Lo que deberíamos hacer los padres cuando nuestros niños practican algún deporte

Niños jugando al fútbol (GTRES).

Niños jugando al fútbol (GTRES).

Hay bastantes posts en este blog que dejan claro que soy una gran defensora de unir deporte y niños. No voy a hablar aquí de los beneficios del deporte en la infancia otra vez, lo último que pretendo es aburrir a nadie.

Ayer tuve la suerte de escuchar en un evento organizado por Decathlon a Josele González, que se dedica profesionalmente a preparar a niños y chavales para jugar al fútbol en Carabanchel, pero sobre todo para intentar que se diviertan haciéndolo y saquen provecho personal de ello. Ojo, provecho en forma de valores, forma física y salud, la cosa no va de convertirles en el futuro Cristiano Ronaldo.

En la charla que tuvimos salieron algunos consejos en forma de pinceladas que es lo que quiero recoger hoy aquí sobre cómo debemos obrar los padres en las actividades deportivas extraescolares de los niños. Hay mucho que podemos hacer:

  • Los niños pequeños, si les gusta, pueden probar todos los deportes por los que tengan curiosidad y permanecer en aquellos que les diviertan, sin presiones tempranas sobre si se les dan mejor unos u otros. Si no lo pasan bien, no hay razón para insistir. Hay muchas otras posibilidades.
  • Hay que procurar que la práctica deportiva extraescolar sea en algún sitio cercano a casa, que no suponga mucho trastorno logístico. Tampoco hay que agobiar las agendas de los niños. Los padres somos los gestores del tiempo que nuestros hijos dedican a diferentes actividades y debemos hacerlo con cabeza.
  • A la hora de elegir el club, escuela o academia en la que practicar deporte hay que fijarse en primer lugar en si el niño se divierte y en segundo lugar en si en ese sitio enseñan valores asociados al deporte.
  • Es normal que en la selección o el Real Madrid entrenen a puerta cerrada, pero en los entrenamientos de nuestros niños no debería haber inconveniente en que los padres podamos presenciarlos. De hecho es recomendable hacerlo y no quedarnos con la asistencia a partidos y competiciones, no solo por ver cómo les enseñan, sino por darles a entender con nuestra presencia que el trabajo previo es tan o más importante.
  • ¿Cómo lo has pasado? ¿Qué has aprendido? ¿Qué es lo que tienes que mejorar? Ese es el tipo de preguntas que deberíamos hacer a nuestros niños cuando vuelven de un entrenamiento o de un partido o competición. Esas y no el típico ¿Habéis ganado? ¿Cómo habéis quedado? Eso probablemente caiga sólo sin preguntarlo. Tampoco otras del tipo ¿Cuánto tiempo has jugado? ¿Has metido algún gol?
  • En Estados Unidos sólo uno de cada catorce mil niños acaba siendo un deportista profesional. En España no es más fácil. Por eso los padres debemos estar mentalizados de que lo que va a conseguir nuestro hijo con el deporte es estar sano, mejorar habilidades sociales, forma física y aprender en valores, pero no debemos ir con la esperanza o la obsesión de tener a los próximos Pau Gasol, Serena Williams o Iniesta.
  • Sobra decir (o debería sobrar, pero no es así por desgracia) que los padres deberían ser los primeros en dar ejemplo desde las gradas cuando los niños ya son algo mayores y empiezan a competir. Si un entrenador en una de las categorías inferiores sacrifica la victoria a cambio de que todos los niños jueguen, bien hecho está. Si el árbitro, que probablemente también sea un crío, se equivoca, no pasa nada que todos lo hacemos. No se insulta ni siquiera suavemente (¡qué malo eres!) a los niños que juegan, a los entrenadores ni al árbitro.
  • Y deberíamos valorar más un gesto bonito, deportivo de un niño a otro, sea compañero o contrincante, que un gol o un triple. De hecho ayer hablaron de que en algunas competiciones de fútbol infantil se usa la tarjeta blanca en esos casos, además de la roja y la amarilla. Me parece una buena idea.

También se mencionó someramente las diferencias entre deportes individuales y de equipo. Yo soy más de los primeros y sé que soy minoría. Probablemente es cierto, como se mencionó ayer, que hay menos oportunidad para trabajar competencias sociales y valores colectivos, pero también es probable que haya menos presiones, motivos de conflicto y problemas de comportamiento adulto asociados. Probablemente dé para otro post.

Por cierto, he empezado a correr de nuevo tras mi operación de rodilla del este invierno, con cabeza, constancia y sin más objetivo que mi equilibrio mental, mejorar un poco mi forma física y empezar a correr con Jaime, como ya os conté.

