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Un puñado de curiosidades y términos relacionados con el pan

El pan es uno de los alimentos considerados básicos en numerosas culturas y su origen es tan antiguo que prácticamente es imposible determinar en qué momento de la historia surgió, aunque hay pruebas de que al menos tendría un antigüedad de cuatro mil años, pues debió de formar parte de la dieta de los egipcios. Desde entonces, son muchos los términos relacionados.

Un puñado de curiosidades y términos relacionados con el pan

Comúnmente llamamos panadería al establecimiento en el que se hornea y se vende el pan, aunque otro término con el que se conoció durante largo tiempo fue tahona, un vocablo proveniente del árabe tahuna,  ‘molino’, es decir, el lugar donde se molía el grano de cereal para conseguir la harina con la que hacer la masa que, una vez cocida en el horno, se convertía en pan.

El  añacal (también llamado anacalo) era la persona que, antiguamente, tenía encomendado trasladar al molino el trigo u otro cereal que debía ser molido y, luego, llevar la harina resultante al horno donde se cocería (en algunas ocasiones era en el mismo lugar) para después entregar el pan resultante a sus propietarios.

La masa para el pan se trabajaba en un cajón de madera rectangular, la artesa, donde se amasaba. La harina que caía fuera de este cuadrilongo se denominaba abalada, que venía a significar ‘harina zarandeada’, ya que había caído por el zarandeo manipular la masa. Con la  harina abalada, en lugar de desecharla, se hacía un pan de menor calidad (con mezcla de diferentes harinas de otros cereales) que se venía a bajo precio.

Durante la Edad Media se pusieron muy de moda los hornos colectivos. En ellos, por concesión gubernamental, había una persona encargada de mantenerlos encendidos las veinticuatro horas del día, todos los días del año. Ese lugar era conocido como horno de poya, en referencia a la encimera en la que se depositaba la remuneración del hornero, que se pagaba bien en dinero, bien con parte de la harina o, incluso, del pan ya cocido.

La harina más común para hacer la masa de pan es la de trigo, pero hay otros cereales que también se molían para hacer diferentes tipos de pan, como el de cebada, el de maíz y el de centeno. El saco en el que se colocaba la harina obtenida de moler el cereal se llamaba costal y cada tipo de harina tenía el suyo para que no se mezclaran. Esto dio origen a la célebre expresión «ser harina de otro costal», que se utilizaba en aquel tiempo para indicar a alguien que no juntara una de menor calidad ―por ejemplo, la de centeno― con otra mejor ― la de trigo―;  en la actualidad la expresión se usa para referirse, entre otras cosas, a que alguien o algo no es lo que aparenta o es diferente ―normalmente, peor― respecto a otra persona o cosa.

Las harinas de menor calidad, como la de centeno, eran más oscuras y, por tanto, se obtenía con ella el pan negro, que era el más popular entre las clases más humildes. En algunas ocasiones, el cereal se veía afectado por el cornezuelo, que es un hongo, y quien comía el pan resultante podía caer enfermo de  ergotismo, un trastorno que, entre otros efectos, produce alucinaciones.

Hay muchos tipos de pan y durante bastante tiempo se hacían en forma redondeada. A mediados del siglo xix, en Viena, se comenzó a amasar el pan en forma de barra, que tardaba menos en cocerse y ocupaba menos espacio. Una de las características de las barras de pan son sus extremos, que suelen ser la parte más tostada y reciben el nombre de currusco o cuscurro. También se conoce como coscurro el  mendrugo o pedazo de pan duro y desechado.

Una de las características del pan, ya sea en barra o redondo, es una especie de corte que lleva en la superficie y que se ha practicado en la masa justo antes de meterlo a cocer en el horno. Esa característica marca es la greña, término que proviene del francés antiguo grigne y cuyo significado vendría a ser ‘pliegue’.

 

 

Encuentra más curiosidades como esta leyendo otros post de este blog o en mi libro ‘El listo que todo lo sabe ataca de nuevo. Palabras y palabros’

 

 

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

El curioso origen detrás del nombre de famosas marcas: ‘PANRICO’

Segundo post de la serie dedicada al curioso origen detrás del nombre de famosas marcas (al pie de esta entrada encontrarás el enlace al anterior) en los que también aprovecho para explicar muy brevemente un poco de su historia. En esta ocasión hablaré de ‘PANRICO’, empresa dedicada al pan de molde y la bollería industrial.

