Archivo de noviembre, 2019

Atacar a Vinícius por cualquier motivo: ahora toca por Rodrygo

Vinícius

Vinícius lamentándose tras errar una ocasión (EFE).

En plena exhibición de Rodrygo Goes ante el Galatasaray, en lo que debería haber sido un éxtasis de felicidad para el aficionado blanco, me llegaron varios madridistas a preguntarme… por Vinícius. Que si ahora que hacemos con él, que si con eso estaba acabado, que si ya no va a jugar nada. No deja de sorprenderme esa tendencia que tiene el seguidor blanco de buscar lo malo hasta en las mejores situaciones. En vez de disfrutar de la exhibición de una de las perlas se mira lo mal que le puede ir a la otra.

Pues sí, los datos son crueles en esa comparativa entre ambos. Me gusta ese que dice que Rodrygo ha necesitado siete partidos para marcar más goles (cinco) que los que ha hecho Vinícius en más de 40 (cuatro). Es realmente demoledor.

Pero a lo que íbamos es a esa tendencia a buscar lo malo en la afición merengue y el problema que tiene Vinícius no es la conclusión que se debe sacar de la eclosión de Rodrygo sino que parece que ha nacido una estrella y que ahora el Madrid ha encontrado la solución al problema que tenía en el ataque por la zona derecha.

Y para Vinícius puede que no sea malo del todo esta situación. El chico a veces da la sensación de que quiere meter el segundo gol antes que el primero, que desea con tanta fuerza agradar que elige mal, que encara cuando no debe, que busca el pase de manera precipitada. Claro, luego llega al área y pasa lo que pasa, que no acierta nunca. Así no se puede jugar al fútbol.

Quizás pueda tomarse Vini la explosión de Rodrygo como una forma de quitarse la presión de encima, su equipo ya no le necesita desesperadamente, ya no es imperioso que realice una jugada mágica en la que se va de todo el mundo.

Puede que, en definitiva, Vinícius tenga que relajarse y hacer lo mucho, muchísimo, que sabe hacer. Paciencia con él, no matemos a un jugador que solo tiene 19 años ni caigamos en ese falso dilema Rodrygo-Vini, porque ambos pueden coexistir perfectamente tanto ahora como en el futuro. Y los mejores ejemplos los tenemos en Achraf y Odegaard.