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Si quieres echarte unas risas lee las novelas de Patrick Dennis

Abran paso al rey del disparate inteligente hecho libro, Patrick Dennis. O, mejor dicho, Edward Everett Tanner III, su verdadero y pomposo nombre que, pese a lo que pueda parecer, en este caso no es sinónimo de origen aristocrático. Todo lo contrario.

Pero a día de hoy y sin ser aún un autor mediático ni mucho menos de masas, Patrick Dennis es uno de los grandes titanes del humor inteligente y definitivamente bífido de la literatura de todos los tiempos, y uno de los grandes bibliopatrones de la librería.

Así que aquí en reginaexlibrislandia somos patrickdennisianos devotos y confesos.

Y no podría ser de otra manera, porque es un autor capaz de armar tramas trepidantes que son bibliogéiseres de escenas y diálogos desternillantes, y de hacerte caer rendido a los pies de personajes memorables que te mantienen en una carcajada continua de principio a fin.

Y todo eso en novelitas muy ágiles y con capítulos breves que se leen en un aysss. Como La Tía Mame, que fue la que, tras haber sido rechazada la friolera de diecinueve veces, una vez publicada pulverizó cualquier expectativa: vendió más de dos millones de ejemplares en EEUU en 1965 y se parapetó ciento doce semanas en la lista de los diez más vendidos del New York Times.

Y por si eso fuera poco se llegó hubo semanas en las que vendía hasta mil copias diarias. Con semejante bombazo libresco sus siguientes novelas –fieles a la calidad, el estilo y el humor desopilante de la primera- trazaron la misma trayectoria estelar.

Y así es como Patrick Dennis pasó a ser icono de la bohemia neoyorquina de los años cincuenta y sesenta del siglo XX, de sus novelas llegaron adaptaciones a múltiples formatos (películas, series televisivas, musicales, etc) y fue uno de los escritores norteamericanos más leídos del momento.

Y con razón, queridos. Con razón. Y por eso en reginaexlibrislandia lo prescribimos a discreción.

Y no me interpretéis mal: sé que cada cual tiene su sentido del humor perfectamente delimitado, pero cuando se trata de buena literatura hay títulos y autores que te pulverizan cualquier frontera emocional y acabas irremediablemente desternillado aunque no quieras.

Es el caso de Patrick Dennis. ¿La prueba? La tenéis en cualquiera de sus novelas editadas en castellano: La tía Mame, La vuelta al mundo con la Tía mame y Genio.

Las repasamos:

La Tía Mame. Patrick Dennis. Acantilado. No concibo que nadie pueda leer este libro sin haber soltado más de una carcajada ni caer rendido a los pies de uno de los personajes más carismáticos, divertidos, imprevisibles, glamurosos y entrañables de las letras anglosajonas. La novela cuenta cómo tras quedar huérfano a los 10 años el joven Patrick conoce a su tutora en su mansión neoyorquina justo antes del crack del 1929. Lejos de ser una solterona al uso, la tía Mame es una criatura divina y magnética con más pájaros en la cabeza que plumas en su boa pero con las cosas muy claras y encanto y tozudez a prueba de bombas y declives bursátiles. Por eso, el huerfanito no tarda en adorar a esta viuda chispeante, bífida y deshidratada, para quien las 9 am son “la mitad de la noche”. Rica, deslenguada y estilosa hasta lo imposible, tiene tanto fondo de armario como registros dramáticos, y las peripecias que vivirán sobrino y tía no tienen desperdicio. Muy, muy divertida.La Tía Mame

La vuelta al mundo con la Tía Mame. Patrick Dennis. Acantilado. Tras leer La tía Mame matarías por una de esas fiestas sofisticadas, un dry-Martiny, una boa bien tupida y una boquilla de veinte centímetros. Muy, muy divertida. Y si creías que no te podías reír más con las andanzas de Mame Dennis deja lo que estés haciendo y ponte con La vuelta al mundo con la Tía Mame. En él Patrick, felizmente casado y con un hijo, deja que Mame lleve de viaje por Oriente a su retoño durante las vacaciones a pesar de los recelos de su mujer y con la condición de que ambos regresen antes del inicio del curso. Pero como la Tia Mame vive en su propia temporalidad ya han pasado ¡dos años! desde que partieron y solo saben de ellos gracias a curiosas y crípticas postales enviadas desde lugares exóticos. Para tranquilizar a su mujer mientras esperan el regreso del dueto Patrick, que trata de ahogar sus recelos a copazos, le relata parte de una vuelta al mundo que él dio de joven con su tía antes de que estallara la IIGM. Digo parte porque si para su esposa edulcora y cubre con una pátina educativa sus andanzas por París, Londres, la Austria nazi, la Rusia soviética y el lejano Oriente, al lector sí le da la visión integral de lo que en realidad fue un disparatado viaje por los cinco continentes donde lector no para­rá de reír con la extravagante y deliciosa Mame, con profunda irreverencia y sus ganas de vivir a pesar de todo y de todos.

