Entradas etiquetadas como ‘Sergio Ramos’

Por qué Sergio Ramos no debe ir a los Juegos Olímpicos

Ramos, en un partido de la reciente clasificación para la Eurocopa (EFE).

Este sábado, tras batir el récord de internacionalidades con España, Sergio Ramos despejó todas las dudas: quiere estar con la selección olímpica de fútbol en la próxima cita de Tokio 2020. El jugador andaluz quiere completar su palmarés y su carrera participando en el evento deportivo más importante. Pero, en mi opinión, la RFEF no lo debería permitir.

Como el lector sabrá, el torneo olímpico de fútbol lo disputan las selecciones sub-23. Esta es una herencia de la filosofía amateur del olimpismo, que evidentemente no tiene reflejo en la realidad, porque la totalidad de los futbolistas que disputan el torneo olímpico son ya profesionales. Desde hace algunos ciclos, a cada selección se les permite incluir en su equipo olímpico a tres jugadores de más de 23 años. Ese es el mecanismo que permitiría a Ramos, que tiene 33 años, estar en Tokio 2020.

Pero la RFEF nunca se ha acogido a esa norma, en mi opinión con muy buen criterio (Alemania hace lo mismo; otras, como Brasil o Argentina, no). Un torneo olímpico es una fantástica oportunidad para que los jugadores sub-23 participen en un evento de grandes características, sirve de impulso para su carrera y es beneficioso para el futuro inmediato del equipo nacional absoluto, que está en constante renovación.

Una hipotética entrada de Ramos en el equipo olímpico cerraría las puertas de un joven defensa de vivir esta experiencia. Ramos sólo quiere alimentar su desmesurado ego y ser protagonista, en una actitud que choca radicalmente con el espíritu olímpico. Debería preguntarse Ramos qué le hubiera parecido a él, hace 10 años, si un pretencioso veterano quisiera quitarle el puesto.

Es necesario que la RFEF ataje ya este capricho de un jugador que siempre quiere ser la novia en la boda y el muerto en el entierro.

PD: Apuntaba este sábado noche, muy certeramente, el compañero Fran Guillén que chirriaba un poco que Ramos expresara su deseo de ser olímpico la misma noche que forzó una amarilla para borrarse del próximo partido. Muy olímpico, sí.

Tanto jaleo por un calentón de Sergio Ramos con Florentino Pérez

Sergio Ramos, en rueda de prensa. (EFE)

Una semana sin parar de hablar sobre el futuro de Sergio Ramos… y todo por un calentón de Sergio Ramos con Florentino Pérez. Ni más, ni menos.

«Quién no se ha peleado con su padre»; «el tema económico no lo hemos tocado ni un minuto. Es un tema de confianza»; «la relación no estaba como debía de estar, pero lo hemos solucionado». Fueron algunas de las frases que soltó en la rueda de prensa del capitán del Real Madrid y que dejan claro que todo el quilombo, como el mismo dice, que se ha montado, se ha debido única y exclusivamente a una discusión entre ambos, o a un enfado de Ramos con el presidente.

La oferta de China existía, nadie lo duda, pero la intención del camero jamás ha sido abandonar el Real Madrid. No está en el punto de irse a una liga en la que estaría semiretirado, por mucho que haya subido el nivel en la Superliga china y por mucho dinero que cobrara.

Lo de Ramos ha sido inoportuno tras una temporada en la que han decepcionado a su equipo enormemente, en la que han hecho el ridículo en el campo, en la que han hecho que a los madridistas les dieran ganas de no ver ni un minuto más a su equipo.

Sergio, nadie olvida el cabezazo de Lisboa, ni los dos de Múnich, ni tantas y tantas cosas que has hecho por la camiseta blanca. Pero no, no era el momento de ser el protagonista, de órdagos absurdos en tu relación de poder con Florentino. Ahora, por favor, toca un discreto segundo plano hasta que con la nueva temporada hagas que el madridismo olvida la vergüenza sufrida en la anterior.

