres años después, Pietro Ferrero fallecería a causa de un inesperado infarto y su hijo Michele (de 24 años de edad) ocuparía su puesto.

Tal y como había realizado su padre, unos años atrás, Michelle Ferrero también se interesó por experimentar y crear nuevos productos y una de sus prioridades fue mejorar la ‘Pasta Giandujot’ para convertirla en una crema de untar. En 1951 le cambiaba el nombre al producto, lo introducía en un tarro y lo presentaba bajo la marca comercial ‘Supercrema’.

Aquel fue el paso previo para que, una década después (en 1964), volviese a mejorar el producto, convirtiéndolo en todavía más cremoso y renombrándolo como ‘Nutella’. El nombre del producto lo creó en base al término anglosajón ‘nut’ (utilizado para hacer referencia a los frutos secos, entre ellos la ‘avellana’) al que le añadió el sufijo italiano ‘ella’, con el que pretendía darle un nombre pegadizo.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘potaje’?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me consultan de dónde proviene llamar ‘potaje’ al guiso hecho con legumbres.

¿Cuál es el origen del término ‘potaje’?

Desde la antigüedad una de las bases de alimentación de muchas culturas (y especialmente mediterráneas) fue mediante guisos elaborados con legumbres.

El término potaje llegó al castellano desde el francés ‘potage’ (de exacto significado) y éste lo tomó del latín ‘pot’ que a su vez derivaba del vulgarismo latino ‘potus’ (también en la forma ‘pottus’), el cual hacía referencia a un tipo de vasija o vaso con el que se bebía el caldo de un guiso (que normalmente servía de reconstituyente o tentempié).

Podría decirse que, inicialmente, el término que derivó en el vocablo francés potage hacía referencia al caldo que se bebía, para luego pasar a designar a la vasija u olla en la que se cocinaba y, finalmente, significar el guiso o cocido realizado con legumbres, verduras y otros ingredientes.

 

 

 

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Un puñado de curiosidades y términos relacionados con el pan

El pan es uno de los alimentos considerados básicos en numerosas culturas y su origen es tan antiguo que prácticamente es imposible determinar en qué momento de la historia surgió, aunque hay pruebas de que al menos tendría un antigüedad de cuatro mil años, pues debió de formar parte de la dieta de los egipcios. Desde entonces, son muchos los términos relacionados.

Un puñado de curiosidades y términos relacionados con el pan

Comúnmente llamamos panadería al establecimiento en el que se hornea y se vende el pan, aunque otro término con el que se conoció durante largo tiempo fue tahona, un vocablo proveniente del árabe tahuna,  ‘molino’, es decir, el lugar donde se molía el grano de cereal para conseguir la harina con la que hacer la masa que, una vez cocida en el horno, se convertía en pan.

El  añacal (también llamado anacalo) era la persona que, antiguamente, tenía encomendado trasladar al molino el trigo u otro cereal que debía ser molido y, luego, llevar la harina resultante al horno donde se cocería (en algunas ocasiones era en el mismo lugar) para después entregar el pan resultante a sus propietarios.

La masa para el pan se trabajaba en un cajón de madera rectangular, la artesa, donde se amasaba. La harina que caía fuera de este cuadrilongo se denominaba abalada, que venía a significar ‘harina zarandeada’, ya que había caído por el zarandeo manipular la masa. Con la  harina abalada, en lugar de desecharla, se hacía un pan de menor calidad (con mezcla de diferentes harinas de otros cereales) que se venía a bajo precio.

Durante la Edad Media se pusieron muy de moda los hornos colectivos. En ellos, por concesión gubernamental, había una persona encargada de mantenerlos encendidos las veinticuatro horas del día, todos los días del año. Ese lugar era conocido como horno de poya, en referencia a la encimera en la que se depositaba la remuneración del hornero, que se pagaba bien en dinero, bien con parte de la harina o, incluso, del pan ya cocido.