El curioso origen detrás del nombre de famosas marcas: ‘PANRICO’

Muchas son las personas que, erróneamente, creen que el nombre de la empresa PANRICO proviene de la unión de los términos ‘pan’ y ‘rico’ y que hace referencia a lo sabroso del producto (pan de molde) que la compañía comercializa.

Pero no, ese no es el origen de esta marca, aunque sí proviene de un acrónimo, concretamente de ‘Panificio Rivera Costafreda’, el cual surgió de la unión empresarial, en 1962, de dos hombres de negocios llamados José Rivera y Andreu Costafreda.

Ambos eran amigos y decidieron unir esfuerzos (laborales y económicos) para crear una gran empresa dedicada a la elaboración de productos de panadería (de ahí añadir el término ‘panificio’, que es el modo que se denomina en italiano a los establecimientos en los que se elabora pan) y bollería.

Andreu Costafreda ya había alcanzado cierto éxito empresarial en el sector de las panificadoras y aquel 1962, tras un viaje por los Estados Unidos, conoció un producto del que conseguiría los derechos en exclusividad para elaborar en España y del cual registraría su nombre comercial para la Península Ibérica: los ‘Donuts’.

Posteriormente llegaron otros muchos otros productos de pan y bollería (los ‘Grisines’ y el ‘Bollycao’), convirtiendo a la empresa en una de las más importantes del sector.

 

 

Lee también el post: El curioso origen detrás del nombre de famosas marcas: ‘ASICS’

 

 

Fuente de la imagen: panpanrico.es

Cinco curiosidades sobre el pan que quizá te gustaría conocer

Cinco curiosidades sobre el pan que quizá te gustaría conocer

1) El origen del pan es antiquísimo y se tiene constancia de que el pueblo babilonio ya lo conocía debido a que el horno para cocer pan más antiguo que se conoce data, aproximadamente, del 4.000 a.C.

2) La palabra pan proviene del latín «pannus» y significa masa blanca como clara referencia a la masa de harina y agua que posteriormente se hornea

3) Uno de los mitos sobre alimentación más extendidos es que la miga es lo que más engorda del pan. También es un mito la creencia que el pan integral engorda menos, ya que posee las mismas calorías que el pan blanco.

4) El motivo por el que el algunos tipos de pan se ponen duros o se secan más rápido que otros es debido a la falta de tiempo de horneado.

5) Por esta razón, si el pan se te queda duro (de un día para otro) si lo mentes unos minutos en el horno de casa te volverá a quedar tan tierno como cuando lo compraste.

 

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Fuente de la imagen: beckmannsbakery (Flickr)

 

Este texto formó parte de mi colaboración con el podcast de divulgación Ondas Elementales, una producción de Laboratorio de Radio y Penélope Saray.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘No me he comido un colín’?

A través del perfil en Instagram de este blog (@yaestaellistoquetodolosabe2) José Verdú me envía un mensaje donde me consulta sobre el origen y motivo de utilizar la expresión ‘No se ha comido un colín’ (y también en su forma en primera persona) para indicar que no se ha ligado o no se ha conseguido ir a más (besarse, tener relaciones sexuales) cuando se ha conocido a alguien.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘No me he comido un colín’?

Han pasado ya tres décadas desde que el grupo Mecano cantó e hizo enormemente popular la canción ‘La fuerza del destino’ (en cuyo videoclip aparece una jovencísima Penélope Cruz, con 15 años de edad, en los inicios de su exitosa carrera).

Esta canción, cuya letra trata de un par de amigos que conocen a unas chicas y cómo se desarrolla la relación hasta convertirse en sentimental, (tenéis el vídeo al pie del post) tiene un párrafo en el que dice:

[…]Aquella noche fue un desastre
No me comí un colín
Éstas son sólo un par de estrechas
Nos fuimos a dormir[…]

A pesar de que la expresión ‘comerse un colín’, en referencia a conseguir llegar más allá en una relación, ya era de uso común entre muchos jóvenes de la época y desde hacía varias décadas, gracias a la canción consiguió una enorme popularidad que todavía perdura a día de hoy.

Pero ¿qué es un colín y por qué se utiliza como sinónimo de tener éxito a la hora de ligar con alguien?

