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Carta a los culés decepcionados: Tranquilos, Xavi lo conseguirá

Hinchas del Barça, decepcionados con la derrota de su equipo en Anfield. (Action Images)

Hinchas del Barça, decepcionados con la derrota de su equipo en Anfield. (Action Images)

Queridos culés;

Entiendo vuestra frustración. La comparto. Y sé que la de ayer no fue vuestra mejor noche y hoy no será vuestro mejor día. Ni quizá esta sea vuestra mejor semana. En el ascensor, en el metro, en la calle, en los bares, en el trabajo… todo el mundo, aficionado o no al fútbol, solo habla de la hecatombe del Barça en Anfield. Algunos lo harán decepcionados, tristes y compungidos como vosotros. Otros, sin embargo, estarán tan pletóricos como si hubieran ganado ellos mismos la Decimocuarta Champions.

La decepción ha sido gigantesca. Os veíais en las gradas del Wanda Metropolitano el 1 de junio y también, muy probablemente, levantando la sexta Orejona. Es normal, vuestro equipo era el gran favorito. Pero no ha podido ser. Estas jornadas posteriores de reflexión serán duras: habrá intercambios de opiniones y culpabilidades; quizá algún jugador, o quizá el entrenador, salga por la puerta de atrás con la cabeza gacha.

Pero una renovación es necesaria. Y mucho. Sobre todo para recuperar el juego del FC Barcelona. Ese que enamora y deja embobados hasta a quienes visten de blanco. Ese que os dio dos tripletes con el Barça y dos Eurocopas y un Mundial con la selección española. Ese juego ha de volver.

Es verdad que no están ni Xavi, ni Iniesta, ni Puyol… ni muchos otros jugadores que se dejaron el alma sobre el césped para lograrlo. Pero sigue habiendo cantera; sigue habiendo cientos de jóvenes en la Masía por los que apostar para hacer una piña como la de los mejores tiempos. Una piña que sienta los colores como un aficionado más, que sufra las derrotas y celebre como nadie los triunfos. Una piña que, ¿por qué no?, pueda estar entrenada por Xavi Hernández. ¡Qué bonito sería que él nos devolviera la ilusión! ¿Verdad?

Los delirios de Xavi: ahora propone jugar 10 contra 10 para favorecer el espectáculo

Xavi Hernández, en un evento en Catar (GTRES).

A Xavi Hernández lo ha devorado su propio personaje. No niego que estamos hablando de uno de los dos o tres mejores jugadores españoles de la historia, pero desde que dejó el fútbol de élite (y ya un poco antes), se ha convertido en una especie de caricatura. Y todo, por su convencimiento de que posee la verdad absoluta sobre el fútbol.

Pertenecer al Barça y a la selección que sublimó el fútbol de toque (y para el que es necesario tener jugadores de determinadas características) han hecho que Xavi sea un acérrimo defensor del estilo tiki-taka radical. A mí me parece una forma de entender el fútbol tan lícita como cualquier otra, pero solo eso. No soy capaz de decir que sea mejor una que otra. Pero a lo que íbamos: famoso por sus cada vez más exageradas preocupaciones por el estado de los terrenos de juego de toda Europa (el césped, vaya), ahora Hernández propone una idea revolucionaria para el fútbol: que los partidos sean de 10 contra 10.

Lo dijo este fin de semana en una entrevista en Catalunya Ràdio. Xavi cree que con equipos con un jugador menos, el fútbol sería más visitoso, más espectacular, habría más espacios y se verían beneficiados los equipos que juegan al toque. Evidentemente, Xavi ve las cosas con sus gafas especiales de posesión de la verdad absoluta del fútbol mundial. En la entrevista Xavi dice que quiere acabar con esos equipos que disparan dos o tres veces a puerta.

Lo que Xavi quiere son equipos que salgan a tumba abierta contra el Barcelona y se lleven media docena de goles como mínimo, como le pasaba al Rayo de Jémez. Precioso. Lo que el de Tarrasa no tiene en cuenta es que hay algunos equipos que no tienen ni plantillas ni presupuestos para jugarle a un Barcelona de igual a igual. O a un Manchester City. Pero claro, el espectáculo es lo que diga él.