¡Hay que moverse!

Fotos: GTRES

12 comentarios

  1. Dice ser albitaguapa2

    no estoy de acuerdo en que los padres vean todos los entrenamieto pues no son pesados los padres

    17 septiembre 2014 | 08:58

  2. Dice ser Marta

    Yo tampoco estoy de acuerdo en que los padres presencien los entrenamientos. Soy profesora de natación y estoy en contra por dos motivos: el primero es, sencillamente, que la presencia del padre o la madre difuculta la relación del niño tanto con su entrenador (sobre todo), como con sus compañeros. Todos, hasta los niños, necesitamos nuestro espacio personal sin tener a mamá mirando. La segunda razón es que hay algunos padres que se creen Mourinho o madres que no soportan ver que sus hijos se caen o se pelean (algo normal rn un entrenamiento con niños)

    17 septiembre 2014 | 09:18

  3. Dice ser Pepa

    Yo tampoco estoy a favor de que los padres vayan. Y si van, que se queden en la grada calladitos y comportándose.

    Mi hermano era entrenador de chavalines (5-6 años), y muy a su pesar tuvo que dejarlo porque no soportaba a los energúmenos de los padres.
    La gota que colmó el vaso:
    -Oye, ten cuidado con lo que llevas puesto, que estás discriminando a mi hijo.
    -¿Disculpe? Si su hijo ni si quiera está en mi grupo de entrenamiento.
    -Ya, pero es que con esa camiseta que llevas los demás niños se ríen de él.

    Mi hermano, con una camiseta de Iniesta.
    El chaval, de punta en blanco (medias y zapatillas incluidas) del R. Madrid.

    17 septiembre 2014 | 09:41

  4. Dice ser marian

    Mi hijo también prefiere los deportes individuales y a estas alturas y viendo cómo se tratan entre sí chavales de 9 y 10 años en los partidos de futbol, me temo que también.

    Realmente no se a qué valores del deporte en equipo se refieren: ¿que los compañeros lo mismo te encumbren, que te machaquen? ¿a aprender que el fracaso es de uno y la gloria de todos? ¿ que puedan ver la parte más energúmena de un adulto en las gradas? ¿a hacer trampas (faltas)? ¿a presenciar los cabreos más cafres?…
    En los cuatros años que mi hijo practica Kenpo, así como en sus campeonatos y entrenamientos no he visto nada de eso, al contrario, tenacidad, disciplina, superación, admiración y un buena grado de tolerancia a la frustración.

    A lo mejor esto de la opinión de que los deportes colectivos son mejores, cambia como la opinión sobre el pescado, ahora es mucho mejor el azul, deberían estudiarlo.

    17 septiembre 2014 | 10:35

  5. Dice ser Almudena Fer

    Yo tampoco veo muy claro lo de los entrenamientos. En primer lugar por tiempo, bastante complicado es ya poder siquiera llevarles a los partidos como para poder ver los entrenamientos. En mi caso el deporte que practican es como extraescolar del cole y no puedo llegar antes a recogerlos. En cualquier caso, no dejan pasar, y la verdad es que creo que hacen bien. Menudos somos los padres. Yo de momento no he tenido problemas con los padres en los partidos de fútbol, nos comportamos muy civilizadamente. Pero ya veremos, porque mis hijos son bastante paquetes jugando, asi que no descarto posibles conflictos en un futuro. Porque por el momento estoy encantada con el entrenador, saca al niño que le toque juegue peor o mejor y vayamos ganando o perdiendo. Como creo que debe ser en estas esdades.
    Pienso que se pone a competir a los niños demasiado pronto, incluso a practicar deportes concretos. Yo creo que no deberían competir hasta al menos los 8 y con 5 o 6 serían mejores las actividades multideportivas que los de portes concretos
    A mi también me gustan más los deportes individuales, sobretodo para los niños que no destacan, lo hagan mejor o peor no interfieren con el resto y se evitan comparaciones y conflictos.
    Y haría otro llamamiento a los padres y madres. Que pongan el mismo interés en las actividades deportivas de sus hijas que ponen en las de sus hijos.