Pues bien, un colín es un tipo de barrita de pan crujiente y alargado, muy similar a lo que hoy en día es conocido en algunos lugares como ‘picos’ o ‘grisines’ y que sirve para acompañar comidas o aperitivos.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘No me he comido un colín’?Pero para ser exactos el colín es de un tamaño mayor (mide aproximadamente unos 20 centímetros e incluso más) y tiempo atrás era muy típico encontrárselo en infinidad de restaurantes o casas de comidas donde lo servían en la mesa gratuitamente a modo de aperitivo (e incluso ¿quién no recuerda ir a una panadería de pequeños y que nos regalasen uno de esos bastones de pan?).

Y es que en sus orígenes, la expresión ‘no comerse un colín’ no tenía que ver con el hecho de conseguir ligar o llegar a más (tener sexo o lo que comúnmente se llama ‘darse el lote’) sino con comerse algunos de esos bastoncillos de pan sin tener que pagarlos.

Muchas eran las personas con escasos recursos que acudían a alguno de esos establecimientos y aprovechaban para comerse los colines -antes de ser atendidos- que por gentileza del local había sobre la mesa, y posteriormente marcharse sin consumir nada del menú ni la carta. Pero claro, no todos conseguían dicho propósito, ya que los empleados de los restaurantes solían reconocer anticipadamente las intenciones de algunos de esos falsos clientes/comensales, impidiéndoles el paso al local o retirando de la mesa el recipiente con los colines.

El hecho de que una persona dijese que no se había comido un colín se convirtió en sinónimo de fracaso en un propósito, el cual se presuponía una empresa relativamente fácil. Con los años se extrapoló también a las relaciones personales a la hora de conquistar a alguien y conseguir (o no) un propósito carnal.

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Fuente de las imágenes: sanfranannie (Flickr) / pixabay

El curioso, mitológico y sexual origen del término ‘pánico’

El curioso, mitológico y sexual origen del término ‘pánico’

Conocemos como ‘pánico’ al estado de miedo intenso y el cual, en ocasiones, se convierte en colectivo o contagioso.

Para encontrar su origen etimológico debemos acudir a la Mitología Griega en la que nos encontramos con Pan, Dios de la fertilidad y sexualidad masculina, quien estaba dotado de un insaciable apetito sexual y vigorosidad.

Según relatan las fábulas mitológicas, una de las mayores aficiones del Dios Pan era perseguir a las Ninfas de los bosques con el fin de poseerlas sexualmente. También disfrutaba asustando a todo aquel con el que se cruzaba y había perturbado el sueño de su siesta.

De ahí que surgiera el término ‘pánico’ para referirse al momento de terror intenso. Al castellano llegó a través del latín ‘panicus’ y a éste desde el griego ‘panikós’ (Πανικός) compuesto por ‘Pan’ (nombre del mencionado Dios) y el sufijo ‘iκός’ (relativo a).

Cabe destacar que, a partir de la Edad Media, la imagen de Pan se utilizó en los aquelarres y rituales de brujería, representándolo como un macho cabrío y asociándolo a menudo con el propio diablo.

 

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Portada del libro "Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO" de Alfred López

 

 

Esta curiosidad es una de las que encontrarás en mi libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa

 

 

 

 

 

Fuente de la imagen: pixabay

¿De dónde proviene la expresión ‘No sólo de pan vive el hombre’?

¿De dónde proviene la expresión ‘No sólo de pan vive el hombre’?

Suele utilizarse la expresión ‘No solo de pan vive el hombre’ para indicar que los seres humanos tenemos otras muchas necesidades que las meramente alimenticias (muchas veces es dicha como clara referencia al sexo).

Pero la locución no se refiere a necesidades físicas de las personas sino a las espirituales, debido a que la expresión fue tomada de un pasaje del Evangelio (Mateo 4 y Lucas 4) en el que se describe el momento en el que Jesús es llevado al desierto (por el Espíritu Santo en forma de paloma) para ser tentado por el diablo y, tras cuarenta días y noches de ayuno, éste retó al Mesías a que, si realmente era el hijo de Dios –tal y como aseguraba- convirtiera unas piedras en pan.

Es en el versículo de Mateo 4:4 y Lucas 4:4 donde Jesús responde: – Escrito está: ‘No de solo pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios’ –

La referencia que (según Mateo y Lucas) hacía Jesús con el ‘escrito está’ era al ‘Deuteronomio’ (o Libro Quinto de Moisés) en donde se puede leer en el capítulo VIII lo siguiente: Él te humilló y te hizo sufrir hambre, pero te sustentó con maná, comida que tú no conocías ni tus padres habían conocido jamás. Lo hizo para enseñarte que no solo de pan vivirá el hombre, sino que el hombre vivirá de toda palabra que sale de la boca del SEÑOR.