Tiemblo de pensar que Xavi Hernández pueda llegar a tener, en algún futuro, algún cargo en la FIFA. Espero, sin embargo, que sea entrenador y si no le pasa lo que a Guardiola (que ha entrenado a Barça, Bayern y City, es decir, presupuestos descomunales y superestrellas mundiales para tener siempre la razón), tenga la ocasión de entrenar a un equipo modesto y contar a todo el mundo cómo sales ante un equipo grande con muchos espacios y con mucho espectáculo. Y el césped, rápido y cortito, claro.

Luis Enrique no fue fiel a sí mismo: sobre la titularidad de Xavi y Piqué

La llegada de Luis Enrique este verano me recordó, en cierta manera a la de Guardiola. Me explico. Después de un ciclo triunfal como el tuvo en el Barça Frank Rijkaard, un año de absoluta displicencia y dejadez provocó la salida del holandés y la llegada de Pep. Lo primero que hizo el nuevo técnico fue anunciar que no contaba con Ronaldinho, Deco y Eto’o, tres pilares básicos del equipo que había sido campeón de Europa hacía solo dos años.

Luis Enrique

Luis Enrique en el Bernabéu (GTRES ONLINE).

De los dos primeros se deshizo el primer año, del camerunés el segundo. Guardiola no quería ni rastro de los que consideraba culpable de que el equipo se abandonara y los resultados fueron espectaculares. Recupero el hambre de un equipo que seguía siendo el que más calidad tenía en Europa y los títulos llegaron en cascada.

Cuando Luis Enrique aterrizó en el banquillo azulgrana quizás no fue tan contundente como Pep, pero sus intenciones fueron evidentes. No quería a Xavi en el equipo o, al menos, no como una pieza importante. Cuando el capitán siguió, el banquillo fue su habitat natural en el inicio de temporada.

Gerard Piqué, quizás el que mejor simboliza el cambio entre el Barça campeón de todo y el actual, también empezó la temporada como suplente. No está al nivel que le convirtió en uno de los centrales del mundo, y su entrenador no lo dudó.

El mensaje pareció claro. El equipo también venía de un año de dejadez, de no trabajar como antes y Luis Enrique potenció en su llegada un cambio de rumbo en el que el esfuerzo era tanto o más importante que el talento individual.

Y he aquí que llegamos al clásico. Y, de repente, todo lo visto en el inicio de temporada en las intenciones de Luis Enrique se vino abajo. Piqué y Xavi, titulares. El central volvió a exhibir su mal estado de forma, mientras que al centrocampista la gasolina le duró media hora. Nada sorprendente.

Hubo una época en la que el triángulo Busquets-Xavi-Iniesta dominó el mundo con su fútbol. Se juntaban en el centro del campo con Messi (con Alonso en España) y mareaban a un rival tras otro, lo doblegaban sin piedad hasta que el gol llegaba tarde o temprano sin apenas conceder ocasiones al rival. Eso pertenece a la historia y el Bernabéu certificó, por si había alguna duda, la decadencia del mejor centro del campo que quizás se haya visto jamás. Y Luis Enrique lo sabía y lo permitió.

Casillas desencadenado: No pidió perdón a Xavi, le faltó apoyo de Florentino, se sintió como «la peste»… y pasa de ir al gimnasio

Para todo aquel que dice, o piensa, que los jugadores viven en una burbuja y que no se enteran de nada de lo que pasa o se dice a su alrededor, le recomiendo que se vea la entrevista a Casillas de Iñaki Gabilondo.

Con muchos, muchísimo meses de retraso, Iker por fin dio su versión de los hechos que le han convertido en centro de debate continuo, y no quedó prácticamente ningún tema pendiente.

Casillas y Gabilondo

Casillas y Gabilondo (CANAL+).

Lo más sorprendente es observar como el jugador está al tanto de absolutamente todos los rumores de los que hablan los aficionados (y periodistas). Sabe que hay un sector del público que le apoda ‘topo’, que en la calle circula la versión de que le pidió perdón a Xavi por el comportamiento de los jugadores del Madrid en los clásicos y que no tiene el cariño mayoritario del que gozaba antes.

Y se vio a un Casillas convencido, a la defensiva en toda la entrevista, casi agresivo por momentos en su defensa. El propio Gabilondo se lo llegó a decir en un par de ocasiones.