Sergio Ramos, cada vez más violento: debería dejar de ser capitán de España

Ramos, en el momento de partirle la nariz a Milan Havel, del Viktoria Plzen (EFE).

Lo ha vuelto a hacer. Sergio Ramos le ha partido la nariz a un rival del Viktoria Plzen. El sevillano la lía prácticamente en todos los partidos. Con la edad se supone que debería ir controlando sus impulsos, pero va a peor. Quizá sea que su nivel va bajando. Sea como sea, Sergio Ramos es sinónimo de juego duro y violento.

Por eso, Luis Enrique Martínez debería quitarle el brazalete de capitán de la selección española. El de Camas es indigno de ostentar ese cargo, una posición que representa a todos los españoles. Hace unas semanas, en aquel choque con el canterano Reguilón, Ramos demostró que no sólo está pasado de revoluciones en los partidos ante rivales, sino que también en los entrenamientos con sus compañeros.

Jugar con Ramos es un riesgo muy importante de quedar con 10 en cualquier momento. Además, lo que las aficiones todos los equipos de España sabían lo saben también fuera. Tras la llave con la que dejó fuera de combate a Mo Salah en la última final de la Champions, todo el mundo ha visto la verdadera cara de Sergio Ramos, el jugador más amonestado de la historia de la Champions, de la Liga, del Real Madrid y de España. Un jugador incapaz de controlarse y que sobrepasa la línea de la violencia cada vez más frecuentemente. Y ya está bien.

Real Madrid: un club desquiciado, que ha perdido su clase y que no debe alimentar al antimadridismo

El capitán del equipo le da un pelotazo en un entrenamiento a un canterano; unos días después, ridículo en el Camp Nou mediante, el entrenador es despedido. Y en el comunicado, se le da un durísimo palo culpándole de lo ocurrido con un ataque sin precedentes en la historia del club. La semana ha dejado un lienzo perfecto de lo que es a día de hoy el Real Madrid. Porque una cosa es un roce con un compañero, y otra humillar a un pobre chaval., Porque una cosa es echar a un empleado, posiblemente con razón, y otra humillarle de esa manera, con el comentario de «los ocho nominados al Balón de Oro».

Sergio Ramos y Florentino Pérez (EFE).

Lo que me deja perplejo de todo lo que está sucediendo en el Real Madrid es que hace cuatro meses, se estaba levantando la decimotercera Champions del club. La tercera consecutiva. La cuarta en cinco años. Es decir, es un equipo de leyenda, le-yen-da, y estas actitudes estropean eso, distraen la atención.

Este club vive en un estado de desquicie constante. No se admite en el Madrid la crítica constructiva, no se ve nada con perspectiva. Es todo o nada. Blanco o negro. Lopetegui era dios para el madridismo en verano por cómo se le machacó y ahora se le despide con desprecio, sin ningún atisbo de clase. Sergio Ramos es historia del Real Madrid (ay si no mete ese gol en Lisboa, dónde estaríamos ahora) y ahora son legión los hinchas blancos que le culpan de casi todo lo que está pasando: que si hace las alineaciones, que si crea mal ambiente, que si se cree el dueño del club…

Se han hecho las cosas mal. Diría que muy mal. En verano se fueron Zidane y Cristiano, y no se estuvo a la altura. Es ahí donde hay que mirar a Florentino, por su inacción. El equipo daba ya síntomas de agotamiento y no hizo nada, no fichar un sustituto de Ronaldo tiene más que ver con la ilusión que con los manidos 50 goles.

Pero de ahí a lo que está sucediendo va un mundo. El antimadridismo esperaba agazapado, esperando su ocasión, las Champions duelen mucho. Los memes vuelan por whatsapp, como en noviembre del año pasado, algo que paró de suceder en mayo. Tampoco los hubo en junio de 2017, ni en mayo de 2016. Y es el club el que no debe alimentar esta situación, que no parezca que es una entidad desquiciada, que parece que llevamos 30 años sin ganar la Copa de Europa, ocho sin pasar de octavos o siete sin ganar la Liga.

