Archivo de la categoría ‘Atlético de Madrid’

¿Perdonará la afición colchonera las mofas de Morata si acaba fichando por el Atleti?

La escena se produjo en 2014, en las celebraciones de la Décima Champions del Real Madrid, conseguida en Lisboa tras derrotar al Atlético de Madrid en la final. En el balcón del Palacio de Correos, sede de la Comunidad de Madrid, Álvaro Morata agarró el micrófono y entonó un cántico: «Que se enteren los indios quién manda en la capital» (los indios son los aficionados del Atleti, en contraposición de los vikingos, que son los del Real Madrid).

Ahora, cinco años después, el delantero (que por cierto, surgió de las categorías inferiores del club rojiblanco) podría recalar en el Atlético del Cholo. Mi compañero Raúl Rioja comentaba el otro día en este mismo blog que sería un perfil idóneo para los de Simeone. Estoy bastante de acuerdo con él. Pero más allá de lo deportivo, me consta que hay muchos atléticos que no quieren tener a un reciente exmadridista en sus filas, y el vídeo que abre este artículo ilustra perfectamente algunas de sus justificaciones.

En mi opinión, creo que habría que darle menos importancia a estos exabruptos de los jugadores. Igual que nadie en el Bernabéu (que yo sepa) echa en cara a Courtois aquello de «salta, salta, pequeño canguro…» ni antes lo hicieron cuando Figo llamó llorones a los madridistas. Que los futbolistas, a veces, demuestren poca madurez, no significa que los hinchas deban hacerlo también.

Morata y su cántico (YOUTUBE).

Hasta luego, Lucas: si el Atleti no te hace soñar, mejor que te vayas

Lucas Hernández, instantes antes de un partido de Champions del Atleti (GTRES).

Ya la semana pasada se abrió la caja de los truenos sobre el tema Lucas Hernández: el jugador francés y el Bayern de Múnich tienen un acuerdo y sólo falta saber el cuándo: si es ahora en enero o en verano. Sea como fuere, el defensa ha realizado unas declaraciones en Le Figaro que arrojan poca duda: Lucas está loco por la música y se va a ir.

Está claro que los jugadores son profesionales y deben jugar donde mejor les convenga, faltaría más. Pero a mí lo que me duele y me preocupa de todo esto es que el jugador diga que «hay bastantes clubes en Europa que me hacen soñar». ¿Acaso se ha perdido en el Atlético de Madrid la capacidad de soñar con cosas grandes?

No tengo la menor duda de que Diego Pablo Simeone es uno de los mejores motivadores del mundo del fútbol en la actualidad. Y tampoco dudo de que él tiene un objetivo entre ceja y ceja, uno que todos sabemos y no debemos nombrar, y que lo va a dar todo por lograrlo, pese a la enorme dificultad de la empresa. Y sé que hay muchos jugadores que comparten ese anhelo. Por eso me entristece ver que Lucas Hernández sueñe con lograr metas con otras camisetas.

Así las cosas, y aunque creo que es el mejor defensa joven del planeta, creo que lo mejor es que Lucas se vaya. Y cuando cierre la puerta, que pregunte a su hermano Theo qué tal se vive lejos del Metropolitano.

PD: No me olvido de los que mandan. La lección que debem aprender es clara. De nada sirve un equipo de ‘Griezmannes y Adanes’. Y sí, digo Adán porque el que no se puede ir, el que es insustituible, es portero, es esloveno y se llama Jan Oblak.

El baile de Griezmann despierta la «furia» de los rivales: ¿Provocación o alegría?

Griezmann celebra su primer gol ante el Valladolid (EFE).

No es la primera vez que lo hace. De hecho, una de las señas de identidad del francés son sus coreografías cuando marca un gol. La cuestión es que este sábado, cuando hizo el 0-2 del Atleti en Zorrilla ante el Valladolid desde el punto de penalti, Antoine Griezmann se marcó un baile inédito a golpe de cadera en el propio punto de pena máxima que no sentó nada bien a sus rivales.

El pucelano Míchel, en declaraciones a la televisión, confirmó que el gesto del campeón del mundo no fue plato de buen gusto: «En el baile se podía escorado y no hacerlo ahí en el punto de penalti, que estamos cabreados, calientes y esa acción puede desembocar en un poco de furia«.

La reportera Isabel Forner preguntó después a Griezmann por el mismo asunto: «Es fútbol, el fútbol es alegría, es disfrutar. Igual estaban enfadados por el VAR, pero es la alegría del fútbol», dijo el de Mâcon.