La vuelta al mundo con la tía Mame

Genio. Patrick Dennis. Acantilado.  En un Hollywood donde la mentira, el engaño y la ostentación son moneda corriente, el director de culto Leander Starr es capaz de engatusar al mismísimo diablo. Pero los años no perdonan ni a un genio como él, y aunque el público le adora, sus ex mujeres y el fisco terminan por cercarle. Por eso se fuga a México decidido a rodar una película que le permita recuperar el prestigio y la fortuna. Se trata de El Valle de los Buitres, y para materializarla solo necesita dinero y a un guionista. Por suerte conoce al candidato perfecto, Patrick Dennis, un escritor en plena crisis creativa. El encuentro del director y el escritor detona una lucha de egos y una hilarante sátira del disparatado mundo de las estrellas del cine clásico de Hollywood tan trepidante, divertida y asombrosa como pocas, sí, pero en la línea de su maravillosa Tía Mame.

Genio

Así que, queridos, daréis un bibliopatinazo regino si no os tiráis como hienas a la caza de cualquier ejemplar de Patrick Dennis que tengáis a tiro.

Entre tanto os dejo con la primera de las adaptaciones cinematográficas de La Tía Mame, a la que siguieron series de tv, versión teatral y un musical. Una comedia hilarante que refleja bien el espíritu burlón del genio patrickdennisiano:

Cinco novelas para leer, reír y espantar la astenia primaveral a librazos

En la librería siempre me sacudo la astenia primaveral a librazos. Pero este año la melancolía y la desgana amenazaban con desplomarse sobre mi regio pelucón como una masa densa y gelatinosa de la que no iba a lograr desprenderme tan fácilmente, así que me autoprescribí la lectura encadenada de cinco títulos para echarme unas risas de novela.

Y funcionó, queridos, vaya si funcionó. Tanto que llevo unos días que soy todo dientes, con una sonrisa que me da la vuelta a la cara. Palabra de Regina ExLibris.

De hecho ha sido tan efectiva mi bibliomedia y tan radical el cambio en mi ánimo que mi equipo de libreros decidió probar mi biblioterapia. Y como a ellos también parece que les funciona me he dicho:

“Nena, que fluyan las risas de novela. Monta una mesa con esas cinco novelas que tantas carcajadas de tan hecho soltar”

Y aquí estoy. Y estas son mis más recientes cinco novelas para leer y echarse unas risas y, de paso, sacudirse la astenia primaveral del demonio a librazos.

¿Listos? Vamos:

1. Lucky Jim. Kingsley Amis. ImpedimentaDesternillante novela ambientada en el ecosistema universitario británico que catapultó a la fama a Kingsley Amis. Su protagonista es Jim Dixon, un profesor universitario de Historia Medieval que procede de un estrato social humilde y que si quiere conservar su puesto debe escribir y publicar un artículo que haga hincar la rodilla a lo más granado de los eruditos del claustro. Si ya de entrada con semejante papelón no sabe por dónde demonios salir, también necesita ganarse la camaradería de su jefe de departamento, un pedante insufrible de difícil trato. Y para rematar, tiene que reconducir la atracción que siente por una compañera en un precario equilibrio emocional tras intentar suicidarse por un desengaño amoroso. Vertiginoso despliegue de humor cáustico e inteligente, que es marca de la casa en un género, el de la narrativa de campus, que es típicamente inglés.

