El capitán del equipo le da un pelotazo en un entrenamiento a un canterano; unos días después, ridículo en el Camp Nou mediante, el entrenador es despedido. Y en el comunicado, se le da un durísimo palo culpándole de lo ocurrido con un ataque sin precedentes en la historia del club. La semana ha dejado un lienzo perfecto de lo que es a día de hoy el Real Madrid. Porque una cosa es un roce con un compañero, y otra humillar a un pobre chaval., Porque una cosa es echar a un empleado, posiblemente con razón, y otra humillarle de esa manera, con el comentario de «los ocho nominados al Balón de Oro».
Lo que me deja perplejo de todo lo que está sucediendo en el Real Madrid es que hace cuatro meses, se estaba levantando la decimotercera Champions del club. La tercera consecutiva. La cuarta en cinco años. Es decir, es un equipo de leyenda, le-yen-da, y estas actitudes estropean eso, distraen la atención.
Este club vive en un estado de desquicie constante. No se admite en el Madrid la crítica constructiva, no se ve nada con perspectiva. Es todo o nada. Blanco o negro. Lopetegui era dios para el madridismo en verano por cómo se le machacó y ahora se le despide con desprecio, sin ningún atisbo de clase. Sergio Ramos es historia del Real Madrid (ay si no mete ese gol en Lisboa, dónde estaríamos ahora) y ahora son legión los hinchas blancos que le culpan de casi todo lo que está pasando: que si hace las alineaciones, que si crea mal ambiente, que si se cree el dueño del club…
Se han hecho las cosas mal. Diría que muy mal. En verano se fueron Zidane y Cristiano, y no se estuvo a la altura. Es ahí donde hay que mirar a Florentino, por su inacción. El equipo daba ya síntomas de agotamiento y no hizo nada, no fichar un sustituto de Ronaldo tiene más que ver con la ilusión que con los manidos 50 goles.
Pero de ahí a lo que está sucediendo va un mundo. El antimadridismo esperaba agazapado, esperando su ocasión, las Champions duelen mucho. Los memes vuelan por whatsapp, como en noviembre del año pasado, algo que paró de suceder en mayo. Tampoco los hubo en junio de 2017, ni en mayo de 2016. Y es el club el que no debe alimentar esta situación, que no parezca que es una entidad desquiciada, que parece que llevamos 30 años sin ganar la Copa de Europa, ocho sin pasar de octavos o siete sin ganar la Liga.
¿Que se echa al entrenador por los malos resultado? No pasa nada, se sale en rueda de prensa, se explica, se le despide con cariño, se recuerda las numerosas Champions de los últimos años, se trabaja en la llegada de otro míster y de fichajes, y se vuelve a ilusionar. Ojalá alguien aconsejara como es debido a Florentino, porque la situación parece que se le está yendo de las manos y empieza a recordar, demasiado, a su primera etapa. Y todos sabemos cómo acabó.