La harina más común para hacer la masa de pan es la de trigo, pero hay otros cereales que también se molían para hacer diferentes tipos de pan, como el de cebada, el de maíz y el de centeno. El saco en el que se colocaba la harina obtenida de moler el cereal se llamaba costal y cada tipo de harina tenía el suyo para que no se mezclaran. Esto dio origen a la célebre expresión «ser harina de otro costal», que se utilizaba en aquel tiempo para indicar a alguien que no juntara una de menor calidad ―por ejemplo, la de centeno― con otra mejor ― la de trigo―;  en la actualidad la expresión se usa para referirse, entre otras cosas, a que alguien o algo no es lo que aparenta o es diferente ―normalmente, peor― respecto a otra persona o cosa.

Las harinas de menor calidad, como la de centeno, eran más oscuras y, por tanto, se obtenía con ella el pan negro, que era el más popular entre las clases más humildes. En algunas ocasiones, el cereal se veía afectado por el cornezuelo, que es un hongo, y quien comía el pan resultante podía caer enfermo de  ergotismo, un trastorno que, entre otros efectos, produce alucinaciones.

Hay muchos tipos de pan y durante bastante tiempo se hacían en forma redondeada. A mediados del siglo xix, en Viena, se comenzó a amasar el pan en forma de barra, que tardaba menos en cocerse y ocupaba menos espacio. Una de las características de las barras de pan son sus extremos, que suelen ser la parte más tostada y reciben el nombre de currusco o cuscurro. También se conoce como coscurro el  mendrugo o pedazo de pan duro y desechado.

Una de las características del pan, ya sea en barra o redondo, es una especie de corte que lleva en la superficie y que se ha practicado en la masa justo antes de meterlo a cocer en el horno. Esa característica marca es la greña, término que proviene del francés antiguo grigne y cuyo significado vendría a ser ‘pliegue’.

 

 

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¿Es correcto usar el término ‘almóndiga’?

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¿Es correcto usar el término ‘almóndiga’?

El término almóndiga (como referencia a las bolas de carne picada o pescado desmenuzado) no es de uso correcto, a pesar de que haya quien se empeñe en señalar todo lo contrario.

La forma correcta es albóndiga y, etimológicamente, el vocablo proviene del árabe andalusí albúnduqa, cuyo significado literal es ‘la bola’.

Sí que es cierto que son numerosas las referencias históricas que podemos encontrar a la forma almóndiga, aunque esté considerada como un vulgarismo y su aparición en nuestro vocabulario es muy posterior a albóndiga.

Según algunos expertos, el hecho de pronunciarlo con una eme podría deberse a que se cruzaron albóndiga y mondongo (mezcla de carnes de diferentes partes de un animal muy picadas y destinadas a rellenar morcillas, longanizas o chorizos).

De hecho, en catalán la albóndiga se denomina mandonguilla, y los lingüistas dicen que su etimología es el cruce de albondiguilla y mondongo.

Otra hipótesis sobre la denominación almóndiga podría ser la influencia del portugués en algunas partes de la geografía española, pues estas bolas de carne se conocen en Portugal como almôndega.

Cabe destacar que a pesar de que el diccionario de la RAE recoja el término ‘almóndiga’, no quiere decir que la dé como válida, debido a que en dicha entrada incluye ‘desus.’ y ‘vulg.’, lo cual quiere decir que la institución académica considera esta voz como antigua y que actualmente se siente como forma impropia de la lengua culta. El en Diccionario Panhispanico de dudas podemos encontrar la siguiente advertencia: ‘No debe usarse la forma almóndiga, propia del habla popular de algunas zonas’.

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘Estar a partir un piñón’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan sobre el origen de la expresión ‘Estar a partir un piñón’.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Estar a partir un piñón’?

Encontramos que el diccionario de la RAE define la expresión ‘Estar una persona a partir un piñón con otra’ como una locución verbal coloquial que significa ‘Haber unidad de intereses y afectos entre ellas’, dándose a entender que tal buena disposición existe gracias a que se estaría dispuesto a compartir hasta lo más mínimo o nimio, en este caso un ‘piñón’ (simiente del pino de pequeño tamaño y que puede medir entre dos y veinte milímetros).

Pero son muchos los expertos que apuntan que la expresión ‘Estar a partir un piñón’ es incorrecta y que esta originalmente se decía ‘Estar a partir un quiñón’, sustituyéndose con el tiempo el término ‘quiñón’ (poco conocido y usual) por piñón.

La palabra quiñón hace referencia a una porción de tierra de cultivo que era compartida entre varias personas, quienes la trabajaban sembraban y repartían los frutos obtenidos a partes iguales entre los copropietarios.