    17 septiembre 2014 | 10:45

  6. Dice ser Nacheras

    De acuerdo con el resto de los comentaristas, es que no sólo a los entrenamientos, los padres no deberíamos ir ni a los partidos (y me incluyo). El chaval o chavala se siente presionado por la presencia paterna (materna en menor medida), o al menos, actúa de distinta forma que si no estuvieran los padres presentes. A lo que hay que añadir que no aportan absolutamente nada ni a los niños, ni a los propios padres ni a los entrenadores, es más, en muchos casos es más una molestia que otra cosa. No se trata de una mayoría afortunadamente, pero algunos de ellos hasta tienen la osadía de dar instrucciones a sus propios hijos, susituyendo la labora del entrenador y en muchos casos contradiciéndole (soy testigo).

    Otro «espectáculo» digno de ver es en las clases de natación. En la piscina en la que nado habitualmente, me pregunto qué les aporta a los niños/as que decenas y docenas de mamás (en ese caso la mayoría es femenina) se agolpen en las vitrinas que rodean la piscina para ver chapotear a sus retoños. Qué quieren comprobar, que no se han ahogado?? lo mono que les queda el bañador?? a no ser que sea a efectos de logístca de llevarles/recogerles por lejanía a casa (que no creo que sea mayoría), mi no entender qué co… pintan allí.

    En lo que estoy de acuerdo es en los deportes individuales vs deportes de equipo, no creo que aporte más uno que otro, o que sea más beneficioso en función de qué criterios. Además lo de los deportes individuales es únicamente a efectos de competición, porque entrenar se entrenan en grupo (que es lo que ocupa el 90% de una actividad deportiva a estas edades, en realidad…..)

    17 septiembre 2014 | 11:15

  7. Dice ser Susana

    De acuerdo con Almudena Fer en lo de chicos y chicas. Yo tengo uno de cada y los amiguitos van todos a futbol y las amiguitas a ballet o a flamenco.
    Opino todo lo contrario que Nacheras. Una cosa es que no podamos ir por falta de tiempo, pero a mis hijos les encanta que su padre o yo les veamos entrenar. Eso si ni nos metemos, ni opinamos, ni les damos instrucciones…solo les vemos y les animamos.
    En el cole de mis hijos han puesto una extraescolar de «deporte en familia» me parece una idea genial. Ya os contaré qué tal porque no empezamos hasta octubre.

    17 septiembre 2014 | 11:56

  8. Dice ser Nacheras

    Susana, una cosa es lo que les gusta y otra lo que les beneficia. A mis hijas les encantan los helados y no por eso se los doy todos los días. En mi comentario estaba pensando sobre todo en mi caso personal de la mayor, que juega al baloncesto, y sí que he ido algunas veces a sus partidos porque reconozco que me gusta ir a verla y ver cómo se desenvuelve, pero sinceramente no creo que a ella le aporte nada. Y en su caso personal es una niña muy independiente y ni le gusta ni le disgusta (vamos, que le da lo mismo jajaja). A veces confundimos lo que nos gusta a nosotros con lo que les gusta a nuestros hijos, y no lo digo por tí ni mucho menos.

    Aparte lo que decía antes, que el comportamiento de algunos otros padres («padres» en masculino) deja bastante que desear, aunque repito en que por suerte no son mayoría. No son un buen ejemplo ni para sus propios hijos, ni para los otros chavales, ni para incluso el entrenador, que es otro «niño» que solo tiene 17 años.

    17 septiembre 2014 | 12:15

  9. Dice ser Vanessa

    Yo si estoy a favor de que los padres veamos los entrenamientos. Y por otro lado….. me encanta el penúltimo punto porque justo he vivido la temporada anterior y estoy viviendo esta, justo tragando ese punto, en la parte que habla del entrenador. Lo peor de todo, es que quien lo sufrió, sufre e intentaré que no lo sufra pero lo va a seguir sufriendo, es mi niño.

    17 septiembre 2014 | 13:43

  10. Dice ser Almudena Fer

    Me había saltado al leer el penúltimo punto. Debería estar en mayúsculas y enmarcado. Y a los entrenadores que dejan a un niño sin jugar por conseguir una victoria, directamante despedirle. Y a ser posible, sin indemnización 🙂

    17 septiembre 2014 | 13:50

  11. Dice ser Umm

    Mi nena, 5 años, empieza este año en el cole a practicar atletismo. Está muy ilusionada y yo encantada si le gusta. El problema de los entrenamientos, cuando los niños son pequeños, es si van unos padres y otros no. A los peques les encanta que sus padres estén apoyándoles, pero ya digo que de pequeñitos. Afortunadamente a ninguno nos gusta el fútbol, así que no creo que haya problemas en las competiciones.

    17 septiembre 2014 | 14:22

  12. Dice ser konver | toner

    Hacerlo los padres también?

    cartuchos hp
    http://www.konver.com

    17 septiembre 2014 | 17:05

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