Lucky Jim

Lucky Jim

2. Mi abuela rusa y su aspiradora americana. Meir Shalev. Ático de los libros. Todas las abuelas son especiales, pero algunas más que otras. En Nahalal, el pueblo natal de Shalev, conocemos a su asombrosa abuela Tonia, que llegó a Palestina en barco desde Rusia y pasó toda su vida luchando contra el peor enemigo de su familia en esas nuevas tierras: la suciedad. A Tonia no se la vio nunca sin un trapo al hombro. Recibía a los visitantes fuera de casa y sólo permitía a unos pocos elegidos entrar en su inmaculada morada. Hilarante y conmovedora, la historia de la abuela Tonia y sus reglas cobran vida en un relato que gira alrededor de la llegada de una enorme y reluciente aspiradora americana, regalo de un tío que había emigrado a EEUU. Todo el pueblo asistirá atónito a la llegada del curioso objeto, que despertará reacciones encontradas. La abuela Tonia estará encantada con su misterioso aparato hasta que un detalle la relegará a un aseo al que ya nadie entra. Mezclando magistralmente realidad y ficción, Shalev crea personajes inolvidables y traza un retrato emotivo de su familia y de toda una época, la de los primeros colonos judíos en el recién creado Estado de Israel, con humor, ternura y sin caer en adoctrinamientos.

Mi abuela rusa y su aspiradora americana

Mi abuela rusa y su aspiradora americana

 3. Genio. Patrick Dennis. Acantilado. En un Hollywood donde la mentira, el engaño y la ostentación son moneda corriente, el director de culto Leander Starr es capaz de engatusar al mismísimo diablo. Pero los años no perdonan ni a un genio como él, y aunque el público le adora, sus ex mujeres y el fisco terminan por cercarle. Por eso se fuga a México decidido a rodar una película, que le permita recuperar el prestigio y la fortuna. Se trata de El Valle de los Buitres, y solo necesita dinero y a un guionista. Por suerte conoce al candidato perfecto, Patrick Dennis, un escritor en plena crisis creativa. El encuentro del director y el escritor detona una lucha de egos y una hilarante sátira del disparatado mundo de las estrellas del cine clásico de Hollywood tan trepidante, divertida y asombrosa como pocas, sí, pero en la línea de su maravillosa Tía Mame.

Genio

Genio

4. Cómo se hizo la guerra de los zombis. Libros del Asteroide.  Josh Levin es un aprendiz de guionista treintañero que se gana la vida dando clases de inglés para extranjeros mientras sueña con vender sus historias a una productora de Hollywood. Su portátil está lleno de ideas para guiones, pero su mayor apuesta es «La guerra de los zombis». Cuando un día llega a su apartamento y se encuentra al casero -un veterano de guerra tarado- hurgando en su colada, decide mudarse con Kimiko, su adorable novia. Todo parece ir bien hasta que Josh va a una fiesta en casa de Ana, una estudiante bosnia con un marido violento y celoso… Ambientada en unos Estados Unidos todavía traumatizados por los atentados del 11-s, esta es una hilarante novela sobre un tipo que está convencido de que «uno se puede organizar bien la vida sobre la base de la ausencia absoluta de esperanza y ambición». Risas y lucidez a cada salto de línea.

Cómo se hizo La guerra de los zombies

Cómo se hizo La guerra de los zombies

5. Lunario del Paraíso. Gianni Celati. Periférica. A finales de los años 70 el gran Gianni Celati, uno de los autores italianos más relevantes del cambio de siglo, publicó esta novela mítica y desopilante. En ella Giovanni se enamora en una playa de su país de una jovencita alemana y la sigue hasta el Hamburgo de The Beatles presa de cien mil furores, tanto de la carne como del espíritu. He aquí un filósofo andarín, un amante caballeroso y galante hasta el delirio, pero con un agujero en el zapato, un pobre infeliz que filosofa con profundidad y con palabras sencillas. Esta divertidísima novela, escrita en estado de gracia, cargada de diálogos y de escenas memorables, ofrece humor a raudales y aventuras trepidantes y disparatadas con ecos de la mejor literatura picaresca. Un antihéroe entre bobalicón y admirable que, sin duda, termina por conquistarte como lector.

Lunario del paraiso

Lunario del paraiso

Échate unas risas leyendo ¡Noticia bomba! de Evelyn Waugh

Mira que es contagiosa e irreprimible la pasión por un libro.