Personalmente, como seguidor del Atlético de Madrid, no me gusta nada que los jugadores celebren así los goles. Es una cuestión de empatía: no me gustaría que un gol en contra lo celebrara así un rival. Me consta que a otros atléticos no sólo no les parece mal, sino que lo aprueban…

¿Y tú qué opinas? ¿Provocación o alegría?

 

El Cholo lo ha vuelto a conseguir: el madridismo entra al trapo una vez más

Simeone, en la última rueda de prensa con el Atlético (EFE).

Lo odian, no lo pueden remediar. En su etapa más exitosa de su larga historia reciente, el madridismo tiene una obsesión malsana con Diego Pablo Simeone. Atrás quedaron los años en los que se pedía rival digno para derbi decente. Ahora, les corroe que en su gigantesco ego, un entrenador humilde y que saca el 100% de sus jugadores les pueda hacer el más mínimo atisbo de sombra, aunque el presupuesto del Madrid sea más de 300 millones de euros superior.

El otro día, Simeone hizo unas declaraciones acerca de el Balón de Oro (en mi opinión personal, un premio carente de credibilidad desde hace décadas), apuntando a que Antoine Griezmann lo merecía más que el ganador, Luka Modric. El croata, que recientemente pagó un millón de euros para evitar entrar en prisión, ha cumplido a la perfección el plan del Cholo: ha entrado al trapo como un buen torito.

Así, ha aludido a la recurrente manía persecutoria del madridismo moderno: todos están contra nosotros. Dice el croata que el argentino esgrime «tesis populistas» y que tiene una «constante necesidad de desprestigiar al Real Madrid«.

Enhorabuena, Cholo, lo has vuelto a hacer: ya están rascándose otra vez.

Rufián desata la ira de la afición atlética: denuncia cánticos contra los vascos una hora antes del Atlético-Alavés

Montaje de fotos de Gabriel Rufián y una imagen del partido Atlético-Alavés (EFE).

Este sábado, la (a veces) delgada línea entre política y deporte se difuminó obra y gracia del portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados y célebre tuitero Gabriel Rufián y una reflexión acerca de un luctuoso aniversario y la celebración del Atlético de Madrid-Alavés de Liga.

El encuentro entre colchoneros y babazorros se disputó este sábado a las 13.00 horas. Una hora antes, el político catalán tuiteó el siguiente mensaje: «8 de diciembre de 1998. Ricardo Guerra apuñala en el corazón a Aitor Zabaleta en la previa del Atlético-Real Sociedad. Es un nazi miembro de Bastión del Frente Atlético. 20 años después el Frente sigue cantando ‘vascos, hemos venido a acuchillaros» y Guerra tiene el 3er grado».

El tuit del político de Santa Coloma ha despertado las iras de muchísimos aficionados del Atlético de Madrid, que han acusado a Rufián de mentir. Primero, porque según ellos, en ningún momento desde el fondo sur del Metropolitano se han entonado cánticos como los que Rufián refiere (más aún si tenemos en cuenta que la denuncia del portavoz de ERC es previa al partido ante el Alavés). Veteranos hinchas atléticos han recordado a Rufián que esos lamentables cánticos hace años que no se escuchan en el fondo sur (ni del Metropolitano ni del Calderón en sus últimos años en activo) y que el resto de la afición colchonera los ha criticado y silenciado siempre.

Sea como sea, aunque el tuit de Rufián iba encaminado a denunciar la presencia en la calle de Ricardo Guerra, condenado por el asesinato de Aitor Zabaleta en 1998, el comentario ha sentado muy mal a muchos aficionados del Atlético de Madrid.

Thierry Henry calla la boca a los ‘haters’ del Cholo Simeone

Thierry Henry, en la rueda de prensa previa al Atlético-Mónaco (EFE).

El empate del sábado entre Atlético de Madrid y Barcelona abrió de nuevo las compuertas de la legión de ‘cuñaos’ que ven tres o cuatro veces al año al Atleti (contra Madrid, Barça y poco más) y que como les molesta que el equipo colchonero vaya medianamente bien, sacan a relucir el sobado argumento de que el Cholo es un cobarde (futbolísticamente hablando), que si el Atleti no juega a nada y todo el rancio fraseo habitual.