 

 

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Fuente de la imagen: pixabay

¿Sabes qué es una poya?

 

¿Qué es una poya? (Horno de poya)

Posiblemente a muchos de los lectores y lectoras de este blog, tal y como han leído la palabra ‘poya’ en el título del post, le ha venido a la mente y lo han relacionado con el órgano sexual masculino, pero no, el modo de llamar al pene de forma vulgar es polla, con doble ele (o ‘elle’ como algunos, consciente aunque incorrectamente, la llamamos) y el término del cual voy a hablar hoy en esta entrada nada tiene que ver y además es con i griega (la RAE se empeña en llamarla ‘ye’).

La ‘poya’ era el pago que se realizaba por utilizar un horno común.

Muchos eran los pueblos en los que antiguamente no se permitía disponer de horno en las casas particulares, por lo que para hornear el pan debían acudir a uno comunitario. Ese lugar era conocido como ‘horno de poya’.

Este tipo de locales donde se encontraba el horno para uso común surgió alrededor del siglo XVI y solía estar en una casa propiedad de uno de los señores feudales o del Concejo municipal siendo una persona (el hornero) la encargada de mantener el horno encendido y preparado (durante todos los días del año) para su uso por todos aquellos lugareños que lo necesitasen, teniendo éstos que pagar por el derecho de uso (que podía ser en especies: parte del pan horneado o con dinero), este acto de remunerar al hornero es lo que se conocía como ‘poyar’.

Anualmente, mediante subasta pública, se elegía al hornero que se ocuparía de tener el horno de poya listo durante todos los siguientes 365 días.

Etimológicamente el término poya tiene la misma procedencia que poyo -del que os hablé en el post ¿Cuál es el origen de la expresión ‘Montar un poyo’?– (podĭum en latín)  y cuyo diferentes significados son podio (tribuna/tarima en la que subirse), banco de piedra junto a la pared a la entrada de muchas casas de campo/pueblo y también (que es la que nos interesa en este caso) la tabla o banco de piedra utilizado como encimera que se colocaba en las cocinas (seguro que más de uno/a le llamáis o habéis escuchado a alguien llamarlas poyos o poyetes).

En los hornos de poya esa encimera (poyo) estaba colocada junto al horno y ahí era donde se dejaba la masa para que se asentase antes de introducirla para ser horneada.

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

 

 

Nota: Este post es mi aporte a la iniciativa #LunesPollas convocada por Francis R. Villatoro (@emulenews) a través del portal Naukas y en el que un gran número de blogueros y divulgadores publicaran posts relacionados con el pene (desde el lado científico del tema, evidentemente). Se trata de la continuación del de la semana pasada #LunesTetas y en el que publiqué el post “¿De dónde surge la expresión ‘Tiran más dos tetas que dos carretas’?”. En esta ocasión he querido aprovechar la confusión y juego que trae dicha palabra (polla/poya).

El curioso origen de la palabra ‘compañero’

El curioso origen de la palabra ‘compañero’

Días atrás publicaba el post sobre el origen de la expresión ‘hacer buenas migas’ en el que os explicaba que este famoso modismo provenía de cuando antiguamente los pastores trashumantes solían juntarse para comer juntos y en el que cada uno de ellos aportaba algo para ese rico plato compuesto principalmente de pan, embutido o tocino, ajos, aceite y agua. Ese acto de compañerismo y camaradería entorno a este ágape fue lo que originó dicha expresión.

Y es que en un acto similar es donde nace la palabra ‘compañero’ y su curiosa etimología.

El término compañero etimológicamente procede del latín ‘cumpanis’ (cum: con panis: pan), cuya traducción literal es ‘con pan’ dándole el  significado de ‘compartiendo el pan’ o ‘los que comparten el pan’, ‘comer de un mismo pan’, llegando hasta nosotros como ‘compañero’.

Al respecto del momento histórico en el que pudo originarse hay discrepancias entre los expertos, encontrándonos quien lo sitúa en ‘la Última Cena’ en la que Jesucristo compartió el pan con sus compañeros de mesa (los doce Apóstoles), siendo una costumbre trasladada a los religiosos que difundieron su mensaje evangelizador, tomando el pan la forma de ‘hostia consagrada’.