Aquí, algunas conclusiones y frases que dejó la jugosa entrevista:

– No pidió perdón a Xavi. Aseguró, en repetidas ocasiones, que no le pidió perdón a Xavi, sino que le llamó para un reproche mutuo e intentar cambiar la imagen que estaban dando. Sabe que ahí reside gran parte del rencor que le guarda cierto sector del público y ahí se defendió con fiereza. Eso sí, no sabe si a Mourinho le molestó esa llamada. Parece bastante obvio que sí.

– Su suplencia en Málaga, «un toque de atención». Llegó a decir incluso que es posible que le viniera bien. En este aspecto, no puedo estar más de acuerdo.

– No habló mal de Mourinho. Pues sí, muchos esperaban una buena rajada contra el técnico portugués. Iker ha sido listo, muy listo, y no lo ha hecho. Halagos a su labor como entrenador y reconoció diferencias deportivas en su última etapa, nada más.

– Para Karanka, un pequeño menosprecio: Aitor Karanka fue compañero de Casillas y el portero no ha perdonado la actitud del actual entrenador del Middlebrough y en ese momento segundo de Mou. «El señor Aitor Karanka» le llamó como muestra del desafecto hacia el vasco.

– Defensa a muerte de Sara Carbonero. Iker defendió las críticas que hizo su novia y relató que ella solo se hizo eco de lo que todo el mundo estaba hablando en aquel momento. «Sara podría decir muchas cosas del vestuario».

– No negó su mala relación con Arbeloa. Eso sí, matizó que es cordial y respetuosa. Traducción: solo se hablan dentro del campo, fuera ni palabra.

– Sí, pensó en irse. Es obvio que con la situación que estaba viviendo lo pensara, e Iker reconoció por primera vez que se le pasó por la cabeza marcharse del Real Madrid.

El gimnasio, ni en pintura. Sí,también sabe que se habla que no pisa el gimnasio ni por error. Iker asegura que no lo necesita y que, además, no le viene bien. «La gente que tenemos un talento innato…» dijo.

– No le pidieron a Florentino la cabeza de Mourinho. Fue portada de Marca que Iker y Sergio Ramos le dijeron al presidente «o Mourinho o nosotros». Casillas lo negó tajante. Eso sí, reconoció que se sintió solo cuando se lesionó y que nadie, ni Florentino, le apoyó y que se sintió «aislado»: «Me sentí como la peste».

La entrevista, como se ve, no tiene desperdicio, pero es bastante evidente que no cambia absolutamente nada. Sus defensores y detractores seguirán opinando lo mismo, las posturas están demasiado enfrentadas. ¿Ha hecho bien hablando ahora Casillas? Lo debía haber hecho antes, pero estamos en octubre, sin nada trascendental por decidir. El momento no es, desde luego, malo. Un capítulo más del debate que no cesa.

Koke por Xavi, el cambio necesario

¿Qué necesita España para superar a Chile y seguir con vida en el Mundial? Esa es la gran pregunta tras la humillación recibida ante Holanda y la respuesta mayoritaria fue que hacía falta caras nuevas en el equipo, juventud, hambre de triunfos, ambición. Y, sobre todo, jugadores en buen estado de forma.

Koke y Xavi

Koke y Xavi en un entrenamiento (EFE).

Lo cierto es que la lista de Del Bosque no reúne a demasiados jugadores de esas características. Una revolución sería posible con otra convocatoria, no con los jugadores presentes en Brasil, así que el margen es escaso.

Pero hay alguna alternativa, y si existe un jugador que reúne todas esas características ese es Koke. Su temporada en el Atlético de Madrid ha sido impresionante y tiene calidad y físico para llevar las riendas de la selección, para tomar el relevo de Xavi Hernández, uno de los mejores centrocampistas de la historia, pero ya en el ocaso de su carrera, a unas semanas de irse a jugar a la liga de Qatar.

La presencia de Koke sería una declaración de intenciones, un mensaje, aceptar el reto que presentará Chile, posiblemente el equipo más intenso de este Mundial, un bloque que presionará de manera asfixiante y que exigirá el máximo a España. Ojalá Del Bosque se atreva.

Casillas responde a Xavi: «Si tenemos algún problema lo hablaremos nosotros»

Tras el amago de debacle del Real Madrid en Dortmund y con el susto aún en el cuerpo, Casillas quiso responder a las declaraciones de Xavi del lunes, en las que el catalán se quejó de las palabras de compañeros de selección sobre Sergio Busquets.