A veces, es necesario que venga alguien de fuera, no contaminado, para decir las verdades del barquero, que diría José María García, y callar las bocas de los haters del técnico argentino. Ese alguien fue este martes Thierry Henry, el entrenador del AS Monaco y leyenda del fútbol, que en la rueda de prensa previa al partido de este miércoles entre el equipo monegasco y el Atleti, dijo esto del equipo de Simeone: «Siempre hablamos del Atleti, dicen que sólo juega a la contra, pero no es verdad. Luchan el uno para el otro. Simeone tiene este club en su piel, es un entrenador extraordinario y es un honor para mí estar al lado de él».

¿Es un pelota Henry? ¿Sabe menos de fútbol que su iluminado excompañero en el Barça Sergio Busquets? No lo creo. Es solamente un tipo que, pese a haber formado parte del mejor Barcelona de la historia, no está intoxicado con el mantra de la secta de guardianes del buen y único fútbol y de ese tipo de compañero periodista que no sale del «catenaccio de los equipos italianos», «los ingleses celebran los córners como si fueran gol» o «el viaje a Rusia es complicado por el frío». La lástima, repito, es que tengan que venir de fuera a explicarlo.

Busquets, Jordi Alba y el postureo sin fin de los ‘dueños’ del buen juego

Sergio Busquets, en el partido entre Atlético y Barcelona (EFE).

Sergio Busquets y Jordi Alba, este sábado al acabar el encuentro de su equipo, el FC Barcelona, y el Atlético de Madrid, volvieron a demostrar que muchos jugadores del club culé viven en una permanente ensoñación heredada de aquella buena época con Guardiola y que los convierte en poco menos que en los guardianes de las esencias del buen fútbol, ése que parece el único legitimado para ser desarrollado en los terrenos de juego.

El mediocampista dijo al acabar el encuentro que «el Atlético siempre juega así, no es lo más divertido ni lo que queríamos». La frase sería graciosa si no fuera porque Busquets de verdad se cree lo que dice. Analicémosla.

Dice Busquets que «no es lo más divertido». Esta reflexión me encanta. Debe de pensar el bueno de Sergio que está la gente deprimida antes en el Calderón y ahora en el Metropolitano, que no vibra, que no salta, que no grita, que no canta. Todo lo contrario que el Camp Nou, donde los japoneses se divierten hasta el punto de disparar tantos selfies como en la Sagrada Familia. Querido Sergio, desde que llegó Simeone, los atléticos nos lo pasamos pipa. Hacía mucho que no lo pasábamos tan bien.

Pero lo mejor de todo es cuando Busquets dice que el juego del Atleti «no es lo que queríamos». Imperdonable pecado que Simeone no se acercara al vestuario culé, instantes antes del partido, para preguntarle a los señores cómo les gustaría exactamente que planteara el juego el Atlético como rival. Como aquellas ridículas quejas sobre la longitud o humedad del césped, tan ridículas como si Simeone llegara quejándose al Camp Nou porque la hierba está demasiado rápida para el juego que le gusta hacer al Atlético. El club rojiblanco está obligado a ponerle al Barça (y a cualquiera) todas las dificultades que pueda y más (dentro del reglamento) para llevarse el partido. Que es exactamente lo que hace el Barcelona y cualquier equipo del mundo.

Respecto a Jordi Alba, el lateral de L’Hospitalet dijo que «el Atleti tiene jugadores para jugar más al ataque». Espero que Miguel Ángel Gil Marín haya tomado buena nota para ofrecerle de manera inmediata el puesto de entrenador al jugador zurdo. Ayer, por cierto, el Barcelona disparó dos veces entre los tres palos. Dos.

En definitiva, ambos jugadores volvieron a demostrar que de un tiempo a esta parte, hay un inacabable postureo en cuanto al ‘buen juego’ que está absolutamente trasnochado. Todos los estilos de juego son respetables y ojo, no hay que dejarse engañar: todos persiguen lo mismo, esto es, ganar. Algún gurú repite una y otra vez su desdén hacia el que «cree que el resultado lo es todo», para inmediatamente después recordarte, como argumento de fuerza, los títulos que lleva Guardiola o las copas que alzó la España del tiki taka. Parece mentira que a estas alturas de la película haya quien confunda aún ‘jugar bonito’ con ‘jugar bien’. Y desde que Diego Pablo Simeone llegó al Atlético de Madrid, el equipo juega muy bien. Por más que le pese a Busquets.

El pesimista, el humilde, el nuevo rico… estos son los tipos de colchoneros

Imagen de un partido en el antiguo Vicente Calderón (GTRES).

