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Madres adolescentes en la tele

Cuatro ha estrenado este viernes un nuevo «coach», uno de esos programas pensados para que uno o varios expertos oriente y ayuden sobre determinados temas con tintes de reality (unos más que otros).

Se llama Madres adolescentes, es la adaptación de un formato inglés y consiste en:

Seis jóvenes madres, con sus hijos, conviven durante quince días en una casa apartada de la ciudad. Asesoradas por un equipo de profesionales, una psicóloga y dos enfermeras, aprenderán todo lo relacionado con el cuidado de sus bebés.

Las adolescentes son las protagonistas indiscutibles del programa. La narración se estructura cruzando la convivencia de las jóvenes en su nueva casa con las lecciones y consejos individualizados de las expertas que tratan de enseñarles a ser mejores madres.

Narrada en cuatro capítulos, la presencia de las cámaras en la casa permite asistir a la evolución de estas adolescentes que, por primera vez, se quedan totalmente a cargo de sus bebés y muestran muchas carencias como un escaso vínculo madre-hijo.

A través de sus confesiones, de las sesiones con la psicóloga y de la convivencia entre ellas, será posible conocer las circunstancias que les han llevado a convertirse en madres adolescentes. El programa contará con la presencia de seis jóvenes españolas que tienen entre 16 y 17 años. Sus nombres son Zara, Raquel, Elsa, Victoria, Isabel y Alejandra. La edad de sus hijos abarca una amplia franja, entre recién nacidos y 18 meses.

Sus predecesoras, Supernanny y S.O.S. Adolescentes, ya fueron polémicas. Esta lo parece aún más.

Había visto las promociones y había leído sobre el formato. Y a mí me chirría por todas partes. Estamos hablando de menores de edad y bebés en la televisión y en una situación difícil.

Pero quería ser justa, no quería escribir sobre el tema hasta no haberlo visto. Y por desgracia este viernes se me escapó, así que pensaba esperar una semana más.

Pero no he podido evitarlo. El sábado en una comida familiar un familiar, aún sin hijos, comentó algo así:

¿Habéis visto el nuevo programa de madres adolescentes? ¿No? Pues es interesante. Te cuenta muchas cosas que vienen bien y que yo no sabía. Por ejemplo, una de las enfermeras eseñaba a una de las madres que el bebé tiene que llorar, que hay que dejarle un rato que llore y no acudir corriendo a cogerle en brazos porque a los bebés les viene bien oirse llorar a sí mismos. Así aprenden a identificar su propia voz y a hablar antes.

Cuando le dije, con otras palabras, que como teoría me parecía una soberana estupidez, me replicó que esa enfermera había atendido más de 300 bebés y sabría por su experiencia lo que mejor para ellos.

Yo sólo he atendido a un bebé y me he leído unos cuantos libros y artículos con diversas teorías. Pero si efectivamente es así cómo van a enseñarlas a cuidar de sus bebés, vamos aviados.

Lo primero que pensé es que podían limitarse a mostrar como bañarlos, alimentarlos o atenderlos si están malitos.

El próximo viernes no me lo pierdo para opinar de primera mano.

Aquí os dejo la crítica de Vayatele.com, que sí que lo vió.

Soy seguidora de los coach de Cuatro, me gustan casi todos, desde los de perros hasta los de cuentas, con la excepción de Desnudas y los que presentó Raquel Sánchez Silva, así que anoche esperaba ver otro programa de ayuda, con un nuevo tema pero con una estructura similar, pero Madres adolescentes resultó ser una desagradable vuelta de tuerca en el formato.

La primera pregunta que me hice es por qué terminan convirtiéndolo todo en un Gran Hermano. Las seis chicas con sus seis hijos pasarán quince días en una casa apartada, ayudadas y supervisadas por una psicóloga y tres enfermeras que les enseñarán cómo cuidar de sus hijos. No me lo esperaba y me sorprendió ver la crudeza de algunas imágenes, los cebos que alimentan la tensión, los zoom dramáticos, la música de terror, el blanco y negro…,. En fin, un drama con todas las letras que llegó a tener momentos desagradables, como la imagen ampliada, en blanco y negro, con música de ultratumba, de una criatura de quince días vomitando en una cuna.