(Quemar después de leer, 2008 / Focus Features)

(Quemar después de leer, 2008 / Focus Features)

Y más aún si es de esos en los que la carcajada te aguarda a cada salto de línea. De ahí que el mejor prescriptor libresco es cualquier lector con el que te cruzas y al que pillas poseído por un título. Supura éxtasis libresco por cada poro de su epidermis y es absolutamente incapaz de reprimir su necesidad de gritarle al universo en pleno que deje lo que sea que esté haciendo y corra a por un ejemplar activado por un histriónico «¡TIENES QUE LEER XXXX!».

Ni si quiera yo, que mi oficio es prescribir a diario, soy inmune a ese poderoso efecto secundario de un episodio de biblioposesión en mi tiempo libre. Y más de una vez (y de dos, y de tres), he montado el biblionumerito estando suelta allende los confines de mi librería.

De hecho esta misma tarde lo he vuelto a hacer. Y sí, ha sido con uno de esos libros con los que me río de principio a fin: ¡Noticia bomba! de el grandísimo Evelyn Waugh.

Mira que me lo he releído veces y nunca falla: carcajadas continuas. El caso es que como amanecí algo turbia y renegando del mundo, decidí apaciguar a la bestia y autoprescribirme algo de mi propia biblioterapia de risas para evitar males mayores.

Apenas tres horas después estaba completamente transformada. Parecía otra. O, mejor dicho, estaba extasiada y poseída por la novelita. Pero es que, queridos, menudo festival de carcajadas con el amigo Waugh. Me sentía radiante y relajada, tanto que decidí salir -poseída y todo- a derrochar buenrollismo histérico por el barrio.

Y fue justo ahí, apenas unos metros después de plantar el pie regino en la calle, cuando me topé con una reginaexlibrislandiana de pro:

Clienta: Uy, Regina, muy contenta se te ve hoy, ¿no?

Regina: ¡Sí, si, si, querida!

Clienta:Pero, ¿te ha pasado algo?

Regina: ¡Uy! ¿Que si me ha pasado algo? ¡ALGO! ¡SÍ!

Clienta: ¿De qué hablas?

Regina: TIENES QUE LEERTE ¡NOTICIA BOMBA! DE EVELYN WAUGH

Clienta: ¡Acabáramos! ¡Un libro, cómo no!

Regina: En serio, mujer, TIENES QUE LEERTE ¡NOTICIA BOMBA! Mira cómo tengo el cutis. ¿Sabes por qué? De la jartá de reirme que me he pegado esta mañana. Me he quedado nueva. En serio, ¡LÉETELO YA!

Clienta: Pero qué son, ¿monólogos? ¿o qué?

Regina: Noooo. Evelyn Waugh es un escritor británico de la primera mitad del SXX. ¿Te suena Retorno a Brideshead?

Clienta: Sí, sí, me leí Retorno a Brideshead. De hecho te lo compré a ti, Regina

Regina: Pues este tiene poco que ver con aquel. Los dos son excepcionales, pero en ¡Noticia Bomba! destila todo su ingenio y talento para la sátira con un relato desternillante que pulveriza el sarao de la prensa y las corresponsalías de guerra.

Clienta: ¿Ah, sí?

Regina: Sí, y sabe del tema, porque él fue corresponsal de guerra. Pero aquí levanta una comedia de enredos maravillosa, en la que un tabloide manda por error a cubrir una guerra en un país remoto a un colaborador de temas de botánica. Es hilarante, en serio. ¡AY, TIENES QUE LEÉRTELO!

Clienta: vale, vale, CÁLMATE UN PO-QUI-TO, REINA. ¿Lo tienes en reginaexlibrislandia? Que voy mañana a por él

Regina: Sí, sí. En serio, es que TIENES QUE LEERTE ¡NOTICIA BOMBA!

Y se fue (más bien salió huyendo, todo sea dicho, menos mal que ya sabe que no suelo ser peligrosa) y yo continué dándole rienda suelta a mi episodio de biblioposesión noticiabombiana compulsiva a discreción. Conocidos, reginaexlibrislandianos de distinta graduación, familiares, amigos, en persona, en los bares, por teléfono, a gritos. Me faltó darme al grafiti, ahora que lo pienso. Pero es que en serio, querid@: ¡TENÉIS QUE LEEROS NOTICIA BOMBA, DE EVELYN WAUGH. Y más si queréis echaros unas risas de libro. Palabra de Regina ExLibris.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

¡Noticia bomba!