Hace cosa de un mes, mi compañero y coautor de blog Raúl Rioja publicó una entrada en la que hacía una afinada clasificación de tipos de madridistas. Ahora soy yo el que recojo el guante y el que me atrevo a crear una suerte de tipología del colchonero:

El pesimista. Marcado a fuego por años de sufrimiento, ante las primeras derrotas o bajones del equipo anuncia catástrofes inevitables. Suele usar términos como ‘pecheo’, siempre tiene malas sensaciones antes de un partido importante y está absolutamente convencido de que Sergio Ramos alzará la Decimocuarta en el Metropolitano.

El humilde. Es un perfil similar al anterior. Los años duros le han dejado en una zona de confort en la que la permanencia es el objetivo de cada temporada. Recalca con insistencia la diferencia de presupuesto entre Madrid y Barça y el Atleti. Suele refugiarse en estos pensamientos tras las derrotas. Ha comprado entero el argumento de ‘el equipo del pueblo’ y se compara con el Leicester.

El nuevo rico. Es el contrario al anterior. Suele ser muy joven y no sabe quiénes eran Dobrovolski u Omar Pastoriza. Sus referencia es la de un equipo que juega finales de Champions. Le encantaría que Griezmann se llevara el Balón de Oro y estaría dispuesto a participar en una performance para apoyar la candidatura del francés. Le encanta el nuevo escudo.

El ‘no consuman’. En redes sociales sigue a Roncero, al ‘Látigo’ Serrano, a Pedrerol y a Edu Aguirre. Los retuitea compulsivamente y compara constantemente las portadas de AsMarca cuando hay logros del Madrid y logros del Atleti. Cree que la prensa deportiva española está conchabada para hablar mal del Atleti y todos los narradores de televisión tienen fobia al equipo. Y después de quejarse de todo esto, parafrasea a Cholo y dice: «No consuman».

El gilista. Su mantra es «haber comprado tú el club». Cree que Jesús Gil era un señor algo lenguaraz, pero que amaba al Atlético sobre todas las cosas. Opina que su hijo es un gran gestor que ha llevado al Atleti a dos finales de Champions y le indigna que haya colchoneros que critican a la directiva, porque eso no ayuda. Se parte de risa con las ocurrencias de Enrique Cerezo, «que es un crack cuando lo entrevistan».

El antigilista. Lleva una bufanda verde y amarilla. Celebra los triunfos del equipo con la boca pequeña, no vaya a ser que alguien le confunda con un gilista. En las derrotas, recuerda siempre que la culpa es de los del palco. «Apropiación indebida» es su expresión favorita y es de los que estuvo en la puerta del Calderón cantando «Enrique Cerezo, queremos tu pescuezo».

El nostálgico. «Como Gárate no hubo otro». Siempre dice «¡Aúpa Atleti!». Lleva al campo su gorra con visera, la misma que llevaba cuando tenía 15 años, en los 70. Asegura que como las equipaciones Puma, Meyba o incluso las de Deportes Cóndor, no ha vuelto a haber ninguna. Te recita de memoria la alineación del Atleti de la final de Bruselas del 74: «Esos sí que eran buenos». Para él, Luis Aragonés era simplemente Luis.

El rabioso. Lo podrás encontrar en Twitter buscando la expresión ‘MHDP’. Disfruta más de las derrotas del Madrid que de las victorias del Atleti. Insulta a los del Sevilla, a los del Dépor, a los del Villarreal, a los del Barça, cree que el filial del Madrid es el Espanyol, se mete con la asistencia al campo del Getafe, atiza al Valencia… y emplea su tiempo tras las victorias buscando a hinchas del equipo rival para recochinearse.

El de provincias. Durante el colegio o el instituto era el único atlético de su clase y a veces sufrió bullying. La primera vez que fue a ver un partido a Madrid alucinó viendo que hay más como él en el mundo. Invierte un buen dinero en merchandising. A sus hijos les ha comprado peluches de ‘Indi’. Lázaro Albarracín ha estado en la peña de su pueblo.

Por supuesto, amigos, la mayoría de los atléticos pertenecemos a más de una de las categorías anteriormente expuestas, pero estoy segurísimo de que conocéis a más de uno y más de dos de cada uno de los tipos.

Un saludo…

El derbi de Munuera: perdona las expulsiones de Carvajal y Ramos y se come un penalti por mano de Casemiro

El jugador más amonestado de la historia de la Liga, la Champions, el Madrid y la selección, tras librarse de una roja por agredir a Correa (EFE).