Pero más allá del aspecto también eché de menos lo que nos daba Supernanny o SOS Adolescentes, es decir, el entorno. ¿Los padres de unas niñas menores de edad no tienen nada que aprender? ¿Y los padres de los bebés? Se emitieron vídeos testimonio de los familiares pero eso no me parece suficiente en un problema de estas características, con un fuerte alcance social. Parece ser que la gracia del asunto es que estas jóvenes estén solas y se enfrenten y asuman las nuevas responsabilidades en la soledad de una habitación, vigiladas por una cámara. Pues a mí, qué queréis que os diga, esa no me parece la mejor manera.

Pese a todo esto Madres adolescentes se estrenó con un 10% del share y casi millón y medio de espectadores, veremos cómo le va en las siguientes semanas.

¿Vosotros lo habéis visto? ¿Qué os parece?

La tele, ese invento del demonio

¿Es realmente la tele algo tan perjudicial para los niños?

Parece que hoy día y entre gente medianamente instruida, hay una tendencia creciente a creer que sí.

He visto en mi entorno padres que jamás han puesto la tele delante de sus hijos pequeños. Alguno, de hecho, ni siquiera tenía televisor en casa.

Y también he visto con mis propios ojos como esos niños llegaban a mi casa y quedaban hipnotizados ante ese aparato mágico lleno de colores y sonidos.

Tal vez tenerles el acceso a la televisión limitado en exceso rodea de un aura de lo más misteriosa y atractiva al invento.

Yo, que cada año que pasa estoy más aristotélica, sigo pensando que en el término medio está la virtud.

A mi peque le gusta ver un rato de vídeos musicales, de Pocoyo o de Cantajuegos, y tampoco creo que le vaya a causar un daño irreparable.

¿No será mejor normalizar su uso, como el de cualquier otro entretenimento o instrumento inventado por el hombre?

No puedo olvidar lo que disfruté en mi infancia con Comando G, La abeja Maya, Erase otra vez la vida o el hombre.

Y cómo me dió luego la oportunidad de ver películas antiguas, series estupendas, informativos o documentales. Hoy mismo he estado disfrutando del documental sobre embarazos múltiples de National Geographic del que ya os hablaré en otro momento.

La tele es una mierda, sí, vale. Afirmarlo es ya una convención.

Pero yo siempre la defenderé y estaré agradecida por las muchas horas de ocio y aprendizaje que me ha dado.

Eso sí, si un día mi hijo no juega con mi perra cuando le traiga la pelota por estar enganchado a la tele, a lo peor me arrepiento de todo lo dicho.

¿Recordáis este anuncio? Mi santo no. Está claro que yo veía más tele que él.

Mi primer héroe infantil televisivo y el de mi peque

No recuerdo cual fue el primer programa que me enganchó en televisión, pero mi madre dice que me quedaba embobada con el bosque de tallac.

Mi santo recuerda chiflarse de bien pequeño con Ulises 31.

Pues mi peque, a sus 17 meses y medio, ha encontrado su primer héroe infantil: Pocoyo.

Gracias a youtube, nos sabemos de memoria todos sus episodios en castellano e inglés (incluso nos hemos visto alguno en portugués).

Entre los que más le gustan: el del teléfono, el de la muñeca de Elly, el de irse a dormir, el de «no tocar»…

Pero gracias a también gracias a youtube hemos encontrado su preferido. Con el que se troncha entero. Las carcajadas resuenan por toda la casa.

Lo han hecho un par de hermanitas y ya lo han visto más de 80.000 personas.

Aquí lo tenéis:

Creo que antes que Pocoyo fueron los Lunnis y los Teletubbies.

Cada generación tiene sus pequeños héroes catódicos…