Iker fue uno de los que se había pronunciado, diciendo que le daría “un tirón de orejas” al jugador del Barça la próxima vez que le viera por el pisotón a Pepe, y parece no haberle gustado demasiado las declaraciones de su amigo Xavi.

“Si tenemos algún problema con Xavi lo hablaremos tranquilamente porque debe dejar de dar publicidad gratuita para que no paren de hablar los programas. Vamos a disfrutar del fútbol porque tanta historia aburre y cansa”, dijo el cancerbero madridista.

Por un lado intento de poner punto y final a la polémica, pero por otro no deja de ser un recado a Xavi por haber expresado sus quejas en público. Casillas, en el punto de mira de cierto sector de la afición madridista en gran parte por su tibieza con los jugadores del Barça, fue contundente en esta ocasión.

Casillas: “Llamé a Xavi porque la estábamos cagando, tengo la conciencia tranquila”

Hay un momento clave en la actual situación de Casillas en el Real Madrid: aquella llamada a Xavi en pleno apogeo de clásicos apocalípticos para intentar arreglar la situación. Ese detalle desagradó profundamente a  Mourinho y desembocó en su suplencia, que aún perdura.

Casillas y Xavi

Casillas y Xavi en la entrega del Premio Príncipe de Asturias del Deporte.

El capitán del Real Madrid y de la selección no se arrepiente de su forma de actuar: “llamé a Xavi porque era mi deber y mi responsabilidad como capitán de la selección porque nos estábamos equivocando tres pueblos”, dice, añadiendo que “la estábamos cagando”.

Iker cree que había que reconducir lo que estaba pasando y que estaban cometiendo “un error imperdonable”, asegura en una entrevista al diario El País.

Lo que sí que deja claro es que tiene “la conciencia muy tranquila” y que al equipo “no le pasó factura, desde aquella llamada a Xavi ganamos una Copa, una Liga fantástica, una Supercopa, y una Eurocopa con España”.

Sea como fuere, es una llamada que marca un antes y un después en su trayectoria profesional pero aclara que ahora no juega “por una decisión técnica, lo he dicho cien veces”.

El estilo del Barça, a debate: ¿qué pasa con Xavi e Iniesta?

Este sábado, el Barça perdió el porcentaje de posesión de balón. Da igual que ganara 0-4 en Vallecas y que lleve un arranque de temporada impoluto, el debate ya está servido. ¿Renuncia Tata Martino al estilo? ¿Cuál es el papel de Xavi e Iniesta? ¿Es bueno para el equipo tener variantes en su juego?

El 7-0 ante el Bayern la temporada pasada fue un serio toque de atención y en Can Barça se empezaron a plantear si no deberían tener un plan B para cuando falle el A, el del toque hasta la extenuación, el famoso tiki-taka que tantos éxitos le ha dado.

Xavi Hernández y Andrés Iniesta

Xavi Hernández y Andrés Iniesta.

Cuando el Tata llegó al banquillo, la ‘pregunta estrella’ fue si se iba a renunciar al estilo que ha caracterizado al conjunto azulgrana los últimos años, especialmente en la era Guardiola (y posteriormente con Tito o Roura). La respuesta del argentino fue que lo respetaría, pero que introduciría algunas variantes en el juego para tener más alternativas.

Quitando el arranque ante el Levante, se han visto notables diferencias desde la llegada del Tata a Barcelona. Más pases en largo, algún que otro pelotazo desde la defensa y el equipo dejando menos espacios atrás. El dominio ya no es tan abrumador, se vio por ejemplo ante el Ajax y tuvo su continuidad en Vallecas. Al Barça ya no le importa tanto la posesión del balón y no se le caen los anillos por rifar el balón en busca de un ataque rápido.

La temporada acaba de comenzar y Martino sigue defendiendo que no hacen nada que no se viera antes, recordando los pases largos de Márquez y Koeman, pero las diferencias son más que notables. Veremos si es algo puntual o algo que continuará, pero lo que está claro es que hay dos damnificados clarísimos con esta nueva forma de jugar que se atisba en Barcelona: Xavi e Iniesta. Aún es pronto para decir si es porque aún no han cogido la forma o porque están perdidos en este nuevo Barça, pero su peso en el juego del equipo es muy inferior al que tenían, demasiado inferior.

Este martes, ante la Real Sociedad, equipo que gusta de tener el balón y atacar, será un buen partido para calibrar si ese cambio en el estilo se consolida o no ha sido más que algo pasajero y circunstancial.