¡Noticia bomba!

¡Noticia Bomba! Evelyn Waugh. Anagrama. Un magnate de la prensa de Fleet Street llamado Lord Copper presume de la infalibilidad de su olfato para descubrir talentosos reporteros que inundan de exclusivas su tabloide y ganarle así lectores a la competencia. Sin embargo, a causa de una confusión de apellidos, envía a «cubrir» la guerra civil en una remota república africana a uno de los periodistas más improbables para tal misión. A partir de ese equívoco, Evelyn Waugh se lanza a una feroz y desopilante sátira sobre el mundo del periodismo, los enviados especiales, la información, la desinformación y la confusión. Considerada como una de las grandes novelas de humor del siglo XX, es también un vívido y corrosivo retrato de la profesión y del sector que arrancará las carcajadas tanto de quienes la sufren a diario como de los ajenos al mundillo.

 

Si te quieres reír a carcajadas lee La vuelta al mundo con la Tía Mame

No concibo que alguien lea La tía Mame sin reír a carcajadas y sin sucumbir ante uno de los personajes más carismáticos, irreverentes, divertidos, imprevisibles, glamurosos y entrañables de las letras anglosajonas.

(Absolutely Fabulous / BBC)

(Absolutely Fabulous / BBC)

Y si La Tía Mame es divertida su continuación, La vuelta al mundo con la Tía Mame, es total y absolutamente desternillante. Palabra de Regina ExLibris y de todos aquellos a quienes se las he prescrito alguna vez.

Y justo hoy llegaron a reginaexlibrislandia ejemplares de reposición y, claro, yo que soy muy de carne y poco de piedra no pude evitar echarles un vistazo antes de colocarlos en balda.

Pues bien, en apenas tres páginas ya estaba riendo a carcajada limpia con el pelucón desparramado sobre el escritorio y la cara más congestionada que un neón del Strip de Las Vegas, y así hubiera seguido hasta que un reginaexlibrislandiano asiduo me sacó sin avisar de mi festival del humor tiamamesiano:

Cliente: ¿Qué estás leyendo que te hace tanta gracia?

Regina: ¿Qué? ¡Ah, hola! Pues los libros de la Tía Mame, de Patrick Dennis.

Cliente: Ah, no me suenan. ¿Tan divertidos son?

Regina: Sí, y si te quieres reír a carcajadas lee sobre todo el segundo, La vuelta al mundo con la Tía Mame. ¡Ella es todo un personaje!

Creada por Patrick Dennis, alias de Edward Everett Tanner III, y publicado en 1956 después de dieciséis rechazos editoriales, La Tía Mame reventó las listas de ventas de EEUU y cuenta cómo tras quedar huérfano a los 10 años el joven Patrick conoce a su misteriosa tutora en su mansión neoyorquina justo antes del crack del 1929.

Lejos de ser una solterona al uso, la tía Mame es una criatura divina y magnética con más pájaros en la cabeza que plumas en su boa pero con las cosas muy claras y encanto y tozudez a prueba de bombas. Por eso, el huerfanito no tarda en caer rendido a los pies de esta viuda chispeante, bífida y permanentemente deshidratada, para quien las 9 am son «la mitad de la noche«.

La tía Mame

La tía Mame

Rica, deslenguada, electrizante y glamourosa hasta lo indecible, tiene tanto fondo de armario como registros dramáticos. Décadas después Patrick recuerda cómo gracias a ella y sus peripecias él es como es mientras regala al lector uno de los relatos de iniciación más deliciosos y cautivadores que pueblan las librerías.

Tras leer La tía Mame matarías por una de esas fiestas sofisticadas, un dry-Martiny, una boa bien tupida y una boquilla de veinte centímetros. Muy, muy divertida.

Y si creías que no te podías reír más con las andanzas de Mame Dennis deja lo que estés haciendo y ponte con La vuelta al mundo con la Tía Mame. En él Patrick, felizmente casado y con un hijo, deja que Mame lleve de viaje por Oriente a su retoño durante las vacaciones a pesar de los recelos de su mujer y con la condición de que ambos regresen antes del inicio del curso.

Pero como la Tia Mame vive en su propia temporalidad ya han pasado dos años desde que partieron y solo saben de ellos gracias a curiosas y crípticas postales enviadas desde lugares exóticos.