Hay cosas que nunca cambian, ni aunque el VAR se ponga en marcha. Y una de ellas, como comprobamos este sábado en el derbi madrileño, es que en el Bernabéu rigen otras leyes. Y nunca benefician al rival del Real Madrid.

El árbitro Martínez Munuera falló en tres jugadas clave que pudieron ser decisivas en el partido.

  • La mano de Casemiro. En el minuto 31 de partido, Casemiro cortó con la mano un centro de Koke dentro del área. La mano es indiscutible, pero el colegiado alicantino interpretó que fue involuntaria y el VAR no entró. No sabemos si los árbitros de vídeo coincidían con la visión de Munuera, pero el penalti fue clarísimo.
  • La expulsión perdonada a Carvajal. El lateral derecho del Real Madrid vio amarilla por una clara falta sobre Koke por detrás. Ya en la segunda parte, Munuera le perdonó la segunda amarilla al lateral diestro en el minuto 51 tras una flagrante patada sobre Rodri.
  • La expulsión perdonada a Ramos. En el minuto 60, Sergio Ramos agrede a Correa con una manotazo. Aquí lo grave es que Munuera lo ve, pero saca amarilla en vez de la roja que merecía el jugador más amonestado de la historia de la Liga, de la historia de la Champions, de la historia del Real Madrid y de la historia de la selección española.

Como vemos, la vida sigue igual.

Los cinco motivos de la crisis del Atlético y el peor inicio de Liga del Cholo

 

Sergi Enrich celebra su gol para el Eibar en el Metropolitano (EFE).

El gol de Borja Garcés (cuando los goles importantes los marca un canterano debutante de 19 años saben mejor) no debe maquillar que el Atlético de Madrid está en crisis en este inicio de temporada, que es el peor desde 2009 y el peor, claro está, de la era Cholo Simeone. El tema preocupa porque este año las expectativas estaban disparadas debido a la calidad de la plantilla, para muchos, la mejor de la historia del club rojiblanco. ¿Cuáles son los motivos de esta temprana pájara, que hace que el Atleti sólo haya ganado uno de cuatro partidos?

  1. Poco acierto de cara a gol. Los colchoneros sólo han marcado tres goles en estas cuatro jornadas de Liga. Diego Costa, que tras la Supercopa parecía estar muy en forma, todavía no se ha estrenado en el campeonato nacional, mientras que Antoine Griezmann lleva sólo un tanto. Al francés le está costando coger la forma tras, todo hay que decirlo, un verano muy especial, ya que se ha proclamado campeón del mundo liderando a su selección. En descargo del hispano-brasileño y el francés diré que este sábado, ante el Eibar, el portero Dmitrovic sacó varios goles cantados a ambos.
  2. Fallos en defensa. Por primera vez, vemos en Diego Godín, uno de los líderes de la zaga y auténtico mariscal del equipo, detalles que hacen pensar que el uruguayo está empezando a vivir cierto declive. En este inicio de Liga ha mostrado fallos de marca y de velocidad y muchos reclaman una pareja de centrales formada por Giménez y Lucas (o Savic). Será difícil que Simeone quite del once a uno de sus hombres de confianza.
  3. El estado de Filipe Luis. No ha empezado con buen pie Filipe Luis la temporada. Ese amago de marcha al París Saint-Germain ha revelado que el lateral brasileño no está del todo contento y parece que ese estado de ánimo se ha trasladado al terreno de juego.
  4. Koke no carbura. Otro de los elementos clave de este equipo es Koke Resurrección. El mediocampista vallecano no está teniendo su inicio de temporada más afortunado. De hecho, Luis Enrique lo ha dejado fuera en su primera convocatoria como seleccionador nacional. Ante el Eibar, Koke no tuvo en absoluto una buena actuación, pero a pesar de ello jugó los 90 minutos.
  5. Algunos cambios de Simeone. Lo he dicho muchas veces, pero lo vuelvo a repetir por si acaso: ojalá Simeone fuera siempre el entrenador del Atleti. Le firmaría un contrato vitalicio. Pero eso no quita para que el argentino tome a veces decisiones discutibles. El equipo no mejoró con los cambios ante el Eibar. De hecho, quitar a Rodri provocó que el equipo se hundiera y fue cuando llegó el gol de los vascos. La afición del Metropolitano manifestó su descontento con el cambio, difícil de entender.

Pero también hay cosas positivas. Saúl está pletórico de confianza. El gol del canterano Garcés ilusiona de cara a su futuro. Y ahora empieza la Champions…