¿Que se echa al entrenador por los malos resultado? No pasa nada, se sale en rueda de prensa, se explica, se le despide con cariño, se recuerda las numerosas Champions de los últimos años, se trabaja en la llegada de otro míster y de fichajes, y se vuelve a ilusionar. Ojalá alguien aconsejara como es debido a Florentino, porque la situación parece que se le está yendo de las manos y empieza a recordar, demasiado, a su primera etapa. Y todos sabemos cómo acabó.

El rencor de Sergio Ramos: ¿Por qué se la tenía guardada a Griezmann?

Sorprendió muchísimo en la rueda de prensa previa al partido de la Champions del Real Madrid el tremendo palo que le metió Sergio Ramos a Antoine Griezmann. Estaba yendo todo tranquilo, con mensajes comedidos tanto de Lopetegui como del capitán, cuando éste sorprendió con un durísimo mensaje al jugador galo.

«La ignorancia es muy atrevida», soltó Ramos ante el asombro de todos a la pregunta de un periodista de La Sexta.

«Cuando escucho hablar a este chaval me acuerdo de Totti, Xavi, Raúl, Iniesta, Iker… jugadores que tienen muchos títulos y no tienen este galardón individual, se debería dejar aconsejar por el Cholo, Godín o Koke, gente que tiene valores», continuó Ramos. Ese «ese chaval» dice mucho de lo harto que tiene Griezmann a Sergio Ramos.

El asunto viene de hace no mucho. Tras la Supercopa de Europa, cuando el Atlético ganó al Real Madrid, Griezmann colgó una foto en la que aparecía Sergio Ramos entregándole la corona al atacante francés, una forma de escenificar una especie de cambio de ciclo (sí, después de tres Champions del Madrid queda algo raro…). Desde ese día lleva el camero con ganas de responderle, y lo ha hecho con mucha contundencia.

Griezmann y Sergio Ramos

Griezmann y Sergio Ramos (INSTAGRAM).

El escandaloso perdón de la expulsión a Ramos en el Mundial del Clubes

Este domingo hemos asistido a una imagen que demuestra que el nivel del árbitraje fuera de la élite UEFA o CONMEBOL es lamentable, por mucho que la FIFA se empeñe en igualarlos.

Ha ocurrido en la final del Mundial de Clubes, entre el Real Madrid y el Kashima Antlers japonés (y que ha acabado 4-2 para los blancos). Transcurría el minuto 89 de partido con empate a dos en el marcador: el partido se encaminaba a la prórroga.

Tras un ataque blanco, el Kashima iba a montar un contragolpe que Ramos cortó con una falta muy clara. El árbitro del partido, Janny Sikazwe (de Zambia), se apresuró a pitarla y se echó la mano al bolsillo para sacar la tarjeta… hasta que se dio cuenta de a quién se la tenía que sacar. Ramos llevaba una amarilla desde el principios del segundo tiempo y cuando parecía que iba a ser expulsado y el Madrid iba a jugar la prórroga con uno menos, el colegiado no ha sacado la tarjeta.

El vídeo es bastante descriptivo:

Si ya me parece escandalosa la decisión de Sikazwe, más sorprendido me deja la explicación que excapitán del Real Madrid, Manolo Sanchís, dio en la narración en TVE: «Se ha dado cuenta de la repercusión que iba a tener y se lo ha pensado». Así, como si fuera lo normal. Como si las expulsiones dependieran de «la repercusión que iban a tener». Casi tan escandaloso como la decisión del árbitro zambiano.