La vuelta al mundo con la tía Mame

La vuelta al mundo con la tía Mame

Para tranquilizar a su mujer mientras esperan el regreso del dueto Patrick, que trata de ahogar sus recelos a copazos, le relata parte de una vuelta al mundo que él dio de joven con su tía antes de que estallara la IIGM. Digo parte porque si para su esposa edulcora y cubre con una pátina educativa sus andanzas por París, Londres, la Austria nazi, la Rusia soviética y el lejano Oriente, al lector sí le da la visión integral de lo que en realidad fue un disparatado viaje por los cinco continentes donde lector no para­rá de reír con la extravagante y deliciosa Mame, con profunda irreverencia y sus ganas de vivir a pesar de todo y de todos.

Así que en reginaexlibrislandia somos bastante fundamentalistas en este tema y creemos que si con según qué novelas no saltas de línea a carcajadas tienes más de muñeco de cera de cualquier turbio Museo que ser humano, querid@, y deberías hacértelo mirar.

Y no me malinterpretéis: sé que cada cual tiene su sentido del humor perfectamente delimitado, pero cuando se trata de buena literatura hay títulos y autores que te pulverizan cualquier frontera emocional y acabas irremediablemente desternillado aunque no quieras. Es el caso de Patrick Dennis y la Tía Mame.

Os reto a que los leáis y tratéis aguantéis impasibles… ¿Sí?

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¿Te crees inmune a una sesión de mi biblioterapia de risas?

¿Qué puede ser más efectivo que una buena carcajada para ayudar a pasar por el gaznate un mal trago vital? Nada, excepto que seas reginaexlibrislandiano.

(Katherine Hepburn / Paramount)

(Katherine Hepburn / Paramount)

En ese caso que un libro detone la catarsis intensifica la cualidad terapéutica de la risa, porque también alimenta la bibliofilia. Algunos son conscientes y vienen a pedirme libros que les hagan reír. En cambio otros se adentran en mis confines en «modo joven Werther«: apesadumbrados, llorosos, derrotados y sin saber que la respuesta a su malestar emocional es tan simple como abrir el ejemplar adecuado y reírse a librazos.

Por eso siempre tengo a mano y actualizada lo que en su día denominé la biblioterapia de risas by Regina ExLibris. Consiste en prescribir una serie de títulos específicos para estados carenciales de alegría y episodios de apatía congénita. También son adecuados para prevenir depresiones, desconectar de una rutina plomiza y recuperar la armonía con el entorno.

Su consumo es apto en dosis son ilimitadas y su ingesta masiva no produce efectos secundarios más allá de ataques de risa, espasmos, lagrimones y sonoras carcajadas, o quizás alguna que otra situación incómoda, especialmente si se consumen en espacios públicos.

Son lecturas que no producen somnolencia, reactivan las ganas de vivir y son 100% efectivos salvo en un único supuesto que ya en su día tipificó Oscar Wilde:

«Hay que tener un corazón de piedra para no morirse de risa ante ciertas páginas«.

Así que, queridos, aquí os dejo mi nueva selección de esas «ciertas páginas» de las que hablaba Oscar Wilde. Son 6 novelas para reír y pasar páginas, y en ellas la carcajada acecha a cada salto de línea:

1. Pero… ¿quién mató a Harry? Jack Trevor Story. Alba. Verano, campiña inglesa, mariposas, tardes somnolientas, luz estival, noches estrelladas cargadas de magia y de quietud… y un cadáver abandonado en el bosque que parece no encontrar su lugar de descanso porque cada vecino y visitante que se topa con él lo desentierra para enterrarlo después en otro rincón a fin de autoinculparse del crimen. Cada cual tiene sus motivos, no para haber matado al difunto, sino para querer cargar con el muerto. Así que aquí lo que sobran son sospechosos y lo que tiene entre manos el lector es una hilarante vuelta de tuerca a los mecanismos del género policiaco y una comedia negra cargada de ironía y de humor inglés del bueno que Hitchcock filmó en 1955.

Pero ¿quién mató a Harry?

Pero ¿quién mató a Harry?