Hay quien apunta a San Ignacio de Loyola, fundador de la orden religiosa de la Compañía de Jesús en el siglo XVI.

Sin embargo, otros sitúan el momento en el que se originó en los trashumantes y aquellos viajeros que compartían su pan con otros, naciendo de ahí un acto de fraternidad y compañerismo.

El término aparece por primera vez en las ‘Glosas Silenses’ unas notas medievales de finales del siglo XI escritas en lengua romance en los márgenes de libros en latín y que fueron encontradas en el monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos).

 

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Fuentes de consulta: etimologias.dechile / elcastellano / Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana de Joan Corominas / elalmanaque /
Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿Cuál es el origen de la expresión ‘No está el horno para bollos’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘No está el horno para bollos’?

A través de twitter, @Rafa_Rockymetal me realizó tiempo atrás varias preguntas que tenía pendientes de responder y que trataré de contestar en las próximas semanas (disculpa por la tardanza). La primera de sus consultas era sobre el origen de la expresión ‘No está el horno para bollos’.

Cuando queremos indicar que no es un momento propicio para hacer algo solemos utilizar la expresión ‘no está el horno para bollos’.

El bollo al que hace referencia esta locución se trata de un panecillo dulce elaborado a base de harina y azúcar y que se horneaba solo en ocasiones especiales, no siendo algo que se realizase con asiduidad como podía ser el pan. Para que la cocción de estos bollos fuese perfecta hacía falta que el horno tuviese una temperatura específica, lo que hacía que no se pudiese cocinar o meter en cualquier momento, ya que no se garantizaba el éxito a la hora de elaborarlos.

De ahí que quedase relacionado el hecho de que una situación no es propicia para realizar algo concreto (pedir un favor, hacer una broma, explicar algo…) y la antigua costumbre de tener preparado el horno a una temperatura adecuada y en una ocasión especial para cocinar los bollos.

 

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Fuentes de consulta: Diccionario de refranes, dichos y proverbios de Luís Junceda / 1de3
Fuente de la imagen: library.nuim.ie

¿Por qué el pan se pone duro tan pronto y antes duraba más?

¿Por qué el pan se pone duro tan pronto y antes duraba más?A través de la página en facebook de este blog, Irene Moratalla me pregunta sobre el porqué el pan se pone duro tan pronto y me comenta que años atrás recuerda que una barra podía durar blanda un par de días, pero que actualmente en unas pocas horas ya está prácticamente incomible.

El motivo por el que hoy en día una barra de pan se endurece mucho más rápidamente que antes es por el tiempo de cocción al que es sometido, ya que éste es inferior al de antaño. Esto ocurre desde que se estableció un baremo para el pan que se regía por el peso y no el tamaño de la pieza.

Al estar menos cocida queda un exceso de humedad en la barra que ayuda a que esta pese más, por lo que se obtienen unas barras que están dentro del peso establecido pero utilizando algo menos de harina.

Puede parecer ridículo que ese minúsculo ahorro de harina aporte algún beneficio al panadero/comercio, pero si es multiplicado por cientos de barras que puede hacer/vender la jugada sí que sale a cuenta.

Ese exceso de humedad que provoca que se endurezca y seque más rápidamente (debido a que  se humedece con el vapor de agua del ambiente) es el mismo motivo por el que si ponemos una barra un rato dentro del horno y la calentamos obtendremos pan como si estuviera recién hecho.

Para alargar la vida del pan es aconsejable guardarlo en el frigorífico (de este modo el pan mal cocido retiene su exceso de agua), envuelto en un trapo o bolsa de plástico o metido en un recipiente cerrado herméticamente (así queda aislado de la humedad ambiente).

Afortunadamente todavía queda un buen número de panaderías artesanales que siguen haciendo el pan como años atrás, notándose en la calidad final del producto, aunque esto les supone unos costes de elaboración elevados, siendo cada vez son más los comercios que acaban recurriendo a despachar barras de pan adquiridas ya pre-cocidas (y un gran número de veces congeladas) a panificadoras industriales y terminando la cocción en hornos eléctricos que allí disponen, pareciendo que está recién hecho por ellos.

 

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Portada Vuelve el listo que todo lo sabe

 

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Fuentes de consulta:  francis.naukas.com / elforodelpan
Fuente de la imagen: Alfred López @yelqtls