Sergio Ramos casi acaba expulsado de nuevo: héroe en mayo, mediocre el resto del año

El héroe de cada mes mes de mayo, el de los cabezazos imposibles, ya está en ‘modo invierno’. Sergio Ramos es un jugador que elegiría sin dudar para jugar una final. Hace apenas unos meses, en la final de la Champions de Milán, no solo fue el autor del único gol del Real Madrid y anotó su penalti en la tanda, también fue el verdadero líder del equipo.

Ramos y Hernán Pérez

Hernán Pérez dispara y el balón da en la mano de Sergio Ramos en el Espanyol – Real Madrid (Captura TV).

En los momentos en los que mejor estaba el Atlético, más apareció Ramos. Tirando de sus compañeros, animando a todos, levantando con sus gestos al público madridista que se desplazó a Milan. Fue, en definitiva un líder, un verdadero capitán.

Y en esas que ha llegado la liga, y nos volvemos a encontrar con algo que por común empieza a ser cansino: la peor versión de Sergio Ramos. Con excesos de confianza, fallos de juvenil y errores impropios de un jugador de su jerarquía. No hay partido en el que no tenga un fallo importante. «¿En qué minuto será la ‘Ramada’ hoy?», pregunta con sorna y acierto un amigo en las redes sociales antes de cada partido de los blancos.

Ante el Espanyol, un ejemplo más. Un mal control le costó la amarilla cuando apenas había pitado el árbitro el principio del partido. Exceso de confianza habitual en el sevillano. Le tocó jugar todo el partido con una amarilla y casi acabó expulsado, algo habitual en su carrera. Un disparo Hernán Pérez le golpeó en el brazo y, aunque de manera involuntaria, bien pudo haberle sacado el colegiado la segunda amarilla dejando así a su equipo con diez toda la segunda mitad.

Ramos es, centrado, uno de los mejores centrales del mundo, y en Milán lo demostró. Lástima que decida brillar solo en las ocasiones especiales y ser mediocre el resto de la temporada. Porque si algo se le pide a un gran central es regularidad, que no falle nunca. Justo lo que no aporta el camero.

Por Raúl Rioja, @RaulRiojaZubi, madridista.

Sergio Ramos: el arte de pedir un aumento después de un año desastroso

Héroe de la Décima, después de Lisboa a Sergio Ramos daban ganas de haberle propuesto una subida de salario, entrenamientos a la carta y hasta derecho de pernada. Lo que hiciera falta. Lo que hizo ese día es de un valor que no se puede calcular, una final de Champions ante el vecino y rival no se va a repetir jamás y él fue el gran culpable de que ese día el Real Madrid no perdiera y levantara su décima Copa de Europa.

Sergio Ramos tras marcar en la final de Champions

Sergio Ramos tras marcar en la final de Champions (ARCHIVO).

Ahora ha pasado un año, su equipo ha hecho una temporada desastrosa y encima el Barça ha logrado el triplete, nada menos. Pues para Ramos es el momento de renovar su contrato, de pedir una subida de sueldo. ¿Se imagina usted acercándose a su jefe después de un año horrible de su empresa a pedirle un aumento a su jefe? Pues en esas está Ramos.

Nadie le discute que es uno de los mejores centrales del mundo. El mejor, cuando le da la gana, cuando decide dedicarse a las labores de central, aquellos partidos en que no hace cambios alocados de juego, entradas a destiempo y no sube como si fuera un mediocentro ofensivo. Esos días es el mejor, pero no son todos. Y este año no se han visto demasiados.

Mientras Ramos pide un aumento tras esta desastrosa temporada del equipo, Florentino, loco de él, no parece muy por la labor. Como hemos apuntado antes, parece lógico que el jefe no esté muy por la labor de subidas de sueldo después de lo que ha pasado este año, pero atacar a Florentino es el hobby de muchos y la obsesión de bastantes. Que su gestión (deportiva) tiene muchas sombras es indiscutible, pero atacarle ahora por no ceder ante las exigencias de un jugador poco más de dos semanas después de ver como el Barça levantaba la Champions roza lo surrealista. Casi tanto como pensar que el Barça le quiere.