Por ejemplo, un quiñón podía ser una parcela que había dejado de herencia, a partes iguales, un progenitor a sus hijos o un mismo terreno comprado entre varios vecinos y cuyo propietario original no había querido vender por parcelas.

Quienes compartían un quiñón mantenían un cordial y fraternal entendimiento a la hora de realizar los repartos.

Etimológicamente, el término proviene del latín ‘quinio’, cuyo significado literal era ‘grupo de cinco’ y que también dio origen a otros vocablos como ‘quintana’, ‘quintar’ o quinto.

 

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘Llevar al huerto’?

Se utiliza la expresión ‘Llevar al huerto’ para indicar la táctica que consiste en convencer, engatusar o engañar a alguien para que haga algo, aunque en determinadas ocasiones toma una connotación sexual, usándose como analogía de ir a un lugar para practicar relaciones sexuales.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Llevar al huerto’?

Según la mayoría de expertos, la locución se originó a raíz de la obra, del siglo XVI, ‘Tragicomedia de Calisto y Melibea’ (autoría atribuida a Fernando de Rojas) y que es popularmente conocida como ‘La Celestina’.

En ella, uno de los protagonistas (Calisto) utiliza a la Celestina para convencer a Melibea para que esta acuda al huerto y poder tener relaciones íntimas.

Cabe destacar que algunas fuentes indican que la expresión se originó a principios del siglo XX, a raíz de unos trágicos sucesos ocurridos en la sevillana localidad de Peñaflor en las que se cometieron una serie de crímenes por parte de Juan Aldije (alias ‘el francés’) junto a un socio, en el que engañaron robaron y mataron a unas cuantas personas que estaban de paso por la población, enterrándolas posteriormente en un huerto de su propiedad y que fue denominado por la prensa de la época como ‘el huerto del francés’.

Esta historia ayudó a popularizar, a partir de entonces, la ya existente expresión ‘Llevar al huerto’, pero ya existía constancia de su uso popular mucho tiempo antes, debido a la mencionada obra ‘La Celestina’.

 

 

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¿Por qué el término ‘untar’ es sinónimo de sobornar a alguien?

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¿Por qué el término ‘untar’ es sinónimo de sobornar a alguien?

Se conoce como ‘untar’ al acto de aplicar y extender un elemento (normalmente pringoso) por una superficie, como poner mantequilla en una rebanada o tostada de pan, administrar y embadurnar de crema el cuerpo (por ejemplo la antisolar) o engrasar algún tipo de pieza o mecanismo.

Es precisamente esta última acción la que dio origen a que se conociera como ‘untar’ también al acto de sobornar a una persona (‘Untar a alguien’), comprando (en forma de regalos materiales o económicos) su favor o complicidad en algún asunto.

Frecuentes son el uso de expresiones del tipo ‘Han untado al juez’ o ‘El árbitro del partido ha sido untado’ para indicar uno de eso actos de corrupción y cohecho.

El hecho de aplicar (untar) algún tipo de aceite o grasa a una máquina, engranaje, bisagras o cerraduras, con intención de que funcionasen suavemente, sin hacer ruido ni resistencia, dio pie a la analogía que dar a alguien algún tipo de dádiva para que, secretamente, prestara sus favores en algún asunto de su competencia y que beneficiaba al untador.

Cabe destacar que dicha analogía del término untar con el acto de corromper no es de reciente creación, encontrando que en el Diccionario de Autoridades de 1739 ya aparecía recogido, dándole la siguiente acepción: ‘Metaphoricamente vale corromper, ò sobornar con dones, ù dinero, especialmente à los Ministros, y Jueces. Dicese freqüentemente Untar las manos’. En esa misma publicación académica también se recoge la expresión ‘Untar el carro’ (muy común en la época) dándole el significado de ‘Phrase metaphórica, que vale ofrecer, ù dar dinéro, ù otros dones, para facilitar la prosecución de algun negocio, que estaba detenido, ù parado’.

Incluso en el capítulo 22 de la primera parte de El Quijote (1605) aparece la frase: […]Dígolo porque si a su tiempo tuviera yo esos veinte ducados que vuestra merced ahora me ofrece, hubiera untado con ellos la péndola del escribano […]

 

 

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