2. Caída y auge de Reginald Perrin. David Nobbs. Impedimenta. Hay muchas razones por las que sugiero esta novelita desternillante, pero como tengo que ser escueta, me quedo con éstas: es una buenísima novela editada de forma impecable con la que cualquier lector, además de disfrutar y empatizar con el protagonista, se reirá a carcajadas. Y porque su autor, David Nobbs, levantó en torno a Reginald Perrin uno de los artefactos narrativos más irreverentes, agridulces y divertidos de las letras anglosajonas contemporáneas, que inspiró una adaptación televisiva homónima.

Reginald Perris

Reginald Perris

3. La Tía Mame. Patrick Dennis. Acantilado. No concibo que nadie pueda leer este libro sin haber soltado más de una carcajada ni caer rendido a los pies de uno de los personajes más carismáticos, divertidos, imprevisibles, glamurosos y entrañables de las letras anglosajonas. Creado por Patrick Dennis, alias Edward Everett Tanner III, y publicado en 1956 tras varios rechazos editoriales, reventó las listas de ventas de EEUU y cuenta cómo tras quedar huérfano a los 10 años el joven Patrick conoce a su tutora en su mansión neoyorquina justo antes del crack del 1929. Lejos de ser una solterona al uso, la tía Mame es una criatura divina y magnética con más pájaros en la cabeza que plumas en su boa pero con las cosas muy claras y encanto y tozudez a prueba de bombas y declives bursátiles. Por eso, el huerfanito no tarda en adorar a esta viuda chispeante, bífida y deshidratada, para quien las 9 am son «la mitad de la noche». Rica, deslenguada y estilosa hasta lo imposible, tiene tanto fondo de armario como registros dramáticos, y las peripecias que vivirán sobrino y tía no tienen desperdicio. Muy, muy divertida.

La Tía Mame

La Tía Mame

4. Elling, el baile de los pajaritos. Ingvar AmbjØrnsen. Nórdica. Elling posee mucha vida interior y una ajetreadísima imaginación que le muestra una realidad ligeramente distinta a la que perciben los demás. Creció aislado y superprotegido por su madre, así que cuando ella muere se queda descolocado y lo instalan en un «centro recreativo», que en realidad es un psiquiátrico. De ahí saldrá tras un periodo de adaptación para compartir un piso tutelado en Oslo junto a su único amigo, un gigantón que es su contrapunto en todos los sentidos, y asistiremos entre otras muchas y desternillantes batallas a su affaire imaginario con una de las enfermeras. También narrará sus peripecias en un divertidísimo viaje a Benidorm, el paraíso del turista nórdico, donde todo será nuevo para él. Una comedia conmovedora e hilarante donde la diferencia es sinónimo de ingenio, de humor, de ternura y de inteligencia.

Elling, el baile de los pajaritos

Elling, el baile de los pajaritos

5. A la caza del amor. Nancy Mitford. Libros del Asteroide. Nancy Mittford utiliza la búsqueda del amor verdadero de Linda Radlett para pintar con palabras el fresco de una familia de la aristocracia británica de entreguerras, de la que ella y su clan fueron parte esencial. Una típica casa de campo, maratones sociales, personajes estrafalarios y mucha gente con clase y bastante mala baba son los ingredientes de este martini bien seco al que Mittford añade una aceituna rellena con un afiladísimo ingenio, que es marca de la casa Mitford. Una novela vibrante y mordaz, que es un fresco en tres dimensiones de una época, un entorno y sus gentes.

A la caza del amor

A la caza del amor

6. La excursión. Beryl Bainbridge. Ático de los Libros. Freda es rubia, pesa cien kilos y tiene un rostro angelical, un genio endiablado y una tozudez extrema. Brenda, su apocada compañera de piso, la sobrelleva con resignación. Se conocieron el día que Brenda abandonó a su marido y la engatusó para entrar juntas a una fábrica italiana de botellas. Y allí están, en un trabajo tedioso, rodeadas de operarios italoparlantes y cada una batallando en su frente: Freda a la caza del sobrino del dueño, y Brenda esquivando manos que tratan de sobarla por doquier. Si el día a día ya es surrealista, todo se complica cuando Freda decide organizar una excursión a Windsor para todos los trabajadores -sin sus parejas- con el objetivo de intimar con Vittorio. La preparación del evento, la llegada del «día D» y como puede llegar a complicarse una sencilla actividad lúdico-campestre aderezada son las claves de una divertidísima novela cargada con un humor a veces negro y a veces surrealista, pero siempre inteligente.