A Sergio Ramos hay que pedirle que haga una gran temporada, de principio a fin, que vuelva a ser héroe de muchos partidos y vuelva a ser protagonista de los títulos del Real Madrid. Y entonces que exija sus 10 millones de euros anuales, o los que sean.

Todos sabíamos que Ramos en el centro del campo era un error (menos Ancelotti)

Hoy, todos lo sabíamos. La idea de colocar a Sergio Ramos en el centro del campo era un grave error. Estaba muy claro. Hace un par de semanas, Ancelotti fue un entrenador valiente, «con huevos», un adelantado a su tiempo, cuando le puso en el medio ante el Atlético y el invento funcionó a la perfección.

Ramos ante la Juventus

Sergio Ramos ante la Juventus (EFE).

Pero hoy, ante la Juve, era muy evidente que no había que ponerle ahí. Lo sabía cualquier aficionado al fútbol, por favor. Qué listos somos todos durante el partido, y después.

Sí, Ramos hizo un partido lamentable, perdido en el campo, errático en el pase, tomando malísimas decisiones. Pero parece que se le hubiera elegido por delante de Alonso, Xavi y Pirlo. Las opciones del Madrid son las que son: Illarra, Khedira y Lucas Silva. No hay más. No está Modric. Y si el sevillano fue una excelente y valiente opción ante el Atlético, partido en el que por cierto se iba a estar todo el rato atacando, no sé por qué fue, a priori, una mala decisión en un campo donde se iba a atacar menos y defender mucho más. Porque a posteriori somos todos grandes expertos.

Para la vuelta, toca darle una vuelta a la alineación. El Madrid tendrá que marcar al menos un gol y Ramos quita fluidez y es una rémora en la circulación de balón, tocará apostar por otro jugador. Hay una semana entera para debatir sobre ello, y buscar alternativas. Todo apunta al regreso al 4-3-3, el esquema maldito, con el que el Madrid, dicen los expertos, no puede ganar nunca.

La Liga que no vimos: el Atlético no fue el mejor y Ramos e Iniesta deslumbraron

El año pasado no pude ver ningún partido de fútbol de la Liga española. Al parecer, el Atlético de Madrid no tuvo ningún jugador que fuera el mejor en su posición, Andrés Iniesta destacó como el gran centrocampista ofensivo de la temporada y los jugadores del Real Madrid lo debieron hacer muy bien casi todos, dado el elevado número de premios que se llevaron. Extraño que el equipo quedara tercero. Eso sí, lo que más sorpresa me causa es que Luka Modric jugara la temporada pasada de centrocampista defensivo.

Cristiano y Ramos en los Premios de la LFP

Cristiano y Ramos en los Premios de la LFP (EFE).

Un día después de los premios de la LFP, entiendo la indignación de los seguidores del Atlético de Madrid. Que ni Filipe Luis ni, sobre todo, Diego Godín, se llevaran el premio a mejor defensa de la temporada pasada no tiene lógica. Más aún, conviene recordar, con el gol del defensa uruguayo en el Camp Nou que valió una liga. El premio fue para Sergio Ramos, que empezó la temporada mal y la acabó como una bestia siendo decisivo… en otra competición: la Champions.

Lo de Thibaut Courtois también es difícil de comprender, dado que fue clave en el título de Liga más sorprendente de las últimas décadas, aunque es justo reconocer la enorme temporada de Keylor Navas en el Levante.

Tampoco se entiende cómo Iniesta, que hizo un año correcto sin más, fuera elegido como mejor centrocampista ofensivo. Aunque también está en la lista de 23 candidatos al Balón de Oro, otro claro ejemplo de que los premios se conceden o se opta a ellos en demasiadas ocasiones más por nombre que por méritos deportivos