La excursión

La excursión

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Viva el ‘humor inglés’ de Anagrama

Tenía que ser Jorge Herralde, cuerpo y alma de la editorial Anagrama, quien impulsara una gloriosamente inesperada promoción bibliófila más de las que se incluyen en el programa de celebraciones del 40 aniversario del sello.

La cosa va así: al comprar dos títulos de Anagrama el cliente se lleva de regalo un ejemplar de ‘El mejor humor inglés’, que recoge fragmentos de 11 novelas de las lenguas y los ingenios más afilados, hilarantes y certeros de las letras de la Gran Bretaña.

Sí, queridos, sin duda una iniciativa a la medida de Reginaexlibrislandia, donde como firmes defensores de las propiedades terapéuticas del humor hecho letras, recibimos la iniciativa herraldiana a lo grande: con un lingotazo extra de café.

Tan contenta estaba yo con este oasis promocional en medio de la aridez estival sembrada de reediciones de los mismos títulos de siempre con cubiertas renovadas y en formato bolsillo –así, entre nosotros os diré que como vea otra reedición más de La sangre de los inocentes creo que me voy a poner a gritar– cuando la Providencia Librera arrojó a mis confines a una mujer que, parapetada al otro lado de un bolso descomunal, me soltó a media voz:

 

– Clienta: Buenas, ¿puede ayudarme?- Regina: Sí, claro, ¡usted dirá!

– C.: Verá, el humor inglés me gusta, y quisiera leer libros de humor inglés.

 

A ver, queridos, una petición tan singular a bocajarro no es fácil de encajar con gracia, y a veces el estupor me bloquea la neurona y retarda mi capacidad de reacción bibliófila.

En esos momentos me quedo en ‘modo regina automática», programada para no dejar de sonreír y para parpadear cada dos segundos, mientras de epidermis para adentro me entrego a una frenética actividad cerebral…

… Y en esas estaba, cuando ella prosiguió:

 

– C.: Me refiero a algo de un tal Barnes, o de Gudhose… y de alguno más que no recuerdo.

¡Plim! Campanilla cerebral a lo juego de pim-ball que me desactivó el automatismo y me retrotrajo a la realidad bajo mi regio pelucón. Ella misma me dió la clave:

 

– Regina: ¿Julian Barnes?- C.: Sí, ese.

– R.: ¿Y Wodhouse, quizás?

– C.: Sí, sí, me equivoqué. Y también un tal Jornby.

– R.: Mmm, ¿Hornby? ¿me permite una indiscreción?

– C.: Sí, dígame.

– R.: ¿Tiene usted un ejemplar de El mejor humor inglés, de Anagrama, que recoge fragmentos de británicos dados al humor?

– C.: Uy, si, ¿cómo lo sabe? En realidad se lo vi a un compañero de trabajo, me lo prestó a la hora de la comida y me hizo tanta gracia lo que leí que decidí comprarme los libros de donde sacaron esos textos. Es que, verá, con tanto problema y tanta crísis esa será una buena terapia de choque, ¿no cree?

– R.: Sin duda. Pues, mire, le enseño los títulos para que los vea:

 

 

Wilt no se aclara, de Sharpe; Relatos de los inesperado, de Roald Dahl; Con lo puesto, de A. Bennet; El loro de Flaubert, de Julian Barnes; Mar gruesa, de Martin Amis; Primer amor, últimos ritos, de Ian McEwan; Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, y Alta fidelidad, de Nick Hornby.

 

 

Ella se llevó ¡Pues vaya!, de P.D. Woodehouse, Merienda de negros, de Evelyn Waugh y, como no, su ejemplar de regalo de El mejor humor inglés no sin antes decirme:

 

«Mira qué bien, así ya sé los que me puedo seguir comprando. ¡Gracias!»

En ese momento fue en el que decidí montar una mesita veraniega dedicada al ‘Humor Inglés» con los títulos seleccionados por Herralde (gracias de antemano, caballero), con el ejemplar de regalo en medio.

Y vosotros, regianexlibrislandianos de pro, ¿vísteis en alguna librería la promoción de Anagrama? ¿Conocíais el volumen ‘El mejor humor inglés’? ¿Qué títulos de autores británicos editados o no por Anagrama me sugeriríais para mi mesa temática?